La enfermerita

Hoy me vi con mi trampita y me metí mis 2 buenos polvos. Salí extasiado y ella obvio que tmb recibió lo suyo porque me encanta hacerla mojarse to-dita. Bueno el punto es que la embarqué a su casa y en el camino hacia mi casa me acordé de una experiencia de hace varios años, no se porque ese recuerdo llegó a mi memoria, es extraño, pero aprovecho para compartir el recuerdo. Resulta que una vez, yo tuve un leve accidente y al ir a hacerme atender el doctor me dijo que debía realizarme una cirugía menor para lo cual debía internarme durante una semana. Acepté y en esa semana conocí a varias enfermeras o técnicas para decir el termino correcto, pues existen dos categorías, las licenciadas que son como asistentas de los médicos, tienen un rango mas alto ganan mejor y solo se dedican a entregar las medicinas a los pacientes y de inyectar ampollas si es necesario. Debajo de ellas están las técnicas que son las que chambean mas y ganan menos, se dedican a estar en contacto permanente con el paciente, arreglas las camas, las sabanas, acercarte algo que le pidas, y en algunos casos limpiar a la gente cuando se haya ensuciado de alguna forma, estas chicas son mas numerosas en los hospitales, son las que están en contacto mas directo con los pacientes. Hay de todo tipo, chibolitas inician-tes, chicas ya con experiencia y tías que siguen trabajando porque nunca estudiaron para licenciadas y se les nota en su forma de atender una especie de rencor de no haber podido ascender, pero ese es otro tema. Recuerdo a una madurita ya, algo de 45 años pero bien conservada en cuerpo, de cara era un poco malcriada sin llegar a espantar, pero lo bueno es que se manejaba un señor culo y el uniforme se lo remarcaba. Esta tía era mala gracia, atendía casi con desprecio, cada vez que se acercaba para hacer su trabajo se le notaba en el rostro que detestaba estar allí y cuando se le pedía un favor, accedía solo en algunos casos pues mayormente ponía mil peros. Les repito que su atributo era tener un delicioso culito y cuando ella se acercaba a hacer su trabajo cerca de donde yo me encontraba siempre la observaba para ganarme con ese culo apretadito durito redondito y me la imaginaba puntearla y haciéndola sentir mi pescuezo bien duro en su pantalón y luego alucinaba con meterse-lo fuertemente y castigarle a punta de pingazos como una forma de desquitarme por su atención tan lamentable. Una de esas veces que la observaba ella se dio cuenta y me miró como diciéndome "pervertido que me miras tanto el culo", noté en su rostro un actitud como de reprimenda pero sin llegar a ser tan fuerte, sin llegar a ser agresiva conmigo, no tenía intenciones de hacerme una escena, uffff me sentí aliviado. Bueno ya es tarde, cuando tenga algo de tiempo culmino el relato.

 

Continue el relato de la enfermera tubona

 

y este relato, qué pasó?

 

Cofrade, continúe el relato.

 

Hermano, continua con el relato que se lee demasiado interesante tu vivencia

 

Que tal cófrades, ante todo disculpas por dejar el tema sin culminar y sin responder los comentarios, estas semanas tuve mucho trabajo, temas familiares y la flaquita que me absorbe el poco tiempo que me quedaba. Caray como ha pasado el tiempo, pensé terminar el relato al día siguiente y ya pasaron semanas. Bueno ahora lo culmino y por ello seré breve. Cada vez que la veía acercarse a la costilla, esperaba el momento en que ella me de la espalda para poder observarla, ya me había acostumbrado a eso, era un placer poder disfrutar de ese señor trasero, al menos con la mirada, repito que la costilla no era muy agraciada de caramelo, pero eso era lo de menos, siempre terminaba poniéndome bien duro al observarla, incluso tenía que buscar la forma de disimular y taparme con las sabanas de manera que no se pudiera descubrir que mi falo estaba como fierro ardiendo. También repito que ella era muy distante, muy malagracia, y por ello se me hacía difícil tener un acercamiento. Cuando necesitaba algo se lo pedía y ella casi por obligación aceptaba atenderme. Un día me sentía realmente mal, me dolía mucho la cabeza y le pregunté si podía darme algo, a lo que respondió que yo debía hablar con el doctor o con la licenciada, que ella no podía entregar ninguna medicina. Pero doctor y licenciada no aparecían por ningún lado, estuve así buen rato, entonces llegó la hora del almuerzo, y yo ni ganas tenía de comer. Ella lo notó. Se me acercó y me preguntó y le dije nuevamente que me sentía mal, entonces ella me dijo: “ok voy a ver si te puedo ayudar, espérame un rato”, primera vez que sentí un gesto amable de ella. Casi media hora después se apreció con unas pastillas y me dijo que las tome con el almuerzo y luego con la cena, solo eso me dijo y se retiró. Tomé las pastillas y la verdad me ayudaron bastante. En la noche a la hora del cambio de guardia, se reunían técnicas y licenciadas para pasar por cada paciente, donde las que salían les daban a las entrantes las indicaciones respectivas. Allí estaba ella, la vi pasar y parecía que me miraba, pero no me dijo nada y se fue. Supuse que la volvería a ver en la mañana, pero no fue así, después me enteré que los turnos eran rotativos y los horarios se hacían de forma que algunas trabajaban su turno 2 o 3 días seguidos y luego descansaban. Dos días después se apareció de nuevo, pero esta vez en el 2do turno ósea entraba a eso de las 7pm. Esa vez hablamos ya con mas soltura, conversamos por ratos y luego ella se fue a descansar, debo comentar que según ella misma me dijo, las chicas que trabajaban en ese turno tenían la costumbre de estar haciendo rondas hasta las 10pm esperando que los pacientes se duerman y luego ellas se iban a ver tv o también a dormir y solo en caso de emergencia o urgencia se ponían a atender, así es la cosa. Pero para mí era muy difícil dormirme temprano, a diferencia de casi todos los pacientes que desde las 9pm ya estaban soñando con los angelitos, yo seguía despierto pensando en muchas cosas y de paso me quedaba tomando atención a ver si ocurría algo con otros pacientes. Ese día me dormí como alas 11pm y no la vi hasta la mañana. Todos los días a eso de las 6am ellas pasaban por cada cama y levantaban a todos para que se aseen y además para cambiar las sabanas, esa fue la 1era vez que a ella le tocó mi cama, los días anteriores fueron otras chicas. Así que aproveché para hacerle el habla, ella me respondía con frialdad, pensé que estaba volviendo a su actitud inicial, pero de un momento a otro cambió y me dio una mirada que me dejó con la sangre ardiendo, ustedes saben, cuando una hembrita te da sajiro se nota. Y luego de eso me dijo con un tono susurrante “Bueno papi ya me voy, te veo mañana” y se dio la vuelta y se fue caminando, a lo cual me quedé mirándola sobre todo ese culito que ya me imaginaba tener en mi poder, y entonces ella se volteó un momento me miró de nuevo y sonrió levemente. Chessss…… me dejó como volcán a punto de lanzar toda su lava, el muchachón se volvió loco y de pronto sentí como la bata se me ponía como carpa de circo, tuve que reaccionar rápidamente y meterme a la cama y taparme para que nadie lo notara. Todo el día estuve pensando en ella y como la abordaría al día siguiente, sin embargo, para mi sorpresa no tuve que esperar mucho pues ella en la noche ya estaba de vuelta, la miré y la saludé de lejos y cuando ella se acercó le pregunté y me dijo que habían hecho el horario y le había tocado estar esa noche. La notaba más atenta, más cercana, más interesada en tener contacto conmigo, sin embargo, luego ya no la ví, parece que estaba encargada de otras camas y no le había tocado conmigo, bueno no tenía mas remedio que esperar a que se diera otra ocasión para afanarla. Como de costumbre a eso de las 11pm me empezaba a dar sueño, pero esa noche había sido muy calurosa y sentía que estaba sudando ligeramente, al comienzo no le daba importancia pero luego ya me estaba molestando, casi medio dormido más o menos a media noche escucho unos pasos y era ella que estaba revisando si todo estaba en orden, aproveché y la llamé con voz muy bajita para no despertar a nadie, ella se acerca y le digo que había sudado y que me pase otra bata, en ese momento no estaba pensando en nada físico con ella, pues más me preocupaba cambiarme pues la bata estaba húmeda y me molestaba. Ella trajo otra bata y yo me cambié mientras ella se llevaba la bata húmeda. Luego ella regresa y me dice si ya estoy mejor, y en ese momento me empezaron a entrar las ganas, le susurro que si me siento bien y la quedo mirando fijamente, y ella se notaba muy cómoda, tuve ganas de empezar a besarla y manosearle el culo que tanto me había hecho soñar, pero estaba como petrificado sin hacer nada, entonces ella se pone a mirar la cama y me dice “creo que la sabana también está húmeda” y empieza a agacharse para tocarla, luego dice “la voy a sacar y cambiarla” aaaaassssssuuuuuu casi casi estaba en pose pollito tomando agua, chesu ya no podía aguantar más, estaba mirando ese delicioso culito en esa pose tan alucinante y yo estaba que me temblaba todo, tenía unas ganas inmensas de tirarla a la cama y clavárselo todito, pero no sabía si hacerlo o no, pues si ella reaccionaba mal podía hacerme un escándalo. Entonces ella termina de sacar la sabana y se va diciéndome “ahorita vuelvo”. En esos instantes mil pensamientos cruzaban por mi mente, ¿me mandaba o no me mandaba?, ¿se molestará o no? ¿alguien se dará cuenta? Etc etc entonces ella regresa y me dice “permiso” y se pone a tender la cama y nuevamente se arquea enseñando todito, y yo no podía dejar de mirarla agachándose y meneándose, y ya no pude mas y me pegué a ella, empecé a puntearla, se lo arrimé todito, con fuerza, mi pájaro estaba duro al 100% y quería que ella lo sintiera sin piedad, ella dejó de tender la sabana y pegó todo su cuerpo con el mío, mis manos empezaron a manosear sus tetas, su cintura y ella se sentía extasiada, gemía suavecito, despacito, susurrando para evitar que alguien se despierte, luego empezaron los chapes y entonces tomé su mano para que me sobara la pieza, al comienzo pareció gustarle la sensación, pero después ya no quiso, entonces yo quise sobarle su conchita pero ella lo rechazó. Hasta allí llegamos, yo estaba pensando en campeonar esa noche, incluso estaba imaginando a que lugar podíamos ir para completar la faena, pero creo que ella no pensaba lo mismo, los chapes siguieron hasta que escuchamos pasos y nos separamos, ella se acomodó un poco, yo me subí a la cama y me tapé. Ella me miró, me dijo que me duerma y se fue, pero yo no pude dormir. Al día siguiente quise hablar con ella, pero no se acercó, pasaron dos días y no aparecía, pregunté a otra chica y me dijo que tenía varios días libres porque había cumplido sus horas del mes, es decir que cada mes ellas deben trabajar una cantidad de horas, si trabajan seguido varios días y completan sus horas, pueden pasar varios días descansando. Pues luego me dieron de alta y me mandaron a casa. Regresé unas veces para verla, una vez hablé con ella y le dije para salir, pero se negó, me dijo que no quería tener algo con nadie, estaba separada y quería estar sola. No insistí. Así terminó esa historia.

 

Ya pe cofrade...al menos metiste punta a su panetón