La vida continúa pero, ¿qué hago con tu recuerdo?

Capítulo 0 – Un grito de ¿libertad?

No lo hago por despecho, tampoco para hacerte daño: tuviste a bien “dejarme libre” sin que yo te lo pidiera y hasta ahora los métodos que he intentado para llegar a serlo no me han funcionado; es por eso que ahora intento la vieja manera de mover los dedos, llenando una página en blanco y su inmensidad con el caudal contenido de recuerdos y dolores que me desbordan. No diré tu nombre. Solo quiero liberarme de ti.

PD. Noble lector perutopista, aprecio sinceramente el que hayas hecho clic sobre el tema, pero lamento informarte que esta no es la típica historia que te provocará jalarte la tripa (o la práctica onanista de tu preferencia) ni llenará tu cabeza de febriles fantasías: no es más que la recopilación de hechos reales, muchos de ellos felices y eróticos, otros no tanto y más bien dolorosos que a la larga me separaron de la causante de esta historia. Como verás, te escribo desde la vereda de la desazón y la tristeza. Aún así haré el esfuerzo por recrear los momentos de pasión (que no fueron pocos) para que tu lectura, si la continuas, no sea tan en vano. Si por el contrario consideras una pérdida de tiempo continuar con esta historia, estaré totalmente de acuerdo contigo y seguro que algún moderador ya se encargará de reubicar esta historia adonde pertenezca.

 

Capítulo 1 – Cosas que suceden sin querer queriendo

- Hola, ¿vienes por los masajes?
- Claro, ¿hay señoritas libres?
- Si, hay varias. Pasa por aquí por favor, toma asiento. En un momento vienen todas para que las conozcas y escojas.
- ¿Tú también atiendes?
- Jajajaja, si, yo también. Pero primero conócelas a todas, seguro que hay otras que te van a gustar más.
Desfilaron cinco o seis, una por una fueron entrando al cuartito de espera y después de un besito en el cachete decían sus respectivos nombres de “batalla”. Ninguna me gustó más que LorEna.
- ¿Y que dices? ¿Con cuál de las chicas te vas a atender?
- Contigo.
- Jajajaja, ¿de verdad? Ya pues, espérame para preparar el “ambiente” ¿Cuál es tu nombre?
- Alec.
Se fue con esa sonrisa tan hermosa y volvió al poco rato, me llevó de la mano al cuarto en donde me haría los “masajes”. Mientras me ponía cómodo (mientras me calateaba) noté que debajo de su bata blanca ya no estaba el vestido con el que se “presentó”, solo tenía puesta ropa interior…
- ¿Ya te explicaron como son los servicios aquí?
- La verdad no, es primera vez que vengo a este sitio.
- Puede haber adicional los últimos quince minutos por X soles o toda la hora por Y. Solo desnudo, puedes tocar con cuidado y sobretodo, no hay sexo ni oral, solo estimulación manual.
- Estoy apurado, voy a atenderme 40 minutos y por esta vez no quiero adicionales, solo tu mejor masaje.
- Ok.- y nuevamente esa sonrisa en tu rostro.

Para muchos esta conversación debe ser bastante familiar. Efectivamente era mi primera vez en ESE lugar y tenía dos reuniones de trabajo después, asi que no podía quedarme la hora entera. Ella era hermosa, lo pensé entonces y lo reafirmo ahora: trigueña clara (aunque muchos la han reportado en sus rankings como “blanca&#8221, de grandes y almendrados ojos negros, cabellera larga, ondeada y negra como una noche de pasión, delgada y de estatura mediana. Lo que más resaltaba de ella era esa sonrisa coqueta que le salía con facilidad y a grandes cantidades.

También es cierto que esa noche fui solo para “hacer hora” ya que la primera de mis reuniones se había postergado a última hora y yo ya estaba cerca del lugar; por lo mismo, fui sin ningún tipo de expectativas dado que había leído en este sacrosanto foro que con las chicas de este local “no pasaba nada”, afirmación cierta a excepción de la linda LorEna.

Los masajes eran buenos, traté de concentrarme en relajarme mientras estaba boca abajo, mas cuando tocó la parte de voltearse, la vi con un conjunto de brassier e hilo de encaje negro… sus senos eran regulares, sus caderas también, y su cuerpo terminaba en un par de piernas bien contorneadas y suaves. Le pedi por favor que, aunque no iba a hacer uso de los “adicionales”, me permitiese ver la maravilla completa de sus senos y que no la iba a tocar, solo ver. Aceptó y efectivamente sus senos eran medianos de pezones amplios y oscuros, un poco caídos lo cual era signo inequívoco de maternidad reciente. No pregunté, solo me extasiaba al verla semi desnuda, con ese cuerpo que sin ser perfecto era perfectamente arrechante. Ella notó mi emoción, y dijo algo que me excitó aún más: “Mira pues, cuando lo vi al comienzo no parecía, pero ahora se puso bien grande, no?” No le respondí nada, solo dejé que termine y cerré los ojos porque si la seguía mirando me le iba a ir encima y… ese no era el plan de esa noche.

Salí del local sintiéndome relajado, pero a la vez con la idea de que tenía que volver a ver a LorEna.


CONTINUARÁ....

 

Capítulo 2 – El corto camino hacia ¿ninguna parte?

En el transcurso de un mes volví recurrentemente (semanalmente) a esta sala de masajes y siempre reservaba a LorEnita, nunca me di el trabajo de ver si había alguna belleza superior en el local. Desde la segunda visita, dejé las formas de lado y siempre fue “adicional de una hora”, nunca más sentí sus masajes y desde que cerraba la puerta era full besos, mis manos no acariciándola, sino acosándola (invadiéndola) por todos los rincones de su cuerpo, provocando en ella una excitación similar a la que ella me producía son solo sentirla cerca. Sus besos me hacían notar que ella se dejaba llevar, su respiración entre cortada, la creciente humedad de su vagina, su vagina que al principio luchaba porque no se la toque y que al final terminaba siendo terreno abierto para mis dedos… todo eso me hacía notar que ella también disfrutaba de mi presencia.

Cabe señalar que LorEna ni parecía ni se comportaba como una ruca cualquiera, nada vulgar; parecía más bien una chica “normal” que por motivos de fuerza mayor terminó trabajando desnuda al lado de desconocidos. Creo que eso me pegó más, el hecho de poder disfrutar de una chica de 23 años que tranquilamente podría haber conocido en cualquier lugar, menos en una sala de masajes.

La última vez que la vi, en ese local, me contó que iba a tomarse un descanso por motivos de salud (el corazón), y con mayor razón le insistí que me diera su número; recién ese día me lo dio. Tomé dos horas seguidas, tiempo en el cual permanecimos desnudos uno al lado del otro, dándonos besos y acariciándonos como si no nos volviéramos a ver: solo esa vez logré penetrarla (en un descuido suyo) por espacio de 15 segundos, en los cuales ella se dejó llevar más lejos que nunca, luego de los cuales me separó y quedó algo avergonzada. Los minutos restantes fueron frios y esquivos y yo simplemente me quedé a su lado. “Ya la cagué por aventado”, pensé.

Después de esa noche, empecé a llamarla casi a diario hasta que quedamos en vernos y salir a cenar. Aquella noche fue totalmente olvidable, toda esa química que nos envolvía cada vez que la visitaba en el local de masajes desapareció, sus respuestas eran frías y cortantes, tanto así que a la mitad de la cena la miré y le dije “creo que fue mala idea, no?”, a lo que ella asintió de inmediato. Pedí la cuenta y la llevé a su casa. La despedí con un beso en la mejilla y una confusión terrible en la cabeza: ¿Qué había pasado hizo que se perdiera esa conexión tan “especial” que teníamos? ¿Será que todo estaba basado en una simple transacción comercial?

Vale aclarar que toda la frialdad empezó a darse cuando en un rapto de honestidad le conté que estaba casado y que era padre de familia. Cabe señalar que en aquel entonces mi matrimonio estaba pasando una de sus últimas crisis pre ruptura definitiva y que intenté explicar eso a LorEnita; sobra explicar que no me creyó una palabra más después de “…padre de familia”. Listo, misterio develado: lo que pudo ser quedó en nada por un exceso de sinceridad. ¿Estupidez? ¿Inocencia? ¿Las dos cosas juntas?
Después de esa noche las llamadas se espaciaron hasta ser casi nulas. Me dejó en claro, en una conversación posterior, que POR NINGUNA RAZÓN, ella quería ser la causante de que se rompiera mi matrimonio y que yo debería enfocarme en recuperarlo.

Pasaron meses sin saber de ella hasta que…


CONTINUARA.....

 

Siga cofrade, estare atento a la continuacion.

 

Don Alec, siga usted!

 

Sigale danfo cofrade!!

 

Ya ps cofra no nos deje con la curiosidad esta interesante su historia.

 

Cofra espero q en algún momento continúe con su relato

 

Cuando la continuación cofrade??

 

Que bacan que hayan resucitado este tema... Esta semana les cuento los detalles de lo que sucedió...

 

Siga cofra... Lorenita promete...

 

Capítulo 3. Un partido de fútbol, una derrota y un triunfo amnésico.

Mensaje de texto 1: “Hola soy LorEna, ahora estoy trabajando en el S*$*!$, ¿conoces?

Y yo bastante sorprendido. La última vez que supe de ella fue cuando la llamé porque supuestamente (después descubrí que con ella casi todo era “supuestamente”) la habían operado del corazón y yo, de puro caballero, llamé para saber cómo había salido de la operación y si ya estaba recuperándose. Una llamada sin segunda intención de mi parte; total, ella ya me había aclarado que “nunca más” volvería a estar con un hombre casado...

Mensaje de texto 2: “Alec?? Estas molesto?”

Y mi mente en cuestión de segundos armó un plan. Esa noche jugaba nuestra gloriosa blanquirroja versus la repotenciada garra charrúa, y con un grupo de amigos siempre veíamos juntos los partidos en la conocidísima y concurridísima BARRA de caminos del inca.

- “A que hora sales?” Le respondo.

- “Nueve y media, por que?”

Continuará...

 

- Voy a estar con unos amigos en un local cerca a tu trabajo, vamos a ver el partido de Perú, porque no vas y lo vemos juntos?? Podrías ir con amigas de tu trabajo??”

- “Mmmm, y no puedes venir a recogerme?”

- “Ni hablar, el partido empieza 9 pm”.

- “OK, voy a decirles a mis amigas”.

Que les puedo decir…. Mis amigos casi me levantan en hombros cuando las vieron llegar, a medio partido y bien ricas y apretaditas, chicas de sauna con ganas de divertirse…. Y ella. No la veía hace mucho tiempo y casi al instante noté que la operación al corazón en realidad había sido una operación de teteras… fácil un par de tallas más, su escote se veía más que prometedor. Por mi mejor.

Chelas van, chelas vienen, baile en el entretiempo, baile al final del partido (por cierto, Perú perdió, nosotros no) y yo ganador. Ganador a medias nomás, esa noche tenía que regresar temprano al hogar y solo gané besitos y abrazos.
Pero había algo raro, ¿no se suponía que ella ya no quería nada con casados?

- “Hola, como estas… ¿ayer nos besamos?” inquirí.

- “Que, ¿ya no recuerdas? ¿Tan borracho estabas, Alec?”

- “Es que… pensé que nunca más iba a poder besarte, y por un momento temí que hubiera sido solo un sueño.”

- “Que lindoooo…. Alec.”

- “¿Cuando puedo ir a visitarte a tu nuevo centro de labores?”

- “Cuando quieras. Cuando te den permiso.”

- “El lunes sin falta estoy ahí.”

 

(Por siaca la parte sexual llega en la siguiente parte, para nunca más irse)

 

continue alec..promete el relato

 

broda juegate en nobre de la nueva chanba osea el sauna pa ir. a atenderme.

 

Empieza otra eliminatoria de fútbol y sigue pendiente el relato: ojala se anime a continuarlo...

 

Bueno relato!!! Siga cofrade!!!

 

Capítulo 4. Y hasta que por fin

Los problemas que se generaban en ella por mi situación contractual, matrimonial o como quieran llamarle, no existían más, al parecer. Empecé a buscarla a la salida de su trabajo, y en una de esas terminamos concretando lo inevitable: ni siquiera fue necesario pedírselo, simplemente enrumbé a un vistoso hotel en la aviación… lo primero que noté al empezar a desvestirla fue que la operación “al corazón” al que se sometió meses atrás (debo haberlo comentado en el capítulo 2) en realidad había sido una simple operación de chichis, le cual le quedó bastante bien, los contornos redondeados y buen juego con sus aureolas grandes (siempre me han gustado las aureolas asi).

Fue como dejar de lado tantos meses en donde era “prohibido” consumar el acto, ella me abrazaba con tanta desesperación y yo le besaba, en realidad devoraba su labios como si fuera la última vez, y en realidad era solo la primera. Iba inspeccionando su vagina y sentía que su excitación era gigante, húmeda, caliente…
No lo pensé dos veces y me devoré también esos otros labios, se los mordía suavemente, metía nariz y lengua mientras mis manos juegueteaban con esos senos renovados, lozanos. Ella emitía sonidos que jamás antes le había escuchado, jadeaba, gemía y repetía mi nombre hasta que me sentí el dueño de la situación y me incorporé, al lado de su rostro. ¿Qué vas a hacer?, me pregunto con cara de “yonofui”, lo cual me encendió aún más… sin dar explicaciones le coloqué dentro de su boca el miembro que en ese momento había llegado al nivel de dureza “estatua”, y que linda vista, ella sin poder tragársela toda mientras yo le tomaba la cabeza con fuerza, presionándola contra mi cuerpo, jalándole el pelo de repente y espetándole “¿Quieres que te la meta?”, y si sin esperar respuesta la volvía a presionar para que su boca se dedique a seguir atragantándose en vez de contestarme… asi unas dos o tres veces más, la puse boca arriba y me puse sobre ella, la tenia de los cabellos, todo mi cuerpo sobre el de ella, como en una lucha en donde ella no tenía más remedio que rendirse a mi deseo, a toda mi energía. Presionaba mi pelvis contra la suya con furia, como si la estuviera atacando, embestida tras embestida y sus gemidos apenas si se oían porque mientras tanto mi boca se comía a la suya, de rato en rato bajaba a devorar estas tetitas, sin dejar de penetrarla con fuerza, haciendo sonar su vagina con esos líquidos que me mojaron hasta los muslos, y, lo reconozco, no me importó hacer poses esa vez, lucirme ni nada, solo quería llegar hasta muy dentro de ella, como un animal quería marcar a su hembra. Fue un orgasmo gigante, no se cuantos tuvo ella, ni le hice la típica pregunta “¿te gustó?”… solo me bastaba verla rendida, llena de sudor a mi lado, para saber que si, que esto tendría que continuar...

 

Desempolvó un bonito relato cofrade, entretenido y con un buen manejo de lenguaje. Espero la continuación. No espere la próxima fecha de eliminatorias para regalarnos la siguiente parte.