Los Shorts de Cristal

Ella trabajó en la casa de un familiar, teníamos amistad, confianza, nos hacíamos bromas a veces en doble sentido… toco mudarme y comencé a buscar casa en alquiler, ella se enteró, me comento que por donde vivía había una disponible, concrete el contrato del alquiler, ella vivía a dos cuadras, me visitaba cuando mi madre llegaba y pasaba con su hijita, recuerdo llamarme tío - había veces iba con unos shorts muy diminutos que exponían gran parte de su nalga- le bromeaba que usaba los shorts de su hija por lo pequeños, para esto ya estaba distanciada de su conviviente por una infidelidad, pero seguían viviendo juntos… Me llama cierto día… que se le había ido la señal de su tv, y si estaba en la casa… apenas llegue voy a verte respondo. Llegando fui a su casa, me hizo pasar, salude a su hijita, me condujo a su cuarto, veo su tv y observo el detalle del cable coaxial estaba mal conectado:
Yo: los pelitos de la malla están cortados.
Ella: ¡ha no se cortan, pero si yo me corto los pelitos!... se ríe.
Yo: con pelitos va a funcionar mejor, ya no te los cortes… se sigue riendo.
Cada vez cuando coincidíamos en su visita a mi casa, si había oportunidad hablábamos en doble sentido, y de su visita habrá sido unas seis veces en varios meses, siempre la vi con esos mini shorcitos, así que un día me decidí a intentar insinuarle algo si se daba la ocasión, recuerdo que fue dos meses antes de volver a mudarme… A mediodía me tocan la puerta de metal, me dice que su hijita había tocado y si estaba mi madre que la quería saludar, le digo que no pero que si quería pase un rato, su hijita fue a la sala se pone a jugar, estábamos charlando mientras veíamos tv en el sofá, y en un programa comienza un desfile de lencería de cacheteros, hilos… etc.
Ella: cómo pueden usar eso, se ve incómodo.
Yo: ¿porque?, acaso son muy grandes… se ríe… anda pensando en usar eso para reconquistar a tu ex.
Ella: a ese ya ni en pintura, ni me hagas acordar.
Yo: ok, pero si los usaras, sí que cae rendido en cualquier momento.
Ella: si los uso, no será con ese.
Yo: bueno espero un día me los modeles.
Ella: que gracioso… mientras golpea mi brazo… vámonos (a su hija).
Yo: mira pues, la mojigata se horroriza pero de ese short que lleva puesto nada eh.
Ella: si, pero es costumbre… se ríe… me tengo que ir, vuelvo mañana si llega tu mama.
Yo: ya bacán, aunque no sé si venga no me ha dicho nada, de todos modos me tocas la puerta.
Ella: si puedo traigo a mi hija, aunque mañana tiene paseo y se la viene a llevar su papa.
Yo: me visitas de todos modos, y con uno similar… señalándole el short con la mirada.
Ella: veremos.
Se despidió y se me prendió el foco… Por si las dudas me preparo y si pasa algo veré que consigo pienso. Voy rumbo a gamarra, sección lencerías entre garibaldi y américas, busco una tía que me surte lencería para mis encuentros ocasionales, le solicito cacheteros, enterizos, hilos, patas de araña, etc para escoger, le compro un par de shorts con bordes descocidos, un cachetero con cierre por delante y abertura por detrás, al siguiente día, salgo hacer unas diligencias, regreso por la tarde, veo una llamada perdida, la reconozco, le devuelvo la llamada, me dice que había tocado la puerta y como no hubo respuesta paso de largo, le digo si puede que regrese, me dice que ya no, le insisto y que baje para ver si pido algo para almorzar y me acompañe, me pregunta si llegó mi viejita, nada le digo, vienes entonces a ver si almorzamos, ¡Acepta!.
Ella: espera que me cambie y voy.
Yo: no, ven tal cual me tocaste la puerta (esperando sea con un shorcito).
Ella: mmm por eso me tengo que cambiar porque estoy que hago limpieza.
Me siento a ver tv… tocan… abro… ahí estaba ella con su polo manga corta con un ligero escote que anunciaba la presencia de esas pequeños montes, y un micro shorcito que por poco saltan mis ojos de sus orbitas.
Yo: viniste.
Ella: sigo allá (me trolea).
Camina a la sala, le sigo el paso observando ese micro short como apretaba su derrier y se le veía provocador, pregunto por su hijita, me asegura se fue al paseo, y la traen por la noche, le digo me espere mientras voy por el pedido del menú, llego, nos disponemos a comer y a falta de ensalada se dispone a preparar una, la sigo a la cocina y mientras ella va cortando el limón, el tomate, la cebolla, recorro sus muslos, sus glúteos, disimuladamente con la mirada, ella se da cuenta y se ríe.
Yo: ¡rayos! sí que ese shorcito nunca te lo vi.
Ella: ah, ese casi ni me lo pongo, a veces, y que me miran.
Yo: quien no, es como si estuvieras en calzón… se ríe.
Ella: me lo puse hoy que los otros están lavados, y que me han miraron en el camino y eso que hay poca gente en la calle, igual algunos se ganaron.
Yo: siempre que no toquen, que se ganen viendo… se ríe.
Ella: ¿y la sal?
Yo: ahí abajo de la cocina.
Que se agacha… y yo viendo ese paisaje… me agarro la cabeza y se da cuenta…
Ella: que mañoso.
Yo: disculpa, no soy de piedra, me pones piedra con cada movimiento.
Que se ríe, vamos a la sala y mientras almorzamos, le comento que tengo unos cacheteros para que se los pruebe.
Ella: en serio, luego me los muestras.
Yo: espera.
Se los traigo y se los voy enseñando primero los dos normalitos, esperando la oportunidad del tercero se anime a probarselo.
Yo: pruébatelos.
Ella: al ratito me los pruebo.
Yo: anda pruébatelos.
Se metió al cuarto del fondo cruzando el baño, cuarto que no tenía puerta ni ventana, sino que era como un almacén, sale colocándose frente al tv apagado para ver su reflejo, yo boquiabierto mirándola, disfrutándola, el segundo, más excitante, era de jean con adornos de perlita, se sienta.
Yo: el tercero terminando de comer.
Ella: enséñame, están bonitos.
Yo: no, con calma y paciencia espero lo modeles.
Ella: Ok.
Mientras avanzamos a comer un poco voltea me mira…
Ella: ahora si a ver muéstrame el otro.
Que lo saco y ella con cara de sorprendida…
Ella: ¡este quieres que me lo pruebe!
Yo: bueno si tú quieres, sino no.
Ella: que loco, con cierre y todo.
Yo: pues si, a ti seguro te queda bien, es tu talla como los otros, deja ver cómo te queda, para ser el jurado calificador de tus shorts.
Que se va al cuarto y espero unos segundos, me levanto y camino sigilosamente muy despacio, asomándome con sumo cuidado veo una figura de espalda agarrándose de la pared con una mano y con la otra deslizándose el segundo cachetero por sus muslos, cayendo al piso, y veo esos glúteos pequeños sin llegar a ser planos, muy bonitos, lo normalito diría, pero que te hacen perder la cabeza, doy un suspiro, ella se voltea para sentarse en un banquito y se da cuenta, regreso rápido y me siento, ella sale con el short puesto…
Ella: qué mirón no.
Yo: disculpa, no aguante la curiosidad.
Y que se gana con mi bulto sobresaliendo del pantalón, se acerca.
Ella: ¿qué tal ah?
Se da una vuelta… esos agujeros del cachetero se le veían fenomenales, y le habían levantado ligeramente sus glúteos.
Yo: ven, ahí está mal puesto, ven para acomodarlo.
Tomando el cachetero por el borde y se lo voy acomodando mientras siento en mis dedos esa piel suave, tersa, rosadita, ella camina, me desfila, se contornea.
Ella: ya suficiente.
Y que se va para cambiarse, la tomo del brazo.
Yo: espera, no te vayas, mira cómo me tienes.
Señalándole mi bulto… se ríe… tomo su mano llevándola hacia mi pantalón, ella lo siente.
Ella: esta mojado.
Yo: ¡sí!
Ella me soba, me frota.
Ella: terminemos de comer primero.
Yo: pero luego te como a ti.
Ella: ¡sí!.... se ríe.
Se voltea y le doy una nalgadita… terminamos de comer, lavamos los platos, cubiertos, vasos y mientras se dirige al baño va meneando ese hermoso culito, regreso a la sala, y ella sale desnuda de la cintura para abajo solo con su blusa sin mangas a decirme…
Ella: no seas mirón… y se mete de nuevo, casi ni la escucho al quedar prendado de esa vagina rosada que tenía, ufff si que me acuerdo, cuando sale comienza a caminar dándose vueltas mostrando su culito con el cachetero agujereado.
Ella: siento un airecito que sopla por atrás, parece roto… y se larga de risa.
Yo: pero te ves rebuena y sí que sabes usar esos shorts… le respondo como perro rabioso echando baba.
Ella: ¿qué tal ah?
Yo: espectacular, ni le sigas que aquí mismo no respondo.
Se vacila… busco un espejo, lo coloco frente a nosotros y me acomodo tras de ella, se mira, por detrás como se le veía el culito, comienzo acariciándola lento, ella se toca… me toca, le susurro ¡estas bellísima! ¡se te ve genial!… le chupo su orejita… su cuello, le recorro con mis dedos ese escote… mete sus manos sacando una teta… ella gira… me ofrece su seno derecho, me engolosino con ella, luego la otra, así las dos las apachurro, las aprieto, las amaso, hago que se choquen entre ellas mientras suspira… veo que le gusta por la carita que pone, recuerdo su respiración entrecortada… le subo la blusa, se la quita, mirándola fijamente.
Yo: ¡chúpate los pezones!
Ella: no puedo, no alcanzo.
Yo: si llegas, inténtalo.
Así lo hace, quiere llegar a sus pezoncitos, no lo logra, intentamos que llegue tratando con mis mano, por lo pequeños que son apenas roza con su lengua la puntita, lo hago yo, se los chupo nuevamente por turnos y contando, me deslizo con la lengua jugando con su abdomen plano, mi lengua la recorre por todos lados esa barriguita planita… vuelvo a subir y comienzo a mamar esos pechos que tanto me atraen, los escupo, le hago un baño de saliva a esos pezones, cada teta como cavia en mi mano mientras la apretujaba… lento vuelvo a bajar, sintiendo cada centímetro de su abdomen en la punta de mi lengua, llego a su ombligo… se lo chupo… abro sus piernas… ella tomándome y jalando mi cabello… bajo ese cierre y veo su papita depilada que olía rico, se la había perfumado.
Ella: me la perfume para que la sientas rica.
Yo: ya sabías lo que pasaría no... mmm… mientras chupa mi dedo medio.
Ella: así como me veías el culo, las indirectas y con meses que no cacho, no hables y sigue.
Yo: estabas arrecha, sabes que me excitan cuando hablan cosas sucias.
Yo: con esa carita de yo no fui y mira con lo que encuentro, tremenda putita.
Ella: no me digas así que no me gusta.
Yo: ok aunque sea finge y pasémoslo bien ambos.
Ella: dale, no pares que me cortas.
Yo: tampoco me cortes que luego así este arrecho no sigo.
Ella: ya está bien, ¡pero no te detengas!
Meto mi nariz entre sus labios vaginales y aspiro profundamente intentando sentir ese olorcito de concha y solo percibía su perfume, comienzo a comérsela, ella que se toma el rostro haciendo gestos, y yo ni corto ni perezoso haciendo una “V” invertida con mis dedos índice y pulgar voy metiendo mi lengua tratando de sacarle algún juguito, mi lengua simulaba ser un pequeño pene entrando y saliendo… la dejo y ella que me quiere coger para no soltarla y me araña el brazo.
Yo: espera voy por mis condones.
Ella: mie…a (una lisura), estoy gozando y me dejas así como así.
Yo: mira como estoy… tomando su mano me la paso por mi verga que estaba lagrimeando.
Ella: que rica.
Yo: espera voy por los condones.
Mientras ella se queda saboreando sus dedos, se va tocando y yo colocándomelo la veo meterse un dedo… me acerco y sin más le acomodo en la entrada de su concha mi glande ya protegido… frotándoselo… sosteniéndole las piernas abiertas boca arriba, voy metiéndole mi verga rápido más rápido… no quería esperar.
Ella: si, si, sigue no pares, así, métemela, así me gusta fuerte.
Yo: así zorrita goza, déjame ver esa carita de putita cuando me la sientes.
Ella: continua, te quiero ahí bien adentro, no la saques.
Veo cómo se mueve de lo menudita que es… como en cada embestida sus tetitas intentaban menearse… logro cargarla y la llevo a mi cuarto… la subo a mi cama y nos acomodamos en un sesenta y nueve, ella me chupa quería sacarme el condón, no se lo permití, le digo que despacio, así estuvo buen rato… yo hurgando, tanteando bien profundo esa vaginita, la paro y la acomodo en posición canina con las manos en la pared se la voy enterrando toda… en cada embestida voy abriéndole las nalgas para ver ese culito que lo tenía pito, rosadito, ajustadito, solo atino a sobárselo poquito, me pone más excitado.
Ella: mañosito eh.
Yo: los culitos me vuelven loco, deja que te lo meta.
Ella: no,, me va a doler.
Ella: sigue no te detengas, dame tu leche.
Y yo pensando, que tan puta me resulto, se las sabe todas, aprisiono ambas piernas juntándoselas para que me ahorque la verga y se sienta que ajusta, y sí que ajustaba, le daba y daba, su potito con mis muslos chocaba, la levantaba, con sus piernas al hombro la subía y bajaba.
Ella: mmm que rico cacherito, sigue papito.
Yo: así dime cosas arrechantes, lo que se te ocurra.
Ella: dame esa pinga, negrito.
Ella: métela que la quiero sentir bien adentro.
Ella: quiero sentir en mi boquita cada gotita.
Yo: mmm calla!!!
Siento que me voy a venir, la agarro fuerte… me inclino sobre su abdomen y derramo toda mi leche, se voltea.
Ella: ¿acabaste?
Yo: si, estas bien rica.
Nos echamos en la cama, nos reconfortamos, me saca el condón.
Yo: despacio, con cuidado.
Ella: te viniste bastante.
Yo: tengo meses nada de nada.
Ella desecha el condón… coge mi pene y le digo que suave… lo besa con ternura, le da un piquito y yo conteniéndome que estaba súper sensible aun, lo limpia con esa lengüita, comenzando con mis huevos, lamiendo el tronco, bajo el glande, el glande mismo, el orificio que aun salían poquitos de semen… me abraza, la abrazo, descansamos, charlamos, ya era casi de noche, no hay tiempo para ducharnos… se coloca su blusita, ese shortcito con el que había llegado, me mira, se despide… salgo y la veo alejarse como siempre lo hacía meneándose y moviendo esas nalgas pequeñas en ese micro short ahora empapado de mi sexo.

 

Buen relato cofrade estuvo interesante

 

Buen relato continua

 

A la espera de la continuación