Mi mamá y su nuevo amigo continuación....

El relato original (del mismo nombre) es uno de mis favoritos y me tenía frustrado que no tuviera una continuación, por eso decidí hacer una versión propia tratando de serle fiel a la historia como tal y con una narrativa parecida a la del autor original, a ver que les parece...

Era la primera vez que tenía el pene tan parado. Me bajé la pijama a la altura de los muslos para mirarlo. Estaba duro, pero, definitivamente, a pesar de que estar excitado, no tenía la firmeza que
tenía el de Javier. Pasaban los minutos y los sonidos provenientes del baño no paraban, al contrario, cada vez se iban agregando más. Ya no solo eran los jadeos, quejidos y gemidos de mi mamá,
que ya de por sí ya habían aumentado de tono, ahora también se habían sumado otros como los suspiros y jadeos del mismo Javier; un sonido como si estuvieran aplaudiendo bajito; y un sonido
como de cachetadas o nalgadas. Yo, con los pantalones abajo y acostado boca abajo, restregaba mi pene sobre una almohada mientras escuchaba tal concierto, se sentía exquisito, jamás había
experimentado algo tan delicioso antes. Pero, a pesar del disfrute, solo escuchar no me dejaba completamente satisfecho. Así que ante la incapacidad de dormir bajé nuevamente de la cama y me
volví a asomar por debajo de la puerta del baño.
Nuevamente lo único que podía ver eran los pies y parte de los tobillos de ambos. Su posición era como si estuvieran de espaldas a mi, osea que estaban por el lavabo. Javier, quien se movía y
parecía estar empujando con fortaleza, estaba detrás de mamá, quien rebotaba sobre los dedos de sus pies.
- Ahh.... qué rico.... qué rico te entra toda mi verga.... - dijo Javier a mi mamá en un tono como si estuviera haciendo un esfuerzo grande.
- Es deliciosa - contestaba mamá entre gemidos y jadeos - es deliciosa, me encanta, sigue, sigue, sigue..... sigue, sigue.......así...ahhh......mmmmm......
-Ah... sí....que delicia...…
Así siguieron, diciendo se cosas mientras mi madre era penetrada, el sonido de los aplausos suaves parecían ir al compás de la forma en que Javier empujaba a mi mamá, mientras que las
nalgadas se hacían más constantes. Cada vez que se escuchaba una, mi madre lanzaba un "AH!" como respuesta. Yo trataba de tocarme mi pene por debajo del pantalón sin tratar de perder
detalle de lo que pasaba ahí. De repente, mamá volvió a tomar la palabra:
- ¿Sabes qué? mejor sí.... - dijo en un tono MUY sensual.
- ¿Qué? - respondió Javier con respiración cortada.
- Qué sí quiero....
- ¿Qué cosa?
- Quiero que te corras dentro.... que me dejes tu juguito - Javier al escuchar eso dejó de empujar y toda la sinfonía se detuvo por un momento.

Continuará...