Ruda para la buena suerte

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por nirvanon, 7 Jul 2023.

    nirvanon

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    La pandemia había empezado y en el trabajo nos mandaron a todos al home Office. Tenía yo mi departamento frente al mar y la tortura de quedarse en casa, era un privilegio. Solía salir a trabajar 9 am y llegaba como a las 8, si es que llegaba. Pero cuando me tocó quedarme empecé a conocer a mis vecinos, principalmente a mis vecinas.
    Mariana, era una chica baja, de metro sesenta aproximadamente. Tez blanca, cabello hasta los hombros y un trasero no muy grande, pero vistoso. Me la había cruzado un par de veces, pero siempre yo al teléfono y apurado.
    Acabada la pandemia, el trabajo optó por dejar a nuestra área con home Office. Y para no volverme sedentario salía a trotar por las mañanas. Es así como me crucé con Mariana siempre en tragos, haciendo escándalo, me di cuenta luego que por el dejo, era colombiana. Siempre que me la cruzaba me decía algo y yo con audífonos, solo atinaba a saludarla.
    Una noche, salí a la tienda por un sixpack y cuando el ascensor va a cerrar su puerta, entra ella. Yo vivía en el tercer piso, ella en el noveno. Me miró y me dijo "buenas noches vecino, miren lo que me regalan. Nadie me da flores, solo ruda" y yo le dije "bueno, para la buena suerte al menos". Cuando llegamos a mi piso, me aprestaba a bajar y me toma de la mano. Me quedo y mientras subimos al noveno, me da un beso con olor a chela que me hizo reaccionar. Comenzamos a besarnos y la pegué hacia mi.

    Llegamos al piso 9 y cuando quiso bajar, puse el 16. La terraza. Y seguimos agarrando hasta llegar a ese piso. Una vez en la terraza, bajamos por la escalera de emergencia. Y nos quedamos entre el piso 16 y 15. Cuando estuvimos me dijo "que me quieres hacer" y yo le dije. "Te voy a pasar la ruda para que tengas buena suerte". Le quité el ramo y empecé a pasárselo por todo el cuerpo lentamente. Me miraba de una manera muy arrecha. La tomé de la cintura y la senté en la baranda para tener su pelvis más cerca de mi pene. Llevaba un vestido largo de flores, que permitía que mis manos entren por todos lados.
    Comencé a paletearla por todos lados. Tenía la idea de que en cualquier momento se iría, así que comencé a acelerar los pasos. La giré, puso sus manos en la baranda y comencé a penetrarla fuertemente. Con una mano la apretaba desde el abdomen hacia mi cuerpo y la otra la sujetaba levemente del cuello. Presionando por ratos, como si quisiera ahorcarla. La vista de sus nalgas blancas chocando contra mi pelvis hacia que no me interese protección alguna.
    Me dijo que me sentara en las escaleras. Lo hice y ni el frío del escalón me bajaba la arrechura. Se sentó encima mío y comenzó a cabalgarme, mientras saboreaba sus pequeños senos y los iba dejando totalmente enrojecidos. Puse mis manos en su boca y comenzó a chuparme los dedos. Ya en ese momento no pensaba en sacarle mi pene para que lo chupara. Solo quería tenerla encima mío hecha una jinete. Con mi dedo húmedo por sus chupadas, merodeé el orificio del culo. Quiso ponerme resistencia, pero finalmente le logré meter todo el dedo. Se comenzó a mover más rápido, mientras me mordía la oreja y con su dejo parce me decía que no parara, que termine adentro. Y sé que muchos dicen ser muy pensantes, yo también sueño serlo. Pero en ese momento estaba enloquecido y no me preocupaba ni el eco de los alaridos.
    Sus uñas comenzaron a clavarse en mi pecho. Y los ojos se le pusieron como a la chibola de la profecía. Dejé salir todo el yogurt dentro de ella. Mientras sentía como se le chorreaban los líquidos encima mío. Terminamos a la vez y estaba temblando. Así que se acurrucó en mi pecho. Y me pasó lo de siempre una vez que termino. Quería meterme otro o largarme. Se quedó un rato echada sobre mi jadeando, mientras sus latidos se iban normalizando. No hablaba, solo sonreía.

    Pasaron un par de minutos y me dijo "ruda para la buena suerte, tenía razón vecino". Se salió de encima mío y vio que seguía con el pene duro. Se sonrió, bajó y me metió solo una chupada. Cómo quien prueba un poco. Sacó papel de su bolso, me limpió un poco y me dijo "otro día, completo. Buenas noches". Se acomodó el vestido y salió por la puerta de emergencia hacia el ascensor. Yo me quedé un rato más sentado calato en la escalera. Pensando en lo que había pasado sin buscarlo, en venir a escribirlo. En como sería la próxima vez que nos cruzaramos. Aunque a veces la veía con una niñita como de 3 años y un tipo con casco de moto. De los que suponía eran su familia. Nunca le pregunté, no me interesaba.

    Pasado el momento de la pensadora. Me acomodé rápido la ropa, cargué mi sixpack, el ramo de risa que dejó en el piso y fui a mi departamento. Saqué una lata del six, me tomé una y dejé caer cerveza sobre mi polo y mi pantalón. Al entrar mi flaca me quedó mirando preguntando que me pasó. Le dije que el minimarket estaba full. De estresado saqué una lata para tomarla y un niño hizo que se me vaciara encima. Vio la ruda en mi mano y me preguntó y eso. Le dije 'Ah, es ruda. Para la buena suerte".

    Esa noche por más que mi flaca estuvo lindísima. Y se comportó mil puntos. En todos los polvos que nos metimos, no dejé de pensar en la vecina. La vi a la parcera tres veces más, pero esas ya son otras historias.
     
    nirvanon, 7 Jul 2023

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