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El Mundo

Prostitutas, puede; esclavas, no

El debate entre regulación y abolición distrae del problema más claro y acuciante: los derechos humanos - Miles de extranjeras son violadas, aisladas y explotadas en Europa por las mafias

CARMEN MORÁN 24/09/2008
La mirada que lanza la sociedad hacia las prostitutas ha ido cambiando con los años. Por no ir siglos atrás, en la posguerra española se veía con naturalidad que se tapara el hambre vendiendo servicios sexuales. Pasadas unas décadas se aplicó un prisma moral, de pecado y de vicio, pero a pesar de las prohibiciones, ahí siguieron las minifaldas y los escotes generosos. En los ochenta, prostitución y drogas viajaban en el mismo barco. Y, siempre, la compraventa de sexo ha estado ligada a una paupérrima situación económica que ahora se denomina, de forma globalizada, feminización de la pobreza.

Hasta hace poco, las posturas políticas al respecto se antojaban simples: prohibir o legalizar la prostitución. Pero un fenómeno nuevo, la inmigración, ha llenado de matices el debate. Las cifras que reconoce el Gobierno como buenas indican que el 90% de las prostitutas son extranjeras y un 80% del total son víctimas de la trata, es decir, que no han optado por trabajar en la calle para llevar ingresos a casa, sino que están en manos de mafias sin posibilidad alguna de elegir. Los que están de acuerdo con este análisis califican la situación de esclavitud del siglo XXI y retratan torturas, secuestros, aislamiento y violaciones sistemáticas para domesticar la voluntad de unas mujeres que han viajado engañadas en busca de otros empleos. Esta es la postura del Gobierno, que está ultimando un Plan Integral en el que participan 11 ministerios para tratar de atender estas situaciones.
Pero hay algunas organizaciones y partidos políticos del ala más izquierdista que casi dan la vuelta a esas cifras. Afirman que un 80% de las prostitutas ejercen voluntariamente y son minoría las que lo hacen sin escapatoria alguna. La organización más representativa de esta versión, Hetaira, entiende que en ambos casos hay mucho que hacer y no creen que se esté en el buen camino. Estas son las que se denominan -siempre con matices- regulacionistas. Piden que el Estatuto de los Trabajadores ampare a aquellas que se prostituyen voluntariamente "porque estas trabajadoras eligen el oficio, no así las condiciones en las que lo ejercen, ni los horarios, ni el salario que perciben, ni los servicios sexuales que han de ofrecer", explica Cristina Garaizabal, portavoz de Hetaira. Este colectivo alabó hace unos días las declaraciones de Miguel Ángel Revilla, el presidente de Cantabria, que reconoció haberse estrenado con una prostituta.
La asociación Apramp, con presencia en varias comunidades, informa a unas 500 mujeres distintas en la calle o en burdeles cada día. "Si ellas nos pidieran que regularan su situación laboral no nos negaríamos, pero lo que estamos viendo es una esclavitud: mujeres maltratadas, violadas cada día, que las encierran en pisos y nadie habla con ellas hasta que deciden hacer la calle", explica Rocío Mora. Por eso, Apramp se encuadra entre las abolicionistas, aunque saben "que eso puede ser utópico".
La situación es tan compleja, que, hartas de debates entre abolir y regular, Rocío Mora lo que pide son soluciones inmediatas para las miles de mujeres que están pasando por una mala situación ahora. En el caso de la trata, aunque no hay acuerdo en la cifra, sí coinciden unas y otras en que es un caso de derechos humanos y como tal hay que abordarlo. La primera medida que toman las mafias que trafican con estas mujeres es despojarlas de sus papeles para que no puedan acceder a un permiso de trabajo ni de residencia. Son prisioneras. También de las amenazas, que se extienden a sus familias en los países de origen.
La ONU calcula que la prostitución mueve entre cinco y siete billones de dólares anuales (entre tres y cinco billones de euros) y afecta a cuatro millones de víctimas.

Cuando la policía irrumpe en un burdel las mujeres pueden denunciar a quienes las han reclutado a la fuerza. Si lo hacen pasan a ser tratadas como testigos protegidos. ¿Pero lo estarán sus familias en Brasil, en Rumania, en Polonia? Los golpes, las torturas y las amenazas hacen una espiral en sus cabezas. Prácticamente ninguna mujer se atreve a ir a la policía, aunque eso parezca la salida más fácil.

"Esto es como la violencia de género, que se les pide que denuncien pero no siempre lo hacen. Pero peor, porque estas mujeres han sufrido unos malos tratos tremendos. Por eso hemos pedido al Gobierno que se les conceda al menos un mes para que podamos trabajar con ellas desde un punto de vista psiquiátrico, si no, no denunciarán nunca". Así será. "Nosotros les demostramos en ese tiempo que todo es un gran negocio, que nadie les está ayudando, como les dicen", cuenta Rocío Mora, de Apramp. Pero, desgraciadamente, reconoce que cada vez es más difícil recuperar a las prostitutas porque los problemas psiquiátricos que presentan ahora no tienen nada que ver con los que había años atrás.
En Hetaira van más allá, creen que el llamado "periodo de reflexión" de 30 días no sirve. "Esas mujeres que han sido traficadas deben recibir todas las atenciones que se merecen por haber sufrido esa situación, no condicionar su estancia en España a que denuncien o den detalles sobre las mafias".

Derechos es lo que piden unas y otras. Soluciones inmediatas, con independencia de que el Gobierno se decida a hacer un Plan Integral o a decantarse por penalizar al cliente o no. Salidas para esas mujeres que están sufriendo ya ese maltrato.
Sobre las que actúan en libertad, la asociación Apramp no cree ni que existan. "Si preguntas a cualquiera de las que están en la calle te dirán que lo hacen voluntariamente, porque a veces necesitamos meses para que reconozcan que son víctimas de trata. Si son tan libres, ¿por qué desaparecen del club en el que trabajan cuando nos acercamos a hablar con ellas más de 10 minutos? Si van acompañadas hasta a la peluquería. Si algunas no cierran la puerta del baño meses después porque están acostumbradas a una vigilancia permanente, si las cronometran cuando están con los hombres en su habitación según el servicio que tengan que darles, si los carteles que ponen en algunos de esos pisos en lugar de recomendaciones sanitarias indican todo lo contrario", recalca Rocío Mora.

"¿Cómo vamos a pedir que se regule la situación laboral de estas mujeres? Sería tanto como pedir que se dé amparo legal a una situación mafiosa", añade Mora. Apramp tiene dos pisos en Madrid con 9 habitaciones cada uno y mucha falta de plazas para alojar a estas mujeres que se atreven a dejarlo. Algunas de ellas trabajan como topos para conseguir que otras abandonen también la prisión en la que están. A otras les ofrecen talleres y colaboran con otras organizaciones para proporcionarles algún trabajo, por lo general en el servicio doméstico o cuidando ancianos. Pero la labor de documentarlas es ardua y eso es lo primero que tienen que hacer y para lo que piden ayuda a la administración. "No son inmigrantes ilegales a quienes repatriar, son víctimas".

En toda Europa hay cuatro modelos para legislar sobre la prostitución. Los más prohibicionistas penalizan a los que compran y a los que venden sexo y esos son el 60% de los países, con un caso aislado, Suecia, que solo multa a los clientes. Otros tienen regulada la situación, con ciertos derechos laborales y obligaciones sanitarias, pero eso deja aparte a las que no tienen papeles, que, según las cifras, son las más. En otro grupo están los que llaman abolicionistas, como España, aunque en la práctica se traduce en políticas de no intervención. La situación en España es alegal. Y hay lo que se llama nuevo abolicionismo que sería el caso Italiano, similar al enfoque español. Pero eso ha cambiado recientemente hacia un prohibicionismo total, que impide ejercer en la calle.

Las abolicionistas en España tienen una certeza firme: se trata de víctimas de mafias y hay que acabar con ello y permitirles a estas mujeres otra vida. Pero las regulacionistas afirman que campañas como la del Ayuntamiento de Sevilla, que ataca a los clientes de la prostitución -"¿Tan poco vales que tienes que pagar?", rezan las vallas publicitarias- no hacen sino estigmatizar más a las prostitutas, como "si fueran ellas las que no valen nada", dice Garaizabal. "Si no hay anuncios en la prensa muchas perderán sus trabajos". Los clientes a veces son fundamentales para detectar cuando hay trata, dicen en Hetaira. Esta asociación no fue invitada a la reunión de ayer en el Ministerio de Igualdad con ONG que trabajan con prostitutas. "No quieren oír que en los países donde se ha regulado la prostitución tienen menos cabida las mafias".

 

1) Club de alterne en España
2) y 3) Ipswich, Inglaterra: A fines de 2006 una serie de asesinatos remecieron la conciencia del país en torno a la prostitución. El gobierno considera seriamente penar a los clientes.

 

Italia cierra las calles

El Gobierno de Berlusconi trata de acabar con la prostitución a la vista

MIGUEL MORA 24/09/2008
La Universidad de Trento calcula que entre 18.000 y 36.000 mujeres llegan a Italia cada año en redes de trata para ser explotadas como prostitutas. Su trabajo rinde un beneficio anual de 2.200 a 5.600 millones de euros. Chinas, nigerianas e inmigrantes del Este de Europa forman el núcleo mayoritario. La calle es su refugio habitual. Los burdeles fueron prohibidos en 1958 con la Ley Merlin, y desde entonces la prostitución está tolerada en Italia, siempre que se ejerciera en la calle o en una casa particular y no se detectara explotación. Pero ahora ha llegado la nueva ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, y ha mandado parar.

Su diseño de ley, que se está aplicando ya, castiga por igual a clientes y prostitutas, y les prohíbe ejercer en la vía pública. Entre protestas y excusas variopintas —“me acerqué porque creía que era mi prima”, dijo ayer un romano cazado in fraganti—, la policía ha puesto ya cientos de multas de 300 a 3.000 euros. Clientes y meretrices se sienten acosados por igual. Arriesgan además arrestos de 5 a 15 días.

“El prohibicionismo total a la italiana es una novedad absoluta”, explica Andrea di Nicola, criminólogo de la Universidad de Trento y especialista en trata y tráfico de personas. “Aunque es mejor intervenir para tratar de regular el problema que no hacer nada, porque el abstencionismo tiene costes sociales más altos, las medidas propuestas por Carfagna traerán más costes que beneficios”.

En un país en el que se calcula que hay cinco millones de clientes habituales, pensar que la prostitución desaparecerá por decreto es una quimera, sostiene Di Nicola. “La ley implicará serios problemas de derechos humanos, porque castiga doblemente a las mujeres, víctimas de tráfico y trata; y su único beneficio será aparente: aumentará la percepción de seguridad en la calle, pero no resolverá el problema”.

Además, una aplicación rigurosa de la ley desbordaría el ya estancado sistema judicial, pues requerirá de juicios penales. Los expertos creen que la prohibición callejera servirá para esconder las situaciones de explotación trasladándolas a los olvidados burdeles o a las casas. “La explotación seguirá siendo la misma. O más, porque se verá menos”, concluye Di Nicola.

Fuente: El País (España)
Fecha: 24 de setiembre de 2008

 

La Fórmula 1 dispara la demanda de sexo en Singapur​

SINGAPUR (DPA).- La llegada de multimillonarios a Singapur con motivo del Gran Premio de Fórmula 1 que se celebra el domingo ha disparado la demanda de acompañantes en la ciudad asiática, según publica la prensa local.

Las agencias de acompañantes aseguran que se ha incrementado el negocio en un 20 por ciento, y un agente asegura que un cliente ha reservado a una joven por 40.000 dólares de Singapur (algo más de 20.000 euros) por seis horas de trabajo, según el diario 'The Straits Times'.

Prince Wong, propietario de la firma de servicios de compañía 'Singapore Escort Services', no quiso revelar la identidad del cliente ni de la acompañante, a la que cobrará 9.000 dólares de Singapur (más de 4.500 euros) del pago total. "Es el mejor fin de semana del año", dijo Wong.
Las agencias dicen que los clientes son exigentes y buscan acompañantes con buen contexto familiar y título universitario. "Quieren acompañantes que no parezcan, suenen o vistan como acompañantes", dijo el propietario de 'The High Society Club'.

"Quieren que la gente piense: 'Qué novia tan agradable tiene'". Entre las chicas que ofrece el club están azafatas de vuelo, enfermeras, profesoras y hasta una abogada.

Las agencias aclaran que los servicios sexuales no son parte del acuerdo y es algo que se debe acordar estrictamente entre el cliente y la acompañante. La prostitución es legal en Singapur.

Fuente: EL Mundo (España)
Fecha: 25 de septiembre de 2008

 

Sexo, violencia y redención: historia de una prostituta

Tornatore narra la perversidad de la trata de blancas en 'La desconocida'

ISABEL LAFONT - Madrid - 26/09/2008
La historia del cine está llena de prostitutas. De las Cabiria y Saraghina de Fellini, hasta la improbable Vivian (Julia Roberts) de Pretty woman, muchos directores han creado heroínas memorables de las profesionales del sexo. Pero en pocas ocasiones han mostrado un retrato sin concesiones de la perversidad de la trata de blancas. Giuseppe Tornatore (Bagheria, Sicilia, 1956) lo ha hecho en su último filme, La desconocida, la historia de una prostituta ucraniana que huye de su proxeneta en busca de una vida. Huelga decir que mejor.

El director de Cinema Paradiso no ahorra al espectador ni un gramo de crudeza. "La realidad es incluso peor", dice Tornatore. "Es una mujer que ha sufrido todo tipo de mortificaciones y que en un cierto momento decide recuperar la femineidad que le ha sido robada. Y lo hace con el mismo lenguaje que ha aprendido", añade. "Es una película de género, pero aquí no hay un asesino al que hay que descubrir, sino el sentimiento que actúa de motor de la protagonista. Es un filme policiaco clásico contaminado por una historia de sentimientos". El punto de vista es el de la protagonista y también hay una cierta intención de denuncia.

Tornatore dedicó mucho tiempo a la búsqueda de su protagonista: "Quería una extraordinaria actriz, desconocida, joven, misteriosamente bella, y que fuese madre". La encontró en Kseniya Aleksandrovna Rappoport en San Petersburgo. Nacida en Leningrado en 1974, la intérprete ha obtenido por este trabajo el premio David de Donatello y ha recibido una nominación para los European Film Awards.

La idea original de La desconocida se remonta a 1987. "Es una de esas historias que uno lleva encima y que con el tiempo madura y se enriquece", dice el cineasta. En este caso, los cambios han sido notables: la protagonista, hace 20 años, era una mujer del sur de Italia.

Como siempre, desde Cinema Paradiso, Tornatore ha encargado la banda sonora de esta película a Ennio Morricone. "Me gusta que la música nazca con la película, no después. Ennio Morricone se pone a trabajar una vez escrito el guión, pero antes de que empiece el rodaje". El realizador ha vuelto a su isla en su última película, Baaria, o Bagheria, su ciudad natal en dialecto siciliano. Pero Tornatore no adelanta ni una micra de este proyecto, que se terminó de rodar en agosto y estará listo en primavera.

Fuente: El Mundo (España)
Fecha: 26 de septiembre de 2008

 

Prostitución: La ley de la oferta y la demanda​

By Catherine Townsend​

'El sexo siempre ha vendido y venderá. Todos tenemos un precio'​

Como muchos de mis amigos, no simpaticé con los personajes de “Una Propuesta Indecente”. Robert Redford interpretaba un apuesto millonario que ofrecía un millón de dólares a Demi Moore por una noche con ella. Su marido no pone reparos para que su mujer se acueste con el hombre que la atrae. ¿Qué conflicto hay en esta situación?

Lo siento mucho, pienso que esta película hubiera tenido sentido con Danny de Vito en el papel del millonario. Nunca he recibido dinero a cambio de sexo y siempre digo que nunca lo haría, pero sí un hombre como Robert Reford me hiciera una propuesta de este tipo me costaría mucho responderle que no.

No obstante el mundo real está lleno de grises y claroscuros. La cima de la industria del sexo son las chicas escoltas, quienes cobran cientos y miles de libras esterlinas por noche y reciben todo tipo de atenciones de sus clientes.

Muchos de mis parejas y amigos me han confesado que han estado con prostitutas sin que lo supieran sus novias.

Pero antes de comenzar a juzgar a las prostitutas tengan en cuenta que todas no se les puede considerarlas víctimas. Algunas mujeres con otras opciones en la vida venden sexo porque les resulta más rentable que un trabajo como operadoras de telemarketing con sueldo mínimo. Otras lo hacen ocasionalmente para darse un gusto, como una cartera de Balenciaga, por ejemplo.

Me horroriza leer que en ciertos sectores de Londres es quince veces más barato tener sexo con una prostituta que comprar una pizza. Y es que la realidad de la prostitución no es el retrato ofrecido por Catherine Denueve en “Belle du tour” sino más bien es terrible y descarnada. La trata de blancas es un negocio de escala global y los peones llegan de Tailandia y Brasil engañados con la promesa de trabajo como cameras en bares y nightclubs, solo para ser vendidas a proxenetas y llevar vidas marcadas por el miedo.

Aún así creo que se equivoca la ministra de la mujer, Harriet Harman, al buscar al criminalización de la prostitución. El resultado sería muy parecido a la prohibición del aborto: el negocio continúa pero en condiciones más precarias y peligrosas.


La criminalización de la prostitución en otros países sugiere que siempre habrá prostitutas en tanto los clientes busquen a las prostitutas, aún a costa de riesgos más grandes. Sí el gobierno pudiera hacer un catastro de los burdeles y fiscalizar sus ganancias, la prostitución callejera desaparecería y se aseguraría una atención adecuada para las trabajadoras sexuales. Tanto los clientes como las trabajadoras saldrían ganando sí se tomaran estas medidas.

Sin embargo el primer que hay que tomar es remover toda forma de juicio moral en la legislación y aceptar que el sexo vende y siempre venderá. La ley de la oferta y la demanda se aplica en todos los campos de la vida. Consideren las cenas de gala, por ejemplo, en las cuales hay que pagar una tarifa por tenedor. Todo es un juego, pero el resultado es que todos y todo tiene un precio. En tanto la relación sexual sea un acto consentido entre dos adultos, ¿quiénes somos para juzgarlos?

Fuente: The Independent (UK)
Fecha: 25 de septiembre de 2008

Amsterdam



Alemania



Ps, ¿Algún comentario? ¿No les gusta el tema?

 

El arte del amor: Edouard Manet

By Tom Lubbock

Ellas están en Degas, Toulouse - Lautrec y Picasso: en sus inicios la prostitución fue tema recurrente del arte moderno. La marginal, la inmoral se convirtió en el ícono de los vanguardistas del mundo pictórico. La primera transgresora fue Olimpia, del pintor francés Edouard Manet. Su primera presentación en sociedad fue un escándalo en el seno de la comunidad artística. Manet quería provocar a los críticos y pintó estudiado confrontación. La mujer posa al estilo de un tradicional desnudo veneciano con una mirada fácil de reconocer en las prostitutas. Su ama de llaves le entrega un bouquet. A su pies un gato negro que se arquea a su espalda. su mano izquierda cubre sin pudor su vagina, porque sabe que es lo que busca su observador cliente. Su provocativo gesto hizo pensar a los críticos que Manet había retratado el vello púbico de su modelo. La indignación pública fue inmensa. El pintor respondió: "Llueven insultos sobre mí. Nunca había estado en estas posición ...la gritería me molesta; es obvio que alguien se ha equivocado aquí". Resulta extraño que Manet se sorprendiera de la reacción pública. La industria del sexo sigue siendo un tabu en la moral de Occidente.

Fuente: The Independent (UK)
Fecha: 25 de septiembre


Olimpia, 1863


Toulouse - Lautrec


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Agradezco tus post sobre el tema, Cófrade Drais. Muy ilustrativo para enfocar el negocio de la prostitución desde diversos puntos de vista.

 

Gracias por tus palabras, amigo Shinjii. Tengo más material que tengo que traducir. Ojalá alguna vez lleguemos a hablar seriamente del asunto en el Perú y no seguir con estas estupideces que hacen el chavón y los afanosos investigadores de la TV. Me molestan que traten mal a las kines, que las juzguen y digan cosas que no vienen al caso.

Saludos,

Drais

 

Gracias por sus fotos en el rinconcito...

Saludos,

Drais

 

Maria Antoniatta Dos Reis Furtado, "Maite" 37 años, natural de Cabo Verde, ex - stripper y madame establecida en Ginebra, Suiza, está siendo procesada por la justicia española por proveer prostitutas al equipo de filmación de "Asterix en los Juegos Olimpico", película francesa rodada en Alicante, España, el año 2006.

Madame Asterix es acusada por la fiscalía de Alicante de proxenetismo, tráfico de drogas y extorsión.

El fiscal encargado del caso acusa a Madame Asterix de haber llevado a Alicante una docena de prostitutas, incluyendo una menor de edad, para prestar servicios al equipo de filmación.

El co - director de la película, Thomas Langmann, ha admitido que solicitó los servicios de las chicas de Maite, pero que fue el único cliente de ellas.


El caso empezó el año pasado cuando Maite reclamó vía notarial el pago de £ 30,000 por los servicios de sus púpilas, además de amenazarle mediante SMS con hacer público el escándalo si no pagaba. El señor Langmann luego alegó que Maite robó su tarjeta de crédito empresarial y retiró 25,000 libras para sus gastos personales.

Maite, también conocida como "La Pantera Negra", llegó a Suiza en 1994 con pasaporte guineano y ascendió socialmente gracias a su matrimonio con banquero suizo y su implacable olfato para los negocios. Es madre de un niño autista.

"Asterix en los Juegos Olimpicos" fue un fracaso de taquilla, pese a que se inviertieron en el film 80 millones de euros. Se le considera el film de mayor presupuesto del cine francés contemporáneo.

Fuente: The Daily Telegraph
Fecha: 29 de septiembre de 2008

 

prostitución en la India
EL SEXO Y EL SARI​

Kiran Desai, una renombra escritora de la India, nos relata su viaje el pueblo de Peddaparum, donde, generación tras generación, las mujeres se han dedicado a la prostitución.



En marzo pasado viajé a la costa del estado de Andhra Pradesh, en el delta del río Godavari. Pasando por la calle principal de uno de los pueblos en el camino, observé la gran cantidad de camas y colchones en ambas orillas de la calles. Había todo tipo de camas y colchones, amén de todos los negocios relacionados con estos productos. Fuera de ese detalle, este pueblo podía ser cualquier otro pueblo de la India, con sus típicas tiendas de abarrotes, vacas, niños y mujeres, bicicletas y rickshaws que se dirigían al mercado local, a la orilla del río. El paso lerdo de un jeep de la Policía completaba el cuadro, Todo parecía tan normal, pero luego me explicaron que la realidad era totalmente diferente. Las mujeres que enviaban a sus hijos a la escuela eran prostitutas y sus hijos el producto inesperado de su trabajo y el deseo de sus ocasionales clientes. Los conductores de rickshaws eran los protectores de esas mujeres. Los clientes de las tiendas los &#8220;maridos temporales&#8221; de las prostitutas. Los policías estaban atentos en busca de un incauto que solicite los servicios de las mujeres en la vía pública, ya sea por el dinero de la víctima ocasional o un encuentro sexual gratuito con la trabajadora sexual.

La palabra &#8220;Peddaparum&#8221; explica la vida en este pueblo, hogar de las Kalavanthalu, una sub &#8211; casta de cortesanas y bailarinas de los templos, famosas desde tiempos inmemoriales por su elegancia y belleza. En el pasado las Kalavanthalu fueron protegidas de la realeza, la clase sacerdotal y terratenientes. Su estatus presente es el resultado del cambio de las costumbres desde la colonización británica hasta la actualidad. Aún así los servicios de la Kalavanthalu son muy apreciados y generosamente pagados, dependiendo de la belleza y educación de la muchacha. Ellas han sobrevivido al cambio de costumbres y se han adaptado al gusto y preferencias de los clientes. Una señora &#8211; madame de un burdel &#8211; me advierte: &#8220;Esos policías te están mirando porque piensan que eres una chica nueva y usas lápiz de labios&#8221;.

La tierra del pueblo de Peddaparum es roja, los largos mostachos son prueba de virilidad entre sus hombres y sus pickles y pimientos los más famosos a nivel del estado de Andhra Pradesh. Sus mujeres dicen que su pueblo tiene algo aún más picante que ellas ofrecen y se ríen de ello.

- &#8220;Es el pimiento&#8221;, dice una mujer.
- &#8220;No, es la música&#8221;, responde otra.
- &#8220;¿A quién le gusta el sexo, chicas?&#8221;, interrumpe una tercera.
- &#8220;¡ A ella, a ella!&#8221;, y todas señalan a otra mujer con cara de asustada
- &#8220;¿Quién dijo eso?, no, no me gusta&#8230;si me gusta, lo admito&#8221;, responde la mujer.


La franqueza de esta conversación no debe sorprendernos. El estado de Andhra Pradesh encabeza las estadísticas de compañeros sexuales por habitante: 24% de los hombres y 9% de las mujeres tienen una vida sexual plena fuera de las restricciones propias del matrimonio. El promedio nacional es de 10% de la población masculina y 2 % de la femenina. La liberalidad de las costumbres en Andhra Pradesh no debe hacernos pensar en los lugares típicos de la prostitución en las grandes ciudades. En Pedapparum las mujeres visten de manera conservadora, no usan maquillaje pero si abundantes pendientes, collares y aretes al modo tradicional. Peddaparum existe para brindar satisfacción al típico cliente de clase media de la India.

- &#8220;Somos famosas por ser descendientes de cortesanas y de la realeza, por eso tenemos la gracia y la desenvoltura que nos distinguen&#8221;, declaran orgullosas las Kalavanthalu.
- &#8220;¿No tienen algún tipo de secreto?&#8221;
- &#8220;No, sin trucos ni secretos. Lo nuestro son las buenas maneras. Tratamos a un hombre como un rey. Cocinamos para él, le bañamos, le damos masajes con aceite, le servimos Whisky McDougal, etc. Le damos todo lo que pida y, cuando tiene que irse, le pedimos que no se vaya, que no nos abandone. Los mimamos para que vuelvan lo antes posible&#8221;.

La organización y ornato del burdel son el espejo de la imagen que dan las Kalavanthalu. Sus habitaciones tienen las comodidades del típico hogar de clase media en la India. Lo único diferente son las cortinas que cubren las ventanas de hierro y dan privacidad a las pensionistas del local. El burdel en sí mismo es una gran casa atendida por una matrona o regenta muy digna y seria.

- &#8220;No nos llame trabajadoras sexuales, no mencione la palabra prostitución. Nuestros padres decidieron esta vida para nosotras, así como hay personas destinadas al matrimonio o un oficio&#8221;, me advierte la matrona.
- &#8220;En el pueblo hay un templo dedicado a la diosa Godavari, a la orilla del mar. Cada año celebramos un ritual en el que una de nosotros se casa con el dios Shiva. Esa noche la elegida pasa la noche con el dios en el templo&#8221;

Tras explicarle que visito el pueblo en misión oficial, para informar a las trabajadoras sexuales sobre la prevención del HIV, la matrona sigue contándome sobre la vida de la Kalavanthalu.


- &#8220;La chica elegida para el ritual recibe entre dos a tres acres de tierra del municipio. Se busca prioritariamente una chica muy bella pero pobre, por quién paguen un buen precio y su familia se beneficie. La ceremonia tiene lugar cada 11 de diciembre y se realiza con todo el boato de un matrimonio real, pagado por toda la comunidad Kalavanthalu. Supe que pagaran hasta US$ 12,500 dólares por una chica. La primera noche la pasó en el templo y la segunda con el hombre que pago por ella&#8221;.
-&#8220;Durante el festival las chicas bailan en el templo para promocionarse. En el pasado utilizábamos hojas de betal para hacer las transacciones, ahora intercambiamos números telefónicos&#8221;.

Fin de la primera parte

 

Familia, amor, matrimonio y sexo
Las Kalavanthalu hablan con serenidad y dulzura acerca de su oficio. Muchos clientes pasan largas temporadas con ellas y se convierten en sus &#8220;maridos temporales&#8221;, a quienes dedican todo su tiempo y atención. Este sistema les ha asegurado la fidelidad de la clientela, una excepción en un negocio marcado por los celos y las traiciones.

La mayoría de las Kalavanthalus se han independizado de la tutela del templo, pero mantienen un vínculo simbólico con sus tradiciones. Muchas de ellas están casadas con sus tíos y no, como en el pasado, con los bananeros y los dioses.

- &#8220; Si, el tío es quien da el mangalsutra&#8221;, me dice una de las muchachas.

El mangalsutra (collar equivalente al anillo de matrimonio en Occidente) es un tema de discusión recurrente entre las Kalavanthalus. Pienso que discuten sobre el tema y utilizan el mangalsutra para sentir que tienen vidas ordinarias. Lo cierto es que saben que su vida ha sido decidida por su familia. El tío &#8211; novio entrega los anillos a su sobrina &#8211; esposa. La ceremonia matrimonial se diferencia de las bodas ordinarias porque los contrayentes no entrecruzan sus pies, no se echa arroz ni flores por la felicidad de la pareja y no se hace la reverencia a la estrella Arundthati.

Las fotos familiares de bodas y otros eventos familiares son muy importantes para las Kalavanthalus, pues son el recuerdo del destino que no tuvieron y la alegría de saber que, gracias a ellas, una pariente alcanzó la felicidad que ellas no pudieron tener.

Las Kalanvanthalus relatan con orgullo el origen mitológico de su linaje: tres bailarinas celestiales que intentaron distraer la atención del sabio Vishwamitra. El baile sigue siendo una de sus tradiciones, pero convertido ya en una actividad de tipo publicitario. En el pasado tenían la obligación de bailar en el templo cuando empezaban su carrera, ante el Shiva lingam.


No obstante algunas viejas Kalavanthalus sienten que sus vidas han sido desperdiciadas. Una de ellas recuerda a su madre, a quién su familia le dio a escoger el matrimonio con un desconocido o el negocio a los 14 años. Su madre se casó pero su matrimonio fue un fracaso y tuvo que entrar al negocio. Cuando ella llegó a la pubertad, su madre decidió que su destino sería el negocio, la sexta generación de las mujeres de su familia en él.

Una Kalavanthalu retirada me dice con orgullo:

- &#8220; Mi tatarabuela fue dasi (cortesana) del rey. Aún vivo en su casa, construida en una colina, de paredes blancas, donde no llega la tierra. Se respira paz mi casa. En Peddapuram hay muchas mujeres orgullosas como yo&#8221;.

(fin de la segunda parte)

 

El lado oscuro del pueblo
Sin embargo no todas las prostitutas del pueblo son Kalavanthalu. En una barriada en las afueras Laxmi vive sola, en medio de un basural. Ella no es del pueblo, sino de la cercana ciudad de Kakinada. Su madre era sirvienta, su padre conducía un rickshaw. Un día una mujer la convenció de ir a Bombay por un mejor futuro y la vendió a un burdel. Un año después fue liberada por la Policía y regresó a su pueblo. Sus padres no la aceptaron en casa y se estableció en Peddapuram.

Laxmi me cuenta que en el burdel las Kalavanthalu le aplican la ley del hielo y sólo sale del burdel en un coche cubierto, para que nadie la vea. La madre de su mejor amiga, Sridevi, cobra la mitad de las ganancias de Laxmi. Sridevi también ejerce el oficio y no siente resentimiento contra su madre. Sridevi y Laxmi se han convertido al cristianismo.

- “¿Van a la iglesia?”, les pregunto.
- “¿Cómo podríamos ir a la iglesia? ¡Somos prostitutas!”, responden las chicas.


Extracto del libro “Aids Sutra: historias desconocidas de la India”. Vintage Books. £8.99. Available from TimesBooksFirst for £8.54, free p&p. 0870 1608080; timesonline.co.uk/booksfirst


Fuente: The Sunday Times (UK)
Fecha: 08 de septiembre de 2008

 

La ciudad holandesa de Eindhoven ofrece incentivos para retirarse de la prostitución​

Vanessa Mock​

La ciudad holandesa de Eindhoven ha aprobado un plan según el cual se premiará el “buen comportamiento” de las prostitutas locales con créditos blandos para incentivarlas a dejar la profesión.

El plan municipal ha sido comparado con los descuentos que ofrecen las aerolíneas a los pasajeros que vuelan frecuentemente en sus aviones. Así, pues, las beneficiarias recibirán créditos blandos para comprar ropa o muebles, así como programas de inserción en el mercado laboral.

Como gran parte de las ciudades holandesas, Eindhoven cuenta con una zona roja que la Alcaldía quiere cerrar dentro de tres años. Con este fin la ciudad ha aprobado el programa de incentivos, el primero en Holanda que ofrece a las prostitutas un incentivo económico por dejar su oficio.

Entre las medidas del programa municipal figura el rescate y rehabilitación de muchas de las trabajadores sexuales adictas a la heroína, además de clases de recuperación de la autoestima para que rompan sus vínculos con sus chulos y acepten cursos de inserción laboral.

“Cada paso que [ellas] tomen para salir del negocio será premiado con vales que les permita ir de compras. Además tendrán un consejero permanente cuyo trabajo será guiarlas y darles confianza para que tomen sus propias decisiones y dejar su oficio”, declara Veronique Beurskens, edil del Consejo Municipal de Eindhoven.

El Consejo Municipal también está experimentando con otras medidas como ofrecer cursos de modelaje y diseño de modas a las “damas de la noche”. Esta idea ha sido exitosa en Ámsterdam gracias al apoyo de los institutos de diseño de modas de la capital holandesa.

Sin embargo, la iniciativa del Consejo Municipal de Eindhoven ha sido criticada en la prensa holandesa y los sindicatos de prostitutas, que consideran el plan como una forma discreta y progresiva de ilegalizar la prostitución.

Eindhoven se ha unido a la campaña nacional que busca reducir la industria del sexo en Holanda. El año pasado Ámsterdam cerró una parte de su barrio rojo comprando las casas donde se ejerce la prostitución. Las autoridades holandesas afirman que la mayoría de los burdeles están vinculados al crimen organizado y al tráfico de personas.



Una sociedad permisiva: la prostitución en Holanda
- Hay cerca de 25,000 prostitutas en Holanda. La mitad trabaja ilegalmente o proviene de países fuera de la Unión Europea.
- En Ámsterdam hay 140 burdeles y 500 trabajadoras sexuales que ofrecen sus servicios en las famosas ventanas de esos locales. El ingreso anual de esta industria se estima en €100m.
- Toda persona mayor de 18 años puede ejercer voluntariamente la prostitución en Holanda. El proxenetismo está penado por las leyes holandesas.

Fuente: The Independent (UK)
Fecha: 06 de octubre de 2008

 

Estimados cofrades:
Me gustaría conocer su opinión sobre la historia de la prostitución en la India. Dejando de lado lo exótico del lugar, veo que hay muchas cosas reveladoras que comentar. A los interesados mandenme un MP o escriban aquí.

Saludos,

Drais

 

Estos "billetes" están siendo utilizados por las autoridades ucranianas para concienciar a la población femenina de su país sobre los peligros de emigrar a Europa Occidental a ejercer las prostitución.

La trata de blancas es un delito muy extendido en Ucrania. El año pasado la Organización Internacional de Migraciones estimó que alrededor de 117,000 ucranianas han sido forzadas a ejercer la prostitución o sometidas a otras formas de servidumbre desde 1991 hasta la fecha.

La prostitución es una actividad muy extendida en el país, que se ha convertido en uno de los destinos favoritos para el turismo sexual en Europa.

Fuente: The Daily Telegraph (UK)
Fecha: 08 de octubre de 2008

 

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25 September 2008

The Independent​

El boom de la prostitución en el Reino Unido​

La profesión más antigua del mundo está rodeada de fantasias, secretos y mentiras. Robert Verkaik nos revela un poco de la industria del vicio a través de las vidas de quienes viven de ella y sus clientes.

Charlie Daniels recuerda su primer día como prostituta como si apenas hubieran pasado unos días.

- “Mientras se detenía al borde de la acera pude ver que era un auto fino. Mi amiga abrió la puerta delantera y se sentó en el asiento del frente, y yo me dejé caer sobre el asiento trasero. Ella negoció el precio por una chupada y me dijo que me él me daría 10 libras por unas caricias. Tenía miedo y pensaba como él me veía temblando como un perro cagón”.

Charlie tenía 17 años. Así comenzó su vida como prostituta en las calles de Sheffield y, posteriormente, su ascenso a madame y acompañante de alto nivel cuyos honorarios llegaban a 1,000 libras por noche.

- “Mi primera vez fue a los 12 o 13 años y, al poco tiempo, quedé embarazada. Vivía en un hogar de menores y no tenía dinero para los pañales de mi hijo. Cuando mi amiga me sugirió intentar la calle, no lo pensé dos veces”.

Charlie comenzó su carrera trotando en las cercanías de la Maternidad de Sheffield, donde había nacido su hija.

- “Las calles son sucias. Me atacaron, me robaron en público, me violaron y recibí golpizas de los clientes, de las otras chicas y de los cafichos. No quería dejar la calle porque el dinero compensaba todo y ya me había acostumbrado al dinero”, nos cuenta Charlie.

Sin embargo Charlie vio que había formas más seguras de ejercer el oficio. Así, pues, dejó la calle y trabajó en un baño – sauna, uno de los miles de locales de relax masculino que abundan en las ciudades británicas.

- “Pensé que las cosas no tenían que ser así. Fui al sauna y el administrador me contrató de inmediato. Los clientes eran hombres de negocios y profesionales. Pero detrás de esa fachada está el crimen organizado que utiliza esos locales para sus operaciones de tráfico de armas y drogas”.

En los noventa Charlie decidió que ya era momento de ser su propia jefa y dirigir su propio burdel, lo cual le costó ser el centro de la atención de la Policía y los cafichos. Charlie luchaba en dos frentes y esta lucha le costó una pena de dos años de cárcel por acuchillar a una chica en un ojo.

Hoy en día Charlie es empresaria y habla con la seguridad y profesionalidad de una madame. Para ella la cárcel fue uno de los momentos más importantes de su vida, pues descubrió podía hacer y ofrecer más cosas con su cabeza que con su vagina. Así, pues, tras su liberación, escribió un libro titulado “Invaluable: Mi Viaje a Través de una Vida en el Vicio”. Su profesión actual es ayudar a las chicas a cambiar sus vidas.

La redención de Charlie es una historia que el gobierno quisiera fuera más común en todo el país. El caso de Charlie Daniels apoya la tesis que una decidida intervención del Estado puede ayudar a las mujeres a dejar la prostitución. Es más, algunos ministros quieren dar un paso mucho más trascendental estableciendo la tolerancia cero a la prostitución y criminalizando la solicitud de servicios sexuales.

A fines año el Home Office (Ministerio del Interior) publicará un informe sobre la floreciente industria del sexo en el país. Todo indica que, a pesar de las presiones de algunos ministros, es poco probable que se aplique una política de tolerancia cero al oficio. La verdad es que el negocio emplea cerca de 80,000 mujeres y produce ganancias anuales de 770 millones de libras. Esta fuente de ingresos fiscales no parece secarse ni siquiera en estos tiempos de ajuste crediticio e inflación, pues los clientes siguen dedicando un poco de su dinero en la busca de placer sexual. El sector se ha adaptado a los tiempos duros, como lo prueba un estudio gubernamental que indica el precio promedio del servicio completo es 15 libras.

Teela Sanders, socióloga, piensa que los estimados gubernamentales son conservadores y que el número real de trabajadoras sexuales puede ser una cantidad dos o tres veces mayor. Las calles no reflejan la realidad de una industria que opera discretamente y no se ha visto mayormente afectado por la campaña gubernamental contra la prostitución callejera.

Para Sanders el perfil del cliente es un hombre de clase media que busca un servicio de calidad y precio módico, semejante a lo que se ofrece a los clientes de los saunas, burdeles y clubs de striptease más lujosos.

Quizás Ian, 48 años, llena el perfil del cliente promedio. Ian es casado, trabaja en una compañía de seguros marítimos y vive en Kent.

- “ Voy a los burdeles fuera de la ciudad y, especialmente, cuando viajo al exterior. Usualmente estoy borracho cuando voy al burdel y ya no me importa cuando me cuesta la salida. No me sorprende si piden 300 libras o más. Los mejores burdeles que he conocido están en las capitales de los Estados Bálticos, especialmente en Tallin (Estonia) y Riga (Letonia). Hay buenos locales en España y en Moscú. Normalmente aprovecho el servicio de la chica y en otras ocasiones no me importa pagar por la compañía de la chica”.

Ian es un hombre educado que habla sin ambages de sus hazañas sexuales. Lo hace con ironía y sentido del humor, quizás como una forma de esconder sus raíces de clase media. Dice que comenzó yendo a las salas de masajes y clubes de striptease luego de graduarse de la universidad. Nos cuenta que, durante un viaje de negocios a Manchester, unos clientes lo llevaron a un club de striptease. Hasta ese momento había evitado contratar chicas escoltas porque le parecían frías y calculadoras. Luego de ese viaje Ian se inscribió en un grupo de terapia para adictos al sexo. El médico que lo atendió le dijo que lo suyo no era nada grave, tan solo el típico sentimiento de culpa que tienen muchos hombres casados.

Historias como la de Ian son muy comunes en el país, pues cada día hay más hombres casados que pagan por sexo, al igual que mujeres de clase media que ven el asunto como un medio de tener ingresos extras. La señora Sanders menciona el caso de una universitaria de religión judía que escribió un blog sobre sus experiencias como prostituta de lujo. Este es un caso excepcional, pues es la necesidad de pagar los estudios lo que lleva a miles de chicas universitarias a dedicarse a la prostitución. Tanto clientes como prostitutas han visto en la Internet la oportunidad de hacer contacto*. La seguridad y privacidad que da una pantalla de computadora elimina los temores del que dirán.

No obstante el lado más oscuro del mundo de la prostitución sigue siendo la calle. La vida de Joanne Blair, 21 años, quien se prostituye desde los 11 años, es dramática: “Tengo un cuchillo en el bolso. A los clientes les digo que si se insolentan les corto.” Joanne es, pese a todo, una chica sana, es decir no está enviciada por las drogas. En el mundo de la calle las adictas son lo más bajo que hay, y los traficantes y cafichos tratan de enviciar a todas las chicas para controlar sus vidas. Volviendo a la historia de Joanne, ella no tiene reparos en decirnos que odia su trabajo y que jura cada noche que esa será la última vez. Hace poco trabajo en un Burger King y en club de striptease, pero finalmente volvió a la calle. Joanne se acaba de presentar para un trabajo como teleoperadora de una empresa de marketing y espera la respuesta de la entrevista de trabajo.






*¿Habrá en Inglaterra un equivalente a Perutops?