Es normal esto ? Si me podría responder una psicóloga o psicólogo o amigas del foro

Yo tengo ahora 41 , me dicen que no aparento mi edad por mi rostro y cuerpo , que parezco de menos ...llevaba una vida marital rutinaria que yo pensaba q era normal , dedicada a mi casa con un esposo que apenas me dirigía la palabra salvo en las reuniones familiares dond aparentaba que éramos una pareja feliz ,y como conté en inicio de mis relatos una amiga me inscribió en una página d conocer gente , mi primera experiencia fue como un rayo para mí y encima con un chico mucho menor , y a partir de ahí mis sgtes experiencias fui aprendiendo de mi cuerpo , pero mi pregunta es : porque solo me éxito con chicos menores ? , tengo amistades de mi edad y mayores ... muy buenos amigos , que me quieren enamorar , seducir , pero no me llaman la atención ........pero un chico de 25-27 de mi agrado que me empieza a hablar ,contar sus cosas , seducir , si me exita , eso es normal ? , mi amiga Ximena es igual q yo por eso a veces pienso q es algo normal , pero veo otras amigas y felices con sus parejas de su misma edad .

 

quizas extrañas tus momentos de joven y por eso buscas a jovenes amiga para poder llenar ese vacio

 

Vanessa80 yo pienso, que te sientes revivir al ser interesante para los jóvenes, te sientes deseada, y eso eleva tu autoestima... En otras palabras te sientes rejuvenecida.... Si eso te hace sentir bien.... Disfrutalo libremente, vive tu sexualidad... Pero con precaucion (preservativos)..... Éxitos en esta nueva etapa de tu vida... Saludos bonita mujer

 

Buen dia Vane: Y digo yo imagino que es el sentirse deseada y rejuvenecida y la atraccion hacia quien sea es lo que importa verdad, tal como lo dicen antes, vivir tu sexualidad y todo es ideal , pero creo que falta ser sincera contigo misma, es decir, vivir todo lo que quieras disfrutar todo lo que quieras pero termina la relacion con tu esposo, divorciate separate, o por ultimo dicelo , segun mi punto de vista en algun momento saldra a la luz tu nueva vida tus nuevas experiencias , y si lo dices seras el doble de libre y disfrutaras muchisimo mas , cierra una puerta y abre la de tu felicidad pero no juegues a dos caras si no estas dispuesta a enfrentar las consecuencias de tus actos. saludos

 

Ya estoy separada desde marzo

 

Simple. Ya que tu esposo no te complace y tu propio subconsciente no quiere verse estancada en el resto de vida patética que llevas (sin ofender), quiere sentirse libre y volver a vivir de nuevo. Y que mejor que con alguien menor, plus, al ser de diferente generación, ambos podrían aprender nuevas cosas uno del otro... Hasta cierto punto.
Saudações.

 

Pero amiga es normal, así como los hombres sobre los 40 buscan a mujeres jóvenes que los revitalice y les de la energía que han ido perdiendo a través del tiempo, es normal que busque a un chibolo que te haga sentir joven y deseada. Me parece que es parte de la vida ahora que la mujer es liberal y busca la igualdad de sexos.
Tranquila y disfruta, no te hagas paltas

 

es normal creo, yo llevo casado 16 años, tengo 43 años, y desde hace 10 años no le tengo ganas a mi esposa ósea y no es que no tenga apetito sexual, me encanta y disfruto del sexo y me gusta que la otra persona también lo disfrute, no soy del estereotipo de 5 minutos y chau. Pero la verdad por mas que le busco excitación o ganas a mujeres de mi misma edad no la encuentro por las insinuaciones y muy claras bajadas de pantalón que me han hecho, por así decirlo, no me excitan, pero basta con que una veinteañera me salude sensual o coquetamente me da no se que, que quiero poseerla y muchas veces lo he conseguido, no soy mal parecido y como quien dice cultura y educación es algo que desbordo, pero cuando se le cruza esta veinteañera me nace un deseo sexual que no puedo controlar. he tenido la suerte de tener relaciones con mujeres menores que yo y la verdad me ha gustado. a punto de que no disfruto del sexo con mi pareja. Doctor(a) cual es mi problema?

 

Bueno amiga... es como dicen los hombres
Q ellos rejuvenecen con una chica joven, q se sienten jóvenes estando con una jovencita... lo mismo debe pasar contigo... rejuveneces con un chico joven y te sientes de 20 otra vez y aparte q tu "marido" no te mimaba cómo debería... bueno tu cuerpo reaccionó y como fue un chico joven q hizo reaccionar y recordar tu juventud, bueno será x eso q los jóvenes encienden algo en tí

 

Quizas lo que te exita es la transgresion o el deseo de sentir algo relacionado con la diferencia de edad: que logras exitar a un chico mas joven te puede hacer sentir poderosa, o sentirte atractiva.

 

Hola como estas.
Pienso q le has encontrado el gusto al sexo, y lo encuentras con chicos menores q tu x su vitalidad y qsupongo ahora q tienes más experiencia gozas más. Tu esposo o ex? Quizás era mayor y no te complacía x eso has creado una barrera, tendrías q experimentar con un tipo mayor pero más canchero en esos menesteres

 

Buenas tardes, no tiene nada de malo al final los hombres buscamos menores, mientras uno disfrute y no violemos una ley ( menores de edad) pues a disfrutar, lo que si le dire que debe buscar alguien contemporaneo para tal vez disfrutar de las cosas que son propios de la edad, una peña, una conversacion en la playa, una noche de juegos, musica, arte etc, espero encuentre a su pareja como usted quiera, cuidese mucho.

 

@Vanessa80 lo que usted siente es la necesidad común de cualquier persona.
Ahora por qué le exista solo jóvenes?
Existe una gráfica llamada La Pirámide de Maslow en ella se ilustra las necesidades básicas del ser humana y en la base se encuentra el sexo. Su marido y más importante usted, descuido está parte y buscó satisfacer esa necesidad primaria, el hecho que fuera un persona “joven” el que satisfacía esa necesidad la llevó a desarrollar esa Parafilia (gusto particular). Se podría decir que en su mente asocia la satisfacción del sexo con los jovenes por qué quien logró satisfacerla después de mucho fue un joven.
Adjunto la pirámide. Y aclaró que no soy Psicólogo, pero en mi profesión ayuda saber de estos temas. Espero ayude a darle un sentido a sus dudas.

 

me pasa lo mismo que ha ti vanessa.. a mi gustan las mujeres de 40 y muy poco las jovenes d mi edad.. siento una atraccion y un apetito sexual voraz con alguien mayor y mis parejas tambien lo ven asi. ¡hay quimia!

 

Cuando era joven y pretendí a una amiga ella me choteo porq le gustaba alguien que era mayor que ella, mi amiga me dijo algo que confirme cuando llegue a la edad del chico que le gustaba . Para un hombre mayor es más fácil impresionar a una chibola que a alguien de su misma edad. Las chibolas sienten que están más maduras al estar con un mayor. En las mujeres puedo entender que sienten el poder de manejar a un chibolo lo que las hace sentirse más poderosas. Es una opinión.

 

Milaine Alarie
2019
Dormir con hombres más jóvenes: Relatos de las mujeres sobre la interacción sexual en relaciones íntimas hipógamas de edad
The Journal of Sex Research 1-13, 2019
doi: 10.1080/00224499.2019.1574704
Influenciada por las representaciones culturales de las "cougars", la sociedad comúnmente imagina que las mujeres que salen con hombres más jóvenes desafían algunas de las expectativas de género con respecto al deseo y el comportamiento sexual apropiado. Basada en 55 entrevistas semi estructuradas con mujeres de 30 a 60 años que salen con hombres más jóvenes, exploro cómo el tener parejas masculinas más jóvenes se relaciona con el deseo y la capacidad de las mujeres de reproducir o interrumpir el guión cultural tradicional para el sexo heterosexual. Descubrí que, en comparación con sus experiencias de sexo con hombres de su misma edad o mayores, las mujeres percibían las relaciones íntimas hipógamas de edad como un contexto en el que pueden perturbar más fácilmente algunas facetas de ese guión, a saber, las relativas a (a) la expresión del deseo sexual, (b) la asertividad sexual, o (c) la importancia del placer femenino. Sin embargo, las participantes reprodujeron ciertas facetas del guión sexual cultural, como el énfasis en el coito pene-vaginal. A la luz de las experiencias de las mujeres, demuestro que la resistencia y la capacidad eréctil de los hombres jóvenes influyeron en la capacidad de las mujeres para desafiar ciertas facetas del guión. Además, sostengo que las percepciones de las mujeres sobre los hombres más jóvenes, que fantaseaban con mujeres con experiencia sexual, alteraban la dinámica de poder de los géneros, lo que facilitaba en última instancia la modificación de los guiones sexuales interpersonales. Este estudio contribuye a mejorar nuestra comprensión de la forma en que la edad, las diferencias de edad y el género interactúan e influyen en los guiones sexuales interpersonales.
Según la teoría de los guiones de Gagnon y Simon (1973), los deseos y prácticas sexuales no están determinados biológicamente, sino que se aprenden a través de varios escenarios culturales e interacciones con los otros. Hay tres tipos de guiones que influyen en la sexualidad de los individuos: 1) los guiones culturales, que son las directrices incorporadas en las narraciones culturales; 2) los guiones interpersonales, que son las pautas estructuradas de interacción que se encuentran en los encuentros interpersonales; y 3) los guiones intrapsíquicos, que son las ideas y fantasías de los individuos. Los guiones sexuales tienen un alto grado de género (Carpenter, 2010; Masters, Casey, Wells y Morrison, 2013; Wiederman, 2005); hay expectativas diferentes para las mujeres y los hombres con respecto a cuán deseosos se espera que sean, cuándo se considera apropiado que tengan relaciones sexuales y cómo deben comportarse durante el sexo.
El guión cultural tradicional y dominante para el sexo (heterosexual) alienta a los hombres a pensar en sí mismos como sujetos sexuales con derecho a sentir deseos sexuales y actuar en consecuencia, mientras que enseña a las mujeres a pensar en sí mismas como objetos sexuales y a encontrar la gratificación en ser el receptor pasivo del deseo sexual masculino (Kurth, Spiller, & Travis, 2000; Lang, Lebel, Lebel, Beaulieu, & Rousseau, 2011; Masters et al., 2013; Ramsey & Hoyt, 2015; Smolak, Murnen, & Myers, 2014). De hecho, a diferencia de los hombres, a las mujeres se les suele disuadir de ser demasiado asertivas sexualmente (Morokoff, 2000) si la asertividad sexual se define como la capacidad de expresar los propios deseos sexuales, de iniciar una conducta sexual deseada con una pareja, de rechazar gestos sexuales no deseados y de comunicar la propia historia sexual (Loshek & Terrell, 2015). Por otra parte, influenciado por la extendida y antigua suposición de que los hombres, a diferencia de las mujeres, tienen libidos fuertes e impulsos sexuales "incontrolables" (Armstrong, England, & Fogarty, 2012; Donat & White, 2000; Masters et al., 2013; Morokoff, 2000), este guión cultural también presenta el orgasmo masculino como más importante que el femenino para el sexo heterosexual (Fahs, 2011; Séguin, Rodrigue, & Lavigne, 2018).
Si bien hay claros indicios de que este guión cultural ha perdido parte de su poder sobre las mujeres (y sobre los hombres) en los últimos 60 años (Allyn, 2000; Kamen, 2000; Lévy, 2008; Masters y otros, 2013; Reid, Elliott y Webber, 2011), los estudios muestran que las mujeres no están totalmente liberadas del imperativo cultural de presentarse como menos deseosas y menos asertivas sexualmente que los hombres. Por ejemplo, los estudios sobre las relaciones sexuales entre adultos jóvenes muestran que los hombres siguen teniendo muchas más probabilidades que las mujeres de iniciar los primeros contactos sexuales (England, Shafer y Fogarty, 2008). Además, si bien se alienta tanto a las mujeres como a los hombres jóvenes a participar en la cultura de las relaciones sexuales, las mujeres tienen más probabilidades que sus pares varones de ser etiquetadas peyorativamente o juzgadas negativamente por hacerlo (England et al., 2008; Heldman & Wade, 2010; Reid et al., 2011), y los hombres tienen muchas más probabilidades que las mujeres de obtener una condición social por acumular conquistas sexuales (England et al., 2008; Jonason, 2007; Jonason & Fisher, 2009). Las investigaciones también demuestran que las mujeres a menudo luchan por priorizar su propio placer durante las interacciones sexuales con los hombres. De hecho, muchas mujeres jóvenes se sienten presionadas a realizar el acto sexual de una manera que tiene por objeto aumentar la atracción sexual de los hombres hacia ellas y priorizar el placer sexual de los hombres durante el acto sexual (Fahs, 2011; Ramsey & Hoyt, 2015; Ramsey, Marotta, & Hoyt, 2017). Las mujeres jóvenes también tienen menos probabilidades que los hombres de recibir sexo oral (Armstrong, Inglaterra, & Fogarty, 2015; Backstrom, Armstrong, & Puentes, 2012; Lewis & Marston, 2016) y de experimentar un orgasmo durante las relaciones sexuales (heterosexuales), especialmente en el contexto de las relaciones sexuales ocasionales (Armstrong et al., 2015; Richters, de Visser, Rissel, & Smith, 2006).
Cabe señalar que si bien se ha dedicado un esfuerzo considerable a la comprensión de la dinámica sexual entre los adultos jóvenes heterosexuales, hay relativamente pocos estudios centrados específicamente en la sexualidad de las mujeres de mediana edad o de edad avanzada fuera de los estudios de salud sexual (Carpenter, 2010; Montemurro y Siefken, 2014; Rostosky y Travis, 2000; Sassler, 2010). Por lo tanto, hay pocos estudios dedicados a entender cómo el envejecimiento afecta la capacidad de las mujeres para renegociar los límites del deseo y el comportamiento sexual aceptable en el contexto del sexo (heterosexual). Sabemos que ciertos fenómenos fisiológicos relacionados con el envejecimiento pueden afectar la sexualidad de las mujeres. Por ejemplo, muchas mujeres perciben que los cambios fisiológicos asociados con la menopausia afectan sus niveles de deseo sexual o sus niveles de actividad sexual (Birnbaum, Cohen y Wertheimer, 2007; Hinchliff, Gott e Ingleton, 2010; Leiblum, 1990). La sexualidad de las mujeres mayores también puede verse afectada por los cambios en la capacidad eréctil de los hombres a medida que envejecen (Cameron & Tomlin, 2007; Chevret, Jaudinot, Sullivan, Marrel, & De Gendre, 2004), ya que la penetración pene-vaginal se imagina culturalmente como la parte más importante de las relaciones sexuales heterosexuales (Fahs, 2011; Fishman & Mamo, 2001; Gewirtz-Meydan et al, 2018; Koedt, 1973; Vares, Potts, Gavey, & Grace, 2007). Sin embargo, muchos investigadores sugieren que los efectos biológicos del envejecimiento sólo pueden explicar parcialmente los cambios en el deseo sexual y la frecuencia de la actividad sexual a medida que las mujeres envejecen; sostienen que los factores contextuales, como la disponibilidad de la pareja, la duración de la relación, la intimidad en la relación y la satisfacción conyugal también desempeñan un papel importante (véase Birnbaum y otros, 2007; Hawton, Gath y Day, 1994).
Los estudiosos que utilizan un enfoque basado en el curso de la vida también destacan la forma en que las transiciones y los puntos de inflexión en la vida de un individuo pueden influir en su sexualidad (Carpenter, 2010; DeLamater & Carpenter, 2012; Lichtenstein, 2012; Wade & DeLamater, 2002). Por ejemplo, los estudios indican que la disolución del matrimonio o de la relación de convivencia suele estar asociada a altas tasas de adquisición de nuevas parejas en el primer año (Wade & DeLamater, 2002). En un estudio anterior (Alarie & Carmichael, 2015), descubrí que las mujeres que habían experimentado el matrimonio y ahora estaban divorciadas, separadas o viudas tenían más probabilidades que las mujeres que nunca se casaron de entablar una relación íntima con un hombre más joven. Otros estudiosos descubrieron que convertirse en el cuidador de su pareja puede tener un impacto en la sexualidad de las mujeres mayores, ya que la identidad de cuidador a menudo es percibida por las mujeres como incompatible con su identidad como seres sexuales o deseables (Drummond et al., 2013).
Las investigaciones también indican que la sexualidad de las mujeres mayores puede verse afectada por los guiones culturales relacionados con el envejecimiento. En estudios anteriores se demostró que el imperativo cultural de que las mujeres equiparen su valor como parejas íntimas con su apariencia física y su juventud puede afectar negativamente a la sexualidad de las mujeres (Koch, Mansfield, Thurau y Carey, 2005; Montemurro y Gillen, 2013; Travis, Meginnis y Bardari, 2000; Wolf, 1991). Por ejemplo, en su estudio sobre la sexualidad de las mujeres de mediana edad, Koch y otros (2005) observaron que cuanto más se percibía a una mujer como menos atractiva en comparación con sus años más jóvenes, más probable era que informara de una disminución temporal del deseo sexual o de la frecuencia de la actividad sexual. Teniendo en cuenta que los hombres heterosexuales de edad avanzada tienden a preferir (Buunk, Dijkstra, Kenrick, & Warntjes, 2001; South, 1991) y buscan parejas femeninas más jóvenes que ellos (Alterovitz & Mendelsohn, 2009; Conway, Noë, Stulp, & Pollet, 2015; Pixley, Feliciano, & Robnett, 2007; Skopek, Schmitz, & Blossfeld, 2011), el envejecimiento puede complicar la capacidad de las mujeres solteras para encontrar una pareja de edad similar.
También hay pruebas de que la sexualidad de las mujeres mayores puede complicarse por la oposición cultural entre la maternidad y la sexualidad (Friedman, Weinberg, & Pines, 1998; Montemurro & Siefken, 2012; Trice-Black, 2010). De hecho, tradicionalmente se ha esperado que las mujeres eviten vestirse de una manera que se considere demasiado "sexy" o que se abstengan de presentarse como demasiado activas sexualmente una vez que se convierten en madres (Friedman et al., 1998; Montemurro & Siefken, 2012). Sin embargo, junto con la fuerte tendencia de la sociedad a presentar la sexualidad femenina como más aceptable socialmente para las mujeres jóvenes, atractivas y sin hijos, también se pueden encontrar en los medios de comunicación crecientes representaciones culturales de las mujeres de mediana edad como seres sexuales (Andrews, 2003; Lavigne, Auger, Lévy, Engler, & Fernet, 2013; Tally, 2006; Weitz, 2010), así como mensajes que alientan la sexualización de las mujeres de edad o madres, especialmente en la pornografía, en la que las cougars y las "MILF" son subgéneros comunes (Huntley, 2000; Musial, 2014; Vannier, Currie, & O'Sullivan, 2014).
Influenciada por las representaciones culturales de las cougars como mujeres muy deseosas, seguras de sí mismas y sexualmente asertivas que buscan activamente hombres más jóvenes para aventuras temporales (Alarie, 2018; Aoun, 2013; Barrett & Levin, 2014; Collard, 2012; Kaklamanidou, 2012; Montemurro & Siefken, 2014), la sociedad comúnmente imagina que las mujeres que salen con hombres más jóvenes desafían algunas de las expectativas tradicionales de género con respecto al deseo y el comportamiento sexual apropiado para las mujeres (mayores). Sin embargo, hasta ahora no se ha realizado ninguna investigación sobre la dinámica sexual dentro de las relaciones íntimas hipógamas de edad (es decir, relaciones en las que la mujer es mayor que su pareja masculina). Por lo tanto, no está claro si las mujeres que se involucran en tales relaciones realmente desafían las normas tradicionales de género con respecto a la sexualidad en sus interacciones con hombres más jóvenes. En este artículo, exploré los relatos de las mujeres sobre la interacción sexual en relaciones íntimas hipógamas de edad. Basado en 55 entrevistas semiestructuradas con mujeres de 30 a 60 años que salen con hombres más jóvenes, investigué cómo el hecho de tener parejas masculinas más jóvenes se relaciona con el deseo y la capacidad de las mujeres de reproducir o interrumpir el guión sexual tradicional a nivel cultural.
Método
Participantes
Los hallazgos presentados en este artículo provienen de un estudio más amplio sobre las experiencias de las mujeres al salir con hombres más jóvenes. Este estudio se llevó a cabo en el área metropolitana del Gran Montreal (Canadá), que incluye la ciudad de Montreal y los suburbios que la rodean. Con una población de aproximadamente 4,1 millones de habitantes (Statistics Canada, 2017), su diversidad cultural y su vibrante vida nocturna, Montreal se asemeja a muchas otras ciudades de América del Norte. Se reclutó a los participantes mediante folletos bilingües (inglés y francés) que se distribuyeron en diversos lugares y en actos que atraen a las mujeres, como charlas públicas sobre la salud o la sexualidad de la mujer, actividades semiprivadas organizadas para personas solteras en Montreal, actos de "happy hour" en bares populares de toda la ciudad, ferias públicas dirigidas a consumidoras, y otros similares. El estudio se anunció en los medios sociales, incluidos los sitios web de citas y Facebook. La versión electrónica del folleto se publicó en el tablero de debate de docenas de grupos de Facebook de interés para las mujeres de mediana edad (por ejemplo, grupos para personas solteras de mediana edad, grupos para madres), así como en mi propia página personal.
El volante indicaba que estaba realizando un estudio sobre las experiencias de las mujeres en cuanto a salir o acostarse con hombres más jóvenes. Enumeraba los criterios de elegibilidad y proporcionaba mi información de contacto. Para ser incluidas en el estudio, las mujeres debían haber tenido al menos una pareja íntima más joven (masculina) en los últimos tres años, tener entre 30 y 60 años y hablar inglés o francés con fluidez. Dado que el estudio se centraba en las citas, las mujeres que cohabitaban o estaban casadas con una pareja más joven eran excluidas. La duración de la relación no se utilizó como criterio de elegibilidad. Para aliviar el efecto de confusión de las diferencias culturales, la muestra se restringió a las mujeres nacidas en Canadá. En un esfuerzo por alinear los conceptos

 

utilizados aquí con los que se encuentran comúnmente en la literatura sobre la heterogamia de edades (Alarie y Carmichael, 2015; Atkinson y Glass, 1985; Hall y Zhao, 1995; Shehan, Berardo, Vera y Carley, 1991) y, por lo tanto, facilitar las comparaciones, en este artículo se define una relación hipogámica de edad como cualquier relación de naturaleza romántica o sexual en la que existe una diferencia de edad de al menos cinco años entre el participante y su pareja masculina.
Para estudiar si las mujeres de distintas edades tendrían experiencias diferentes, se eligió una estrategia de muestreo estratificado basada en la edad de las mujeres y se crearon tres grupos de edad con un número similar de participantes. La muestra final incluye 55 mujeres: 21 mujeres de 30 años, 19 mujeres de 40 años y 15 mujeres de 50 a 60 años (esta última se denominará en adelante "mujeres de 50 años"). Aproximadamente la mitad de la muestra tenía hijos y el resto no tenía hijos; sin embargo, había una mayor proporción de mujeres sin hijos en el grupo de 30 a 39 años de edad en comparación con los otros dos grupos de edad. Sólo la mitad de las mujeres de 30 años habían experimentado previamente una unión de hecho o estaban casadas, mientras que todas las mujeres de más de 40 años, excepto una, habían experimentado previamente ese tipo de relación. Tres de cada cinco participantes tenían educación universitaria, y las participantes más jóvenes tenían más educación como grupo que las mayores. La muestra de este estudio era casi exclusivamente blanca; sólo dos mujeres informaron que pertenecían a un grupo no caucásico.
La gran mayoría de las mujeres de este estudio habían experimentado varias relaciones íntimas hipógamas con hombres más jóvenes a lo largo de los años. Algunas mujeres habían tenido sólo breves aventuras con hombres más jóvenes, mientras que otras habían tenido relaciones más prolongadas. En algunos casos, si bien con mayor frecuencia entre los participantes de 30 años de edad, la diferencia de edad entre el participante y sus parejas era relativamente pequeña (es decir, de cinco a 10 años). Sin embargo, la mayoría de los participantes informaron de diferencias de edad mayores, sobre todo entre las mujeres de 40 y 50 años. En general, 35 participantes informaron que habían tenido por lo menos una pareja que era más de 10 años menor que ellos, y 16 de ellos informaron que por lo menos una pareja era más de 20 años menor que ellos.
Resultados
La mayoría de los participantes creían que hay muchos hombres jóvenes que fantasean con mujeres mayores. La mayoría de los participantes también describieron las relaciones íntimas hipógamas con la edad como un contexto en el que no sólo se permitía a las mujeres alterar algunas facetas del guión cultural tradicional para las relaciones sexuales (heterosexuales), sino que también los hombres más jóvenes las celebraban por hacerlo. En comparación con su experiencia de sexo con hombres de su misma edad o mayores, las mujeres describieron las relaciones íntimas con hipogamia como un contexto en el que podían más fácilmente: a) presentarse a sí mismas como poseedoras de un fuerte impulso sexual y actuar en consecuencia, b) ser sexualmente asertivas en la cama, o c) asegurarse de que su placer fuera atendido.
Los hombres jóvenes fantasean con mujeres mayores
La mayoría de las mujeres de este estudio creían que había un subconjunto considerable de hombres jóvenes que fantaseaban con acostarse con mujeres mayores. Según ellas, muchos hombres jóvenes equiparaban a las mujeres mayores con mujeres con experiencia sexual o como mujeres con un impulso sexual particularmente vibrante en busca de parejas sexuales que pudieran satisfacer sus necesidades. Teniendo esto en cuenta, la mayoría de las mujeres, casi aproximadamente tres de cada cinco participantes, declararon que sentían que sus parejas más jóvenes apreciaban mucho a las mujeres mayores o declararon que sus parejas más jóvenes trataban activamente de demostrar que merecían la atención de las mujeres mayores, a pesar de la diferencia de edad. Por ejemplo, Tatianna, de 49 años de edad, creía que los hombres de 20 y 30 años que se le acercaban en los sitios web de citas la veían como la fantasía definitiva debido a su edad. Al interactuar con ellos, se sentía muy valorada: "Es como si estuvieran encaprichados contigo. Es como si fueras un '¡Wow!' a sus ojos. Los hombres más jóvenes tienden a ponerte en un pedestal".
Aproximadamente dos de cada tres participantes mayores de 40 años sospechaban que hombres más jóvenes, sobre todo de 20 o 30 años, se acercaban a ellas precisamente porque esperaban cumplir una fantasía. En su perfil de citas en línea, Joanna, de 48 años, fingía tener 40 años, una estrategia que creía que le permitiría atraer a un mayor número de hombres. Inicialmente pensó que revelar su edad real disuadiría a los hombres más jóvenes de continuar la conversación. Sin embargo, cuando les informaba de que era mayor de lo que indicaba su perfil, muchos de ellos expresaban aún más interés en conocerla, lo que ella interpretaba como una prueba de que algunos hombres más jóvenes se excitaban por la diferencia de edad en sí misma: "Los jóvenes de veinte años, es como si fueran los que más se interesan por las mujeres mayores. ¡Es increíble!... ¡Es una locura! ¡He recibido tantas invitaciones!... Les digo: "Escuchen, no tengo cuarenta y dos, tengo cuarenta y ocho", para tratar de disuadirlos, ya saben. Y entonces ellos dicen: "¡Dios mío! ¡Mejor aún!'"
Para muchos de los participantes de 40 y 50 años, el entusiasmo de los hombres jóvenes por ellos se sentía como un agradable contraste con el desinterés (percibido) de los hombres de mediana edad por salir con mujeres de su misma edad. De hecho, aproximadamente dos de cada cinco mujeres de más de 40 años se quejaron de que en la vida real, o en los sitios web o aplicaciones de citas, los hombres de su edad rara vez se les acercaban, ya que preferían salir con mujeres más jóvenes. Por ejemplo, Caroline, de 43 años, dijo: "[Los hombres más jóvenes], ven en las mujeres de 40 años algo extraordinario que los hombres de mi edad no ven. Tenemos esta confianza, no tenemos miedo de decir lo que queremos, sabemos a dónde vamos.... Estar con un hombre más joven, es bueno para la autoestima." En una línea similar, muchas de las que habían experimentado recientemente el matrimonio o la disolución de la cohabitación también hablaron de lo bien que se sentía tener hombres más jóvenes mostrando un gran interés en dormir con ellas después de años de sentirse indeseables a los ojos de su cónyuge. Describiendo su experiencia de comenzar a salir con un hombre unos meses después de su divorcio, Tatianna, de 49 años de edad, explicó cómo el entusiasmo de los hombres más jóvenes por las mujeres mayores le permitió recuperar parte de su confianza: "Había perdido la confianza en mí misma durante mi matrimonio. Necesitaba ver si todavía la tenía, si todavía era atractiva y todo.... Me encontré con hombres más jóvenes que me adoraban, que me encontraban hermosa. No podía creerlo.... Sintiéndome deseada y todo eso, necesitaba eso."
Sin embargo, mientras que la mayoría de las mujeres mayores de 40 años disfrutaban de la idea de ser la fantasía de un hombre más joven, más de la mitad de ellas también sentían que estaban particularmente en riesgo de ser el blanco de los hombres de 20 y principios de 30 años que sólo trataban de acostarse con una mujer mayor sin ningún respeto por los sentimientos y expectativas de la mujer. Por lo tanto, muchas participantes de más de 40 años hablaron de filtrar los mensajes de los hombres más jóvenes en línea para evitar a los que estaban "usando" mujeres mayores y que no estaban realmente interesados en conocerlas. Por ejemplo, mientras Caroline, de 43 años, disfrutaba de la atención que recibía de los hombres más jóvenes en línea, se preguntaba, con cierta ansiedad, si algunos de estos hombres se le acercaban únicamente con la esperanza de probar una experiencia sexual no convencional: "Me pregunto si al final del día es sólo una fantasía que quieren comprobar: '¡Bueno, ayer me acosté con una mujer dieciocho años mayor que yo! ¡Sí! Pon eso en el calendario, en mi lista de logros.'"
En agudo contraste con los participantes mayores, muy pocas mujeres de 30 años creían que sus parejas más jóvenes se les acercaban inicialmente con la intención de cumplir una fantasía. La mayoría de las mujeres de 30 años explicaron que cuando conocen a hombres más jóvenes por primera vez, esos hombres generalmente piensan que están hablando con una mujer de su edad. Cabe señalar que la mayoría de los participantes de 30 años informaron que habían conocido a algunas o todas sus parejas más jóvenes en contextos de la vida real, no en sitios web de citas o aplicaciones en que la edad de uno se indica claramente en los perfiles individuales. Reflexionando sobre por qué atraía a hombres más jóvenes, Estelle, de 37 años, argumentó que aunque muchos hombres jóvenes fantasean con mujeres mayores, ella personalmente no parecía lo suficientemente mayor para ser el objetivo de hombres más jóvenes con la esperanza de cumplir una fantasía: "Los chicos se me acercan y dicen: '¿Qué edad tienes, veintitrés, veinticuatro? Y yo digo: '¡Treinta y siete!'... No se me acercan pensando que soy una 'mujer experimentada'".
Mujeres que expresan sus deseos sexuales
Durante su entrevista, la mayoría de las participantes discutieron abiertamente cómo valoraban el hecho de tener parejas sexuales que poseían un impulso sexual comparativamente vibrante, que tenían la capacidad física necesaria para mantener su apetito sexual, y que no las juzgarían ni criticarían por ser altamente deseosas. Más de tres de cada cinco mujeres de 30 años y aproximadamente tres de cada cuatro mujeres de más de 40 años describieron las relaciones íntimas hipógamas de edad como las más adecuadas para mujeres altamente deseosas como ellas; sostuvieron que los hombres más jóvenes tenían un mayor impulso sexual y más resistencia que los hombres mayores, o que las erecciones de los hombres más jóvenes eran más fiables, lo que en última instancia facilitaba que las mujeres actuaran en función de sus deseos sexuales.
Aproximadamente tres de cada cinco participantes de cada grupo de edad afirmaron que los hombres más jóvenes eran más aptos para ellas, en parte debido al alto deseo sexual y la resistencia sexual de los hombres más jóvenes. Por ejemplo, al comparar sus experiencias con hombres de 40 años con sus experiencias con hombres de 20 años, Annabelle, de 32 años, declaró: "Tengo un gran apetito sexual, muy grande. Podría querer hacerlo, como, ocho veces al día, ya sabes. Así que con un hombre de cuarenta años, encontrará eso divertido la primera semana. Pero puedo decirte que después de la segunda semana, ¡ya no lo encuentra divertido! Él se apagará por mi fuerte libido. Pero un hombre más joven, la mayoría de las veces, será capaz de mantener el ritmo."
Explicando su actual preferencia por parejas sexuales más jóvenes, Henrietta, de 45 años, explicó que elegir a un hombre mayor significaba que tendría que sacrificar sus deseos sexuales para respetar las limitaciones de su pareja o empujarlo demasiado lejos hasta el punto de que podría ser físicamente peligroso para él: "El sexo es importante en mi vida ahora mismo. Quiero decir, ¡tengo una libido bastante saludable! No sé, ¿un hombre mayor? No quiero que... no quiero matar a nadie, ¿sabes?"
Algunos de estas participantes justificaron sus preferencias por parejas sexuales más jóvenes argumentando que las mujeres alcanzan su pico sexual a una edad más tardía que los hombres, lo que constituye una narrativa cultural muy extendida (véase Barr, Bryan y Kenrick, 2002; Montemurro y Siefken, 2014; Wiederman, 2001). Esto les permitió conciliar sus elecciones de pareja no conformistas con las suposiciones comunes sobre la sexualidad de los hombres y las mujeres. Por ejemplo, reflexionando sobre por qué casi todos sus amantes recientes habían sido mucho más jóvenes que ella, Uma, de 36 años, declaró: "Estando en mis treinta y tantos, diría que estoy en mi pico sexual. Y con los chicos de veintitantos años, es como si fuéramos compatibles en ese nivel. Es pura felicidad. Es una buena combinación". Sin embargo, vale la pena señalar que para una minoría de mujeres, el alto impulso sexual (percibido) de los hombres jóvenes fue descrito como no apto para su propia libido sexual, ya que las hacía sentir presionadas a aumentar la frecuencia de las relaciones sexuales en sus vidas.
En consonancia con el guión cultural tradicional para el sexo heterosexual, en el que el coito pene-vaginal se considera la parte más importante de la interacción sexual (Fahs, 2011; Fishman & Mamo, 2001; Gewirtz-Meydan y otros, 2018; Koedt, 1973; Vares y otros, 2007), el tema de las funciones eréctiles de los hombres también fue un tema recurrente en la mayoría de los discursos de las mujeres. Debido a su capacidad eréctil, muchas participantes sienten que un tercio de las mujeres de 30 años, más de dos de cada cinco mujeres de 40 años, y tres de cada cinco mujeres de 50 años sí sienten que los hombres más jóvenes están mejor preparados físicamente para satisfacer el fuerte apetito sexual de las mujeres. A muchas mujeres les impresionó la capacidad de los hombres jóvenes de tener múltiples erecciones durante la misma noche. De hecho, muchas participantes, sobre todo las mayores de 40 años, se quejaron de que los hombres de su misma franja de edad experimentaban dificultades para lograr y mantener erecciones fuertes. Aunque expresaron su simpatía por las dificultades de esos hombres, también consideraron que no debían reprimir sus deseos sexuales y soportar una vida sexual insatisfactoria para preservar la masculinidad de los hombres mayores. Estas mujeres hablaron de la capacidad eréctil de los hombres más jóvenes como facilitadora de la capacidad de las mujeres para actuar por sus propios deseos sexuales. Explicando por qué en los últimos años había salido con hombres entre 10 y 20 años más jóvenes que ella, Lana, de 53 años, dijo: "Si es sólo por sexo, prefiero ir hacia un hombre más joven que me satisfaga.... Cuanto más joven es, a nivel sexual... bueno, ¡la maquinaria todavía funciona! Los hombres de mi edad, no siempre funcionan.... Una vez que se encienden, no duran mucho tiempo. Porque tienen más dificultad para mantener una erección y todo eso."
Las mujeres que son sexualmente asertivas
La mayoría de las mujeres de este estudio también describieron las relaciones sexuales con hombres jóvenes como un contexto en el que se alentaba especialmente a las mujeres a desbaratar las expectativas tradicionales de pasividad sexual de las mujeres. Estas mujeres hablaban de los hombres más jóvenes como preferidos por sus parejas sexuales que podían expresarse y dirigir la interacción sexual en la dirección deseada. Más de dos tercios de las mujeres de 30 años y aproximadamente cuatro de cada cinco mujeres de más de 40 años afirmaron que la capacidad de las mujeres mayores para expresarse y desempeñar un papel activo durante el sexo era una de las principales razones por las que muchos hombres jóvenes buscaban a mujeres mayores como parejas íntimas. De hecho, la mayoría de los

 

participantes imaginaron a las mujeres de 20 años como bastante pasivas en la cama. Al percibir a los hombres más jóvenes como insatisfechos con el desempeño sexual de las mujeres jóvenes, las mujeres de este estudio se sintieron particularmente valoradas por su capacidad de imponerse durante las interacciones sexuales con hombres más jóvenes. Por ejemplo, al informar sobre la discusión que tuvo con Jean François, el amante de 28 años con el que había estado saliendo durante los últimos dos meses, una participante dijo:
[Dijo que] el mejor sexo es con mujeres mayores. Dice que no todas las mujeres jóvenes son pasivas. Pero hay algunas que - y esta es su expresión - "se acuestan de espaldas, como una estrella de mar, y esperan que tú hagas todo el trabajo". Yo digo, "¡¿Eso todavía existe?! ¡¿Las mujeres jóvenes hacen eso?!" Está muy lejos de mi realidad ahora, pero probablemente yo también era así al principio [cuando era joven].
(Xana, 54 años)
La gran mayoría de las participantes hablaron de ser sexualmente asertivas como algo que no es natural para las mujeres; lo vieron como algo que tiende a desarrollarse con la edad, la experiencia y el esfuerzo personal. Una gran parte de las mujeres, si bien aproximadamente la mitad de las mujeres de 30 y 40 años y un tercio de las mujeres de 50 años, asociaron su capacidad de ser sexualmente asertivas con la confianza corporal que habían adquirido con la edad. Según estas mujeres del estudio, a medida que las mujeres envejecen se vuelven más aceptantes de sus cuerpos y por lo tanto más seguras en la cama. Esto no significa que las mujeres fueran completamente inmunes a la narrativa cultural que equipara el valor de las mujeres con la juventud y la belleza (Montemurro y Gillen, 2013; Travis y otros, 2000; Wolf, 1991). De hecho, la mayoría de las mujeres revelaron que a veces se preguntaban si los hombres más jóvenes las encontraban realmente atractivas físicamente a pesar de los signos visibles de envejecimiento en sus cuerpos. Sin embargo, explicaron que, en comparación con las mujeres jóvenes, estaban menos preocupadas por corresponder a rígidos estándares de belleza, lo que en última instancia les hacía sentirse liberadas durante el sexo.
[Las mujeres mayores,] estamos más, ya sabes, confiadas en nosotras mismas. Y vamos a entrar en la habitación en lencería, si tenemos celulitis o no, ¿sabes? Y una mujer más joven estaría como, "¡Oh Dios mío! No puedo ponerme esto delante de él! ¡Apaga las luces en caso de que me vea! ¡No le va a gustar!" Sólo pensando en la posición en la que está, porque "¿Qué pasa si ve mi grasa?" Y nosotras [las mujeres mayores] estamos como, "Lo que sea, tengo grasa. Lo que sea. ¡No me importa!"
(Olivia, 42 años)
La mayoría de las mujeres, casi aproximadamente tres cuartas partes de las participantes, creían también que las mujeres jóvenes no expresaban sus preferencias sexuales por miedo a ser juzgadas por sus parejas masculinas, o que las mujeres jóvenes simplemente no habían acumulado aún suficiente experiencia sexual para saber realmente lo que preferían en la cama. Lejos de sentirse avergonzadas o incómodas con su historia sexual, estas participantes presentaron su experiencia sexual como lo que las hacía particularmente valiosas a los ojos de los hombres más jóvenes. Por ejemplo, explicando las razones por las que los hombres de 20 años buscaron parejas femeninas mayores como ella, Felicity, de 40 años, dijo: "[A los hombres jóvenes les gusta] que estemos más cómodas con nuestros cuerpos, y que sepamos lo que nos gusta.... Mi cuerpo, lo sé; sé lo que me gusta en la cama. No tengo miedo de decirlo. Eso es lo que me dicen."
La percepción de las participantes de que los hombres más jóvenes estaban insatisfechos con el rendimiento sexual de las mujeres jóvenes y preferían a las mujeres con experiencia sexual y confianza en sí mismas creó un entorno en el que se sentían especialmente bienvenidas para expresar sus preferencias sexuales y dirigir la interacción sexual en la dirección deseada. Al describir la interacción sexual con hombres más jóvenes, Ashley, de 32 años, dijo: "[Me siento] facultada para hablar de mis deseos y mis límites.... Me gusta la idea de ser, como, fetichizada como una mujer mayor con más experiencia, como, 'Ouuh! ¡Dime qué hacer! [Imitando la voz de su pareja; risas] Como que disfruto eso." Por el contrario, muy pocas mujeres hablaban de hombres de su misma edad o mayores como si mostraran el mismo nivel de asombro o aprecio por las mujeres que pueden desempeñar un papel activo en la cama y expresar sus deseos sexuales. De hecho, algunas mujeres sentían que muchos hombres mayores juzgaban de alguna manera a las mujeres que parecían tener mucho conocimiento sexual, o que se sentían incómodos con las mujeres que expresaban fantasías sexuales que eran menos comunes. Para esas mujeres, expresar sus preferencias o fantasías era percibido como un esfuerzo más arriesgado en los brazos de los hombres mayores. Por ejemplo, discutiendo las razones por las que prefería a sus parejas sexuales más jóvenes que a las mayores, Fiona, de 37 años, dijo: "[Los hombres más jóvenes] no tienen miedo de probar cosas nuevas, de atreverse.... Mientras que un hombre mayor, te mira como si fueras un extraterrestre o una puta.... Si los saca de su zona de confort, entonces no les gusta. Se imaginan que eres una zorra que lo ha intentado todo."
Mujeres que buscan el máximo placer sexual
Si bien las mujeres de este estudio expresaron un cierto nivel de orgullo al pensar que eran mejores amantes que las jóvenes, hay que abstenerse de interpretar esto como un indicio de que una vez más estaban atrapadas en el imperativo cultural de que las mujeres den prioridad al placer de los hombres durante el sexo. Por el contrario, estas mujeres hablaban de expresarse en la cama ante todo como una forma de tener más control sobre la interacción sexual y de amplificar su propio placer. De hecho, al discutir el sexo (heterosexual), las mujeres de este estudio dieron mucha importancia a asegurar que su placer fuera atendido. En ese sentido, la mayoría de ellas casi dos tercios de las mujeres de 30 años y tres de cada cuatro mujeres de más de 40 años sí representaron la dinámica encontrada en las relaciones íntimas hipógamas de edad como facilitadora del placer femenino. Estas mujeres señalaron que la resistencia sexual de los hombres jóvenes, la apertura sexual, o el intento consciente de priorizar el placer femenino durante el sexo como un impacto en su propio placer durante el sexo.
Como ya se ha mencionado, los fuertes impulsos sexuales de los hombres jóvenes y las fiables capacidades eréctiles fueron temas bastante comunes durante las entrevistas con las mujeres. La mayoría de las mujeres de los tres grupos de edad percibieron estos rasgos como necesarios para que no sólo actúen sobre sus propios impulsos sexuales, sino también para alcanzar el máximo placer durante el sexo. Por ejemplo, la capacidad de los hombres más jóvenes de tener erecciones múltiples significaba para muchas mujeres que su propio placer no se vería interrumpido automáticamente a causa del orgasmo de su pareja. Lana, de 53 años, que recientemente había salido con algunos hombres 10 o 20 años más jóvenes, explicó cómo la resistencia de los hombres jóvenes influyó en su placer: "En el aspecto sexual, obviamente hay una diferencia, está claro. El tipo que tiene treinta o cuarenta años, será más capaz de mantener el nivel de energía. Por lo tanto, será capaz de darte placer por más tiempo, de mantenerte en un estado de felicidad por más tiempo, de hacer que dure. Así que tiene un gran impacto". Algunas mujeres de 50 años describieron a los hombres de su misma edad como que concentran mucha energía en tratar de mantener su erección, por lo que dedican poca atención al placer femenino. Por ejemplo, Ariel, de 51 años, dijo: "No quiero que los hombres de mi edad.... No tengo ganas de pasar un millón de años centrándome en su erección. Ya sabes, el tipo que se frota ahí abajo, todo tiene que estar enfocado en él, porque tiene que ponerse duro. ¡No puedo soportar eso, sabes!"
Mientras que las capacidades físicas de los hombres eran factores importantes que influían en la capacidad de las mujeres para alcanzar el máximo placer, muchas mujeres también percibían la apertura de los hombres con respecto a las prácticas sexuales como algo que afectaba a su propia satisfacción sexual. Estas mujeres declararon que preferían que sus parejas íntimas fueran tan abiertas y aventureras sexualmente como ellas. Aproximadamente un tercio de los participantes consideraron que era más fácil traspasar los límites de las prácticas sexuales aceptables con hombres más jóvenes, ya que se percibía que eran más abiertos sexualmente que los hombres mayores. Reflexionando sobre la razón por la que prefería las parejas sexuales jóvenes, Yvonne, de 43 años de edad, explicó que se sentía algo confinada a un rígido repertorio sexual cuando se asociaba con hombres de su misma edad o mayores: "No sé cómo explicar la diversión de estar con hombres más jóvenes. Es que están listos para experimentar con cosas nuevas, sexualmente y todo eso. Mientras que con los hombres mayores, es como si pensaran que ha quedado atrás o que son demasiado conservadores para ir allí."
Aproximadamente un tercio de las mujeres de cada grupo de edad percibía que los hombres jóvenes daban más importancia al placer femenino durante las interacciones sexuales que los hombres mayores. Describieron a los hombres más jóvenes como más atentos a los deseos y preferencias de las mujeres, y como que ponían más energía que los hombres mayores en asegurarse de que las mujeres estuvieran realmente disfrutando. Muchos participantes también se sorprendieron positivamente al ver que sus parejas más jóvenes querían que tuvieran un orgasmo antes que ellos, una dinámica que rara vez experimentaban con hombres de su misma edad o mayores. En los brazos de hombres más jóvenes, Rachel, de 49 años de edad, sentía que su placer sexual realmente importaba, lo cual era una de las principales razones por las que prefería el sexo con hombres más jóvenes: "[Mis parejas más jóvenes] querían satisfacer mis necesidades antes que las suyas. Estaban felices de que yo tuviera un orgasmo o de que tuviera placer.... Para los mayores era lo contrario; ellos pensarán en su placer primero. Tal vez estoy generalizando, pero eso es más o menos como fue en mi caso."
Considerando sus percepciones de los hombres más jóvenes como fantaseando con mujeres mayores y con experiencia sexual, muchos participantes describieron la dinámica de poder en juego con los hombres más jóvenes como diferente de lo que experimentaron con los hombres mayores. Por ejemplo, al describir sus recientes experiencias sexuales con hombres de 20 años, una participante declaró:
[Los hombres más jóvenes] se esfuerzan un poco más: tratan de impresionarte con sus habilidades y su destreza, lo que son capaces de hacer y hasta qué punto pueden darte placer. Tengo la sensación de que se esfuerzan más que los hombres mayores. Ya sabes, el hombre mayor, es como, "He estado allí, he hecho eso". [...] Siento que los hombres más jóvenes se sienten un poco intimidados por las mujeres con experiencia sexual, que hay un poco de presión sobre ellos [para impresionarnos]. Así que usan todas sus habilidades, ¡traen su mejor juego!
(Annabelle, 32 años)
Cabe señalar, sin embargo, que si bien la mayoría de las mujeres consideraban que las relaciones sexuales con hombres más jóvenes eran más placenteras que con hombres de su edad o mayores, varias mujeres también especificaron que no todos los hombres más jóvenes eran amantes generosos o hábiles y que había que tener cuidado con las generalizaciones. Por ejemplo, Felicity, de 40 años de edad, declaró que, en general, los hombres más jóvenes se esforzaban más que los mayores por complacer a sus parejas femeninas. Sin embargo, tuvo una experiencia negativa con un hombre de 26 años al que le importaba muy poco su placer durante el sexo. A pesar de sus intentos de guiarlo y convertirlo en un amante más atento, él no cambiaría sus costumbres. Negándose a ver que su placer sexual fuera tan descaradamente ignorado durante el sexo, terminó con su breve aventura: "Sólo lo vi dos veces. ¡Ah! ¡Era egoísta en la cama! No era bueno. Y... se lo dije claramente. Le dije: "Si tengo un amante más joven, es porque quiero divertirme". Le dije: "Tú, no funcionas". Intenté enseñarle un poco, pero no hubo suerte". Del mismo modo, basándose en su experiencia con David, su actual pareja de 30 años, Helene, de 53 años, explicó que la capacidad de los hombres más jóvenes para tener erecciones fuertes no era una garantía de felicidad sexual: "David me dijo: 'Ya verás, soy un gran amante'. Pero la última vez que tuvimos sexo, sí, fue duro y todo eso, pero fue más robótico que cualquier otra cosa. No fue bueno. Vale, es genial que tenga fuertes erecciones, pero el sexo es más que una simple penetración".
Discusión
En consonancia con algunos aspectos de las representaciones culturales comunes de las cougars (Alarie, 2018; Aoun, 2013; Barrett & Levin, 2014; Collard, 2012; Kaklamanidou, 2012; Montemurro & Siefken, 2014), las mujeres de este estudio se presentaron como mujeres seguras de sí mismas, sexualmente asertivas y con fuertes impulsos sexuales. Basándose en sus relatos de sexo con hombres más jóvenes, parece que la dinámica sexual dentro de las relaciones íntimas hipógamas de la edad se aparta, hasta cierto punto, del guión cultural tradicional para el sexo (heterosexual). De hecho, las relaciones íntimas con hipogamia de edad se describieron como un contexto en el que se alienta a las mujeres a presentarse como altamente deseosas y sexualmente asertivas, y en el que pueden asegurar fácilmente que su placer será atendido.
Este estudio muestra que la capacidad de las mujeres para desestabilizar el guión cultural tradicional para las relaciones heterosexuales se vio facilitada en parte por la resistencia y la capacidad eréctil de los hombres más jóvenes. La mayoría de las mujeres hablaron del alto impulso sexual, la resistencia sexual y las erecciones confiables de los hombres jóvenes, que facilitaban sus esfuerzos para presentarse como altamente deseosas, para actuar sobre sus deseos sexuales y para asegurar que pudieran alcanzar el máximo placer. De hecho, muchas mujeres describieron que a veces se sentían incómodas al actuar sobre su fuerte libido cuando se asociaban con hombres de su misma edad o mayores, ya que percibían que el riesgo de ser criticadas por ser altamente deseosas o el riesgo de dañar la masculinidad de su pareja era mayor que en las relaciones íntimas hipógamas de edad.
La discusión de las participantes mayores sobre cómo los hombres mayores que experimentan disfunción eréctil afectan su satisfacción sexual resuena con las investigaciones contemporáneas sobre el tema. En efecto, las investigaciones demuestran que muchas mujeres informan que la disfunción eréctil de sus parejas tiene un efecto negativo en su satisfacción sexual (Cameron y Tomlin, 2007; Chevret y otros, 2004). Hay

 

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pruebas claras de que la probabilidad de que se produzca una disfunción eréctil entre los hombres aumenta con la edad (Laumann, Paik, & Rosen, 1999; Rosen et al., 2004). Sin embargo, cabe señalar que sólo una minoría (aproximadamente entre el 18% y el 22%) de los hombres de mediana edad sufren de disfunción eréctil (Laumann et al., 1999; Rosen et al., 2004). También vale la pena reiterar que las capacidades eréctiles del hombre no son el único factor que contribuye al placer sexual de la mujer (Armstrong y otros, 2012; Hite, 1976; Koedt, 1973; Richters y otros, 2006; Rostosky y Travis, 2000). De hecho, los estudios demuestran que no todas las mujeres se alegran de ver que el coito pene-vaginal se reintroduce en su vida sexual una vez que sus parejas empiezan a usar drogas para mejorar la sexualidad (Meika, 2004; Potts, Gavey, Grace, & Vares, 2003; Vares et al., 2007).
Basándome en los discursos de las mujeres, también sugiero que la mayoría de las mujeres se sentían cómodas para interrumpir ciertos aspectos del guión tradicional para el sexo (heterosexual) con hombres más jóvenes, en parte porque percibían que los hombres más jóvenes preferían a las mujeres sexualmente experimentadas y asertivas con grandes impulsos sexuales. De hecho, muchos participantes informaron que sus parejas más jóvenes se habían quejado de la falta de experiencia sexual de las jóvenes, la falta de confianza o la pasividad en la cama. Según los participantes, los hombres más jóvenes solían hacer hincapié en lo agradable que les resultaba estar con mujeres seguras de sí mismas, que sabían lo que les gustaba en la cama y que no tenían miedo de decirlo. Además, gran parte de las mujeres consideraban que los hombres más jóvenes tenían una mentalidad más abierta con respecto a la sexualidad, lo que les facilitaba la expresión de sus deseos y fantasías sexuales y la actuación en consecuencia. En comparación, muchas de las participantes consideraban que los hombres de su misma edad o mayores solían sentirse incómodos o juzgados si las mujeres se presentaban como altamente deseosas, como que habían acumulado mucha experiencia sexual, o como interesadas en explorar prácticas sexuales no convencionales. Teniendo esto en cuenta, la mayoría de las mujeres sintieron que era más fácil expresar sus deseos sexuales y dirigir las interacciones sexuales de manera que aumentaran su placer cuando estaban con hombres más jóvenes.
Las interpretaciones de las participantes sobre la apreciación de los hombres jóvenes de las mujeres sexualmente asertivas resuenan con las recientes investigaciones sobre los deseos y prácticas sexuales de los hombres jóvenes. En efecto, sobre la base de 32 entrevistas con hombres jóvenes de 18 a 24 años de edad, Dworkin y O'Sullivan (2005) comprobaron que, aunque la mayoría de los hombres jóvenes tendían a iniciar prácticas sexuales con sus parejas femeninas, sólo algunos de ellos informaron que preferían pautas de iniciación dominadas por los hombres. De hecho, la mayoría de los hombres jóvenes indicaron que su interacción sexual ideal sería aquella en que las dos parejas compartieran la responsabilidad de la iniciación sexual, y uno de cada cuatro hombres jóvenes prefería en realidad una pauta de iniciación dominada por las mujeres. Otros estudios muestran que una gran parte de los hombres jóvenes desean que sus parejas tomen más iniciativa para señalar lo que les gusta en la cama, como pedirles que realicen la estimulación del clítoris o que se toquen si lo desean (Salisbury & Fisher, 2014). En general, parece que muchos hombres jóvenes preferirían que las mujeres fueran más asertivas en la cama.
Si bien la visión dicotómica de las mujeres mayores frente a las más jóvenes que presentan las mujeres de este estudio es, posiblemente, un retrato exagerado de la forma en que el envejecimiento afecta al rendimiento sexual de las mujeres, la literatura sobre las prácticas sexuales de los adultos jóvenes apoya, en cierta medida, las percepciones de estas participantes sobre las mujeres jóvenes. De hecho, las investigaciones demuestran que las mujeres jóvenes suelen ser demasiado tímidas para pedir a los hombres que realicen ciertos actos sexuales que les gustan (por ejemplo, la estimulación manual del clítoris, el cunnilingus) o que tomen el asunto en sus manos y se autoestimulen, especialmente en el contexto de las relaciones sexuales ocasionales (Backstrom et al., 2012; Salisbury & Fisher, 2014). Otras investigaciones muestran que la mayoría de las mujeres jóvenes creen que es responsabilidad de los hombres estimular físicamente a las mujeres hasta que llegan al orgasmo y que, por lo tanto, a menudo esperan a que los hombres les proporcionen placer (Salisbury & Fisher, 2014). Las investigaciones sobre las experiencias de las mujeres jóvenes en el sexo heterosexual también muestran que muchas de ellas tienen inseguridades sobre su apariencia física y que estos problemas de imagen corporal influyen en su comportamiento durante el sexo (Weaver & Byers, 2018). En última instancia, la (in)capacidad de la mujer para imponerse durante las interacciones sexuales con los hombres tiene un impacto considerable en su satisfacción sexual, ya que la comunicación de sus deseos y preferencias desempeña un papel importante en la maximización de su propio placer sexual (Armstrong et al., 2012; Bridges, Lease, & Ellison, 2004; Ménard & Offman, 2009).
La descripción que hacen los participantes de los hombres más jóvenes como amantes particularmente generosos también merece ser discutida. Este resultado es particularmente intrigante si se tiene en cuenta que en estudios anteriores se describió un retrato bastante decepcionante de la capacidad de los adultos jóvenes para alcanzar una dinámica igualitaria con respecto al placer sexual femenino/masculino. De hecho, muchos estudios muestran que, si bien las mujeres jóvenes suelen realizar felación en los hombres, es mucho menos común que los hombres jóvenes realicen cunnilingus en sus parejas femeninas (Armstrong et al., 2015; Backstrom et al., 2012; Lewis & Marston, 2016). De hecho, hay una diferencia bien documentada entre la frecuencia de los orgasmos de los hombres y las mujeres jóvenes durante las relaciones heterosexuales (Armstrong et al., 2015; Richters et al., 2006). Por lo tanto, no se puede concluir que los hombres jóvenes son intrínsecamente amantes atentos y generosos en todos los contextos. En cambio, sobre la base de los discursos de las mujeres, sostengo que la percepción de las mujeres de que los hombres jóvenes fantasean con mujeres mayores, combinada con la percepción de las mujeres de que las jóvenes son parejas sexuales pasivas, contribuyen a modificar la dinámica de poder del género en juego durante las interacciones sexuales, lo que en última instancia facilita la capacidad de las mujeres de renegociar los guiones sexuales interpersonales con hombres más jóvenes. Las percepciones de las mujeres de los hombres más jóvenes que fantasean con mujeres de más edad proporcionan a las mujeres más confianza en sí mismas, lo que luego facilita su capacidad de afirmarse y disfrutar sexualmente.
Cabe destacar que las apreciaciones de las mujeres sobre el sexo hipogámico por edad también se vieron influidas, especialmente en el caso de las mujeres mayores de 40 años, por la percepción de los hombres de mediana edad de que mostraban poco interés en las mujeres de su propio grupo de edad, percepción que está respaldada por pruebas empíricas (Alterovitz y Mendelsohn, 2009; Buunk y otros, 2001; Conway y otros, 2015; Pixley y otros, 2007; South, 1991). Para quienes se habían divorciado o separado recientemente y se habían sentido indeseadas en los últimos años de su matrimonio o relación de cohabitación, la percepción de los hombres más jóvenes de que fantaseaban con mujeres de más edad era particularmente poderosa.
Este estudio muestra que en una cultura en la que se representa el envejecimiento como algo que tiene un efecto de devaluación mucho más fuerte en las mujeres que en los hombres (Carpenter, Nathanson y Kim, 2006; England y McClintock, 2009; Wolf, 1991), el entusiasmo de los hombres más jóvenes por la experiencia sexual, la confianza y el alto impulso sexual de las mujeres mayores tiene un efecto particularmente positivo en la capacidad/deseo de las mujeres mayores de renegociar los términos del guión sexual de género.
Es difícil especular si la apreciación (percibida) de la pareja más joven de los participantes por las mujeres mayores durará a medida que envejezcan. No está claro si los hombres jóvenes de hoy en día tienen menos probabilidades de interiorizar las concepciones prejuiciosas del valor de la mujer como pareja íntima y, por lo tanto, es menos probable que los hombres de generaciones anteriores prefieran a las mujeres más jóvenes que a las de su edad una vez que lleguen a la edad madura. El estudio actual se suma a la conversación al sugerir que la apreciación de los hombres más jóvenes por las mujeres de más edad está influida en parte por sus (decepcionantes) experiencias con mujeres de su misma edad y por su deseo de tener parejas sexuales experimentadas y seguras. Podría decirse que a medida que avanzan en edad y acumulan nuevas experiencias, los deseos, preferencias y expectativas sexuales de estos hombres podrían evolucionar. Esta área de investigación definitivamente merece más atención en el futuro.
Cabe señalar que, si bien las mujeres de este estudio cuestionaron ciertos aspectos del guión cultural tradicional para el sexo (heterosexual) cuando se asociaron con hombres más jóvenes, también reprodujeron otros aspectos del guión. Por ejemplo, las mujeres de este estudio otorgaron un gran valor a la capacidad eréctil de los hombres, reproduciendo la idea de que el coito pene-vaginal es la parte más importante de la interacción sexual (Fahs, 2011; Fishman & Mamo, 2001; Gewirtz Meydan y otros, 2018; Vares y otros, 2007). Además, muchas mujeres -en su mayoría de 40 y 50 años- consideran que el cuidadoso filtrado de posibles parejas sexuales más jóvenes es un paso crucial que deben dar para encontrar hombres que les proporcionen una experiencia respetuosa y placentera, en la que no se sientan reducidas a un objeto sexual de valor temporal. Este último discurso pone de relieve cómo las dinámicas de poder de género que influyen en el sexo heterosexual no se eliminan automáticamente debido a la diferencia de edad entre las parejas, y que las mujeres a menudo sienten que deben desplegar estrategias para evitar ser potencialmente "usadas" por hombres más jóvenes.
También es importante mencionar que, durante su entrevista, la mayoría de los participantes hablaron del estigma asociado con el hecho de ser leídos como cougars, y que muchas expresaron cierto nivel de cautela con respecto a la forma en que los demás querían ser percibidos sexualmente. Navegar por las concepciones sexistas y prejuiciosas de la sexualidad de la mujer parecía ser particularmente difícil para las mujeres de 40 y 50 años, ya que a menudo parecían divididas entre su deseo de presentarse como mujeres con poder sexual y su deseo de evitar ser asociadas con representaciones culturales negativas de las cougars. Se podría decir que el temor de los participantes de más edad a la estigmatización está influido no sólo por el tabú cultural de las relaciones íntimas hipógamas por edad, sino también por la representación cultural de la sexualidad femenina como más aceptable para la mujer más joven, más atractiva físicamente o sin hijos (Friedman y otros, 1998; Montemurro y Siefken, 2012; Travis y otros, 2000). Dicho esto, también puede reflejar las diferencias generacionales en cuanto a las percepciones de la conducta y el deseo sexual aceptables para las mujeres, ya que en los últimos 60 años se han producido cambios significativos en cuanto a las normas de género relativas a la sexualidad (Allyn, 2000; Kamen, 2000; Lévy, 2008; Thornton & Young-DeMarco, 2001).
Conclusión
Este estudio contribuye de manera importante a entender la negociación de las mujeres de las expectativas normativas en relación con el comportamiento sexual. Específicamente, aclara si el guión cultural tradicional para el sexo heterosexual se reproduce dentro de los guiones sexuales interpersonales en juego entre hombres jóvenes y mujeres mayores. Este estudio demuestra que la resistencia y las capacidades eréctiles de los hombres jóvenes pueden facilitar los esfuerzos de las mujeres para desafiar las expectativas normativas en relación con el deseo y la conducta sexual femenina. Además, muestra que las percepciones de las mujeres de los hombres más jóvenes que fantasean con mujeres de más edad y con experiencia sexual y sus percepciones de las mujeres jóvenes como parejas sexuales pasivas contribuyen a modificar la dinámica de poder de los géneros, facilitando en consecuencia la renegociación de los guiones sexuales interpersonales dentro de las relaciones íntimas hipógamas de la edad.
Si bien este estudio contribuye de manera importante a una mejor comprensión de la dinámica de género que se encuentra en las relaciones íntimas hipógamas de edad, es importante reconocer sus limitaciones. En primer lugar, este estudio se basó únicamente en las experiencias de las mujeres en las relaciones íntimas con hipogamia de edad. Si bien muchos de los resultados presentados aquí se refieren a las preferencias, motivaciones y expectativas de los hombres, hay que tener en cuenta que esos resultados reflejan únicamente las percepciones de las mujeres sobre las experiencias de los hombres más jóvenes. Para comprender plenamente la dinámica de género en las relaciones íntimas hipógamas de la edad, es importante investigar también las experiencias de los hombres.
En segundo lugar, la muestra de este estudio era casi exclusivamente blanca. Si bien los dos participantes de color no hablaron de su raza/etnia como elemento que influye en sus experiencias sexuales con hombres más jóvenes, y aunque sus discursos no parecían ser diferentes de los de los participantes blancos, la falta de diversidad racial/étnica en esta muestra es una limitación importante que debe tenerse en cuenta al considerar la aplicabilidad de estos resultados a las mujeres no blancas que eligen parejas íntimas más jóvenes. Por ejemplo, sabemos que en los Estados Unidos, las tasas de mortalidad más elevadas y las tasas de encarcelamiento más altas de los hombres negros en comparación con los hombres blancos exacerban el carácter ya desequilibrado de la proporción de hombres y mujeres que experimentan las mujeres solteras de edad avanzada en el mercado de citas (England & McClintock, 2009; Shehan et al., 1991). Curiosamente, estudios anteriores determinaron que las mujeres negras tenían más probabilidades que las blancas de casarse con un hombre más joven (Atkinson & Glass, 1985; Shehan y otros, 1991). Sin embargo, no parece haber diferencias significativas entre las mujeres blancas y negras de mediana edad con respecto a las probabilidades de elegir hombres más jóvenes como parejas sexuales (Alarie & Carmichael, 2015). En tercer lugar, la muestra utilizada en este estudio incluyó sólo mujeres de 30 a 60 años de edad. No está claro cómo se comparan las mujeres menores de 30 o mayores de 60 años con las mujeres de este estudio en lo que respecta a su experiencia de relaciones íntimas hipógamas de edad. Uno debe abstenerse de aplicar los hallazgos de este estudio a las mujeres adultas jóvenes o a las ancianas. Finalmente, los resultados presentados aquí surgieron de las historias de mujeres que han experimentado el mercado de citas en una gran ciudad. Considerando el tabú cultural que rodea a las relaciones íntimas hipógamas de edad, es probable que tratar de salir con hombres más jóvenes sea una realidad diferente cuando uno reside en un pueblo pequeño donde la mayoría de la gente se conoce.
Esta área de investigación está madura para futuras investigaciones, con muchas preguntas aún sin responder. Por ejemplo, ¿cómo se sienten los hombres más jóvenes con respecto a la percepción que tienen las mujeres mayores de que los hombres más jóvenes tienen una capacidad eréctil impresionante y un fuerte impulso sexual? ¿Se sienten presionados por estas altas expectativas? ¿Se sienten los hombres que salen con mujeres mayores como un objeto? ¿Cómo influye el hecho de acostarse con mujeres mayores en la reputación de un hombre entre sus pares masculinos? Los investigadores también deben explorar los guiones sexuales interpersonales que juegan un papel en las relaciones homosexuales entre personas de diferentes edades. En términos más generales, más estudiosos deberían investigar las citas y experiencias sexuales de las mujeres de mediana edad y mayores.