Te equivocas amigo, como saunero sabes que varias de las chicas son recicladas de otros saunas, osea que antes pagabas S/100 y ahora el chino te cobra por un servicio similar S/350. Realmente un ABUSO tomando en cuenta que facil el chino se chupa 200 mangos.
Por los 350, deberias de minimo tener un sauna privado, y una atencion esmerada y todos los extras. Cosa que sabemos no es asi...
De instalaciones OK, pero de chicas le bajo el dedo
Quiero empezar diciendo que, tal vez, lo que voy a decir no se aplique en este caso; tal vez, en este caso tienes toda la razón, tal vez; y la frase clave en este argumento es
'por un servicio similar'. Pero quiero señalar también que hay otro argumento en juego, uno que una kine amiga mía me jugó una vez:
Todo el mundo quiere y tiene derecho a progresar. Yo cobro ahora, por mis servicios como ingeniero, diez veces más que lo que cobraba hace treinta años. ¿Por qué una puta no puede aspirar a ser mejor puta, acceder a un mercado más 'exclusivo' y cobrar más? Especialmente si el tiempo de vida útil de una kine en el más alto nivel es de diez o doce años como mucho.
Conocí a una kine en uno de los llamados 'Saunas VIP' donde, supuestamente, no hay sexo y las kines reciben una 'propina voluntaria' que en esa época rondaba los 50 soles cuando la casa cobraba 90 por una hora de 'terapia'. Ella, como muchas en esos locales, me daba a mí y a sus clientes de más confianza un servicio más que completo a cambio de una propina voluntaria de 100 o 120 soles. Pasados los años y buscando una kine verdaderamente VIP me la volví a encontrar (no supe que era ella hasta que la ví), anunciaba en una página gringa y cobraba docientos cocos gringos por una salida de tiempo indeterminado pero que rondaba entre dos y tres horas e involucraba dos polvos y mucho de conversación, baile, juegos sexuales etc. Cuando la ví me resistí a pagarle lo acordado (...si yo te daba 100 lucas y tú feliz...) pero ella me dijo
'No soy ni remotamente la chica que recuerdas, verás que vas a quedar tan contento que me vas a volver a llamar. Te digo más, no me pagues hasta el final y dame sólo lo que tú creas que vale mi atención; pero, eso sí, si me das menos de lo acordado, simplemente no me vuelvas a llamar'... Y al cabo de tres horas y dos polvos le dí sus 200 cocos.
Para no mentir les comentaré que, luego de pagarle los 200, le dije que no podría volver a llamarla porque era demasiado cara y que había estado ahorrando esa plata para darme, una vez, el gusto de sacar una kine VIP; entonces ella, que seguramente debe haber aprendido mucho de marketing, me dijo que 200 cocos era su tarifa para los gringos y los desconocidos pero que a sus amigos peruanos les cobraba la mitad. ¡Y en ese momento me devolvíó 100 cocos! Claro que inmediatamente me preguntó ¿Cuándo nos volvemos a ver?
Conclusiones:
1. El que una kine empiece cobrando 20, 40 o 50 lucas no quiere decir que eso sea lo que aspira a cobrar por el resto de su vida puteril; una kine puede mejorar sus pretenciones de ingreso, tiene todo el derecho a hacerlo.
2. El servicio de una kine vale lo que sus clientes estén dispuestos a pagarle, como bien dijo N-Terrano, es la ley de la oferta y la demanda. Además si tú, cófrade que me estás leyendo, fueras kine ¿Qué preferirías? ¿Que te tiren dos patas cada día a 300 soles por polvo, o que te tiren seis patas por día a 100 soles por polvo? La respuesta es obvia.
3. ¿Cuanto vale la exclusividad? ¿Qué prefieres tú como cachero, pagarle a 100 soles a una flaca a la que, diario, se la tiran seis patas, o pagarle 300 a una flaca que te dá exactamente la misma calidad servicio pero que ese día sólo te atenderá a tí o, máximo, a tí y otro pata más? La respuesta a estas preguntas es tan variada como hay kineros. Hay kineros que se toman el colectivo a Barranca para pagar sólo 10 lucas por un polvo en el chonguito del pueblo y hay kineros que pagan hasta 800 cocos por salida a una flaca a la que, ellos saben, no se la ha tirado nadie más esa semana. Ley del mercado. Para todos hay.
Y para terminar la historia, en el caso de mi amiga, la flaca no se había puesto tetas ni culo ni se había operado la nariz, físicamente era la misma flaca que yo recordaba sólo que cuatro años más vieja. Pero se había culturizado, había aprendido inglés y francés, danza (pole dance), había adquirido modales y temas de conversación, se mantenía durita a punta de gym y había desarrollado tales habilidades en la cama que, gustosamente, la saqué cada tres semanas durante casi seis meses y cada vez, gustosamente, le pagué los 100 cocos que pedía; valía cada centavo. Lamentablemente todo tiene su final, nos distanciamos por cosas que pasan y perdí contacto con ella. Pero si mañana me la encontrara en el Smik, por ejemplo, contento pagaría 350 soles por esa flaca a la que yo acostumbraba a tirarme por 100 lucas en un Saunita de la Av. La Marina. ¿Reciclada? Vaya que sí, reciclada y repotenciada. ¿Por qué no?
Diablito