La gordita pandémica de Tinder

Todo comenzó durante la cuarentena, tiempo que me quede varado en Lima en la casa de mis padres; sin tener que hacer y aburrido del porno y de mi novia, me propuse a buscar alguien que me caliente la cabeza así que desempolve mi cuenta de Tinder.
Luego de hacer match con algunas chicas que no condujeron a nada, me responde el saludo esta chica, Verónica congeniamos rápidamente. Ella tiene 30 años, es abogada mide 1.5 de estatura, tez blanca, cabello castaño y ondulado, pechos grandes, trasero enorme, simpática de rostro, pero gordita lo que la vuelve insegura con su apariencia y en sus relaciones; además tiene un carácter dócil, es intelectual y pilas; es la clásica gordita de la oficina, la amiga buenita de todos.
Bueno continuando, el primer contacto fue tan natural y nos caímos tan bien que me dio su número, así que le escribí desde mi segundo WhatsApp. Los primeros días las conversaciones eran tranquilas, sobre gusto, política, series, videojuegos, etc. pero también le hacía preguntas en doble sentido, y se hacía la sana, así que pensé que no le interesaba la huevadita y dejé de escribirle más seguido.
Hasta que una madrugada dejo un mensaje, diciendo que había tomado unas botellas de vino con su familia y quería compañía porqué ya se fueron a dormir todos en su casa, así que la llame y conversamos sobre temas X hasta que llegó el tema del aislamiento, le comenté sobre el estrés que tenía, y no sabía qué hacer para aliviar la tensión.
Ella me dice muy abiertamente: oye, pero mastúrbate, yo lo hago y me ha funcionado.
Esa respuesta no la esperaba, e hizo que prendiera mi diablito.
Luego empezó a describir cómo lo hacía durante las noches viendo porno, me mandó fotos de su vibrador, me comento como había llegado a lastimarse la chch por qué se masturbaba muy seguido, hasta su ginecólogo le bromeaba.
Esa soltura me encanto y lo arrecha que era; así que sin roche le mandé dick Pics, diciéndole que ya me había dejado al palo y que necesitaba algo para bajar la hinchazón ; y ese fue el inicio, pues me mando fotos de sus tetas, y me pedía más fotos mías, que accedí con la condición de que me enviara fotos en las poses que le pidiera, y rápidamente acepto. A los minutos de tanta calentura le propuse masturbarnos juntos en videollamada, acepto y vi que estaba con los pelos de la chch mojados pidiendo un pene, la llamada estaba genial podía apreciar en todo su esplendor a esa mujer que se tocaba, gemía y hacia poses para mí; esa primera vez pasamos media hora en ese juego hasta que eyacule y bote harta leche para la cámara, pude ver la excitación en su rostro al ver mi espectáculo lo que hizo que apresurara sus dedos para volverse a venir. Acabamos esa noche y a dormir, yo aún sin saber con exactitud lo pervertida y sumisa que era en realidad.
Al día siguiente bromeamos con lo que pasó, y se volvió un hábito en tener sexo virtual todas las madrugadas con la promesa de tirar cuando abrieran los hoteles.
Con el paso de las semanas se fue abriendo hacia mí, me comento que en su chamba a veces se excitaba tanto que tenía que ir al baño a desfogarse, también de algunas aventuras que tuvo con chibolos (saco de pito a algún par), me confeso que nunca tuvo suerte en el amor por su inseguridad sobre su peso y lo exigente de su trabajo, así que las veces que había tenido sexo fueron de una sola noche y por eso se hace chequeos frecuentemente; pero que también había dejado el sexo casual por miedo a toparse con algún loco (una mala experiencia con un pata que se aprovechó de los sumisa que es y la terminaron desgarrando), por eso llevaba casi 2 años que no cachaba y con la cuarentena andaba con más urgida, y por eso entro a Tinder pero los mandados le daban miedo y los huevones le aburrían, por eso lo termino borrando.
Con el tiempo me di cuenta de que no solo era sexo virtual sino se iba enamorando de mí, así que tuve que ser honesto y le dije que tenía una relación que no quería perder pero que valoraba la amistad que teníamos, claramente se ofendió y dejó de hablarme por semanas.
Después de un tiempo me habló como si nunca hubiera pasado nada, y comenzamos de nuevo con nuestra rutina de madrugadas calientes, pero esta vez le volví a dejar las cosas claras, que nuestra relación es plenamente sexual y de amigos, hasta que ella consiguiera pareja, que no habría celos ni nada, sino me tendré que alejar, y así fue nuestro contrato.
Luego, ni bien empezaron a abrir los hoteles, acordamos de frente ir al matadero, pero con el tiempo se enfrío, empezó a sentirse mal por mi flaca así que dejamos de hablar por un mes, hasta que volvimos a hablar y quedamos en salir a conocernos en persona. Llegué al lugar pactado y ella estaba allí, luego de 10 minutos de conversar con mascarilla nos sentimos incómodos así que le propuse ir a un hotel para poder quitarnos las mascarillas y conversar. Rápidamente dijo: Tu no quieres conversar, quieres otra cosa. Como sé lo rápido que se excita le dije al oído: Te quiero besar el cuello mientras mi pene roza tus nalgas, tú decides si es con ropa o sin ropa.
Eso basto para que nunca más volviera a pensar si era correcto o no, pidió un Uber y fuimos a un bonito hotel en malecón checa.
Ni bien cerré la puerta, la empuje contra la pared y la besé, mientras mis manos recorrían todo su cuerpo. Apretaba sus pechos, cogía sus nalgas, la abrazaba, la punteaba sobre el pantalón y eso la excitaba por la velocidad de su lengua. Le di la vuelta, le puntee el culo mientras mi lengua recorrían atrás de sus orejas, su cuello y su espalda. Vero solo gemía, yo la controlaba, y ella hacía lo que le decía.
Nos quitamos la ropa, ella se queda solo en calzón, así que seguíamos besándonos; la tumbo en la cama para friccionar mi pene sobre su tanga celeste mientras le besó el cuello y bajo hasta sus enormes pechos blancos con pezones rosados, mientras gemía mi nombre.
Luego de un rato, hago a un lado su calzón y se lo meto a pelo (con la seguridad de que estaba limpia, porque me mostró uno de sus chequeos) pude comprobar lo estrecha que es, parecía una conchita virginal por como apretaba. Luego de unos minutos dándole en misionero, lo saco y le bajó el calzón para que mi lengua juegue con su clítoris, y sentí como se vino en mi boca. Después se paró y me pidió chupármela, con gusto accedí. Fue el mejor sexo oral en mi vida, era una experta, controlaba el ritmo hasta sabía cuándo estaba por venirme y bajaba la intensidad, luego ella me preguntó si podía venirme en su boca, con gusto acepte y se tomó toda su leche hasta lo limpio.
Luego nos duchamos y la penetre en la ducha parados, como animales, le cogí las tetas, mientras nuestros movimientos eran frenéticos y se dirigían a la cama, se acomoda para recibir en 4 mientras tengo la gloriosa vista de su trasero, luego le pido que me cabalgue, la condenada a pesar de ser gordita se movía como licuadora y me saco la leche en pocos minutos.
Descasamos unos minutos, pero esta vez quería probar su enorme trasero, y con miedo acepto, acaricie con la puntita la entrada de su colita y por su respiración sabia que le estaba gustando, por eso presione poco a poco para que entrara y empezó a gritar de dolor, así que nomas caballero lo saque me lo lave y se lo clave por delante con las piernas al hombro mientras chupaba sus pezones, también probamos otras poses hasta que me vine. Después vi la hora y tuve que retirarme, la gordita se quedó con ganas, quería quedarse hasta el día siguiente, pero por compromisos tuve que irme.
Ese fue la primera de muchas salidas que hemos tenido, ya con el tiempo pude abrirle la colita y ahora me pide que deje mi leche allí, lo bueno es que es todo terreno y abierta a todo. Dentro de sus tantas confesiones, me dijo se consideraba bisexual, y que su fantasía es hacerlo con una mujer pero que le avergüenza, por eso le propuse hacer un trio para q se sienta cómoda y cumpla su fantasía, aunque no hemos logrado esa idea.

 

Bien relato con la godita

 

Y no hay alguna forma de contactar con ella o queda para conoceela

 

seria bueno ver las fotos cofra