Humala: caja grata de sorpresas...para quiénes..???

Si existe un desconcierto actual relacionado a la real tendencia que quiere imponerle Humala a su gobierno, este proviene de los dos frentes que durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se disputaron ardorosamente el título de “defensores del mal menor”. Y en honor a la verdad, la gran mayoría de quienes aquí opinamos formamos parte en algún momento de alguna de esas dos tendencias. Fue sin duda una encrucijada inesperada la que afrontamos y en la cual cada uno tuvo que decidir en medio de escasos pro y numerosos contras.

Lo curioso del caso es que tal disputa de opiniones, con heridos y contusos que aún muestran señales de convalecencia, sitúa hoy a los dos extremos en una nueva encrucijada. Aceptar unos que aquello por lo que se votó no trae consigo (ni traerá) el cambio esperado o reconocer los otros, así sea a regañadientes, que aquello contra lo que se votó es hoy todo lo que en el fondo se deseaba. Es así que vemos que cada día se producen más halagos hacia el presidente Humala provenientes del sector más resistente al nacionalismo. Caja de sorpresas gratas le dijo hace solo un par de días Bedoya a un complaciente Humala. Del otro lado, en el supuestamente arraigado y solido sector aliado del gobierno, la renuncia irrevocable del asesor Carlos Tapia dice mucho del nuevo ordenamiento al interior de la cúpula de gobierno. Dos ejemplos sencillos pero contundentes de que la ruta de Humala discurre por el filo de la navaja, incierto para muchos, lamentable para otros, síntoma de buenos aires para los menos.

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Sin embargo, para hacer un análisis mesurado de lo que viene pasando realmente, y lógicamente antes de tomar posiciones en el escenario político que se viene edificando, habría que retroceder un poco en el tiempo y ver qué hechos marcan los hitos más importantes en la ruta de Humala a su actual posición de líder conciliador (para muchos continuista es el termino) que ha desplazado al caudillo del gran cambio.

Situémonos por un momento en los meses previos a ponerse en marcha la primera vuelta electoral. Todas las encuestas coincidían en un mismo lugar. El porcentaje de electores que pedían cambios radicales en la economía y que apoyaban la propuesta de una gran transformación se mantenía al paso de los años en el rango del 30%. Apostaban por cambios graduales y parciales un 40% y por un mantenimiento intocable del manejo económico un 25%. Ni los éxitos macro económicos ni el crecimiento sostenido incrementaron el colchón de simpatizantes del continuismo. Los índices reales de pobreza (no los imaginarios que vociferaba Alan García), la inexistencia del estado en las provincias del país y la gran cantidad de conflictos sociales a los cuales el aprismo opto por ignorar durante sus cinco años en el poder fueron factor fundamental para que la mayoría del país mostrara desencanto e impaciencia y favoreciera propuestas de cambio. Esta tendencia fue claramente demostrada con los resultados de primera vuelta. Y así como es innegable que las posturas egoístas y soberbias de los tres candidatos del continuismo les jugaron una merecidísima mala pasada (y al país un gran dilema) tampoco se puede negar que el voto a favor del nacionalismo no dependió en gran medida de eso. Humala hubiera sido de todas formas, como primero o segundo, participante de la segunda vuelta electoral.

Hasta aquí entonces podemos ir sacando en limpio una primera conclusión. El voto por el cambio fue desde el inicio una alternativa importante. No fue fruto de una disyuntiva cruel que el destino le puso al país en segunda vuelta. Inclusive, hoy en día podemos sacar conclusiones claras sobre lo que hubiera sido una segunda vuelta entre Ollanta Humala y Kuczynski o Castañeda. Contra ellos el triunfo del humalismo hubiera sido arrollador, no hubiera necesitado de recurrir a hojas de ruta o asesores extranjeros y hoy en día estaríamos ante un gobierno legitimado quizás en otras posiciones mucho más radicales. El apoyo masivo del electorado de provincias así lo hubiera determinado. Tal vez la segunda vuelta contra Keiko fue el escenario menos malo después de todo.

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Revisemos ahora lo ocurrido en segunda vuelta. Tras una andanada de críticas y campañas mediáticas que en algún momento nos llevaron a recordar los peores momentos de la dictadura noventera (y que a fin de cuentas jugaron más a favor de Humala que en su contra), los asesores brasileros del nacionalismo logran imprimirle un cariz menos radical al mensaje del candidato e, incluso, gracias a la influencia de gran cantidad de figuras políticas de peso y renombre intelectual, Humala se decide a proclamar su hoja de ruta como documento guía de su gobierno, dejando de lado su plan de gobierno original. Los resultados indicaron que la estrategia rindió sus frutos ante una candidata que proclamaba asistencialismo puro y liberalismo a ultranza como sus únicas credenciales. Insisto una vez más, ante PPK o Castañeda, estoy seguro de que Humala no hubiera necesitado de ese maquillaje y hubiera, posiblemente, radicalizado aun más su mensaje. Sin embargo frente a una rival con pasivos tan grandes como la corrupción y el recuerdo de una dictadura que amenazaban con continuar, el Humala situado más al centro consiguió el 51 % que lo consagro como presidente constitucional. ¿La pregunta salta a la vista entonces? Ese apoyo ¿fue fruto exclusivo de su imprevista moderación y su nueva hoja de ruta? Yo creo que no. Cinco años atrás, compitiendo con un rival políticamente más ducho en contiendas de ese tipo y luciendo el polo rojo y una retorica extremista, Humala había conseguido en segunda vuelta un nada desdeñable 48%. La diferencia radica en que el 2006 perdió estrepitosamente en Lima y el 2011 no. ¿La razón? El cambio de timón y viraje al centro.

Segunda conclusión entonces. Ante instancias decisivas, Humala es capaz de aglutinar en torno suyo a casi la mayor parte de ese colchón de electores que apuestan por un cambio no radical, pero si progresivo, independientemente de que lleve el polo rojo o el blanco. Y fue este sector del electorado quien, tanto en el 2006 como en el 2011, le llevó a ubicaciones de expectativa real en la contienda electoral. Y gracias al mismo es hoy presidente.

De lo anterior se puede deducir que no era tan cierto entonces cuando se proclamaba a Humala como el candidato del gran cambio en la última campaña. Aquello no paso de ser un cliché propagandístico. Humala y su entorno más cercano sabían desde un principio que la izquierda radical no debía formar parte de su entorno más próximo en la toma de decisiones. Y que la influencia de su anciano padre y alborotado hermano no pasarían de ser cargas incomodas pero sin potestades reales. Manejables, en todo caso.

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El viraje tiene entonces un alto componente táctico y de gran sentido de la oportunidad. Seguir asociado a la izquierda peruana le hubiera significado a Humala ser presa de las inacabables pugnas en su interior. Las históricas e irreconciliables pugnas entre las distintas y diversas vertientes de la izquierda no hubieran tardado en pasarle factura. Humala tiene formación militar, es decir pragmatismo al más alto grado, practicidad pura a la hora de optar o descartar por las rutas a seguir o las decisiones que tomar. Y un especialista en marketing político como Favre, poco adepto a las ideologizaciones, le caía como anillo al dedo. Y viceversa, Humala era el cliente perfecto para Favre. Y la bisagra entre ambos es Nadine quien como comunicadora siempre entendió que la mejor manera de llegar a los distintos sectores de la sociedad era mediante mensajes específicos. Por ello mientras las bases del partido nacionalista se desvivían en tejer alianzas con el universo izquierdista y los movimientos regionales, en largos dame que te doy a fin de armar su lista al parlamento, Humala optaba por posicionarse en una ubicación al centro, que le garantizara evitar el tropiezo limeño del 2006. Paralelamente a ello, estableció una política de marketing puntual para cada zona del país. Iba a Trujillo y hablaba de lucha contra la delincuencia, iba a cusco o Apurimac y mencionaba el lote 88 de Camisea, en Cajamarca proclamaba la pregunta del millón ¿Agua u oro? Y en Iquitos hablaba de ecología y defensa del Amazonas. Faltaba solo Lima y aquí es donde Favre tejió la estrategia perfecta: la hoja de ruta salvadora.

Alguien preguntarᅿy tan fácil es virar de la forma como lo hizo Humala, en solo cuestión de semanas, cuando a Lula le costó años y consecutivas derrotas electorales? La respuesta es sencilla. Lula respondía ante una organización partidaria como el PT, de arraigo histórico y con una organización fuerte y constituida mediante diversos liderazgos que seguían una ideología establecida. En el caso de Humala no es así. El partido nacionalista no tiene acceso a las decisiones de la cúpula, porque adolece de los mismos vicios y traumas de toda la partidocracia peruana: es una organización personalista. Y al entorno de Humala solo tienen acceso gente de su entera confianza, con Nadine en primer lugar. La virtud de Favre es haber accedido a ese entorno y situarse de manera contundente y más aun, quedarse situado allí más allá de las elecciones. Es hoy uno de los principales asesores de Humala y el gestor del verdadero gran cambio: el ocurrido al interior de Gana Perú.

El error de la izquierda, uno más entre tantos errores históricos cometidos por ellos, fue creer que sus vínculos con el presidente eran más sólidos y haberse dado cuenta muy tarde que sus programas nunca gozarían de oportunidades a cambio de favorecer cambios graduales y casi imperceptibles. Al final, la izquierda peruana sigue desordenada, atomizada y enfrentada entre sí. Apostaron a Humala y se fueron de bruces.

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Es así que hoy estamos encaminados con un gobierno que parece terminara siendo aquello en lo que ya algunos analistas dieron en el clavo: más de lo mismo. Así eso signifique claudicar en contra del slogan principal del humalismo durante la campaña, “crecimiento con inclusión social”. Que ya desde el uso de los términos parecía andar en el limbo. Porque si algo debe comprender el gobierno es la diferencia entre crecimiento económico y desarrollo económico. El país lleva ya una década de crecimiento económico sostenido y es hora de dar paso al desarrollo económico y el desarrollo de este tipo no será posible sin inclusión social REAL. De otro modo seguiremos mostrando al mundo índices económicos para la vitrina pero tras esta la realidad seguirá siendo dura para la mayor parte del país. El espejo de Chile, una obsesión a la que un mandatario de verbo florido pero inacción rayana con el ocio como García les dio importancia exagerada, estuvo bueno como generador de confianza de la inversión extranjera y como agente de crecimiento macro. Pero hasta ahí nomas. Chile es uno de los países de mayor polarización económica del mundo porque los éxitos no llevaron consigo programas efectivos de resurgimiento de las clases que mas fueron golpeadas por las medidas y generaron miseria en un gran porcentaje de su población, algo que sus gobernantes han sido muy hábiles para disimular con su vitrina de país modelo de crecimiento. Y estoy hablando de Chile, un país que no tiene los graves obstáculos de diversidad cultural, geográfia y equilibrio ecológico como los del Perú. Por lo tanto, el mensaje de Humala, cada vez más apegado a la retorica mercantil, donde las inversiones mineras ocupan espacio principal por encima de las comunidades afectadas, lo terminara situando aun fuera de la posición centrista que proclamaba su hoja de ruta. Que hoy en día haya más sonrisas de satisfacción entre los sectores perdedores de las últimas elecciones pero eternos timoneles del curso de nuestra economía, lo dice todo. Grata caja de sorpresas es Humala para los que apuestan por crecimiento sin desarrollo. Y me refiero a desarrollo del país. Porque el de ellos, sus bolsillos, sus negocios y finanzas, si suele estar asegurado. De los detalles, ellos se encargan.

Y esto no se lo esperaban ni los que estaban aguardando ansiosos la oportunidad de decir…te lo dije.

Salud.

 

Este, debo decirlo en público, es un extraordinario artículo de creación propia Gerineldo. Muchas gracias por compartirlo en Perutops, bajo el anonimato de nuestros nicks ese es un gran gesto de desprendimiento que bien valdría verse impreso a nombre propio.

 

LA "GRAN TRANSFORMACION" DE HUMALA

















O LA GRAN CONTINUACION...???​

 

Esta mañana Nadine sorprendió con un nuevo tweet:



La pregunta es... luego del apresuramiento del ministro Descalzi para dar el visto bueno al EIA de Conga justo cuando se venía el paro cajamarquino y las declaraciones del presidente respaldándolo, ¿habrá aún espacio suficiente para promover un dialogo que el mismo gobierno ha empredrado mas de lo que ya estaba?

¿O sera una nueva llamada al orden de la primera dama a un presidente aparentemente cada vez mas desorientado...??

Tal vez las declaraciones del Primer Ministro Lerner aceptando que las observaciones del Ministerio del Ambiente enriqueceran el EIA de Conga tengan que ver con un nuevo reacomodo de fuerzas al interior del gobierno. La salida de Tapia dejo al parecer heridos y contusos también del lado de Favre.

Veremos que nos traen los siguientes días.

 

Lo que pasa Maestro, es que hay cosas que no trascienden a la prensa. Por lo menos no a la prensa escrita y televisiva. Y es lo que comentaba al final de mi anterior post. La aparicion de Favre como asesor de la presidencia estuvo originando desencuentros significativos desde la campaña misma y se han visto incrementados y casi vuelto insostenibles en las ultimas semanas. Es indudable que al interior del gobierno existen dos facciones claramente diferenciadas. Una es la de los ministros que se alinean con el asesor argentino brasilero Favre y que buscan una supuesta derechizacion del gobierno alejandolo de las posiciones de centro que asumio desde que expuso su hoja de ruta y entre estos están los ministros de economia, vivienda, transportes y otros. Mientras que los otros, aglutinados en torno del primer ministro, pugnan por mantenerse fieles a esa hoja de ruta como via para llevar a cabo los cambios graduales establecidos desde un inicio.

Segun se dice, un momento clave del viraje se produjo luego de la entrevista de Lerner con Beto Ortiz, días atrás, en la que el primer ministro tuvo clamorosas metidas de pata como el admitir que Nadine Heredia participaba de los Consejos de Ministros o que Antauro Humala era un preso político. Esto habría originado gran malestar en Humala y ocasionado una severa llamada de atencion en reunión de Consejo de Ministros, lo cual habria sido aprovechado por Favre para orientar al presidente hacia las declaraciones sorpresivamente conciliadoras con las mineras de hace unos dias. A partir de allí la balanza pareció inclinarse a favor del grupo de Favre y es lo que he, mas o menos, dado a entender en mis anteriores post.

Pero Lerner no es un niño de teta. La salida de Tapia, propiciada por él, se dio seguramente para congraciarse con un Humala a quien el asesor izquierdista ya ocasionaba muchos dolores de cabeza y estaría ahora intentando posicionarse nuevamente. No seria de extrañar que el tweet de Nadine sea producto de un acercamiento tactico hacia ella.

Nada es casual en politica. Esas declaraciones de ayer de Lerner, son indicativo de un reacomodo de fuerzas o de que, por lo menos, la pugna que se libra al interior de palacio es mucho mas intensa de lo que trasciende a la prensa.

Salud.