La zorrita Chilena

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por Puta23, 5 Jun 2012.

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    Puta23

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    Séque tengo buenas tetas, grandes noventa y nueve centímetros, apetitosas, con unpezón marcado en una aureola pequeña rosadita. Sé que tengo buen culo,levantado y de nalgas pulposas. En cuanto a la conchita, nada que decir, biensaben que más o menos gorda, más o menos húmeda, son todas parecidas. Endefinitiva, nada del otro mundo. Esmi actitud la que me hace diferente, siendo puta, como lo soy, y como lo sonmuchas, yo no reniego ni oculto mi disposición, me gusta fornicar, me gusta quese exciten conmigo y con mi cuerpo, me gusta exhibirme, me gusta que me tomendesconocidos, me gusta que me vean mientras se satisfacen con mi cuerpo.Siempre he sabido que lo que produce mayor placer en mi, es dar placer, a quienme usa, a quien me ve, a todos. Mesiento orgullosa de mi cuerpo, de mi forma de ser, soy feliz siendo puta,sintiendo que me emputecen y me emputezco cada día más. Puedencomprender, entonces, que en esta ocasión haya salido vestida como salí, con mimejor pinta de maraca: botas de taco alto, toda mujer sabe que el taco altorealza aún más un buen culo, un colales, cosa de no cubrir el culito y apenastapar un poco, sólo un poco, la conchita. Una minifalda negra muy cortita demodo que se viesen mis piernas, ligas y muslos y una polera negra ajustada que realzaba mis tetas. Sobre todo unachaquetilla que guardaba el conjunto en el breve tránsito entre el vehículo yel local. Sobrecargada de maquillaje. Cualquiera que me viese diría, que era,lo que ese día quería ser, una callejera Ellocal al cual me dirigí, es uno que frecuento hace mucho, pero a la vez, alcual hace largo tiempo que no iba. Me gusta este local porque tiene ambientesbastante disímiles, uno cerca de la entrada que mas que nada es para beber yconversar en el cual cada uno de los asistentes escucha la música que desea enun wurtlitzer, un segundo en el cual se presentan los show de las niñas quetrabajan en el local y un tercero que es la zona vip. Sin embargo lo que más meagrada es que es un bar de alterne, donde atienden putas y en su mayoría sóloentran hombres, esto me hace sentir una más, con la única diferencia que yopuedo escoger si estar o no con alguien, además por su ubicación y precios esfrecuentado mayoritariamente por obreros, ebrios, delincuentes, sólo gente declase popular, lo cual me hace sentir segura en cuanto a no encontrarme conalgún conocido de mi medio socioeconómico, me hace además sentirme más putitaal imaginar a todos ellos deseándome por el sólo gusto de poseer una mujer dela clase acomodada. Fuial local el fin de semana siguiente al pago quincenal de los trabajadores, elmismo se encontraba lleno, tal como lo había supuesto. Apenas ingrese me liberédel abrigo dejando ver mi vestimenta de puta, los comentarios no se hicieronesperar, logre ubicarme en una mesa en el primer sector del local y pedí unacerveza, bebí alegremente sabiéndome el centro de atención. Melevante para poner música en el wurtlitzer y diversas manos tocaban mi culocasi con descuido, los cuerpos se rozaban en mi, otros me invitaban a susmesas, a lo cual me negaba cortésmente, sentada bebiendo veía como me mirabande reojo y hacían comentarios entre ellos, les notaba el deseo en la cara,tanto por mi como por cada una de los niñas que por una o otra razón venían delos otros sectores del local; el ambiente era totalmente de bohemia,promiscuidad y sexo en el ambiente. Melevante una vez más al wurtlitzer a poner música, intencionadamente me demorépara poder exhibir aún más mi culito, junto a mi se paró un hombre modesto,apoyó un brazo en el wurtlitzer impidiendo mi huida y se posó a mi espalda,pidiéndome al oído que bailase con él, me explicaba que estaban celebrando lamayoría de edad de uno de ellos y a ese precisamente le encantaría veme bailar.Me di vuelta quedando de frente a él y le dije que si el festejado quería vermebailar que me lo pidiese el mismo, yo lo esperaría poniendo música, nuevamenteme di vuelta y el desapareció. Llegóa mi lado un mocoso que con bastante suerte se podía decir que tenía 18 años,me dí vuelta frente a él y le señalé si quería bailar, era obvio que si, bailecon él, acerque mis tetas a su cuerpo, lo abrazaba y dejaba que tocara miculito levantando la falda que quedaba esporádicamente expuesto para todos, meponía de espaldas y le restregaba mi culo, sintiendo su bulto duro por debajodel pantalón que parecía a punto de reventar, apoyé mi cabeza en su hombromientras sus manos jugaban con mis tetas, y le susurre al oído que liberara misostén, así de frente a la mesa de sus amigos, no tardó en hacerlo y bajandomis brazos dejé que este cayera al suelo, dejando mis grandes tetas a la vistade todos, guié sus manos de mi cintura a mis pechos, dejando que seentretuviera a su antojo con ellas, las apretaba, las sobaba, las pellizcaba, tirabamis pezones, todos los de su mesa silbaban y gritaban, dos de ellos selevantaron a acompañarnos en el baile coreando al muchacho, tome sus manos ylas lleve a mi cuerpo, ese gesto fue suficiente, para que ellos y todos los dela mesa que se habían acercado se sintiesen con derecho a tocarme, muchas manosrecorrían mi cuerpo, me pasaban de unos a otros, me besaban, me chupaban lastetas, tocan en conjunto mi culo, mi entrepierna, yo estaba totalmente mojada,cuando acabó la música, ya achispada por los tragos, fui con ellos a su mesa,guarde la polera y el sostén en el abrigo y permanecí semidesnuda como meencontraba, todos los de la mesa me tocaban a su antojo y con cualquier excusa,otros clientes pasaban por nuestra mesa y tocaban mis senos o se acercaban pormi espalda y acariciándome hablaban a mi oído o se sentaban en nuestra mesasiendo rápidamente alejados por mis eventuales anfitriones. Bebimos yconversamos relajadamente, me encontraba excitadísima pero no avanzaba más allá. Unode los garzones se acercó a mi mesa, me dijo al oído si podía levantarme, cosaque hice, tomándome de la mano me hizo girar sobre mi misma, estaba siendoexhibida, lo sabía y me encantó, mas no sabía para quien, intenté sentarme perono me dejó y pidió que arqueara un poco mi cuerpo, lo hice, exhibiendo miculito en la medida que el mismo garzón muy risueñamente levantaba mi falda, aprovechando a su vezpara acariciar mi colita. Me senté no sin antes dar el gusto a mis anfitrionesy mostrarles mi culo para su deleite. Untrago llegó a la mesa, señalándome el garzón que me era enviado por unoscaballeros que se encontraban sentados en la primera fila bajo la tarima en lacual se desnudaban bailando las niñas del local, y preguntaban si podría bailarpara ellos, la respuesta fue evidente al señalarle que la única condición eraque mis amigos fuesen ubicados en una mesa en el sector donde se encontraba latarima. Ellosfueron ubicados pese a sus reclamos en una mesa bastante apartada, y yo fuillevada por el garzón detrás del escenario para cumplir la solicitud de mismisteriosos caballeros, me vestí nuevamente, no sabía en realidad que iba ahacer sin embargo, confiaba en mi bien definida vocación de puta, culta,profesional, a quien le gusta vestir sexy y mostrar generosamente losatributos que la naturaleza me dio, con un gran amor por el pene sin importarsu dueño, pedí que pusieren dos canciones, comenzó a sonar Toxic y salí alescenario, lo recorría entero, tocándome los pechos, levantándome la falda ydejando ver mi culito, afirmándome de los espejos y levantando mi culo, nopodía ver el publico pero sabía que se estaban excitando, los gritos y aullidosme lo decían, empezó entonces a sonar Black Velvet de Alannah Myles y entoncessi comencé mi show deje mi polera en el aire y mis pechos quedaron a la vistade todos, me di vuelta incline mi cuerpo y deje caer la falda, quedándome sóloen colaless, me acerque al público y comencé a bajarlo de a poco hasta quedardesnuda sólo encaramada en mis tacos me acerque a la mesa que había hecho lainvitación y tome el trago de uno de ellos, lentamente al ritmo de la música comencéa vaciarlo en mi cabeza y dejar que recorriera mi cuerpo, me puse de estómago yrepté hasta el principio del mismo levantando mi culo, me di vuelta me puse encuatro patas y mostrando mi trasero hacia movimientos simulando que estabafornicando, volví a darme vueltas, me arrodille y reclinando mi espalda expusetoda mi conchita al público, jugué con mis tetas y comencé a masturbarme, conuna mano masajeaba y mostraba mis tetas y con la otra llevé mi dedo índice enmi clítoris haciendo pequeños círculos en el, haciendo presión, notaba como melubricaba, acabó la música, entonces comencé a sobar mi clítoris de arribaabajo rápidamente, mis gemidos se escuchaban en todo el local, acabé en un granorgasmo, fantaseando que me estaban enculando, que estaba mamando y se corríanen mi boca y senos. No podía levantarme cuando una mano amiga fue en mi ayuda, sacándomedel escenario hasta la mesa de mis nuevos anfitriones. Yamas repuesta, acepté el trago que me ofrecían, ni siquiera pensé en vestirme,nos presentamos, Pedro me besó inmediatamente tomando una de mis tetas yclavando su lengua en mi boca, Carlos ni se movió, yo hube de besarlo, seexplica en todo caso por su obesidad, era un hombre gordísimo, sudabacopiosamente, mostrando su pecho escaso producto de su prominente panza.Conversamos de cualquier cosa cuando sentí la mano de Carlos en mi muslo, subíalentamente de mi rodilla a mi concha, la detuve con mi mano y entonces Pedro medijo, «crees que puedes evitarlo, es igual el que sea todos te van a meter elpico por donde quieran y como quieran, viniste a eso, no es así», lejos deasustarme, sonreí , una corriente eléctrica de placer recorría todo mi cuerpo,sentí el placer de la situación morbosa de sentirme usada, de sentir queabusaban de mi tratándome peor que una puta callejera, como objeto, y esto meponía muy caliente. «No pretendo escapar les dije pero se hará a mi modo o nose hará». Me levante y llame al muchacho de 18 que había estado antes conmigo,lo pare cerca de la mesa y dando el culo a Carlos comencé a bajar el cierre delmuchacho quien dejó ver un pico normal el cual lleve a mi boca, mientras conuna mano tome la de Carlos y la lleve a mi concha para que me masturbará, podíasentir los dedos regordetes de Carlos jugando con mi clítoris mientras yo comíacomo poseída el pico del muchacho. Carlos no dejaba de masturbarme a la vez quelamía mi ano tratando de introducir su lengua, mis tetas no alcanzaban a lograrun ritmo dado las envestidas discordantes del muchacho en mi boca, se apuraba,enterraba su pico profundamente hasta arrancarme arcadas. Su mismo ímpetujuvenil hizo que se viniera rápidamente entregando una gran eyaculación queretuve en su totalidad. Me separé de Carlos y a la vista de todos deje caer elsemen contenido de mi boca a mi trago, sentándome nuevamente entre todos ybebiendo alegremente mi nuevo coctel. Carlos no dejaba de manosearme, se lenotaba excitado, me atrajo hacia sí y me habló al oído, corrió un poco su silla y descendí a suentrepierna, desabroche el cierre de su pantalón, apareciendo un pene gruesopero pequeño, el cual puse en mi boca, acariciando su glande con mi lengua;Carlos apoyaba sus manos en mi cabeza, marcando tanto el ritmo como laprofundidad de la mamada que le estaba proporcionando, de rodillas ante éldejaba a la vista de todos mi espalda y culo, mientras escuchaba loscomentarios sobre lo gran puta que era, aceleré mi mamada, sacaba el pene de mi boca y lo masturbabamientras jugaba con mi lengua en su glande, mirando a todos de reojo. Pedro yotros se masturbaban, sin dejar a Carlos con mi otra mano comencé a ayudar aPedro, noté que Carlos estaba a punto de acabar, entonces tomé mi copa y apurémi mamada para hacerlo acabar en esta, su orgasmo y gemidos fueron aplaudidospor la mesa, sin pensarlo Pedro tomó mi copa y también acabó en ella pasándolaa otro de los que se encontraban en la mesa, finalmente esta desapareció,sentada desnuda sólo veía que mi copa iba de mano en mano por el local, otraschicas, trabajadoras del local, masturbaban a sus clientes y pedían mi copapara depositar ese elixir masculino que tanto me gustaba; yo seguía indiferentepero mi cuerpo me pedía algo más que unas cuantas mamadas. El sabor del semen, al contrario de loque puedan pensar, no es único, por lo general es salado y ligeramente ácido,más la mezcla en esa copa frente a mi, tenía un sabor definido, un poco másdulzón que la mayoría de las veces y nada espeso producto del alcohol, era sinduda el mejor cóctel que había degustado en mucho tiempo; lo apuré mientrasconversaba con todos dejando intencionadamente caer un poco de mi boca, queescurrió hasta acabar en mis tetas. Nunca he logrado entender el placer queproduce en los hombres ver la cara de una mujer llena de semen, pero al ver lacara de mis acompañantes cuando con mi mano levantaba mi teta para lamer elsemen en ella, resultaba indudable su placer y morbosidad. Comencé a acomodar mi ropa, mis mediasportaligas, sostén y blusa volvieron a su lugar, volví a la pista de baile,saltaba entre los hombres que luchaban por tocar mi cuerpo al ritmo de «vamos aportarnos mal» de calle trece, yo dejaba que me tocasen pero mi mente yaseñalaba que poco más podía esperar de aquel local y mi cuerpo pedía calle, lacallejera que vivía en mi pedía sexo, pedía sentirse usada, solicité mi abrigoy entre lo ruegos que me quedase, invitaciones a beber y los últimos agarronesa mi culo, salí del local. Recorrer las calles del puerto, dejandollevar mi abrigo por el viento, que permitía ver mi estilo de mujerzuela mehacía sentir libre. Encamine mis pasos hacia el llamado «barrio puerto», sectorde la ciudad donde la gente acomodada no va, pues les resulta peligroso, las callesademás de estrechas son poco iluminadas, no tienen una dirección única y soncruzadas por aún más estrechos callejones que provocan la desorientación enquienes se aventuran por ellas, los pub cambian poco a poco por cantinas,tabernas y casas de putas que son de todos conocidas, las personas ya no sonoficinistas u obreros calificados, circulan por ellas los despreciados de laciudad, obreros de aquellas tareas que nadie quiere ejecutar, recogedores debasura, los mendigos son parte del paisaje y los ebrios son adornos que caminanafirmándose de las paredes, todos malolientes y sucios, ese era el lugar queclamaban mis impulsos. Muchas invitaciones me hicieron en eltrayecto, unos jóvenes que purgaban su rebeldía circulando por estos lugares meacorralaron en un rincón preguntando mi precio por acompañarlos, pero dejovencitos ya había tenido suficiente, de un vehículo me llamarón también paraacompañarlos señalándome que podía cobrar lo que quisiese pero de oficinistas,arribistas sin sentido que esperan pasivamente ser sexualmente satisfechos, sinusar el pedazo de puta que se les ofrece, mi cuerpo se encontraba aburrido, noiba por esos recovecos buscando aquello que podía encontrar en mi propio mundo. Al fondo de un callejón oscuro, defuerte olor a orines vi dos ebrios que con gran dificultad se mantenían en pie,un escalofrío recorrió mi espalda y mis pezones se endurecieron cuandoinconscientemente mis pasos ingresaron por aquella calle de adoquines, mevieron venir, ya cerca de ellos sus palabras casi ininteligibles por su estado,encendieron aún más mis sentidos: -ven acá puta- , -te estábamos esperandozorrita-, no dije nada sólo me puse entre ellos, me arrodille, desabroche suspantalones y me puse a chupa alternadamente esos dos miembros que se ofrecían ami boca y difícilmente lograban momentáneas erecciones, sus palabras –daleputa-, -no pares zorra- me excitaban; uno de ellos prendado de mis tetas melevantó, me puso de frente a esa sucia pared, corrió como pudo mi abrigo,apartó mi colaless y clavó sin miramientos su miembro en mi concha húmeda ehinchada, me embestía con rapidez en tanto yo levantaba mi culo a fin de lograruna mayor profundidad en la penetración, no hablábamos, me sujetaba de lascaderas y embestía con rabia mi concha, apenas podía mantenerme en pie, parecíaelevarme con cada golpe de sus caderas en mi culo. El otro tomó mi pelo y girando levemente mi cabeza introdujosu lengua en mi boca con desesperación, jugaba con ella baboseando mi cara consu saliva mezclada con trago barato, mientras sus manos hurgaban mis tetasapretándolas, pellizcándolas y tirando de mis pezones como si quisieraarrancarlos. El primero apretó fuertemente mi caderas y me dio una estocadabrutal, quedándose en mi, mientras acababa, entre su orgasmo y su ebriedad cayóarrastrándonos a todos, no pudiendo volver a levantarse, puse de espaldas aaquel que había jugado con mis tetas y me monte sobre el dejándome llevar enuna cabalgata que me hizo acabar recostada en su pecho y le hizo a él estallar enmi útero. Trataban de hablarme pero no podían, así me levanté ordene mis ropasy seguí sin rumbo conocido pero claramente más feliz. Si bien no era primera vez que meaventuraba por aquellos lugares, me encontraba un poco pérdida, las calles delpuerto claramente desorientan, el alcohol y el sexo también, al salir de aquel callejón, no me encontrabaen el mismo lugar por el que había llegado, sabía que debía regresar alvehículo, a lo menos recordar el regreso al local, llegando a él podría volversin dificultad, sin embargo la satisfacción que me embargaba termino porllevarme a los pies de uno de los tantos cerros del puerto, esta zona si erapeligrosa, pero por más vueltas que daba, sólo parecía ir adentrándome más ymás en dicho lugar. No vi venir a aquel grupo de hombreshasta que prácticamente choque de frente ellos, -más cuidado puta de -dijo uno de ellos haciéndose a un lado y dejándome avanzar, intenté volver a unrumbo conocido, me encontraba mareada, a fin de orientarme me detuve a observarel lugar, así me apoyé en una pared percatándome que la casona se encontrabaabandonada, me disponía a volver a caminar cuando un brazo me tomó fuertementedel cuello colocando una navaja en mi cara y arrastrándome hacia adentro, melanzó fuertemente contra una pared, trate de huir pero siempre me aparecía miretenedor amenazándome, acercándome el cuchillo tomo mi blusa y la arrancó,separándose un poco me dijo –ni sueñes con arrancar- me miraba girando a mialrededor –no te muevas maraquita- me decía, hasta que lo sentí acercarse pormi espalda tomando desde atrás mi tetas mientras con su otra mano levantaba mifalda, dejando expuesto mi culo el cualse dedicó a manosear a su antojo, le rogué que no me hiciese daño, peroparecía no escucharme, apegando sucuerpo al mí me llevó hacia el marco de una ventana, me tomó del pelo y meobligó a inclinarme de forma que mi cuerpo formó un ángulo perfecto dejando miculo a su merced, lo sentí cortar mis calzones y escupir mi culo, sentí su penepresionando mi ano, trataba de levantarme pero me tenía aferrada del pelo y meobligaba a permanecer en la posición que le acomodaba, su pene venció laresistencia de mi ano y un grito de dolor escapó de mi garganta, pero siguiópresionando hasta lograr introducir completamente su pene en mi culo, sentíaarder mi culo cuando comenzó a moverse, entraba y salía de mis entrañas a unritmo enloquecedor, realmente no podía sentir placer alguno, la posición en laque me encontraba era tan incomoda que no me lo permitía, no obstante en miinterior me gustaba el trato que estaban inflingiendo a mi culo, podía adivinarel placer de aquel hombre al someterme de esa manera, -te duele pregunto- , noalcancé a responder cuando me levantó del pelo y siguió penetrando mi culo conmovimientos rápidos hasta acabar en el. Sacó su pene de mi culo y sin dejar detirar de mi pelo, me lanzó hacía un lado, volvió a mirarme y me ordenódesvestirme, cosa que hice lanzándole la totalidad de mi ropa como lo habíaordenado, quedándome completamente desnuda frente a él. Se sentó en el piso yyo frente a él seguí su ejemplo, sacó del lugar una botella de alcohol y bebióun trago, no dejaba de mirarme, -me das un trago- le dije, y extendió labotella, no me paré avancé hacia el a gatas, mirándolo hasta alcanzar labotella, sorbí un tragó deje la botella de lado y seguí avanzando, él no decíanada, sólo me miraba sosteniendo fuertemente su navaja en su mano, abrí suspiernas y me acerque aún más, baje mi cabeza y con mi boca alcancé a su pene,hizo un leve movimiento, seguí chupando, me tomó del pelo y me separó.–Eresbien puta- me dijo echándome e un lado, -no tegusta- le pregunté-no es tuasunto, hoy eres mi perra- No dije nada, sólo volví a su pene ycomencé a masturbarlo, escuchaba agitarse su respiración, separar sus piernas ydejarse hacer, extendió su mano por mi espalda y comenzó nuevamente a jugar conun dedo en mi ano, me detuve, -sigue- me dijo, espera, ¿estas sólo?, se rio ,espera tu perra, y tomó mi mano y llevando a su pene la movió para masturbarse,seguí haciéndolo mientras le escucha hablar por su celular, no pasó muchotiempo cuando vi entrar otros cuatro vagos, más ebrios que mi secuestrador, eraobvio que se conocían, quedaron pasmados y mudos al verme. Se levantó y los detuvo antes quellegaran a tocarme, conversaban entre ellos alabándome, cuando me ordenólevantarme, se arrimó a mi y poniéndose a mis espaldas levantó mis brazoscruzándolos sobre mi cabeza, dejando expuestas mis tetas las que dada laposición se veían aun más grandes, -es nuestra dijo- y los cuatro seabalanzaron a mi cuerpo, me tocaban, chupaban mis tetas, mi vientre, mi culo,mi concha, en tanto me mantenía en dicha posición, el placer m embargaba toda ymi concha destilaba sus jugos, sus dedos exploraban mi conchita y mi anointroduciéndose por ellos, me daban nalgadas, sus miembros erectos se dejaronver, los refregaban en mi cuerpo, comopude abrace a dos de ellos y, no se si esto fue un error, pues otros dostomaron mis piernas quedando suspendida en el aire, el quinto tomo mis caderasy comenzó a aserruchar mi concha aferrado a mis caderas, mientras los otros mesujetaban, este abusaba de mi cuerpo magreando mis tetas, hasta que acabó enmi. Así pasaron los cinco, que placer sentía, no conocía a ninguno de ellos,eran unos sucios vagos que simplemente abusaban de mi, satisfaciéndose. Me soltaron y bebieron, arrojandoalcohol en mí y chupando de mi cuerpo, en medio de ellos, de espaldas, cada unohacía con mi cuerpo lo que se le antojase, me metían sus dedos, me lamían, mehacían chupar sus penes, lo que les viniera en gana. A fin de elevar nuevamente sus mástilesme masturbe para ellos, me puse de espaldas, en cuatro patas y exhibiendo miculo, me masturbaba, ¿no quieren partir este culito?, ¿quieren reventar estaputita? ¡mmmm quiero muchos penes¡, -vengan a comer a su zorrita- les hablaba amedida que iba arqueando mi cuerpo, ellos se pajeaban……..entonces acercándome auno de ellos lo empuje de espaldas, chupe su pene y abriéndome de piernas meintroduje su pene en la concha, los otros ya querían participar de la fiestapero les pedí que esperaran, llame a otros dos y les pedí se acomodaránperpendicularmente a aquel que mepenetraba apoyando sus cabezas en el pecho de este, inmediatamente percibieronque quedó cada uno a la altura de una de mis tetas, así comenzaron a chuparlasmientras yo me movía sobre mi penetrador, afirmando mis manos en los penes dequienes gozaban mis tetas, los quejidos de ellos y un gran y profundo ronquidode mi orgasmo, desesperó a quienes aun no me gozaban, quien me habíasecuestrado trató de fornicar mi boca, lo rechacé llamando al otro, situándolofrente de mi, introduciendo su pene en mi boca, lo solté y le dije al último–mi secuestrador- tu párteme el culito, no se hizo esperar y de un solo golpeme rompió el culo, que placer dios, sentía aquellas dos vergas en mi interiorpeleando entre ellas, otra me ahogaba la boca, y otras dos ocupaban mis manos, les rogaba que me dieranduro, que era su esclava, que mi culo era de cualquiera, se creo un desorden seintercambiaban entre ellos, y así fueron acabando, sin saber cual en cada unode mis orificios. Luego de ello, me dejaron en unaesquina de la habitación, conversando entre ellos o conmigo, el sueño ya meembargaba, sabía que no podía dormir, de pronto uno se levantó, se paró frentea mi, tomó su pene, lo apuntó y me orinó encima, ni siquiera intenteesquivarlo, cuando terminó su meada, le chupe el pene una vez más. Tomé mi abrigo, sin nada más me lo pusey les señalé que debía irme, ninguno se opuso, sólo me preguntaron si volvería,les afirmé que sí, pero que debían preparar algo especial. Ellos mismos meseñalaron como llegar al centro de la ciudad, salí de la casa y caminé, sólocubierta con mi abrigo, me sentía desnuda y feliz, sentía escurrir el semen demis hoyos, me dolía el culo, la boca, la zorra la tenía hinchada, pero tratabade no pensar a nuevamente me calentaría. El local ya se encontraba cerrado, mesubí al vehículo y regrese a casa, a mi mundo, donde no era una callejera sinouna respetable dama, que muchos querían poseer, pero no podían vencer el cercode honorabilidad. Nadie sabía que era cosa de llegar ytomarme, como había sido en esta gran noche.
     
    Puta23, 5 Jun 2012

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    Luman

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    GGGuuuuuAAAAAuuuuuu ... este relato si meencanto ...real ofantasioso, peroestuvo muy bueno.... Gracias PUTA23
     
    Luman, 6 Jun 2012

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    EL MONJE LOCO

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    En Lima la horrible..
    Anoche lo leí y quede tan sorprendido que no pude responder nada de inmediato.

    Si es real, la autora es una Ninfona MAyuscula.
    Si es ficticio la autora tiene una gran y calenturienta información.

    En ambos casos, es una oda a la promiscuidad.

    Gracias y Saludos:
     
    EL MONJE LOCO, 6 Jun 2012

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    estoy sorprendida....sin comentarios........ creo que es demasiado ficticio un poco degradante
     
    golosisimaperu, 7 Jun 2012

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    #4

    dayane

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    Describe bien la pasión que siente ella en esa orgia.
    Interesante final, lo del cerco de la honorabilidad. Asu…pinta lo fácil que pueden ser algunas personas y pocos pueden saberlo.
     
    dayane, 7 Jun 2012

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    Lord Snow

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    Recien acabo de leer este relato,y por mucho de lo exitante de la narracion,llega a ser algo degradante y si es en realidad cierto lo que ocurrio,puedes haber puesto en peligro tu vida por un momento de placer,ya que el final pudo haber salido de otra m anera y no hubieras podido escribir esta experiencia en este foro.
     
    Lord Snow, 12 Feb 2013

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    Mr. M

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    Me parece que es un buen relato de ficcion. De todas maneras Gracias lacteas
     
    Mr. M, 13 Feb 2013

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