Cultura celta

Tema en 'Esoterismo y Curiosidades' iniciado por maquina, 23 Jul 2010.

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    LA MUJER CELTA
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    En Asterix podemos comprobar el caracter de Karabella, quien mantiene a raya a Abraracurcix en todo. Hemos querido destacar también un apartado a las mujeres celtas, ya que, como se verá, hay motivos para ello. Las mujeres galas eran muy desinhibidas por el contacto que mantenían con los hombres desde su infancia. A pesar de tener muy poco de pudorosas, les gustaba adornarse y cuidar su físico. Hacían lo que seguramente no hacían las más distinguidas señoras romanas y era lavarse dos veces al día. Los cabellos rubios o pelirrojos los llevaban anudados en trenzas y se ponían muchos adornos. Les gustaba acaparar la atención del hombre y en las fiestas aparecían con capas a rayas o cuadros acompañados de bordados de oro y plata.
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    Cuando querían sentirse bonitas se pintaban las uñas de las manos y los pies y daban color a sus mejillas con una hierba especial llamada ruan y oscurecían sus ojos con el jugo de las bayas. Sin embargo, toda esta dulzura y fragilidad desaparecía en el momento en que participaban en la guerra o veían en peligro a su familia. El siguiente comentario nos lo hace Amiano Marcelino: "Un ejército entero de extranjeros sería incapaz de detener a un puñado de galos si éstos pidiesen ayuda a sus mujeres. Las he visto surgir de sus cabañas convertidas en unas furias: hinchado el blanco cuello, rechinando los dientes y esgrimiendo una estaca sobre sus cabezas, prontas a golpear salvajemente, sin olvidarse de las patadas y mordiscos, en unas acciones tan fulminantes que se diría que todo en ellas se ha convertido en una espécie de catapulta. Unas lobas en celo no lucharían tan rabiosamente para proteger a su camada como ellas...Plutarco, en su tratado de virtudes femeninas, cuenta varias anécdotas sobre mujeres celtas. Una mujer celta de nombre Kinimara al informarle a su marido que había sido atropellada y violada por un extraño, le presentó al mismo tiempo la cabeza del ofensor.
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    "El cuello hinchado, los dientes rechinantes y blandiendo los enormes brazos cetrinos...,daba puñetazos a la par que patadas, como si fueran los proyectiles de una catapulta". Tal era el asombro que causó a Amiano Marcelino el temperamento de las mujeres galas que insiste. "Una patrulla entera de extranjeros -dice- no podría resistir el ataque de un sólo galo, si este se hiciera acompañar y ayudar por su esposa. Estas mujeres son, generalmente, fortísimas, tienen los ojos azules, y cuando se encolerizan hacen rechinar los dientes, y moviendo los fuertes y níveos brazos comienzan a propinar formidables puñetazos, acompañados de terribles patadas".Tácito también menciona a las mujeres celtas durante la toma de la isla de Mona en Albión. Al describir a los defensores de Mona nos ofrece este comentario "...por medio corrían mujeres que, con vestido de duelo, a la manera de las Furias y con los cabellos sueltos blandían antorchas..."
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    Las mujeres celtas conocían el manejo de las armas y amaban a los suyos con más pasión que a su propia persona. Una mujer celta iracunda era algo que había que temer, puesto que no era raro que luchasen al lado de sus hombres, y a veces, mejor que ellos. No podemos olvidarnos de la reina de los icenios, Boudicca, que ella con su carro de ejes cortantes fue quien rompió las filas de la IX Legión. Podían las mujeres celtas guiar y prevalecer sobre los suyos, en el caso britano lo vemos en Boudicca y en Cartimandua, la reina de los brigantes, quien apresa a Caradawc. Antes del matrimonio la mujer era cortejada y conquistada como un ser superior, y en el ejercicio de sus privilegios podía desdeñar, mirar con enojo atenciones hasta de reyes y príncipes, eligiendo a quien quisiera. Luego del matrimonio ella no era propiedad de su marido, eran compañeros en una aventura matrimonial. La esposa permanecía como dueña exclusiva de sus propiedades, tampoco las propiedades habidas juntamente o poseídas por ambos podían ser vendidas o cedidas por el marido, sus derechos sobre los bienes comunes eran iguales y para disponer de ellos era necesario el voluntario consentimiento de ambos. La mujer casada podía proseguir con un caso legal, podía ser titular de derechos y demandar a sus deudores. Cuando se reclamaba sobre las cosas de un deudor, ella embargaba las cosas apropiadas para mujeres, artículos tales como husos, espejos, etc...
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    maquina, 23 Jul 2010

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    Boudica fue una reina guerrera de los icenos, que acaudilló a varias tribus britanas, incluyendo a sus vecinos los trinovantes, durante el mayor levantamiento contra la ocupación romana entre los años 60 y 61 d. C., durante el reinado del emperador Nerón. Estos hechos fueron narrados sobre todo por dos historiadores, Tácito (en sus Anales y en La vida de Julio Agrícola) y Dión Casio (en Historia romana).
    Su nombre significaba ‘victoria’. También se la conoce como Budíca, Buduica, Bonduca, o por el nombre latinizado de Boadicea.

    Tácito y Dión Casio coinciden en que Boudica provenía de familia de aristócratas icenos. Dión Casio narra de ella que “poseía una inteligencia más grande que la que generalmente tienen las mujeres”, que era alta, de voz áspera y mirada feroz, cabello pelirrojo hasta la cadera, túnica de muchos colores y un manto grueso ajustado con un broche. Siempre usaba un grueso collar de oro, posiblemente un torque, aditamento que entre los pueblos celtas siempre significaba nobleza.
    Su esposo Prasutagus (probablemente llamado Esuprastus) era el rey de los icenos, tribu que habitaba la zona del actual Norfolk (al este de Inglaterra). Al principio no fueron parte del territorio invadido por los romanos, porque tuvieron el estatuto de aliados durante la conquista romana de Britania llevada a cabo por Claudio y sus generales en el año 43.
    Como todos los pueblos celtas, daban gran importancia a su independencia, y hubo varios roces entre los romanos y los icenos anteriores al levantamiento del año 60, el más importante de los cuáles se verificó cuando el entonces gobernador de Britania Publio Ostorio Escápula los amenazó con desarmarlos.1
    Sin embargo, Prasutagus vivió una larga vida de riqueza. Pero había un problema y era que no tenía hijos varones y que, aunque la realeza pudiera pasar a sus hijas, sin embargo no podía asegurar la independencia formal del Imperio; por eso se le ocurrió la idea de nombrar al emperador romano coheredero de su reino, junto con sus dos hijas. Este tipo de testamentos eran habituales en la época romana (recordemos la donación del entero reino de Pérgamo) pues se conseguía que, al menos durante al vida del rey cliente, se respetara un estatus de semi-independencia.2 3
    Debido a estos factores y a que la ley romana sólo permitía la herencia a través de la línea paterna, cuando Prasutagus murió, su idea de preservar su linaje fue ignorada, y su reino fue anexado como si hubiera sido conquistado. Las tierras y todos los bienes fueron confiscados, y los nobles tratados como esclavos. Debido a que Prasutagus había vivido pidiendo prestado dinero a los romanos, al fallecer, todos sus súbditos quedaron ligados a esa deuda, que Boudica, la entonces reina, no podía pagar.
    Dion Casio dice que los publicanos romanos (incluido Séneca el Joven), desencadenaron la violencia saqueando las aldeas y tomando esclavos como pago de la deuda. Tácito parece apoyar esto al criticar —en referencia a este tema— al procurador Cato Deciano por su "avaricia". De acuerdo con Tácito, los romanos azotaron a Boudica y violaron a sus dos hijas, lo que desató la furia incontenible de la reina.
    En el año 60 o 61, mientras el gobernador Cayo Suetonio Paulino estaba en el norte de Gales llevando a cabo una campaña en la isla de Mona, hoy Anglesey, que era un refugio de los británicos rebeldes y un centro druídico, los icenos conspiraron, entre otros con sus vecinos, los trinovantes, para levantarse contra los romanos y eligieron a Boudica como su líder.
    Es posible que se inspiraran en el ejemplo de Arminio, el príncipe de los Queruscos, que en el año 9 había masacrado tres legiones romanas en la Batalla del bosque de Teutoburgo o que recordaran a sus propios ancestros, que habían luchado contra Julio César cuándo éste desembarcó por dos veces en Britania.4
    Lo cierto es que Dión Casio dice que Boudica empleó un método de adivinación liberando a una liebre de los pliegues de su ropa e interpretando la dirección en que corría, e invocó a Andraste, la diosa britana de la victoria.
    El primer blanco de los rebeldes fue Camulodunum (Colchester), la antigua capital de Trinovantia, que se había vuelto una colonia romana. Los soldados veteranos romanos se habían establecido allí siguiendo la costumbre romana, y se había eregido un templo al emperador Claudio a expensas de los trinovantes. Esto hizo que la ciudad se convirtiera en un foco de resentimiento.
    Los romanos pidieron refuerzos pero el procurador Cato Deciano, sólo había enviado 200 auxiliares. El ejército de Boudica cayó sobre una ciudad mal defendida y la destruyó. Sitiaron a los últimos defensores en el templo durante dos días hasta que cayeron, matando a mujeres, niños y ancianos. Después la incendiaron.
    El futuro gobernador, Quinto Petilio Cerial, entonces legado de la Legión IX Hispana, intentó socorrer a la ciudad con un destacamento de esa legión, pero sus fuerzas fueron derrotadas. Su infantería fue emboscada en una zona boscosa y sólo el comandante y parte de su caballería consiguió escapar. Deciano Cato, el provocador de los acontecimientos por su codicia, consideró más prudente poner tierra por medio y huyó hacia Galia.
    Cuando las noticias llegaron a Cayo Suetonio Paulino (gobernador de Britania), éste ordenó dirigirse a Londinium, el próximo objetivo de Boudica; pero ante la imposibilidad de defenderla, se retiró de la misma, pudiendo así Boudica incendiar la ciudad y masacrar a sus habitantes. Suetonio Paulino no llegó a tiempo pera defender Verulamium, y la ciudad también fue arrasada.
    Por fin, Suetonio y Boudica entablaron combate en la Batalla de Watling Street, en un sitio todavía no determinado, en la ruta actualmente llamada Watling Street, entre la antigua Londinium y Viroconium (actualmente Wroxeter en Shropshire).
    Los romanos estaban en gran inferioridad numérica, 5 a 1 aproximadamente, pero se ubicaron en un terreno rodeado de bosques, donde no podía ser flanqueados, rebasados ni emboscados. El ejército romano estaba bien disciplinado y armado; el de Boudica era muy numeroso pero poco uniforme en cuanto a las armas que portaban y a la edad de los guerreros (desde niños de 10 años hasta ancianos). La noche anterior a la batalla, después de ordenar levantar el campamento, Suetonio solicitó ser despertado ni bien el ejército rebelde se presentase en el campo de batalla. Cuando ello ocurrió, las legiones se formaron en filas de siete en fondo, con sus escudos, espadas y lanzas (dos por cada soldado). Cuando Suetonio vio que en el campo enemigo los carros de transporte y las familias de los guerreros habían sido colocados detrás de los combatientes, comprendió que había ganado la batalla. Cuando la infantería britana atacó, las mucho más disciplinadas formaciones romanas hicieron caer sobre ellos una lluvia de lanzas que diezmó sus primeras líneas. Eso sumió en la confusión a los britanos y los hizo retroceder, dejando en el campo un tendal de muertos. Suetonio ordenó a sus soldados avanzar a paso lento pero sostenido, en una línea en forma de sierra dentada, cubriendo sus flancos con sus escudos. Al verlos venir, los guerreros de Boudica volvieron a cargar, encajonándose entre los "dientes" de las filas romanas. Los legionarios de la primera hilera, defendidos por los escudos, atravesaron con sus espadas a centenares de atacantes, casi sin recibir daños. Al cabo de cuatro o cinco minutos de combate, a una señal de sus oficiales, dejaban el puesto al que formaba detrás, colocándose en la última posición. Eso permitía entrar en combate a soldados "frescos" y recuperar fuerzas a los que habían peleado. La masacre fue total y al no poder perforar la formación enemiga, los britanos entraron en pánico y comenzaron a retroceder, aplastándose unos a otros mientras los romanos seguían su avance implacablemente.
    En su desesperación por huir, los britanos no solo empujaron a los guerreros que avanzaban detrás sino a las mujeres, niños y ancianos que aguardaban el desenlace de la batalla en cercanías de los carros. La avalancha que produjeron fue tal, que cerca de 40.000 murieron aplastados entre los combatientes en desbandada y los vehículos que impedían la retirada.
    Los romanos no tuvieron piedad, ni siquiera de mujeres encinta y niños y durante horas se dedicaron a asesinar a los heridos y a perseguir a los que habían logrado traspasar los carromatos.
    Boudica acabó suicidándose con veneno para evitar que los romanos la atraparan, según Tácito, aunque Dión Casio da otra versión de los hechos.5 Tal fue el grado de violencia que los romanos aplicaron, que durante los cuatro siglos siguientes, la provincia se mantuvo en paz. Incluso el emperador Nerón calificó de "muy duro" el castigo infligido a los celtas que lucharon en esa batalla.
    [editar]¿Boudica o Boadicea?
    Hasta fines del siglo XX, Boudica era más conocida como Boadicea, un nombre que probablemente se deba a un error de transcripción cuando el manuscrito de Tácito fue copiado en la Edad Media.
    Su nombre adopta varias formas en los manuscritos: Boadicea y Boudicea en Tácito; Βουδουικα, Βουνδουικα y Βοδουικα en Dión Casio, pero es casi seguro que originalmente era Boudica, derivada de la palabra céltica bouda: ‘victoria’ (del protocelta boudīko: ‘victorioso’); en irlandés bua, buaidheach, y en galés buddug.
    El nombre puede hallarse en inscripciones como “Boudica” en Lusitania, “Boudiga” en Burdeos y “Bodicca” en Bretaña.
    Basándose en el desarrollo posterior del galés y el irlandés, se ha determinado que la ortografía correcta del nombre es Boudica, pronunciado boudíka /bəʊˈdiːka:/, aunque muchos pronuncian erróneamente búdika /ˈbuːdɪkə/.6
    [editar]Historia y literatura
    Boudica fue olvidada durante la Edad Media. No aparece en la Historia ecclesiastica gentis Anglorum de Beda el Venerable, o en la Historia Regum Britanniae de Godofredo de Monmouth.
    Pero el redescubrimiento de las obras de Tácito y Dión Casio durante el Renacimiento le permitió a Polidoro Virgilio reintroducirla en la historia británica en 1534. Sin embargo, malinterpretó que la “Voadicea” que encontró en Tácito era distinta que la “Bunduica” de Dión Casio.
    La historia de Boudica también está incluida en The Chronicles of England, Scotlande, and Irelande o "Crónicas de Inglaterra, Escocia e Irlanda" de Raphael Holinshed e inspiró a Francis Beaumont y a John Fletcher —dos contemporáneos de Shakespeare (más jóvenes que él)— a escribir la obra de teatro Bonduca en 1610.
    En 1782, William Cowper escribió un popular poema: Boadicea, an ode.
    En la era victoriana, la fama de Boudica tomó proporciones legendarias. La reina Victoria fue considerada su epónima por Alfred Lord Tennyson, el poeta laureado de la reina, que en su honor escribió el poema Boadicea
    También se puso su nombre a un buque de guerra, el Her Majesty Ship Boadicea.
    El príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha financió una gran estatua de bronce de Boudica en su carro de guerra (anacrónicamente adornado con guadañas al estilo del imperio persa), junto con sus hijas; el conjunto fue creado por Thomas Thornycroft. Se instaló en 1905 cerca del puente de Westminster y el Palacio de Westminster sede del Parlamento británico, en Londres, con dos versos del poema de Cowper dedicado a ella, que se refieren al imperio británico: «Regiones que el César nunca conoció / tus herederos dominarán».
    Irónicamente, la gran rebelde luchadora contra un imperio ahora era identificada con la emperatriz del nuevo.7
    Se han producido dos filmes acerca de su historia, en 1928 y más recientemente en 2003.
     
    drais, 31 Jul 2010

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    Muy interesante el tema de las mujeres celtas. Que mujer esa Boudica y que tragico final, pero murio luchando.
     
    CESARION, 31 Jul 2010

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    En youtube hay un documental de Discovery conducido por Lucy Lawless
     
    drais, 31 Jul 2010

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