Señores, lo que ocurre es que están proliferando mafias de cafichos colombianos y peruanos. Ante la necesidad que hay en Venezuela, muchas chicas vienen al Perú con la Idea de ayudar a sus familias dedicándose a la prostitución y enviándoles dinero. Estos mafiosos les pagan el pasaje y las obligan a devolverles más del cuádruple del valor (US$2500). Además las obligan a aportar por un departamento donde las tienen hacinadas hasta US$400 semanales a cada una. Les quitan el pasaporte para retenerlas, y les controlan las salidas, así como las tarifas a cobrar (S/.330 -S/350). Cuando terminan de pagar la deuda de su pasaje, siguen reteniéndolas con el pasaporte y obligándolas a seguir con las mismas tarifas y cobrándoles abusivamente por hospedaje, publicidad y alimentación. Al final muchas terminan enviando solo un sencillo a sus familias en Venezuela y regresan estafadas. No los denuncian porque les retienen el pasaporte, y por el temor que no las dejen volver en un futuro si se descubre que se dedican a la prostitución. Algunas que logran recuperar su pasaporte ante algún descuido de los cafichos, y escapan, son ubicadas fácilmente por las fotos de los anuncios, y son golpeadas y maltratadas por estos miserables, que llegan como supuestos clientes, como escarmiento, y para que no puedan seguir trabajando. (Información obtenida de algunas kines Venezolanas con las que me he atendido). Así se entiende por qué el alto costo de las atenciones de estas kines, dinero que va a parar, no en las propias kines, sino principalmente en los Cafichos mafiosos.