Cronicas de un Forista con una Fichera del Centro Histrico

Tema en 'Zona de Inicio y Off Topic' iniciado por DR-NIGHT-MAN, 20 Abr 2005.

    DR-NIGHT-MAN

    Usuario Baneado.

    BANEADO
    Desea algo para tomar? - preguntó la muchacha acercándose a su oído para lograr que él le escuchara en medio de aquel ensordecedor ambiente causado por la música.

    Oh, si... agua natural helada, por favor - responde él sonriendo.
    Con gusto, regreso inmediatamente - y se alejó rápidamente para acercarse a otro cliente y tomar la orden.

    A pesar de no ser la primera vez que visitaba un club de strip-tease, no pudo evitar su asombro al notar la cantidad de despampanantes muchachas que se paseaban por el local, mostrando generosamente sus atributos, algunos naturales, pero la mayoría, adquiridos bajo las manos de un cirujano plástico.

    Recordó como hacía unos 10 minutos había ingresado al local, puramente guiado por la curiosidad. Tras pagar por la entrada, fue adentrándose a través de un largo pasillo exóticamente iluminado, pero que dejaba ver enormes posters con escenas lésbicas adornando la pared.

    Hablando de sutileza - pensó el divertido.

    Llegó al final del pasillo y se encontró con un par de escaleras, una hacia arriba indicando el baño de caballeros con luces de neón y algunos otros ambientes, y otra más amplia que descendía terminando frente a un gran espejo, a la izquierda del cual parecía haber un pequeño escenario. El club constaba de tres niveles, virtualmente a oscuras donde preponderaban luces rojas y negras que hacían resplandecer en la oscuridad cualquier ropaje blanco de manera muy llamativa.

    El decidió no tomar ninguna de las escaleras sino que se dirigió a la izquierda donde notó un gran numero de sillas y por donde parecía que el show principal se llevaba a cabo.

    Desde donde estaba pudo contar aproximadamente a una docena de esculturales muchachas, contoneándose suavemente al andar frente a los potenciales clientes. Alguna sirena rodeaba con sus brazos al varón a quien le habían echado el ojo y sugestivamente le hablaba al oído. Estos cruzaban algunas palabras que no podían ser oídas y asentían siendo llevados de la mano por la muchacha hacia otro lugar, mientras que otros, con una sonrisa forzada negaban con la cabeza, con el consecuentemente alejamiento de la fémina. Claramente podía notarse que algunas tomaban la negativa sin importancia, lanzando una estratégica ultima sonrisa, mientras se alejaban ondulando las caderas de forma hipnotizante, dejando la puerta abierta; mientras que otras, no tan experimentadas, no podían evitar fruncir el ceño ante el rechazo. Duro trabajo, a pesar de las sonrisas, sin duda alguna...

    Tras la rápida inspección visual del ambiente, Fernando decidió sentarse en una silla cercana a un largo tablero angosto que se hallaba a cierta distancia del escenario donde la mayor atracción sucedía.

    Se sentó, cruzando los brazos sobre su pecho y se dedico a observar mientras esperaba por su bebida.

    Aquí la tiene - elevando la voz para tratar de ser oída en medio de la música a todo volumen.

    Gracias! - contesto él, extendiéndole cinco soles, por la atención.

    Gracias a usted! - sonrió ella.

    Bonita muchacha... - pensó él mientras que ella se alejaba a seguir atendiendo a más clientes.

    En medio del enorme ambiente, bañado con luces multicolores de rayos láser se podía distinguir a una muchacha que recién había ascendido al escenario.

    Recibamos con un aplauso a la deliciosa Gacelaaaaa!!! - vociferaba el discjockey

    Escultural, de aproximadamente 1.70, esbelta pero con rotundas curvas, caminar sinuoso, bien calculado, para despertar la imaginación de los visitantes que se encontraban sentados prácticamente a sus pies, alrededor del escenario semicircular. Realmente de una belleza natural poco común, empezó a ondular su cuerpo suavemente al ritmo de una canción en inglés, posiblemente una balada.

    Ella lucia una larga cabellera casi hasta la cintura, cabello negro, lacio, brilloso, que contrastaba llamativamente con su piel clara. Sus ojos verdes miraban lánguidamente hacia el vacío, bailando para sí misma, como si no hubiera nadie mas allí...

    En tanto, sin saber como, Fernando se vio sentándose sólo del otro lado del escenario, más cerca a ella...
    Los hombres sentados allí, seguían sus movimientos roboticamente mientras ella hacia sensuales giros, elevando sus torneada piernas con la gracia de una patinadora sobre hielo. Sus movimientos, cuidadosamente estudiados, eran marcados por breves pausas, en las que su espalda arqueándose lánguidamente, marcaba aun más la curvatura de sus firmes, redondos glúteos, dándoles así a los excitados varones, la fugaz ilusión de poseer ese cuerpo de ensueño. Su curvacea figura continuaba girando, alrededor de un tubo plantado en el escenario, haciendo que su cabellera cubriera parcialmente su rostro y corriera por encima de sus opulentos senos, apenas sostenidos por el brassiere de encaje negro. Sus caderas ondulantes actuaban como imanes que tenían irremisiblemente atrapados los ojos varoniles. Súbitamente, quedó de pie frente uno de ellos que la observaba con la boca abierta y lentamente fue poniéndose en cuclillas frente a él, mientras que con la mano derecha se sostiene por encima de la cabeza del brillante tubo dorado detrás de ella. En tanto, detrás de ella, otro individuo, hipnotizado también, observaba como el cuerpo de ella descendiendo, le ofrece la visión de sus apetitosas nalgas casi abrazando el frío metal que se desliza entre ellas. El coro de voces desciende acompañando su movimiento.

    Y queda así, frente a ellos, sentada sobre sus talones calzados en negros zapatos altísimos de plataforma, con esos hermosos e invitantes muslos separados, mostrando la entrepierna, primorosamente cuidada, de piel tersa, minuciosamente rasurada. La diminuta tanga semitransparente revela una pequeña mata de vello oscuro que invita a fantasear. Su mano izquierda, estratégicamente se desliza desde la rodilla, arrastrando suavemente las largas uñas de rojo intenso sobre su piel seguido de las miradas de ellos, acariciando ese terso muslo, acercándose más hacia el pubis, que cubre maliciosamente por un instante, torturando a sus espectadores. Usando sus finos dedos extendidos, frota la vulva suavemente a través de la tela, mientras muerde su labio inferior, cerrando los ojos y girando la cabeza hacia un lado, como un gesto de inocente pudor. Su otra mano, baja hasta la otra pierna y recorre la parte externa de su muslo para llegar a esa apetitosa nalga, que acaricia y aprieta en forma invitante. Sigue descendiendo y aparece cubriendo su raja que es ocupada por ese envidiado filamento de un hilo dental.

    Así, con una mano delante y otras detrás, la de arriba se adentra desde su plano abdomen por detrás del triangulo de tela acariciando su sexo suavemente en círculos, mientras que la otra le hace el encuentro desde abajo. Ambas manos se prestan a una traviesa pero suave exploración que culmina en la apertura de los labios menores con los dedos de una mano, mientras que el dedo medio de la mano que ocupa su raja se entierra lentamente en su vagina, todo esto observado sedientamente por los varones a través de la telilla de su tanga.
    Uhhhhhhmmmmm- gime ella suavemente, con los ojos cerrados. La música alcanza un clímax en el que las voces masculinas y femeninas se unen...

    Súbitamente se pone de pie al cambio de la música y se aleja hacia la pared de espejos, moviendo las caderas en forma enloquecedoramente lenta.
    Dando la espalda a todos, pega su rostro el espejo y quiebra la cintura proyectando ese hermoso culo hacia el público aullante. Hace suaves círculos con el trasero y voltea. Pegando los tersos glúteos contra el frío espejo, proyecta sus pechos hacia adelante y desciende un tirante del brassiere, luego otro, acompañándose, de suaves movimientos de su cintura. Lleva las manos hacia atrás y la prenda salta hacia adelante, quedando sostenida sólo por las copas por el firme volumen de sus senos. Camina hacia el centro, desesperando a los espectadores que rogaban que la prenda cayera al suelo. Ella sabe lo que hace y mientras mece suavemente las caderas al andar, sus dedos sutilmente empezaron a bajar la pieza inferior alrededor de sus caderas. Así, cuando llegó al centro del escenario nuevamente, la diminuta prenda se mantenía obstinadamente a la mitad de sus firmes y apetecibles muslos.
    Se detiene, gira ondulando las caderas. El limitado movimiento de sus piernas debido a la braga hacen que intencionalmente resalte su hermoso trasero e inesperadamente termina arrodillada en el piso, frente a un embelesado Fernando. Extiende sus manos hacia él, como queriendo atraerlo hacia ella, y acaricia el rostro expectante, dibujando la firme pero tensa quijada... lentamente se echa hacia atrás sentándose lentamente, proyectando los pechos redondos hacia arriba. Junta los brazos, presionando los pechos entre ellos, lo que libera la prenda dejando las aureolas oscuras completamente a la vista. Se ofrece nuevamente hacia adelante, colocando una pierna a cada lado de él. El brassiere desciende por el terso abdomen de ella, y termina en su regazo, ella lo toma por la nuca y el hombro y se acerca a él, bañando su oído con cálido aliento. Se despega, lo mira nuevamente y acerca el rostro masculino a su pecho cálido, restregándolo suavemente entre sus generosos senos. Se echa hacia atrás nuevamente y cruzando una pierna por encima de la cabeza del espectador, queda a gatas dejando su espectacular trasero a tan sólo centímetros de su rostro. Baja su torso desnudo lentamente hasta tocar el iluminado piso con sus pezones primero, sus suculentos pechos, que se aplastan debajo de ella y finalmente su bello rostro, y así, presentando formidablemente esa hermosa raja, lentamente termina de hacer descender la minúscula tanga con sus manos por sus muslos tersos, descubriendo la tan ansiada vulva rosada. El observador, fascinado, no puede reprimir el contener por unos segundos su respiración al observar tan bella visión. Esas nalgas perfectas, redondas, ligeramente bronceadas, se encontraban en una enloquecedora raja que dada la generosidad de los glúteos, lucia misteriosamente profunda, insinuando muy sutilmente la apertura anal. Los delicados labios se empiezan a insinuar por debajo. El siente la boca seca, y desea saciarse con los jugos que gustosamente arrancaría de esa flor que está frente a el.

    Ella sabiendo bien el efecto que causa en los hombres, lleva una mano hacia atrás y desliza el dedo medio en forma descendente por esa raja. La otra mano acompaña pronto en la sensual labor y en lentísima maniobra separa sus divinos glúteos para presentarle a el la visión entera. El anillo de carne, arrugadito, apretado, rosado e invitante, la vulva delicada, pequeña de labios menudos, tirantes por su pequeñez, la matita de vello que se pierde entre las piernas. El clítoris, tímidamente insinuándose por debajo del capullo de piel.

    Manteniendo el trasero en el aire, sus manos terminan de retirar la braga de sus piernas y sin mirar arroja la pieza hacia la pared de espejos, con precisión, revelando las muchísimas veces que había hecho lo mismo. Así, completamente desnuda, se eleva apoyándose sobre sus manos y rodillas y se dirige gateando al otro extremo donde más clientes, con ojos suplicantes la esperaban. Su gatear felino, torturante, deja al tipo paralizado, mientras deposita mas billetes sobre el escenario. En esta oportunidad él fue el afortunado, el escogido...
    Desde su posición miraba como ella se insinuaba a los otros individuos, meneando su cuerpo tentadoramente al ritmo suave de la música. Finalmente, la música va extinguiéndose y ella se levanta lentamente y gira, dando una ultima visión coreografiada de su exuberante cuerpo. Así, desnuda se acerca a cada cliente y se hinca ante él sin cubrirse, para recoger los billetes dejados por ellos y agradecer con una suave sonrisa. Algunos le devuelven la sonrisa, casi todos solo miran su vulva expuesta, pero solo uno, Fernando, le alcanza unos billetes mirándola a los ojos.
    Eres cautivante - le dice, sin mirar mas que sus ojos.

    Gracias... de verdad - dice ella agradecida por mirarla en ese instante como algo más que un trozo de carne.

    Gracias a ti - responde él, rozándole levemente la mano, al darle el dinero. - fue realmente bello verte bailar así...

    De veras? - pregunta ella con una sonrisa

    De veras... - mientras se oían los aullidos de los otros clientes, mostrándose evidentemente atraídos a la bella bailarina.

    Gracias nuevamente -dice ella mientras se incorpora para seguir recogiendo el dinero ganado.

    La ve alejándose, y recogiendo los demás billetes del suelo, sonriendo a los otros y dirigiéndose hacia el fondo a recoger sus breves ropas, ella voltea y le dedica una sonrisa antes de bajar del escenario.
    El se levanta de la silla y se dirige a lugar que ocupaba antes, no tan cerca al escenario. De lejos la observa de pie al lado de la estación del discjockey, poniéndose de nuevo las prendas.
    Una vez lista, la ve aproximarse a los ruidosos hombres que aullaban de admiración, mientras le enviaba a Fernando fugaces miradas.

    La rutina de verlas ofreciéndose para lograr un baile privado con un cliente nunca le había parecido tan duro ni penoso como ahora. Obviamente los pedidos de los escandalosos muchachos no iban de acuerdo a lo que ella acostumbraba, o tal vez ellos le pedían que bajara el precio ridículamente.

    Ella emprendió el camino hacia él, sonriendo...

    Hola!-mientras sentía una mano acariciando su hombro - Soy Ericka, como te llamas?

    El volteó a contestar el saludo y observó luego como Gacela, tan pronto lo vio, siendo abordado por otra, giro sobre sus talones y se dirigió a otro cliente sentado por allí.

    Fernando - contestó él, sonriendo forzadamente, tratando de no mostrar que su atención estaba totalmente fija en la muchacha de cabello negro...

    Mucho gusto de conocerte, Fernando - coquetamente, luego se acerca a su oído - dime, te gustaría divertirte un rato conmigo?

    El seguía observando a Gacela hablando con el otro hombre. Lo ve ponerse de pie y ella lo toma de la mano, saliendo del ambiente, mientras Fernando los seguía con la mirada.

    La verdad es que recién llegué, - contesta él, ocultando cierta molestia - tal vez más tarde, OK?

    Más tarde entonces... - sonríe la intrusa involuntaria - que la pases bien, eh?

    Gracias - contesta el mientras ve a la pareja descendiendo las escaleras.

    El continuó observando el espectáculo. Tenía que reconocer que la belleza de muchachas aquí superaba lo que había visto en otros clubes. Se veían, educadas, pulcras, y casi todas podían ser confundidas con modelos profesionales.

    Durante los minutos siguientes, mientras trataba de calmar su sed con la bebida helada, fue abordado repetidas veces por un sinnúmero de muchachas a quienes rechazó amablemente. Pero como todo no puede ser color de rosa, en un momento él tuvo que pasar un mal rato también...

    Quieres que te de un baile privado? - preguntó una despampanante rubia sentándose de improviso sobre sus piernas. El pudo claramente notar la falta de experiencia de la recién llegada.

    Muchas gracias... pero no. Tal vez mas tarde... - contestó el gracilmente.

    Que pasa? Acaso eres gay? - respondió ella en tono insolente.

    Fernando, lejos de sentirse insultado por la chiquilla, calmadamente sonrió y le hizo un gesto de que se acercara para hablarle.

    No... no es así - hablando calmadamente.

    Entonces? No te gustan las mujeres acaso?

    Si... me gustan y muchísimo, pero lamentablemente tu no eres mi tipo.- dijo mirándola a los ojos

    Idiota!!! - contestó ella poniéndose de pie y dando la media vuelta, visiblemente fastidiada.

    Para servirte, chiquilla - contestó el conteniendo una carcajada.

    Siguió deleitándose la vista con las espectaculares mujeres que desfilaban a su alrededor. Luego de observar a varias muchachas danzando sobre el escenario, pudo distinguir a una morena espectacular ejecutando una acrobática rutina en uno de los tubos situados en el centro del escenario. El publico rompió en aplausos cuando suspendida cabeza abajo, sujeta tan solo con sus piernas del metal, se quitó el brassiere agitando los senos

    Hola! Escucho por encima del hombro, lo que le hizo retirar la vista del escenario...

    Era ella, había regresado seguramente después de haber dejado a su cliente babeando de excitación.

    Hola, como estás? - preguntó el gentilmente, mientras se sentaba en la silla de al lado para invitarla a que se sentara. Ella lo hizo, y haciendo un leve mohín de satisfacción...

    Ohhh, que tibia está esta silla - mientras cruzaba la piernas y los brazos.

    Me imagine que te gustaría - contesto el juguetonamente.

    Ella sonrió celebrando su ágil respuesta, sin caer en la vulgaridad o grosería tratando de impresionarla.

    Por eso regresé. - dijo ella - aunque también imaginé que estarías... "ocupado".

    No, la verdad es que estuve sentado aquí desde tu número.

    No..de verdad?

    Pero pensé...

    No, no me interesaba ir con esa muchacha. - contesto el mirándola a los ojos - me agrada mas conocer a la persona que tengo delante mío, y después...tal vez..

    Entiendo -aseveró ella. Algo intrigada por el hecho de que él tan sólo mantenía sus ojos en el rostro de ella, sin dejarse llevar por la opulencia atrayente de sus curvas.
    Normalmente ella estaba habituada a sentir como los hombres que visitaban el club simplemente lamían toda su piel con los ojos, y alguna que otra vez, alguno se habría atrevido a manosear sus glúteos sin permiso. Gajes del oficio, que endurecen el espíritu de estas féminas.

    Cómo te llamas? - pregunta ella sonriendo francamente. No una sonrisa de compromiso, sino que realmente estaba empezando a disfrutar de esta conversación..

    Fernando... - estudiando las hermosas facciones de ella - y tú? -Levantando las cejas.

    Me llamo Gace...Maribel - tartamudeó - Que estúpida!! - pensó, - Por que le di mi nombre? - dijo ella con resignación, extendiéndole la mano, casi formalizando la presentación.

    Mucho gusto, Maribel - recibiendo la mano de ella, que cogió gentil pero firmemente. - Preferirías que te siga llamando Gacela ?

    N-no...Maribel está bien, al menos cuando no hay otros cerca.
    Con gusto - contestó él dándole seguridad.

    No has estado antes por aquí, no es así?

    No, es la primera vez que vengo... y me alegro de haberlo hecho...

    Ella entendió y pese a estar habituada a charlar con muchos varones no pudo evitar sonrojarse levemente ante la franqueza y seguridad de Fernando. había algo en él que la intrigaba...su seguridad,...su cortesía,...su educación...no sabía, pero por algún motivo la hacia sentir que en ese momento ella no era la bailarina exótica del club tratando de conseguir otro cliente.

    Los minutos sucedieron rápidamente, y sin darse cuenta ambos ya sabían algo de la vida del otro. El era un ingeniero electrónico, graduado en EE.UU., hijo de familia adinerada, que en ese momento trabajaba para una compañía transnacional en Lima. Tenia 30 años de edad, gustaba de los deportes de aventuras y viajar a lugares exóticos. Ella, tenía 26, sin hijos. Había empezado a estudiar carrera de Administración de empresas, pero debido a una bancarrota en la familia, tuvo que abandonarla y entró a trabajar en el club como mesera para ayudarse con los gastos. Eventualmente al ver que los gastos crecían y que las bailarinas del club recibían sendas propinas por bailar privadamente, se animó a probar el escenario durante una audición y fue escogida. Al inicio, según ella le contó, no tenia la menor idea de como moverse en el escenario, hasta que a una colega se le ocurrió que saliera con un minúsculo antifaz a bailar. El truco resultó, con lo que logró en poco tiempo dejar al público boquiabierto con su natural sensualidad.

    Desde entonces había ido ahorrando dinero para reanudar su carrera pero no era suficiente, además, aparentemente, la motivación por un mejor futuro había desaparecido.

    No sabia por que, pero esta era la primera vez que ella no tenia que ser el paño de lagrimas de otro. Todo lo contrario. El seguía con suma atención cada minúsculo detalle de su conversación, como el club les quitaba prácticamente la mitad de lo que ganaban tan arduamente, como restringían los días de trabajo, etc. Pero aún así el no podía dejar de admirar la tenacidad de ella para seguir trabajando y seguir tratando a los clientes con tanta cortesía...
    Ufffff! - dijo ella en un largo suspiro - ya te deben estar doliendo los oídos de tanto escucharme, no?

    El sonrió - No te preocupes, me encanta oírte hablar.
    Oh! Es la primera vez que alguien me oye a mi en este lugar...
    Una mano se poso sobre el hombro de ella, haciéndola elevar la mirada en forma refleja...
    Gacela...te toca ir al escenario, por lo menos... - le dice uno de los supervisores que revoloteaban por el club vigilando a las muchachas.

    Fernando pudo percibir claramente la mirada inquisitoria del hombre. Aunque no mediaron más palabras, nítidamente entendió el reproche por sentarse a charlar sin hacer dinero para el club.
    Empezaba ella a levantarse.
    Fernando la toma de la mano y poniéndose de pie...

    No me ibas a dar un baile privado...Gacela?
    Ella lo miró a los ojos, sorprendida. En ningún momento le había insinuado que bailara con ella. Sin realmente estar pensando, solo asintió con la cabeza, por lo que el supervisor se empezó a alejar de ellos.
    Gracias...-le susurró ella, mientras se dejaba guiar de su fuerte brazo.

    No te preocupes - dijo el - por que no me llevas a tu lugar favorito, eh?
    Inmediatamente le vino a la mente la imagen de esos pequeños cuartitos donde los clientes apenas pueden disfrutar del contacto con el cuerpo de las bailarinas, en consecuencia mayor protección para ellas. Usualmente la tarifa más baja significaba usar esos minúsculos cubículos.
    No...prefiero llevarte a donde se te va a agradar mas a ti...

    Y cambiando de dirección, lo hizo dirigirse escaleras abajo. Al llegar al final de la escalera observaron un pequeño escenario donde una muchacha se contorsionaba bajo las luces. Lo llevó hasta el final del ambiente donde se vislumbraba otra entrada donde se podían observar unos pequeños cuartos con camas, aislados del pasillo por cortinas.
    Caramba! No conocía esta área - exclamo él
    Muy pocas lo usan - le explico ella - usualmente solo los platudos los usan...
    Pero...
    Shhhh...ven - atrayéndolo a uno de ellos.
    El la siguió dócilmente.
    Arriba, usualmente cobro 40 dólares, 60 por desnudarme totalmente y 80 por permitir que me toquen. - Le empieza a decir ella - Aquí en estos ambientes, el precio aumenta en 40 dólares.
    El la mira algo confuso...
    Pero tu has sido un caballero conmigo - le dice ella de pie apoyada contra el marco de la pequeño umbral, mientras el la observa sentado en el lecho cubierto de terciopelo rojo. - Solo tendrás que pagarme el mínimo por sesión durante la canción que toquen, para cubrir lo que el club requiere, OK?
    El la ve hermosamente apoyada con sus manos en la espalda. La posición de daba una bella curvatura a su columna que acentuaba sus hermosas curvas. Cómo podía alguien no ser caballeroso con tan hermosa criatura?
    Esta bien - dice él.
    La canción empezaba y ella apoya una rodilla en la cama. Empuja suavemente su pecho, haciéndolo reclinarse..
    Recuéstate,...ponte cómodo.
    Como una rutina de seguridad, las bailarinas estaban habituadas a recibir el dinero por adelantado antes de iniciar cualquier baile. Sin embargo, por primera vez, a ella no le preocupó eso. Ya hablarían después. Cuánto después? No lo sabia, solo después...
    El se recostó, acomodando una pequeña almohada bajo la nuca y se dedicó ahora a deleitarse con esa visión que era ella.
    La vio cubrirlo con su cuerpo sin depositar su peso sobre él, pero sí lo suficiente como para acercase y rozar su mejilla con la suya. Le da suavemente un beso en la mejilla y se retira. El la sigue con la mirada...
    Maribel se pone de rodillas a horcajadas sobre las piernas de él y lleva las manos a la espalda, procediendo a desabrochar el brassiere. La prenda se mantiene suspendida de esos hermosos globos. Se inclina suavemente y le susurra:
    Me lo sacas, ....Fernando? - sonriéndole dulcemente.
    El devuelve la sonrisa, y levanta las manos, que ella toma y deposita sobre sus hermosos pechos y le hace retirar la prenda. Los bellos senos pendulan levemente ante su rostro visiblemente emocionado. El hace el ademán de bajar las manos nuevamente, pero ella las toma y lo hace acariciar suavemente sus pechos.
    Estas segura? -pregunto él
    Si, lo estoy. - susurra ella
    Eres tan hermosa, Maribel...
    El mágico toque de él estaba surtiendo un extraño efecto en ella. Usualmente habituada al tosco magreo de individuos que sentían pleno derecho a manosearlas descaradamente, esta vez se sintió cautivada por la suavidad de sus manos, ella se sentía tratada como delicado cristal.
    Anda, no tengas miedo - sonríe ella - no me voy a romper...
    Es que no quiero hacerte sentir incómoda... - responde él, no con timidez, sino mas bien por consideración a ella.
    Está bien...realmente - dice ella desabotonando su camisa - ...estoy disfrutando de como me tocas...
    El sonríe y deja deslizar sus manos sobre el cuerpo de ella. Primero sus dedos se dirigen a su rostro terso, calmado. Marca luego el delgado cuello que se estremece levemente a su roce.
    Los hombros de ella son dibujados suavemente por los dedos de el que parecen flotar. Ella cierra los ojos y exhala un suspiro de agrado. La tersa piel ella luce aún más bella bajo la tenue luz que los envuelve.
    A la vez el puede percibir lentamente como las caderas de ella se han empezado a mecer lentamente mientras han alcanzado su pubis. El teme por un instante que ella se retire al sentir la creciente erección bajo su pantalón. Pero ella, lo mira, sonríe y asiente con aprobación.
    Las manos de él se deslizan por los costados del lindo torso, como contando las costillas que apenas se ven, dibujando los lados de sus senos generosos, que en estos momentos se han vuelto mas sensibles. Sus dedos, delicadamente se deslizan tocando el vientre de ella, hasta llegar al elástico de la braga negra. Sus índices, se mueven hacia los lados, siguiendo los filamentos. Ella se echa plenamente sobre él mientras mantiene el suave movimiento circular sobre el palpitante bulto masculino.
    Fernando cierra los ojos por un instante para disfrutar del firme pero a la vez terso tacto del trasero de Maribel. Ella suspira y suavemente mueve sus pechos sobre el pecho de Maribel, ahora descubierto.
    Normalmente, ella no permitiría que este tipo de contacto con un cliente la excite. Al fin y al cabo, esto era simplemente un trabajo. Pero en esta oportunidad se estaba dejando llevar y se permitió disfrutar del hábil tacto de Fernando. Podía claramente percibir su curvilíneo cuerpo estremecido sobre él, y la forma como sus pezones respondían a las caricias poniéndose mas turgentes a cada segundo.

    El movimiento ondulante de las caderas de ella sobre él, a la vez de brindarles agradables sensaciones a Fernando, también le empezaba a producir un delicioso cosquilleo en la vulva.
    Tal vez sea prudente detenerme... - pensó ella.

    Pero sintió el suave masaje de sus glúteos con una mano, mientras que la otra recorría su espina, sin prisa alguna.

    Dios! Realmente estoy disfrutando de esto - siguió ella pensando - ...tal vez yo le debería pagar a el por lo bien que lo hace ...

    Fernando, a estas alturas se sentía emborrachado con el suave olor de la piel femenina, besando el cuello terso, con lentitud, mordiendo suavemente...
    El había tenido a muchas bailarinas con él antes, pero nunca una como ella, que se conectaba tan bien con él, disfrutando, dejándose llevar.
    Tomándola por los costados, elevó el torso de ella sobre su rostro y dejo que uno de los endurecidos pezones se deslizara dentro de su boca. Su lengua, empezó a hacer pequeños círculos, bordeándolo...luego el otro...
    Que dulce! Me quiere hacer disfrutar - inconscientemente comparándolo con aquellas bestias que simplemente parecían querer arrancarle los pezones con la boca, o estrujar su cuerpo como si fuera una muñeca de trapo. Pero no esta vez, no...no con él. Esto era diferente...

    Mmmmmm...- dejó escapar ella.

    Sus hermosas caderas estrecharon aun mas el contacto contra el pene encerrado. Ya no le importaba mucho a ella limitar el contacto, la fricción, como solía hacerlo siempre. Ella también deseaba disfrutar.
    E-espera...- dijo ella casi gimiendo, al sentir los dedos de el deslizándose entre sus generosas nalgas, pero cuidando de no tocar el sexo de ella que a estas alturas se hallaba muy húmedo.
    ??? - él la miraba intrigado mientras ella se separaba de él, pensando que habría hecho algo que le habría disgustado.
    Ella se arrodilló en el lecho a la izquierda de él, giró dándole la espalda y lentamente se echó boca abajo, sin quitarle la mirada a él.

    Desde donde estaba él, podía observarla, con la cabeza en dirección a sus pies. Por unos segundos ella pareció quedarse quieta, como pensando, mientras lo miraba a los ojos. Luego sonrió y elevando ese redondo trasero, dándole un espectacular visión, procedió a deslizar la pequeña tanga a lo largo de sus apetitosos muslos bronceados.

    Fernando como el pulso le golpeaba fuertemente las sienes, sabiendo que ella no necesitaba hacer eso, desnudarse totalmente. Había algo más. Esto no era simplemente un baile por el cual se pagaba dinero. Era más que eso...

    Viendo como la pequeña prenda había quedado a la altura de las rodillas de ella, que se había quedado quieta, mirándolo, él procedió a deslizarla por sus tobillos, sorteando por los altos zapatos negros. La mirada de él brillaba, y acariciando sus pies, se atrevió a liberar sus pequeños pies del calzado. Los ojos de ella, mostraban calma ante la inesperada maniobra, especialmente cuando sus fuertes manos procedieron a masajear sabiamente los pies desnudos de ella. Maribel cerró los ojos...

    Ohhh - suspiró ella, sensible a todo lo que él hacía - realmente sabes usar esas manos...
    El sonrió, confiado, pero la sonrisa se borró momentáneamente del rostro de él, al ver que ella pasaba una pierna sobre su cabeza, quedando montaba sobre su cuerpo, dándole una alucinante visión de su delicada vulva mojada y esos glúteos que invitaban a acariciarlos, morderlos. Fernando sintió su mástil, atrapado entre los generosos pechos de Maribel, que sobre la tela empezó a cubrirlo lentamente de besos. Ella, deteniéndose, puso sus labios entreabiertos sobre el bulto furiosamente atrapado bajo el pantalón y sopló, haciendo que una cálida oleada de aire caliente se filtrara a través de la tela, bañando el pene que pugnaba por salir de su encierro.

    Uhmmmmmmm! -estremecido.

    Maribel, sonriendo satisfecha por la reacción, dejó llevar las manos acariciando, la parte interior de los muslos de él, sintiendo el calor de su piel bajo el pantalón.
    Esto era un constante intercambio de estímulos, como pequeños regalos que mutuamente se daban, procurándose el limitado placer que se podrían brindar en un lugar como ese.

    Si no estuviéramos aquí...- Se encontró pensando ella

    Que sería si ella y yo.... - cruzó por la mente de él.

    Ambos, por alguna extraña razón detuvieron sus caricias, por tan solo un mero instante, sintiendo claramente los movimientos de la respiración del otro. Solo un instante, que fue interrumpido en el momento en que él movió su mano derecha atrapando el glúteo al lado opuesto, rozando con el antebrazo los labios vaginales de ella, que se sobresalto visiblemente.

    Ohh! - no hubo intención de alejarse de parte de ella.

    El continuó masajeando el glúteo, haciendo que la piel de su brazo siguiera frotando la sensible vulva. Ella arqueó la espalda, cerrando los ojos...
    Hace tanto ....- pensaba, mientras sentía ese jugueteo de él.
    Ella le había advertido que no podría meter ninguna parte suya dentro de ella, pero esto, esto no era jugar limpio. O lo era? Al fin y al cabo no estaba más que rozando "casualmente" sus zonas íntimas, como cuando ella se sentó sobre su paquete.
    Decidió no detenerlo, presintiendo que no intentaría meter sus dedos en ella, dejándose llevar por el goce que el rítmico roce le procuraba.

    Mmmmm - tratando de acallar un gemido.

    Ante las sensaciones descendió nuevamente la cabeza sobre el pubis de él. Se quedó viendo al coloso masculino hinchando notablemente el pantalón y poniendo la cabeza de lado, le dio un suave mordisco al grueso tronco que se insinuaba descaradamente.

    Ohhhhhhhh! - casi bramó él sorprendido.
    Las caderas de ella ahora se movían suavemente, buscando el roce de su congestionado clítoris con la piel de él. Las sensaciones quemantes en el vientre de ella crecían a cada segundo.

    Oh, Dios! Hace tanto tiempo... - se oyó ella misma diciéndose muy quedamente.

    El rítmico movimiento de ambos continuó, bañando el antebrazo de él con los fluidos de ella. Era imposible para ella detener lo inminente, y tampoco hubiera querido aún si hubiese podido. Ese roce, la forma en que también estrujaba hábilmente sus nalgas estremecidas. La otra mano, alocándola al juguetear con su pecho, atrapando ese pezón entre los dedos traviesos.

    MMmmmmmmhhmmmmm.....- tratando de silenciar el largo gemido, enterrando su rostro en la entrepierna de él - Diossssssss
    Se agarró con fuerza a los muslos de él, tratando de disimular el orgasmo, pero sintiendo los músculos varoniles, tensándose bajo sus manos, el calor, el olor de su sexo inhiesto, no hicieron mas que precipitar un segundo orgasmo seguidamente....

    Ohhhhhhhh! -exhalando ella profundamente.

    Estás bien, Maribel? - preguntó el adivinando lo que acababa de ocurrir. Los espasmos en la vulva de ella no habían pasado desapercibidos para él. El sonrió, satisfecho del goce de ella.
    S-si, estoy bien - tratando de disimular - no es nada...no te preocupes...

    Fernando esbozó una sonrisa. El sabia perfectamente que las bailarinas no debían procurar orgasmos a sus clientes, o viceversa. Pero aquí no estaba ocurriendo algo parecido a lo usual para ambos.

    Ella se levantó y apoyándose en sus manos, se recostó de espaldas sobre él, tratando de no manchar el pantalón de él con sus fluidos delatadores. Su espalda desnuda sintió en contacto del fuerte pecho de él, los glúteos desnudos se posaron sobre el pubis masculino, atrapando el cilindro encerrado entre sus firmes cachetes.

    Maribel buscó sus manos y las posó sobre sus agitados senos. Comenzando un suave movimiento de vaivén que empezó a producir intensas sensaciones en el sexo masculino.

    Ella sentía claramente el intenso endurecimiento de su tronco, y por un momento deseo tenerlo dentro.
    Tan solo si...- pensó ella, para luego tratar de desechar la idea - no, no, este es mi trabajo.

    Mmmmm - gemía Fernando al sentir como su durísimo pene era fuertemente estimulado por la intensa fricción de los glúteos de ella.

    Ohhhh, ohhhh - Dejo escapar él, al sentir las sensaciones acumulándose bajo el danzante culo.
    El rostro de ella se encontraba al lado del suyo, mejilla con mejilla, meciéndose suavemente. El creciente ritmo de la respiración de Fernando causaba en ella un efecto intoxicante, quería más, quería darle lo que el le había dado momentos antes.
    La mano derecha de Fernando, abandonó el seno de ella para tomar la mano femenina y guiarla hacia abajo. Ella se dejó llevar. Maribel sintió la abundante humedad de su vulva, como innegable muestra del goce. Los dedos de él empezaron a imprimir un movimiento rítmico a los dedos de ella, indicándole que frotara su vulva, su clítoris. A estas alturas cualquier titubeo estaba fuera de lugar y ella se vio a si misma masturbándose sobre su cuerpo.

    Sigue así, dulce Maribel - le susurró el al oído.
    Nunca la habían llamado por su nombre en este lugar, y menos aún nadie le había hecho sentir el placer que estaba sintiendo. Sus dedos se movían con los de él. Ella deseó íntimamente que los dedos de Fernando se enterraran en la caliente cueva.

    Las sensaciones para ambos estaban llevándolos a una inevitable erupción de placer. El rostro de ella, con la boca entreabierta, al lado del rostro de él, los labios tan cerca, deseando tocarse, pero sin hacerlo. Las fuertes respiraciones mezcladas. No había nada más, no estaban aquí, en el club, sino en algún otro lugar remoto, desierto, paradisíaco.

    Ohhhh! Ah..ah...ah...ah...ah - casi al unísono.

    Hazlo conmigo, Maribel! - gimió él.

    Mmmmmmmmmmmm,Ohhhhhhhhh - dejo escapar ella, no pudiendo contener el orgasmo

    Ahhhhh, Diossssss - le acompañó el, sintiendo sobre su cuerpo los espasmos que recorrían el cuerpo de ella.

    Y en un formidable instante ambos cuerpos, buscaron un contacto mas intenso entre ellos. El la apretó contra sí, casi hercúleamente, casi cortando su respiración...

    S-siiiii... - dejo escapar ella con satisfacción, al sentir los labios de el presionándose contra la mejilla de ella en un beso que transmitía mucho más, percibiendo las intensas contracciones orgásmicas recorriendo las caderas de Fernando.

    Ambos quedaron inmóviles, tratando de recuperar el aliento. No hubo palabras, solo miradas. Los rostros tan cerca, tratando de adivinar lo que el otro pensaba. El se ladeó levemente, haciéndola echarse a su lado, rodeándola con sus fuertes brazos.
    La última canción, ya terminó...- dijo ella
    Lo sé...
    Y simplemente la estrechó más hacia el. Ella se acurrucó en sus brazos, sintiéndose protegida por un instante. No le importaba haberle dado mucho más de lo que el le iba a pagar, y aun si no le hubiera pagado, no hubiera importado. El la había hecho sentir mujer, aun en este lugar, donde las mujeres no son más que objetos, mercadería que es comprada, usada y luego desechada.
    Quedaron echados por varios minutos, algunas otras canciones tocaron mientras ellos yacían allí. el le acariciaba el rostro dulcemente, como si fuera un tesoro.
    Me tengo que ir, Maribel - dijo el apesadumbrado - tengo mucho trabajo y esta semana viajaré a EE.UU. por una semana.
    Entiendo - respondió ella, mientras lo veía arreglarse la ropa. Al fin y al cabo, esto había sido solo un momento de placer, un baile, el un cliente y nada más. Se reprochó a si misma por dejarse llevar por ideas tontas...
    El la miraba cautivado, a lo que ella no podía sino sentirse algo ruborizada.
    Me preguntaba...- dijo el, algo indeciso de continuar la pregunta.
    Si? dime... - le animó ella.
    Bueno, voy a regresar en un mes, aproximadamente - continuó el - y me gustaría mucho verte...invitarte a cenar o algo así, si es que tu quieres...
    Es que no se supone que nosotras...-empezó a responder ella.
    Si...se que no pueden salir con clientes - contestó el - política del club...
    Si...no podemos.
    Bueno - continuó él. - Yo no quiero seguir siendo cliente tuyo...
    Ella abrió los ojos, mirándolo confusa.
    El tomó las manos de ella que aún sostenían las prendas de ella y poniendo unos billetes doblados entre ellas, le dio un beso en la mejilla...
    Quisiera conocer mejor a Maribel , no a Gacela...
    Y dando la media vuelta, se marcho dejándola totalmente confundida. Luego de unos segundos, sacudió la cabeza tratando de ubicarse en el ambiente nuevamente y miro con detenimiento lo que el había puesto en sus manos. 400 soles! casi el doble de lo que le hubieran pagado por 4 canciones. Pero algo mas llamó su atención, entre los billetes había dejado una tarjeta, con su número de teléfono...
    Salió de prisa del cuartito, vistiéndose como pudo mientras caminaba. Los zapatos colgaban de su mano, mientras ella trastabillaba, tratando de ponerse la ropa de baile.
    Llegó al piso superior y escudriñó el ambiente tratando de localizarlo. No estaba, se había marchado...

    Continuará...
     
    DR-NIGHT-MAN, 20 Abr 2005

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    #1

    DR-NIGHT-MAN

    Usuario Baneado.

    BANEADO
    Ring...ring...- sonó el teléfono de la oficina.

    Hola! Gerencia...con quien tengo el gusto? - contesta el animadamente.

    Fernando...soy yo - una voz queda del otro lado de la línea - Maribel...

    Maribel?..pensé que no llamarías.

    Estuve pensando y creo que a mi también me gustaría conocerte mejor....

    Después de algunas semanas, ambos habían tenido la oportunidad de conocerse aún más. El no regresó al club, pero a veces la esperaba afuera para llevarla al modesto departamentito que ella pagaba a medias con una compañera en un distrito de clase media de Lima. Los departamentos en general eran carísimos, consumiendo una importante parte de los ingresos de ella. Ella continuaba trabajando en el club, pero él, lejos de hacerle cualquier reproche, le apoyaba, escuchando los problemas por los que pasaba.

    Gradualmente el ambiente de trabajo se le iba haciendo menos tolerable con el paso de los días. Y sin embargo su acercamiento a Fernando iba yendo fantásticamente...

    Durante una de sus salidas, el la llevo a cenar a un restaurante muy caro, donde comieron divinamente. Luego mirándola fijamente, se puso de pie a su lado y extendió una mano hacia ella...

    Maribel, me haces el honor de bailar conmigo?

    Claro...- sintiéndose halagada por su formalidad.

    Y se dirigieron al la pequeña pista de baile, donde otras parejas se movían acompasadamente. Ella había venido vestida con un vestido negro, ceñido al cuerpo, que terminaba apenas sobre las rodillas, calzaba uno delicados zapatos de taco aguja que hacían que sus piernas se vieran imponentes. La parte superior del vestido no tenia tiras que lo sostuvieran ya que el generoso busto de ella se encargaba de esa labor. Es estrecha cinturita estaba marcada por una delgada cadenita plateada que caía gracilmente por uno de sus firmes muslos. El cuello, largo, adornado con una gargantilla de perlas. Pendientes pequeños de perlas adornaban los pequeños lóbulos de las orejas. El cabello recogido en un elegante moño que no hacia más que acrecentar aún más su sensualidad, pero en forma sumamente elegante. Con clase, estilo...
    Divina...- comentó el luciéndola orgulloso entre sus brazos.
    Ella sonrió - tu te ves irresistible, acariciando sus fuertes hombros. El, más alto que ella, a pesar de los tacones altos. Se miraron en silencio y los labios se buscaron lentamente. Se encontraron y quedaron así, tocándose, rozándose, olvidándose de cuanto los rodeaba.
    El suavemente posó su mano en la delicada nuca de ella, estrechándola más hacia él. Maribel respondió al beso estrechando sus brazos alrededor de la cintura de él.
    Siguieron bailando, meciéndose suavemente, sin prisa.
    --------------------------------------------------
    El carro de el cruzaba la Vía Expresa.
    El la había invitado a conocer su casa, en Rinconada, en un área muy exclusiva. Ella estaba enroscada de su brazo, acariciando suavemente el muslo que se tensaba por instantes controlando los pedales del automóvil deportivo.
    Luego de pasar una hilera de impresionantes casas, él redujo la velocidad ante una entrada empedrada, que rodeaba a una bonita fuente de agua iluminada que mostraba la manera en que el agua descendía caprichosamente por las formas geométricas de una escultura de metal. Maribel, no pudo sino alabar el buen gusto de quien había diseñado aquel detalle.
    El vehículo se detuvo ante una pequeña pero ancha escalinata que llevaba a una puerta doble de madera de roble tallada en forma exquisita. Era la primera vez que ella visitaba el área y no podía disimular su admiración por lo que observaba.
    Fernando hallaba entretenida la forma cándida y curiosa en que ella miraba todo. Pero, ella no decía nada, como tratando de ser sobria en su opinión.
    Verdaderamente una joya - pensó él para si mismo.
    No es usual ver esculturas de titanio como la de la entrada... - comentó ella en tono casual.
    Veo que eres muy buena observadora, y además te gusta el arte - sentenció el aprobando.
    La verdad que si, aprecio el arte...aunque no tenga dinero para comprar nada así... - franqueándose con él.
    Verdaderamente una joya de persona...y de mujer... - pensó, estudiándola con detenimiento.
    Te apetecería tomar una copa de vino? - preguntó
    Claro que si, pero escógelo tú - mientras admiraba los cuadros de Szyszlo y Chávez que colgaban de las paredes.- mi cultura en vinos deja mucho que desear...
    No te preocupes...me imagino que preferirás algo dulce, no es así?
    Sería perfecto...- sonriendo ante los estilizados desnudos.
    El retornó a los pocos minutos con un par de copas en una mano y una botella de vino con un sacacorchos en el otro.
    Sirvió el líquido rojizo en las copas sin derramar una gota y con la mano derecha le extendió la copa.
    No sabía que te agradaba tanto el arte - comentó ella. - son originales?
    Cuales? - preguntó él, apartando la mirada de su hermosa espalda para observar hacia la pared.
    Esos... de Szyszlo y Chávez . - Apuntando delicadamente con la mano izquierda.
    Vaya! Pensé que sólo yo había oído acerca de ellos. Uno lo compré, el otro lo heredé hace un tiempo.
    Son hermosos... -comentó ella - creo que particularmente Chávez, captura fielmente las formas sensuales del cuerpo de una mujer...no crees?
    Totalmente de acuerdo...- asombrado por la similitud de gustos.
    Tienes una casa muy bonita. Puedo ver que el negocio paga bien.
    El sonríe, y la invita a sentarse en el mullido sofá de cuero.
    Bueno, he tenido mucha suerte, no me puedo quejar.- asintió él
    Mmmmm, escogiste muy bien el vino...me encanta...
    Me alegra haber acertado.- sonriendo
    Cuándo me lo vas a enseñar? - le pregunta ella, lanzando una bravísima mirada a la entrepierna levemente abultada de él.
    Enseñártelo? - algo asombrado.
    Me refiero a tu palacio...- jugando con él.
    Jaja...por un momento pensé - mirándola
    Que? - luego se tomar un sorbo de vino, como quien no prestaba tanta atención.
    El juego entre ellos había comenzado. La atmósfera sexual entre ambos crecía a cada momento aunque ellos no usaban palabras que dieran pista de ello.
    Sígueme - le indico con un gesto de la cabeza - te daré un tour del lugar.
    Ahora el iba a entrar en el juego también. Ambos se estaban deseando, casi desde la primera vez, allá en el club. Pero ahora la situación era diferente. Eran un hombre cortejando a una mujer inteligente, bella, desenvuelta. A los ojos de él ella era un diamante invaluable montado en un anillo de lata, como describiría la vida que ella penosamente llevaba. Pero aún así, un diamante que daba brillo a todo lo que lo rodeaba. El no cesaba de admirar sus gestos, sus palabras, su andar, su sutileza. No podía evitarlo...se estaba sintiendo atraído hacia ella...
    Maribel caminaba detrás de el, percibiendo cierto estremecimiento cada vez que él posaba su mano en su hombro o rodeaba su cintura para explicarle la historia de cada habitación del lugar, y de algún modo, aquellas explicaciones le parecían naturales, como si ya las conociera, como si hubiera estado ahí antes. Todo en él le parecía natural, balanceado. Y ella no podía sino dejarse llevar por él, por su gentileza. La hacía sentir como a una reina, como nunca antes nadie la había tratado.
    A su mente vinieron pensamientos fugaces que por momentos la sacaban de la realidad en que vivía. Le gustaba su cercanía, su trato, su clase, su hombría. Pero a la vez, no podía evitar sentirse inadecuada a su lado. Al fin y al cabo, el era un ingeniero, exitoso, perfecto partido para cualquier muchacha de perfecta familia, y ella, la bailarina de un club de striptease, nada más.
    Por un momento sintió rabia de ser lo que era, deseando ser algo más. Deseó ser la muchacha que años antes inició ilusionada una carrera en la universidad. A estas alturas hubiera sido probablemente una empresaria, como él, o por lo menos no se hubiera estado ganando la vida siendo manoseada por tantos hombres. Quizás entonces, él y ella hubieran tenido algo mas que una aventura...
    Nuevamente la voz de él la secuestró de esos pensamientos en el preciso momento en que le mostraba un hermoso y amplio baño. El ambiente tenía una forma circular, con ventanales que miraban hacia el amplio jardín diseñado al estilo japonés. Aparte de un doble lavabo de mármol y una ducha rodeada de paredes de cristal, en el centro, ocupando lugar principal se encontraba una enorme tina circular de hidro-masaje. Ella sonrió ante el detalle.
    No te provoca? - dice el adivinando sus pensamientos.
    La verdad que si... - contesta ella traviesa
    Abriendo la puerta contigua pasaron al siguiente ambiente.
    Este es mi dormitorio - dijo él
    Ella abrió los ojos admirando el amplio ambiente. Hacia la pared que ostentaba un enorme panel de bronce repujado, había una cama king size de caoba, con edredón grueso en matices de azul oscuro, sabanas más claras que hacían juego y unas mullidas almohadas que invitaban a recostarse. Hacia una esquina, opuesta a la cama, un enorme televisor con estereo debajo. Frente al lecho una pequeña pero hermosa chimenea de piedra.
    Era esto lo que querías ver? - pregunto el mientras acariciaba la nuca de ella que se había sentado en la cama.
    Si... quería saber donde dormías.- recordando que muchas noches se acostó deseando tenerlo a su lado.
    Y...que opinas? - mientras se sentaba al lado de ella.
    Me gusta...mucho. - recorriendo los detalles con la mirada, como si tratara de memorizarlos
    Tal pareciera que pensaba que era un sueño del que despertaría en cualquier momento. Si en realidad no era nada más que un sueño, quería que quedara para siempre en su memoria. Aquellos días en que fue tratada como una dama...una mujer.
    En que estás pensando, Maribel? - preguntó Fernando algo perturbado por el súbito aspecto sombrío que cubrió el lindo rostro de ella.
    N-nada, todo está bien - continuaba - ...solo que todos estos días han sido hermosos para mi...
    El la miraba, tratando de explicarse lo que estaba sucediéndole.
    Has tenido atenciones conmigo que nunca nadie me ha brindado...jamás. Me has tratado como la persona que soy por dentro, no la bailarina que conociste allá en el club, y te lo agradezco.
    No tienes nada que agradecer, linda - respondió él - es lo mínimo que mereces...
    Nunca me pediste nada, tan solo conocerme, y te debo decir que cada nueva cosa que conocía de ti me ha hecho aprender a admirarte más como persona, como hombre. Creo que debes notar fácilmente lo atraída que me siento hacia ti. Me siento agradecida de haberte conocido, aun en circunstancias tan extrañas...
    Yo siento lo mismo, Maribel, créeme...
    Ella poniéndose de pie, le brinda una dulce sonrisa. Gira suavemente y dirigiéndose hasta el estereo, da una rápida ojeada a los discos compactos y encuentra uno con la balada que ella suele bailar en el club. Sonríe por el detalle, y coloca el disco dentro del equipo. La melodía empieza con una voz masculina cantando en un misterioso pero cautivante lenguaje.
    Fernando se había quedado observando detenidamente su andar, sus gráciles movimientos escogiendo la música, los delicados dedos presionando algunos botones y la ve retornar frente a el ondulando suavemente su cuerpo mientras esboza una cautivante sonrisa. Sus movimientos exuberantes paralizan la respiración de el por un instante...
    Maribel, no tienes que...
    No tengo que...pero quiero hacerlo...-respondió ella en un susurro a su oído.
    Y la ve moverse ante el, acariciando su cuerpo sobre la tela. Inclinándose, deslizando los dedos sobre las piernas torneadas, provocativamente. Se detiene delante de el dándole la espalda arqueada, cabeza hacia atrás, deshaciendo el moño y dejando caer el cabello azabache sobre su espalda.
    Bájame el cierre...lentamente - le indica ella.
    Las manos de el ascienden por los costados de ella, haciéndola estremecerse y llegan al cierre. Hábilmente libera el broche y empieza a deslizar el cierre, revelando la hermosa espalda que se mueve sinuosamente bajo la tela negra. Las manos de él terminan de bajar el cierre llegando apenas donde empiezan los rotundos glúteos de ella.
    Ella gira y pegándose a el mientas continuaba ondulando su cuerpo al ritmo de la canción, posa las manos de él sobre sus caderas y guiando el movimiento, empieza a deslizar el vestido hacia abajo...
    Los generosos pechos de ella saltan al ser liberados de su encierro e invitan al roce del rostro de él, que no se hace esperar. Ella se estremece mientras que los labios de el salen al encuentro de los pezones prestos para la batalla amorosa. Los labios, los dientes, sus cejas, sus mejillas, todo su rostro se frotan deliciosamente sobre el pecho de ella. Maribel se muerde el labio inferior y cierra los ojos, tratando de aislar y reconocer cada una de las sensaciones que esta percibiendo, tratando de grabarlas en su mente...
    Por un instante ella pierde el contacto de la boca de el sobre su piel, y abre los ojos para descubrirlo de pie ante ella, buscando sus labios, que ella sin pensarlo dos veces le ofrece abiertamente. Primero, un roce, luego un suave beso a cada lado de la boca, recorriendo los labios de ella. Sin prisa.
    Ella admira tanto eso de él. Su control, su deseo de dar antes que recibir y eso la apasiona. Dejando de lado el número que estaba lista a brindarle, arroja sus brazos alrededor de su fuerte cuello y se brinda a la cálida unión de los labios, de esas lenguas que se ansían, se necesitan.
    Los cuerpos se enredan, ella semidesnuda, el vestido, pero no por mucho tiempo.
    Las manos de ella, sueltan los botones de la camisa solo lo suficiente para permitir que esta salga por encima de la cabeza de él. Los labios se buscan nuevamente en forma desesperada, alocada, profunda. El siente las manos de ella recorriendo su tenso vientre, circundándolo, acariciándolo. Pero el la deja hacer. Las manos femeninas brevemente batallan con el cinturón y lo liberan, dejando el cierre como único obstáculo...
    Las manos de Fernando se mueven sinuosamente sobre la piel descubierta de ella deleitándose con cada curva, cada tibio pliegue y rincón de piel tersa, envidiablemente cuidada. Encuentran los bordes del vestido aún suspendido de las rotundas caderas de Maribel y haciendo un breve movimiento con los pulgares, hace que la prenda caiga al suelo dejando tan solo la pequeña braga negra adornando esas caderas que de por si no necesitan ayuda para verse preciosas.
    El siente como ella ha hecho caer su pantalón al suelo, quedando ambos en las mismas condiciones.
    Ella por primera vez puede verlo casi desnudo y reconoce la suerte que tiene por tener a un hombre así frente a ella en este momento. El cuerpo de Fernando, se veía atlético, fuerte, aunque no pesadamente musculoso, sino esbelto, ágil, con una armoniosa y atractiva definición muscular. Por un instante Maribel pensó que el bien podía haber tenido éxito como bailarín exótico. No puede evitar una sonrisa.
    Por que sonríes, algo está mal? - Pregunta algo perplejo.
    No, al contrario...- responde ella pasando las manos sobre el fuerte pecho y marcados abdominales de él.- pensaba que te podías haber ganado la vida como colega mío.
    Jajaja, imagínate - mientras sentía las manos de ella recorriendo sus amplios hombros.- Pero lo que mas me importa es que te guste a ti...
    Por su puesto que me gustas...- para luego susurrar - tal vez...demasiado.
    El la atrae y la pega a su cuerpo. Busca nuevamente sus labios y los encuentra. No hay remedio, cada vez que eso sucedía, Maribel perdía la noción del tiempo y el espacio. Sentía perderse en sus brazos, olvidarse de lo que era, de su realidad...la dura realidad, y se abandonó a él....
    Ohhh, Fernando...haces...haces que ....
    Las bocas se buscan una y otra vez, solo para ser interrumpidos por gemidos cálidos y suaves de ambos. Los cuerpos, hermosamente enredados caen sobre la cama, dándose a caricias que pierden, enloquecen...
    Mmmmmm, Fernando...me haces sentir tan bien...
    Adoro que te sientas así conmigo, corazón....
    Corazón? Sin querer, la palabra empezó a retumbar en la cabeza de ella y los brazos, los besos de el parecieron procurarle mas calidez...mas emoción. Ella se apretó a él, dispuesta a vivir intensamente la breve ilusión. Lo que sucediera después no le importaba.
    así se dejo acariciar, adorar. Cerrando los ojos sintió las manos de él suavemente recorriendo su cuerpo joven, lleno de vida. Cada roce, cada leve caricia, la estaba haciendo vibrar, haciendo desearlo, tenerlo dentro de ella. Pero no quiso interrumpirlo sino dejarse llevar por las sabias maniobras de este hombre que le había devuelto la esperanza, aunque sea por tan solo un tiempo.
    La boca de Fernando empezó a recorrer los pechos temblorosos, el vientre plano, acariciante, aproximándose casi hasta la pequeña mata de vello que coronaba su pubis. De ahí, salto a los empeines ya desprovistos de calzado, acariciándolos, mordiéndolos, haciendo que los delicados pies se arquearan de estremecimiento. Los dientes mordiendo ligeramente encontraron su camino a los tobillos tersos, vibrantes, jugaron suavemente con las hermosas formas de sus pantorrillas. La lengua provocadora se dedico a explorar la parte posterior de las rodillas, mordisqueando suavemente los tendones que la delimitaban. Cada roce de los dientes de él hacían que la espalda de ella se arqueara en un fuerte pero enloquecedor estremecimiento. Maribel sentía como su vulva congestionada se mojaba mas y mas debido a esta deliciosa tortura.
    Así..así...tortúrame más! - pensaba ella - que nunca se acabe esto...nunca!
    Suavemente, las manos de Fernando empezaron el descenso de la minúscula prenda, labor que ella apoyaba moviendo su cuerpo como una gata en celo. El calzón se encontró en suelo a los pocos segundos.
    Los fuertes gemidos de ella no hacían mas que animar a Fernando a que se esmerara en acariciarla mejor, y en un momento en que ella elevo las caderas en respuesta un suave mordisco en la cara interna de muslo derecho, el puso su mano debajo cuando su cuerpo descendía...
    Ohhhhh...- dejo escapar ella al sentir el cálido contacto de su mano en la nalga, - mmmmm
    El estrujo amorosamente la carne de ella que no cesaba de moverse. La otra mano de él se había adueñado del área de los muslos cercana a las vulva entreabierta y palpitante, hambrienta por él.
    Las manos de ella mantenidas en el aire, no pudieron evitar cerrarse fuertemente, como buscando asidero en el aire cuando los labios de Fernando se posaron finalmente sobre la ansiosa gruta.
    Ohhhhhhhhhhh, Fernando.......- gimió ella.
    Los labios empezaron a juguetear atrapando los pequeños labios vaginales de ella, recorriéndolos con la lengua enloquecedora. El estremecimiento del cuerpo de Fernando era incontenible, parecía que iba a perder la conciencia en cualquier momento por las fuertes pausas de su respiración.
    Ahhhh............ahhhh..........ahhhhhhh
    No podía decir nada, sino dejar escapar espaciados suspiros, pesadamente, con dificultad.
    La lengua de el estaba castigando ferozmente el pequeño clítoris. La avalancha era inminente...
    Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh - mientras apretaba la cabeza de él sobre su vulva que se debatía entre fuertes espacios orgasmicos.
    El podía sentir el enérgico abrazo que sus músculos vaginales ejercían sobre la lengua que se había adentrado en la aterciopelada cueva de ella para degustar los dulces fluidos que emanaban incontroladamente..
    Para Maribel, el orgasmo fue apoteósico, agotador, pero se sintió mejor aún después, al sentir los fuertes brazos de Fernando rodeándola tiernamente. fue realmente dulce sentir los besos de el cubriendo su rostro, mientras sentía que el ritmo de su respiración se normalizaba poco a poco. Era hermoso sentirse así, protegida, adorada. La calmada respiración de él la invitaba a relajarse, reposando la cabeza sobre su fuerte pero acogedor pecho...
    Ella abrió los ojos para encontrarse con la mirada de él que la observaba detenidamente. Su cabeza reposaba sobre el brazo de él. Maribel se irguió levemente, un poco desorientada, dándose cuenta recién de que se había quedado dormida.
    M-me dormí...creo - apoyando la cabeza nuevamente en su brazo.
    Sólo por unos minutos - susurró él - te veías tan hermosa que no quise despertarte.
    Recién ella notó que el la había cubierto con el edredón mientras dormía. Era fabuloso sentirse mimada de esa manera. Podría ser demasiado fácil acostumbrarse a ser tratada así.
    Ella rodeó su cintura y se acercó más a él. Sus labios buscaron los de él que la recibieron cálidamente. Sus besos se sentían tan bien, tan familiares, como siempre se hubieran estado besando. Tal parecía que conocía sus labios de memoria.
    Fernando, cerró los ojos al sentir el calor de los suaves labios sobre él. Su mente se vio poblada de imágenes en las que veía el rostro de ella, durmiendo plácidamente, las manos de ella engarfadas en las de él cuando explotaba en ese orgasmo, los ojos de ella sentada a su lado en ese restaurante, la forma en que ella celebraba cuando el le compró ese muñeco de peluche para ella en esa tiendita. Tal parecía que tuvieran juntos años en lugar de meses. Lo curioso era que al recordar como la conoció se percató que lo primero que vino a su mente fueron sus ojos profundos, su rostro calmado, su sonrisa cautivante antes que su desnudez.
    Sus pensamientos fueron agradablemente interrumpidos al sentir el peso del cuerpo de ella sobre él, meciéndose suavemente, sintiendo su cuello siendo llenado de besos cálidos, profundos, emotivos. Ella gemía suavemente, mientras recorría sus brazos, su pecho. Las piernas de Maribel rodeaban sus costados y lo apretaban rítmicamente, como queriendo retenerlo atraparlo. Sus caderas, hacían círculos invitantes que se acercaban y jugueteaban con el macizo bulto que se esbozaba bajo el bóxer de seda. Una mano de ella lo hizo sobresaltarse al posarse inesperadamente sobre su sexo, acariciando suavemente sus testículos que reaccionaron buscando acercarse al cuerpo. Maribel, se estaba deleitando al explorar la prominente verga que se escondía bajo la tela.
    Buscando su lengua con la suya, saboreo el cálido sabor de la saliva de Fernando, ligeramente mezclada con vino y sus fluidos vaginales. Esta combinación probaba ser más embriagante que nada que hubiera probado antes y no pudo evitar deslizar súbitamente una mano bajo la única prenda que él vestía en busca del formidable ariete que prometía prontas delicias para ella.
    Sin desprender el intimo beso, su mano se dedicó a recorrer longitudinalmente la piel del imponente mástil. Sintió satisfacción y a la vez temor cuando trató de rodearlo sin éxito con sus dedos. Aún así, su cuerpo joven le pedía cobijarlo dentro suyo...
    Mmmmmmm - exclamó Fernando visiblemente extasiado por las apasionadas caricias de ella.
    Ella se irguió levemente, y le sonrió satisfecha, apretó firme pero cuidadosamente la turgencia del cilindro y llevando la otra mano hacia atrás, deslizó el borde del bóxer hacia abajo, liberando el temido pero ansiado tesoro.
    La erección que Fernando lucía era realmente impresionante. Estando de pie, su pene hubiera buscado una orientación que apuntaba levemente hacia, pero echado así, la naturaleza hacía que se pegara sobre su tenso abdomen.
    Maribel notó esto con agrado y montó sobre el cilindro caliente, esparciendo sus abundantes fluidos a lo largo del mismo. Fernando se mordió los labios al sentir los cálidos labios mayores rozándole...
    Dado que ella era la que controlaba los movimientos, le era fácil lograr una optima fricción sobre el clítoris, que hacia que la sensación de calor creciera en sus entrañas. Podía moverse libremente a lo largo de la maciza verga, sintiendo constantemente el cosquilleo de los testículos en su ano al retroceder y el frote del frenillo del pene contra su clítoris al avanzar. Una sonrisa se dibujo en sus labios cuando recordó como gustaba de sentarse a horcajadas sobre la viga de gimnasia, allá en las épocas de colegio, durante sus disimulados pininos masturbatorios. Sus ojos buscaron el rostro de Fernando y lo vio con los ojos cerrados, las manos de él acariciando sus senos, mientras que los pulgares jugueteaban con sus inflamados pezones.
    Ohhhhhhh - suspiró ella
    Ohhh, Maribel - dejó escapar él - nunca me había sentido así...
    Ella se echo sobre él, buscando besarlo, lo que hizo que en ese preciso momento la hinchada cabeza se encajara entre los labios profusamente lubricados. Ella no trató de retirarse, sino que busco sus labios de él con ansia y los encontró, igualmente desesperados por sentir los de ella. Las lenguas se acariciaron, con cariño, con ternura y ella retrocedió buscando encajar más del querido tronco dentro de ella. El respondiendo al silencioso deseo de su compañera, contrajo brevemente los músculos de la base del pene haciéndolo elevarse y facilitar el ángulo. Solo eso bastó, el resto del suave pero dulce movimiento transcurrió en total silencio, pues ambos habían contenido la respiración, mirándose fijamente a los ojos. El movimiento de ella pareció nunca terminar. Era como si quisiera eternizar cada placentero milímetro de masculinidad que recibía dentro de ella. El grosor de él era inaudito y la estrechez de ella atenazadora. Pero ambos se deseaban, se necesitaban y nada iba a impedir que la unión tan buscada se completara.
    No te apresures...- exclamó él - no quiero que te hagas daño...
    Lo que me va a causar verdadero dolor - susurró ella, rozando sus labios - es no tenerte dentro de mí...
    Oh, Maribel...mi dulce Maribel.
    Las palabras de él, la forma, la calidez con que las decía tenían el efecto de una droga en ella, una adicción de la que no quería escapar. Y girando las caderas en pequeños círculos finalmente encajó la totalidad de la atesorada verga dentro suyo. La aparentemente imposible unión se completaba. Se sentía tan bien para ambos, como si así hubiera tenido que suceder años atrás.
    Ella comenzó una sensual danza sobre él, mientras que las fuertes manos se hallaban posadas sobre las ondulantes caderas. El movimiento inicial era circular, frotando el clítoris contra el pubis masculino; el glande, escribiendo dulces frases en las entrañas de ella. Los labios de él besaban o mejor dicho adoraban los entregados pechos de ella de una manera tal que parecía como si esas caricias se multiplicaran y esparcieran sobre toda su piel. El estremecimiento que él causaba por dentro y por fuera de su cuerpo de hembra no cesaba. Las sensaciones eran apabullantes...
    Fernando por más que trataba no podía controlar el incontenible placer que el estrecho abrazo de la húmeda intimidad de ella aplicaba sobre su palpitante sexo, más aún, el calor de ese cuerpo delicado, su respiración entrecortada por esos dulces gemidos de ella hacían imposible que el se pudiera concentrar para tratar de retrasar la erupción que sucedería de un momento a otro...
    Ohhhhh,....ohhhhh,......ohhhhhh,.....q-que ricoooooo - Gime Maribel, a la vez que emprende un largo movimiento de bombeo, recorriendo rítmicamente la longitud de la columna de carne.
    Ufffffff, - exhala largamente él tratando de no dejarse arrastrar por las oleadas de placer, cada vez más poderosas.
    Los movimientos acompasados, perfectamente sincronizados de ambos cuerpos, perlados en sudor, enrojecidos de excitación, hacían recordar una danza de pasión, no sexo puro, pues los dos se estaban entregando sin reservas, con único deseo de dar en lugar de recibir...aunque fuera solo por esta noche...
    El cuerpo de ella, perfecto, se movía cada vez con mas intensidad, haciendo que las redondas nalgas impactaran contra él, enterrándose más hondamente el querido mástil. Las piernas de él se tensaban en espasmos, con los músculos marcándose por el esfuerzo de querer llegar mas dentro de ella, mientras las manos se engarfiaban en las caderas femeninas. Las manos de ella se clavaban en el pecho de él con fiereza, pero no había dolor sino delirante placer, deseo de fundirse juntos...
    Los testículos de el saltaban ante las fuertes arremetidas, el cuerpo de ella se recostaba ahora sobre él, teniendo los rostros juntos, sintiendo el uno el aliento del otro bañándole el rostro. Los gemidos acelerados, descontrolados....
    Y la represa que contenía los caudales de infinito placer finalmente se rompió, bañándolos a ambos al mismo tiempo.....
    Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, Maribeeeeeellllllllllllll- rugió descontrolado, perdiéndose en el cuerpo de ella - mi amorrrrrr...
    Ohhhhh! Diossssssssss, Fernaaaaaaanndooooooooo......- dejo escapar en un grito, para luego confesarse a ella misma silenciosamente...- te amo tanto........
    Los ojos de ella dejaron escapar lagrimas, mientras gemidos de innegable placer salían de su garganta. Gemidos que se perdieron dentro de la boca que buscó, que necesitaba sentir en ese instante...y la encontró...
    Los cuerpos atenazados, engarfiados uno al otro dejaron escapar sonoros jadeos. Ninguno de los dos trató de separarse, sino que se veían buscando nuevas, mejores maneras de unirse...
    Y quedaron así, pegados el uno al otro...mientras los minutos pasaban...
    ---------------------
    Ambos se encontraban echados aún en la cama, él recostado sobre las almohadas y ella apoyando su espalda húmeda contra su pecho masculino, mirando callados la forma en que la leña ardía en la chimenea. El crepitar era cubierto por la música del disco que tocaba por enésima vez.
    Ninguno de los dos había pronunciado palabra desde aquel momento tan hermoso y placentero para ambos...
    Maribel? - rompiendo el silencio.
    Si? -
    Como te sientes? -
    Bien...increíble - tratando de reunir sus ideas, para retornar nuevamente a su "realidad" - nunca me había sentido así.
    Rápidamente hizo un inventario mental de las cosas que había traído, de sus prendas, su calzado, etc, como tratando de no pensar mucho en que lo bello se tenía que terminar en algún momento.
    Fernando, de algún modo presintió lo que pasaba por la mente de ella en esos momentos. Los pocos meses que habían pasado juntos le permitían reconocer cuando algo la apesadumbraba. Giró hacia la mesa de noche detrás de él, tomó algo del cajón y girando, hizo un gesto para que ella recibiera lo que en tenía escondido en la mano.
    Que es?
    Abre la mano - ordenó el suavemente.
    Al momento de extender la palma, vio como un objeto metálico de aspecto familiar caía sobre ella.
    Que significa esto?
    Son las llaves de la casa. - respondió él
    Por qué?
    Porque te amo - sentenció el, mirándola a los ojos.
    Cómo? No...no es posible - sacudiendo la cabeza, negándose lo que acababa de escuchar - m-mi trabajo...
    Me importa un comino. Yo me fijé en ti por lo que vales como mujer, como persona...
    La primera vez que bailaste para mi me di cuenta perfectamente que lo que hiciste fue mucho mas que lo que acostumbrabas. Y todo el tiempo que estuvimos saliendo juntos no me pediste absolutamente nada, ni un ápice. Lo único que querías era disfrutar de mi compañía...
    Es que...
    Mira, esta casa es amplia, está pagada y puedes hacer lo que quieras. De mi parte no vas a encontrar la menor exigencia, tal como ha sido hasta ahora. Y menos aún voy a tratar de imponerte mis sentimientos...
    Ella se encontraba enmudecida, bajando la mirada...
    Que me contestas? - esto ultimo lo pregunto sin convencimiento, no pudiendo evitar pensar que se podía haber hecho ilusiones vanamente. Pese a todo, era necesario para él decir lo que sentía por ella, aunque ella no le correspondiera de igual manera. Sus ojos buscaban los de ella.
    Luego de un largo silencio entre ambos...
    Quiero pedirte 2 favores... - dijo ella, mientras miraba hacia la pared - como amigo...
    Como amigo?... Esas palabras retumbaron en su cerebro en forma casi dolorosa. Recordó entonces que mientras se amaban apasionadamente, las palabras comprometedoras, surgieron de sus labios...nunca de los de ella. Se sintió como un chiquillo inquieto, esperando la negativa de la primera enamorada potencial, carcomido por la incertidumbre.
    Cuáles? - no pudiendo evitar cierta inquietud en su voz, al percibir como ella desviaba la conversación.
    Podrías acompañarme algún día de estos a la universidad católica?- mientras una rápida sucesión de imágenes de su vida, su trabajo, su familia, la relación con él, si así se le podía llamar, se agolpaban en su mente.
    Te llevaré cuando quieras - asintió él con resignación.
    Gracias...de veras... - sonrió ella.
    Y el otro favor? - preguntó él en voz baja.
    Quiero dormir aquí...contigo...
    Los ojos de Fernando no podían ocultar el tamaño asombro, su rostro parecía una mascara con expresión indefinida. Ese instante pareció quedar suspendido en el aire, solo podía sentir la voz ligeramente temblorosa de Maribel...
    mientras me quieras a tu lado...- continuó
    El salió del estado catatónico en que estaba sumido durante lo que parecieron largos minutos, se acerco a ella, la tomó del mentón con infinita ternura y giro su rostro hacia él, encontrándose con los grandes ojos de ella, humedecidos...
    Fernando...no lo quise pero...- sintiendo primero que las palabras casi se quedaban en su garganta - me enamoré de ti...
    Quise decírtelo cuando hacíamos el amor...pero...
    Shhhhh- poniendo sus dedos sobre los tiernos labios de ella.
    Ella sintió como los brazos fuertes la rodeaban meciéndose suavemente a su lado. Se sentía bien así, de esa manera. No lo cambiaría por nada en el mundo.
    Transcurrieron varios minutos así, abrazados, acurrucados en el lecho donde hacía momentos antes se entregaron el uno al otro.
    Respecto al club...-empezó a decir ella.
    No te preocupes - la interrumpió él - yo te llevaré y te recogeré...
    Eso no será necesario - respondió ella, decidida.
    El noto un cierto tono de independencia en ella, que admiró.
    De ahora en adelante... - mientras acomodaba su cuerpo desnudo sobre él, moviéndose en forma insinuante, para susurrar quedamente en su oído - bailaré solo para ti...

    Fin
     
    DR-NIGHT-MAN, 20 Abr 2005

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    #2

    lechespeza

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    estimado dr. nightman o HDN, la verdad me sorprende su relato, si es de autoría propia, la verdad lo felicito, está muy bueno, y si es de otra fuente, pues igual, muy atinado y queda. Algunas partes un tanto cargadas en detalles sexuales que creo que distraen, cuando la potencia de la historia, son las escenas de la pareja en si, y no tanto lo sexual, el tema de las diferencias, la vida del uno y de la otra. Para quienes andamos en búsquedas permanentes, creo que con su historia no hacemos mas que alimentar esos sueños de encuentros exóticos pero totalmente posibles, donde uno rompe la dureza de esas bailarinas, que de tanto maltrato llegan a perder su profundos sentimientos. En fin, lo felicito nuevamente.
     
    lechespeza, 20 Abr 2005

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    #3

    lexe

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    ( . ) ( . )
    Muy bueno el relato en sí.

    Realmente es muy gratificante encontrar este tipo de relatos en la net.

    Solo que hacer el cambio que se te pasaron un par de veces el que nombre del pata sea cambiado de Sebastián a Fernando, y otros detallitos por ahí.

    Pero el relato vale por si solo, a los que no lo han leído, léanlo calmadamente que es muy agradable leer este tipo de relatos bien escritos y con un toque de ternura y sosiego sin llegar a lo grotesco o burdo.
     
    lexe, 20 Abr 2005

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    #4

    alex

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    Ya decia yo, algo se tenia guardado este HDN, esas aventuras nocturnas tienen sus historias y provocan plasmarlas en blanco y negro....y en brillante forma. Felicitaciones mi estimado Dr. por compartirlas con nosotros.

    Regresó Argoll, dije yo, no HDN nomás. :D
     
    alex, 21 Abr 2005

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    #5

    QIMOSABI

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    Claro, era mi amigo HDN...

    Pero como no le va a decir "no eres mi tipo"... todos sabemos que el tipo de mi amigo HDN es de 1.80, tez negra, cabellos con rulos y apretados, voz gruesa, sin pechos, de gran musculatura, con botas, que llevan vara y pito, que cuidan carros en las noches, que pasan por choros en las calles, que cuando los vez escondes la billetera, de esos que solo les gustan a HDN.

    En pocas palabras... Negros zapatones de manos grandes.

    :wink:

    Salu2
     
    QIMOSABI, 22 Abr 2005

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    #6

    j4v1ch0

    Cabo

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    No hay duda toda una revelación literaria....
    Tenemos entre nosotros un postulante a ganador del premio nobel de Literatura.

    Guarda ahi.. Espero q la kinesioliga fuera sin sorpresa...
     
    j4v1ch0, 23 Abr 2005

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    #7

    Fausto

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    Todos aquellos que deseen expresar sus fantasías literarias con las ficheras de los nights del centro histórico, lo pueden hacer en este thread, que fue iniciado por HDN/DNM en el que le dedica una ficción a su Dulcinea, la famosa Itala de la Gruta Azúl...
     
    Fausto, 28 May 2006

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    #8

    DR-NIGHT-MAN

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    Amo a Itala!!!!!

    Jajajajajaja
     
    DR-NIGHT-MAN, 28 May 2006

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    #9

    Gilerito

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    Luego de un periodo de reflexión desde mi obligado exilio, ya que por causas ajenas a mi voluntad no me es posible regresar a mi point favorito, he llegado a la conclusión de que, pese a no disponer de material fresco para postear (lo cual forma parte de los objetivos básicos del foro), puedo empezar a relatar detalles de lo que pude vivir en este prestigiado local. Espero que con ello en la cofradía se avive el interés de realizar incursiones en este establecimiento.

    No voy a mencionar nombres, pero los cófrades fieles sin dificultad sabrán determinar a quién me refiero en cada caso. Y las señoritas protagonistas también. Cualquier queja de parte de estas últimas, por favor verifiquen los datos de contacto que se aprecian en mi descripción (abajo de mi seudonimo, a la izquierda de cada post) si no tuvieran a mano otros mejores que yo mismo les haya brindado. Si por licencia literaria he omitido detalles o si (no lo creo) he exagerado situaciones, estoy llano a moderar mi pluma en el sentido en que se me lo haga notar.

    Empecemos ahora...
     
    Gilerito, 3 Nov 2006

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    #10

    Gilerito

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    Hará un año, que llegué guiado por el Dr. Bisturí, quien me ofreció dos chelas en el "Submarino" a cambio de cuatro en "otro sitio más bacán". Yo debía pagar las entradas. ¿Entradas?. ¿Para entrar a un antro hay que pagar? (qué falta de cultura etílica, ¿no?). Bueno, acepté por curiosidad. Este desventurado ya me había hecho algo parecido, cambiando la sala de su casa por el "Submarino", donde después de tantos años me reencontré con este ambiente, pero no toleré sus miserias.

    El Dr. Bisturí (abogado, no médico, aunque la pega de ambos) se mostraba como un experto en estas lides, y yo humildemente me dejaba llevar, mi depresión intrínseca no me permitía andar discutiendo pareceres. El era de la idea de que su sex appel debía funcionar de modo tal que las bailarinas y alternantes debían acercarse a tomar con él de su cerveza, sin necesidad de ponerle trago alguno. No sabía si eso se daba o no, y aunque me pareció demasiado mezquino, no tenía energía psíquica para discutir.

    Nos sentamos en una mesa de grandes sillones, a la derecha de la tarima, pasando la entrada del camerino. Personalmente, no asistía a estos locales con ganas de fichar, aunque si gustaba del show y noté que el show de este local era singularmente distinto del que se daba en el antro del que llegábamos. Era un show superior en demasiados aspectos. Ya no volví a "antros". Desde entonces me quedé en "La Gruta Azul"

    Yo era un "cuba-facil". Bastaba que una chica se sentara a mi lado sin llamarla, y ya tenía su cuba libre asegurado, aunque ella no lo sabía de antemano. En esta ocasión cayó una charapita (ojos rasgados, expresión seriona, pero coqueta, 1.60, ancha de caderas y de piel muy suave), que se puso super cariñosa, se sentó sobre mí (yo bastante incómodo por cierto, por la falta de costumbre) y luego pidió su trago. Yo nunca decía que no. Aún cuando no me sentía muy atraído ni motivado (al punto de pedirle amablemente que se baje de mi), pensé que lo que la chica ganara por ese trago, si yo podía ponerselo, tal vez podía serle más útil que a mí, hasta entonces soltero, sin carga, ni compromisos.

    ELLA pidió un cuba doble. Me pareció muy chiquito en relación a su precio, pero en fin, "a donde fueres has lo que vieres". Conversamos brevemente, me comentó que estudiaba farmacia, que era de la selva, y que se iba a regresar por lo que ya no iba a seguir trabajando en este local. Me dió gusto escuchar esto. Siempre tiendo a simpatizar con las chicas con las que ficho. Me dió su número celular y, más rápido de lo que yo esperaba, sondeó sobre el siguiente cuba. Le dí a entender, con toda la franqueza y sinceridad que procuro, que no pensaba poner otra. No estaba de ánimos para devaneos con ninguna fémina, sólo había llegado por mi cerveza y por el show. Entonces se levantó y, dejando media cuba doble, se retiró "al baño". Luego la vi fichando con otro pata. Hummm. Así que me dejó tirando cintura con mi trago... No me pareció, y le comenté al mozo que no iba a hacer un escándalo ni ha reclamar la ficha, pero que por favor tome nota de la forma como se me había atendido.

    Mientras tanto, el Dr. Bisturí estaba entretenido con la chica de expresión más apacible que he visto hasta ahora en La Gruta. La chica se quedó con el Dr bastaaaante rato. Cómo era un día de semana, no había concurrencia y quedarse más tiempo no afectaba su economía. Luego, Bisturí me confesó haber soltado una propina de 10 soles por ese rato de compañía... Vaya con el galán... Parece que su sex appel tenía ese precio.

    Cuando salimos del local esa noche, pude ver a la charapita en la puerta y con una venia, pero distante, me despedí cortesmente de ella. Jamás la volví a ver. Ojala que le esté yendo super bien donde quiera que esté. Tampoco he marcado jamás el número que me dió.

    El que tenga ojos para ver que vea, y el que tenga entendimiento que entienda. Su número es el número de una ex fichera, y su número es ####4230.
     
    Gilerito, 3 Nov 2006

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    #11

    LAY FUN

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    In holiday, al final del arco iris..
    Guarda gilerito ese terminal es algo antiguo, pero talves no sea coincidencia, de todo puede pasar, lo que no puede pasar es templarse, quien se tiempla pierde, bien por ti y por nosotros, lo que nos ayuda es nuestro anonimato, cosa que para algunos no les dificil descuidarse. pocos nos comportamos a la altura de lo que somos. pero de quien nos prendemos les demostramos caballerosidad, y ellas no estan a costumbradas a esto. simplemente lo debemos dejar alli en la puerta, en el sillon, en la barra , en el privado y en la tarima. A veces jode esto porque igual quieres y vas a exigir divertirte. No a estar rogando, enamorando, y haciendote el cojudo. Despues te ruegan, regresan, te celan. ahhhh pero de todo hay comprade en esta caverna, Mandadas, Asolapadas, Celosas, Egoistas, Pendejas, Carteristas, Arechitas, Campanas (Aunque no lo crean), otras verdaeramente Amigas, Damas, Gente bien...
     
    LAY FUN, 3 Nov 2006

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    #12

    Gilerito

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    Hay de todo, pero nunca debemos perder de vista que son personas, tal vez con un punto de vista algo divergente al nuestro, pero personas que merecen nuestra consideración y nuestro respeto, aunque no siempre se nos corresponda con la misma altura. Lo se demasiado bien.
    Efectivamente es antiguo. Es una crónica y se refiere a Noviembre 2005.
    Me ha quitado usted las letras del teclado. Quien se tiempla pierde. Algunos ya perdimos.
     
    Gilerito, 4 Nov 2006

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    #13

    Gilerito

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    En otra ocasión regresamos a este local. Nos sentamos en la misma ubicación que las veces anteriores. Aún sin intención de fichar, atraído solo por el sensual show que caracteriza a este point, libabamos cerveza.

    Esta vez, como un vendaval, aparece la loquita más atrevida con la que jamás fiché. Pidió permiso para acompañarme y no más consentido fue bastante incitante de muchas formas, aun cuando estabamos en el salón. El "cuba-facil" otra vez sin decir que no a la solicitud de un cuba. Pero aquí si conocí el cuba de 10. Ella no se hizo problema. Me hizo la conversa y me preguntó detalles de mi vida. Cuando le comenté que hacía 9 años había trabajado en una entidad del estado, me mencionó el nombre de un alto funcionario de la época, que había sido su amigo cuando ella trabajaba en un tragamonedas por Magdalena. Efectivamente yo lo conocía. Me dijo que le daría mucho roche si ahora la viera, y recordaba de él las buenas propinas que le dejaba, cuando estaba más chibola.

    Me cayó bien la chica, y cuando pidió otro cuba también lo solté. Luego de terminado este insistió para ir "al privado", pero yo no tenía ánimo para ello, ni ganas de gastar más, ni había entrado nunca al mencionado lugar (de este local) por lo que no sabía cómo eran las condiciones para ello, ni los usos, ni las costumbres. En fin, dado que no habia condiciones para continuar, con mucha desenvoltura, levantó lo suyo de lo mio y se retiró con una sonrisa amable, hasta otra oportunidad que sinceramente yo dudaba que se diera. Me equivoqué terriblemente, ya que la oportunidad en lo sucesivo se dió más veces que las que yo hubiera supuesto de antemano. Sin embargo, nunca la llevé al privado, por lo que se asó un tiempo y ya ni me saludaba, resentida por que me llegó a ver más de una vez entrando en él, y generalmente luego de haberle dicho a ella que no. Es que no me agradan las locas... :eek:

    Era show aparte en la tarima... y fuera de ella. Su baile eléctrico pero metódico revelaba su conocimiento de la danza clásica. Y su desenvoltura permitía acceder a detalles de su cuerpo que definitivamente no guardaba tan secretos.

    Corría de un lado a otro por toda la sala. Jamás rechazaba un trago, aunque sea un cuba simple. Democrática la chica. Trataba a todos por igual, y aunque nunca fue de mi personal preferencia, tenía su hinchada, entre los que se cuentan célebres foristas que hasta hoy hacen pública su añoranza por esta fémina. Era un c...e de risa.

    Hizo falta otro tipo de circunstancias menos hormonales para que a la fecha la considere una gran persona y mejor amiga. Mi aprecio por ella es sincero y se que ella también me ve muy bien, como me lo demostró con mucha vehemencia en determinada reunión no gruteril.

    Tampoco se le ve en estos días, aunque a veces llegue de visita. Se comenta que era de las que "se la come", y hay referencias que dejan entrever que tuvo un percance de salud por esa malsana costumbre. Espero que todo le salga bien. Quisiera poder llamarla, pero cuando llamo a su cel me contesta una voz extraña que me parece que es una familiar suya no muy enterada de su actividad gruteril. Auch. Espero no haberla metido en problemas.
     
    Gilerito, 6 Nov 2006

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    #14

    Gilerito

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    Mientras el Dr. Bisturí seguía haciendo uso de su sex appel (o sea, sus billetes de 10 soles), hubo un momento en que algo se despertó en mí y quise ver el show más de cerca. Me senté al centro del espejo posterior, alejado de los cófrades más próximos a un lado y al otro. Esta charapita se debía detener en tan ventajosa posición, y así lo hizo. Su baile era uno de los más sensuales que había visto hasta ahora, y su caracter sencillo me atraía... pero no conocía el resto de su equipaje. Cuando pasó por mi lado ya estaba completamente desnuda y se dió sobre mi una sentada realmente abusiva, se frotaba sobre mi al tiempo que cogía mis manos para que sostenga sus pechos. Uffff, y yo que no venía a esto... El resto del baile lo hizo con bastante atención hacia donde había quedado lo que había quedado de mí. Y al finalizar su participación, mis aplausos no se hicieron esperar. Con su particular manera de hablar, mientras bajaba, me dijo: "me vas a poner una jarrita" y yo naturalmente acepté. ¿Qué otra cosa podía hacer?

    Regresó en uniforme de grutera, y se acercó a nuestra mesa, a hacer efectivo el acuerdo. Pidió su jarra y entonces me dí cuenta que tambien había disponible cerveza en jarra con derecho a compañía. Hasta entonces no había percatado en el "menú", porque tenia la idea de sólo consumir cerveza en botella. Para qué, demoró bien su jarra y de la mejor manera se retiró cuando esta se acabó.

    Más avanzada la noche, vemos que sale renegando, hablando sola, diciendo y diciendo en voz alta. Se tiende en uno de los sillones de madera, justo al lado del camerino, y nos extraña verla tan asada, ya que hasta entonces sólo habíamos visto de ella su alegría. Nos acercamos a preguntarle qué sucede... y nos comenta que "ese hu..on de Fernando que cree que porque es el DJ es la gran cosa, no me quiere poner la música que yo quiero bailar".

    Minutos después sale del camerino un gordito, nariz recta, cabello ondeado y mirada perdida en la penumbra. Se sienta al otro lado de la puerta del camerino, en un silloncito rojo, luego se levanta y regresa adentro. Nuestra charapa nos dice "ahí está ese hu..on" y cuando él entra, ella lo sigue y a seguir peleandose. Bueno, pensamos, esos dos deben quererse mucho.
     
    Gilerito, 9 Nov 2006

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    #15

    LAY FUN

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    Y Desde cuando amigo Gileritu, Fernando se encuentra en LGA; me comentaron que ellas tienen programadas su musicas con ensayos, esto para mejorar el nivel de coreografia. A algunas les cae roche las letras y la melodias de ciertas musicas.l ahhhhh templadas. Si amigos La buena Itala se ha dado cuenta de nuestros criticas (constructivas) y ya esta poniendo el parche. Bien!!! por ello....Paloma y samantha entrañables bienvienas mi babys, por lo menos tu jack, que hare contigo; Inolvidable.
     
    LAY FUN, 10 Nov 2006

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    #16

    Gilerito

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    Cuidado maestro, estas son CRÓNICAS y la última está temporalmente ubicada en el fin del año pasado.
     
    Gilerito, 10 Nov 2006

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    #17

    Gilerito

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    Eran mediados de abril... luego de una charla sobre temas de interés nacional, sinceramente ya me había cansado de las infulas que se daba el Dr. Bisturí, y un dia de aquellos, mejor dicho, una madrugada, me ocupé de embarcarlo a su casa y dirigirme a la mia, ya algo sazonado por la chevecha que a mi muy rapido che me chube a la cabecha. Pero el diablito que llevaba en el hombro izquierdo me jaló la oreja y me llevó de regreso al sótano en cuestión.

    Entre las nubes de la borrachera, apenas bajé los últimos escalones, divisé la carita de niña pícara, algo sazonada también, de la fichera insignia de este point. Estaba tras la barra, sirviendose un vaso con agua. Fue entonces cuando hice lo que nunca había hecho hasta entonces: LLAMÉ A UNA FICHERA.

    - Hola, ¿te puedo invitar un trago?
    Me miró, supongo que tratando de recordar si me conocía o no, lo cual no creo en ese momento.
    - ¿Donde?
    - Donde tu prefieras, me da igual
    - Entonces en el privado. Pero esperame un ratito, y ya vuelvo.

    Me quedé esperando en la barra, hasta que regresó y entramos.

    Primera vez que entraba al privado. No era tan oscuro como otros que había conocido, pero no le di importancia. Total, no había venido a matar a nadie.

    Nos sentamos y ella pidió una jarra y un cuba doble. Yo me limité a pagar el pedido y empezamos a conversar. Le di a entender que hace tiempo había querido buscarla, pero que como siempre andaba ocupada o dormida, no había sido posible. Asimismo, que debido a su fama, quería tener alguna vez la oportunidad de conversar con ella, y esta oportunidad finalmente se había dado. Se mostró interesada en su fama y le comenté lo que había leído por ahí publicado. Afortunadamente yo aún no había leido comentarios más antiguos, que no eran tan moderados ni alturados, y eran bastante explícitos sobre esta chica en particular.

    Tuve problemas para pasar mi brazo sobre sus hombros, ya que no se soltaba mucho, pero conseguí acomodarme muy cerquita y muy cómodo, con pili y mili ante mis ojos. Dado que mi período de lactante concluyó a los 4 años, aun me quedan las reminicencias de ello y me senti tentado a conocer a las dos amigas que me miraban hacía rato. Primero fue con una... y como es mi costumbre, aspiré hasta que sentí que con un espasmo la chica arqueaba la espalda, señal de no poder resistir más la sensación producida. Casi nunca falla, a menos que recientemente hayan sido madres y esten lactando. O debido a un nivel de estres desfavorable para ese fin. Pero esta vez no falló. Tanto así, que ella dudo permitirme pasar al lado opuesto, a emparejar el duo y dejarlo en igualdad de condiciones. De nueva cuenta se estremeció y consideré que era suficiente por hoy, limitandome a acariciar la cima de aquella montaña recientemente conquistada.

    Estaba arrebolada, y dado que se había portado muy bien, parece que consideró justo acabarse el trago de una vez. Me preguntó si pediría otro, y le dije que si, pero que afuera.

    Justo le tocó bailar... me dijo que si la esperaba y así lo hice. Me acerqué a la tarima a mirar de cerca su baile, y dedico varias partes de este a que contemplara su cuerpito de niña-mujer, rematado con su carita de malcriada. Muy sensual. Hasta entonces lo más sensual disponible en este point.

    Volvi a mi sillón antes que ella saliera del vestuario, y ella regresó a mi. Yo bromeando le dije: "¿No eras la que nunca se acerca a las mesas?". Se mostró algo sorprendida y me dijo: "Es que ya eres conocido". Vaya, parece que la sesión nos hizo conocernos más de lo que creía...

    Nos quedamos en el sillón, conversando, y en eso se me ocurrió verificar su edad, por lo que le pregunté si tenía RUC, para verificar su fecha de nacimiento desde el radio-troncalizado. Me dijo que no recordaba su numero, entonces ensayé preguntarle su nombre para buscar el número, y ella misma lo escribió en el radio, con lo que hallamos su ficha y la fecha de nacimiento. Se había acabado el trago, se levantó y me pidió que no vaya a publicar su nombre. Se lo prometí. Pero veo que no soy el único ni somos pocos, ya que más de una vez he visto que han mencionado sus iniciales. Bueno, son varios años de experiencia que tiene esta fémina en el ambiente, asi que debe tener, como tiene, todo un club de fans.

    Cuando regresé a buscarla en otra oportunidad, andaba ocupada y de pronto desapareció un tiempo. Luego reapareció bastante más delgada, pero lamentablemente con una actitud muy distinta, poco acequible, que parecía malhumorada y apática. Pese a ello me inmolé por ahí en otra oportunidad, pero nada que ver. Parece que la encontré en sus quince minutos, porque fue la unica vez que se mostró así de cálida y acequible conmigo. Así desistí de tomar con ella.
     
    Gilerito, 13 Nov 2006

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    #18

    EL PRAGMÁTICO

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    Creo que te refieres a F. Si no es ella igual le mando un saludo y beso a F. se que a veces lees esto. Ni te imaginas quien soy.

    the_player
     
    EL PRAGMÁTICO, 13 Nov 2006

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    #19

    Gilerito

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    Pues nuevamente te equivocas LAY FUN... Quién si acertó fue the_player, pero con la inicial del nombre real. Como dije al iniciar las crónicas, la determinación de la protagonista queda exclusivamente para los conocedores.

    Como ya he comentado, no espero ese tipo de distinciones. No tengo interés particular ni en el foro, ni en los locales. Sólo soy un cófrade más que asiste a los conventos a visitar a las hermanitas que ahí moran.
     
    Gilerito, 13 Nov 2006

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    #20

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