Mi mamá y su ya no tan nuevo amigo.

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por dirty boy, 16 Feb 2025 a las 18:20.

    dirty boy

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    Mamá y yo volvíamos a ir de vacaciones, esta vez no a la playa, sino ahora a una casa de descanso que había alquilado por el fin de semana. Como recordarán, mis últimas
    vacaciones no habían sido muy agradables para mi, así que esperaba que en esta ocasión fuera diferente. Habían pasado ya casi seis meses de aquello, habían cambiado varias
    cosas de aquel entonces a la fecha. Por ejemplo, al poco tiempo de regresar de la playa, mamá le pidió el divorcio a mi papá, esto para él creo que fue un golpe importante,
    ya que después de eso él se había mudado de ciudad, por lo tanto, las veces que lo veía habían disminuido considerablemente, aunque, eso sí, nunca me faltó su apoyo
    económico. En cuanto a mamá, ella también había cambiado un poco, se había hecho menos sobreprotectora y me dejaba más a mi libertad; si bien, eso me gustaba algo, también
    debo aceptar que me causaba algo de extrañeza y hasta tristeza que se diera de golpe; además, por más que lo intentaba, la verdad es que no podía quitarme de la cabeza
    aquellas escenas que presencié en nuestro cuarto de hotel. Cada vez que la veía involuntariamente me volvían a la mente esas imágenes de ella desnuda, pegándose y restregándose
    a ese tipo, Javier; y como el pene de éste se introducía en ella; sus gemidos, todavía me masturbaba en mi cama pensando en sus ricos gemidos. No podía creer que esos sonidos tan agudos y hasta
    chillantes fueran de mi madre, y como pedía más, hasta estando en la escuela se me levantaba solo de recordarlo. A pesar de que no fue la mejor experiencia por lo que significaba,
    la verdad deseaba volver a escucharla gemir.
    Mamá no tocó el tema conmigo, creo que sí se había creído que estaba totalmente
    dormido, ni siquiera había vuelto a mencionar al tal Javier conmigo, salvo al día siguiente cuando me pidió de favor que no le dijera nada a papá sobre él, yo al no entender
    mucho de lo que había visto y sin tener más opción, terminé aceptando.
    Mamá manejaba, yo iba en el asiento trasero, se empezaba a sentir calor.
    -Ya vamos a llegar, cariño - me dijo ella mirándome por el retrovisor, yo le sonreí.
    Después de varios minutos de carretera por fin llegamos a lo que parecía ser como una especie de finca, había mucha vegetación y el buen clima ayudaba a que se viera aún mejor.
    Pasamos por algunos filtros de seguridad hasta que llegamos a la famosa casa. Mamá estacionó el coche y bajó de él; se veía muy guapa. Llevaba como de costumbre su cabello castaño
    quebrado suelto; usaba un vestido holgado color azul con blanco que le llegaba casi a los tobillos y unas sandalias, se le veía un cuerpo increíble a
    pesar de la holgadez del vestido. Bajamos el equipaje, me tomó de la mano, y fuimos caminando hacia la casa.
    Era una casa espaciosa y bastante bonita, con pasto, arbustos en todas partes, y lo mejor, una piscina justo en frente, era increíble que todo eso fuera de nosotros dos durante
    ese fin de semana.
    -¿Te gusta? - me preguntó mamá.
    -Sí
    -¿Está bonita, verdad? - yo asentí con la cabeza.
    -¿Puedo meterme a nadar, mamá?
    -Ahorita, cielo. Primero quiero que ayudes a algo rápido - Yo seguí caminando como si nada pensando que hablaba de desempacar o algo por el estilo.
    Al interior estaba igual bastante bonita, tenía una sala, cocina, dos habitaciones, con ventanas grandes por donde entraba toda la luz del sol. Mamá como entró revisó su reloj,
    y como si la estuvieran apurando empezó a caminar rápido por la casa, analizándole algo.
    -¿Qué buscas, mamá?
    -Nada, solo estoy viendo - Mamá cuando llegó a la sala, miró fijamente un momento la mesa de centro, era muy grande y de madera.
    -Hijo, por favor ayúdame a quitar todas las cosas que están en la mesa.
    -¿Para qué?
    -Solo hazlo, por favor.
    -¿Y donde las pongo?
    -Pégalas a la pared.
    Mientras yo hacía lo que mamá me había encomendado, ella parecía estar probando el stereo de la casa, pasaba una canción tras otra. Mamá no solía poner música a menudo, por lo que
    inevitablemente llamó mi atención.
    -Ya quedó, má
    -Gracias, corazón. Oye, me voy a cambiar a mi cuarto, ¿sale? Puedes tomar agua o lo que quieras del refrigerador.
    -¿Te vas a cambiar para meterte a la alberca?
    -Algo así... Ahorita vengo ¿ok? - Y sin más, mamá tomó su maleta y se metió a su habitación.
    Tomé un refresco del refri que tomaba mientras daba vueltas por la casa hasta que mamá salió. No parecía estar vestida para meterse a la piscina; salió solamente con una bata de
    dormir negra que, por cierto, estaba muy corta, se le veían gran parte de los muslos, además de estar bastante escotada, iba descalza.
    -¿Traes el traje de baño abajo, mamá? - Ella solo se rio un momento y me acarició la cabeza. Llevaba un disco en la mano que puso en el stereo. Iba cambiando de canción hasta que
    pausó en una. Posteriormente se puso de cuclillas frente a mí.
    -Mi amor, te voy a pedir otro favor - hizo una pequeña pausa -Ahorita va llegar Javier, el chico que conocimos en la playa - En ese momento sentí algo horrible en el pecho.

    Continuará...
     
    dirty boy, 16 Feb 2025 a las 18:20

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    Sigue bro está buena la historia que te estás montando
     
    Manostulio170, 16 Feb 2025 a las 21:39

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    -Pero ¿A qué viene aquí?
    -Luego te explico todo, por ahora, solo te pido que cuando llegue le abras y le digas que estoy en mi cuarto, después de eso tú te vas a tu habitación y te quedas ahí un ratito hasta
    que yo te diga, ¿ok?
    -¿Porqué?- dije realmente sin entender nada.
    -Porque tengo unos asuntos que arreglar con él y solo podemos estar él y yo. Ándale, solo va a ser unos minutos, ayúdame, ¿si? - Mamá me tomaba de los hombros mirándome con ojos de
    "ya di que sí".
    -Bu, bu...bueno...- respondí sintiendo muchas mariposas en el estómago. Mamá sonrió y me plantó un beso en la mejilla.
    -Muchas gracias, mi cielo, te prometo que no nos tardamos. Y por favor, no salgas para nada, si necesitas algo, grítame, ah, y por favor tócame cuando llegue Javier, ¿ok?
    -Ok.
    Mamá se incorporó y se fue otra vez a su habitación cerrando la puerta, sus piernas realmente eran increíbles.
    Ante tal noticia repentina, me fue inevitable que volvieran a mi mente aquellas imágenes de mamá y Javier haciendo el amor a apenas unos pocos metros de mí. Si bien, era un niño que
    evidentemente no entendía mucho de esas cosas, no era necesario ser un genio para deducir lo que iba a pasar en esa casa dentro de poco. Todo eso provocó que, casi sin darme cuenta,
    tuviera una erección que se marcaba muy bien en mi pantalón.
    Caminado casi como hipnotizado por los pensamientos que llenaban mi cabeza, y con mi erección firme a pesar de mi corta edad, caminaba por la casa con los nervios de punta, mi respiración estaba agitada y sentía como la temperatura de mi cuerpo había aumentado, en definitiva, era exactamente la misma sensación. Pasaron a penas como 10 o 15 minutos cuando escuché
    a un auto llegar, al poco rato, tocaron la puerta. Traté de calmar mi corazón que latía como loco, inhalé y exhalé, hice que mi erección se bajara y tomé valor para ir a abrir.
    -Hola - me dijo ese sujeto al abrir. Me sonreía, no sé si era yo, pero como que esa sonrisa suya la sentía como una especie de burla, como si por dentro estuviera diciendo "Me voy a coger a tu
    mamá, otra vez". El tipo entró sin siquiera esperar a terminara de abrir bien.
    -Mi..mi...mamá está en su cuarto, dijo que ahorita sale.
    Tal como ella me dijo, le toqué a la puerta.
    -Gracias, amor, ya puedes meterte, por favor.
    -Sí....
    Cerré la puerta con seguro, pero para nada iba a quedarme ahí como idiota, si ya era cómplice, mínimo quería mi recompensa, quería ver; así que, aprovechando que era delgado y algo ágil,
    salí por la ventana y di media vuelta a la casa para llegar a unos arbustos, desde dónde se veía bastante bien lo que pasaba en la sala debido a los vidrios que dejaban ver todo dentro.
    Me escondí y esperé para el espectáculo. Javier se había sentado de frente a la mesa de centro de la cuál había quitado las cosas. De repente se comenzó a escuchar una canción de las
    bocinas, era la misma canción que mamá estaba poniendo mientras probaba el sonido (después sabría que esa canción se llamaba "mmh mmh yeah yeah"). Se escuchaba fuertísimo, estaba casi
    a todo volumen. Cuando la canción tuvo más ritmo vi que mamá apareció caminando sexy y saludó a Javier con la mano lanzándole una mirada coqueta. Se subió a la mesa de centro y comenzó a
    bailar al ritmo de la música, bailaba como taibolera, se alzaba la bata, se la abrió y la bajaba un poco dejando ver su sostén; y sin más, dejó caer la bata por completo para dejarse ver
    en brasier y tanga negra, oh, que rico, mamá se volteó meneando esas nalgotas blancas de un lado a otro, hasta a mi se me puso de piedra. Mamá bailaba por todo el contorno de la mesa,
    tomaba los tirantes del sostén y los movía con ritmo aparentando que se lo quitaba, saltaba para hacer que sus nalgas rebotaran, se tocaba las tetas; de repente, ella le dio la espalda a
    Javier, llevó sus manos a su espalda, desabrochó el brasier y se lo quitó. Ya con las tetas de fuera hizo girar el brasier y se lo lanzó a Javier, quien al recibirlo no dudo en llevárselo
    a la cara. Las tetas de mamá rebotaban con cada paso que daba, los pezones los tenía parados. Yo ante tal espectáculo, no pude resistir más, me bajé los pantalones y el calzón y comencé a
    jalarme mi pene erecto. Mamá ahora jugueteaba con la única prenda que le quedaba, la tanga; hacía algo parecido que con el sostén, lo tomaba de los extremos y los jalaba caminando hacía
    atrás; la subía y bajaba a media nalga amagando, hasta que de igual manera, la dejó caer por completo, la pateó también hacía su amante, quien para ese momento ya estaba en calzones con el
    pene bien parado. Mamá tenía una sonrisa enorme en la cara. Continuaba bailando completamente desnuda sobre la mesa. Mamá tenía un cuerpazo, todavía al recordarla ahora se me pone dura. Sin
    ningún pudor, le mostraba las tetas a Javier; abría las piernas para que pudiera ver los labios de su vagina, sin un solo vello. Yo continuaba jalándomela. Mamá rebotaba en los dedos de
    sus pies para hacer temblar los cachetotes que tenía; se recargó de cara contra una pared y empezó a menearse bien rico mirando fijamente con lujuria a Javier. Veía como Javier, de espaldas,
    al igual que yo, se tocaba su miembro ante tan exquisito espectáculo.
    Mamá se detuvo, se enderezó. La cara que tenía era tan excitante, sus ojos azulados reflejaban un extasis tremendo. Mamá con una mano señaló a la parte de sus genitales, como diciéndole algo
    a Javier, quien al parecer entendió a la primera, ya que de un salto se levantó y se bajó el boxer, dejándome ver su trasero desnudo. Mamá sonreía de manera pícara al verlo bajarse su ropa
    interior. Cuando el pene de Javier quedó al descubierto, mamá plantó su mirada en el miembro con antojo, tenía la boca semiabierta; puso su lengua detrás de los dientes de arriba mientras
    veía a Javier a la cara de nuevo. Mamá bajó de la mesa de centro, caminó hacía Javier de manera sexy, moviendo sus caderas, poniendo un pie después del otro lentamente, aparentemente le dijo
    algo a Javier. Cuando quedó frente a él, se comenzaron a besar en la boca de manera salvaje, comiéndose el uno al otro. Mamá después de unos segundos, sin ninguna delicadeza, se hincó y le dio
    un lengüetazo riquísimo al pito de Javier, de la base al glande, para después comenzar a succionárselo, Mamá miraba a Javier a los ojos mientras le chupaba el pene; Javier le acariciaba la cabeza.
    Hubiera deseado ver mejor como mamá hacía sexo oral, pero como Javier me estaba dando la espalda, solo podía ver a mi mamá haciendo los movimientos al meter y sacar el pene de su boca. Cerraba
    los ojos mientras chupaba, aunque a veces alzaba la mirada a la cara de Javier sin dejar de chupar el miembro viril.
    Javier levantó de golpe a mamá tomándola por las axilas, como si se tratara de una muñeca o algo, ella parecía estar a merced de él ahora, solo sonreía y se dejaba hacer y deshacer, de lo más
    sumisa. Se volvieron a besar en la boca. Mamá brincó y se trepó en Javier con sus piernas desnudas abrazándolo. "Méteselo, otra vez" le pedía a Javier en mi mente ya completamente perdido en
    la excitación del momento. Javier llevó cargando a mamá hacia la parte de atrás, yo me agaché más en los arbustos para no ser descubierto. Abrió la puerta y salieron de la sala, volvió a cerrar.
    Javier, demostrando su fuerza física, caminó con mamá cargando. Ella disfrutaba del viaje mientras parecía besar el cuello de su macho. Como estaba de espaldas a mi, obvio podía ver su espalda
    desnuda y sus nalgas. El pene erecto de Javier iba colgando debajo del culo de mi madre.
    -¿A dónde vamos?- escuché preguntar a mi madre de forma sensual.
    -Ya verás- respondió Javier.
     
    dirty boy, 19 Feb 2025 a las 00:09

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