Debut y placer.

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por VidaMuchacho, 18 Sep 2020.

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sobre que temas de gustaria leer??

  1. Anal, Chuchas, Tetas

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  2. Labios, Perfume, musica

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    VidaMuchacho

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    Primero quiero saludar a las chichas y chicos que leen perutops, y con su permiso me permitan entretenerlos con un relato.

    Dicen que la primera vez nunca se olvida, por eso estoy aquí para compartirles este relato tan especial.


    Por problemas de comportamiento mis padres decidieron cambiarme de colegio para corregir mi disque rebeldía y mejorar mis calificaciones. Yo tenía 16 y estaba en quinto de secundaria, era alumno nuevo en el colegio y no conocía a nadie. La verdad no culpo a mis padres por su preocupación, pero el colegio me quedaba al otro lado de la ciudad a una hora de nuestro barrio. Al principio me daba flojera el trajín y encima tan temprano, pero poco a poco empecé a agarrar el gusto por el uniforme del cole y también a ver a las chicas que iban conmigo en la combi.
    Así pasaron varias semanas de adaptación, las clases me interesaban un 50%, el otro 50 de mi interés estaba en explorar la ciudad, el graffiti, el billar y las chicas. Conocí nuevos amigos y me hice más social. Después de clases yo almorzaba en una pensión y cuando había taller de arte en las tardes muchos volvíamos al cole a las 5pm.
    Una tarde volví al colegio a un taller de baile, yo iba a hacer hora hasta las 7pm y después encontrarme con mis patas para jugar al billar. En eso empiezan a llegar las chicas con ropa de calle y fue donde vi a Sara bien producida por primera vez, me quede templado, aunque no enamorado si puedo decir que me puse arrecho. A mis 16 abriles mis hormonas estaban a mil y al ver cada culo rico yo sentía que la sangre hervía en mi cuerpo.
    Yo me describo como un chico relajado, me gusta sentirme bien y hacer sentir bien a los míos, mido 1.75 y a veces puedo parecer callado pero mi estilo es usar el misterio y analizar a mi presa.
    – Carajo que rica esa flaca – dije en mi cabeza viéndola de espaldas y apreciando su figura quebradita. Sara mediría 1.67 y 56 kilos maso o menos, ese día llego con un pantalón negro bien ajustado a la cadera y una chompa roja que llegaba hasta su cintura, el pelo negro suelto hasta los hombros y se había puesto ese brillo en los labios que usan las chicas guapas. Ella tenia la misma edad que yo y ya estaba desarrollada y bien producida para su edad. Era obvio que atraía la atención de nosotros los parroquianos más cachondos.
    Pasaron semanas entre clases, talleres de danza y billar con mis patas. Lucy se me antojaba cada vez más y en esa época de adolescencia todo parece tan sencillo y las cosas fluyeron hasta que le hice el habla por internet con la intención de invitarla a salir. Ella jugaba el mismo juego que yo. Parecía calladita, pero le gustaba analizar la jugada con un toque misterioso y algunos pensaban que era creída porque choteaba a varios, y como estaba bien rica para su edad y ella lo sabía, tenía que ser selectiva.
    Así que toda mi jugada fue por internet, nos hicimos el habla y quedamos en salir. Yo desde el inicio la abordé con una vibra cachonda, nada de amiguitos, para mí ella era una hembrita rica y yo estaba dispuesto a ver hasta donde se iba a dejar explorar.
    Un martes hicimos planes para vernos el sábado y ver una película. Ella aceptó el lugar y la hora con un –okay-. Esa Sara estaba bien rica, sus piernas largas elevaban su culo formado y luego esa cintura y tetitas medianas combinaban con su rostro. Ella era de contextura esbelta con carne en las caderas y el culo, y lo demás era muy fino, su piel era canela como mulata exótica de Brasil y su carita de jovencita.
    Sara y yo nos mirábamos con sutil picardía en el colegio y al fin llegó el sábado de nuestra cita. Para ser francos yo había fantaseado con ella y hasta me había tirado un par de pajas en su honor. Ese día me arreglé y hasta me agarré un condón de la cómoda de mi tío, en el fondo tenía la corazonada de debutar con Sara.
    Llegué al lugar de la cita y allí me esperaba ella. Sentada en un banco del parque con las piernas cruzadas y bien producida. Nos saludamos normal y nos vimos a los ojos y me puse recontra arrecho al verla tan rica hasta me sonrojé sin paltas.
    -Vamos a ver una peli, no hay nadie en el cuarto de mi tío. – Le dije, y ella acepto tranquila.
    En el camino nos preguntábamos cosas y reíamos, ambos nos estábamos analizando y eso era excitante.
    Cuando llegamos subimos normal al cuarto y nos sentamos en un sillón pegado a la pared. Yo saqué varios DVDs y le dije – ya tu escoge la película- yo le miraba las manos, el pelo, los labios y las piernas.
    Entre risas y nervios nos pusimos juntos a ver una comedia gringa en la tele de mi tío, era muy chévere porque estábamos jugando el juego de la seducción, y así sentados levanté un brazo y envolví sus hombros como las parejas en el cine. Nos mirábamos de reojo y hasta que le pedí un beso. Nos acercamos y nuestros labios se fundieron en un chape ligero, pero bien cachondo con sonidos y lamidas.
    Así estuvimos un rato entre besos y nos mirábamos tan cerca y yo sentía su perfume de hembrita rica y eso me puso como burro. Así sentados la acerqué más a mi cuerpo y bajé a lamerle el cuello, con una mano le agarraba el culo y con la otra la cintura y las tetas. Les juro que ese cuerpo era para volverse loco de arrechura. Y como ella se estaba derritiendo en mis brazos me llegó al pincho y busqué las tetas debajo de su polo y su brasier. Su cuerpo tembló un poco y empezó a gemir suave. Yo sentí que sus pezones se ponían duritos y sin mas detalle le subí el polo para dejar sus melones al aire libre. Le mire la cara y tenia los ojos chinos como embriagada, ya en ese momento no hablábamos solamente sentíamos.
    Baje mi cara para chupar ese par de tetitas tan ricas, ya estábamos transpirando un poco y ese olor de mujer se mezclaba en el cuarto. Le chupé las tetas bien rico y le dejé un chupetón, en ese momento de curiosidad y arrechura ella no oponía resistencia y cedía a mis avances, - que rica flaca carajo, es sumisa- pensé.
    Nos besábamos y lamiamos la boca, yo le chupaba las tetas y le manoseaba el culo de forma lasciva. Ya mi pinga estaba dura hace rato. Estábamos desinhibidos ardiendo en calentura e hice un gesto de querer tocar su entre pierna, ella volvió a temblar, pero estaba tan poseída por la excitación que tranquila se dejaba meter mano. La morocha estaba ardiendo y le metí la mano dentro de su pantalón para sentirla mejor, luego le desabroché el jean y bajé el cierre, el pantalón se le atoraba en sus caderas. Así nos chapamos un rato más dejándola con las tetas al aire y el pantalón todo abierto. Lo que más me prendía era su posición sumisa y yo aprovechaba como un pulpo para meterle mano por todos lados.
    Luego en un arranque de pura arrechura empecé a oler su cuerpo desde el cuello, pasando por sus tetas, llegando a su vientre plano. Hice una pausa viendo su jean todo abierto y me puse tan maniaco que comencé a bajarle el pantalón de a pocos dejándola ver el calzoncito blanco que se había puesto.
    Subí la mirada para ver su cara y ella tenía la mirada perdida, los ojos chinos de éxtasis y una expresión de entrega total, los labios húmedos, las tetas al aire y ahora solo con calzón. Le agarré por las caderas y se lo bajé hasta las rodillas mientras ella seguía recostaba en el sillón, yo también estaba poseído y arrecho entonces hundí mi cara entre sus piernas, tenia un poco de vello púbico y yo le besaba el monte de venus y le lamia las líneas entre el interior de las piernas y la vulva. Cuando mire su rostro tenía los ojos abiertos mirando como su estaba a punto de ser comida. Sin más, separé sus piernas y hundí mi nariz en su vagina, saqué mi lengua y le lamí el culo y la , fue la primera vez que sentí ese sabor y olor dulce y fuerte difícil de describir. Me pasé un buen rato metiéndole lengua en la raja, le chupé el clítoris y me embriagaba con sus jugos. Ella estaba en otra dimensión gozando tanta intensidad. No nos decíamos nada en ese momento, pero todo era claro y nos entendíamos. Ambos comprendimos que estábamos a punto de llegar a la expresión más alta de la pasión y a follar.
    Estábamos tan entrados en calor y la peli gringa era música de fondo. Sara estaba arrecha y entregada a mi merced y yo estaba con la pinga palpitando en mi bragueta. Me levanté y me senté a su lado indicándola que agarre mi pene, sus manos eran muy finas con dedos largos perfectas para hacerme una paja. Ella me pajeó de forma inexperta, me bajaba el capuchón y con un dedo esparcía mi jugo pre seminal dejando el glande mojado. Así nos divertimos un momento y le indiqué que se termine de quitar el jean y se siente en mi pinga. -Es mi primera vez, tengo un condón en el bolsillo, pero primero quiero sentir como se siente cachar a pelo. – pensé.
    Esa gran imagen se quedó en mi memoria, su chuchita estaba mojadita y los pliegues de sus labios estaban brillando. Ella se paró delante mío dándome la espalda y yo agarrándole de las caderas la hice sentar encima de mi pene, en el primer intento no entró y mi pinga resbaló hacia sus nalgas, para el segundo intento sentí mi glande deslizarse en su , entró resbalándose por los jugos pero lento porque ella también era virgen, esa me apretaba tanto como un guante, con cada movimiento sentía la textura de su interior, con cada sentada era como si su coño me hiciera una paja, era diferente a una mano y diferente a una mamada. Su vagina estaba tan cerrada y mi pinga tan hinchada que sentía todo el calor y la fricción de su agujero.
    Yo estaba en el cielo, le agarraba las tetas desde atrás y le abría las nalgas para penetrarla más profundo, sentí una pared en el fondo de su vagina, ella estaba sentada con todo su peso encima mío y mi pinga estaba llenando todas sus paredes, se sentían los espasmos de su vagina como una succión suave. Lo único afuera eran mis bolas todas mojadas por los jugos, nuestro vello púbico hacia cosquillas.
    Luego se me ocurrió ponerme el condón para sentir la diferencia, ella se levantó, bien sumisa me miraba la pinga y como yo me forraba con el látex. Cuando estuvimos listos para el siguiente asalto nos lamimos los labios un poco y se puso en la pose del perrito, al principio no arqueaba la espalda completamente pero luego se fue soltando y con la arrechura se entregaba más, yo parado atrás de ella me deleitaba separando sus nalgas y haciéndolas rebotar con mis manos. Tenía la verga tiesa y forrada con el condón. Miré su ano como una estrella cerradita, parecía un asterisco y se lo acaricié, también estaba su conchita toda jugosa y sus caderas anchas y su cintura apretada. Después de tanto ver empezamos la faena del placer nuevamente, empecé a meterle pinga, la puntita primero luego ya la penetraba profundo y su vagina estaba tan estrecha que el aire salía con sonidos -plock!, plock!, plock!- sonaba cuando mi pene le empujaba todo el aire a Sara, eran como pedos vaginales, pero luego se mojó más y empecé a embestir con muchas ganas, yo me agarraba de sus caderas pero mis piernas ya temblaban, por placer y cansancio. Estábamos follando bien rico, sus nalgas repegadas a mi pelvis, mis huevos rebotaban contra su clítoris, la cuestión estaba ardiente, ella se pegaba más a mi y yo le enterraba todo el fierro hasta tocar fondo, su culo parecía un corazón tragándose mi pieza. Entonces comprendí que las fuerzas se me iban y pronto explotaría. Le agarré de las caderas y le dije -apriétame con su chuchita para correrme adentro -. Así logre darle unas cuantas embestidas mas antes de sentir la furia de la eyaculación, nos pusimos como loquitos y la penetre muy profundo y estando bien adentro le solté toda mi leche, mis bolas se mojaron, su vulva se mojó, todo estaba tan jugoso por el sexo y el sudor. Nos quedamos pegados como perros y vibramos en un espasmo estupendo. Luego nos separamos y nos sentamos a suspirar un rato. Cuando vimos el condón estaba muy lleno de leche blanca y caliente. Cansados y sudados nos secamos y volvimos poco a poco a la realidad. Ella se vistió lentamente y yo también, nos vimos a la cara y nos lamimos los labios un rato y en eso Sara me dice al oído – lo que pasó se queda aquí. – Así fue como follamos por primera vez, tuvimos otros buenísimos encuentros, pero quedan para otro momento. Cualquier comentario de buena fe es bienvenido, gracias.
     
    Última edición: 18 Sep 2020
    VidaMuchacho, 18 Sep 2020

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    Comienza interesante el relato queda a la espera de las siguientes historias
     
    louis72, 18 Sep 2020

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    Buen relato, espero la continuación.
    Cuidado con los nombres, se te escapó uno sin querer, creo yo.
     
    JeiOne, 18 Sep 2020

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    #3
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    Eres una persona muy observadora, muy bien !
     
    VidaMuchacho, 20 Sep 2020

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    Carashito

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    excelente relato una buena sacada de pita, ganado.
     
    Carashito, 12 Oct 2020

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