CUÁNDO Y CÓMO POR PRIMERA VEZ VOTE MI “TACO”

(PREÁMBULO)

Desde chibolo soy muy asiduo al sexo, eso me llevó a iniciarme en las relaciones sexuales a temprana edad en que tuve mis primeras experiencias sexuales que se dieron con niñas de mi edad de entonces, bajo situaciones y circunstancias casuales como ocurren en los juegos a la mamá y el papá, la comidita o a la casita; típicos juegos de niños pero que instintivamente allí se despiertan la lívido y el mundo de la sexualidad y el sexo en uno. Pasaron los años de la niñez y entraron los de la adolescencia y casi al cabo de esta, se presentó la ocasión o la oportunidad de que por primera vez eyaculé y sobre todo dentro de la vagina de una mujer… y de qué mujer, mujerón diría yo. Aquí mi relato del título de marras:


Eran los años en que estaba en los últimos grados de la educación secundaria, la pasaba muy bien con los patas y las chicas de mi barrio, en un distrito de esta cosmopolita ciudad sudamericana. En la esquina de la cuadra donde yo vivía, vivía Lucho, uno de mis más entrañables amigos, sus padres tenían un restaurant- bar en esa esquina.

El mencionado negocio estaba en su apogeo, concurrían gente de todo el barrio durante todo el día y especialmente los fines de semana, aunque también cualquier día podía convertirse como en un fin de semana ya sea a la hora del almuerzo donde mucha gente de los entes estatales que funcionaban en sus alrededores comían allí, o en las noches, luego de la cena, empezaban a llegar los cheleros de esa época.

Como era un barrio bien animoso y la muchachada se conocía viviendo años allí, por ende la familia de todos nosotros también se conocían e iban algunas veces a cenar, almorzar o chelear al mencionado restaurant-bar.

Como digo, los viejos de mi pata Lucho eran los dueños, la hermana de él se llamaba IRIS, era una portentosa mujer que me llevaría en esa época unos cinco años en edad, si yo tenía 17, ella iba por encima de los 21. Era la hembra más atractiva y rica del barrio (algo así como la de las fotos que ilustran este relato).



Como el bar atendía a los cheleros al paso y a los del barrio, todos en confianza estábamos allí y ya los de nuestra edad ya le entrábamos a los “¡Salú compadre!”, a la vez que la conversa era interminable y siempre había motivo para quedarse hasta la media noche y si era sábado hasta la madrugada a medida que el licor hacia su trabajo en nuestro organismo como para ya emocionarse y estar avanzaditos de copas. A medida del tiempo ya mis ojos y mis pensamientos eran gobernados por la linda figura, cuerpo y todo lo que significaba para mí y para el barrio, IRIS.

Continuará...

 

... y seguimos...


Ella también participaba de las conversaciones y hasta de los juegos de casino, Monopoly y otros de la época como el Ludo. Todo ello hacia que no nos diéramos cuenta de las horas de aquellas noches hasta donde ya los viejos de ellos, los otros tíos y adultos del barrio, así como de algunos de los demás patas pasábamos cheleando, pero cada vez mis pensamientos y ojos estaban depositados en IRIS, cuya curvilínea figura era cubierta por esos ajustados pantalones palazos de esos tiempos.

Recuerdo que uno a cuadritos con rayas rojitas y negritas en fondo de tela color plomo claro, envolvían su torneadas caderas y el encuentro de sus piernas, muslos y glúteos. Era el mejor pantalón que le quedaba muy bien; qué figura de mujer !!. Ella era de blanca y suave piel; de cabellos algo castaños y ondulados que hacían una melodiosa y armoniosa balada que cantaba a su belleza facial y corporal. Por eso me gustan las mujeres blancas de tersa piel como la de la foto, así era su cuerpo incluidos los hoyitos de Venus en la espalda, signo de sensualidad y pasión
https://www.okchicas.com/curiosidades/que-son-ventajas-hoyuelos-venus/ (ahora ella vive en otro país).







IRIS cada vez indirecta e inconscientemente me incitaba en mis pensamientos y deseos sexuales extenuados en esas noches de la adolescencia cuando a cada ser se le despierta el deseo sexual, y sobre todo teniendo casi cada día, por horas frente a ti, a una mujer de extrema belleza en esos tiempos; muy bien arreglada y maquillada suavemente. Recuerdo esos ojos algo redondos, color capulí y esas pestañas delicadamente maquilladas con un rímel especial para esa época. Alguna vez se me pasó por la mente que tal vez kineaba por ahí, pero no, no manifestaba esas actitudes de kineo. Era una mujer bien espontánea, alegre, conversadora, bella y sobre todo, bien pata conmigo.

Muchas noches me había quedado en su restaurant-bar, conversando, jugando y cheleando, cada vez era mi tentación sexual a lograr y estar desnudo encima de ella haciéndole el amor que para esos años era imposible para mí, pero se dio.
Ya iba yo avanzando en los toques y roces de piel, agarraditas de mano y miradas, ella iba dándose cuenta, pero no le tomaba atención ni mayor importancia. Después ya se daba cuenta que yo le miraba sus curvas, cada vez éramos más amigos, amigos de barrio, pero yo ya había pasado esa “condición”.

Eran noches de sana borrachera y algunas veces acompañadas de algunos pitillos de cigarros y hasta de algún tronchito que llegó esa moda al barrio, pero felizmente no nos atrapó el vicio ese.

... CONTINUARÁ...

 

Interesante relato estimado

 

Hola cofrades. O bien no les gusta mi relato o ya lo sabían, jajajaja. Comente peeee, den sus apreciaciones y críticas tambien se aceptan en buena onda.

 

Bueno para no hacerla más larga y x q tengo poco tiempo para entrar al foro, dejo aquí la tercera parte y final de mi relato previa esta fotito de una actriz a quien se parece mucho IRIS, la mujer de mis sueños hechos realidad en mi adolescencia...




Como varias veces, muchos de los descritos personajes de este relato estaban en el local, las borracheras tenían su estándar de acuerdo al día de la semana donde llegaban hasta las horas de la madrugada. Pero cierta noche…, como para eso, ya era yo de confianza de la familia, muchas veces había entrado a las diversas habitaciones de esa casa, había almorzado, desayunado, y hasta dormido tras fiestas de cumpleaños, etc., etc. Ya conocía los dormitorios entre otros compartimentos, pero esa noche estaba yo algo ebrio, pero me mantenía ecuánime en mi propósito de llegar a ella.

Así, eran las 2 ó 3 de la madrugada, algo picado yo y el resto delas personas rendidos por el licor ya se habían ido a sus dormitorios y el resto de los concurrentes a sus casas. Instintivamente mis pasos me llevaban al dormitorio de IRIS quien ya hace un rato se había acostado en su cómoda cama.
Veía la penumbra de la noche a través de la poca luz que ingresaba al dormitorio por sus ventanas con persianas que daban a la calle, la vi echada en su cama, cual misma película sensual, de erotismo en el seno de un hogar de familia…

Era silencioso el momento, el frío débil del ambiente era mi cómplice, la penumbra vigilaba mis movimientos, mis pasos no sentían las frías y duras losetas de su dormitorio hasta que me llevaron a uno de los costados de su cama donde mi bella durmiente IRIS yacía hermosa, tierna, dulce, suave dentro del remanso de su blanca piel; mis dedos empezaron a caminar por sus tibia piel que abrigaba su ligera ropa, habiendo iniciado su recorrido por el costado y a pocos centímetros por debajo de uno de sus senos, cuyos tamaños eran normales para su contextura de cuerpo y talla (1.68 cmts aprox.). En cada milímetro que mis dedos avanzaban por su bello costado, rumbo hacia su ombligo y por debajo de su ropa –no de pijama porque algo ebria se acostó así no más-, llegué a su ombligo. La sensación suave y algo por debajo del nivel de esa piel -que hasta ahora la siento-, me emocionaba y erectaba mis pensamientos y mi pene en medio de ese frio silencio, mi lívido era una hoguera de fuego como mi signo zodiacal. Presentía que ella estaba entre dormida y despierta…, tenía que sentir el caminar y avanzar de mis dedos y manos al centro de su cuerpo.

En ese avance, palpo los primeros vellos de su monte de venus, en el pubis de su intimas partes; ella no decía nada, solo ligeramente se movía así como también movía su cabeza y sus labios simulaban algunas palabras como queriendo dar a entender que estaba soñando algo o que tenía algún signo de sonambulismo, jajaja.
Ya mis dedos de la mano izquierda estaban en ese monte de venus, tras avance lento pero rápido en el calor y en el intenso temblor que invadía mi cuerpo y pecho, tocaban sus labios vaginales y buscaban instintivamente su clítoris hasta que lo hallé y empecé a estimularlo como todos sabemos hacerlo.

Percibía que ella sentía la estimulación..., se movía ligeramente de placer. Con mi mano derecha a la vez me iba desnudando lo básico de mi ropa –el pantalón y el calzoncillo- a un ritmo en dúo de ambas cosas, acciones y pensamientos, emociones, sentires, regocijos, extravíos de éxtasis y placer. Mi pene estaba muy erecto.

No aguante más y ya sin pantalones ni trusa, me impulsé y subí sobre ella, estaba con ropa ligera y sus caderas y glúteos estaban debajo de esa lencería fina de aquellos tiempos, sentía el perfume de su ropa interior, eso me excitaba más y más: ella me acepto estar sobre ella y ser poseída por mí en esa noche, que era la primera vez en que votaba el semen (taco) de mis gónadas en el interior de la vagina de una mujer, de una linda mujer. Era mi primera eyaculación y mi primer logro en poseerla después de varios ensayos graduales a medida que las oportunidades de esas reuniones de conversaciones, juego y tragos en medio de esas horas nocturnas se producían, al fin había logrado hacer realidad mis sueños libidinosos de tener sexo con ella, de poseerla, de conquistar esa hermosura de mujer como de las fotos.

En los siguientes días y veces de las mismas reuniones en su restaurant-bar, poco a poco los comentarios muy disimulados expresaban de lo que había pasado esa noche en su dormitorio, pero nunca llegaron a los oídos de sus padres ni de su hermano, mi amigo Lucho lo ocurrido entre ella y yo; entre los del barrio incluso algunas de las chicas se cuchicheaban mi incursión a su dormitorio y de lo demás que relaté como punto culminante de mi aventura con IRIS, el cual se repitió un par de veces más de manera casi similar. En conclusión, era que ella me aceptaba esas cosas por el grado de amistad y cariño que había yo inspirado en ella, en su familia y por mi don de gentes. Eso me valió para por primer a vez sentir el placer de eyacular al hacer el amor y sobre todo en la vagina de una mujer portentosa y hermosa como IRIS, mi primer amor sexual. La recuerdo y recuerdo esta aventura, muy especialmente siempre como una experiencia exclusiva y maravillosa de mi vida sexual. (FIN)

Saludos cordiales,

ELAMA