Un recuerdo de una rubia de ojos verdes y labios rojos

No recuerdo su nombre, pero no me olvido de sus ojos y su sonrisa. Tenía ojos verdes redondos y grandes con unas pestañas larguisimas, y una sonrisa hermosa, siempre roja por el labial, aunque dicho labial nunca le duraba mucho cuando nos encontrábamos. Sus labios eran delgados, pero carnudos, no blandos (musculosos?), eran ricos, muy ricos. Su nariz delgada y pequeña.
Se teñía el pelo de un rubio platino, le pregunte en alguna ocasión y me dijo que así le gustaba. Y la verdad es que le quedaba bien.
Tenía una cara de loca única, aunque era una de las mujeres más centradas, alegres y chéveres que he conocido.
Delgada y alta, con poca cintura, tetas firmes, medianas, bien puestas, de un pezón marroncito claro, no se erectaban mucho, pero se ponían duritos. Sus tetas eran deliciosas.
Caderas bien puestas, nada grande, nada pequeño, simplemente le iban muy bien, con un culito pequeño y respingón de esos que se ven de gloria con una tanga cachetera, o un bóxer de encaje. Le termine regalando truzas, fueron tres, porque se las rompí en mi arrechura.

Piel blanca, blanquísima, de ese blanco tipo cajamarquina. Pequitas y lunares en su espalda y algunas tenues en su rostro. Como digo, tenía cara de loca, pero era bonita, y bien rica, bien puesta la flaca.

Creo que fue la tercera vez que la vi y le había pedido que fuera en tacos delgados y con una casaca de cuero. Como siempre, se demoró 10 o 15 minutos más de la hora que me había dicho. Yo ya me había bañado y me había vuelto a vestir y estaba en la cama medio dormido esperándola, cuando siento su caminar en el pasillo, casi casi diría que fue una caminata única que todavía recuerdo pues sus pasos se sintieron clarísimos. Abrí la puerta justo cuando ella iba a tocar y dio un salto para atrás cerrando los ojos y abriéndolos aún más grandes. La vi más rica que de costumbre.

Hola como estas…… y le plante un chape que ella se demoró dos segundos en corresponder. Chapamos no sé cuánto rato en la puerta del cuarto, igual que la vez anterior, simplemente me deje llevar. Con ella me podía dejar llevar muy fácilmente. La levante cargándola abrazando sus nalgas, así que ella me veía desde arriba sonriendo con esos ojazos y esa sonrisa que es recurrente en mis recuerdos. Había venido vestida con un jean apretado, unos tacos altos una blusa de vuelos con un escote mínimo y la casaca de cuero y los tacones altos, justo como se lo había pedido.

En la cama seguimos besándonos un rato mientras mis manos recorrían sus tetas, su barriga, sus piernas, su culito y su conchita. Ella me agarro la chula sobre el pantalón y la sobaba, la agarraba, la movía, la acariciaba. Yo no aguantaba y quería tirármela ya. Pero ella me detuvo y me hablo: Se para que querías que viniera con la casaca y los tacos. Voy al baño, espérame.

- Puta mare. Ya apúrate!

Se recogió hacia atrás como una gata retrocediendo, sin dejar de mirarme…. Esos ojos y esa sonrisa eran espectaculares, no olvido ese movimiento porque en verdad su movimiento fue muy sensual. Se paró, caminó y se metió al baño

Yo me desnude y comencé a corrérmela, estaba demasiado arrecho.

Ella habrá demorado 5 o 6 minutos y salió tal cual me la había imaginado, solo con la casaca, la trusa negra de encaje y los tacos. Me pidió que ponga música. Ya sabía que canal le gustaba, sonaba un reggaetón. Ella comenzó a moverse, me hizo un baile corto pero súper sensual, bajando, subiendo, volteando, agachándose, movía sus caderas en círculos, me daba la espalda y volteaba mordiéndose los labios y sonriendo sensualona…… habrán sido dos minutos súper eróticos hasta que se acercó a la cama, subió, soltó los tacos y gateo a mi pinga y me la comenzó a chupar. Se la metió entera a la boca mientras me miraba, sentía su lengua acariciando la cabeza mientras me miraba, subía y bajaba su cabeza de manera suave, siempre sosteniendo su mirada hacia mis ojos, apretaba sus labios alrededor del tronco y sentía como su lengua pasaba arriba y abajo…. Una chupada suave, pero firme. Ya no aguantaba más y creo que ella lo percibió, me pidió un preservativo, y me lo puso bien rápido, gateo hasta mi boca y comenzamos a chapar mientras sentía que agarraba mi pinga y se la acomodaba a la entrada de su conchita, ella aun con el calzoncito puesto. Entro suave y ella soltó un gemido, su conchita se sentía riquísima, apretadita y caliente y comenzó a cabalgar suave en un inicio mientras soltaba gemidos bajitos, se separó un poco de mí y me dejo su pecho, moví un poco la casaca y me prendí de sus tetas, tenía los pezones duritos, los bese, los lamí, los mordí, ella se abrazó a mi cabeza y soltaba un quejido cada vez que mordía.
Te dolió? Pregunte. Si pero sigue, ella me respondió. Su voz agitada me excito más, así que aplique un poco de revoluciones, dejo de sacudirse y se pegó más a mi apretando mi cabeza a su torso y sus gemidos se intensificaron hasta volverse gritos. Habrá pasado un minuto, tal vez dos, y le pregunte: te gusta mi pinga? y ella gritó: si, esta rica!!! … y 5 segundos después: me vengo!!! Se puso rígida y soltó un gemido apagado, me había apretado muy fuerte la cabeza y sentí un apretón en la pinga. Se había venido con un orgasmo bastante intenso y más rápido de lo acostumbrado, me fue soltando y yo seguía con un meneo suave mientras hablamos un poco y ella recuperaba el aliento. Era invierno, pero se sentía su sudor y el mío.
Seguimos un rato así, hasta que la baje y la tendí de pancita, baje a sus nalgas y comencé a besarla, le quité el calzoncito y metí mi lengua en la raja de su culito buscando su anito, estaba limpio, sin olores, y delicioso. Ella lo estaba gozando, movía sus caderas, levantaba su colita, sus gemidos casi parecían ronroneos. En un momento quiso incorporarse para quitarse la casaca, pero le pedí que no lo hiciera. Me aplique, me esforcé, casi diría que le metí la lengua dentro de su anito, pasee por su perineo, por su conchita que estaba ensopada, le metí un dedito y otra vez le dije: te gusta?, a lo que ella respondió: Siiiiii con esa voz apagada tan excitante. Me seguí aplicando, ahora había metido mi lengua en su vaginita, sus gemidos se habían intensificado, y tenía agarradas sus piernas, que ahora se sacudían como queriendo escapar. Saque la cabeza y volví a preguntar: te gusta?, y ella: Siiii, Sigueeee!!! Ya estaba agitada, así que la jale para que mi lengua pudiese penetra más profundo a su vaginita, que en verdad, estaba deliciosa. Pasa un ratito más, y siento como se agita y como me aprieta con sus piernas, soltando un gemido como quejido y unas contracciones que comenzaban con su cadera y unos borbotones saliendo de su conchita.

No la deje reposar, porque allí mismo, me solté, subí un poco, me acomode el jebe y la penetre antes que se recuperase. Entre bien fácil y comencé a taladrar, no hubo nada de suavidad, en ese momento, para mi, ella era solo un hueco donde meter mi pinga. Ella dio un grito y un respingo que casi hace que salga de su vagina, pero no fue así y la cogí, ella gemía duro y seguido, y comenzó: dame más, dame más…. Y gemía y daba quejidos más fuertes. Me apoye en su cadera y no la dejaba moverse, la agarre de los brazos y la jale hacia mi mientras la cachaba duro, le solté una mano y la agarre del pelo y la jale hasta levantarle la cabeza, ella dio un grito. Le pregunte si estaba bien y ella solo grito: Sigue!!!
Le di un rato mas asi, pero luego la solté y la puse en perrito, la acomode de manera que pudiéramos vernos en el espejo, y la seguí cachando. El espectáculo en el espejo era brutal: ella tenía el cabello alborotado, el rímel se le había corrido, y el labial manchaba parte de su cara. Sus tetas se dejaban ver por la abertura de la casaca, se bamboleaban por las arremetidas… y yo seguía taladrando. En un momento, el asunto se puso más intenso, pues comenzó a pedir: dame mas, dame mas!!!!, y metió su mano hasta llegar a su conchita y comenzó a sobarse. Me puse bruto, ella había pegado su cara a la cama y había levantado su colita mientras corría su vagina con su mano y gemía y se quejaba con mas intensidad, me pare con las piernas flexionadas y mis manos en su cola y desde arriba la penetraba y le iba gritando, quien es tu cachero, quien es tu cachero!!, a lo que ella respondía tu, eres tu, dame mas!!! Y la levante del cuello, del pelo y la agarre a palmadas y entre sus gemidos, sus quejisos y gritos del dame mas y quiero tu leche, me vine. Fue una corrida que la pude sentir casi desde la nuca hasta los huevos... tan buena que la sigo recordando.

Salí de su conchita., caí sobre la cama, ella cayó sobre mí, se volteo y me beso. Chapamos suave un rato mientras le acariciaba la concha, las caderas, las nalgas. Estábamos agitados y sudados, ella me pregunto si ahora se podía sacar la casaca y le dije que si, la pegue a mi y le di un buen beso. Luego volvió a verme con esos ojazos verdes todo manchados por el rímel y me dijo que era un desconsiderado, que nadie la hacía sudar así y que ahora iba a tardar en volver a arreglarse. La respuesta: bien que te gusta que te haga sudar y se rio. Seguimos hablando un rato de varias cosas hasta que nos volvimos a calentar. Me agarro la pinga y me la chupo, la excitación hace que casi la deje subir encima de mí sin jebe, pero en mi segundo de cordura, la detuve y me puse el condorito. Este segundo polvito fue rico también, pero no tan intenso como el primero. En este me cabalgo, hasta venirse, la voltee y la agarre en misionero que luego se convirtió en un piernas abiertas y dobladas mientras me apoyaba en sus pantorrillas… y ella con los tacos puestos, y en otro momento jalándole el pelo, ella casi sin respiración, pero gimiendo y pidiendo que le diera más.

Terminamos, luego me daría cuenta que otra vez se nos había pasado bastante más de la hora. Saco un cigarro y estaba revisando su celular y le entro una llamada. Le dijo a quien estaba al otro lado de la línea que lo vería en 20 minutos. Colgó y me abrazo, se notaba que no quería irse. Y yo como que no quería dejarla ir, pero mi lado racional entro a funcionar y le dije que fuéramos a ducharnos. En la ducha, quería meterle otro polvo, y seguro se hubiese dejado, pero el cerebro de arriba gano, y me di una bañada bien rápida y salí. Ella al rato me dijo que le pasara su cartera, cuando abre la puerta se acerca y me planta un beso bien rico…. Y casi caigo. Pero me separe y le dije que se apurase. Me sonrió pero no era natural y esos ojazos no brillaron y cerró la puerta.

Se habrá demorado unos 15 minutos y salió otra vez arreglada, pero con unos zapatos chatos. Igual se le veía linda.

La acerque a mí, le puse los 180 en el bolsillo de su casaca y le di un último chape, uno suave para que no se le volviera a correr el labial y nos despedimos hasta la siguiente oportunidad.

 

Pero si le pagaste no pasa nada con la historia...

 

Se nota que no solo hubo sexo entre ustedes.
Hubo más que eso, química, complicidad y entrega por parte de ambos

 

Si, hubo mucho más que solo sexo, pero nada que pudiera decirse con futuro.