"Yo me las cacho a todas"

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por Srdestroyer, 30 Ene 2021.

    Srdestroyer

    Sargento

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    Esta historia la conozco de primera mano, a él lo conocí en mis tiempo de universidad, que no fueron hace mucho. Recuerdo haberlo visto cuando éramos cachimbos todos en nuestra primera sección, juntos un montón de muchachos y muchachas de distintas carreras. Como la universidad es de esas caras particulares, las chicas más guapas del Perú suelen estudiar allí, pero en realidad hay de todo, como se suele decir. A éste sujeto lo conocían como el más payaso del salón pero el que menos rendía también, porque imagino, estaba distraído con otras cosas. Y estoy cien por cien seguro que su primera distracción eran las chicas. Les explicaré, el tipo parecía que descuidaba su imagen personal, era de todos el más rechoncho y menos agraciado del salón: tenía una nariz aguileña, ojos medianamente separados con cejas pobladas y un mentón retraído, haciendo que tanto de frente como de perfil, como se dice, no pase nada. Pepa, le decían de apodo, ya sabrán por qué.

    El tema es que a medida que nosotros avanzábamos y unos se perdían en sus carreras, prácticamente no supimos nada de él por un buen tiempo, como 3 ciclos aproximadamente. Yo era compañero suyo y recuerdo siempre molestarlo diciéndole -Oe, deja de mirarle el culo que se da cuenta-. Era un tremendo mañosón, pero era más divertido el condenado, que en verdad era la chispa del grupo. Bueno, perdimos todo rastro de él. Mis amigos más próximos siempre nos preguntábamos -Oe, ¿qué sabes de Pepa ah?- Y nadie sabía qué responder. A lo que otro decía -Fácil se quitó por el roche que se hizo con Fiorella X-. Sí, una vez trató de seducirla, al inicio se aproximó a ella como payaso pero después, cuentan los rumores, se declaró de una forma tan poco común que la flaca no solo lo dejó de ver, sino que simplemente no se lo quería cruzar en ningún lado. Pero después de esos 3 ciclos que les dije, lo volvimos a ver. Cambiado.

    El tipo, de ser antes un gordo descuidado, ahora tenía el cuerpo. Digo, el, cuerpo. Ahora se manejaba abdominales, pectorales y unos brazos todos bien marcados. Cuando entraba a la universidad, el pata hacía como que modelaba, caminaba todo bacancito con sus lentes de sol y su polo bien pegado. -Se cree la gran cagada ahora-. Dijo un amigo. Pero en verdad, seguía siendo el mismo payaso de siempre, capaz de matar de risa a cualquier serio del carajo. Aunque a decir verdad, el problema seguía siendo el mismo: tenía la misma cara pero delgada. Es más, ahora se le veía peor, porque cuando era cachetón, era al menos bonachón. Incluso así todos creíamos que no se iba a levantar a una de esas flaquitas que tanto le gustaban. Pero nos equivocamos, carajo que nos equivocamos bien feo. Hasta llegó a superar a unos tipos pepas de verdad con sus cañazas del año, herencia de sus papis.

    Resulta que mantuvo su estilo humorezco, pero a eso también le añadía su jerga de barrio. Nos enteramos que era de San Juan de Lurigancho, pero no por boca de él, sino porque una vez vimos su DNI. De hecho, nunca decía de dónde venía. Pero bueno, resulta que el cambiazo que tuvo -que no sabemos cuál fue-, hizo que se sea mucho más entrador con las flacas. Intentaba, intentaba e intentaba. Era como si los rechazos no lo herían, más bien lo ayudaban. Una vez escuché a una de sus intentos decir prácticamente a sus espaldas -Aj, no. Es que es muy feo-. Yo lo vi, el tipo ni se inmutó, volteó riéndose y le dijo -al menos yo sé reírme-. La flaca se quedó muda, casi helada. -Ay, perdón, sorry-. Dijo ella, pero él ya había salido del camino. Desde ese momento supe que su potencial era enorme y que tarde o temprano lo iba a lograr.

    Desapareció un par de meses más. La verdad ni lo sentí porque andaba en lo mío, con los cursos y los exámenes y todo eso. Pero cuando lo vi, puta madre. Resulta que el pendejo estaba sentado frente a una diosa rubia de minifalda tomando un café y haciendo que se cagara de la risa. Yo pasé de frente, él vio y me saludó desde el fondo, la otra ni me miró. No sé si era una cita o qué, pero los vi hablando un ratazo mientras ella se mecía de un lado a otro haciéndose rollitos el cabello con su dedo. La hacía reír el condenado, que parecía un show privado de stand-up. Luego los vi salir juntos. Se fueron a la BMW de la flaca y dispararon para la pista. -Hoy cacha-. Dije. Pero puta madre, qué diosa de mujer.

    Otro día me lo encontré de pasada y sin saber le saludé -¡Oe Pepa! Qué hay, qué es de tu vida-. Pepa se rió por su apodo, hace tiempo que no le decían eso, me dijo. Nos fuimos a tomar unas chelas al bar al costado de la univerdidad. Y me lo contó todo:

    Desde que se juró no morir virgen empezó a entrenar como , me dijo y nos reímos. Pero sabía que era serio. Toda su vida había querido tener a una de esas pituquitas que tanto abundan en la universidad, bueno, prácticamente desde que entró en primer ciclo y las vio por primera vez. Dijo que en su barrio no había tal nivel de flacas con las que ahora se rodea. -¿Con las que ahora te rodeas?- Le pregunté. -Sí -me dijo-, ahora tengo un par de amiguitas que me llaman cada vez que se pelean con sus flacos o quieren acción-. Puta, mi cara era de huevón. Cómo lo logró, me lo contó luego; pero me dijo que había tenido tanta suerte, que ahora lo llamaban para esas fiestas privadas en esos depas gigantescos de San Isidro o en residencias en La Planicie. Me contó, que había enamorado a una rubia exquisita de tal manera que la huevona le mandaba fotos desnuda a cada rato diciéndole que vaya a su casa casi todos los días. En tanga, enseñando las tetas, masturbándose, en lencería, incluso hacían llamadas donde él le decía qué hacer y ella lo hacía. Así de pendeja estaba ella por él. Me enseñó su Instagram. Una belleza en todas sus letras, ese tipo de bellezas cándidas que se ubican entre lo elegante europeo y virginal. Para colmo de males, no había ninguna foto en bikini, todas las fotos eran de ella en vestidos y piezas elegantes o de sus viajes a Italia o a mansiones de cualquier lugar. -¡¿Huevón, pero cómo lo hiciste?! -le pregunté. -La conocí cuando estaba sensible-. Me dijo. No le pregunté cómo, pero había tenido mucha suerte.

    Resulta que esa rubia diosa, que no era la misma a la que vi ese día tomando café, tenía su flaco incluso, un hombrón de 1.85 todo musculoso con barbilla partida y con cara de peligro (más porque te ganas una denuncia fea que por abuso físico, pero fácilmente podría hacer lo segundo). Estaban en malos momentos y él se comía a otras flacas. Ella no consideraba venganza tirar con Pepa ya que en verdad se estaba enamorando. Me dijo que ella le compraba cosas, le había comprado una consola de juegos y hasta ropa. Era dos años menor que él. Un día la vi. Ella es del tipo de flacas con voz extrema de pituca, altiva y de gustos exquisitos, maneja una Jeep negra y todos los fines de semana de verano paraba en el sur, en Asia, o sino se quedaba temporadas enteras en casas de playa diversas. Ella misma lo llevaba de contrabando a su casa de playa para quedarse solos. -Ya, pero qué hacen allí-. Le pregunté. De todo, me dijo. La rubia, me dice, era tan loca que se quitaba la ropa en la Panamericana manejando, y que cuando llegaban a la puerta de su casa ya estaba desnuda. Un día casi se vuelcan. Pero lo peor de todo era que él la retaba a desnudarse en plena pista. Dice que cuando se iban muy al sur, aparcaban en uno de esos tramos donde casi no pasan carros y la animaba a sacarse la ropa, luego que cruce la pista corriendo o que se eche, como una estrella. Ella amaba el peligro y se mataba de la risa. En una de esas mientras se ponía su calzón (tangas más que todo, solo usa de esas) pasa uno de esos buses interprovinciales llenos de gente con sus equipajes encima (como si fueran a invadir) y en una de esas ventanas un sujeto silva fuerte y otro grita: ¡Ponte tu calzón oe! Nos cagamos de la risa.

    Luego me cuenta que los mejores momentos son cuando están a solas en un lugar abierto, como playas o esas pistas desiertas. -Se tira más rico-. Me dijo. La ponía a ella en cuatro delante del carro y le daba por detrás, luego me dijo que tiraban un mat de yoga al suelo (o pista) y que cachaban bien duro. Los pescaron dos veces, una un carro tipo stationwagon con todos los pasajeros volteando para verla correr con las tetas al aire a esconderse detrás del Jeep; pero la otra, me dijo, que fue más palta: los había detenido un policía porque el carro estaba mal estacionado, y que cuando los ve, él estaba aún vestido pero ella, que se había desabrochado la falda y la había tirado al suelo, estaba solo en tanga y también con las tetas al aire. -¿Qué pasa acá?- Preguntó el tombo. -Nada maestro, acá estamos haciendo una sesión de fotos. No se la creyó. Casi nos da una multa y nos explicó con todo lujo de detalle que aquellos actos eran contra el pudor público y las buenas costumbres. Pero se hacía el loco, porque mientras hablaba, la hacía más larga y la miraba a la rubia calata. -Puta -me dijo -quería que en ese momento ella se saque el calzón y le enseñe la concha, como para que se arreche-. Pero no, lo único que hizo luego estar varios minutos en tanga y tetas, mientras el gordo sermoneaba, fue recoger su falda y se cubrirse de nuevo solo la parte del pecho. -Si vieras la cara del tombo, conchsesumare. Primero le veía las tetas y luego el calzón.

    Está demás decir que tenían sexo como locos. Pero la cosa no acaba allí, puesto que como para seguir jugando su suerte, Pepa pulseaba a otras flaquitas. ¡Y algunas le atracaban! Una vez casi se mete en un embrollo. Como la rubia no sabía que se metía con otras, otra pituquita castaña bien rica también lo llama y ella se da cuenta. No le hizo chongo porque no eran nada, solo amigos con derecho, pero como había sentimientos, la rubia se le resintió y no le habló por 2 semanas hasta que no aguantó y ella misma le pidió disculpas. Hasta ese nivel estaba. Bien, esa otra castaña también estaba con flaco, pero éste era bien pavo y nunca se dio cuenta. Se conocieron en una reu, me contó, la enamoró contando chistes y jodiéndola, hasta que en esa misma fiesta se van a un rincón y como estaba en falda, le mete la mano para masturbarla y agarran como una hora entera. Luego ella le hace un oral bien salvaje y se tragó todo el semen. Su flaco estaba hecho en esa misma reu y ni se dio cuenta. Luego de tragarse todo el semen de Pepa, ella lo levanta y comienzan a agarrar. -Me sentí mal por el broder-. Confesó- Pero es que la flaca tiene una carita bien rica que dan ganas de hacerle de todo. Tenía un piercing en la lengua que, puta, hacía maravillas cuando me la mamaba.

    Esta castaña era también otra loca, pero era más hipócrita, porque sabiendo que estaba bien con su flaco y lo mimaba como un bebito (el sujeto tenía harta plata por su familia), ella se tiraba al Pepa y le hacía lo que le hizo en la fiesta. -No sé quién se habrá tragado más mi leche, o ella o su flaco-. Es que a ella le arrechaba que su semen se entremezcle en la boca de su flaco. -Es que me gusta compartir -dijo ella un día bien conchudamente. Esta también era de mandar fotos calata a cada rato, pero no atracaba tirar al aire libre. Era más precavida. Lo que no se ve no se siente, decía ella, cuando se refería a la infidelidad con su flaco. Y sí, cuando ella lo invitaba a su departamento, lo trataba como su rey. Y es que, me lo recordó, como veía de un lugar pobre, le gustaba sentir que estaba por encima de esas flacas que lo tienen de todo. Y, puta, realmente estaba encima de dos tremendas diosas. Ellas nunca se cruzaron, pero me dijo que su sueño era hacer un trío con ese par de pitucas.

    Ese día que me encontré con él me dijo que aún seguía "comíendose a ese par de culitos", y que ellas estaban tan locas por él, que hacían de todo, realmente de todo. No sé, yo pensaba también que todo esto era irreal y hasta una fantasía, pero me hizo escuchar dos audios donde cada una, la rubia y la castaña, le decían que vaya a sus casas para tirar bien rico. -Yo me las cacho a todas -me dijo.

    -¿Hasta tu hermana? -bromeé estúpidamente. -No seas huevón...
     
    Srdestroyer, 30 Ene 2021

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    Yara manito que rico
     
    JEBUS51, 31 Ene 2021

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    Se agradece tu relato
     
    piuranosolitario, 31 Ene 2021

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    Como dicen por ahí, si quieres conquistar a una flaca hazla reír la cosa es que se olvide que eres feo, ahora eso súmale que "pepa" había sacado cuerpo, con eso la hizo linda.
    Siempre pensé que las chicas "pitucas" eran "Open mind" como las gringas y europeas pero en tu relato puedo ver qué son recontra ninfómanas adictas al pájaro, mis respetos para tu brother.
     
    mercenary, 16 Jun 2021

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