Salidas con una profesora que me enseño de todo.

holaa pz cofrade muy burn relato eh recien me uno al foro y me lei todo tu relato ojala lo puedas terminar gracias

 

Buen relato cofrade no dejes mucho tiempo el suspenso de la continuaciòn

 

Bien jugado cofrade, ... , de relato sencillo pero espectacular, para mantener la emoción del siguiente.

 

socio a la espera de su continuacion

 

cofrade espero ansioso la continuación con su profesora

 

Estimado amigos, ante todo las disculpas por la demora, espero que les guste el final de mi historia...

Llego el día siguiente, me levante más temprano que lo habitual, en mi mente solo podía pensar en las horas que faltaban para poder tener a Edith ya que habían pasado varios meses desde nuestro último encuentro sexual.

Procedí luego a darme un baño, después desayune y me aliste para ir a nuestro encuentro, habíamos quedado de encontrarnos en un lugar intermedio entre su casa y la mía; y aunque había pasado muchas veces por el sitio, no lo conocía totalmente por lo que decidí llegar unos 20 minutos antes y pasear un poco por el lugar. Ya con los tiempos justos, subo a mi carro, salgo de mi casa y según lo planeado llego con varios minutos de anticipación.

Luego de estacionarme me puse a caminar un poco, pase por la botica para comprar unos preservativos, y a unas cuadras pude ver unos hostales ambos tenían cochera así que no tenía pierde. Una vez teniendo todo el terreno estudiado, volví al lugar donde habíamos quedado, faltaban solo unos minutos para que sean las 9:00 a.m. que era la hora a la que habíamos quedado.

Al llegar me di cuenta que ella estaba ahí, viendo de un lado a otro. Vestía un pantalón color negro, una blusa blanca, una casaca de cuero color marrón y una pequeña cartera. Me acerque y ella noto también que ya había llegado, mientras nos acercábamos ella sonreía y yo no podía esperar para tenerla.

Una vez frente a frente le dije:

• Estas preciosa
• Gracias, hace mucho que llegaste?? – me respondió.
• Solo hace pocos minutos – Le dije.

Luego ambos nos quedamos en silencio, no sabía que decir, la tenía al alcance de mis brazos, así que la tome de la cintura y nos empezamos a besarnos, ella me abrazo, pude sentir la calidez de su cuerpo y su aroma, luego de un rato, nos alejamos un poco.

• Vamos – Le dije.
• Debemos apurarnos – Me respondió – Solo he pedido permiso por la mañana.
• Entonces vamos rápido – Le conteste.

La tome de la mano y nos dirigimos donde había dejado estacionado mi carro, lo encendí y fuimos a los hostales que anteriormente había visto. Una vez en el estacionamiento del hostal, apague el carro, me quite el cinturón y estaba dispuesto a bajar, cuando ella me sujeta del brazo.

• Espera – Me dice.
• Que sucede??
• Quiero que me prometas que lo que pase aquí, entre nosotros, solo va a quedar en los dos – Respondió ella.
• Porque me dices eso?? – Le conteste.
• Solo promete que serás discreto. No quiero que se lo cuentes a tu amigo, porque seguramente él podría contárselo a Mariella – Me dijo.
• Está bien, no le contare nada – Le respondí.

Luego de eso salimos del auto y subimos por las escaleras hacia el segundo piso donde estaba la recepción, ella se sentó en el sillón del Hall mientras yo pedía una habitación.
Me dieron la llave y el control remoto, fui donde Edith, ella se levantó y una vez más subimos por otras escaleras hacia el tercer piso hacia la habitación que nos habían dado.

Una vez adentro, nuevamente nos empezamos a besar, luego ella se aleja de mí y se dirige hacia la ventana, empieza a ver de un lado a otro.

• Nadie nos está viendo – Le dije.

Ella me sonrió, pero aun seguía viendo por la ventana. Yo me acerque a ella por detrás, puse una de mis manos en su hombro y con la otra hice girar su rostro y empecé a besarla, ella hace un gesto y empieza a sonreír a la vez que vuelve a ver hacia la ventana y cierra las cortinas.

Yo aun seguía parado detrás de ella, así que recargue mi cuerpo al suyo, hice a un lado su cabello mientras mi otra mano la tomada de la cintura, empecé a besar su cuello. La respiración de Edith se tornó más fuerte y de rato en rato daba un fuerte suspiro. Poco a poco mis manos empezaron a recorrer su cuerpo desde sus senos hasta sus piernas, ella por su parte se tiraba para atrás haciendo que su trasero pegarse a mi pene que para ese momento ya estaba duro.

Aun en esa posición le quite la casaca, ella giro y empezamos a besarnos, luego retrocedimos hasta el filo de la cama y se quitó la blusa, tenía un brassier de color blanco, después tomo mi mano y la puso sobre sus pechos.

• Te gustan verdad?? – Me pregunto.
• Todo en ti me gusta – Le respondí.
• Pues aprovecha que ahora soy solo para ti – Me dijo.

Baje mis manos hacia su cintura nuevamente, y luego empecé a desabrochar su pantalón, una vez conseguido lo baje hasta casi sus rodillas, tenía una tanga también de color blanco. Mis manos empezaron a pasar por su cuerpo desde su espalda hacia sus nalgas mientras nos besábamos, después pase mi mano por su vagina y aunque tenía aun puesta la ropa interior se notaba que estaba bastante húmeda.

Ella empezó a quitarme la camisa, por mi parte podía sentir la excitación que producía cuando la acariciaba, seguíamos fundidos en un gran beso en la nuestras lenguas se enredaban una con la otra. Desabroche mi correa y termine de sacarme la camisa, a Edith la senté suavemente en la cama mientras terminaba de desvestirme. Ella se echó de espaldas levantando sus piernas al mismo tiempo poniéndolas a la altura de mi pecho, sin perder tiempo me dispuse a retirar su pantalón que de un tirón cayó al piso.
Luego de esto separe sus piernas y me puse sobre ella, nos besamos nuevamente y poco a poco empecé a bajar hacia su cuello, mis manos fueron hacia sus pechos, levante su brazzier y cogí sus senos que ya estaban duros, baje más y empecé a besarlos uno primero y luego el otro, veía como ella empezaba a redoblarse de placer arqueando su espalda cada vez succionaba sus pezones.

Llegue hasta su abdomen, tan suave y formado como lo recordaba, en ese momento me levante, cogí su calzón y se lo quite, busque el preservativo y me lo puse.
Me acerque nuevamente a ella, separe sus piernas, Edith giro su rosto hacia mí y luego con una sonrisa me dijo:

• Qué esperas?? Métemela yaaa…

Estas palabras y sobre todo la forma que lo dijo, una mezcla de excitación y suplica me pusieron a mil, puse mi pene a la entrada de su vagina, quería meterla suavemente para que sintiera toda mi verga pero ella estaba loca de ansiedad, puso sus manos en mi cintura y me jalo hacia ella de golpe, Edith soltó un suspiro…

• ¡Ahhh, ahhhhhh
• Que rico, esto me gusta…

Empecé a moverme suavemente primero, mi pene entraba y salía, ella se abrazó a mí y se aferraba tan fuerte que parecía que me quería ahorcar, mis manos acariciaban sus piernas mientras la seguía clavando ahora con más rapidez.

Después de un rato ella cruzo sus piernas detrás de mí y las apretaba con fuerza en mi espalda, empecé a moverme más rápido.

• Asi!! .. Asi!! .. Ahhhh – Me decía, gemía y soltaba suspiros..
• Sigue, sigue.. No te detengas!!

A cada embestida aumentaba nuestra excitación, sus brazos se soltaron y los llevo a la altura de su cabeza luego empezó a jugar con su cabello, aproveche para besar su cuello - Sabía que eso le gustaba – por mi parte seguía atrapado por sus piernas y sentía que estaba a punto de venirme, me detuve por un momento y cambiamos de posición.

Me recosté en la cama y ella quedo a mi lado, luego paso una de sus piernas sobre mí, se acomodó, cogió mi pene y se sentó sobre él metiéndosela toda de un solo movimiento, se levantó suavemente y volvió a dejarse caer sobre mi pene lentamente, poco a poco fue aumentando su ritmo, sus manos las tenía en mi pecho y luego se estiraba doblando su espalda y cogiéndose el cabello, era una visión maravillosa; luego empezó a mover su vientre desesperadamente en círculos y luego de arriba hacia abajo con más fuerza, tanto así que mi miembro se salió de su vagina.

Edith congio mi pene que seguía duro, y de un movimiento me quito el preservativo y se lo introdujo tan rápidamente que no me dio tiempo a reaccionar.

• Aaahhh, ahhh!
• Qué rico, quiero sentirla asiiiii – Me decía.
• Siii siiiiiii, aaaaggggghh!

La sensación era demasiada placentera, podía sentir cada contracción de su vagina que estaba húmeda y caliente. Me levante y ambos quedamos frente a frente, puse mis manos en su espalda con lo cual la ayudaba a subir y bajar.

• Te estas cuidando? – Le pregunte.
• Sí, estoy con pastillas, Ahh Ahhh – Me respondió
• Y además hace poco que terminó mi periodo, Uhmm Ahhhh

Ella se abraza a mi cuello y empezamos a besarnos, primero suavemente y luego con mayor intensidad mientras la seguía penetrando, la subía y bajaba; Edith seguía a ritmo todos mis movimientos. Aun en esa posición empecé a besar sus senos lo cual la excitaba mucho más. Ella empezó a retorcerse hacia adelante y hacia atrás como tratando de liberarse de mí.

Luego de ese forcejeo, Edith me tira hacía atrás con todas sus fuerzas, quedando yo de espaldas en la cama, ella pone sus manos sobre mis hombros y se detiene por un momento como queriendo recuperar el aliento, su respiración era entrecortada al igual que la mía y su cabello caía sobre mi rostro.

Mi pene aún seguía dentro de su vagina y mis manos las tenían en su cintura; lentamente empezó a hacer movimientos circulares logrando que mi miembro entrara totalmente y continuara penetrándola.

Baje mis manos y empecé a acaricias sus nalgas. Ella empezó a acelerar el ritmo de sus movimientos y dando pequeños gemidos que en un instante empezaron a hacerse más fuertes.

• Ayyy… Ayyyy – Decía – La siento toda, que rico mi amor…

Ella retrocede un poco su cuerpo, sus manos las coloca sobre sus piernas y empieza a subir y bajar e inicia una fenomenal cabalgata, sus senos se movían al ritmo de cada uno de sus movimientos, estiro mis manos y las cojo, Edith también levanta las suyas poniéndolas sobre las mías y haciendo que presione sus pechos, luego siguió subiendo hasta coger su cabello, siguió moviéndose más rápido, tiro su cuerpo hacia atrás y dio un gran suspiro.

• Ahhhhhhhhhhhhhhh… ahhhhhh

Dio un fuerte respiro y se dejó caer sobre mí, quedo un instante así. La abrace y empecé a acariciarle el cabello, ella levanta la cabeza y me da un beso, luego se acuesta a mi lado, después pasé mi brazo por debajo de su cuello, ella me abraza y coloca su cabeza sobre mi pecho.

Edith no decía nada, parecía un poco apenada por lo que habíamos hecho y se notaba un poco nerviosa.

• Te pasa algo?? – Le pregunte.
• No; o Si, la verdad es que no sé – Me respondió.
• Finalmente?? Es un no o es un si?? – Le pregunte.
• Sabes que lo que estamos haciendo está mal verdad – Me dijo.
• Es algo que ambos queríamos, además quedamos de que no habría arrepentimiento – Le respondí.
• Tienes razón, además la paso muy bien contigo y me gusta todo lo que me haces.
• A mí también me gusta todo lo que hacemos.

Aproveche para ir al baño y refrescarme un poco porque de tanta acción habíamos terminado sudando, Edith entro unos momentos después y también hizo lo mismo, luego se paró frente al espejo y empezó a acomodarse el cabello, yo me puse detrás de ella y la cogí de la cintura. Empecé a besarle el cuello y la espalda; podía ver en el espejo como cerraba los ojos y sentía que su respiración se hacía más fuerte. Ella se voltea y queda frente a mí; luego se agacha, coge mi pene y empieza a chuparlo.

Mi miembro empezó a ponerse duro nuevamente, pasaba su lengua de la base a la punta y luego se lo metía en la boca, después me masturba con su mano y volvía a lamerlo.
Estuvo haciendo esto por varios minutos. Para este momento ya me encontraba a punto de explotar.

• Que rico lo haces.
• Me voy a venir – Le dije.

Ella no dijo nada, solo levanto sus ojos, me miro y siguió mamándola con más fuerza; en eso momento me di cuenta que eso era lo que quería. Puse mis manos en su cabeza y empecé a moverme lentamente - La mayor parte del trabajo lo hacia ella – hasta que finalmente no aguante más y toda mi leche salió de mi verga.

• Ahhhhhhhhhh
• Mmmmm, Mmmmm – Es lo único que pude escuchar de ella.

Ninguno de los dos nos movimos hasta que mi pene empezó a perder dureza, Edith se levanta, me sonríe aun con la boca cerrada y se va hacia el lavadero y abre el caño; se enjuaga la boca, luego se voltea y me abraza.

Por mi parte estaba algo sorprendido..

• Te lo tragaste? – Le pregunte.
• Si – Me respondió.
• Es en serio? – volví a preguntar.
• Si, te diré que nunca lo he hecho, pero desde hace mucho que tenía esta fantasía. Mis amigas en algunas reuniones me contaron que lo habían hecho y yo siempre me quede con la curiosidad, pero nunca me atreví a hacerlo antes – Me dijo.
• Entonces me alegro de poder haber hecho realidad tu fantasía, no sabía que eras medio pervertida jajaja.

Edith, se sonroja, luego me coge la mano y nos vamos a la cama, una vez echados, empieza a jugar con mi pieza - Esta aún se encontraba en el descanso de medio tiempo – Estuvimos conversando unos minutos más y luego va directo a mi pene y empieza nuevamente a mamarlo.

Para ese momento mi miembro ya se había puesto duro nuevamente. Edith se acomoda nuevamente a mi lado.

• Ahora dame tú – Me dice.
• Bueno, si eso es lo que pide la miss voy a complacerla – Le respondí.

Me levante un poco, ella se acomodó en medio de la cama y abrió las piernas, sin perder tiempo me puse sobre ella y la penetre. Empecé a darle con fuerza y ella empezó a gemir.

• Ahhh, ahhh, ahh, así, así
• No pares, dale, me vuelves loca.

Luego de un rato, me puse al lado de la cama, tome sus piernas y la coloque al filo de esta con las piernas flexionadas y volví a metérsela. Verla así, en esa posición me ponía más caliente, Edith empezó a jugar con sus senos; la escuchaba gemir y pedirme que no me detenga lo cual me excitaba más.

• Vamos a cambiar de posición – Me dijo.

Giro sobre la cama, dándome la espalda y levanto su culito y sus manos, quedando en posición de perrito; me subí sobre la cama, coloque mi verga en la entrada de su vagina, puse mis manos en sus nalgas y de un solo movimiento se la metí completa.

• Aaaaayyyyyy, aaaahhhhhhh!
• Sigue, asiii, eso me gusta – Me dijo, entre jadeos y suspiros.

Empecé a aumentar la velocidad de cada embestida y el espejo lateral podía ver como sus senos se movían, me pegue a ella y con una mano empecé a presionar ambos pechos, mientras Edith se tiraba hacia atrás para sentir todo mi pene. Volví a posición anterior, y seguí fulminando a Edith pero esta vez con mayor rapidez y sus gemidos cada vez se hacían más fuertes.

• ¡Aaaaahhhhh, aaaayyy, mi amor, que rico.
• Dame así, no te detengas
• Ahhhhh, siiiiiiiiiiii siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

En el último gemido, se quedó quieta y luego se dejó caer hacia adelante en la cama; yo la seguí y quede sobre ella, ambos cansados y sudando.

• Me ha gustado mucho – Dijo Edith.
• Estuviste perfecta, eres maravillosa haciendo el amor – Le respondí.
• Pero creo que grite demasiado, que vergüenza.
• Jajaja.

Nos pusimos a hablar un rato; luego continuamos, solo teníamos la mañana para nosotros y no pensaba desaprovechar ni un momento con esa mujer. Una vez más empezamos a besarnos, ambos estábamos de costado, ella comenzó a jugar con mi pene. Con gran maestría su mano recorría de arriba abajo primero con suaves movimientos, me puse sobre ella y fui bajando lentamente, llegue a sus pechos los cuales empecé a lamerlos uno a uno, subí nuevamente para darle un beso en la boca, en ese momento ella gira queda ella ahora sobre mí, hizo lo mismo que anteriormente yo había hecho hasta mi pene y empezó a lamerlo poco a poco de la base hasta la punta, era un placer incomparable, su lengua danzaba a lo largo de toda mi pieza y por fin se la metió en la boca.

Se levantó después de unos minutos, se puso sobre mí dándome esta vez la espalda, me dispuse a acariciar sus nalgas, ella cogió me pene con una mano y lo coloco en la puerta de su vagina, de un solo golpe bajo dando un grito de placer.

Edith empezó con su delicioso movimiento de cadera, ese panorama era fenomenal, podía ver como mi pene entraba y salía, además de su hermoso culito que mis manos no dejaban de tocar.

• Que rico se siente – Dijo Edith.
• Te gusta?? Te gusta asi?? – Repetía con voz entrecortada
• Sí, me gusta mucho – Le respondí.

Ese movimiento, los suspiros que daba y sus contracciones vaginales hacían que yo estuviera a punto de venirme, pero antes que eso pase ella empezó disminuir su ritmo y se tira hacia atrás quedando sobre mí de espaldas con mi miembro aun dentro de su vagina.

La coloque de costado, ella levanto su pierna y se acomodó para que mi le entre todo, puse mi mano alrededor de su cintura, con lo cual la pegue con fuerza hacia mí, empecé a besar nuevamente su cuello, mientras que Edith hacia movimientos de su cuerpo de atrás hacia adelante.

Empecé otra vez con el ataque sin freno, en esta ocasión sin piedad bombeaba una y otra vez. A su vez ella me pedía que no me detuviera.

• No te detengas!!
• Ahhhh, ahh, ahhhh

Seguí dándole duro, Edith no se movía, solo daba gemidos cuando mi pene llegaba al fondo, tenía los ojos cerrados y se mordía los labios, estaba sometida a mi verga. Poco a poco sentí como su cuerpo se ponía más duro, nuevamente dio un gemido largo.

• Ahhhhhhhhhhhhhhh… ahhhhhh

Ambos estábamos sudando nuevamente; ella suspiraba, se notaba que le faltaba el aliento, después de unos segundos dijo:

• Woww, que rico se siente.

Bajó su pierna, se separó lentamente y giro hacia mí, empecé a acariciar su cabello. Edith se acerca y me da un tierno beso.

Ya era casi la hora de irnos, la tome de la mano, nos fuimos al baño y nos metimos a la ducha, abrí la llave hasta que el agua estaba a un buena temperatura. Me acerque a Edith por la espalda, la tome de los hombros y me pegue a ella arrimando mi verga a sus nalgas. Mi calentura volvió a notarse en mi pene.

• Aaaaayyy, otra vez – Me dijo
• ¿Acaso ya no quieres? – Le pregunte
• Sí, sí quiero, me dijo.

Tome el jabón y empecé a sobar la espalda de Edith, luego los hombros y sus pechos pasando mis manos por su cuerpo, apretándola y dejándole sentir mi erección en las nalgas, se apoyó en la pared con ambas manos y me dejo disfrutar de su cuerpo.

El agua recorría todo su cuerpo y el mío. Ella puso su cabello a un lado dejándome ver la parte posterior de su cuello, le di una mordida suave y pude sentir que un escalofrió recorrió su cuerpo de pies a cabeza seguido de un gemido.

• Ahhhhh
• Ten cuidado, no me vayas a dejar una marca – Me dijo.

Seguí tocando todo su cuerpo, manos bajaron hacia su vientre, de ahí a las caderas y hacia sus piernas. La miss giro, tomó el jabón y lo froto entres sus manos que luego los empezó a pasar por mi pecho, mis brazos y luego mi pene.

El agua caía sobre su cuerpo y el mío, una vez más giro dándome la espalda, Edith se reclino un poco sobre la pared de la ducha, apoyando la cabeza en su brazos, coloque mi pene entre sus nalgas, ella se empino un poco acomodándose y levanto la espalda, bajo su mano, cogió mi pene y lo puso en la entrada de su vagina. Sin dejar aun que ingrese, empezó a llevarlo de arriba hacia abajo, se notaba en la cara que le gustaba sentir como rozaba sus labios vaginales, luego se detuvo y poco a poco fui introduciendo mi miembro.

Edith no decía nada, separo un poco las piernas y levanto levemente las nalgas para acomodarse mejor, puse mis manos en sus caderas y la jale hacia mí, mientras ella hacia círculos con su cuerpo, el agua seguía cayendo como una lluvia, sentía su vagina muy caliente, empecé a darle con más fuerza y ella comenzó a dar esos deliciosos gemidos que tanto me gustaban, cerré la llave de la ducha y coloque mis manos en sus pechos, los sujete con firmeza, con cada embestida ella gritaba más y gemía a mayor ritmo, hizo fuerza con sus brazos tirando para atrás su cuerpo, me abrace a su cintura presionando más y ella se acomodó mejor para poder recibir mejor todo mi miembro.

• Aaaayyy! Aaayyyy!
• Sigue, ahhhh – Me decía

Edith inclino un poco más su cuerpo, se quebró de tal forma que me excito más, su espalda hizo una curva y mis manos fueron directamente a sus caderas, siguiendo el vaivén de cada embestida.

• Así, me gusta – Dijo ella
• Quieres que te dé más? – Le pregunte.
• Siiii, dáme más! ¡Aaaahhh! - Respondió

La tomé con un poco más de fuerza y sin soltar sus caderas, seguí metiéndole todo mi pene, Edith se empujaba hacia mí aguantando los choques de mi cuerpo sobre sus nalgas.

• Esto es.. esto es... – Decía
• Esto está mal.. ahhhh, pero me gusta.. ahhhh

Empezó a mover sus caderas en círculos, lo cual me provocó un placer mayor. Después de un par de minutos de estar bombeando sentía ya que mi excitación estaba al límite, acelere el ritmo, ambos estábamos jadeando y sudando a pesar que hace solo unos momentos habíamos tomado una refrescante ducha.

Cuando estaba a punto de venirme, retire mi verga de su vagina y esta exploto, cayendo todas las gotas de semen sobre su nalgas y su espalda.

Edith se giró y miro como toda mi leche había quedado en su cuerpo, me miro nuevamente, sonrió y me abrazo. Yo seguía con la respiración agitada con una mano separe un poco de cabello que cubría su rostro y la otra la pase por detrás para abrir nuevamente la llave de la ducha.

Luego de eso volvimos a la cama, ella se sentó en una esquina y empezó a secarse el cabello con la toalla, yo seguí tumbado observándola.

• Apúrate, ya es tarde y aun debo llevar las invitaciones – Me dijo.
• Verdad no?? Y dime, alguna es para mí? Jajaja – Le respondí.

Edith se quedó quieta, abrió sus ojos que daban cuenta que había quedado sorprendida y luego sonrió de esa forma tan dulce que solo ella tenía.

• Payaso – me dijo.
• Tu para que quieres una?? – Continuo
• No sé.. Quizás vaya a impedir la boda, jajaja – Le respondí.
• Sigues con tus cosas – Me contesto.

Cogió mi pantalón y me lo lanzo haciendo que algunas monedas que tenía ahí cayeran al piso de la habitación.

• Si quisieras hacer algo ya lo hubieras dicho. Además ya sé que has vuelto con tu enamorada – Dijo.

Ahora el asombrado era yo, luego pensé que quizás había visto las fotos que tenía en el face o quizás Mariella le había sacado la información a Arturo y ella se lo había contado a Edith.

• No te estoy reclamando nada, yo sé cómo son las cosas, tú estás con pareja y yo me voy a casar en unos días – Me dijo.
• Tienes razón – Le respondí – Nada va a cambiar y es mejor dejar las cosas claras.
• El día que te invite para que fueras a verme en mi presentación estaba muy confundida, tenía muchas cosas en la cabeza y para despejarme entre al face; te vi en línea y me dieron muchas ganas de verte – Dijo ella.
• Pero te pasas, como me vas a invitar a tu evento cuando sabias que tu novio estaría ahí!!! – Le respondí.
• Si pues, no lo pensé, solo tenía ganas de verte aunque sea un rato, lo demás que paso con los trajes y que nos fuéramos juntos fue casualidad. – Continuo.
• Es cierto eso?? A mi me parece que tenías todo esto bien planeado jajaja – le dije.
• Uyyy, me descubriste, jajaja – Dijo ella.

Edith cogió su brazzier y su calzón que estaba en algún lugar de la habitación y luego se los puso, era todo un placer ver a esa mujer así, tan bella y excitante a la vez, cogió el resto de su ropa y se fue dirigió al baño.

• Ya cámbiate y deja de estar perdiendo el tiempo – Me dijo mientras me se iba al baño.

Le hice caso, me levante de la cama y procedí a buscar mi ropa y alistarme para irnos. Una vez ya vestido, recogí todas las monedas que se habían caído anteriormente, tome mi billetera y las llaves del auto que estaban en la mesa de noche. Edith salió del baño.

• Hoy fue un día especial. Gracias por todo – Me dijo, se empino y me dio un beso.
• La pase muy bien contigo – Le respondí.
• Lo se jaja - Ella respondió.
• Vámonos que ya se me ha hecho bastante tarde.

Edith tomo su cartera, saco su espejo y un labial, mientras se arreglaba yo cogí el control remoto y la llave del cuarto.

• Ya estoy lista, vamos – Dijo ella.

Me cogió de la mano, fuimos a la recepción para recoger los documentos y pedirle al encargado que abra la cochera, pues ya nos retirábamos.

Subimos a mi auto y salimos del hotel.

• Hacia dónde vas? – Le pregunte.
• No te preocupes solo déjame donde nos encontramos. De aquí está cerca la casa de mi amiga, así que voy a tomar un taxi – Me respondió.
• Estas segura? – Le dije.
• Sí, es mejor así – Contesto ella.

Me estacione en el mismo lugar donde nos encontramos y apague el carro.

• Bueno, creo que mejor ya me bajo
• Entonces estamos en contacto – Le dije.

Edith, dio un profundo respiro y soltó el aire, luego me abrazo y me dio un beso.

• Chau, es mejor que ya me vaya.

Abrió la puerta y bajo del auto, se giró, sonrió y movió su mano en señal de un adiós, para luego ir al paradero y tomar un taxi.

Aquella fue la última vez que vi a Edith, finalmente ella se casó, se fue a vivir con su esposo a casa de los padres de él, las cosas no le fueron muy fáciles y hasta dejo de bailar. Luego de un tiempo su relación mejoro, luego se embarazo y ahora tiene una hermosa niña.

Todo esto que les relato al final me lo conto ella, si bien no nos hemos vuelto a ver; a diferencia de la última vez seguimos teniendo contacto y somos buenos amigos, me cuenta sus cosas y yo también las mías, ahora conversamos por el chat y también por el whats app, ya que nuevamente se compró un celular.

Bueno amigos, espero que les haya gustado mi historia, nuevamente las disculpas del caso por tanto tiempo sin poder terminarla debido a muchos factores que me impidieron completarla.

Ademas de un agradecimiento a todos los que han dejado sus comentarios y en especial a los que me han mandado mensajes pidiendo que la culmime.

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un final muy bueno... espero leer otras aventuras cofrade

 

wow..... wow... que buena aventura cofrade aquí ya no vale el que hubiera y si yo?¡? verdad

 

Usted que si tuvo una buena aventura cofra me parece algo similar a de usted muy pronto are el relato