La chica del centro comercial

Caminaba muy aprisa por el centro comercial confundido recordando una y otra vez en mi mente la discusión previa con mi novia. Siempre es lo mismo, nunca se podía estar con ella, que me duele la cabeza, que no tengo ganas, el cantar de toda la vida. Fue cuando ví cruzar su silueta a escasos metros de donde estaba, fue inevitable no levantar los ojos para verla pasar, mini de jean azul, y un topcito blanco resaltaban sus atributos. Me quede como hipnotizado viendo sus glúteos en el vaivén de su caminar, pero pude despertar de esa impresión y camine instintivamente hacia ella. A escasos metros de ella pude contemplarla mejor, era trigueña de ojos claros, hermosa. Me lanzó una mirada de pocos segundos pero fue como una señal de aprobación a lo que vendría después.
La seguí por cada tienda del centro comercial, era innegable que se había dado cuenta que la seguía, tampoco hice nada por ser mas sutil, me tenia embobado. Cruzamos miradas un par de veces, como envueltos en un juego que no sabia como acabaría. El sonido de mi celular me saco del momento, era mi novia, no contesté, volví la mirada hacia ella y ya no estaba, apresurado camine buscándola, no podía perderla, adonde iría tan rápido?, solo habían sido unos segundos de descuido.
Seguí caminando apresurado y sin darme cuenta había llegado a la sección de lencería femenina, y ahí estaba ella, quede mas hipnotizado aún al contemplarla revisando unas tanguitas, sin duda que era cómplice del juego que empecé al seguirla, revisaba una y otra tanguita de manera tan sexy como si me las modelara apropósito, cogío luego unos brasieres de encaje y cerrando sus ojos lo puso a la altura de su nariz como queriendo sentir el aroma, repentinamente abrió los ojos, me miro, me lanzo una sonrisa pícara y se fue rápidamente. La seguí, esta vez caminando más despacio, y la vi entrar al patio de comidas, la seguí con la mirada viendo como compraba un helado y se sentaba casi a unos metros de donde yo estaba, instintivamente fui a comprar un helado y me acerque hacia ella, como buscando el ángulo perfecto para apreciarla a plenitud me senté en una mesa casi al frente de ella. Era hermosa la vista de sus piernas cruzadas, sus muslos carnosos, terminando en unos pies bien cuidados y resaltados por unas sandalias de plataforma que alimentaban mas aún me excitación fetichista. Volviendo en mi subí la mirada, y me encontré con sus ojos, que los bajo inmediatamente para de manera totalmente seductora empezar a comer su helado, cada cucharada que daba me ponía mas caliente aún, ver como movía su lengüa, como se volvía cómplice de la situación, y así fue cuando lo hizo, abrió sus piernas dejándome ver su tanguita, una tanguita roja, permanecí hipnotizado un par de segundos viendo como sus piernas se unian en esa tanguita roja pequeña, no cerro para nada sus piernas peor aún como si fuese una niña jugando movia sus piernas dándome una vista súper placentera. Ahí seguía yo embobado, y al subir nuevamente la mirada pude ver sus ojos picaros, casi descarados invitándome al pecado.

Me tenia encendido al máximo, no podía dejar pasar esta oportunidad, no tarde en acercarme lentamente y me senté a su lado mientras ella me miraba fijamente, y como impulsado por el deseo, o talvez por la rabia de la discusión con mi novia, le estampe un beso profundo que no tuvo oposición, al contrario pude sentir su lengüa rozando con la mía, sentí su perfume mezclado con el sabor de helado de vainilla, y sentí como su mano se dirigía hacia mi pantalón acariciando por afuera mi pene, me tenia sumergido en el deseo y la pasión de ese beso, hasta que se aparto y acercándose nuevamente me dijo al oído; quiero que sigamos este jueguito. Se levantó y se fue raudamente por uno de los pasillos del centro comercial, aún impresionado por todo lo sucedido me paré y corrí tras de ella, solo pude verla entrar al ascensor y como me hacia una seña con su dedo índice hacia abajo.

Indudablemente iba hacia el estacionamiento, subí inmediatamente al otro ascensor, y al llegar pude ver como se alejaba entre los autos estacionados, aceleré mi caminar hasta que la vi entrando a una camioneta negra, pensé, todo acabaría así? Una caliente huevos mas?, pero vi que la camioneta seguía estacionada, me acerque y justo en ese momento bajo y me dijo:

- Pense que nunca vendrías.

Me tomó de la mano y abriendo la puerta de atrás subimos, apenas subí y cerrando la puerta, se me abalanzó como una fiera, dándome un beso demasiado apasionado, demasiado salvaje, podía sentir su lengüa jugar con la mía, su mano buscando mi bragueta, no tardo segundos en sacar mi pene e inmediatamente se fue hacia él, dándome una de las mejores mamadas que pueda recordar, sentía su lengüa jugar por el tronco, hasta llegar a la cabeza, y luego repetía la acción para terminar succionando con una velocidad que me revelaba lo excitada que estaba. Mis manos ya le habían subido el topcito y palpaban cada centímetro de sus senos, los acariciaba por debajo del brasiere, mientras ella seguía sumergida en una mamada excepcional, continué con mi exploración y con una mano busque su culito, aunque la posición tan estrecha en el auto me resultaba incomoda, pude meter mi mano por debajo de su mini y acaricie su par de nalgas carnosas, casi de inmediato llegue a su conchita y sentí como tenia su tanguita empapada, la empecé a tocar, mientras sentía sus jadeos con mi pene en su boca, era inevitable resistir mas con tanta excitación y me vine. Ella parecía mas excitada aún, sin ningún tipo de reproche siguió y siguió mamando como queriendo tomarse hasta la ultima gota. El placer era infinito, podía sentir en una mano lo mojada que estaba su conchita mientras con la otra acariciaba suavemente uno de sus pezones.

No podía creer lo golosa que era esta nena, ya había pasado más de un minuto de mi corrida y seguía mamando como si fuera lo último que quisiera hacer en su vida, el sonido de mi celular interrumpió el trance en que estaba, lo saque como pude de mi bolsillo, era mi novia, esta vez lo apague para que no molestara más.
Ella como si nada seguía mamando con una pasión que me dejo sorprendido, mis dedos seguían jugando en su conchita, cada vez mas húmeda, entonces la jale y la recosté sobre el asiento para sacarle el top y su brasiere, empecé a besar sus pechos primero con ternura, luego con una intensidad que ella respondió con agudos gemidos, tenia sus pezones erectos a disposición de mi lengua, los lamía y succionaba, mientras mi mano acariciaba su culito, y se perdía luego en la humedad de su conchita. Ella extasiada me agarraba los huevos, y poco a poco empezó a masturbarme, no pasó mucho para que pudiera estar listo para seguir, la excitación era tal que quería penetrarla ya, pero no podía ser tan loco y aún con el pantalón casi por mi rodilla pude sacar del bolsillo de atrás el pre que guardaba, me lo puse mientras ella me seguía acariciando, e instintivamente volvió a bajar hacia mi pene para empezar con una nueva mamada. No deje que estuviera mucho tiempo ahí, ya deseaba penetrarla, ella lo entendió y se subió encima mió, era realmente incomodo estar tan apretados en ese asiento trasero, pero sentir como me perdía en su estrechez elevo mi libido al máximo, empezamos una cabalgata intensa, mientras besaba sus senos y acariciaba su culito en cada penetrada, habrán pasado varios minutos y ya extasiados nos acomodamos de costadito como pudimos, sentir sus nalguitas rozando mi cuerpo en cada penetrada me excito de sobremanera mientras veía en su cara el placer que ella sentía, sus pezones erectos en señal que lo disfrutaba, y la humedad que bajaba por mis piernas me avisaron su corrida, se retorció fuertemente acercándose mas a mi, acelere el ritmo para termina en un excelente orgasmo. Quedamos abrazados, extenuados, las lunas polarizadas del auto eran cómplice de nuestra aventura, y su voz rompió el silencio:

- Tenemos que hacer mas seguido este tipo de jueguitos amor, me excitan como no tienes idea que ya quiero más.

Sin duda que lo repetiremos le contesté.

Si, era ella, la dulce nenita de apenas 20 añitos, que desde hace 2 meses se había convertido en mi trampa, en el desahogo sexual que necesitaba, libre, sin complejos, sin ataduras porque el sexo es así de simple, se disfruta, no como el amor que todo lo complica.

 

Mmm esta buena la narracion de tu aventura culinaria.
¿en que centro comercial fue ah? segun la historia, era el carro de la flaca?
Si fue asi como la conociste, que suerte has tenido, no a todos nos pasa esoo!
sueltate algunas fotos o algunas fotos referenciales de alguna de la farandula.

 

buen relatado cofrade, suerte que te haya pasado eso no creo que suceda muy a menudo eso. Provecho

 

buena historia cofrade esta vacan

 

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me gusta la historia, sobre todo el final justicas tu momento, aunque no es necesario.. saludos.