De la selva negra a la selva roja - de un cuento alemán suabo

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Empezaba una de mis series favorita en mi infancia: "cuando la gente relataba su pasado con cuentos, explicaba su presente con cuentos, predecia su futuro con cuentos..."

Vivo hace poco más de diez años en Europa. Desde que llegué, me han gustado muchos los festivales regionales en los distintas ciudades o pueblos europeos, me parece una buena opción para conocer la cultura y la idiosincracia desde una óptica distinta, y claro, desde mi punto de vista, el mejor lugar para conocer aventuras. Estos festivales me recuerdan, además, las fiestas costumbritas de mi niñez en un pueblito en el interior de Arequipa. Algunas veces he ligado, otras no he pescado ni un resfriado. Una de las celebraciones más famosas, no solo en varias ciudades europeas, sino también en nuestro país es el carnaval. Aquí empieza esta anécdota que me sucedió hace ya varios años.
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Ya estaba instalado en Alemania, mi vida pasaba entre la universidad y algún cachuelo de medio tiempo con el que solventaba mi vida de estudiante. Como todo migrante, había llegado con una mano por delante y otra por detrás, había aprendido el idioma en Lima, pero aún así siempre metía el inglés cuando la conversación se tornaba muy técnica o profunda. Era febrero y hacía un frío de . En muchas partes de Alemania se preparaban para celebrar el Fasnacht o Rosenmontag, la fiesta de disfraces del carnaval. Un amigo mío de la universidad que era originario de Schwarzwald (la Selva Negra) en la parte sur de Alemania, me había invitado varias veces a pasar el carnaval en su pueblo, me decía que la fiesta iba a estar buena y tenía varias amigas. A insistencia suya decidí acompañarle un par de días a ver si era tan bueno como decía.

El ambiente era colorido y festivo, parecía que ni los -8°C hacia mella en los alemanes, todos bebían y cantaban. Todo el mundo estaba disfrazado, las brujas con sus escobas, los Narros y los Hänsele se veían a doquier. Al fondo veía un grupo de diez chicas, o más, todas con el disfraz del Joker de Ledger, unos años antes la película „The Dark Night“ había sido un suceso a nivel mundial. Todas estaban vestidas igual, con traje y corbata y con el maquillaje característicos de este Joker o Guasón. Yo llevaba un traje de los años 1920s, de un carnaval anterior en una ciudad en los Países Bajos. El lector que reside o haya viajado a la provincia de Limburg, en Países Bajos, entenderá mejor la descripción.

El desfile de disfraces comenzó y todos entonaban las canciones típicas de los carnavales. A la vez los carros alegóricos y los grupos del desfile repartían dulces a doquier y mini botellitas con licor para los adultos. El grupo de la Jokers también iba desfilando y haciendo bromas con el público, una de las Jokers se acercó a mi grupo y me quitó las gafas y mi sombrero de copa, comenzó a jugar con nosotros y luego me dió una botellita de agua ardiente, me lo bebí en el acto, mi cuerpo nunca está listo para temperaturas bajo cero y un poco de alcohol en el cuerpo me sentaba bien. La Joker me puso nuevamente mis accesorios y se despidió de nosotros mandándonos besos volados y siguieron su camino en el desfile.

Después el desfile la gente estaba dispersa celebrando, conversando y sobre todo con mucho humor. Es una de las pocas ocasiones en las que se pueden ver a los alemanes felices y sin el típico caracter teutón. Las Jokers se dispersaban, conversaban con todo el mundo, algunas bebían y bailaban. La Joker que me regaló la botellita de agua ardiente se me acercó nuevamente y empezó a jugar nuevamente con mi sombrero de copa, se lo puso e hizo el ademán de bailar, me preguntó en inglés, pero con un acento alemán bien marcado: „Where did you get that suit?, I love it!" (de dónde has sacado ese traje, me encanta), educadamente le respondí en alemán „Ich war auf der Bauernhochzeit in Venlo“, (Estuve en la boda del campesino en Venlo). La Joker seguía respondiendo en inglés, así que no me hice bolas y comenzamos a conversar en inglés. Era una Joker bien delgada, tenía el cabello ensortijado y medio naranja (parecía una zanahoria), más o menos de mi talla. Pensé que se había teñido el cabello para ir acorde al disfraz. Tenía una nariz pequeña, ojos grandes y bien redondos, no podía ver más detalles de su rostro, el maquillaje del Joker que llevaba me lo impedía y me despistaba mucho. Le pregunté su nombre, se acercó suavemente a mi oído y me susurró „You can call me Joker“ (me puedes llamas el Joker), me cagué de risa, luego ella me preguntó por mi nombre, y como no había quedado satisfecho con su respuesta, le respondí „you can call me Bruno Diaz“, me miró de pies a cabeza y me dijo „it´s the name of Bruce Wayne in Latin America, right?“ (es el nombre de Bruce Wayne en Latinoamérica?), me gustó su respuesta, los no-hispano hablantes no están familiarizados con nuestro doblaje en América Latina. Parecía que de verdad era una fanática de el Caballero de la Noche, nos reímos juntos un rato y seguimos conversando unos minutos más. La Joker siguió su camino y empezó a molestar y jugar a los demás participantes.

Las siguientes horas pasaron bastante rápido, con cerveza, aguardiente y champán y los cotilleos habituales de la fiesta. En realidad, queríamos ir a otra celebración. Como es costumbre en los pequeños pueblos, después de la comparsa y el desfile de los distintos grupos, todos los carnavaleros se reunen en el local del pueblo, ambientada para la fiesta. Así que mi amigo dijo que la fiesta iba a continuar en otro lugar, en un local acondicionado especialmente para la celebración, hacia allá nos dirigimos con el grupito. Éramos como seis personas en el grupo. Ahí estuvimos con mi amigo y su manchita, celebrando y bebiendo, de fondo se escuchaba un grupo de música que tocaban ritmos típicos de la zona. En un momento aparecieron nuevamente como cinco de las Jokers que había visto antes, ahí estaba nuevamente la Joker de cabello zanahoria, me reconoció y vino a saludar a mi y a mi grupito, bailamos un poco y siguió su camino. Ella se divertía con su grupo yo con el mio de cuando en cuando nos mirabamos y nos sonreíamos uno al otro, no tenía pensado hacer nada, estaba más concentrado en una de las chicas del grupo, pero no me paraba mucho balón.

De cuando en cuando se acercaban otros invitados con disfraces, bebíamos y bailábamos, nos reíamos mucho. La Joker se acercaba una y otra vez cerca a nosotros y charlábamos coloquialmente. En un momento ella empezó a bailar y se pegaba cada vez más a mi. Pude sentir que tenía el culito pequeño, como describí antes, se le veía bien delgadita, poco a poco empezaba a calentarme, a pesar que no podía verla realmente por el disfraz y el maquillaje, pude notar, por pequeños matices en su lenguaje verbal y corporal, que quizá esta Joker estaba ligando conmigo, pero ella nunca dijo nada que me llevara a pensar algo más, además, muchas veces se suele flirtear sin querer llegar a más.

En un momentó perdí a la Joker de vista, pensé que quizá se había ido o quizá había otra fiesta privada. Salí a fumar un cigarro afuera, la temperatura había bajado aún más. Exceptuando los pequeños caminos todo estaba oscuro y lleno de nieve, me dieron unas ganas de mear y no quería entrar de nuevo al baño me fui por un costadito del local a buscar un oscurito para mear, luego me prendí un cigarro y regresé a la fiesta cuando en la puerta veo a la Joker que también estaba afuera sola. Me preguntó a dónde iba y si todo estaba bien, de puro palomilla le dije que fui a ver la batcave y nos reímos juntos. Siguiendo con mi payasada, me preguntó si la iba a arrestar y le respondí que me gustaría, pero necesitaba su número primero, la Joker se me acercó despacito y ya con confianza, puso su rostro frente al mio, yo ya estaba bastante ebrío y le di un beso, ella se dejó,. Así la continué besando y le abracé por la cintura, a pesar que mi pene estaba del tamaño de un chisito por el frío de , bastó que empezara a probar su lengüita para que el muchacho empiece a crecer y ponerse duro, la Joker me miró y me dijo en un bonito acento suabo „Willst du Lust haben, Mr. Wayne?“ (quieres vacilarte Sr Wayne?). Sólo asentí con la cabeza y me cogió de la mano. Al otro lado de ese local había unas escaleras hacia el estacionamiento del sotano, bajamos tomados de la mano y sin decir palabra alguna.

Debajo de la escalera empezaría el show de los cuerpos. La abracé fuertemente, un brazo mio cubría casi toda su cintura, tenía el cuerpo atlético. La besaba con locura y un poco de temor que alguien baje a recoger su auto y se ganara con todo. Empecé a acariciarla por encima del pantalón y a apretar sus nalgas, eran pequeñas pero duritas, con seguridad practicaba algún deporte. Con la otra mano le cogía las tetas que también eran pequeñitas, le empecé e quitar la corbata que llevaba y a abrir el chaleco y la camisa, ya estaba loco por ver esas tetitas, los pechos pequeños siempre me han producido un morbo alucinante. Debajo de todo ese disfraz tenía una polera de esquiar, de esas que son apretadas y delgaditas, „ta maré“, pensé, pero no iba a desistir así tenga que pelarla como a una cebolla. Con las ropa de encima desabotonada le levanté la polera y por fin pude ver esos pechitos deliciosos, no llevaba brassier así que eso facilitó mi vida un poco. La luz era tenue y podía ver sus pechitos pequeños y sus pezones bien rosaditos y paraditos, seguramente era por el frío, sus pechos tenían pecas a doquier, eso me excito aún más. Me aferré con mis labios a esos pezoncitos como si el mundo se iría a acabar, la Joker me abrazaba y se dejaba llevar, sólo gemía. De a pocos ella también empezó a apretar mi entrepierna, mi pinga se ponía cada vez mas dura como queriendo luchar con el frío de que se sentía en ese parqueadero.

La Joker intentaba también también meter su mano dentro de mi pantalón, mientras tiraba su cabeza hacia atrás y yo estaba aferrado con mi boca a sus pechos pecosos. Como sea, logré desabrocharme el pantalon y ahora era también mi turno de pelarme como a una cebolla. La Joker metió sus manos adentro y puta mare! Sus manos estaban heladas, menos mal que no decepcioné y seguía así de duro. Ella estaba entretenida sobando la pinga de arriba para abajo y yo pegado cual lapa a sus pechos. Sin decir palabras ninguna, se puso de cuclillas y empezó a chuparme la pinga, ufff!!! Era riquísimo, le decía que me mire a los ojos y la Joker obedecía, esa posición de la que llaman la mirada de cocodrilo siempre me ha calentado a mil. Así estuvo un rato y lluego se incorporó, procedí a bajarle el pantalón y el segundo pantalón de que llevaba dentro, de esa forma se volteó y se inclinó hacia adelante, sus nalguitas pequeñas me daban la bienvenida. Empecé a morbosearme un poco acariciando ese culito pequeño pero bien duro y con piel suave. Yo aún no quería empezar a penetrarla, sino quería morboserme un poco más, la volteé hacia mi y vi que efectivamente, su cabello color zanahoria no era pintado, tenía un conchita pequeñita, sus labios mayores estaban metidos dentro de esa vagina rasurada, sólo habia un mechón pequeño encima de esa hendidura gloriosa, también de color zanahoria. Ahora era mi turno de probar esa culito que el destino o la suerte me estaba brindando.

Sin permiso de por medio me agache y empecé a chuparle la conchita, que rico era sentir sus fluidos, ella me cogía con ambos manos de la cabeza y me pegaba a su cuerpo, mi lengua no podía entrar más profundo como hubiera querido, por la incomodidad de la posición, del lugar y en especial por la ropa que llevábamos. Ella se volteó como para que yo pueda iniciar el sexo, pero en vez de eso, le abrí las nalguitas y empecé a chuparle el culito, estaba ebrio y bien arrecho. Después de haberme embriagado aún más con su aroma y sus sabores, me puse un condón y empecé a penetrarla despacio, ella tenía las manos en la pared y estaba inclinada totalmente hacia mi. El problema era que la Joker era un poco más alta que yo y sus piernas más largas que las mias, „puta maré debí haber sido más alto, carajo!“, decía dentro mio, pero no me iba a rendir, tenía un deber, casi sagrado, de dejar el nombre del país en alto. Si Chalcuchimac abrazó el fuego antes de entregarse a los conquistadores españoles, yo tenía que lucharla hasta que las fuerzas me abandonen. Tire el saco de mi traje al piso y le indiqué que se ponga en el suelo de perrito, la Joker estaba también llevada por el deseo y se dejó caer lentamente regalándome una imagen hermosa y arrechante.

En esa posición, más cómoda, me arrodillé y empecé a penetrarla una y otra vez, a lo lejos se oían voces y risas, no me interesaba, así haya salido medio pueblo a verme, no hubiera parado hasta que me agarren a piedras y palos. Mi pinga estaba realmente emocionada que parecía que iba a estallar. Mis manos calzaban a la perfección con esa cinturita, ella gemia y en un momento cogió su corbata y empezó a morderla para no hacer ruido, cada embestida me alejaba más de todo lo que me rodeaba, hasta que finalmente, en mi mente, me reduje por completo a un sólo sistema que era mi pene dentro de su vulva. Estuve un maravilloso tiempo en esa posición y después de un goce aturdidor, oleadas de semen brotaron una y otra vez hasta que bombeé completamente vacío y el condón quedo completamente lleno. Me quedé arrodillado detrás de ella por un momento con mi miembro en su conchita, pensaba que ese era uno de esos momentos que deberían durar para siempre.

La Joker y yo nos reincorporamos y nos vestimos lentamente, cuando terminamos por completo me dió un beso apasionado, me agarró la entrepierna y me subió el cierre del pantalón mientras me miraba a los ojos. Luego me besó profundamente. Quería decirle tantas cosas. Qué increíble fue eso! Qué hermosa era! Pero sólo me quedé callado mirándola con la cara de huevón, „I enjoyed it very much, Mr Wayne“ me dijo y subió las escaleras. Me limpié el traje y limpié las manchas de mis rodillas lo mejor que pude. Por un momento traté de organizar el caos en mi cabeza. Pero solo funcionó hasta cierto punto. Todo seguía dando vueltas dentro de mí. Respiré hondo y volví a entrar a la fiesta.

En la fiesta, mi amigo estaba totalmente ebrio y se caía al piso de borracho, la chica a la que estaba afanando del grupo me miró y me dijo „Dein Gesicht ist ganz verschmiert, was ist passiert, hat dich ein Clown geküsst?“ (¿tienes la cara manchada, que te pasó? ¿te besó un payaso?) y se cagó de risa, me limpié como pudé. Metros más allá, la Joker conversaba con sus amigas y seguían divirtiéndose, pasaron frente a nosotros y se despidieron con un „tschüüüüß“. Con otro mas del grupo llevamos a mi amigo a su casa, para que podamos descansar. Al dia siguiente le pregunté si recordaba a las Jokers, me dijo que conocía a algunas de ellas, habían ido a la misma escuela. No pregunté más, a veces es mejor continuar viviendo sólo con el recuerdo.

 

Bien relato cofra, disfrutar de otras culturas y sobretodo de compartirlas jajaja
Espero siga con siguientes relatos.
Saludos

 

Gran experiencia, bien ganado

 

Que rica experiencia ganado

 

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Que buena experiencia cofra, muy interesante, yo hasta ahora no me he tirado a una europea, se que pronto llegara ese glorioso momento y así como usted, dejare muy en alto el nombre del Perú