Nueva experiencia

En los recorridos nocturnos uno siempre se hace de regalonas, de esas señoritas que te enamoran y que con las que uno se atiende dos, tres veces o más, y nunca te cansas de ellas, que uno se podría llevar a la casa, «sacar del ambiente» como promesa a futuro que nunca se cumple, al borde del empote.

A Estefany la conocí en una agencia de escorts en Chile. Me gustó de inmediato. Limeña de ojitos achinados y boca gruesa, unos 25 años, delgada con buenas gomas y poto paradito, rica. Aquella vez despedía a un milico joven que según ella no le hizo ni cosquillas, mientras que mi verga dura y gruesa eran la medida perfecta para su vagina alargada y fina, como siempre me decía al oído.

Me encantaba su trato suave y complaciente. Me la tiré un par de veces en la agencia hasta que volvió a Lima. Luego la encontré en otra casa de citas. Con su número privado ya empezamos a coordinar mejor las cachas, pidiéndole siempre el oral sin pre a cambio de un valor adicional, lo cual nos dejaba satisfechos a ambos. Esos 69 eran un deleite, cuando ella se acostaba encima mío para degustar mi falo y compañeros a fierro pelao y yo cataba su delicada conchita rasurada y su apretadisimoo asterisco trigueño, con metida de dedos incluida hasta sentir sus gemidos como límite.

Más de alguna vez la busque ebrio, pero ella siempre me atendía bien, con besos con lenguita y todo. Aquella vez llevaba tiempo sin verla. De hecho fue sorpresa encontrarmela en medio de la fila de escorts que se me ofrecían. No alcancé a verlas a todas y la escojo a ella, de inmediato, vestida con una tanga y los tacos putones que prenden a cualquiera. Aquello le encantó y me regaló un beso con todo. Parece que la noche estaba mala y el que yo la escogiera por encima de todas sus compañeras fue un elogio a su belleza, una caricia a su ego, siempre tan competitivas las señoritas meretrices.

Cancelo por una hora y me pregunta si deseo el adicional de costumbre.
-«Obvio, contigo siempre» le digo.
-«Te voy a dar rico, bebe», me susurra, mientras va por sus cosas y yo me quedo viendo como suben y bajan esos cachetes ricos.

Siento los gloriosos tacos llegar a la habitación. Apenas aparece y cierra con seguro, me besa como enamorados, con mis manos ávidas recorriendo lujuriosamente sus senos de plástico y ese culo tan bien formado. De inmediato me los baja y aplica una mamada deliciosa, profunda, desde la bolas al pico, saboreando el borde del glande como me gusta, como le he enseñado. Me indica que me recueste y continúa su labor con suma dedicación, para luego acomodarme mejor y proceder a besar mi ano, wow, con unos lenguetazos increíbles mientras me pajeaba. Primera vez que siento una lengua por mi gruta, lo cual fue verdaderamente excitante. Su deliciosa lengua ya comenzo a adentrarse por mi culo, sintiéndome como un actor porno de Tushy o Swallowed, para luego continuar con su dedo medio por ahí mismo cual examen de próstata. Luego aumentó el ritmo y me penetró fuerte, duro, hasta sacarme un quejido. Si bien fue algo raro, no puedo negar que mi erección estaba a full, mientras ella alternaba lengua y dedos en una sensación totalmente nueva para mi. Le indique que ya, estaba bueno y quería culiarmela. Se recosto separando sus hermosas piernas para mi y la penetre duro, hasta el contre, como vengandome por haber dilatado mi culo. Estaba como piedra dándole a mi putita predilecta, rica, chupando sus tetas y besandonos full, aumentando el ritmo mientras ella me pedía no parar. Luego la puse en cuatro para no acabar, en doggy le devolví el favor y probé su clítoris y gatille su vagina profunda, húmeda, tibia, y le regalé su tonto beso negro, con mi lengua penetrando su estrechisimo esfinter. Hicimos varias posiciones más hasta que golpearon la puerta. A punto de acabar le indico que me haga una americana. Su chupada de cocos y vaciada en su boca pintarajeada de rojo, como la puta que era, fue un remate magistral aquella noche.

Nos despedimos y me fui con un ligero dolor al caminar. Podría decir que me desvirgo con su dedo y ya se lo duro que es hacer sexo anal. De hecho siempre se lo he pedido y por más plata que le ofrezca nunca me lo ha soltado, riéndose un poco al saber que ella si me conoce por completo. He cumplido la fantasía con otras minitas, cogiendo culos como loco, pero con ella está pendiente. No creo vuelva a repetir la experiencia y me encantan demasiado las conchas como para volverme gay, pero de que me sorprendió, me sorprendió. No la he vuelto a ver, se me perdió de nuevo, pero apenas la vea vuelvo a escojerla. Me debe su *.

 

k verg4 eh leido..................................

 

Buena experiencia continua

 

buen provecho .......

 

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buen provecho .......