Se equivoca no soy Dora

Un sonido me despertó de mi sueño, mientras reaccionaba me vi desnuda en una cama que no era mía, cubierta con unas sábanas que no eran mías, y con un hombre al lado que fácilmente me doblaba la edad dormido profundamente.
-que ha pasado????- pensé mientras de golpe los recuerdos empezaron a llegar.
Fue ayer por la noche mientras regresaba a mi casa en bus, me había quedado profundamente dormida cuando una frenada me despertó de golpe y me di cuenta que estaba en otro distrito para mi desconocido, como reacción bajé apresurada, la calle estaba oscura y mientras cruzaba la pista muy asustada, el sonido de una bocina y la frenada de un auto me hicieron temblar y casi desmayarme del susto.
Un hombre maduro bajo del auto a auxiliarme y cuando se acercó a mí se me quedo mirando sorprendido, y con lágrimas en los ojos me dijo:
- Dora, no puede ser.. eres tu Dorita… - sin saber cómo reaccionar lo primero que dije fue que no era esa tal Dora…
- Yo no me llamo Dora, mi nombre es Jaqueline; se está equivocando – dije mientras me levantaba del suelo y trataba de ordenar mis ropas.
- Perdóname, pero te pareces muchísimo a mi difunta esposa. Sé que eso no es posible, pero… por un momento creí que eras ella, lo siento. – Me explicó al borde del llanto.
La profunda tristeza que reflejaban las palabras de ese hombre, me conmovieron tanto hasta el punto que las lágrimas también se acumularon en mis ojos, empezando a consolarlo; siempre he sido una llorona el hombre a quien llamare cofrade pidió disculpas y se ofreció a invitarme algo de tomar a cambio del mal rato que me había hecho pasar; no sé porque, tal vez sus sinceras lagrimas o tal vez porque quería conocer su historia subí con él a su auto y fui conducida a un local cercano el cual me dijo que tenia un ambiente agradable.
Mientras tomábamos unas infusiones me contaba una hermosa historia de amor, de cómo él y su difunta esposa habían vivido felices a pesar de no haber sido bendecidos con hijos, después mientras se le iban llenando de lágrimas los ojos, cofrade me contaba como un terrible cáncer había acabado poco a poco con su esposa hasta que murió en sus brazos; no podía contener mis lágrimas, ese amor sincero que se habían profesado, y como había acabado todo….., no sé en qué momento pero hace buen rato las infusiones habían cambiado por una botella de vino mientras la charla se extendía.
- Te pareces mucho a mi amada Dora, me dijo mientras me limpiaba mis mejillas con un amor que ya hubiera querido recibir por algún antiguo novio. – yo sonreía algo avergonzada y ruborizada por la situación.
Yo le conté acerca de mi vida, mis estudios y trabajo de medio tiempo, también le dije que me parecía increíble que me parecería a su difunta esposa sin que seamos familia ella y yo, por tal me propuso ir a su casa y demostrármelo con unas fotos que tenia de ella, luego el mismo me llevaría a mi casa, tal vez fue el efecto del vino, pero quería seguir charlando con aquel hombre, no podía apartar mis ojo de su rostro, así que acepte y luego de que pagara nos fuimos a su hogar.
No me fije por donde estábamos, ni la hora, estuvimos conversando de la vida, y reflexionado de las decisiones que uno toma… no se por qué pero cofrade me inspiraba confianza, paz y un cariño que nunca antes había sentido, era como una conexión, como si nos conociéramos de toda la vida. Su casa sin ser muy lujosa se notaba la clase y el gusto de quienes vivan ahí; pasamos al salón y me mostro un cuadro donde posaba su esposa con ropa de la época.
- Tienes razón cofrade en verdad se parece mucho a mi- dije sorprendida mientras me veía reflejada en el cuadro, esa era yo... Cofrade me ofreció algo de tomar mientras contemplaba otros cuadros de su mujer.
Luego de terminar la bebida sin entender mi cabeza empezó a darme vueltas, de golpe me sentí mareada y muy rara, cofrade me cogió de la cintura desde atrás y empezó a susurrarme al oído.
-Dora mi amada dora…. Te he extrañado tanto mi amor… - mientras se frotaba a mi cuerpo y empezaba a lamer mi oreja acariciándome toda, yo sin entender quise alejarme, pedir auxilio, gire mi cabeza para decirle algo pero nuestras bocas se juntaron en un hambriento beso, nuestras lenguas se juntaban y se frotaban reconociéndose, no pude negarme y me entregue a cofrade.
Mi cabeza me daba vueltas mientras sentía las manos de ese hombre despojándome de mis ropas, susurrándome el nombre de su difunta mujer y liberando mis senos, se soltaron mostrándose en todo su esplendor, mis 110 casi rogaban ser lamidos, chupados, mordidos; cofrade los cogió con deseo y succionaba mis pezones, los juntaba con sus manos y se los comía con un hambre, como si la vida se le fuera mamándomelos. Mis manos no estaban quietas, se habían apoderado de su hinchada verga, y la meneaban mientras nuestras lenguas volvían a chuparse, los sonidos que nuestras bocas hacían me producían muchísimo morbo, caí de rodillas ante él y me trague su verga mientras el repetía una y otra vez:
-Siii Dora que rico me la chupas, extrañaba tu boca en mi verga, que rico sigue así, es toda para ti..- como en un sueño subía y bajaba mi cabeza de su verga, succionándola, oliéndola, llenándola de saliva y pasándola por mi cara, lamiendo sus tremendos testículos que poblados de unas hermosas canas lo hacían súper apetitosos. Él estaba sentado en su sofá mientras yo de rodillas subía y bajaba mi cabeza, pasaba su verga por mis senos hasta que me lleno la cara y los senos de su espesa leche.
Cofrade me tomo entre sus brazos y mientras me daba de beber esa extraña bebida una vez más, me llevaba al dormitorio. Mi cabeza me daba vueltas no sabía quién era en ese momento al verme en esos cuadros pensé que era yo la del cuadro y que iba con mi hombre a mi lecho matrimonial.
Cofrade me deposito en la cama, separo mis piernas y se apodero de mi depilada vagina, lamia todo mi sexo, llegando su lengua a mi cerrado ano para volver a comerme todo mi sexo y terminar chupando mi clítoris, esto lo repetía una y otra vez, penetrando con sus dedos mi sexo y ano, mi cabeza estaba por estallar mientras todo giraba a mi alrededor, sentía como me masturbaba cada vez con más deseo, con más pasión, con más desesperación provocando que atrajera su cabeza a mi sexo aullando del placer rogándole que no se detuviera hasta que terminara entre gritos y gemidos de placer…
Cofrade se separó de mi mientras yo seguía vibrando de placer y recuperándome de mi reciente gemidos, orgasmo, saco una pastillita azul y se la trago mientras yo me acariciaba los senos sin poderme creer el delicioso orgasmo que ese maduro me había arrancado.
-Mi amada Dora, si así has disfrutado espera cuando me tengas dentro…. – dijo mientras se masturbaba suavemente recuperándose de su previa eyaculación y se acercaba a mí.
-Yo no me llamo Dora mi nombre es uhmmmm – cofrade no me dejo terminar, me cogió de las piernas y aprovechando su fuerza me giro para colocarme en 4, me dio una nalgada y sujetándome de las caderas me separo las nalgas penetro mi sexo, arquee mi cuerpo mezcla de dolor y placer, me mordía los labios, pero luego de unas embestidas estaba gimiendo y suplicándole que no pare
-Uhmmmm asiiii, aaaa que ricooo.. aaaa dame más cofrade… aaaaaa-, sentí como seguía nalgueándome, pero más que dolor me arrancaba un delicioso placer, frente a mi había un espejo grande que capturaba nuestros cuerpos moviéndose frenéticamente, la imagen me causaba muchísimo morbo, verme ahí siendo poseída por un hombre mucho mayor que me tenía de a perrito hacia que meneara mis caderas buscando nuestro placer y lo mejor es que no se venía…
Luego de dejarme completamente rojas mis nalgas y tirar de mis cabellos a su antojo salió de mi dejando un profundo vacío en mi interior, se echó en la cama y me invito a montarlo, casi no perdí tiempo y mientras me sentaba sobre él iba sintiendo como se hundía su verga centímetro a centímetro en mi interior, hasta que al sentir nuestras pelvis chocar mojando las sabanas, empezó a susurrarme:
-Que placer me das Dora… te voy llenar de leche todo el cuerpo. – yo empecé a menear mis caderas, subiendo y bajando mi pelvis, gemía con su verga en mi interior, mientras miraba nuestros cuerpos en el espejo, él era un hombre de escasa cabellera, pecho canoso, una prominente barriga sin llegar al exceso y yo una muchacha delgada que media apenas 155 que si no fuera por mis grandes senos y mi curvadas caderas fácilmente podía pasar por una colegiala; veía ambos cuerpos unidos por sus sexos, frotándose en un rito de placer mientras gemíamos, yo meneaba con más deseo mi pelvis mientras el sobaba mis hinchados senos con sus grandes manos para terminar tirando de los pezones, luego se acercó a mí y empezó a chupármelo, lo hacía con tanto deseo que el placer que sentía provoco que llegara a un delicioso orgasmo, yo gritaba y temblaba, sentía que las fuerzas se me acababan pero él era todo un toro que seguía entrando y saliendo de mí, hay benditas pastillas…
Empezó a tirarme pequeñas cachetadas a mis senos que me provocaron un inusitado placer, aaa que delicioso dolor sentía, mis fuerzas me abandonaban y me sentía una muñeca en sus manos, un instrumento que solo servía para darle placer. Poco a poco la velocidad de sus movimientos se fue elevando, y antes del clímax final se empezó a moverse de tal manera que sentía como si estuviera en un huracán, yo no paraba de gemir y suplicar que ya no podía más, el terminó por transformarse en una bestia cuando lanzo un gemido poniendo sus ojos en blanco para soltar un chorro de semen tras otro, impulsándome hasta el cielo y regalándome un increíble orgasmo, luego de eso perdí el conocimiento.
Ahora estoy aquí en esta cama, al lado de este hombre que me dio tanto placer, ya sé lo que debo hacer… me hinco a su lado beso suavemente sus testículos con esas hermosas canas que me vuelven loca, subo mi cabeza y rodeo su hermosa verga con mi boca, empiezo a saborearla, a lamerla a chuparla, a probar del sabor de nuestros cuerpos, mientras se va haciendo grande en mi boca, me encanta demasiado su sabor podría vivir feliz solo dedicándome a chupárselo, ser su esclava sexual, mi mente imagina muchas cosas hasta que siento como se despierta y se me queda mirando, antes que diga algo le digo:
-Buenos días mi amor soy tu Dora…. Tu mamadora…. Y nunca me alejare de tu lado….
FIN

 

Buen relato doragolosisima sigue con tus relatos que estoy poniendo al día en todos

 

Me pareció ya haber leído este excelente relato mi cofra preferida .

 

Relato antiguo cofrada ?

 

Gran relato cofrade golosisimaperu, escribes muy bien, felicitaciones.

 

Si es antiguo, he desempolvando varios que encontre

 

Gracias cofrade

 

Gracias cofrade estaba algo triste porque no había tenido acogida este antiguo relato. A pesar que en lo personal es uno de los que más me gusta porque esta basado en un experiencia real, con la diferencia que no hubo mareo por tomar algo adulterado pero si hubo ese sentimiento nostálgico, la tristeza del pobre hombre y terminamos dándonos un beso fue bastante suave y cálido, muy de caballero de ese hombre mayor que no busco más. Al llegar a casa empeze a escribir y luego de unos días ya estaba casi terminado imaginándome montada sobre ese hombre mientras me decía dora

 

que buen relato, de casualidad lo leí y me engancho, are en busca de mas relatos tuyos

 

gracias como digo es un relato que me sucedio en realidad con la diferencia que todo termino con un suave beso, todo lo demas vino de mi sucia conciencia jajajaja, no negare que me gustaria poder ver a ese hombre madurito, vaya fidelidad y amor que tenia por su difunta mujer, sinceramente es una sana envidia.

 

Una vez más la golosisima demostrando como cautivar y atraer la atención de varios cofras relatando una historia tan apasionante y excitante cómo está, las últimas líneas me dejaron bien calentón... Te mereces un ramo de flores, un besito dónde más te guste, y cientos de likes, desde que leí por primera vez un relato tuyo te has convertido en mi narradora favorita

 

Gracias cofrade, agradecida por sus flores y bellos comentarios, ese besito me lo recibiré en el cachetito

 

No es nada, usted se merece más que eso mi hermosa dama... Es un honor para toda la cofradía tener a alguien como tú quien nos haga sentir ese éxtasis viviendo cada historia, porque a muchos vivieron alguna de tus experiencias sexuales más fogosas

 

Recordar es volver a vivir, recordar tus vivencias con tu toque sensual, es lo que hace que me pegue a tus relatos, sean actuales o del baúl de los recuerdos.

 

Gracias cofrade, muy agradecida por la preferencia

 

Muy agradecida estos son los comentarios que a toda mujer nos gusta, que lo que hacemos es de gusto y bien recibido