Morbo de ver a la pareja bañarse con otro hombre

Ponte esta situación, tan solo imagina si es que no lo has hecho.

Llegas a tu casa un día de harta chamba, abres la puerta de tu depa y solo quieres tirarte a la cama con tu mujer para meterle mano mientras le cuentas todo lo que te pasó hoy. Entonces ves que la casa está algo desordenada. El mat de yoga está en el piso y ves un tomatodo desconocido con agua a la mitad. Después recuerdas que algo te había contado ella en la mañana que haría hoy, algo como entrenamiento funcional. Pensabas que era con entrenadora, no preguntaste más al respecto porque le restabas importancia. Da igual, lo que importa es que se está poniendo en forma y sus piernas están más duras que antes, ni hablar de su culo.

Entras a tu propio cuarto, donde se supone que estás a salvo, pero te das cuenta de que encima de la cama están dos mudas de ropa, una femenina y otra masculina. Las coges y están limpias. Ves un calzón tirado en el suelo, es un boxer blanco todo sudado. No huele a fluidos extraños, solo sudor común. "Ahhh.." dices. Es tu pareja, hueles la prenda. Qué rica está esa huevona. Todos la miran. Quién no le quiere hacer el habla. Escuchas correr el agua, la luz del baño está prendida, la puerta junta. Un hilito de luz cálido sale del baño y escuchas voces. Es ella. Haces matemática, dos mudas de ropa, una de ella y otra de... ¿quién? Mía no, yo tengo la propia; dudo que me haya comprado nueva, además no huele a tienda. ¿Será qué...?

"Ahhh..." recuerdas una conversación pasada. Te relajas antes de empezar a brotar celos. El corazón se te acelera, pero no por los motivos que crees. Sí, esto tiene sentido. Escuchas su risa en la ducha y sabes que todo está bien. Bueno pues, a por lo que vine. Te sientas a la cama, se quitas el saco, te desabrochas la correa. Tiras el pantalón al cesto y te quedas en calzoncillo. Qué cómodo se siente, ¿no? Te miras al espejo, "he sacado barriga, ¿tanto me estoy descuidando?" Debes entrenar con ella quizá. (Ella) Tenía tantas ganas de hacer funcional luego de ver publicidad por Instagram. De seguro llamó al personal trainer.

Te miras el paquete, sí que estás un poco descuidado. Esta mujer te exprime todo lo que puede. Quieres hacer pichi. ¿Entro o no entro? Que rico se siente imaginarlo todo. ¿Qué estarán haciendo? ¿Cómo llegaron a eso? ¿Tanta confianza en tan poco tiempo? O quizá...

¿Ella lo tenía listo antes de que le de la idea?

Que zorrita te resultó esa mujer. Pero ya sabías a lo que te metías. Qué rica estaba. Todos quieren con ella. Y ella no quiere vivir enclaustrada. Te sometes a las consecuencias de tus actos y fluyes. Que ella disfrute lo que tenga que disfrutar, total, al menos el amor no se comparte. Eso te tranquiliza. Carajo te meas.

Te paras y escondes la barriga. Vas despacito a la puerta del baño aguantándote la pichi. Primero escuchas. Tssssss, el agua corre a chorros. "Ja ja ja, no te creo" Luego una voz grabe que no entiendes. "Ya pero entonces..." Voz grabe indescriptible. "Ay que mentiroso, no te creo, Ja ja ja." De qué hablan esos dos. Bla bla bla. Sandeces. "En cualquier momento llega mi esposo y le preguntamos" Vaya, al fin se acuerda de ti. Voz profunda que no entiendes. Tu momento ha llegado. Entras a escena con tu mejor papel de cornudo (¿voluntario?).

En primer lugar el vapor está espeso, a penas te ves en el espejo. Qué calor carajo. Hola, dices. Pero tu voz es tan pequeña que se pierde con el grosor de la otra masculina. Intentas otra vez. Hola amor, ¿Todo bien? Esta vez resultó. Los bañistas se callan, ¡creo que los has sorprendido! "Ay (suspira) amooooor. Siii todo perfecto, en serio. Hoy me puse a hacer funtional como te dije en la mañana. Bueno salí de chamba y tenías razón sobre lo de Raquel, la pusieron en su lugar como me dijiste. Ah y... este es Marcelo, el trainer que me ayudó hoy."

"Buenas noches, señor. Sí, vine para ayudarla con su rutina de la semana y hacerle un plan de alimentación."

"Y luego le dije para ducharnos juntos... como me dijoiste la otra vez, ¿recuerdas?"

"Esta puta" Piensas. Te saca más punta a los cuernos que ya llevabas de hace tiempo. Sí amor, eso te dije. ¿Y como fue todo, todo bien? Te sacas la banana y haces pichi en el water. Suena el chorro. Y los volteas a ver. que Marcelo es canela canela. Incluso con todo ese vapor puedes notar el contraste entre sus pieles. Ella es casi tan pálida como un fantasma. Casi terminas. Inevitablemente le miras el pene al trainer. Es incluso más negro que todo su cuerpo. Es el agujero negro que atrae la atención de todo el mundo. Ah, pero que puta es mi mujer. Triste pero se goza.

Felizmente dejaste la puerta abierta y todo ese vapor se está yendo. Ahora puedes verlos juntos. Hacen una linda pareja la verdad. No, pero es tuya solamente. Al menos su corazón. Su cuerpo se puede compartir a su gusto. "Ven mi amor para conversar los tres. ¿Te animas?" Lo piensas un rato. Miras el cuerpo de Marcelo todo bien trabajado y notas tu descuido físico por el trabajo. "Y jugamos un rato, qué dices." Ah, maldita mujer que te tiene agarrado de los huevos. Pero lo sabías. Ya sabías a lo que te enfrentabas. No existe tesoro sin riesgo. Miras su carita de muñeca. Miras su cuerpo de mujer. Carajo, debiste casarte con una más feita pero fiel.

Está bien amor, ahora me alisto. "Sácate aquí nomas y entra. El agua está calientita." Ya amor. Tienes el alma de una mascota.

Te desnudas. Tu pene está con sangre, algo gordito. Ella te mira el amigo con carita divertida y te coge de la mano para que entre con ellos. Están todos desnudos. No existe secreto.

"Él es Marcelo como te dije." "Mucho gusto señor." ¡Te tiende la mano el concha! Mucho gusto Marcelo. Ella sonríe de par a par. No es tonta.

Cháchara, cháchara y cháchara. Todos hablan como si dejaran de lado todo lo demás. Te jabonas el cuerpo. Ella te ayuda con la espalda y los glúteos. Ella se voltea y tú la jabonas. Sabes que está más jabonada que una malagua por todas partes pero igual lo haces para seguir la corriente. Se voltea y te da un beso en la boca abrazándote del cuello. Que ricos ojos verdes, sus pupilas bien negras se abren y te miran fijamente. Le pellizcas una nalga con fuerza. Qué malcriada se ha puesto hoy. "Ay" Dice. "Marcelo, ¿se ha puesto rojo" Me sonríe. "Sí un poco, pero no está mal." "Entonces la otra por favor." Tu mano choca con la de Marcelo al dirigirse. "Lo siento, señor. Siga por favor." No, no, Marcelo, hazme el favor. Puta, qué patético eres.

"Ay" Pero era lo que querías, ¿no? Ahora pues. Sufre o disfruta. Disfruta sufriendo.

"No te sientas mal amor, te voy a ayudar con eso." ¡Levántate Lázaro! "Solo mira" Ella se da vuelta, te da la espalda. Culo. Se agacha. Su culo se abre. Coge las piernas de Marcelo. Su culo. Putamadre no dejas de mirarle el culo. "Marcelo, ahora sí que está mi esposo." "Si no es mucha molestia, señor." Que patético eres. Adelante por favor.

Qué ganas, qué maravilla. Es como si fuese toda una experta. Mira esa posición. Está perfectamente acuclillada con las piernas abiertas y ni se queja de las articulaciones. Esa cabeza se mece adelante y atrás. También hacia los lados y haciendo círculos. Putamadre eso no te lo hace a seguido. Como es ahora una experta. Le levanta el pene ahora, succiona testículos. Cuánta pasión. ¡Ajá! Se quiere levantar el muerto. Tan solo estaba cohibido, nada más. El truco es. Relájate. No existen los problemas. Solo eres tú y el ahora. Lo demás es inútil. Sí, oh sí. Sigue mi amor, sigue. No pares. Mueve esa cabecita. Ajá, lame su puntita. Dale cariño. Bien. Ay que puta eres. Sí, ahora con más fuerza. Adelante y atrás. Peerfecto. Sí, ahora tócate la conchita. Sí, sí. Tus labios quieren. Frótatelos. Gime más amor, gime más. Que rico se siente. Pero te detienes un ratito, si sigues frotándote te vas a gastar. Debes guardar un poco para llenarla.

Te agachas hacia ella para cogerla del culito. Tocas su vagina y empujas hacia arriba. Ya sabes qué quieres. Es hora de meterla. "Aún no amor, por favor, ¿sí?" Por qué amor. "Es que quiero hacer algo más antes de ti."

Maldita zorra ahora se enganchó con el trainer. Sí amor, no te interrumpo. "Eres el mejor, te amo mi amorcito." Apenas puede vocalizar, tiene los ojos cerrados y el pene hasta la garganta. Escupe semen.

"Ya tendrá su oportunidad, señor. Déjela un poquito más que está que lo hace muy bien." Vale, si así lo quieren. Te reclinas en la pared y haces lo que puedes hacer. Eres el único con los ojos abiertos. Ja, qué maravilla. Ni modo. Qué rico se siente.

 

Tu relato es demasiado denso y pausado, dime es una historia real o ficcion?