Encuentros furtivos I

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Encuentros Furtivos antes de tu mudanza
Después de muchas conversaciones, y deseos reprimidos por meses, tendríamos una oportunidad de vernos. No sería por mucho tiempo, pero si lo suficiente como para poder amarte a discreción y poder estrenar tu tan ansiado culito.
Nos veríamos un jueves a las 4 aproximadamente. Hice los arreglos. Reservé previamente la habitación. Decoré un poco la habitación para recibirte y luego de hacerlo fui en tu búsqueda.
Te habías puesto tu jean y botas como te lo pedí junto con una blusa escotada. Te pedí que la ropa interior fuera negra y esperaba que fuera así.
Nos dimos unos picos y nos encaminamos de la mano hacia la luna....Entramos sin mayor problema.
Al entrar, te diste con la sorpresa, porque a diferencia de otras ocasiones, no lo había hecho. La cama estaba a medio abrir, pero se divisaban los pétalos de rosa que cubrían la superficie. Una pequeña bolsa con listón indicaba que había un presente para ti. Me besaste casi por acto reflejo al ver todo eso y te correspondí con mucha pasión el beso a la vez que mis manos recorrían tu anatomía hasta alcanzaban. Mientras esto hacía, trataba de desabrochar tu pantalón. Estuvimos varios minutos en estos avatares. Nos dejamos de besar y te pedí que vieras tu presente. Con ansia y ternura procediste a abrirlo. Siempre fue algo que te quise regalar. Me lo agradeciste con otro beso y antes de que te pidiera que te lo pruebes, me preguntaste: ¿Quieres que me lo ponga mi amor? Mi respuesta afirmativa no tardó en llegar. Te comenzaste a desvestir lentamente intentando seducirme con tus movimientos. Te veías fabulosa mientras te desvestías. Tu lencería que llevaste estaba fabulosa. Te quitaste todo y te pusiste el conjunto de lencería que te llevé (ya me estoy mojando). Te veías magnífica con el conjunto. Y pícaramente me dijiste: ¿Quieres estrenarlo mi amor? Mi respuesta llegó a ti sin pronunciar palabra alguna. Y gateaste hasta mi....contorneando tu cuerpo. Te fuiste directamente a mi entrepierna, que para entonces sólo cubría mi calzoncillo. Me paré para darte una cosita más. Saqué un antifaz y te lo puse. Hacía fuego con el color de tu lencería. Te lo puse y comencé a besarte y manosearte por encima de tu ropa interior. Me recosté sobre la cama y te subiste encima. Te empezaste a mover sensualmente por encima de mí. Me incorporé y terminaste ahora tu sobre la cama. Comencé a besarte desde donde terminaba el brasier hasta donde empezaba tu tanga. La excitación ya era evidente en ti. Pero yo seguía en mi juego. Besaba tus muslos desde las rodillas a la entrepierna pero sin tocarte allí. Tu seguías aún con la ropa interior puesta. Me encantaba este juego. Luego comencé a besar tus senos por encima de la lencería y también tu entrepierna que ya la sentía húmeda. Luego pedí que te voltearas y empecé a besar y morder tus nalgas con muchas ganas. Empecé a besarte y morderte detrás del cuello haciendo un camino de besos hasta el inicio de tu tanga. Tú te retorcías de gusto y placer y en una de mis idas empiezo a desabrocharte el sostén. Te beso en esa área hasta hace segundos cubierta y sigo mi camino hacia tu tanga. Te pido que te voltees y procedo a retirar tu hasta entonces atuendo. Allí estaban tus pezones enhiestos, erguidos y duros. Me acerqué lentamente hacía el izquierdo y le doy un beso. Hago lo mismo con el derecho. Todo esto suave y tiernamente. Luego te beso en la boca poniéndome encima de ti. Tu con las piernas abiertas y yo entre ellas. Luego de unos minutos de besos me avalanzo sobre tus senos y los empiezo a besar y morder fuertemente como te gusta. Estuvo muy absorto en mi tarea de morderte los senos. Tus gemidos no se hacían esperar y estuvieron siempre presentes. Besaba a ratos tu cuello y tu vientre que parecía no querer quedar relegado de la faena. Pero lo cierto es que tus senos me volvían loco y más aún escucharte gemir mientras que te los sobaba, besaba, mordía y me los comía a discreción. En uno de mis viajes hacia tu tanga empecé a besarte, estando tu con las piernas abiertas, por los costados de la tanga tratando de que mi lengua invada de a pocos lo que ésta ocultaba. Te besaba por encima de la tanga, la cual, a estas alturas, estaba bastante húmeda, y gemías de lo lindo por todo lo que hacía. Usando los dedos aparté un poco tu tanga y comencé a explorar con mi lengua tu chuchita...(si vieras lo mojado que estoy ahorita) y lanzaste un gemido intenso que me pareció ser un orgasmo que hacía notar su presencia. Y cuyo contenido bebí gustoso. Estando en este éxtasis empecé a sacarte la tanga ya bastante húmeda. La llevé a mi nariz para aspirar el olor de tu femeneidad. Luego me aboqué una vez más a comerte, ahora si a mis anchas, tu conchita ya bastante jugosa. Besaba y mordía tus labios mayores y tu clítoris y chupaba la entrada de tu vagina. Todo con mucha pasión y deseo. Disfrutaba de cada milímetro de tu chuchita y de todos sus jugos. Sabía riquísimo. Y no sabes cómo disfrutaba cada segundo y cada gota de ti. Yo seguía en mi tarea de comerte la conchita y el segundo orgasmo no tardó en llegar. Y gemiste más fuerte aún. Me incorporé y me dispuse a besar tus pezones que no tardé en morder a discreción para tu beneplácito. Luego besé tus labios llenos del sabor de tu conchita. Fue un beso muy intenso. Cargado de pasión.
Aunque pensabas que ahora me dispondría a penetrarte, me dirigí una vez a tu entrepierna. Tu recostada con las piernas abiertas cerca del borde de la cama. Comencé a comerte la chuchita de nuevo pero esta vez mientras tu clítoris comía mis dedos con tu culito empezaban a jugar. Esto te gustó mucho y me pediste que siguiera...Luego te pedí que te voltearas y separaras las piernas. Y empecé besar tu orificio rosado mientras los dedos de mi mano izquierda exploraban tu conchita. Al primer atisbo de mi lengua en tu ano gemiste intensamente y no cejé en mi tarea. La verdad es que hacía mucho que quería hacerlo y ahora no quería perder la oportunidad. Mi lengua de revoloteaba por tu anito, lo exploraba y lamía y relamía....sin dejar mis dedos de tu conchita penetrar. Mi lengua se adentraba en tu anito. Y tu no parabas de gemir o de decir...sigue amor, sigue. Soy tu perra. Cómeme. Todo esto te llevó al tercer y cuarto orgasmo. Estabas que explotabas de placer. Tus pezones estaba tiesos como piedras.
Luego de esto me fui a lavar la cara y las manos. Te pedí que te echaras cerca del borde de la cama y empecé una vez más comerme tu chuchita y unté mis dedos con lubricante para empezar a explorar tu anito...primer uno de mis dedos se aventuró y estuvo dedeándote unos minutos, luego metí el segundo de mis dedos. No con poca dificultad. Todo esto sin dejar de chupar tu clítoris y chuchita. Mientras estaba más que avocado en mi tarea: Mi lengua haciendo de las suyas con tu clítoris y mis dedos invadiendo tu anito, tuviste otro orgasmo. Te pedí que te voltearas y te pusieras en pose de perrito y untando rápidamente lubricante en mi pene y en la entrada de tu anito....coloqué la cabeza de mi pinga en la puerta.
Empecé a empujar lentamente para lograr que entrara la cabeza. No sin dificultad logré mi cometido mientras tu gemías de placer y algo de dolor vociferando....así papito, rómpele el culo a tu perra, rómpeme el culito, toma el culo de tu puta.....Demás está decir que todo esto me excitaba a mi también sobremanera. El sólo hecho de estar empalándote el culito por vez primera era toda una experiencia.....Seguí en mi afán introductorio...hasta que mi pelvis chocó con tu culito. Me quedé quieto unos segundos para que tu culito se termine de acostumbrar al invasor. Me decías entre jadeante y excitada...amor...me duele un poco...yo te calmaba un poco acariciando tus nalgas y diciéndote lo rico que se veía y sentía estar con la pinga dentro de tu culito [Tomé varias fotos]. Comencé a sacar y meter lentamente mi pinga de tu culito sin sacar mi pene de tu culito. Me acomodé de una forma que tal vez nunca lo habías visto y/o sentido. Estaba como encima de ti como si te estuviera cabalgando pero sin recargar mi peso sobre ti. Y empecé a meter y sacar más rápidamente sujetando de tus cabellos con mi mano izquierda y dándote de nalgadas con la derecha diciendo a la vez toma puta...recibe la pinga de tu macho. Esto es lo que querías no, perra. Ahora disfruta de la pichula de tu amo rompiéndote el culo. ¿Quién es mi puta? Yo...fue tu rápida respuesta. Agregaste...sigue amo, rómpele el culo a tu perrita. Estuve varios minutos dándote en esa pose. La verdad es que se sentía riquísimo. Tu culito apretaba mi pinga de la mejor manera. Y uno gemido intenso me anunció la llegada de otro orgasmo. Saqué la verga de tu culito y te pedí que me lamieras lo huevos...luego te pedí que te pusieras de costado con una pierna hacia arriba. Volví a untar lubricante en la entrada....y te la metí de golpe....y seguí bombeado tu culito a discreción. Con una de mis manos pellizcaba uno de tus pezones. Y tu gemías riquísimo.
Saqué mi pene de tu culito...y sentiste un vacío me dijiste. Me fui a lavar la verga y regresé y te pedí que te recostaras sobre el borde. Separé tus piernas y unté mi verga con lubricante y también la entrada de tu anito. Y te la empecé a meter de misionero por el culito. Quería ver tu cara de disfrute mientras lo hacía. Y la verdad es que era magnífico verte. Tomé varias fotos de esta pose con tu pinga dentro de tu culito. Pellizcaba tus pezones. Sin dejar de meterte la pinga. Sentía como me apretaba fuerte la verga. Dejé la cámara a un lado y empecé a jugar con tu conchita sin dejar de taladrarte el culito. La verdad es que se sentía riquísimo. Luego coloqué tus dos piernas en mi hombro para seguir dándote en esa pose, porque quería terminar en esa pose bien al fondo de ti. Y en esta pose masajeaba tus senos y pellizcaba tus pezones mientras mi pelvis chocaba con tu culito. La verdad es que disfrutaba cada embestida sin dejar de decirte que eras mi putita y mi mujer y pidiéndote que recibieras a gusto tu pinga, porque te iba a llenar ese culito de mi leche. Y te lo iba a dejar marcado de mi leche. Después de unos pocos minutos, sentí que ya podría aguantar más y estaba próximo a eyacular. Te lo hice saber. Aceleré mis embestidas, llamándote putita casi con cada embestida. Sentí como empezaba a ensancharse mi pene. Tu también lo sentiste, y presa de la excitación comenzaste a decirme: Eso mi macho, ya llena a tu putita, que para eso la tienes. Descarga toda tu hombría en mi culo que es sólo para ti. Marca mi culo con tu leche. Lléname de ti. Quiero sentir como te vienes en mí. Lléname el culo de leche para eso soy tu perra...Todo esto no fue poco y empecé a botar mi leche a borbotones dentro de ti. Me dejé caer sobre ti y poco a poco mi pene fue saliéndose de tu culito, un hilo de leche lo siguió....
Me recosté a tu lado y nos besamos....
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Buen relato continua

 

Magnifica descripción, hace volar la imaginación. Buen relato!!!!

 

Co tinua tus historias

 

Co tinua tus historias

 

He seguido escribiendo. Mis dos nuevas historias son: Historias con una casada I y II (me faltan dos partes)

 

Buen relato entretenido

 

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Buen relato entretenido