Subterraneo666
Sargento
Bueno, este relato para la gente de antaño. Recordarán pocos muchos a Sahian, bueno para los que no saben, la chica estaba en e cuarto número 3 o 4, ahora es el 123 o 124.
Esa putita cuando bailaba era una loca, siempre un fiel espectador en primera fila pagaba las consecuencias de sus locuras, o bien se ganaba con un medio menú chifa (sopa) o una calateada, que formaban parte del espectáculo.
Amén, sus atenciones, rozando el riesgo, en esos tiempos paraba siempre ebrio, y ella aún más, quien sabe de otras cosas más. Recuerdo que una vez me propuso hacerlo a pelo, en esos años la atención valía 30 soldados, años 2000. Pedía por el favor 200, cosa que estaba fuera de mis posibilidades. Así que pase.
De un momento a otro desapareció, mucho se insinuó de qué enfermo, pero en estos días la vi en la Victoria, bajando a tomar su desayuno con su galan, iba vestida como que de enfermera o algo así. La mire y en mi mente pasaron hartos recuerdos, pensé pasarle la voz; pero eso ya no tiene sentido, tenía su vida y se le veía feliz.
Hago este pequeño relato, no con el afán de crear polémica, solo de dar información a los cofrades antiguos, que ya pintamos canas y que ese puterio formó parte de la diversión.
Esa putita cuando bailaba era una loca, siempre un fiel espectador en primera fila pagaba las consecuencias de sus locuras, o bien se ganaba con un medio menú chifa (sopa) o una calateada, que formaban parte del espectáculo.
Amén, sus atenciones, rozando el riesgo, en esos tiempos paraba siempre ebrio, y ella aún más, quien sabe de otras cosas más. Recuerdo que una vez me propuso hacerlo a pelo, en esos años la atención valía 30 soldados, años 2000. Pedía por el favor 200, cosa que estaba fuera de mis posibilidades. Así que pase.
De un momento a otro desapareció, mucho se insinuó de qué enfermo, pero en estos días la vi en la Victoria, bajando a tomar su desayuno con su galan, iba vestida como que de enfermera o algo así. La mire y en mi mente pasaron hartos recuerdos, pensé pasarle la voz; pero eso ya no tiene sentido, tenía su vida y se le veía feliz.
Hago este pequeño relato, no con el afán de crear polémica, solo de dar información a los cofrades antiguos, que ya pintamos canas y que ese puterio formó parte de la diversión.