La ventaja de estar en boca, como decía Oscar Wilde, no me importa si hablan bien o mal de ti, lo importante es que hablen de ti. Los aliados involuntarios ayudan mucho al encasillar el debate en personas y el pasado, dejando de lado la propuesta. Los medios actúan como caja de resonancia. Los demás partidos tienen la desventaja que el fujimorismo en los noventa plantó en la gente la antipolítica en su cabeza. Ellos inventaron el lenguaje actual, que se resume en términos como partidos tradicionales, independientes, vientres de alquiler, invitados, etc.
Hay que desfujomorizar la política, es la única forma de medir la fuerza real del fujimorismo. La historia ha dado lecciones importantes sobre el particular. El Partido Comunista Español, el cuco durante el franquismo, en las elecciones para las Cortes Constituyentes demostró ser un enano con una sombra magnificada. Eso permitió que una izquierda más dispuesta a la concertación surgiera y se sentarán las bases del bipartidismo español.
Algunas precisiones: la forma de hacer política, que tu denominas anti era la que imperaba. Lo único que hizo el fujimorismo es ponerla en evidencia. Recuerda las “memorables” actuaciones del Congreso antes del 5 de abril.
Los políticos (y veo que la gente) están tan acostumbrados a cubrir sus errores echándole la culpa a Fujimori como forma de evadir la responsabilidad por sus actos. ¿Qué era la política antes? ¿Cómo estuvo después de la risible “recuperación de la democracia”?
Tengan en cuenta que durante los gobiernos fujimoristas se intensificó la migración a la ciudad y el ingreso de otros actores políticos que antes no habían tenido cabida, con sus propias particularidades. Esto es algo que aún no asimilamos, añorando los políticos de antes.
Con respecto a tu último párrafo, hay una diferencia. Se llama presencia. No encuentras lugar en el Perú donde el Fujimorismo no sea fuerte. Además, es el único partido que ha demostrado un nivel de apertura ante temas que siempre le fueron molestos.