Murió el ‘Chino’ Domínguez, una leyenda del fotoperiodismo

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El Chino Domínguez siempre fue considerado el mejor fotógrafo del periodismo peruano. Aprendió el arte de la fotografía de su colega nikkei Antonio Noguchi, aunque él en un inicio quiso ser pintor. Ha colaborado en los medios más importantes del país como La República, El Comercio y Caretas (los buenos tiempos).

Su archivo gráfico consta de más de un millón de negativos y tiene retratos inéditos de importantes personajes del mundo cultural, político y artístico peruano, de todos los tiempos. Ahora este archivo fotográfico lo tiene la Universidad Alas Peruanas.

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Nicomedes Santa Cruz y primera delegación peruana que viajó a un certamene internacional de música negra eb 1967. Sobre esa base se formaría el grupo "Perú Negro"


Carlos Hayre, Manuel Acosta Ojeda y Nicomedes Santa Cruz


Concurso "La Valentina de Oro" (1982)




Ronaldo Campos, en el callejón de El Buque





Jarana de Barrios Alyos en los años 50. A la izquierda, juvenil Arturo "zambo" Cavero





Bohemia en el taller de guitarras de José Falcón, con Mario
Campos, Arturo "zambo" Cavero y guitarrista Munaico (1986)

 

Los ojos de Carlos “Chino” Domínguez se cerraron para siempre. Se fue, tal vez, la última leyenda viviente del periodismo nacional. Este reportero gráfico era llamado con razón “Los ojos del Perú”.

No creo que exista periódico o revista que no haya publicado sus fotos. Esas que, como anotó el historiador Pablo Macera, “contienen calidades dispares que confluyen en una imagen crítica, dura, burlona, austera, hecha con amor a la gente pequeña y humilde y sin reverencia para el grande”. Por eso, las imágenes del “Chino” eran únicas. Geniales.

Este Búho tuvo, hace años, el honor de trabajar a su lado. Y de aprender de él. Fue en 1990, en “Página Libre”. Recuerdo con nostalgia una comisión a la que el director, el inmenso “Gringo” Guillermo Thorndike, nos mandó a mí, al “Chino” Domínguez y al hijo de este, Juan Carlos. Se trataba de un reportaje a los “pirañitas” que sobrevivían aspirando Terokal en la Plaza San Martín.

Mientras entrevistaba a esos pobres niños excluidos de la sociedad, el hijo del “Chino” estaba a mi lado retratándolos. Pero el “Chino”, siendo el gráfico de raza que era, había conseguido subir a un edificio desde cuyas alturas logró sensacionales fotos. Con su talento consiguió graficar la abrumadora pequeñez de esas víctimas del olvido, en medio de una ciudad cruel. Así era el “Chino”, siempre buscando que cada una de sus imágenes digan mucho más. Y queden para la historia.

A su mirada de águila, nada escapaba. Como cuando en 1979 el trotskista Hugo Blanco, líder de la izquierda radical de esos años, fue cargado en hombros por el bigotón Nicolás Lúcar.

Inolvidable es también la fotografía que le tomó a Óscar Retto, otro maestro del periodismo gráfico, llorando a su hijo Willy Retto, asesinado en Uchuraccay. O esa, en la que una pareja de apurados amantes improvisa una cama con periódicos en la azotea de un edificio y, a plena luz del día, decide hacer el amor. Porque el “Chino” no solo tenía calidad, sino que era un hombre despierto, vivísimo, siempre listo para descubrir lo que a otros se les pasaba. Y siempre andaba con el dedo sobre el disparador de su vieja cámara. Como un “gatillero”.

En 1964 estuvo en el Estadio Nacional, en la trágica tarde del Perú-Argentina y del “Negro bomba”, donde murieron aplastadas 300 personas. Sus fotos se convirtieron en documentos excepcionales que dieron la vuelta al mundo.

Impactantes también fueron sus fotografías de las cárceles “El sexto” y “Lurigancho” en los años 80. En ellas quedaron grabados ese mundo salvaje e inhumano y la soledad y desesperanza de los hombres que lo habitaban. Por supuesto, el “Chino” estuvo en primera línea aquel 27 de marzo de 1984, cuando “El sexto” fue tomado por un grupo de presos. Estremecedoras son las vistas que captó de esa orgía de sangre que acabó con la muerte de 22 personas.

En 1969 retrató al entonces ex presidente Manuel Odría anciano, llevado de la mano para caminar. Mostraba así que los poderosos no lo son tanto. También son humanos. Descanse en paz, maestro.

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FUENTE: COLUMNA PICO TV-DIARIO EL TROME

Acá algunas fotografías de este genio...

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"La guitarra del Carmen"-Colección 'Los peruanos"​

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Retrato del historiador Pablo Macera​

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Fotografía del archivo personal, por las calles de Lima​

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Retrato del gran escritor Julio Ramón Ribeyro.​

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Con el escritor Oswaldo Reynoso.​

 

Este Búho tiene recuerdos imborrables del más grande fotógrafo peruano: Carlos “Chino” Domínguez. Ayer cuando llegué al velatorio de la iglesia “Carmelitas”, me resistía a creer que el “Chino” estaba reposando en ese féretro. Juan Carlos Domínguez, su hijo y fiel heredero, me confesó: “Búho, el ataúd está cerrado. Quiero que los amigos lo recuerden cachetón, gordito, no como lo dejó la enfermedad”.

Al maestro lo conocí cuando yo era adolescente, en el gran trabajo que hizo con otro tremendo periodista, el “Gringo” Guillermo Thorndike, en “Los apachurrantes años cincuenta”. Las grandes fotos del “Chino”, junto a la pluma de un hombre talentoso, polémico por sus posiciones políticas, pero al que nadie le podrá negar que fue un extraordinario periodista. Paradojas de la vida, fue gracias a Guillermo que conocí al fotógrafo. El “Gringo” ingresó como director de “El Nacional”, y convocó a una pléyade de jóvenes periodistas: Jorge Frisancho, Iván García, Sergio Oquendo, Víctor Patiño, Edwin “Zcuela” Núñez, la potable Diana Vega, el “Osito” Kike Sánchez Hernani y luego ese grupo fundaría “Página Libre”, con Beto Ortiz, Rafo León, Elsa Úrsula y Miguel Rubio, entre otros “pesos pesados”.

Éramos jóvenes y el “Chino” llegaba con su saco y su pañuelo al cuello. Muy orondo. Nosotros lo vacilábamos y silbábamos la canción del “Show de los Muppets”. El fotógrafo se mataba de risa. “Vacílenme nomás, los perdono porque tienen talento y Guillermo confía en ustedes”. En verdad, una semana el “Gringo” cayó gravemente enfermo y el periódico quedó en manos de Iván García, un muchacho de 21 años. Pero el “Chino” no solo se limitaba a tomar las fotos. Él mismo hacía producciones. Una vez le dijo a Guillermo: “Gringo, en la avenida Aviación con 28 de Julio, los pirañas asaltan a la gente todo el día a vista y paciencia de todo el mundo. Quiero irme con el flaquito -este Búho- para que haga la crónica.

O es él o Eloy (Jáuregui), pero mi compadre es más inubicable que Héctor Lavoe en sus épocas bravas”. Esa mañana, el “Chino” ya tenía el departamento en plena avenida Aviación. No sé cómo había convencido a los dueños. Nos quedamos con su hijo, Juan Carlos, y el mismo “Chino” viendo cómo los pirañas asaltaban a la gente. Fue un reportaje de primera plana, con cinco páginas magistralmente editadas por Guillermo Thorndike.

Ayer, en el velorio, me encontré con la esposa del “Gringo”, la entrañable señora Charo. No la veía desde la muerte de su esposo.
Me vio y se puso a llorar, recordando esos tiempos en que su marido editó un diario que quedará en la historia, no solo porque apoyó al “Chino” Fujimori. Muchos de los más célebres artículos de Eloy Jáuregui, Oscar Malca, Rafo León, Kike Sánchez Hernani, Iván García, Elsa Úrsula, Efraín Trelles, Gustavo Barnechea, Álvaro “Caníbal” Rocha, Víctor Patiño, Carlos Espinoza, Rafael Dumet y compañía se escribieron allí. “Búho, el “Chino” se encontrará con mi esposo, qué travesuras harán arriba con San Pedro”. En el velorio estaba otro veterano: Roberto Salinas, el mítico periodista deportivo y bohemio impenitente.

En el cementerio de Huachipa reposarán sus restos. Su gran archivo periodístico, el invalorable legado del hombre que retrató a un país, está en poder de la Universidad Alas Peruanas. Fue en una etapa en que Domínguez estaba en apuros económicos. Esa mañana, con la señora Charito dijimos: ese archivo debe pertenecer a todos los peruanos.

“Búho, haz campaña para que Alan García, antes que se vaya de Palacio de Gobierno, le compre ese legado histórico a la universidad y permanezca en la Biblioteca Nacional”. A veces siento que ya me estoy volviendo viejo. Uno a uno los históricos periodistas se van: Guillermo, el “Chino”, leyendas que tuve el privilegio de conocer. Ojalá que Jorge Verástegui, fotógrafo discípulo de Domínguez, me juegue esa foto que el mismo Carlos le pidió que tomara en el “Queirolo”. Este Búho junto con el “Chino” y Eloy Jáuregui. Domínguez le dijo: Tómame con estos cronistas bravazos en las teclas y en los bares.

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Escrito por Víctor Patiño
FUENTE: COLUMNA PICO TV- DIARIO EL 'TROME'

 

Seria interesante que se informe si es que actualmente hay alguna exhibicion de las fotografias de este gran fotografo peruano que ha captado las noticias que su lente.
Sabemos que el archivo esta en la Universidad Alas Peruanas y ojala dicha casa de estudios programe fecha, lugar y horario de las fotografias de este Maestro.

 

Desconocia del trabajo del Chino Dominguez, pero veo que ha dejado un legado importante dentro del fotoperiodismo, esperemos que sea un referente para las nuevas generaciones de fotografos periodistas.

 

segun lei una breve historia sobre el chino...
dicen q era un capo en la fotografia y no tenia temor de nada...
su primare chamba digamos fuerte,, fue tomar foto en la avenida aviacion con 28 de julio, en ese entonces lleno de ladrones y cogoteros en la antigua tacora...
se dice que sus mas grnades fotografias estan en una universidad todo un legado....
a recuperarlo...-.

 

excelente fotógrafo de la prensa peruana, siempre te recordaremos ``como el rey del revelado´´, que descanse en paz se lo merece