Recordando tus ojos marrones

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Buen día con todos. Comparto este relato que espero les guste, y que es 100% real. Asimismo, cambio nombres para no revelar datos de los personajes de la historia.

Capítulo 1: El reencuentro
Cuando estuve en la universidad, tuve una fuerte amistad con Lucía, con quien a pesar de que encendía los celos de su eterno enamorado, no nos importaba mucho su opinión al inicio y andábamos de arriba para abajo todo el día. Nunca le falté el respeto, ni le insinué nada de otro tipo ya que en ese momento no la consideraba atractiva.
Todo nos iba bien, estudiábamos juntos e inclusive para algunos trabajos complejos me quedaba a dormir en su casa. Su madre y hermanos con los que vivía me trataban muy bien y me sentía a gusto.
Ya para los últimos años de la carrera tuve una enamorada que no se llevaba con Lucía y a pesar de que no nos dejamos de hablar, nos alejamos. Con los meses me dolió mucho este alejamiento, pero me di cuenta de que su relación se consolidó mucho más sin mí de por medio así que simplemente me alejé y ahí quedó nuestra amistad.
Sin embargo, la vida te da sorpresas y sorpresas te da la vida, ay Dios! Ya luego de varios años de egresados y trabajando tuve que viajar a una remota ciudad de Chile donde Lucía trabajaba, y aunque sabía por redes sociales que estaba soltera no me animaba a contactarla. Pasaron los días y pensé que nada perdería en contactarla, así que le escribí y ella muy amable me dio indicaciones de la ciudad y como aún éramos jóvenes y ella vivía con sus amigas, me dijo que si quería podía quedarme a dormir en su departamento, que tenía una cama para visitas. Yo normal, y aunque tenía enamorada, me salía muy a cuenta ahorrarme los días de hotel y ella también se ofreció a llevarme a pasear el fin de semana.
Igual nos terminábamos de pasar de una conversación sumamente cortés, sin llegar a mostrar un ápice de espontánea alegría; sino más sentía que era como que por compromiso que me ayudaba. Pero bueno, ya todo se coordinó y solo quedaba esperar un mes y medio para encontrarnos.
Llegó por fin el día del viaje, y la verdad no estaba tan animado por ver a Lucía, pensaba que mejor hubiera estado solo y quizás hubiera “ganado” en otro lado. Igual días antes me llamó a ver si íbamos a un par de museos en la ciudad y compró los tiques respectivos.
Viajé casi toda la madrugada y no dormí muy bien, así que solo quería llegar a descansar. Lucía había pedido medio día libre porque se ofreció en pasarme a buscar y hacerme llegar a su departamento. Así que recogí mi maleta y salí a buscarla y ni sus luces. No funcionaba mi roaming y no podía contactarla. Pensé que lo mejor era esperarla por la salida, cuando de pronto a los 15 minutos ¡patapum! Ahí estaba buscándome la mirada y acercándose sonriente. Nunca la había visto así, tan mujer, tan arreglada, tan delgada, quedé gratamente sorprendido así que llega el momento de describirla:
Lucía tiene unos hermosos ojos marrones intensos, piel canela-morena, y cabello totalmente ensortijado, estatura promedio (ni alta ni baja), había bajado tremendamente de peso y estaba delgada, y por fin pude ver marcados sus grandes senos naturales, en su ceñido polo interno a su casaca, los cuales calculo serán de talla 36 para 38 (la verdad no sé el dato exacto). En ese momento me quedé pensando como el tiempo y la decisión de cambiar puede generar a cualquier mujer en un mujerón, y aunque lo de los sentimientos es importante, para los hombres es importante tener a una pareja que nos parezca rica y tengamos esas ansias de querer comerla cada vez que llega la noche.
Pero bueno, regresando al relato, me recibió feliz de verme y tomamos 2 buses para llegar a su casa. Ahí subimos hasta su departamento y cuando me enseña el cuarto veo que tiene 2 camas en vez de una, y le pregunto qué porque tan grande el cuarto, a lo que ella me explica que ese era su cuarto, así que dormiríamos en el mismo cuarto en camas separadas, ah ok, le dije y ahí quedó. Antes de que le explique que quería dormir un rato, me pidió para pasear por la ciudad antes que ella regrese al trabajo y yo inicie el mío.
Por la ciudad la pasamos genial y finalmente nos despedimos hasta la noche, la cual sería nuestra primera gran noche.

 

Capítulo 2: 1ra Noche – Parte 1
Nos encontramos luego de nuestras labores por el centro de la ciudad con una amiga más de Lucía, a nuestros 25 años, sin padres que nos llamen o controlen. Fuimos por una pizza y no nos pusimos muy al día en muchas cosas ya que estaba su amiga y conversamos cosas triviales. Llegamos al cuarto, nos pusimos cómodos, yo me fui a bañar y me puse mi pijama con cero intenciones de nada. Y ella iba a videollamar desde su laptop a su mamá. Cuando salí la encontré con la laptop en la cama y ella echada boca abajo. Entonces fue cuando vi por 1ra vez que tenía un bonito y formadito culo, que sumado al resto de su cuerpo activó en mí un hambre sexual que disipé rápidamente ya que su mamá me vio y me saludó. Respondí el gesto y me senté en mi cama asignada a esperar que ella termine de conversar.
Luego de unos minutos nos paramos en la ventana a conversar de cómo era la vida social en esa ciudad. Le pregunté que tanto tiene un hombre que hacer para acostarse con alguien. Me dijo que no mucho, que todo era más fácil que en Perú y que no había que necesariamente salir varias veces para poder tirar una vez con alguien. Me pareció muy buena información y yo pensando en ver que podría salirme el fin de semana con alguien más, sin embargo, me pasé de huevón y le pregunté si ella ya se había adaptado a ese tipo de ritmo de vida sexual, y solo me dijo que no sea sapo, y se fue a bañar. Pensé riéndome que la había cagado.
Salió de bañarse ya con su pijama y yo ya cansado a punto de dormir, nos despedimos, ella se acostó en su cama que estaba a la izquierda de la mía, se apagaron las luces y listo, paso 1, 2, 5, 10 minutos y no podía dormir, saqué cuentas que hace 7 días no había tirado porque estaba peleado con mi flaca y las ganas de sexo no me mataban, pero me quedaba aún mucha energía por gastar para poder dormir.
Entonces me puse a maquinar como tirar al día siguiente, pero pensé en que quizás podía tirar ahí mismo, y luego me desanimaba porque no me habían dado ningún sajiro, ni guiño, ni señal, de tener alguna posibilidad, y la lógica me decía que tenía que respetar y simplemente dormir.
Lo siguiente que contaré no tendrá mucho sentido para muchos así que describiré literalmente lo que pasó. Me senté en la cama, me paré frente a su cama y con muchos nervios y arrechura me eché a su costado bajo colcha y sábanas, rápidamente abrió los ojos y me dice, que haces, y la besé, ella retiró ligeramente la cara pero sin ser violenta, ¿qué estás haciendo?, le pregunté ¿quieres tirar? y antes que responda la besé nuevamente, ahora demoró 2 segundos en retirar su cara, no! que piensas que soy?, respondí, la mujer que hoy deseo con cada parte de mi cuerpo, y le cogí un seno y era su área sensible, esta vez pude darle un beso un poco más largo y me dijo, no quiero, rápidamente respondí, ok! Solo besémonos, y la besé y mi mano derecha bajó de su seno a su sexo y sentí su humedad y calor a través de la tela de su calzón, froté su clítoris y gimió, me dijo, no quiero, y me apartó suavemente su mano de su sexo, estaba muy seria, así que obedecí, lo siento, no quise faltarte el respeto así y respeto tu decisión, yo estaba pasando por un sinfín de emociones y parece que todo iba a salir mal, me separé de ella y me estaba parando de su cama y me dice, gracias por respetar mi decisión y por no usar la fuerza para que pase nada más, le respondí ok y discúlpame nuevamente, y escucho esta frase que hasta ahora no se me borra de la mente ok, hay que tirar, tienes preservativos, no?, las emociones seguían en un vaivén infinito ya que no tenía condones, porque no se me pasó por la cabeza comprar algunos, porque simplemente nunca pensé en verla con otros ojos, no tengo, pero puedo venirme afuera, ella lo pensó unos segundos y respondió ok, normal por mí.
Me quité de pie la pijama y ella también se la sacó echada, todo muy rápidamente, ella levantó sus piernas para iniciar con un misionero, me recosté sobre ella y los dos estábamos mojadísimos, la penetré sin esfuerzo, y parecía que su vagina me atrapó y me jaló el pene hacia adentro apretándomelo, sentía su vagina muy caliente y nos besamos, ahora si consentido y fue el primer beso más rico que di en mi vida, ya que fue el primer beso y penetrada a la vez. Pensé en ese instante en cómo sería el mundo si cada vez que besaras a alguien implicaría penetrarla en ese mismo instante. (continuará).

 

Muy buena historia. A veces tiene un sabor especial dejarla así. Pero me hubiera gustado saber qué pasó después.

 

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Muchas gracias por tu comentario @PiuraFelix, acá dejo lo que pasó luego,

Parte 3: Primera noche – Parte Final
Mi mente se olvidó de todo lo que pasó y me encontré besando a mi amiga por primera vez, y a la vez penetrándola. Todo el pasado quedó de lado y solo sentía como su vagina se tragaba mi pene, a pesar de que fue fácil penetrarla, difícilmente aceptaba que se la saque. Me encantó la sensación. Comencé un leve vaivén de mete y saca super excitante. Ella aún no se terminaba de excitar en su máxima expresión y mi pene ya se quería venir, puta madre pensé, no te muevas por favor, no quiero venirme, le dije, ella me miró y sonrió, me dijo ¿qué?, me dio confianza sus ojos marrones que no me juzgaban, solo sentí cariño de parte de ella, habíamos sido amigos muchos años, ok, tranquilo, te espero, me dijo, gracias, es solo para bajarme las revoluciones, le dije; ella asintió sonriendo, dejó de moverse y después de unos segundos me acercó el rostro al suyo y me dio un beso con amor. Mi corazón se alegró, mi cuerpo se relajó y mi pene se controló, ahora sí.
Comencé a bombear un poco más rápido que la primera vez y escuché por fin un ligero gemido, sus tetas como eran grandes, se desparramaban para ambos lados, eran super suaves, las comencé a mamar, sus pezones se erectaron y su vagina se mojó tremendamente; estábamos ya disfrutando del sexo sin prohibiciones, sin horarios, sin problemas, y sin preservativo.
Le levanté las piernas y las froté suavemente, desde la punta de los pies, hasta sus muslos y su clítoris, yo estaba de rodillas y la tenía sometida completamente, le amasaba sus senos y comencé a sentir que empezaba a retorcerse de placer, se estaba viniendo, con dulces gemidos, sin levantar la voz, y blanqueando sus ojos llegó a un orgasmo después de varios meses sin sexo como me comentó luego.
Esperé que termine y nos paramos y con su mirada me preguntaba que posición quería, era super sumisa y además una mujer que disfrutaba y podía venirse en diversas posiciones. He conocido flacas que solo se vienen con una posición y generan monotonía, pero ella no sería así. En todo el tiempo que estuvimos juntos se vino en todas las posiciones.
Finalmente me decidí y le di la vuelta y comenzamos un perrito con sus pies en el piso, q me permitía controlarla y tocarle sus grandes y amazables senos con sus pezones que bailaban en mi mano duros y erectos. Estaba por venirse de nuevo y vi que cerca a la puerta había un bonito espejo zigzagueante. Sin decirle nada se la saqué, se dio la vuelta, nos besamos, era todo muy tierno, y con sus ojos marrones me preguntaba ¿qué pasó? La tomé de la mano y la llevé hasta el espejo. Le di la vuelta, la penetré y cogiéndole los senos la hacia que se pare lo más posible y le decía mírate, míranos como tiramos, mira como disfrutas, que rico, ella se comenzó a ver penetrada en el espejo, con sus ricas tetas bailando al sonido del sexo y abrió la boca para gemir más fuerte que la vez anterior y blanquear sus ojos, estaba viniéndose ahora parada. Mi placer también se elevó al máximo y le di duro hasta 1 milisegundo antes de venirme que la saqué y eyaculé en su espalda y culo, sobándome hasta botar la última gota. Mi eyaculación la sorpredió a ella y a mí, era una gran cantidad, se fue media coja al baño a limpiarse, regreso sonriente, me dio un pico y me dijo, vamos a dormir, mañana tenemos que madrugar, yo respondí, ok, nos vestimos, y cada uno en su cama dormimos llenos de satisfacción por el 1er encuentro que tuvimos.