Awajun
Soldado
- 31
- 6
- 0
- Registrado
- 19 Oct 2012
- Registrado
- 19 Oct 2012
- Mensajes
- 31
- Puntos de reacción
- 6
- Puntos
- 0
12 Years of Service
Estimados cófrades, luego de tantas batallas ganadas en el terreno amoroso, parece que la vida ha decidido ponerme a prueba. Tengo mi pinta, soy deportista y profesional, pero no suelo tener trabajo porque no le aguanto pendejadas a ningún jefe.
Estoy casado casi 5 años (luego de un noviazgo de 10 años) con una mujer profesional, limeña, fitness, guapa sin llegar a modelito y comprensiva que me quiere. Lo único malo es que tiene una buena posición laboral y económica, y eso la hace "delicadita y modosita", como dicen mis patas. Siempre presta atención al futuro económico, a cómo me visto y cómo me comporto, porque le preocupa lo que digan los demás y los comentarios que puedan hacer sobre cómo se ve el hombre que está con ella. Fui su primer hombre y parece que el único hasta ahora.
Sin embargo, desde hace un año y medio, en un anterior trabajo, conocí y empecé una relación paralela con una flaca también profesional, arequipeña, sana, simpática sin llegar a ser un mujerón, también comprensiva y que me trata con más atenciones que mi mujer. Esta flaca no se hace problemas con su futuro, se cuida pero no llega a obsesionarse con su apariencia y no le disgusta mi forma de ser un poco tosca o vulgar, o sea juguetón, como cualquier pata que tiene algo de calle. Ella no era virgen cuando la conocí, pero sólo había tenido una relación larga de 10 años sin casarse ni convivir. Es bien cariñosa y se desvive por atenderme.
El tema es que al segundo canal le dije que estaba casado, pero separado ya buen tiempo y que mi divorcio era una cuestión de tiempo y dinero, los cuales no tengo y por eso no sale. Así que ella también se siente "la firme".
Les comento que he jugado mi pelota desde chiquillo, he llegado a mantener 4 enamoradas paralelas, pero siempre me quedaba con mi esposa y a las capillas las cerraba luego de un par de meses. Mi problema está en que esta sucursal se me ha metido a la cabeza porque me trata como rey. De hecho, mi mujer también lo hace, pero no se desvive tanto como la segunda.
Cabe indicar que ambas están por los 30 años (igual que yo) y me conocen misio y sin ahorros, además ellas trabajan y no esperan nada de mí. Manejan su dinero y nunca me han pedido nada, es más, me han engreído. No tengo nada, excepto mi cuerpo deportista, mi buen humor y mi buena performance en el sexo. Debido a que el muchacho tiene buena contextura y harto físico.
Cófrades, siento que esta vez no puedo dividir mis atenciones. Mi segundo canal quiere pasar más tiempo conmigo y yo también quiero. Como entenderán, me puedo escapar un par de veces a la semana para dormir con ella, pero la firme va a sospechar. No tengo trabajo (por eso no kineo, jajaja) y no hay razón para ausentarme fines de semana enteros. Lo peor es cuando tengo que dividir mi fin de semana o turnarlas porque ambas me extrañan.
He pensado en divorciarme, pero una mujer como mi esposa (sin pasado, sana, independiente, cariñosa, guapa, comprensiva, culta y trabajadora) no se encuentra así no más. De todas maneras, si me divorcio, no me quiero casar de nuevo. Siento que he aprendido la lección.
Mucho agradeceré me lancen sus opiniones con lo que la experiencia les haya dejado. Me estoy preocupando ahora que vienen las fiestas, pues ambas ya se proyectaron pasar año nuevo conmigo y yo aún no he aprendido a ser omnipresente.
Apóyenme, chorris!
Estoy casado casi 5 años (luego de un noviazgo de 10 años) con una mujer profesional, limeña, fitness, guapa sin llegar a modelito y comprensiva que me quiere. Lo único malo es que tiene una buena posición laboral y económica, y eso la hace "delicadita y modosita", como dicen mis patas. Siempre presta atención al futuro económico, a cómo me visto y cómo me comporto, porque le preocupa lo que digan los demás y los comentarios que puedan hacer sobre cómo se ve el hombre que está con ella. Fui su primer hombre y parece que el único hasta ahora.
Sin embargo, desde hace un año y medio, en un anterior trabajo, conocí y empecé una relación paralela con una flaca también profesional, arequipeña, sana, simpática sin llegar a ser un mujerón, también comprensiva y que me trata con más atenciones que mi mujer. Esta flaca no se hace problemas con su futuro, se cuida pero no llega a obsesionarse con su apariencia y no le disgusta mi forma de ser un poco tosca o vulgar, o sea juguetón, como cualquier pata que tiene algo de calle. Ella no era virgen cuando la conocí, pero sólo había tenido una relación larga de 10 años sin casarse ni convivir. Es bien cariñosa y se desvive por atenderme.
El tema es que al segundo canal le dije que estaba casado, pero separado ya buen tiempo y que mi divorcio era una cuestión de tiempo y dinero, los cuales no tengo y por eso no sale. Así que ella también se siente "la firme".
Les comento que he jugado mi pelota desde chiquillo, he llegado a mantener 4 enamoradas paralelas, pero siempre me quedaba con mi esposa y a las capillas las cerraba luego de un par de meses. Mi problema está en que esta sucursal se me ha metido a la cabeza porque me trata como rey. De hecho, mi mujer también lo hace, pero no se desvive tanto como la segunda.
Cabe indicar que ambas están por los 30 años (igual que yo) y me conocen misio y sin ahorros, además ellas trabajan y no esperan nada de mí. Manejan su dinero y nunca me han pedido nada, es más, me han engreído. No tengo nada, excepto mi cuerpo deportista, mi buen humor y mi buena performance en el sexo. Debido a que el muchacho tiene buena contextura y harto físico.
Cófrades, siento que esta vez no puedo dividir mis atenciones. Mi segundo canal quiere pasar más tiempo conmigo y yo también quiero. Como entenderán, me puedo escapar un par de veces a la semana para dormir con ella, pero la firme va a sospechar. No tengo trabajo (por eso no kineo, jajaja) y no hay razón para ausentarme fines de semana enteros. Lo peor es cuando tengo que dividir mi fin de semana o turnarlas porque ambas me extrañan.
He pensado en divorciarme, pero una mujer como mi esposa (sin pasado, sana, independiente, cariñosa, guapa, comprensiva, culta y trabajadora) no se encuentra así no más. De todas maneras, si me divorcio, no me quiero casar de nuevo. Siento que he aprendido la lección.
Mucho agradeceré me lancen sus opiniones con lo que la experiencia les haya dejado. Me estoy preocupando ahora que vienen las fiestas, pues ambas ya se proyectaron pasar año nuevo conmigo y yo aún no he aprendido a ser omnipresente.
Apóyenme, chorris!