Me apaixonei en Brasil y con tres hermanas me enredé

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por gnussi98, 11 Ene 2023.

    gnussi98

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    Este relato es parte de una etapa de mi vida. Trataré de que sea lo más conciso posible para no aburrir al lector, así mismo trataré de variar algunos vivencias para que no sean ofensivas para algunos lectores y en especial para no irme en contra de las normas de este foro.

    ********************************************************************************************

    Habia empezado como practicante en esa pequeña oficina, a pesar de tener poca gente, teníamos varios proyectos en el tema de ingeniería y automatización, además habia un área pequeña donde se importaban y vendían equipos para el mercado de alta y media tensión. Así conocí a Thiago, un brazuca que de cuando en cuando visitaba las oficinas como representante de una de las marcas. Como practicante hacia de todo, desde preparar café hasta venir algunos fines de semana a apoyar haciendo o corrigiendo planos. Iba dos o tres veces por semana a la oficina, apenas me reconocían los pasajes y un poco de dinero extra, que lo usaba para pagar cursos paralelos a la universidad.
    Una de mis labores fue llevar a Thiago y un par de clientes a recorrer los chongos de Lima, apenas si conocía las cucardas y otro par, pero de mala muerte. Thiago era un putero empedernido, decía que le gustaba venir a Perú porque comía bien y cachaba rico. El jefe del área contaba que había estado hace mucho tiempo en Brasil haciendo unas practicas (estágio), apenas regresó a Perú y consiguió un trabajo bien remunerado. Me gustaba escuchar atentamente las historias de los "colegas", había planeado que sería buena idea ir a Brasil en un par de años, cuando terminase la universidad. Por otro lado mi vida sexual andaba viento en popa, cachaba cuando quería y mis inquilinas o amantes se habían diversificado. Quien desee, puede leer algunas aventuras con mis amantes inquilinas aquí.

    Por otro lado, mi padre había decidido mudarse a Lima y vivir en el apartamento más grande en uno de sus inmuebles, que yo hace tres años administraba y llevaba con bastante dedicación paralelo a mis estudios. Mi padre exigió que yo deje el pequeño apartamento en la azotea e irme a vivir en una habitación con él y su familia. Me rehusé por completo, le pedí que se haga cargo sólo de mi pensión en la universidad, del resto podía encargarme yo, tenía varios cachuelos y no se me haría difícil buscarme una habitación cerca a la universidad, mi padre se negó. Había terminado una especie de relación una hermosa chinita (aquí el relato). A causa de estas nuevas adversidades y otras que no vienen al caso contarlas ahora, un día llamé a Thiago, quien ya estaba en Brasil, y pregunté la posibilidad de hacer un estágio, Thiago comentó que yo aún no tenía la suficiente experiencia, pero si un día pasaba por Brasil, quizá existía la posibilidad de hacer un estágio voluntario por un par de meses. Esas palabras fueron suficientes para tomar una de las decisiones menos planeadas de mi vida: ir a Brasil, buscar un trabajo y olvidarme de Lima, mi chinita y de todo lo que me agobiaba en esta ciudad.

    Mi llegada a Brasil fue pesada, había juntado todos mis ahorros y vendido mi auto-carcocha. Viaje en Bus hasta Arequipa, Puno, Bolivia, cruce el chaco y tuve un par de desventuras en Paraguay. Seguí sin inmutarme y llegué a São Paolo, apenas si pasé dos noches allá y seguí mi recorrido hasta Minas Gerais, ahí me instalé en una ciudad al interior de Minas en un hostal de mala muerte. Tenía que ahorrar todo el dinero posible, no tenía la más mínima idea de lo que vendría. El clima en Brasil era cálido, estábamos a principios de diciembre, las garotas que había visto hasta ahora eran un tema aparte, la variedad resultaba increíble, morenas, negras, blancas, rubia, mezclas que no había visto hasta ahora. A los dos días de mi arribo, me fui directo a la oficina de Thiago, me presenté sin avisar. Thiago casi se cae de espaldas al verme, me invitó a pasar y después de una larga espera, me presentó al jefe de personal, le comenté mis intenciones y les mentí descaradamente que había venido de vacaciones a visitar a un familiar. Me dijeron que por estar cerca el fin de año, iban a tomar una decisión recién a principios del año siguiente. Si aún estaba dispuesto quizá podrían ayudarme hasta ahí. Les sonreí amablemente y me despedí, les aseguré que la primera semana de enero sabrían de mi, había pensado quedarme todo el verano.

    El hostal de mala muerte donde me quedaba, era el refugio perfecto para parejas de brazucas que querían pasar un rato a cachar, había de todo prostitutas, homosexuales, parejas de jóvenes amantes, etc. Todo el tiempo oía gemidos, llantos, risas y mucho olor a marihuana. Me batía a pajazos, cuando escuchaba los gemidos. Entablé una pequeña amistad con un panadero, él había vivido en su juventud en Argentina y sabía un poco de español. Un día le pregunté, si tenía alguna chambita para mi, me dijo que necesitaba a alguien para que le ayude algunos días a la semana, el trabajo empezaba a las 3 de la mañana. Ya que no tenía más que hacer, acepté, me prometió que el desayuno y almuerzo iban también por su cuenta, pero al menos no disminuiría tan rápido el poco dinero que había traído de Perú.
    Empecé al día siguiente, además del panadero, había tres ayudantes, me recibieron muy bien, yo trabajaba concienzudamente, a la gente le agradaba mi actitud, a la semana de estar en ese lugar, el panadero me comentó que su mamá era una persona mayor, vivía sola desde hace un año, antes vivía con su hijo (el hermano del panadero) pero este había fallecido por un tema de salud. El lugar que ocupaba el hermano estaba vacío, solo había piezas de computadoras, el hermano era un técnico de computadoras y aparatos electrónicos, habían querido vender las piezas, pero como no sabían sobre ese tema, no habían podido hacerlo.

    Me acomodé en el "barracão", la dueña era una anciana: Fátima, ella se sentía sola, sin casi contacto con nadie. El precio era bastante barato, me estaban haciendo un gran favor. Les aseguré que podía, con el tiempo, encargarme de escoger que piezas serían útiles para vender y cuáles no, en caso recaudase dinero, se lo daría íntegro a Dona Fátima.
    Los días pasaban y la Navidad estaba cerca, así mismo la arrechura me embargaba, donde volteaba sólo veía mujeres en pequeños shorts, ropa ligera y una más hermosa que la otra, trataba de estar enfocado en mi pequeño bico en la panadería, ordenando y limpiando el barracão y tratando de ver como hacer para ligar al menos una brasileirinha. La dueña del barracão me comentó que iba a pasar Navidad en casa de su hija, Silvana, Dona Fatima le había comentado sobre mi y había aceptado gustosa que también participe con ellos, mi amigo el panadero quizá también aparecería luego.
    Silvana tenía tres hijas: la menor Ariane, la del medio Fabiana y la mayor Larissa. Ariane tenia 17 años, estaba terminando la escuela, parecía la más centradas de las tres, quería hacer el "vestibular" y estudiar en una universidad, era delgadita pero con pechos grandes, cabello negro risado y un rostro risueño. La segunda, Fabiana, era blanca, cabello rubio, parecía teñido, pequeña y también con grandes pechos, tenía 19 años y un niño pequeño, sin mucho reparo y sin que le pregunte me dijo que llevaba una relación abierta con el papá de su hijo. La mayor y más reservada era una bestialidad de mujer, 1.83m, piel morena clara, con pecas, cabello ensortijado negro, una figura perfecta: culo grande, cintura pequeña, y también grandes pechos, ese día casi no conversé mucho con ella, desapareció de un momento a otro. Me quedé impresionado, nunca había estado tan cerca de una mujer tan alta y tan esbelta, podría hasta asegurar que podría fácilmente trabajar de modelo. Durante la fiesta de navidad fui la curiosidad de la celebración, todos querían conversar conmigo, me preguntaban que hacía en Brasil, como era Perú, yo hablaba despacio y pausado no tenía ni tres semanas en Brasil, había aprendido algunas palabras en Portugués, me resultaba un poco difícil comunicarme con ellos. Acepté una copa de vino, por compromiso, no tenía deseos de beber alcohol, llegaron más familiares, me agradecieron por cuidar del lugar y ocuparme de las cosas del hermano fallecido.

    Los días transcurrían y yo continuaba más caliente, el calor era impresionante, necesitaba varios baños de agua fría y varias pajas al día para calmar la calentura. Además del pequeño cachuelo en la panadería había logrado armar con éxito una PC con las piezas disponibles, no fue muy difícil.Silvana había comentado que Ariane necesitaba una computadora para el colegio y quizá luego para la universidad. Les dije el precio aproximado y que el pago se lo haga íntegro a su madre. Fabiana aprovechó y me invitó a una fiesta de año nueva en casa de unos amigos, Ariane también iba a estar ahí. De la mayor, Larissa, y musa de mis pajas nocturnas nadie sabía donde pasaría año nuevo.

    La fiesta de año nuevo estuvo divertida, era casi una moda ficar con alguien, es decir chaparte a alguien durante la fiesta. Vi a Fabiana agarrar hasta con dos tipos distintos durante la fiesta, Ariane estaba todo el rato junto a un chibolo de su edad, yo apenas estaba metiéndole letra a una morena que conocí y nos besamos un par de veces, no entendía bien de qué iba el asunto. Pensé que ya me la iba a llevar, pero al rato vi que ella estaba con otro tipo de la fiesta, estaba confundido. Poco a poco me enteraba que "podías agarrar" con varias o una sola, una morena llegó cerca de mi y después de una corta conversación en portuñol me pidió para besarnos, empezaba de a poco a entender como iba a ser en adelante mi tiempo en Brasil.
     
    gnussi98, 11 Ene 2023

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    Sí que promete tu relato cofrade, continúe por favor.
     
    El Manchas, 11 Ene 2023

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    Siga cofra ,se nota interesante
     
    sorek, 11 Ene 2023

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    Un relato o más grande del mundo sigale
     
    luislimasjl, 12 Ene 2023

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    No nos dejes en el aire, que siga la historia
     
    luke240567, 13 Ene 2023

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    #5

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    Está muuy prometedora su relato cofra, como los anteriores, espero ansioso la continuación, y si hay fotitos upa
     
    Htl, 14 Ene 2023

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    #6

    chikipunk

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    EU cofradhino brasileiro !
     
    chikipunk, 16 Ene 2023

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    #7

    gnussi98

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    (Segunda parte)

    Nos regresamos como a las 4 de la mañana de la celebración. Silvana, la madre de las chicas, las recogió en su auto y aproveché para que me de una "carona". En el camino íbamos conversando sobre la fiesta. La rubia Fabiana estaba picada, Ariane no bebía alcohol y yo apenas si me tomé un par de cervezas. Ariane contaba que nadie le había saludado por su cumpleaños, „é sempre assim“, decía, porque todos estaban más ocupados en la fiesta de año nuevo. Yo la molestaba diciendo que ya era mayor de edad, la hermana le decía que tenía edad hasta de casarse y la madre sólo se reía. Llegamos a la puerta de la casa de las chicas y nos bajamos, les dije que podía ir caminando a mi casa, que estaba a pocos metros de ahí. En la puerta nos pusimos a conversar un rato más, Silvana se fue a guardar el auto y no regresó. Fabiana dijo que iba a ver a su hijo y luego tampoco regresó, me quedé conversando con Ariane, me comentó que la morena con la que estaba chapando en la fiesta era su prima, yo le hablaba del chibolo que estaba con ella, era un amigo y siempre le decía para ser enamorado, habían chapado una vez, pero de ahí no más, según comentó.

    Ariane me preguntó porqué no había hecho nada con su hermana durante la fiesta, me dijo que ella (la hermana) estaba „doidinha“ por agarrar conmigo, me lo dijo medio riéndose. Le dije que me hubiera gustado más chapármela a ella y sin mucho reparo me acerqué a sus labios y Ariane correspondió, empezamos a chapar como diez minutos, su lengua entraba a mi boca como queriendo buscar algo dentro mío. Qué rico beso! pensaba.
    Aquí deseo hacer un paréntesis, según mi propio criterio y experiencia, estoy convencido que las brazucas son las que mejores besan. Cada vez que he besado a una brazuca desde las más jóvenes a las mayores me han besado como si no hubiera mañana, no se si es propio del ADN, la idiosincracia o una cuestión cultural. Espero que alguien con más experiencia lo comente.
    Ariane me abrazaba y sentía mi pene que estaba durísimo, seguimos así y lentamente se despegó de mis labios, dijo que iba a entrar sino se podría molestar su mamá. Nos despedimos y me fui a mi barracão a meterme una ducha fría y un pajazo antes de dormir.

    Los días pasaron, fui nuevamente a la oficina de Thiago a joder y finalmente me dieron el estágio voluntario que estaba buscando, más que por mis cualificaciones casi a insistencia mia y para que dejara de joderles de una buena vez.
    Después de venderle la PC a Larissa, Ariane había corrido la voz en aquel barrio que, un peruano parlanchín estaba arreglando computadores en casa de su abuela. Así que empezaban a llegar de cuando en cuando curiosos para que les instale tal o cual huevada, que le arregle cualquier tontería, pero había notado que la mayoria que llegaban eran mujeres a preguntar cualquier tontería, creo que era más la "fofoca" (chisme) para saber quien era el foráneo. Ni tonto ni perezozo, empecé a planear algo, la leche se me salía por los ojos y además del beso, en modo intenso, que tuve con Ariane no había hecho nada. Un día llegó una morena, color ébano, delgada, con pechos pequeños pero un culo bien parado y formado. Vivía cerca a la casa con su marido y su hijita pequeña, ya la había visto antes pero apenas habíamos cruzado miradas y una miradita de culo por mi parte. Decía que quería comprarse una laptop y buscaba que la asesore, yo le empezaba a conversar sobre tal o cual modelo, y en medio de las preguntas, le preguntaba cada vez cosas más personales, mi portugués era malo para ese entonces, pero hacia el intento hablando despacio y con palabras que ya conocía, ella sólo respondía con una sonrisa cómplice y me decía que le gustaba mi „sotaque“. Me confesaría luego, que una vez se chapó a un paraguayo en una fiesta y que siempre estaba curiosa por aprender más español, sin mucho contratiempo me acerqué de pocos a ella, le decía que me gustaba como se veía, ella sólo sonreía y agachaba un poco la mirada, en una de esas, le tomé de la barbilla y la traje hacia mi, ella accedió sin reparos y nos besamos. Como describí antes, la brazucas son expertas en el beso, con lengua y pasíon incluidas. Estuvimos un rato en un besuqueo intenso, yo quería continuar, pero ella me dijo que tenía que irse, su hija estaba con su hermana en casa y ya iba a llegar el marido. Me propuso que iría a volver al día siguiente, su marido iba a trabajar de noche y podía dejar a su hija con su hermana de nuevo, nos dimos otro beso y esperé con la arrechura a flor de piel.

    Tal cual lo acordamos, al día siguiente como en la nochecita llegó nuevamente. Dona Fátima abrió la puerta y la hizo pasar. Casi me cago de risa, porque trajo una laptop, creo que de los años 80. Me hice el huevón y la hice pasar al barracão, donde estaba el pequeño taller, hice el ademán que estaba abriendo la Laptop y Dona Fátima que no se iba. „Ta mare“ me quedé pensando, „falta que me caguen el polvo“, ya hasta temblaba por la chele acumulada. Por suerte dona Fátima dijo que iba a ver la novela y se despidió. Al toque cerré la puerta lentamente y me acerqué a ella, había venido preparada, tenía una blusita y un pantalón jean, podía apreciar su culito paradito, sus pechos no eran tan grandes, medianos, había venido bien bañadita, con seguridad ya sabíamos a que estábamos jugando. Le dije que estaba bien linda y la empecé a besar, ella correspondió con su lengua jugando en mi boca. De a pocos le empecé a desabotonar la blusa, nunca había estado con una chica negra, sus pezones eras oscuros y grandes, parecían dos arándanos, los cuales chupé con pasión y arrechura, ella me agarraba la cabeza y cerraba los ojos con un gemido bien despacio. Tenía la barriga planita, le cogí el culo y estaba bien durito, me preguntó si tenía „camisinha“, y saqué como tres paquetes que me había traído de Perú, podría estar sin donde caerme muerto, pero lo primero que empaqué en Perú fueron varias cajas de condones. Me quité el polo y el bermudas y ella empezó a buscar mi pene debajo del boxer y a jugar con él. Yo por mi lado, ya le estaba bajando el pantalón, llevaba una tanguita roja, entramos despacio a mi habitación y la incliné hacía la cama, su culo era bien quebradito y redondo, parecía que se podía poner una taza encima. De puro arrecho le quité el calzoncito con los dientes y empecé a morderle el culo de ébano, su piel era suave, pero el culo estaba bien durito. La volteé para apreciar que tenía la conchita bien depilada y suavecita, tenía sus labios un poquito hinchados, sin más preámbulo la tiré a la cama y empecé a chuparle la conchita, con mis manos le abría un poco más para buscarle el botoncito, su clítoris empezaba a ponerse duro de a pocos. Ella gemía, de rato en rato me decía que me ponga el condón para ser penetrada, pero yo estaba concentrado, jugando en su conchita con mis dedos y mi lengua, ella de rato en rato se estiraba para agarrar mi pene y frotarlo con su mano, gemia de placer y me decía „me-fode seu safado“ , me posicioné entre sus piernas y me puse el condón.

    Empecé a jugar con mi pene en la entrada de su vagina, ella me jalaba los brazos, quería que la penetre, así lo hice, su concha era caliente, que rico sentía, cada arremetida sonaba más fuerte, yo estaba medio asustado que nos escuche la dueña de la casa, pero, el calor de su conchita me hacía perder cualquier tipo de ecuanimidad, creo que nunca había sentido una concha tan caliente y a pesar de tener una hija pequeña, sentía que mi pene se aprisionaba. Así estuvimos un buen rato, cuando sentía que me iba a venir, bajaba la velocidad o dejaba de moverme. Luego la volteé, ella puso su cuepo en la cama y levanto el culo, en esa posición de perrito empecé a penetrarla. Luego de un rato, ella se despegó y me dijo: „Vai adorar isto“, me sentó al filo de la cama y ella se sentó encima mio, luego empezó a moverse en círculos, como si bailase. ¡Qué rica sensación! Le tomé con ambas manos del culo y mis manos se movían al ritmo de su culo, mientran ella se movia de arriba y abajo y con ese baile incluido, ya ni aguante cinco minutos y me vine a borbotones. Ella se volvió hacia mi y me preguntó: „Gostou?“.

    Yo estaba sudando, nos quedamos un rato, descansando y me dijo que tenía que volver a su casa, yo no sabía hasta cuando no iba a volver a cachar, la tumbé de nuevo en la cama y le subí las piernas, casi la volteé, le empecé a chupar de nuevo la concha y empezaba a meter mi lengua en su culito, ella me advirtió que por atrás no era lo suyo, sabía cual era mi plan. En esa posición la empecé a penetrar de nuevo con fuerza, esta vez me demoré más tiempo, nuevamente ella tomó la iniciativa y me echó en la cama y empezó a cabalgar encima mío, de nuevo empezó a moverse como danzando, como si bailase una zamba encima mío, yo le apretaba las tetas y me viné otra vez, esta vez ella cayó rendida en mi pecho. Nos quedamos un rato casi sin aliento. Quedamos en vernos otra vez, pero la cosa era con cuidado, yo estaba en cancha ajena y encima jugando de visitante, así que tenía que estar experto.

    Mis días transcurrían en ir tres veces por semana al estágio en la empresa y cahuelearme en la panadería. A veces me encontraba con Ariane y Fabiana, después del beso que tuve con Arine, empezó a haber más confianza entre ambos, a veces la molestaba, pero sanamente. Muy pocas veces me encontraba con mi musa pajeriles Larissa, aún así, cuando nos veíamos con Larissa, ella era también amable y hasta coquetona conmigo me abrazaba y se recostaba en mi, ya que siempre estaba con tacos yo parecía un llavero a su lado. Cierto día el panadero me dijo que la chamba estaba bajando, ya había pasado la época de fiestas y no necesitaba mucha gente, me presentó a un amigo suyo que tenía un taller de soldadura, también cerca a la casa. Me lo presentó y me dijo que venga un dia, yo conocía algo del tema y no fue difícil emplearme ahí. El taller tenía seis chacales más, además del dueño: Cassinho. El trabajo era más divertido que la panadería, estaba más familiarizado con las herramientas, había bastante trabajo en estructuras metálicas y esas cosas. Al toque me hice pata de un chacal ahí: Moné, me acoplé al grupo y trabajaba más días que con el bico anterior. Ya que también dobleteaba en la oficina de Thiago con mi estágio, el jefe de personal me ofreció pagarme un curso de portugués si disponía de tiempo y ganas, al toque acepté, ya me había comprado un libro de gramática un diccionario y mi portuñol empezaba a mejorar cada dia.

    Una tarde, después de la chamba, me encontré con la loira Fabiana, me comentó de una feirinha que se hacían en otro barrio cerca. Basicamente se vendía ropa, comida y bebida, típico de las ferias callejeras. Le dije si quería ir y me aceptó al toque, pensé que iba a llevar a Ariane, pero me dijo que no estaba en casa y quedamos para vernos luego, para que me llevé allá. En la nochecita fue a la casa de su abuela y luego toco la puerta de mi barracão, tenía un shorcito jean, sus piernas eran contorneadas y bien blancas, el culo era normalito y claro esa familia tenían unas tetazas, a pesar que Fabiana era delgadita las tetazas parecían que se iban a meter en mis ojos. Nos fuimos juntos a la feria, me preguntaba sobre mi estágio, me hacía preguntas si tenía novia o esposa en Perú y en fin, el clásico „bate-papo“ brazuco. En la feria, empezamos a caminar, me volví fanático del churrasquinho con farofa a falta de comida peruana, comimos algo y nos tomamos una cerveza. Algunos chibolas bailaban funk con movimientos sexys, eso me puso de nuevo arrecho.

    Fabiana vivía en casa de su mamá, junto a Ariane y Larissa, la mamá se había separado hace poco tiempo del padre de las hermanas y se había ido a vivir al interior del país. Fabiana me preguntaba si ya había conseguido novia en Brasil y huevadas así, le dije que me gustaría conocer una novia rubia, le dije que en mi país no hay muchas rubias y una como ella sería la sensación de todo el barrio, ella se reía y me decía „Você é um espertinho, eu sei onde quer chegar“ (se que eres un pendejito, y se a donde vas). Entre risa y risa nos dimos un beso y luego otro, nos pedimos una cerveza más y ya con confianza le empezab a meter letra en mi portuñol. Me contó de su tío, que vivía en el barracão donde yo me quedaba y que de niña jugaba ahí con su primas. De puro pendejo le dije para ir por allá para recordar viejos tiempos, se río y me advirtió que iría sólo a ver.

    Llegamos casi a las diez al barracão, Fátima ya estaba dormida, vi la luz apagada. Le mostré el tallercito y le pregunté si tenía ganas de ver cómo me había instalado, Fabiana lo dudo un poco, pero me aceptó entrar. Ni bien entró y la besé de nuevo, le dije que tenía muchas ganas de ella desde la fiesta de año nuevo, ella me besaba también. Pegué mi cuerpo al suyo, porque tenía la pinga bien dura, ella agachó la mirada y se mordió el labio inferior. Empezamos a besarnos con más arrechura, le quité el topcito que llevaba, me parecía impresionante el contraste del color de piel con ella y el de sus hermanas, Fabiana era técnicamente cruda. Sus enormes tetas me hipnotizaron, casi de un tirón le arranqué el brassier que llevaba y vi, con sorpresa, que a pesar de sus enormes tetas y un hijo de por medio, tenía los pezones y las aureolas bien chiquitas y rosaditas, además se notaba el bronceado del bikini, eso me puso más caliente aún y me empecé a chuparle las tetas, mi lengua se deslizaba sobre su pezón derecho para luego pasar en medio de sus pechos y empezar el recorrido por su seno izquierdo, chupaba su pezón con esmero, luego el procedimiento se repetía en sentido contrario, Fabiana gemía de placer, luego comencé a bajar mi mano por su vientre, lentamente le desabroché el shorcito que llevaba, ella se quedó paralizada, metí mi mano debajo de su short y poco a poco llegue a su conchita que estaba bien rasurada y muy mojada, le toque su clítoris y estaba muy parado y lo empecé a masajear circularmente y ella empezó a moverse, le metí un dedo en su concha y ella gimió con fuerza y empezó a buscar mi pinga, ninguno de los dos decía una palabra, yo me acomode mejor y me saqué el bermudas para que ella pudiera sacar mi pene de mi bóxer y entonces Fabiana empezó a hacerme la paja y yo le metí otro dedo y los moví con mas rapidez, ella gemía y yo también. Le quité el short que llevaba y su tanguita, me arrechó la marca del bronceado en ese culito blanco y crudo. Tenía la conchita rasurada, cuando me agaché para chuparselo, noté que tenía pelitos rubios, yo estaba convencido que Fabiana era rubia teñida, pero no tenía interés de discutir eso en ese momento.

    Fabiana me agarró de la pinga y así me llevó a la cama, le dije que se echara nuevamente y le dije: „quero continuar chupando mais um pouco sua bucetinha“ Fabiana se reía y me decía que en esa situación mi portugués si había mejorado. Empecé a lamer por los lados de su concha para que se excitara muchísimo, su concha emanaba un olor a sexo que me enloquecía y decidí meter mi lengua en su elixir de pasión, Fabiana se retorció y gimió diciendo „uuummm…“. Pase mi lengua por la entrada y chupe sus deliciosos jugos, seguidamente subí mi lengua hasta su clítoris y se lo empecé a chupar y mover mi lengua con rapidez, ella me tomó la cabeza y me hundió contra su vulva y en eso, sentí que una pierna suya empezaba a temblar y el sabor de su conchita cambió ligeramente.
    Me reincorporé en la cama y le dije que me lo chupara, Fabiana me dio una mamada de campeonato, no quería venirme, pero creo que ella se dio cuenta y me agarró la pinga con más fuerza, quería separarme, pero ya era tarde, me sacó toda leche con la boca, no me dejó ni una sola gota. Nos echamos un rato y conversamos sobre ella, me dijo que a veces podíamos vernos, a veces no tenía tiempo porque practicamente era madre soltera y todo el rollo.

    Empezaba a jugar de nuevo con sus tetas y me puse nuevamente en forma, bajé nuevamente y empecé a chuparle de nuevo la conchita le metí un dedo en su concha y uno en su culo y empecé a sacarlos y meterlos, Fabiana no se quejaba, sólo gemía. Me puse el condón y me subí sobre ella para penetrarla, de un solo empujón le metí mi verga, ella gimió y yo empecé un mete y saca, ella me decía, „não pare!, não pare!“ y entonces aceleré nuevamente, antes de venirme, la puse en cuatro y le empecé a perforar su concha, Fabiana estaba extasiada de lujuria y pasión, le tome sus tetas y la envestí como un animal ella me decía „assim, assim, assim, eu gosto muito“, entonces quise comerme su culo y le metí un dedo en su culo mientras me la cachaba, luego le metí otro dedo y luego otro, cuando ya podía meter los tres dedos con facilidad, saque mi pinga y se la empecé a hundir en su culo, Fabiana me dijo, „da um jeitinho para não me machucar“ (intenta no hacerme daño) y yo lo hice así, poco a poco se lo fui metiendo hasta que la tuvo toda adentro, entonces empecé a sacarlo y meterlo lentamente y cuando me dijo que ya no le dolía, empecé a bombearla rápido mientras Fabiana se metía sus dedos en su concha y jugaba con su clítoris, pasamos varios minutos en ese ajetreo y me vine en su culito rico, se la saqué y estaba untada de excremento, me fui a lavar, ella se metió en el baño conmigo y nos enjabonamos juntos, cuando salimos del baño miré el reloj y eran como las tres de la mañana, le di un beso en la boca y le agradecí, entonces ella me dijo que muchas gracias a mi porque hace mucho rato no la pasaba tan rico.
     
    Última edición: 17 Ene 2023
    gnussi98, 17 Ene 2023

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    (Tercera Parte)

    Mi tiempo la pasaba entre el estágio y mi chamba en el taller de soldadura. El jefe del taller se hizo mi pata en poco tiempo, me quedaba horas extra, los fines de semana o el tiempo que sea necesario, en el estágio había empezado un curso de portugués y ayudaba a la gente de la oficina con algunos trabajos en programación y sobre todo con traducción del portugués al español y el inglés. Lo fines de semana salía con mi pata de chamba Moné, íbamos a los bares a tomar chela. Belo Horizonte es una ciudad llena de bares, prácticamente en cada esquina hay un bar, algunos con billares, máquinas de video juego Arcade. Siempre hay música alta, las chicas bailan, en fin, con el calor encima y la fascinante vida nocturna, terminaba siempre tomándome varias cervezas y conociendo un montón de gente interesante, ya casi no tenía problemas para entender el idioma y estaba hablando mucho portugués. En los bares terminaba siempre chapando con una o a veces con más chicas la misma noche. A veces tiraba con la loira Fabiana.

    Cierto día, el jefe de la empresa donde hacía mi estágio me dijo que iban a llegar unos clientes de Inglaterra, él no sabía mucho inglés y necesitaba alguien que los apoye, me dijo que me iba a pagar extra y además iba a celebrar una parrillada en su casa donde también iban a ir los ingleses. Acepté sin chistar. Ese viernes me vestí para la ocasión y fuimos temprano a desayunar a un restaurant lujoso y luego a hablar sobre las inversiones y proyectos que se iban a realizar, yo estaba de “traductor” mi inglés no era de lo mejor, pero mucho mejor que el del gerente. En la tarde fuimos a almorzar algo ligero y terminando la reunión el jefe nos invitó a todos a una reunión a su casa, dijo que su esposa iba a ofrecer una fiesta y los gringos estaban invitados y, claro, el peruano arrimado también estaba invitado.

    La casa del gerente era una lujosa, tenía piscina y un jardín inmenso, había mucha gente, música y flacas ricas nos miraron cuando llegamos y nos presentaron. El grupo de los gringos, el jefe y yo nos metimos a una habitación, el jefe nos mostró botellas de licores y nos sirvió a cada uno según la elección. Después de la segunda ronda de alcohol, el jefe sin inmutarse sacó un origami de su bolsillo con un polvo blanco adentro y armó varias líneas en un plato y nos ofreció a todos. Los tres gringos estaban más felices que perros con dos colas, yo estaba bastante palteado, apenas si había tenido alguna borrachera en mi vida y fumaba de cuando en cuando un cigarrillo. El jefe me miró me dijo “Deixa de ser viado peruano, você vai gostar” (Deja de ser marica peruano, te va a gustar). Solo atiné a agachar la cabeza y esnifar. Desde ese momento todo lo que narraré a continuación será bastante grotesco, durante el resto de la fiesta perdí el concepto del tiempo y en parte de la realidad.

    La fiesta se encendió en ese momento, conversaba con más familiaridad y soltura con los tres gringos y el gerente. Salimos después de un rato a la fiesta, nos mezclamos con los demás, los gringos nos perdieron el tiempo y empezaron a arrimarse a un par de señoras bien ricas. Un muchacho amable se me acercó y me habló en inglés, era Erick el hijo del gerente, me pareció muy amable, debía tener más o menos mi edad. Me llevó nuevamente al cuarto donde había estado antes con su papá y los gringos y nos bebimos una ronda más de scotch, congeniamos rápidamente. Una chica blanca y de cabello azabache liso entró de improviso a la habitación, llevaba un piercing en la nariz, tenía un conjunto blanco y tacos altos, me asusté un poco, era simplemente hermosa, Erick me la presentó como su hermana. Con una mirada fulminante le preguntó a su hermano "já tens tudo pronto?" (ya lo tienes listo?). Erick sonrió y le dijo que cerrara la puerta con llave. Sacó una bolsita de plástico con una hierba dentro, sospeché lo que era. En mi delante armó un cigarrillo y le hecho un polvo blanco, me preguntó si iba con ellos, como dije, mi mente estaba distorsionada, así que acepté sin medir consecuencia alguna. Salimos a otro jardín trasero y fumamos un rato. Conversamos un poco más, la hermana parecía seria pero era bien amable y risueña, les conté un par de anécdotas de la empresa, ellos conocían a todos los empleados, incluso su papá les había hablado de un peruano parlanchín que había llegado a hacer unas prácticas.

    Salimos los tres al jardín principal, me encontré de nuevo con el gerente, me abrazo y me presentó a sus hijos, les dije que ya los había conocido, “Divirta-se Peruano, sente-se em casa” (diviértete peruano, siéntete en casa), me dijo. En un momento me dirigí al baño, me encontré con uno de los ingleses, uno gordito, medio chato. “Come over here man”, me dijo y nos metimos a un cuarto junto al baño, saco un dispositivo metálico de su bolsillo, giro una perillita sobre su mano y salió un polvo blanco, nuevamente me invitó a esnifarlo, mi realidad se distorsionaba aún más. Estaba conversando algo con él, hasta que llegó el otro inglés y entre risas se lo llevó a otro lado. Regresé al jardín, la situación me parecía estrambótica, pero tampoco quería moverme del lugar, la fiesta estaba muy buena y no tenía idea de cómo volver a mi habitación. La hermana de Erick me jaló del brazo, me ofreció tomarnos otra ronda de scotch, acepté con gusto, le pregunté por su hermano, me dijo que había ido a la favela con su primo a comprar un par de cositas. Le pregunté si quería seguir fumando, me dijo que tenía ganas de aspirar algo. Sólo me sonreí, metí mi mano a uno de los bolsillos de mi pantalón y, no me explico, hasta hoy en día, como diablos apareció el dispositivo metálico, que minutos antes esta maniobrando el chato, en mi bolsillo. Ella me miró anonadada y casi con la boca abierta, me preguntó si estaba llena. Me acerqué hacia ella, tomé su mano y tal cual me lo habían hecho a mí, giré la perillita y salió un polvo blanco, ella lo esnifó y dio un gemido de felicidad. “Isso é muito bom”(está buenazo), dijo. Me preguntó de dónde lo había sacado. “Coisas do Peru” le contesté y nos reímos. Nos quedamos mirando fijamente sin decir nada, y rompí el silencio con un: “Você sabe como você é gostosa?” (sabes que estás bien rica). Ella se rió y me respondió “Você sabe que está com o pau duro o tempo todo?”(sabes que has estado con la pinga levantada todo el rato). Por mi estado, no me había dado ni cuenta que hace rato tenía una erección de mil demonios y como estaba con un pantalón de tela, se notaba claramente. Ella se acercó y con su mano me toco por encima del pantalón, me jaló de la mano a otra habitación, parecía una habitación de invitados.

    Me pidió que me desabrochara el pantalón, así lo hice y ella se puso de cuclillas y empezó a darme una mamada de campeonato. Nunca había sentido mi pinga en ese estado, como adormecida y dura como un pedazo de hueso. Ella lo frotaba de arriba a abajo con una mano y succionaba como si quisiera sacar algo valioso de mi pinga, así estuvimos por un largo rato, en mi mano aún tenía el dispositivo metálico, sin decirle nada puse el polvo en mi mano y se lo ofrecí. Ella lo esnifó con fuerza, luego puse otro poco en mi pinga erecta, ella lo esnifó aún con más fuerza y me volvió a chupar la pinga como si fuera lo más delicioso que habría chupado. Me preguntó si tenía condón, le dije que no. Se reincorporó y me dijo para ir al segundo piso, fuimos al cuarto de Erick. Cerró la puerta con seguro y entre sus cosas encontró una tira de condones, me agaché frente a ella y le subí el vestido, tenía un hilito dental blanco, dentro de la tanguita tenía una tarjeta telefónica (en ese tiempo se usaban unas tarjetas para los teléfonos públicos), luego me enteraría para que lo utilizaba. Puse su tanguita de lado y empecé a chuparle la conchita, la tenía rasuradita y estaba extremadamente húmeda. Ella gemía despacito y me jalaba el cabello, me incorporé nuevamente y nos besamos. Me dio la espalda y me indicó que le baje el cierre del vestido, así lo hice y se quedó en ropa interior, me apresuré en sacarle el sostén y la tanguita, también me quité de un tirón la ropa y se echó en la cama con las piernas abiertas, nuevamente le chupé la conchita con insistencia buscando con mi lengua su botoncito mientras ella gemía de placer.

    Ella me pidió el dispositivo metálico y colocó polvito blanco encima de su rajita, lo esnifé con frenesí y continué chupando su conchita. Me puse el condón y me eche sobre ella, ahora chupaba sus tetas blancas y grandes. Ella me dio una mirada fulminante y empecé a penetrarla, mis embestidas eran brutales, ella mordía un pedazo de la sabana y gemía como una verdadera perra en celo, de un tirón le pedí que se volteara, en perrito, ese culo blanco y sabroso estaba frente a mi, le chupé el culo y la conchita, metí un dedo a su culo, pero ella me pidió que no le diera por atrás. Mientras me la cachaba en esa posición, le palmeaba el culo, que ya estaba rojo de tantas palmadas, y ella lo disfrutaba. “Quer gozar em minha boca?” (quieres correrte en mi boca), me ofreció. Si, le dije, seguí dándole y cuando ya estaba a punto le hice una indicación, me saqué el condón y me vine con una intensidad, que yo mismo me sorprendí por la cantidad de leche que hasta se atoró, pero supo tragársela hasta la última gota.

    Salimos nuevamente a la fiesta, bajando la escalera nos encontramos con su hermano y un amigo de ellos, fuimos de nuevo al jardín y estuvimos un rato bebiendo y conversando. Nuevamente Erick ofreció ir a tomar una ronda de scotch a la habitación de los tragos. El primo jaló a otra chica, ni bien entramos, la otra chica cerró la puerta con llave, Erick sacó un origami de su bolsillo y esparció el contenido en una bandeja. La hermana se subió levemente el vestido blanco y con la tarjeta que había visto anteriormente armó varias líneas. Después de un rato sentados, el amigo pidió ir de nuevo a la fiesta, jalé disimuladamente el brazo de la hermana y le dije al oído si quería repetirlo. Ella me dijo también al oído que salgamos al jardín, ella iba a decir que iba a ir al baño y que en ese momento suba yo de nuevo al cuarto de Erick y la esperé ahí. En el jardín llegaron más amigos de ellos, conversamos y bebimos un poco más. Después de un buen rato, ella dijo que iba a hacer una llamada y se retiró, casi tras de ella, dije que iba a ir al baño y me fui directo al cuarto de Erick. Estuve ahí unos minutos, la hermana abrió la puerta y me pidió ir a la habitación de ella.

    Ya en su habitación nos besamos nuevamente, metí mi mano bajo su vestido y empecé a apretujar su culo delicioso por debajo del vestido, le dije, y casi le imploré que quería probar su culo hermoso. Ella sacó de entre sus cosas una crema y me pidió que se unte el culo para que no le duela, nos desvestimos nuevamente y empezamos a cachar de perrito, cuando ya estaba listo, le unté el culo con esa crema e introduje primero uno y luego dos dedos, cuando percibí que ya estaba lista, ella se quebró aún más y me invito a penetrarla. Mientras le metía la pinga hasta el fondo, ella se masturbaba con su mano, así estuve un buen rato, cuando sentí que me iba a venir saqué mi pinga de su culo y aproveché que estaba abierto para sacarme el condón y venirme dentro de su culo, ella gimió nuevamente como perra en celo, mi leche corría por su culo y goteaba en su cama. Ella se fue al baño y salió después de un rato.

    Nos fuimos de nuevo a la fiesta, yo ya estaba ebrio y mis ideas estaban distorsionadas completamente, me despedí como pude de los presentes y del gerente. Él me abrazó y me agradeció la visita, me dijo que si necesitaba lo que fuese que podía contar con él. Hasta hoy no puedo recordar el nombre de su hija, que me dió uno de los mejores polvos de mi vida.

    Llegué en un taxi a mi casa, cuando bajé del taxi, noté que había una fiesta al lado de la casa, apenas bajé del taxi y la loira Fabiana me dio el encuentro, le conté que estaba en una fiesta del trabajo, me dijo que me estaba llamando, pero mi celular estaba apagado. Me dijo si quería ir a la fiesta, era cumpleaños de su amiga. Nos fuimos a la fiesta, tenía un hambre voraz, comí todo lo que pude, casi no bebía, empecé a recuperar poco a poco mi ecuanimidad. Después de un par de horas le dije que me iba a descansar, ya eran como las tres de la mañana. Fabiana me dijo que también se iba a despedir, le ofrecí, casi por compromiso, ir a mi habitación, ella aceptó con una sonrisa lujuriosa. Con las últimas fuerzas que me quedaban, la caché, aún con mi pinga erecta, pero casi sin fuerzas. Cuando me vine me quedé dormido casi de inmediato, no recuerdo cómo ni a qué hora se fue.
    Los siguientes días tenía un complejo de culpa, una parte de mi había disfrutado al máximo ese día, pero no podía dejar de sentirme culpable.
     
    gnussi98, 12 May 2023

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    Troyano69, 13 May 2023

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    Que buen relato carajo
     
    solito2006, 13 May 2023

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    Excelente relato, continué
     
    Kijote, 14 May 2023

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    #12
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    (Cuarta parte)

    Desde aquel día muchas cosas cambiaron en mí, y no me refiero sólo a mi personalidad. Salía a jugar dos veces por semana fútbol, aunque siempre fui muy malo para los deportes, en Brasil aprendí a patear la pelota. En el taller habíamos armado una especie de mini gimnasio con chatarra que caía a nuestras manos y, además hacía mucha bicicleta.

    En cuanto a la hermanas, la menor de ellas, Ariane, estaba preparándose en un “cursinho” para hacer el Vestibular (equivalente al examen de admisión en Perú). Después de nuestro beso en año nuevo, no había tenido más logros con ella. Mientras estudiaba para el dichoso examen, me contaba que algunas materias, como ciencias y matemáticas, le eran pesadas y le propuse ayudarla. A veces venía a la casa de su abuela y a veces yo iba a su casa, a veces terminábamos la lección con un beso apasionado, si la situación lo ameritaba. Ariane era delgada, pero con unas tetas enormes, su piel era canela, sus cabellos rizados y su sonrisa inocente me prendían más. Cierto día mientras estábamos solos en su casa, terminamos la lección en un beso apasionado y empecé a tocarle los pechos, Ariane me quitó las manos amablemente y me confesó que era virgen. Ella no quería tirar con el primer pendejito que se lo propusiera, tampoco buscaba casarse con el que la desvirgara, pero, quería, al menos tener una relación de enamorados. Me contaría luego que, se sintió atraída hacia mi desde la primera vez que nos presentó su abuela, pero sabía que yo iba a regresar a mi país y por eso no quería involucrarse en algo más serio conmigo.

    Ariane, a pesar de su corta edad, era una chica muy inteligente. A veces abordábamos temas profundos y me encantaba hablar con ella porque siempre aprendía palabras nuevas y elegantes en portugués. Le dije que ya estaba terminando mi pasantía y luego me dedicaría por completo a trabajar en el taller. Cassinho, mi jefe, me estaba pagando lo suficiente como para iniciar una nueva vida en Brasil. Ariane me miraba con una mirada llena de amor y me daba ánimos para volver a Perú, arreglar mis papeles ahí y luego trabajar en lo que correspondía a mi profesión, que estaba inconclusa. Me encantaba sentir su cariño. A veces salíamos a la calle o a pasear cogidos de la mano y nos besábamos a escondidas y cada vez con menos recato.

    Sin querer, empecé una relación con Ariane, yo nunca había tenido enamorada, ni ninguna relación seria, mis relaciones, hasta ese momento, se basaban en cachar a escondidas y sin ataduras de ningún tipo, más que la satisfacción y la arrechura del momento. La abuela y la mamá de Ariane supieron de lo nuestro y lo aprobaron con mucho gusto. Yo ya había terminado la pasantía y me dedicaba a tiempo completo a trabajar en el taller metal mecánico de Cassinho. Parafraseando a Chacalón, yo era el muchacho provinciano que trabajaba desde muy temprano, tenía una meta fija; en mis tiempos libres leía a Saramago, J. Machado y cualquier clásico en portugués, para mejorar mi léxico. Sin embargo, los fines de semana inventaba una excusa para salir con mi amigo Moné. Solíamos ir a la favela a comprar maconha, y si la ocasión lo ameritaba comprábamos cualquier otra “cosita”. Yo había conocido un montón de garotinhas en la balada, el forrozinho, y especialmente en la favela donde vivía Moné, cada vez me hacía más conocido ahí, y siempre encontraba una garotinha dispuesta a probar el “sabor peruano”. Moné había vivido toda su vida en la favela, me contaba que su hermano había muerto con 40 tiros en una intervención del BOPE (una especie de policía de élite de Brasil) y tenía otro hermano en la cárcel por narcotráfico. Moné, a su manera, había salido adelante trabajando casi de forma legal, algunas veces hacía pedidos “especiales” a algunos clientes con mucho dinero.

    // Mis fines de semana inventaba una excusa para salir con Moné a la Favela, ahí había de todo, corría el trago, la droga, mujeres de todo tipo y sexo a doquier. Me gustaría contar más sobre mi experiencia en la favela, pero las normas de este foro me lo tienen prohibido. Una cosa es ver películas y leer artículos de lo que pasa en las favelas de Brasil, pero en cuanto al tema que nos compete en este foro: sexo, erotismo, y aventuras, no se ha descrito lo suficiente, en mi humilde opinión. La diversidad de chicas de todo tipo, el goce, casi desenfrenado, del sexo y la perversión en su estado más puro por mera diversión, curiosidad o arrechura, hacen de las favelas el escenario propicio no sólo para infinidad de aventuras peligrosas sino para que la narrativa sea prohibida por cualquier foro. //

    Con respecto a Ariane, había hecho avances importantes, a veces se dejaba sacar hasta el sostén y podía disfrutar de sus enormes tetas y sus pezones que se endurecían cuando los chupaba, pero aún era reacia en tener sexo conmigo. Un día, después de la lección que le daba, le dije que me gustaba besarla y chuparle las tetas enormes y gustosas que tenía pero que al final yo siempre terminaba arrecho y sin poder hacer más. Ariane me contó que una amiga de ella, Mormón o de alguna religión similar, iba a casarse con su novio y ambos se habían prometido llegar castos al matrimonio y esta chica le practicaba a veces sexo oral a su novio para que el pobre no se dedique a pajearse toda la noche. Sin más preámbulo, acepté, con todo gusto, que al menos me den una chupada. Ese día después de nuestro clásico juego de besos y abrazos, desabotoné la blusa de Ariane y empecé a chuparle con ternura y excitación sus dos enormes tetas que tenía, sus aureolas eran pequeñas y rosadas como sus pezones, me encantaba ver como se iban poniendo duros de poco cuando los chupaba. Cuando ella ya estaba excitada, me pidió bajarme el short, así lo hice. Ariane se reía, veía su sonrisa hermosa y su cabello ensortijado y mi pinga se ponía más dura, ella empezó a sobar mi pinga de arriba abajo con sus manos, decía que era la primera vez que había visto una pinga, de a poco empezó a chupar primero la puntita, yo casi le rogaba para que se lo meta a la boca, ella no tenía técnica, pero le ponía pasión y mucha arrechura, hubiese querido cachármela, pero no quería forzarla y respetaba su decisión. Mientras estaba chupándomela, me quedaba observando con una mirada cómplice y arrecha, que me recordaba a su hermana la loira Fabiana, después de un rato le dije que me iba venir y con su mano terminó de masturbarme hasta que me vine en el piso de su habitación. Ella se río, y me dijo que lo había disfrutado.
    Practicamos estos juegos un par de veces más, me gustaba estar con Ariane y salir con ella como enamorados, era una chica hermosa desde cualquier punto de vista, creo que cualquier hombre se habría enamorado de ella, no sólo tenía atributos femeninos hermosos, sino también tenía ese candor femenino que me enloquecía a veces. Sin embargo, había una fuerza superior que me obligaba a escaparme los fines de semana con Moné y nuestras perdidas memorables en la favela. Ninguno de mis conocidos, ni mucho menos Ariane, sabía de mis andanzas con gente de dudosa reputación ni del desorden que en la que estaba envuelto religiosamente cada fin de semana.

    Cierto día, encontré a la abuela de Ariane, Fátima, llorando, me dijo que su hermana había fallecido y tenía que irse al interior de Minas, iba a ir con Silvana, su hija y madre de Ariane por unos días. Le dije que no se preocupara, yo me iba a encargar de su casa, regar las plantas, alimentar al gato y cualquier cosa que se presente. Me dijo que ya había hablado con su hija Silvana y que Ariane iba a venir de vez en cuando a ayudar. Ese fin de semana, le dije a Ariane que iba a ir al cumpleaños de mi jefe Cassinho, Ariane estaba un poco molesta por que le dije que iba a ir solo. Ese día, en realidad, tenía una cita con una morena que había conocido unas semanas antes en el forrozinho. Sabía que ese día iba a cachar con esa nueva conquista, así que me di un baño respectivo, grande fue mi sorpresa, cuando salí de la ducha, envuelto en mi toalla, y me topé con Ariane, me dijo que iba a quedarse a dormir en casa de su abuela, ya que yo le había dicho que también iba a salir y su abuela aún no volvía del interior.

    Al verme casi desnudo, Ariane me toco los pechos y me besó con pasión, naturalmente yo correspondí, vi en su mirada exactamente la misma mirada que veía en su hermana cada vez que me la llevaba a cachar. Sin decir nada nos seguimos besando, yo quería llevarla a mi cuarto. Ariane me dijo para ir a la habitación de su abuela, ahí nos dirigimos. Nos tumbamos a la cama y empecé a besarla con más frenesí mientras la toalla se caía al piso, intentaba quitarle el topcito que llevaba y casi con desespero le abrí, como pude, el sostén. Sus tetas eran nuevamente mías, mi rostro se perdía en esas enormes tetas, empecé a bajar de a poco y desabroché su short, ella me cogía de los cabellos y gemía; tomé su short con ambas manos y sólo la miré en esa posición y, finalmente, ella arqueó su cuerpo hacia arriba, permitiéndome bajar su short y encontrarme con una tanguita blanca y con figuritas. Empecé a chuparle los pies y sus piernas, su aroma era embriagador, de a pocos, como un felino dispuesto a comerse a su presa, me acerqué a su entrepierna, quería grabar su aroma de excitación y pureza en mi memoria.

    Lentamente moví su tanga de costado y pude apreciar su conchita totalmente rasurada, sólo un pequeño triángulo adornaba esa rajita maravillosa. Le chupe la conchita con más pasión que arrechura, Ariane gemía, a veces me cogía los pelos, a veces cogía las sabanas con sus manos, sus gemidos eran primero silenciosos, luego con un jadeo que me excitaba más. En esa posición le terminé de quitar esa tanguita que llevaba, y me centré en buscar su botoncito, quería excitarla y lubricarla al máximo, ya hasta mi lengua empezaba a dolerme, Ariane disfrutaba y se dejaba llevar. Cuando noté que su excitación era total, me puse encima de ella, llevé mi pene lentamente a su rajita y me acosté lentamente sobre ella. Sentía como la punta de mi pene entraba con un poco de esfuerzo, Ariane cerraba los ojos y se mordía los dientes con un gesto como de dolor y satisfacción, sentí que mi pene no podía entrar por completo, ella me miró como seria y asintió con la mirada, hice un pequeño esfuerzo y noté, claramente, como si mi pene hubiese entrado en ella, ella sólo me miraba fijamente, jadeando y con la mirada en mí. Me quedé en esa posición, dentro de ella, por unos minutos, de a poco saqué mi pene lentamente dentro de ella, sólo para volver a meterlo una vez más. Ariane me abrazó y me susurró al oído “sou toda sua, não pare agora”. Empecé a moverme despacio, ella gemía, nos besamos y volvía a moverme, sus gemidos parecían al principio como de dolor, pero mientras más la penetraba sus gemidos eran de placer, entonces comencé a moverme cada vez más rápido, y ella sólo gemía y yo le tapaba la boca con mis besos. Así estuve dentro de ella un buen rato, cuando sentí que me iba a venir, saqué mi pinga rápidamente y ella pegó un pequeño grito de excitación y me corrí sobre ella y sobre la cama de la abuela. Así cansados, nos echamos juntos y ella me abrazó. Esa noche hicimos el amor varias veces, tenía una mujer hermosa e inteligente a mi lado, pero aun así buscaba más. Después de esa vez, Ariane y yo buscábamos cada oportunidad para cachar, en mi cuarto, en su casa, en algún motel o donde nos ganaba la arrechura y la pasión.

    Un día me encontré con la loira Fabina, me preguntó como lo llevaba con su hermana, y si ya habíamos hecho muchas “travesuras”. Sin ningún reparo, me acerqué a ella y la abracé fuerte y le cogí del culo con fuerza, le dije que como ella no había ninguna. Ella se mató de risa “peruano safado”, me dijo y nos despedimos riéndonos.

    Mi vida siguió así por algunas semanas, mis salidas de fines de semana con Moné eran cada vez más difíciles, pero siempre encontraba la forma para irnos a la favela. Un día nos invitaron a un concierto de Funk en la favela, el ambiente era de lo mejor. Ese día fumamos y esnifamos una que otra tontería. Los malandros pasaban y saludaban a Moné, a mi ya me conocían algunos y no tenía problema con ninguno, de pronto en medio de la fiesta vi una figura espectacular, era la mayor de las hermanas Larissa y mi musa brasileira por excelencia, llevaba una minifalda cortísima que dejaba ver sus largas y contorneadas piernas y un topcito blanco y escotado que dejaba perplejo a media favela con esa super tetas de campeonato. Con sus 1,83m de estatura y ese cuerpo espectacular era imposible que pase desapercibida, estaba con un tipo mucho mayor que ella, según Moné el tipo era un “dono de morro”, una especie de jefe de favela, o en buen cristiano, no era buena idea tener ningún problema con un tipo como él. Larissa me vio a lo lejos y se acercó con una amiga a saludarme, Moné ya la conocía, me preguntó que hacía yo por allí, le dije que lo mismo que ella y nos reímos. Conversamos un rato más y se acercó su acompañante saludo a mi grupito con un “e ai”, se me acercó mirándome fijamente, Larissa le dijo que yo vivía en casa de la abuela de ella. El tipo me miró con cara de pocos amigos y se llevó a Larissa de nuestro lado, la fiesta siguió después de un rato vi como el tipo le ofrecía un polvito blanco a Larissa y ella empezó a esnifar. Yo la miraba extasiado, era un monumento de mujer, Moné se rió de como la miraba embobado y me advirtió: “Essa gatinha é perigosa, não vale a pena ficar muito perto dela”.
     
    gnussi98, 30 May 2023

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    Jajaja, que buen relato y de verdad que tu experiencia me hizo recordar mucho a las historias de mi tío, quien migró a Brazil e hizo su familia allí.
     
    JeiOne, 31 May 2023

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    (Quinta parte)

    Mi vida transcurría casi en piloto automático, trabajaba lo máximo posible y sólo esperaba la noche para poder escabullirme al cuarto de Ariane o llevarla a mi habitación. Ariane había aprendido conmigo las distintas posiciones del placer, descubría de a poco que le producía excitación y a ella le gustaba complacerme con distintos caprichos que yo tenía. Nunca practicamos el sexo anal, Ariane no se sentía lista y tampoco parecía llamarle la atención, aunque le gustaba ponerse de perrito y que con mi lengua recorra su ano y me entretenga en su conchita, me decía que eso la relajaba y notaba que se mojaba hasta a veces chorrear fluido desde su conchita a la cama.

    Habíamos cachado en varias partes, además de su casa o mi habitación, incluso una noche nos escondimos en un parque y cachamos en unos arbustos. Cuando su mamá y sus hermanas no estaban en su casa, me llamaba y sin mediar palabras lo hacíamos en cualquier rincón. Ariane me chupaba el pene al principio sin técnica, pero luego aprendió a meterse toda mi pinga a la boca, a chuparme uno a uno los huevos y veces me hacía venir dentro de su boca, recuerdo su sonrisa con mi leche chorreando de sus labios, por mi parte yo disfrutaba del aroma de su conchita y podía pasarme largo rato jugando con mi lengua y mis dedos dentro de ella.

    Ariane ingresó a la universidad, iba a empezar a estudiar derecho, estaba muy animada, me alegré por ella, sabía que iba a ser una buena profesional. Ese día, a manera de celebración, hicimos un viaje corto y nos hospedamos en un hotel a las afuera de la ciudad. Bebimos y casi ebrios hicimos el amor varias veces en el hotel.

    Las siguientes semanas había venido una carga de trabajo enorme en el taller. Cassinho, mi jefe, me pidió trabajar doble turno e incluso fines de semana para terminar, lo hice rigurosamente. Cuando entregamos el trabajo, Cassinho nos llevó a Moné, a mí y un par más de "chacales" a una casa que él tenía, a unas tres horas de la ciudad. Era una ciudad pequeñita en el medio del bosque mineiro. Su terreno era grande, pero aún no estaba completamente construido, decía que recién lo estaba adecuando para convertirlo en una casa campestre y traer a su familia para descansar. No muy lejos de su propiedad, había riachuelos, cascadas y claro mucho bosque, la ciudad estaba a unos pocos kilómetros de su propiedad y ahí solían venir algunos turistas. Ese día hicimos una parrilla allí, comimos bebimos y fuimos a nadar al riachuelo.

    Cierto día, regresaba a casa después del trabajo y vi que Ariane me estaba esperando. Sus ojos estaban brillosos, como si quisiera llorar, me dijo que quería conversar conmigo, apenas entramos a mi habitación se echó a llorar, me dijo que una prima suya me había visto entrando a la casa de una vecina y luego salir presurosamente mientras nos besábamos en la puerta de su casa, además, le habían contado historias de mis escapadas a la favela. Noté en su rostro una gran tristeza y una decepción hacia mi persona. “Como você pode ter levado uma vida dupla tão diferente durante todo esse tempo?” (como puedes haber tenido una doble vida todo este tiempo), me decía mientras sus lágrimas derramaban por sus mejillas. Cada una de sus palabras eran verdades fuertes y de cierta forma, me hacían ver el tipo de persona en la que me había convertido. No podía negarme a lo evidente. Tarde o temprano cualquiera podía descubrir mis perversiones con distintas mujeres que me había involucrado y sin contar las distintas adicciones que empezaba a tener sin casi darme cuenta. En la favela de Moné, estas perversiones eran incluso peores, ahí las mujeres de todas las edades estaban dispuestas al goce carnal por puro gusto o curiosidad.

    No dije nada, me quedé callado, ella repetía: “Eu amo você, por que fez isso comigo?”. Yo estaba en silencio, sabía que la había cagado, había traicionado su confianza y el amor que ella decía sentir por mi y me había demostrado que era auténtico. Me dijo entre sollozos que no quería saber más de mí, que se había equivocado completamente conmigo, pero aún así me tenía mucha estima y que lo que ella sabía de mi, iba a quedar como un secreto para ella. Así se marchó de mi habitación, me quedé triste. Al día siguiente fui a trabajar, tenía un nudo en la garganta y empecé a replantearme mi vida y mi estadía en Brasil. Supe que ya había hecho mucho desorden y tenía que volver a Perú, acabar la universidad y quizá regresar, como Ariane me lo había dicho mucho antes.
    Ese fin de semana no salí con Moné, quería descansar un poco, no tenía muchas ganas de nada. Quería estar tranquilo. Había pasado casi un año desde que llegué, le confesé a mi pata Moné que iba a volver a Perú. Moné se entristeció un poco, habíamos formado una gran amistad. Me dijo para ir el fin de semana a la favela iba a ver un concierto Funk, lo dudé, pero Moné logró convencerme.

    El día del concierto todo iba según lo acostumbrado en ese lugar, las chibolas bailaban, otras esnifaban o fumaban cualquier tontería. Cerca de una casita abandonada, de cuando en cuando, alguien se iba a meter un polvo con la conquista de turno. Ese día también vi a Larissa, estaba sin su acompañante, de lejos nos saludamos, casi al anochecer se acercó y me pidió si tenía algo para esnifar, le puse un polvito blanco en mi mano y lo esnifó agradecida. Conversamos un poco más, me preguntó por su hermana, le dije que ya no tenía nada que ver con ella. Larissa se mató de risa, “Eu te conheço desde que chegou, você é um safado, tenho certeza de que minha irmã já descobriu” y se cagó de risa, yo también me reí le dije que yo era un pan de Dios y ella se rio aún más fuerte. A pesar de que ya me habían advertido sobre ella, tanto Moné, incluso en una ocasión su propia abuela, pero no podía dejar de pensar en ella. Con esa talla que tenía más su figura esbelta y su actitud desenfrenada hacia la vida, me volvía loco por completo. “E agora, com quem você vai ficar? Você já comeu metade da favela” (y ahora a quién vas a agarrar, ya te comiste a media favela), me dijo en son de burla. “Você sabe que é a única gata que sempre me deixa louco. Sou capaz de levá-la ao meu país se você me deixar provar algo seu” (sabes que eres la única que me enloquece, soy capaz de llevarte a mi país si me dejas probar algo que tienes), le dije y nos reímos.

    La conversación con Larissa era bastante grotesca, ella me llevaba más de una cabeza, prácticamente se agachaba un poco para conversar conmigo, pero yo estaba con los efectos del trago y ella no tenía ningún reparo en seguir coqueteando conmigo. En ese momento no me daba cuenta de lo que podría significar para mi integridad que un loco aparezca y me meta cinco tiros, sólo por estar hablando con su mujer, amante o lo que haya sido Larissa para algún "bravo" de la favela. De pronto todo se volvió aún más turbio, oímos disparos cerca, varios disparos, la gente empezó a correr y algunas chicas gritaban, yo estaba todo aturdido. Moné me llamó con la mano, no se porqué cogí a Larissa de la mano y corrimos los tres detrás de una casucha abandonada. Tras de nosotros vinieron un par de chibolas más, la cosa iba de mal en peor, nunca había estado en una balacera, ni siquiera había escuchado un disparo. Moné, indicó un camino a través de esa casucha, era un callejoncito, apenas podíamos pasar de a uno por lo estrecho del lugar, salimos a otro lado y las chibolas se marcharon. Larissa me dijo que tenía que irse, no podía quedarse ahí, Mone me decía que tenía su moto estacionada más allá, él quería llevarme a mi casa, pero yo no podía dejar a Larissa sola. Le dije a Moné que me prestase su moto, iba a dejar a Larissa y luego regresaba. Moné lo dudo, él me había advertido antes que Larissa era una chica muy peligrosa, y no confiaba un mínimo en ella. Yo estaba extasiado con los efectos del alcohol, lo que había esnifado y fumado. Le pedí de nuevo, de favor, que me prestara su moto. Moné aceptó a regañadientes y me indicó que saliera por otro lugar, no por la salida habitual de la favela. La situación estaba muy agitada. Incluso la policía podía llegar y se podía agravar todo. Cogí como pude la moto y me llevé a Larissa tras mío. Sentir como sus brazos rodeaban mi cuerpo, me hizo olvidar mis promesas de cordura y me arranqué a su casa.

    Larissa se bajó de la moto, se le notaba consternada, asustada, “obrigada”, me dijo y me regaló un choque de sus labios con los míos. Entró corriendo a su casa, yo iba arrancar, pero vi en la otra dirección que Ariane me daba el encuentro. Desde nuestro último encuentro no habíamos cruzado palabra. Me dijo que ya no le importaba en que estaba yo metido, pero me dijo que no esté cerca a su hermana. “Ela é minha irmã, mas não tem jeito ficar perto dela", (es mi hermana pero no vale la pena estar cerca a ella), me advirtió y se fue con mucha tristeza en sus ojos. Me arranqué de nuevo a la favela, Moné me esperaba ahí y nos arrancamos a un bar en otro barrio, quería conversar con él.

    A la semana siguiente hablé con mi jefe, le dije que había tomado la decisión de volver a Perú. Cassinho se entristeció un poco. Aprendí rápido el trabajo y sabía que conmigo podía contar, a pesar de mi desorden, siempre fui enteramente responsable con el trabajo. Me dijo que me iba a dar algo más de dinero, según él, me lo había ganado. Le dije que iba a quedarme dos semanas más con él, para no dejar botado el trabajo a medias y que luego quería ir a Rio de Janeiro unos días. No había conocido más que la ciudad donde me quedaba en todo el año que estuve en Brasil. Moné y yo habíamos ayudado a Cassinho a reparar un viejo Jeep que él tenía. Le dije que me lo preste, el confiaba en mí y me dijo que no habría ningún problema, me ofreció incluso irme a su casa de campo a descansar, si lo quería, pero le dije que quería ver un poco de playa.

    Las dos semanas se pasaron rápido, incluso me organizaron una pequeña fiesta de despedida en el taller. Tenía pensado quedarme un par de días más para poder vender las piezas de computadora que le había prometido a la dueña de casa, Fatima, ordenar el lugar y luego irme a disfrutar un poco de la playita, pero como dicen en alemán: “der Teufel scheißt immer auf den größten Haufen” (el diablo siempre se caga sobre el mojón más grande).
    Al día siguiente llegué a casa al final de la tarde, después de haber vendido las últimas piezas de computadora y vi a Larissa con su abuela, Fátima, conversando, parecía que la abuela le estaba regañando y notaba a Larissa acongojada. Esperé que terminen de conversar y cuando Larissa se disponía a salir, le di el encuentro. Me pidió conversar y le hice pasar a mi habitación.


    Me dijo que le preste dinero, tenía que salir por un tiempo de la ciudad, le pregunté que había pasado, y me respondió “Você sabe melhor do que ninguém que na favela há falta de comida, mas há muitos problemas” (tu mejor que nadie sabe que en la favela falta la comida pero sobran los problemas). Entendí que había hecho alguna cagada y, al parecer nadie le quería prestar dinero. Le dije que no tenía dinero, pero si tenía que salir, podía llevarla a un lugar que nadie le iba a encontrar y podíamos quedarnos un tiempo ahí. Su mirada cambió rápidamente, vi la misma mirada que ya conocía de sobra de sus hermanas Ariane y Fabiana. Sin inmutarse me preguntó cuando podíamos irnos, “agora mesmo”, le respondí.

    Me fui corriendo al taller de Cassinho, le dije que mis planes habían cambiado y si continuaba la oferta de ofrecerme su casa en el medio del bosque. Me dijo que no había problema, incluso me pidió que llevara un par de cosas en al Jeep y que lo dejará ahí. Me dijo que me lleve algo de comer, incluso había dejado carbón de la última vez que estuvimos, para poder hacer alguna parrillada.

    Cogí el Jeep y me fui a buscar a Larissa al lugar que habíamos acordado. Estaba con una minifalda jean y unos tacos altos y un topcito que parecía que sus tetazas se iban a salir. Me olvidé por completo sobre llevar una vida, sobria, dejar de lado el vicio y las perversiones, sólo quería introducir mi lengua en cada rincón de ella. Larissa se trepo al carro y le dije que si íbamos a comprar algo para divertirnos, "demoró”, me dijo mientras me sonreía con una cara que jamás olvidaré. Le dije para ir a la favela, ahí tenía que comprar varias cosas para la diversión. Larissa se metió detrás del Jeep, ocultándose. En la favela ya me conocían, compré lo que tenía que comprar y me arranqué sin ver para atrás.

    En ese momento ya no pensaba en nada, sólo quería poseer a Larissa, no me importaba nada. Mientras manejamos veía a cada rato las piernas largas de Larissa y me relamía, era como un niño que hubiera recibido un regalo del mismísimo Papá Noel. Larissa me pidió lo que había comprado antes en la favela. Ella lo esnifó y luego puso un poco en su dedo y me lo ofreció. Luego puso su dedo en mi boca y lo chupé con arrechura pura. De cuando en cuando miraba sus piernas nuevamente y ella me preguntó: “Você gosta do que vê?” (te gusta lo que ves), con la cara de huevón afirme con la cabeza, Larissa se subió la minifalda un poco y ¡puta mare!, no tenía nada ahí abajo, un calor invadió en ese momento mi cuerpo. En la radio una canción de Marissa Monte sonaba:

    Sentia um acréscimo de estima por si mesma
    E parecia-lhe que entrava
    Enfim, numa existência
    Superiormente interessante

    Onde cada hora tinha o seu encanto diferente
    Cada passo conduzia a um êxtase
    E a alma se cobria
    De um luxo radioso de sensações!
     
    Última edición: 16 Jun 2023
    gnussi98, 15 Jun 2023

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    Tiene que terminar querido cofra. En buena hora no murió en las favelas sino no contaría la historia.
     
    luigui001, 15 Jun 2023

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    Continúe pronto cofra que estaba bueno el relato
     
    luislimasjl, 16 Jun 2023

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    Gran redacción, felicidades!!! Adelante y un placer. Mi época en Brasil fue una locura también!!
     
    caraho114, 16 Jun 2023

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    Cofrade muy buen relato entretenido al 100 por 100, una experiencia sin igual, esperamos la siguiente parte
     
    Foryou, 16 Jun 2023

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    Kijote, 18 Jun 2023

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