golosisimaperu
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Las he visto en Lima como en Mexico DC, paseando de una esquina a otra siendo devorada por la mirada los hombres y por la envidia de las mujeres; las veo meneando las caderas, con una actitud que ya quisiera poseer, son dueñas de la calle, son como diosas del placer que alquilan su cuerpo y que saben disfrutar del sexo.
Pueden pensar que estoy celosa de ellas y tal vez tengan razón y es que yo trabajo todo el día como secretaria, en las noches voy religiosamente al gym y solo puedo darme tiempo para relajarme los fines de semana, pero muchas de ellas pareciera tienen tiempo de sobra, van tan arregladas, tan magníficamente maquilladas, tan bien vestidas… Es cierto que no sé cómo será su realidad; supongo que muy amable no ha de ser, porque complacer a un desconocido en la cama no debe ser precisamente un sueño dorado, pero ellas… es que se les ve tan bien, siempre tan espléndidas… da la sensación de que todas las mañanas se levantan así.
A diferencia de lo que muchos piensan de mí en el foro soy una mujer normal que cuando me levanto, estoy despeinada. Por las noches, antes de acostarme, tengo que echarme cremas hidratantes porque mi piel, no es de melocotón; me mato en el gym para mantener una aceptable figura y que mis senos se mantengan firmes tal vez mi único atributo destacable, atributo que en mi trabajo trato de no hacerlo evidente porque siempre me ha gustado que me traten como una profesional. Además soy un desastre en la cocina. Tengo que depilarme como cualquier mortal y hago dieta rigurosa una vez al mes. Mis labios son de carne, mis dientes de hueso y mis ojos no son ni azul ni verdes …
Encima suelo leer a Maitena más seguido de lo que muchos creerían.
Sin embargo mi vida cambio hace unos días, hubo una actividad en nuestra empresa; hay un chico que me parece lindo, es muy atento conmigo y cuando hablamos me hace reír; ese día quise sorprenderlo así que me maquille como hace tiempo no lo hacía, fui a la peluquería, en fin ustedes deben entender el ritual de una mujer para verse linda, me puse un vestido de noche azul eléctrico, unas panties negras y zapatos de tacón alto que hacían juego con el vestido. Mi larga cabellera negra la lucia ondulada cayendo sobre mi espalda. Mis tacos me hacían ver más alta de lo que soy y además le daban una apariencia sexy a mis piernas enfundadas por las medias; aquel vestido me comprimía el cuerpo acentuando mis curvas, al mismo tiempo que mis pechos apuntaban hacia delante viéndose inmensos, por dentro llevaba un juego de ropa interior color blanco bastante atrevido.
Orgullosa de vestirme como lo hacía en Lima fui a la reunión y lo primero que vi fue a este chico lindo del brazo de quien era su enamorada, novia, pareja lo que sea… me sentí una tonta por arreglarme en vano, me fui a una esquina para conversar con unas compañeras mientras uno que otro compañero se me acerco a coquetear pero por dios son casados, acaso no tienen sangre en la cara??. Estuve creo solo media hora y me retire de la reunión.
Eran las 6 de la tarde y me pare en una esquina esperando un taxi, el semáforo estaba en rojo y mientras yo pensaba en lo tonta que había sido, de pronto se detuvo un auto negro, no se de marcas ni tampoco me fije, tenía los cristales ahumados, bajo la ventanilla que estaba cerca de mí y sin ningún tipo pudor o vergüenza dijo:
"¿Cuánto?"
… Por un momento me quede muda, no sabía que decir o cómo reaccionar, mi cerebro procesaba las ideas, es que me había confundido con una de esas mujer?, a mí?, mi corazón latía a mil ni siquiera sé de donde ni que estaba pensando en ese mismo instante, simplemente susurre una cantidad X.
Bien, suba". Se oyó decir y se abrió la puerta, mire a ambos lados de la calle, para mí todo corría en cámara lenta, suspire e ingrese al auto, mas por miedo que alguien me vea en esa situación que por otra cosa.
Sonreí nerviosa, mis ojos estaban puestos en mis rodillas, ahora que debía hacer?, como debía portarme?, tal vez si le decía que era un error, o me ponía a llorar me dejaría bajar; en ese momento gire mi rostro a ver al tipo que me había abordado, estaba con lentes oscuros, un traje elegante en cierta manera era atractivo y debía tener no más de 40 o 45.
Gire mi vista hacia la ventana del auto mientras miraba a la gente caminando despreocupada, mujeres con sus hijos caminando, grupos de chicos que conversaban sin preocupaciones; me sentí sola y extrañe horrores a mi querido Perú. Me sentí mareada, pensé por un momento a donde me estaba llevando este tipo, eche mi cabeza hacia atrás, me dolía el pecho, eran los nervios, ¿Por qué nadie decía nada? ¿Adónde íbamos? … fue ahí que el tipo me dijo:
Ya estamos llegando, disculpa pero este hotel es bastante reservado y me da más confianza que otro lugar, prometo devolverte a tu esquina.
Eh????.... solo deje escapar un gracias, mientras no podía creer que en verdad me confundiera como una de esas mujeres a las que les tenía tanta envidia.
Por fuera no parecía un hostal, mucho menos un hotel. Entramos por la cochera ambos bajamos y mientras yo fui a respirar un poco de aire para digerir esta situación el tipo hizo la reservación y ya tenía la llave de la habitación, me cogió del brazo y me deje llevar con una curiosa sensación, mezcla de miedo, morbo y excitación.
Hablamos poco, casi nada durante el ascensor; hasta llegar a la habitación; en ella me ofreció una bebida y me pidió que lo esperara mientras él se refrescaba en la ducha, yo asentí algo nerviosa. Cuando escuche el grifo de la ducha reaccione y me decía, pero que estoy haciendo aquí?, estuve tentada en irme y dejarlo solo, sin embargo el morbo combinado con el trago que había tomado en la reunión me hacía sentir… estimulada, excitada, me mire en el espejo y no me veía a mí, veía a otra mujer, una dama de compañía a punto de hacer su trabajo, esa imagen me éxito, no era yo a quien iban a penetrar pensé, no era yo….
Cuando salió envuelto en su toalla, yo había tomado un par de copas de vino que había en el bar, no me sentía yo misma era otra persona, lo vi con el cuerpo húmedo, brilloso, tenía un buen cuerpo, se acercó a mí y retiro de mi mano la copa dejándola en la mesa, acerco su rostro al mío diciéndome que se daría un festín conmigo, yo cerré los ojos y acerque mis labios al suyo. Comenzamos a besarnos mientras me cogía de la cintura con calma, ambos abríamos nuestras bocas mientras paseaba su lengua por la mía, me aferraba a él dando pequeños gemidos.
Besas delicioso me dijo, se nota que disfrutas tu trabajo….
Yo sonreí avergonzada mientras me colgaba de su cuello y volvía a besarlo, ahora muy suavemente fue bajando el cierre de mi vestido luego su mano subía por mi cintura y se apodero de mi seno, lance un gemido uhmmmmm se me pusieron duros, exigían que los besen, que me los chupen, así que me oí a mí misma suplicándoselo.
Chúpame las tetas por favor….
Su lengua fue bajando de mi cuello por mi piel hacia mis senos, lamia, chupaba, tiraba de mis pezones; yo gemía entregada a este hombre, no era yo misma, era la dama de compañía que había visto en el espejo, uhmmmm sigue así… chúpalos aaaaaa muérdelos uhmmmmm. Sus dedos bajaban por mi espalda hacia mis nalgas, las empezaron a apretar sobre mi ropa interior, hizo presión tirando de ella y arrancándola aaaaaaa, sus manos ahora libres buscaron mi ano haciendo suaves presiones, yo abrí mis piernas para facilitarle su labor, así que coloco una mano en mi vagina y otra en mi ano para empezar un suave masaje.
Mi ansiedad estaba al límite le clave mis uñas en su espalda y a cambio recibí de su parte su dedo medio hundiéndose en mi vagina. Salte de la emoción arqueándome, el sonrió y saco su mano de mi vagina, la acerco a mi boca y me ordeno chuparlos. Yo gemía suave mientras tenía su otro dedo intentando entrar en mi ano lo lleve a mi boca y succione, ante la atenta mirada de ese hombre que ni siquiera sabía su nombre.
Le gustaba tener el control y yo me dejaba guiar como si fuera dependiente de él, me cogió de la mano y me llevo frente al espejo, yo solo tenía como únicas prendas mis medias lycras color miel y los tacones que me había puesto, el se colocó detrás mío, dejo caer la toalla que llevaba apoyo su pene contra mis nalgas, desde atrás mirándome desde el espejo empezó a acariciar mi cuerpo, sobaba mis senos tirando de mis pezones para luego bajar a mi abdomen, bajar a mis muslos y volver a subir sus manos por mi cuerpo repitiendo sus caricias de nuevo, yo gemía y suspiraba, el lamia mi oreja, mordía mi nuca y me decía al oído: Entrégate a mi putita como no lo has hecho a ningún cliente, ambas manos llegaron a mi vagina y empezó a masturbarme mientras yo gemía y miraba la escena en el espejo. Mmmmmmm
Puso su mano en mi espalda haciéndome inclinar hacia adelante y apoyándome las manos y cara sobre el espejo, abrí un poco mis piernas mientras él ya se había colocado el preservativo.
Entrégate a mi putita, la deseas tener toda dentro tuyo??
Uhmmmm siiiii respondí con un gemido, sentí sus manos en mis caderas y metió de golpe su verga en mi vagina, di un grito, suspire, gemí y nos empezamos a mover, mi cuerpo temblaba me sentía llena feliz con toda esa masa de carne en mi cuerpo, me sobaba los senos, mordía mi espalda, tiraba de mis cabellos y todo eso elevaba mi placer, le pedí más quería más, se lo suplicaba.
Mi cliente empezó a reír, sí que eres buena en tu trabajo me dijo saco su pene de mi vagina y coloco la punta en la entrada de mi ano. Yo quede en silencio y mordí mis labios sabiendo lo que venía, empezó a hundir su verga, iba enterrándose, di un grito, mis lágrimas salían, no tenía compasión. Mi cuerpo resbalaba por el espejo sin poder evitarlo y el seguía haciéndose dueño de mi ano, moviéndose hasta que entro toda. Caí al suelo en 4 con su verga en mi ano, estaba llena, sentía sus testículos en mis nalgas, empezaba a embestirme a darme fuerte. Empezó a gritar, a insultarme como debían hacerlo con las damas de compañía.
Yo gemía ahora más de placer que de dolor, meneaba suavemente mis nalgas, no acababa, no quería que lo hiciera, uhmmm siii úsame por favor, me oía decir, úsame soy tuya. Estaba en cuatro y el tipo aquel me tenía agarrada de mis caderas dándome catedra de como tener sexo, me nalgueaba provocándome choques de dolor y placer; debemos haber estado bastante tiempo hasta que me empuja hacia un costado, se saca el preservativo, se empieza a masturbar y apuntando hacia mi cara explota manchándome el rostro y mis senos.
Lo primero que hice fue bañarme y luego él lo hizo. Ambos estábamos agotados, yo había disfrutado como hace mucho no lo hacía hasta que el rompió el hielo: eres nueva en esto no?
Porque lo dices, respondí avergonzada.
Nunca me cobraste, y eso no lo hace una mujer que ya lleva tiempo en este trabajo.
Me avergoncé, era cierto, sin embargo dije que había sido mi primera vez, el tipo se sorprendió gratamente, me invito a acostarme a su lado y nos abrazamos. Me dijo que estaba casado y que tenía hijos, y que de vez en cuando le gustaba darse sus gustos. Yo oía embobada a ese hombre mayor, con bello en el pecho, me vi besándolo de nuevo y el con sus manos fue bajando mi cabeza hasta llegar otra vez a su verga que estaba in preservativo.
Tome su miembro con mi mano y mientras lo masturbaba lamia su hinchada cabeza, estaba tan duro su olor me embriagaba, palpitaba en mis dedos y guiada por sus manos hundí mi cabeza hasta devorar su verga entera, lo oía suspirar, y marcar un suave ritmo mientras mi cabeza subía y bajaba por todo tu tronco, en un momento lamí desesperadamente, chupaba sus testículos, chupaba su roja cabeza como queriendo sacar petróleo de ella; abrí mis ojos y lo vi con el rostro hacia el techo jadeaba fuertemente. Me detuve un momento pero el morbo fue mayor, seguí con mi labor sabiendo a donde llevaría todo esto, me cogió de mis cabellos y empezó a expulsar una buena cantidad de semen, fue tanto que no pude tragarla toda. Me cogió de mi mejilla y limpio suavemente mis labios y rostro.
Ya ambos recompuestos y vestidos regresábamos en su auto sin decir palabra, antes de bajarme en la misma esquina donde me había abordado, se despidió de mi caballerosamente, yo sonreí algo avergonzada y aunque me suplico que le entregara mi numero preferí evitar dárselo, total quien sabe y otro semáforo en rojo sea el preludio de un nuevo encuentro, era mejor dejarlo así no creen???
Pueden pensar que estoy celosa de ellas y tal vez tengan razón y es que yo trabajo todo el día como secretaria, en las noches voy religiosamente al gym y solo puedo darme tiempo para relajarme los fines de semana, pero muchas de ellas pareciera tienen tiempo de sobra, van tan arregladas, tan magníficamente maquilladas, tan bien vestidas… Es cierto que no sé cómo será su realidad; supongo que muy amable no ha de ser, porque complacer a un desconocido en la cama no debe ser precisamente un sueño dorado, pero ellas… es que se les ve tan bien, siempre tan espléndidas… da la sensación de que todas las mañanas se levantan así.
A diferencia de lo que muchos piensan de mí en el foro soy una mujer normal que cuando me levanto, estoy despeinada. Por las noches, antes de acostarme, tengo que echarme cremas hidratantes porque mi piel, no es de melocotón; me mato en el gym para mantener una aceptable figura y que mis senos se mantengan firmes tal vez mi único atributo destacable, atributo que en mi trabajo trato de no hacerlo evidente porque siempre me ha gustado que me traten como una profesional. Además soy un desastre en la cocina. Tengo que depilarme como cualquier mortal y hago dieta rigurosa una vez al mes. Mis labios son de carne, mis dientes de hueso y mis ojos no son ni azul ni verdes …
Encima suelo leer a Maitena más seguido de lo que muchos creerían.
Sin embargo mi vida cambio hace unos días, hubo una actividad en nuestra empresa; hay un chico que me parece lindo, es muy atento conmigo y cuando hablamos me hace reír; ese día quise sorprenderlo así que me maquille como hace tiempo no lo hacía, fui a la peluquería, en fin ustedes deben entender el ritual de una mujer para verse linda, me puse un vestido de noche azul eléctrico, unas panties negras y zapatos de tacón alto que hacían juego con el vestido. Mi larga cabellera negra la lucia ondulada cayendo sobre mi espalda. Mis tacos me hacían ver más alta de lo que soy y además le daban una apariencia sexy a mis piernas enfundadas por las medias; aquel vestido me comprimía el cuerpo acentuando mis curvas, al mismo tiempo que mis pechos apuntaban hacia delante viéndose inmensos, por dentro llevaba un juego de ropa interior color blanco bastante atrevido.
Orgullosa de vestirme como lo hacía en Lima fui a la reunión y lo primero que vi fue a este chico lindo del brazo de quien era su enamorada, novia, pareja lo que sea… me sentí una tonta por arreglarme en vano, me fui a una esquina para conversar con unas compañeras mientras uno que otro compañero se me acerco a coquetear pero por dios son casados, acaso no tienen sangre en la cara??. Estuve creo solo media hora y me retire de la reunión.
Eran las 6 de la tarde y me pare en una esquina esperando un taxi, el semáforo estaba en rojo y mientras yo pensaba en lo tonta que había sido, de pronto se detuvo un auto negro, no se de marcas ni tampoco me fije, tenía los cristales ahumados, bajo la ventanilla que estaba cerca de mí y sin ningún tipo pudor o vergüenza dijo:
"¿Cuánto?"
… Por un momento me quede muda, no sabía que decir o cómo reaccionar, mi cerebro procesaba las ideas, es que me había confundido con una de esas mujer?, a mí?, mi corazón latía a mil ni siquiera sé de donde ni que estaba pensando en ese mismo instante, simplemente susurre una cantidad X.
Bien, suba". Se oyó decir y se abrió la puerta, mire a ambos lados de la calle, para mí todo corría en cámara lenta, suspire e ingrese al auto, mas por miedo que alguien me vea en esa situación que por otra cosa.
Sonreí nerviosa, mis ojos estaban puestos en mis rodillas, ahora que debía hacer?, como debía portarme?, tal vez si le decía que era un error, o me ponía a llorar me dejaría bajar; en ese momento gire mi rostro a ver al tipo que me había abordado, estaba con lentes oscuros, un traje elegante en cierta manera era atractivo y debía tener no más de 40 o 45.
Gire mi vista hacia la ventana del auto mientras miraba a la gente caminando despreocupada, mujeres con sus hijos caminando, grupos de chicos que conversaban sin preocupaciones; me sentí sola y extrañe horrores a mi querido Perú. Me sentí mareada, pensé por un momento a donde me estaba llevando este tipo, eche mi cabeza hacia atrás, me dolía el pecho, eran los nervios, ¿Por qué nadie decía nada? ¿Adónde íbamos? … fue ahí que el tipo me dijo:
Ya estamos llegando, disculpa pero este hotel es bastante reservado y me da más confianza que otro lugar, prometo devolverte a tu esquina.
Eh????.... solo deje escapar un gracias, mientras no podía creer que en verdad me confundiera como una de esas mujeres a las que les tenía tanta envidia.
Por fuera no parecía un hostal, mucho menos un hotel. Entramos por la cochera ambos bajamos y mientras yo fui a respirar un poco de aire para digerir esta situación el tipo hizo la reservación y ya tenía la llave de la habitación, me cogió del brazo y me deje llevar con una curiosa sensación, mezcla de miedo, morbo y excitación.
Hablamos poco, casi nada durante el ascensor; hasta llegar a la habitación; en ella me ofreció una bebida y me pidió que lo esperara mientras él se refrescaba en la ducha, yo asentí algo nerviosa. Cuando escuche el grifo de la ducha reaccione y me decía, pero que estoy haciendo aquí?, estuve tentada en irme y dejarlo solo, sin embargo el morbo combinado con el trago que había tomado en la reunión me hacía sentir… estimulada, excitada, me mire en el espejo y no me veía a mí, veía a otra mujer, una dama de compañía a punto de hacer su trabajo, esa imagen me éxito, no era yo a quien iban a penetrar pensé, no era yo….
Cuando salió envuelto en su toalla, yo había tomado un par de copas de vino que había en el bar, no me sentía yo misma era otra persona, lo vi con el cuerpo húmedo, brilloso, tenía un buen cuerpo, se acercó a mí y retiro de mi mano la copa dejándola en la mesa, acerco su rostro al mío diciéndome que se daría un festín conmigo, yo cerré los ojos y acerque mis labios al suyo. Comenzamos a besarnos mientras me cogía de la cintura con calma, ambos abríamos nuestras bocas mientras paseaba su lengua por la mía, me aferraba a él dando pequeños gemidos.
Besas delicioso me dijo, se nota que disfrutas tu trabajo….
Yo sonreí avergonzada mientras me colgaba de su cuello y volvía a besarlo, ahora muy suavemente fue bajando el cierre de mi vestido luego su mano subía por mi cintura y se apodero de mi seno, lance un gemido uhmmmmm se me pusieron duros, exigían que los besen, que me los chupen, así que me oí a mí misma suplicándoselo.
Chúpame las tetas por favor….
Su lengua fue bajando de mi cuello por mi piel hacia mis senos, lamia, chupaba, tiraba de mis pezones; yo gemía entregada a este hombre, no era yo misma, era la dama de compañía que había visto en el espejo, uhmmmm sigue así… chúpalos aaaaaa muérdelos uhmmmmm. Sus dedos bajaban por mi espalda hacia mis nalgas, las empezaron a apretar sobre mi ropa interior, hizo presión tirando de ella y arrancándola aaaaaaa, sus manos ahora libres buscaron mi ano haciendo suaves presiones, yo abrí mis piernas para facilitarle su labor, así que coloco una mano en mi vagina y otra en mi ano para empezar un suave masaje.
Mi ansiedad estaba al límite le clave mis uñas en su espalda y a cambio recibí de su parte su dedo medio hundiéndose en mi vagina. Salte de la emoción arqueándome, el sonrió y saco su mano de mi vagina, la acerco a mi boca y me ordeno chuparlos. Yo gemía suave mientras tenía su otro dedo intentando entrar en mi ano lo lleve a mi boca y succione, ante la atenta mirada de ese hombre que ni siquiera sabía su nombre.
Le gustaba tener el control y yo me dejaba guiar como si fuera dependiente de él, me cogió de la mano y me llevo frente al espejo, yo solo tenía como únicas prendas mis medias lycras color miel y los tacones que me había puesto, el se colocó detrás mío, dejo caer la toalla que llevaba apoyo su pene contra mis nalgas, desde atrás mirándome desde el espejo empezó a acariciar mi cuerpo, sobaba mis senos tirando de mis pezones para luego bajar a mi abdomen, bajar a mis muslos y volver a subir sus manos por mi cuerpo repitiendo sus caricias de nuevo, yo gemía y suspiraba, el lamia mi oreja, mordía mi nuca y me decía al oído: Entrégate a mi putita como no lo has hecho a ningún cliente, ambas manos llegaron a mi vagina y empezó a masturbarme mientras yo gemía y miraba la escena en el espejo. Mmmmmmm
Puso su mano en mi espalda haciéndome inclinar hacia adelante y apoyándome las manos y cara sobre el espejo, abrí un poco mis piernas mientras él ya se había colocado el preservativo.
Entrégate a mi putita, la deseas tener toda dentro tuyo??
Uhmmmm siiiii respondí con un gemido, sentí sus manos en mis caderas y metió de golpe su verga en mi vagina, di un grito, suspire, gemí y nos empezamos a mover, mi cuerpo temblaba me sentía llena feliz con toda esa masa de carne en mi cuerpo, me sobaba los senos, mordía mi espalda, tiraba de mis cabellos y todo eso elevaba mi placer, le pedí más quería más, se lo suplicaba.
Mi cliente empezó a reír, sí que eres buena en tu trabajo me dijo saco su pene de mi vagina y coloco la punta en la entrada de mi ano. Yo quede en silencio y mordí mis labios sabiendo lo que venía, empezó a hundir su verga, iba enterrándose, di un grito, mis lágrimas salían, no tenía compasión. Mi cuerpo resbalaba por el espejo sin poder evitarlo y el seguía haciéndose dueño de mi ano, moviéndose hasta que entro toda. Caí al suelo en 4 con su verga en mi ano, estaba llena, sentía sus testículos en mis nalgas, empezaba a embestirme a darme fuerte. Empezó a gritar, a insultarme como debían hacerlo con las damas de compañía.
Yo gemía ahora más de placer que de dolor, meneaba suavemente mis nalgas, no acababa, no quería que lo hiciera, uhmmm siii úsame por favor, me oía decir, úsame soy tuya. Estaba en cuatro y el tipo aquel me tenía agarrada de mis caderas dándome catedra de como tener sexo, me nalgueaba provocándome choques de dolor y placer; debemos haber estado bastante tiempo hasta que me empuja hacia un costado, se saca el preservativo, se empieza a masturbar y apuntando hacia mi cara explota manchándome el rostro y mis senos.
Lo primero que hice fue bañarme y luego él lo hizo. Ambos estábamos agotados, yo había disfrutado como hace mucho no lo hacía hasta que el rompió el hielo: eres nueva en esto no?
Porque lo dices, respondí avergonzada.
Nunca me cobraste, y eso no lo hace una mujer que ya lleva tiempo en este trabajo.
Me avergoncé, era cierto, sin embargo dije que había sido mi primera vez, el tipo se sorprendió gratamente, me invito a acostarme a su lado y nos abrazamos. Me dijo que estaba casado y que tenía hijos, y que de vez en cuando le gustaba darse sus gustos. Yo oía embobada a ese hombre mayor, con bello en el pecho, me vi besándolo de nuevo y el con sus manos fue bajando mi cabeza hasta llegar otra vez a su verga que estaba in preservativo.
Tome su miembro con mi mano y mientras lo masturbaba lamia su hinchada cabeza, estaba tan duro su olor me embriagaba, palpitaba en mis dedos y guiada por sus manos hundí mi cabeza hasta devorar su verga entera, lo oía suspirar, y marcar un suave ritmo mientras mi cabeza subía y bajaba por todo tu tronco, en un momento lamí desesperadamente, chupaba sus testículos, chupaba su roja cabeza como queriendo sacar petróleo de ella; abrí mis ojos y lo vi con el rostro hacia el techo jadeaba fuertemente. Me detuve un momento pero el morbo fue mayor, seguí con mi labor sabiendo a donde llevaría todo esto, me cogió de mis cabellos y empezó a expulsar una buena cantidad de semen, fue tanto que no pude tragarla toda. Me cogió de mi mejilla y limpio suavemente mis labios y rostro.
Ya ambos recompuestos y vestidos regresábamos en su auto sin decir palabra, antes de bajarme en la misma esquina donde me había abordado, se despidió de mi caballerosamente, yo sonreí algo avergonzada y aunque me suplico que le entregara mi numero preferí evitar dárselo, total quien sabe y otro semáforo en rojo sea el preludio de un nuevo encuentro, era mejor dejarlo así no creen???