Mi primera noche salvaje

¿Cómo definirían una noche salvaje?...

Me imagino que cada quien tendrá una respuesta propia, una definición personal para una locura nocturna. En mi caso, mi primera noche salvaje llegó la noche de mi cumpleaños número 28.

Aquel día por la mañana acudí a mi oficina con el humor regular. Era un miércoles pre-primaveral, pero por algún motivo, siempre mis onomásticos me aletargaban el ánimo un poco. Desde Charito, no hubo ninguna otra mujer que me acompañara en la noche de mi onomástico, y fue quizá eso lo que aquel día me traía de no tan radiante humor.

Como era de esperarse, al llegar mis colegas me saludaron brevemente, puesto que había muchos pendientes que atender. Para no bajonearme más los ánimos, Karina, mi asistente, me dijo:

- Lorenzo, acabando el trabajo todos nos iremos a festejar tu cumple cómo se debe...

Solo asentí sin expresar mucha emoción. Previamente había pensado en pasar la noche con una kinesiologa. Pensaba que un poco de sexo me reanimaria los ánimos. Sin embargo, conforme pasaban los minutos, la idea de festejar junto a mis colegas comenzó a entibiar la frialdad que reinaba en mis pensamientos. Más aun pensando en que "la nueva", cómo soliamos llamar a Claudia, quizá también estaría allí.

Pero, ¿quién era Claudia?

Claudia era una joven trigueña de 22 años, de ojos negros y misteriosos, cabello negro ensortijado y labios gruesos. Era practicante de contabilidad, y más además de ser muy inteligente, tenía una figura que causaba sensación, por lo que naturalmente, me sentía interesado por conocerla.

Sin embargo, a mis 27 años, a punto de cumplir 28, podía decir que había dominado mi timidez en un 90%. Pero ese bendito 10% restante hacía que tratara a "la nueva" con un forzado profesionalismo. Saludos y algunas conversaciones eventuales por temas laborales eran el ingrediente típico de nuestros encuentros.

Es por ello que si bien por un momento había pensado que Claudia iba a acompañar al conjunto de colegas con los que festejaría mi cumpleaños, al poco rato nuevamente me sentía dominado por la apatía pues consideraba por hecho que ella simplemente no estaría en esa reunión.

- ¿Qué se va a hacer? - pensé - Quizá llame a Angie (Angie fue la primera prostituta con la que me atendí, y fue una de mis "caseras" por casi 6 años) después de la reunión.

Las horas pasaban y eventualmente veía pasar a Claudia llevando papeles de un lugar a otro de la oficina. Por un momento me pareció ver que caminaba con dirección a mi oficina, pero luego veía que se detenía para mirar al costado, y enderezar su rumbo hacia otra parte.

Llegada la hora de almuerzo, me preparaba para salir a almorzar cuando me topé con Claudia delante mío, en una postura algo rígida y una sonrisa algo inusual.

- Si? - Le pregunto - Todo bien?

- Hola Lorenzo - Me dice, pausadamente - Me dijeron que hoy es tu cumpleaños.

- Pues te dijeron bien - Le digo.

- Ah... discúlpame por no haberte saludado. No sabía. - Me dice, mientras se acerca a mi.

Al rato, puedo sentir sus brazos rodear mi espalda y sus labios acariciar mis mejillas.

- Feliz cumpleaños Lorenzo - Me dice.

Luego me deja, y sin dejarme decir nada se retira.

Me sentí ido por un momento. No podía entender lo que acababa de pasar. Sin embargo, no me hacía ninguna ilusión. Sabía que Claudia era una chica muy social con el resto del equipo, por lo que asumí que lo que acababa de pasar no era más que una muestra de su cordialidad.

Salí a almorzar, y durante el resto de la tarde no hubo novedad alguna, aunque se podía sentir cierta ansiedad colectiva conforme los pendientes se iban finalizando y la hora de salir iba acercándose. De esa manera, siendo a las 7:15 p.m., y no habiendo mayores pendientes que atender, Karina me dice:

- Bueno Lorenzo, ahora toca celebrar tus 28 añartus.

- Así parece - le digo tratando de mostrar interés en la celebración que estaba apunto de acontecer.

Y entonces salimos del trabajo. Éramos una comitiva de unas 6 personas. Estaban todos los que esperaba ver, sin embargo, al rato, se suma una persona más al grupo.

- Claudia?

- Hola Lorenzo, espero que no te moleste si los acompaño a celebrar tu cumpleaños.

- Para nada - le digo, sonriendo sin darme cuenta.

Entonces, mis ánimos pasaron de frío a caliente en un abrir y cerrar de ojos. La noche se perfilaba interesante...

Continuará.

 

jajajajajaja brother te estaban... echando los gatos desde hace rato ajjajajajajajajajaj
buen inicio de relato

 

buen relato estimado sigue así