Crónicas del Placer Perdí la cabeza por mi primera madura

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por Thekiller159, 15 May 2023.

    Thekiller159

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    Buenas! Este es el primer relato de las tantas noches de sexo con esta madura que marcaron recuerdos pre-pandemia.
    El año 2019 termine una relación que mantuve desde que termine el colegio. En ese entonces ,con 19 años, unos patas comentaban sobre las famosas “kines”. Me entró la curiosidad de probar y pues bueno en grupo de amigos fuimos a un sauna que quedaba por el cruce de Abancay con Puno. Fue la primera vez que me atendí y en mi chibolada estaba más que empilado. Me comí una culona que noto mi inexperiencia. Me pregunto: ¿es tu primera vez no?. Pretendiendo ser canchero dije: No, ya lo he hecho antes. Solo atinó a soltar una pequeña risa que entrelíneas decía: “Si, claro, te creo”. Me miró pícaramente y sentenció: No te preocupes, te trataré rico. Bueno esta historia la continuaré en su debido momento, volviendo al tema…
    Así fue que, meses después, me animé a buscar mi segunda experiencia con una “kine”, no sabia exactamente cómo hacerlo. Así que la primera opción fue recurrir a San Google y termine encontrando esta página. Entendí que había un “Manual de Supervivencia Kinera” (referencia solo para conocedores) en este foro y fue bastante bueno ver las experiencias de otros para no llevarme malas experiencias en el intento.
    Vi una reseña sobre una flaca bastante cerca a mi casa. Debo reconocer que es una zona tranquila y eso me dio confianza. Apunté el número y llame. Me contestó una voz madura, pero dulce, bastante firme sin necesidad de decirte papi, mi amor, bebé, etc… Las estrategias que usan algunas para sacarte tu plata con falsas promesas. Le consulte el precio y la ubicación. Efectivamente, estaba ubicada a 4 cuadras de mi casa, en una avenida por la cual pasaba el tren de la Linea 1. Pactamos un encuentro para la noche que yo terminaba clases en la universidad.
    Fue un día viernes, lo recuerdo aún bien. Una cuadra antes de llegar al lugar había una farmacia. Me acerqué a comprar condones y de paso ver qué tanta gente estaba transitando por ahí. No vaya ser que me vea un vecino jeje, pensaba. Era un edificio pequeño, por la construcción se veía como estos edificios de los años 80’s que estaban pensados para tener 3 cuartos por piso. Una distribución bastante rara. Una vez afuera, la llamé para indicar que había llegado. Me dijo: toca el timbre Número X. La puerta se abrirá, ciérrala despacio por favor. Entre, al pasadizo del edificio y caminé hacia las escaleras que estaban al fondo. Subo hasta el piso indicado y me paré frente a la puerta del cuarto. Se abrió unos cuantos centímetros y una voz detrás de la puerta me dirigía: adelante, entra. Apenas pise el cuarto sentí un agradable olor, ella cerró la puerta tras de mí y se presentó: Hola! Me llamo Mónica (Nombre ficticio por seguridad de tanto cofrade enfermo qué hay acá jeje). Buenas noches, mucho gusto, yo soy ———-, respondí. Cómo debe ser, siempre se saluda bien al llegar a lugar ajeno. Me invito a tomar asiento en un pequeño sofá que tenía. Ahí la pude observar por primera vez. Era una mujer de edad entre 40 a 50 años. De cabello largo y ruloso. Unos labios anchos consecuentes a su piel mulata. No era morena, ni blanca. Unas caderas anchas pero sin mucho culo y unas tetas medianas. Llevaba puesto un babydoll con lencería abajo y unos tacos rojos. Dentro de mi pensé: creo que la cagé, cómo puedo irme? No estoy seguro de que esto vaya bien. Ella se sentó a mi costado y me comentó la dinámica del precio, lo que incluía y que podía ir al baño para tomar una ducha. Previniendo la situación lleve en mi mochila mi propia toalla (no me fío de baños ajenos), mi jabón, shampoo y mis sandalias. Su buen trato me convenció de quedarme. Le di el dinero, procedí a ducharme y de paso meterme unos hits con un vaporizador de cannabis que había comprado recién. Termine de ducharme, mientras me secaba el efecto iba subiendo y me dije: vamos con todo, veamos qué tal va, con feee!. Salí en toalla, dejé mis cosas en el sofá y me dijo: siéntate acá en la cama. Ella notó que era bastante joven y me pregunto por mi edad. Le fui sincero, 19 años. “Eres un bebé, qué haces aquí?”, fue su repuesta. Yo estaba palteado, pensaba lo peor. Ella se acercó y me indicó que me echara boca abajo para darme unos masajes, me notó tenso. Accedí aún con la toalla cubierto. Sacó de una pequeña cartera un aceite esencial y procedió a darme unos masajes mientras puso música en un parlante que tenía. Me relaje al sentir sus manos en mi espalda, más el efecto del vape y le pedí si podía poner mi música. Cogí mi celular y puse un playlist de Marvin Gaye, que recién había descubierto por ese tiempo. Me pregunto quien era el cantante y qué género de música era. Así comenzamos a hablar durante 5 minutos. Hubo buena química. De pronto, suena el tema que lo cambio todo: Sexual Healing. Escuchamos los primeros segundos, ella paró el masaje y me dijo voltéate. Quede boca arriba con ella a mi costado. Puso una mano en mi pecho y dijo: la música está muy bonita. Mi pito se empezó a parar bajo la toalla. Ella desliza su otra mano para el bulto y lo comenten a a apretar de manera suave. Me quita la toalla. Saca un condon de su carterita y lo pone gentilmente en mi glande. Lo desliza y procede a meterse mi pene en la boca. Yo me sentía en la gloria, lo chupaba muy bien, de manera sólida. Sentí cómo intercalaba chupadas con jugueteos de lengua por toda la cabeza. Vi mejor sus tetas mientras lo chupaba, extendí la mano para tocarlas y recorrerlas. Pese a tener su edad, la piel estaba bastante suave. Paro de chupar, se quitó la lencería completa y se echó a mi lado. Yo seguía mirando sus tetas. Acercó mi cabeza hacia sus senos. Abrí la boca y empece a succionar esos pezones morenos que manejaba esta madura. Hazlo despacio, me guío. Saboree por buenos minutos ambas tetas mientras ella me pajeaba con su mano. Se alejó de mi, se puso de rodillas y pasó una pierna por encima mío. La tenía encima. Agarro mi pene que estaba palpitando y con su mano lo dirigió hacia su vagina. Sentí cómo cayó de golpe con su peso y entré en esa cuca calientita. Empezó a moverse lentamente hacia adelante y atrás. Mi pene estaba tan duro que el ligero arco hacia arriba que hace al pararse se pronunció aún más. A los minutos siento que la punta de mi pene estaba rosandose con algo rugoso atrás de sus clitoris. Ella cerró los ojos y seguía moviéndose sin decir una palabra. Yo estaba gimiendo por que me encantaba lo que sentía. Nos seguimos moviendo constante por unos minutos mas, tengo sus tetas al frente, las agarro como sujetándome mientras ella seguía montándome. Cerré los ojos y traté de concentrarme en no venirme porque sentía que explotaría. Ella paró, salió y me dijo probemos otra pose. Me volvió el alma al cuerpo, le dije que si. Ella se puso en perrito y me dijo ven: al frente tenía un espejo donde la veía directamente a la cara. Me incorporé de rodillas, agarre mi pene y entre en su mojada vagina. Se empezó a mover lentamente, creo que se dio cuenta que me estaba sobreemocionando y me guiaba: agarrate de mis caderas, y sígueme. Empeze a bombearla mientras veía cómo se formaba su culito. Con una mano abrí un poco sus nalgas para ver ese ano. Se veía sin arrugas, era señal que no le daba uso. Ella cogio mi mano y la regreso a sus caderas. Yo estaba demasiado exitado y sentía que iba a terminar pronto, traté de respirar lento, aguantar la respiración y exhalar contando para controlarme. Derrepente empieza a sonar ya la radio del playlist que ya había terminado. Empiezan los acordes de la canción Get You de Daniel Caesar (temon, recomendado para el cache cofrades, esa noche descubrí por qué). El ritmo era bastante sensual así que me empecé a mover al ritmo del tema. Lo hice para distraer mi mente un rato y no venirme, ahí es donde empiezo a sentir como ella también se mueve conmigo. Vuelvo a sentir que cuando se la meto completa, hay algo que choca con mi pene al fondo de su vagina. La siento que empieza a apretar más sus paredes. Nos movemos más y más rápido. Por instinto paso a cogerla de sus hombros y la jalo hacia mí mientras tomo impulso con la cadera para sacar un poco el pene y volvérselo a meter. Empezamos un bombeo delicioso, veo cómo mi vello pubico se empieza a mojar con líquido que sale de su vagina. Disfruto tenerla recibiendo todas las embestidas. Ella para, sale y se pone boca arriba. Dirige mi pene con su mano y caigo encima de ella. Me empieza a besar el cuello y la oreja. Yo aprecio su olor y empiezo a lamer su oreja. Agarra mi rostro con ambas manos y me besa. Me agarro de frió, tenía miedo de besar a una kine nunca lo había hecho. Estuvimos besándonos mientras estábamos en misionero. Me engancha con sus piernas para moverse también y siento cómo apreta de rico. Le digo que no aguanto más. Ella me aleja empujando mi pecho. Se pone boca abajo tirada y coloca una almohada en su vientre formando una curva con esas caderas y ese culo. Entiendo el mensaje, admiro la escena y digo en mi mente: acá la voy a hacer . Coloque mi pene en la entrada de su vagina y me dejé caer encima de ella. Siento que en esta pose estoy nuevamente tocando la parte posterior del clitoris con mi pensé, se siente caliente, arrugado y apretado. Empiezo moverme y encontrar el truco, retrocedo toda mi cadera caer con fuerza de gravedad e impulso para que cada bombeo llegue hasta el fondo. Empiezo despacio mientras nos tomamos de las manos, como haciendo planchas. Me voy moviendo cada vez mas rapido, le suelto los brazos y la abrazo por atras mientras le sigo dando. Veo su cuello estirado y el instinto me hace agarrarla de ahí. Me sujeto de su cuello para cada embestida, la apreto un poco más y mas. Siento que me voy a venir, se lo digo. Ella no responde nada. Siento que empieza a apretar más sus paredes. La sensación es alucinante. Nuestros cuerpos chocando, sudando y moviéndose agresivamente. No aguanto más, siento que va salir todo. Apreto más su cuello mientras le sigo dando y en un punto clímax siento le lleno el condon. Pare súbitamente para disfrutar la sensación y respirar. Ella menea suavemente el culo mientras esta boca abajo sin decir nada. Con una mano agarra la base del condon y me dice: quédate quieto. Sale, se voltea. Coge un rollo de papel toalla y me retira el condon con mucho cuidado. Lo ve, me dice: sí que tenías bastante leche por botar jaja. Yo sonrisa mientras me recupero de tremendo sexo. Nos echamos un rato mientras seguía sonando la música del Spotify. Nunca imaginé que ese sería el inicio de experiencias tan lujuriosas que ya les iré contando en otra oportunidad.
     
    Thekiller159, 15 May 2023

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    spadina72

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    buen relato cofrade. Nada má rico que cacharse una madura, aunque sea kine...
     
    spadina72, 15 May 2023

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    #2
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