¿Es verdad que todos tenemos el bicho del poder absoluto?
Todos tenemos la ansiedad y el deseo del poder total. El problema es que para un individuo el poder total toma distintas características. Para una chica que llega a pesar 32 kilos la anorexia es el poder total, para otro será tener el capelo cardenalicio, para un tercero escribir una novela y habrá quien obtenga el poder con un imperio comercial. Hay otro grupo que piensa que su camino es la política. En resumen: todos queremos poder, algunos con suerte y otros a cualquier precio.
Empecemos por analizar a los peruanos. ¿Cómo nos gustan los políticos?
Corruptos. Y si dudan repasen la lista de los líderes importantes. Nuestro alcalde Castañeda tiene un paquetazo que está destapándose y él no dice nada. Kouri tiene Convial y sus trapos montesinistas, Lourdes almacena sus lazos con Cataño… alguna vez Luis Bedoya Reyes dijo que su hijo no era un delincuente sino un pecador y allí se expresó la claridad de la corrupción: lo que importa es lo legal, no interesan los aspectos éticos que se ponen como un pecadito cuando es un acto de ruptura moral.
Kouri ha dicho que la ambición lo llevó a cometer errores…
Yo le creería si es que no participara de estas elecciones, no basta con arrepentirse, tiene que hacer una penitencia. Si la hace, regresa santificado. En todo caso, no interesa la corrupción ni los pecados de los políticos, lo que interesa es la fascinación del elector peruano por el corrupto. Hay quienes dicen que el Perú no necesita un hombre honesto sino un hombre capaz. ¿Y cómo se demuestra la capacidad? Haciendo obras.
¿Nadie se salva?
Se salvan los que tienen una fuerza moral y los que tienen en cuenta al prójimo. Lo que quiero decir es que ante las ambiciones que uno tiene hay una fuerza moral incorporada y una fuerza de voluntad que adecúa las ambiciones a los requerimientos éticos.
¿Y por qué todo se trastoca en una campaña? Se ventilan traiciones, dudas y angustias. Lourdes Flores, por ejemplo, hasta ahora no se decide.
Ella sabe muy bien a dónde quiere ir. A cualquier lado, pero con poder. Allí está la aerolínea con Cataño, es rectora de una universidad cuya autoridad principal se vio obligada a renunciar a la vicepresidencia. Habiendo fallado dos veces en las elecciones está desesperada por su lonjita de poder y los otros políticos para sacársela de encima le ofrecen la Alcaldía de Lima.
¿Me está diciendo que Lourdes Flores quiere cualquier cosa con tal de sentirse poderosa?
Cualquier cosa. Creo que ella siente que le han quitado lo que le tocaba. Tuvo la fantasía de llegar a Palacio, de heredar el trono de Bedoya, pero ya le crearon una revuelta y se queda en la puerta del horno. Es inocente y astuta y a veces se equivoca porque cree que la gente es idiota. Igual pasa con Nadine Heredia, la mujer de Humala. ¿Quién le cree que le han pagado miles de dólares por hacer reportes? Lo que me parece fascinante es cómo la gente acepta natural y como parte de la actividad política el acto corrupto, siempre y cuando no sea muy obvio. Nadine, Lourdes, Kouri, Toledo o Castañeda… todos tienen su rabito de paja y la gente chismea, pero tolera.
¿Y por qué tolera?
Porque hay esta cosa rara que se llama síndrome de la integridad comprometida. Hay momentos en la historia (esto fue estudiado en el caso de Nixon) en los que el votante está dispuesto a aceptar actos corruptos porque cree que un corrupto arreglará las cosas.
¿Usted sigue pensando que Ollanta es una catástrofe?
Sigo pensando lo mismo. Es el populismo fascista disfrazado de izquierda, apoyado por unos oportunistas que le dan el blanqueado de izquierda a un sistema populista que quiere perpetuarse. Si Ollanta sube, querrá repetir el modelo de Hugo Chávez.
Keiko estuvo apelando a la victimización y ahora dice que su padre no necesita indulto porque es inocente. ¿A qué juegan los fujimoristas?
Usan la excusa de Fujimori para encontrar su espacio político, su oportunidad. Los fujimoristas no son adoradores de Fujimori, son usadores. No dudo de que le prendan su velita, así como los apristas le prenden a Haya de la Torre y los acciopopulistas a Belaunde. La diferencia es que los dos últimos están muertos y los muertos ya no meten la pata.
Los fujimoristas siempre esgrimen que se hicieron cosas, que no importa tanto la corrupción…
Esa es la lógica central de la integridad comprometida. Obviamente todos estamos en contra de Sendero, pero ese tema no es pretexto para validar un régimen corrupto; obviamente hubo consenso en el conflicto con Ecuador, pero no puedes utilizar una guerra para comprar armas y sacar tajadas. Armas que, como dice Bayly, no funcionaron bien.