La hija de mi secretaria

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que buen relato Cofra. buena prosa. esperamos la siguiente entrega. se agradece.

 

usted es un persona muy fria aun cuando todo alrededor esta ke kema por eso tiene el titulo y puesto pience bien porke hay muchos ke esperan oportunidad y otros ke las pierden lo digo por las tres cosas familia trampa (con huella de peligro) y empresa acuerdece sume y reste y vea su al final ke keda un resultado ganador suerte amigo

 

puxa confadre ...seria uno s los ganadores en relato...ps lo felicito hasta el momento..me dejo con la angustia de saber que pasa

 

bien bacan, la historia, y la manera de detallar,lo felicito,
y esa parte de la cancion, que pone es excelente, yo se la escuche a Caetano Veloso, (garota de ipanema) .
Espero con ansias la segunda entrega, nos vemos saludossss

 

muy buenos relatos mi estimado, espero con ansias la tercera parte

 

espero con ansias la tercera parte.

 

Aquí estoy de regreso. Lamento no haber podido darme tiempo antes para acabar esta historia, pero más vale tarde que nunca así que… aquí vamos.
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Luego de esa vez, sabiendo que no iba a poder resistir mucho si me seguía exponiendo, me hice el propósito de salir todos los días a mi hora para no dar lugar a nuevas oportunidades. Pero ya había sentido el calor de esa boca, el sabor de esa piel canela, la textura de esos pezones duros en mi lengua... ya no podría sacármela de la cabeza jamás.

Carmen regresó al trabajo, Tania volvió a limitarse a sus desfiles por el patio seguida del acostumbrado coro de estridentes muestras de admiración , yo volví a mi rutina. Sólo la mirada entre cómplice y esquiva del vigilante me causaba alguna preocupación por la chismografía del taller.

Pasaron los meses, nació mi hijo, pasó un año, Tania terminó su instituto y consiguió un trabajo mal pagado, llegó el verano y con él el paseo anual de las empresas del grupo a una playa del sur. Fui con mi esposa, mi hijo de año y meses y mi otro hijo unos años mayor, Carmen fue con Tania y a Tania le encargamos que cuidara al mayorcito mientras el bebe ocupaba toda la atención de mi mujer. No era fácil quitarle la vista a Tania, con sus 20 años y una tanga que debería estar prohibida, estaba realmente en su punto; felizmente la excusa de vigilar a mi hijo a su cuidado me daba la excusa para disfrutar de sus idas y venidas y el danzar de sus caderas al caminar y correr tras mi hijo sobre la arena de la playa… “Moça do corpo dourado, do sol de Ipanema, o seu balançado é mais que um poema, é a coisa mais linda que eu já vi pasar...”. Felizmente ambos estábamos con marcación, ella de su madre y yo de mi mujer.

Menos de seis después, justo antes de fiestas patrias, la empresa cerró. Habíamos luchado tenazmente por sobrevivir a la apertura del mercado y el sinceramiento de la economía, pero ya no había lugar en ese nuevo Perú para empresas ineficientes nacidas a la sombra de una economía subvencionada, la competencia de los productos importados nos había golpeado demasiado fuerte y la aparición de nuevas empresas peruanas, modernas y eficientes, nos terminó de sacar del mercado.

Yo estuve buscando aquí y allá, pero no había trabajos, no para el nivel de ingresos al que yo estaba acostumbrado, no para profesionales de mi edad. Lo único que yo tenía era mi experiencia, mis contactos y mi conocimiento de mi mercado, así que la única salida era empezar mi propia empresa. Abrí una oficina de ingeniería y salí a buscar chamba. Necesitaba una secretaria de toda mi confianza, que se hiciera cargo de la oficina mientras yo hacía calle y así, un sábado, me fui a la casa de Carmen a buscarla. Me abrió la puerta Tania. Una Tania irreconocible, ni la sombra de aquella agresiva belleza que me había casi hecho perder la cabeza hacía tan pocos meses. Demacrada, con ojeras y la mirada sin brillo, sin maquillar, vestida con un polo viejo y un pantalón de buzo desteñido, su cabello sin peinar, sus manos con las uñas sin arreglar, sus pies sucios en unas sayonaras viejas... casi provocaba preguntarle por su patrona.

“Hola, Tanita… ¿Tu mamá?”

“No está. Está en Trujillo ayudando a mi tía con su tienda… Es que no consigue nada y como su hermana tiene una tienda en Trujillo...”

“Ah, mira tú, yo justamente venía a ver si no quería trabajar; aunque no puedo pagarle mucho, estoy abriendo una oficina”

“Pero yo no estoy trabajando…”

“Pero yo necesito una persona con experiencia, alguien que pueda ocuparse de la oficina mientras yo visito clientes. O sea, estoy solo, recién empezando... pero... ¿Tú no estabas trabajando?”

“Ya no”, bajó la vista, “Me sacaron... por mi problema...”

Y entonces levantó sus ojos nuevamente brillantes... pero lo que brillaba eran las lágrimas que empezaban a llenarlos

“De verdad, necesito trabajar. Mi mamá me envía lo que puede pero no me alcanza... para las consultas y las medicinas y todo eso, es que no le he dicho que perdí el trabajo…” volvió a bajar la mirada.

Recién entonces, como si una ventana se abriera en mi cerebro para dejar entrar la luz, comprendí cuál era “su problema” el que le había costado el trabajo. La cazadora había sido cazada, había caído en manos de un depredador más feroz que ella.

“¿Qué tiempo tienes?”

“Diez semanas”

“¿Y tu mamá no sabe?”

“No…”

“¿Pero cómo pasó?”

Inclinó la cabeza a un lado y esbozó una mueca, como una sonrisa torcida... “Me descuidé…”

“¿Y el papá no te ayuda?”

Otra inclinación de cabeza, otra sonrisa torcida... sin palabras.

Me dio una pena inmensa. Esta chiquilla no era ni la sombra de la que yo había conocido y deseado, había jugado con fuego y había perdido. Dicen que si quieres saber cómo va a ser una chica al envejecer, debes mirar a su madre. Tania no se parecía físicamente a Carmen en nada, pero su madre había sido madre soltera a los 17... y ella lo sería a los 20. Luego sabría que el mocoso que la llenó había sido un guapo y brillante vendedor con, aparentemente, un buen futuro en la compañía pero que sólo la había considerado un ‘agarre’ y, al saber que estaba en bola había safado cuerpo. Tania había tratado de presionarlo exponiendo su situación con sus jefes pero sólo había conseguido que los botaran a los dos. Pocas semanas después el muchacho, apoyado por su familia, se marchó a los Estados Unidos con la intención de quedarse allá como ilegal; no habríamos de volver a saber de él.

Me interesé por Tania, le pedí que me mostrara sus análisis y las recetas que le daban en la posta, le compré las medicinas que en ese momento necesitaba (fierro, vitaminas... no era realmente plata) y le dije que me llamara cuando tuviera una respuesta de su mamá o, también, si ella necesitaba algo. Y, porque el diablo mete la cola siempre que puede, como sin querer la cosa le dije que pasaría al siguiente sábado a ver cómo estaba.

Y al siguiente sábado, qué puedo decir, estaba preciosa. Llegué como había ofrecido y la chica que me abrió la puerta sólo siete días antes había desaparecido, en su lugar estaba la Tania que yo recordaba. Linda, arreglada, perfumada, vestida como a ella le gustaba vestir para ir a trabajar y hasta con unas sandalias de taco que no debían ser la mejor idea dado su estado. Me abrió la puerta y me hizo pasar. La casa estaba limpia y recién arreglada, los muebles de la sala sin los protectores de tela vieja y gastada y la mesa del comedor con un florero al centro.

“Pasa, ¿Te invito algo? Debes estar cansado” Era la primera vez en la vida que me tuteaba.

“No gracias, sólo pasé a ver cómo estabas, ¿No has sabido nada de tu mamá?”

Me resulta difícil, después de tantos años, recrear los hechos con exactitud pero recuerdo bien que me senté en un sofá y ella se sentó a mi lado, me dijo que no había podido hablar con su mamá porque le habían cortado el teléfono (vamos, como si no hubiera locutorios) , que estaba muy bien con las vitaminas que yo le había comprado y me contó que, en la posta, le habían dado otra receta... que me mostró de inmediato. Yo puse todos mis sentidos en alerta, una cosa era ayudar una vez a la hija de una amiga muy querida pero, ciertamente, yo no iba a pagar el embarazo de una chica que llevaba adentro el hijo de otro... y recuerdo que de alguna manera, no del todo delicada ni del todo grosera, se lo dije así.

A Tania se le volvieron a humedecer los ojos (le había funcionado una semana antes) y mirándome a los ojos me dijo algo así como...

“Es que no tengo a nadie más a quien pueda recurrir...”

“Está bien”, le dije, “pero sólo por esta vez.”

“¡Gracias!” exclamó y, echándome los brazos al cuello, agregó “Eres el hombre más bueno que he conocido”

Estábamos sentados, lado a lado, en el sofá de su casa. Su rostro estaba a centímetros del mío, su perfume me envolvía por completo, sus labios entreabiertos se ofrecían con el más absoluto descaro y, sin pensar en lo que hacía, la besé. La besé con suavidad, con ternura, apenas en los labios; pero ella me correspondió con decisión, con fiereza, con hambre. Nos besamos un buen rato hasta que ella empezó a desabotonar mi camisa...

“¡Para, para, para…!” puse los frenos de emergencia “¿No has hecho ya suficientes tonterías?”

“No es una tontería”, me susurró en el oído, “yo sé que te gusto”, agregó mientras su mano tomaba con fuerza mi miembro, ya bien erecto, por encima del pantalón “¿Y cuál es el problema? A estas alturas ¿Qué más puede pasar ya?”

Era verdad, ya no podía embarazarla. El cerebro se me cerró, por un instante traté de sopesar las consecuencias pero sólo fue un mínimo instante; en principio no había un peligro inmediato, después habría tiempo para pensar.

Semiechado en el sofá la dejé hacer. Me abrió la camisa y el pantalón, me bajó el pantalón y el calzoncillo; se quitó la blusa y el sostén, se montó sobre mí y me puso las tetas en la boca. Me puse a chuparle esos deliciosos pezones ¿Qué otra cosa podía hacer? Le acaricié las nalgas bajo la falda y por sobre el calzón mientras ella lo frotaba contra mi pene.

Pensé... “Ya no puedo llenarla”

No, no pensé, no lo habría hecho de haberlo pensado, simplemente me dejé llevar, con la mano arrimé su trusa hacia un lado y, antes de darme cuenta de lo que hacía, ya estaba dentro de ella. El grado de excitación era increíble, no debo haber durado ni dos minutos antes de vaciarme totalmente dentro de esa ardiente y apretada cuevita suya. Ella se dio cuenta de inmediato y se quedó quieta, como buscando la máxima profundidad y, tal como yo había hecho con ella menos de dos años antes, me tomó del cabello, me hizo levantar la cara y me besó... largo... profundo... ardiente.

Después de unos interminables minutos se levantó, se arrodilló en el piso y, sin decir nada, se puso a limpiarme el pene el escroto y los muslos, empapados de nuestros jugos mezclados, nada menos que con su lengua y con su boca. ¿Dónde había aprendido a hacer eso? Con el maldito que la llenó sin duda alguna. Yo estaba con el cerebro que me hervía de ideas y temores, no estaba en condiciones de reaccionar y la dejé hacer. Cuando hubo terminado me sacó los zapatos y terminó de sacarme el pantalón y el calzoncillo que ya antes había bajado hasta mis tobillos.

“Ven” me dijo, poniéndose de pié y tomándome de la mano. Me llevó hasta su cama donde se terminó de desnudar, se quitó la falda y el calzón, se limpió con éste último el semen que le escurría de su vagina resbalando por sus muslos y, arrojándolo al piso junto a la cama, se metió entre las sábanas y repitió...

“Ven…”

Me metí a la cama junto a ella, la abracé, hundí la cara en su cuello y la besé, sentí que volvía a estar erecto y nuevamente la penetré. Esta vez era yo el que estaba encima, penetrándola lenta y profundamente mientras iba recobrando la firmeza. No hubo poses ni cambios de estilo, sólo un ritmo que poco a poco se iba acelerando, cada vez más fuerte, cada vez más profundo, hasta que empezó a gemir y luego a venirse violentamente con lo que provocó que yo me viniera por segunda vez dentro de ella. Nos abrazamos y nos quedamos así casi una hora.

“Se está haciendo tarde”, le dije finalmente, haciendo un tremendo esfuerzo consciente para separar mi piel de su piel y salirme de la cama, “Tengo que ducharme, ¿Dónde está el baño?”

Me llevó al baño que estaba en otra habitación, la de su mamá, nos duchamos juntos y me vestí, pero ella permaneció totalmente desnuda.

“Sabes que esto estuvo muy mal”, le dije “no se puede repetir”

“¿Por qué no?”

“Tú sabes por qué no, tengo esposa, tengo dos hijos pequeños, ellos no tienen la culpa de lo que yo haga, ellos merecen un hogar estable, una familia”

“¿Y yo? ¿Yo no merezco nada?”

“Tú te metiste con un hombre casado, sabías muy bien lo que hacías”

“Ya me usaste y ahora me vas a botar” me dijo con una gran y muy mal fingida resignación “Yo creí que tú eras diferente”

“¿Y qué quieres que haga?, le dije, “¿Quieres que deje a mi esposa por ti? ¿Quieres que deje a mis hijos sin padre? ¿Sin familia? ¿Crees que yo querría a una mujer capaz de hacer eso? ¿Realmente querrías tú a un hombre capaz de hacer eso? ¿Crees que al poco tiempo no te lo haría a ti también?”

“Contrátame como tui secretaria”, me dijo entonces, “yo me puedo encargar de tu oficina, te juro que sí, y también me encargaré de ti, de tenerte contento. Y te prometo que no te causaré ningún problema con tu matrimonio”

“¿Cómo puedo estar seguro?”

“Te lo prometo, sólo págame sueldo mínimo, al menos tendré seguro; sólo con eso ya me ayudas un montón.”

Lo pensé, pero no estaba en condiciones de pensar, ella me besó con absoluta pasión y yo acepté.

Pero no funcionó así; yo no tenía una empresa formal, ni libros contables, mucho menos una planilla. La hice ir al Hogar de la Madre, a pocas cuadras de mi oficina, para que la atendieran allí; no le pagué seguro pero sí las consultas y las recetas que, por ser hospital, no eran exageradamente caras. Le exigí que le contara a su mamá de su embarazo y de su despido, de mi oficina y de su nuevo trabajo conmigo.

Hicimos el amor cientos de veces, en la oficina y en un hotel cercano, hasta casi la mitad de su sexto mes cuando su barriga ya empezaba a ser incómoda. Antes del séptimo mes Carmen se regresó de Trujillo y entró a trabajar conmigo mientras Tania se quedaba en su casa hasta dar a luz, en el Hogar de la Madre, con todos los gastos pagados por Carmen que había estado ahorrando desde que supo del embarazo de su hija.

Con Tania retomamos nuestra relación a partir del cuarto mes luego de nacer su hija y allí fue que agarré el gusto que hasta ahora tengo por la leche de pecho. Seguimos haciendo el amor unas tres veces al mes por casi dos años más hasta que Tania se embarcó en una relación seria con el que eventualmente sería su esposo. Carmen siempre estuvo muy agradecida conmigo por el apoyo que le dí a Tanita en su mal momento aunque creo que, con los años, eventualmente llegó a saber o al menos a intuír lo que realmente pasó entre su hija y yo.

Ha pasado ya bastante más de una década. Mi oficina de ingeniería desapareció cuando, con algunos socios, formé una empresa de la que, hasta hoy, soy accionista minoritario y en la que Carmen es aún mi secretaria. Tania, después de divorciarse, entró también a trabajar en la empresa, en el departamento de logística; pero yo no tuve nada que ver con eso, fue por una gestión directa de su mamá ante mi socio, el gerente general.

Aunque parezca mentira, desde su matrimonio y a pesar de su divorcio ya no hubo nunca más nada entre Tania y yo. Ahora es una hermosa señora de base tres, fácil podría entrar al concurso Señora Perú y seguro que no la hacía el todo mal, pero ya no pasa nada conmigo; la tuve en su mejor momento, la verdad es que ambos nos tuvimos en nuestro mejor momento y presiento que, de algún modo, ninguno de los dos quiere malograr ese recuerdo. Aún la quiero, por qué negarlo, pero sólo como se quiere a una ex-esposa con quien se tuvo un divorcio amigable.


Esta es para tí... Tania...

[ame="http://www.youtube.com/watch?v=KJzBxJ8ExRk"]YouTube - ‪Tom Jobim: Garota de Ipanema (com Vinicius de Moraes)‬‏[/ame]

 

Mis felicitaciones maestro, que inteligente y buena persona, sin ser un patan y tampoco sin ser un tonto, solo una persona que pone las cosas claras desde el primer momento.

Se comportó como un caballero y apoyo a Tania cuando más necesitaba. Habla bien de usted y como buen lobito, accedió a lo que cualquier cofrade se le hubiese pasado por la mente al tener a una mujer como Tania.

Agradezco el valioso tiempo que se tomó y compartirlo con nosotros, me permite conocerlo mejor a usted, mis respetos maestro.

 

hola como estas amigo buena historia ,,, eres un caballero ,,,,quizas otro no la ayudaria a una chica ,,, pero esta bien quedaste bien con tu familia ,,,

 

maestro memorable historia llena de pasion ..gracias ..por escribir este relato quizas el mejor que haya leido ..con tal .detenimiento ..que parece una pelicula del gran tinto brass ....excelente

mis felicitaciones merece el nobel en relatos ....atte_voyeur18​

 

felicitaciones. que buen relato. gracias por compartirlo. mas de una decada plasmada de muy buena forma en este relato.

 

Aclarando y dejando las cosas como tienen que ser, no hay que pensa rocn la cabeza caliente porque podemos perder todo. Felicitaciones cofra por su excelente relato.

 

Buen relato, esperamos la continuación.
Salu2.

 

No has estado atento. Con la tercera parte, que ya fue posteada, se terminó el relato. Este es el enlace: http://perutops.com/foro-relax/f100/hija-de-mi-secretaria-223633/#post1774755.
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Estimado Darth Plagueis; no cabe duda alguna, que cada texto suyo, trae consigo, no sólo relatos eróticos y deseos que cualquier hombre quisiera con una mujer, sino también transmites enseñanza y hasta una cultura, para no cometer o realizar actos de lo cuales uno puede arrepentirse en un futuro, con las palabras acorde al contexto que tienes por experimentar.

No quiero ahondar en mis FELICITACIONES, por lo muy bien que relatas, pues sería repetir y redundar los buenos comentarios que todos tienen sobre tu persona, así que...a la espera de alguna otra experiencia-que me imagino lo tienes-con alguna trampita, kine o simplemente una juerga, que saliendo de ti, fácil que tienes a todos enganchados por la sutileza de tus palabras.

Saludos!!

 

Tremendo relato brother, k más se puede decir, solo nos quedan los recuerdos de lo vivido

Saludos

 

Excelente su relato cofra, que viene con su moraleja encima.

 

Mis saludos cofrade Darth Plagueis

Excelente relato !!
Excelente Final !!

Ojala pronto podramos disfrutar mas relatos eroticos

saludos

 

Que mas agregar. MAESTRO.

 

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Caramba q buen relato, uno de los mejores que lei en este foro.