El mejor sueño de mi vida "I"

Hoy era su gran día, su grado de la secundaría, ahora se iría para la universidad, era toda una señorita, que recién había cumplido sus 17 años, aun para mí, era la niña de mis ojos, con gran pesar tenía que aceptar que había crecido y era toda una mujer, me preguntaba ¿a qué hora pasaron 17 años de mi vida?
El salón estaba lleno, sus amigos del colegio, familiares cercanos y el personal que ayudaba para que todo saliera bien en la reunión, pero todos estaban pendientes de ella, era la estrella de la noche, no era para menos, era una joven hermosa y esa noche lo era más.
Estaba emocionado y solo pensaba en estar a su lado toda la noche, aún sabiendo que su novio también estaba presente.
Las mesas estaban distribuidas perfectamente en el gran salón, pero para nosotros había una especial, digo especial, porque estábamos acompañados de sus abuelos, la mamá, ella y yo, en ella no estaba su novio, él estaba en otra mesa con amigos y compañeros del colegio de ella.
No voy a negar que sentía un poco de celos, ahora sería más difícil verla todos los días y menos tener la oportunidad de esos encuentros casuales que pasaron, aunque pocas veces, fueron lo suficiente para despertar una atracción especial hacia ella.
La ceremonia fue muy amena, unas palabras de nosotros los padres y su amiga de toda su infancia, luego de eso, empezó la fiesta, la música era propicia para la ocasión, había para todos los gustos, de eso se trataba, que todos se pudieran divertir.
Se me olvidaba decir que empecé el baile, era mi privilegio, bailar de primeras con la homenajeada, fue sensacional las emociones que salieron a flote otra vez, no era para menos, el aroma que emanaba de su cuerpo con la loción que está usando se volvía la combinación perfecta para ese despertar.
Padre: Estás más hermosa que nunca esta noche hija y me siento feliz de poder bailar contigo en estos momentos, debo aprovechar porque pronto te irás a la universidad y te veremos poco.
Hija: Gracias Pa por ser tan lindo conmigo, pero tenemos toda la noche para bailar y estoy seguro que después también, pero dime algo, te veo un poco nervioso hoy, ¿es mi imaginación o estoy en lo correcto?
Padre: Que pena contigo hija, no pensé que se me notara, pero no es para menos, tu siempre me pones así, jajajajaja, pero no te preocupes ya se me pasara y como dices, nos queda toda la noche para bailar y poder hablar algo que debes saber.
Hija: No me asustes padre, espero que no sea lo que me imagino, jajajaja.
Así terminó nuestro primer baile de esa noche y fue el inicio de nuestra confesión.
Después de unas horas de baile llegó el momento de la comida, fue un momento de calma para todos y la oportunidad de conversar entre todos sin el fuerte volumen de la música, en la mesa hablamos del futuro de nuestra hija, de la carrera que ella había escogido y donde iba a vivir mientras estudiaba.
Madre: Estoy segura que nuestra hija será una gran profesional, pero antes, un gran ser humano, siempre se ha distinguido por ser una buena persona interesada por ayudar cuando ve la necesidad de hacerlo y por ser una gran hija.
En eso tenía razón mi esposa, ella nunca nos dio grandes dolores de cabeza, por el contrario su comportamiento fue ejemplar en la escuela y en el colegio, de verdad era un gran ser humano.
Apenas terminamos la comida, se dio el comienzo nuevamente del baile y en ese momento apareció su novio y me la arrebató de la mesa, ella se fue con el cogidos de la mano, una escena que no soportaba, sentía celos por lo veía.
No les quité la mirada durante todo el baile, esperaba que terminara para que llegará a la mesa y poder decirle que quería bailar con ella.
El momento esperado llegó nuevamente, espere que llegará a la mesa y tan pronto se sentó le dije al oído que me regalará los dos próximos bailes porque debía confesarle algo.
Hija: No te preocupes Pa, yo quiero saber de qué se trata.
Salimos a la pista de baile, era mi momento debía confesarle eso que tenía guardado por mucho tiempo y que necesitaba que supiera antes de irse.
Padre: Sabes bailar muy bien, algo más para adicionar a las muchas cosas buenas que tienes en tu vida, pero hoy quiero decirte nuevamente, que estas maravillosamente hermosa y la nueva fragancia de tu loción que elegiste para esta noche, es sencillamente embrujadora.
Hija: Pa, si mi mamá te escuchara, le dan celos por tantos halagos de parte tuya esta noche, me tienes intrigada, es la verdad y quiero saber eso que me quieres confesar.
Padre: No se como vayas a tomar lo que te voy a decir, pero debo hacerlo porque no soporto seguir guardándolo sólo para mí, querida hija.
Hija: Ahora si me estoy empezando a preocupar, pero más porque el tiempo pasa rápido y solo me pediste dos bailes nada más, pregunto, ¿Es el tiempo suficiente para decirmelo?
Padre: Estoy seguro que si, por eso empiezo de una vez, apenas cumpliste los 12 años por una imprudencia mía entre a tu habitación sin avisar y para mi sorpresa te ví desnuda, quede sorprendido por tu belleza y por primera vez no te ví como mi hija, te vi como una mujer, no se por cuantos minutos me quedé observándote ese día, pero tu cuerpo se había desarrollado, tu cuerpo de niña había cambiado y de qué forma, quede flechado por esa hermosa figura, no se si te acuerdes de ese día.
Hija: No puedo creer lo que me dices Pa, te olvidaste que era tu hija en ese momento, sabes lo que me dices, viste mi cuerpo desnudo.
Padre: Si, se lo que te estoy diciendo y lo grave que es, pero es la verdad y no voy a negarlo en este momento, no quería que pasará el tiempo y tu tan solo me mirabas y no hacías nada, pero me asuste y cerré la puerta.
Pase muchos días pensando en tí, en tu cuerpo desnudo, en lo hermosa que te veías, recordaba cada parte de tu cuerpo porque se me quedó grabado.
Luego unos meses después en el baño, lo hice a propósito, no se porque usaste el baño de nosotros para ducharte y espere a que terminaras para entrar y verte desnuda otra vez, y se me cumplio, salias de la ducha desnuda y pude verte nuevamente, ese día quise decirte algo, pero el miedo se apoderó de mí y nuevamente con un que pena hija, salí del baño cerrando la puerta.
Hija: Entonces no fue una sola vez, fueron dos veces, lo que no entiendo es porque no me decias nada si querías verme desnuda, ¿acaso tú buscabas algo más en ese momento?
Padre: No fueron dos veces, cuando tenías como 13 años, aprovechando la ausencia de tu madre, te pedí que me llevaras una toalla porque se me había olvidado entrar una, me asegure de no dejar dentro del baño por si entrabas, ibas a pensar que lo hacía a propósito, pero me aseguré que me vieras desnudo y por eso te dije que entraras y lo hiciste, no olvido el rostro que hiciste al verme así, quedaste como en shock, mi miembro estaba erecto en ese momento, quería que me vieras así, creo que pasaron muchos segundos mirándome, luego reaccionaste y saliste, ese día pasaron por mi cabeza muchas cosas.
Hija: Pa, te obsesionaste conmigo desde que era una niña y quisiste hacerme cosas, no puedo creer que me lo estes diciendo así no más, me dejas perpleja, sin palabras, es de no creer Papá, no entiendo lo que me dices, soy tu hija.
Padre: Lo sé hija, es muy grave y por eso te lo estoy confesando, pero lo que no entiendo, es porque no te acuerdas de nada, si no fue hace mucho tiempo, estaba seguro que lo recordabas y por eso te lo quería confesar, para explicarte todo y pedirte perdón hija.
En ese momento terminó la canción y debíamos irnos a la mesa, solo que no sabía si ella aceptaría salir a bailar conmigo nuevamente.
Hija: Papá no hemos terminado, te queda un baile nada más.
Sigue II.....