Gente saludos, nos reencontramos después de eones. Les comento que hace algunos días pude asistir a varias fiestas y reuniones con motivo de estas dizque fiestas nacionales recién celebradas, en estos encuentros hubo algunas personas, muchas en realidad que con disforzadas posturas se ufanaban de lo muy patriotas que en teoría decían sentirse, solo que en varios, dicha afirmación me pareció más bien fatua pues venia de personas que sé que son más bien de las que ni bien pueden se pasan el semáforo cuando está en rojo o prefieren irse a Miami antes que a Huancayo porque les asquea nuestra serranía, así pues, un tanto sorprendido como digo por ese repentino pero falso orgullo patrio, me permití preguntarles ¿orgullosos de que se puede saber?. De que tenemos la comida más rica del mundo, un acervo cultural, paisajes idílicos como Paracas o Punta sal; una flora y fauna únicas, historia, monumentos, Machu Picchu quizás. Pero caso, no todos los países sin excepción tienen casi lo mismo, México tiene su Acapulco igual que la mayoría de países del caribe que están llenos de las playas más paradisiacas; ¿herencia histórica?, es que acaso no son muchas las naciones que también tienen héroes y fundadores de la patria así como grandes batallas que celebrar; demás está decir también que no solo en el Perú hay lugares de interés o monumentos históricos que visitar así como un acervo cultural que restregarle al resto del mundo con igual de exacerbadas y patrioteras ganas. Ah ya se, el Perú tiene la mejor comida del mundo, pero acaso somos los únicos en este planeta que comemos deliciosamente a la hora del almuerzo, será que no se come rico en México, Italia, o cualquier país de Asia; sinceramente ya estoy aburrido por no decir con los huevos hinchados que cualquiera grite “orgulloso de ser peruano” y me diga que sus razones para estarlo o serlo son algunos de los flácidos motivos arriba mencionados, y que después no sepa cuantos años de vida republicana cumplimos ni quienes fueron nuestros principales mártires. Así pues lo que tenemos, la gran mayoría seguro, es un falso nacionalismo que de cuando en cuando nos brota para entonar canciones patrioteras o recitar proclamas chauvinistas aprendidas de paporreta en el colegio; pero patriotismo que no se manifiesta a la hora de la hora, cuando más se necesita, pues en ese momento en el que coyunturalmente hablando las papas queman, nos hacemos los cojudos como cuando tenemos que reclamar nuestros derechos, hacer valer nuestras libertades o simplemente respetar las leyes. Como diría Zigrino, el virtuoso jamás se ufana de sus cualidades éticas porque nunca está seguro de haber dado todo el bien que fue capaz de dar, en ese sentido puedo afirmar que en este país en vez de patriotas lo que hay es una gran mayoría de hipócritas y me incluyo también que también cojeo de cuando en cuando, como cuando para compensar la virtud de la que somos conscientes no poseer, tratamos de mostrar ante el resto una falsa virtud que se expresa socialmente como un patriotismo falsete o un pseudo nacionalismo (palabra de moda); admitámoslo de una vez, en fiestas patrias todos estamos contentos, pero no por que celebramos el cumple de la patria o estemos inundados de sentimiento nacional, sino porque en realidad tenemos cuatro días de relajo para irnos de juerga, de viaje o quedarnos en casa a rascarnos los huevos. Apelar pues al orgullo patrio funciona cuando es justo y proporcionado, como cuando la gente se une para reclamar por un derecho suspendido o un abuso del poder, pero genera el efecto contrario cuando se usa como cínico recurso mediático que se desmiente a cada segundo con la cruda e implacable realidad de por ejemplo esta nuestra política corrupta que a diario nos escupe en la cara con su grotesco accionar, con el abandono estatal y social que viven nuestros hermanos de los pueblos más alejados de la sierra y la amazonia, que se demuestra cada vez que matan, violan o asaltan con violencia a otro peruano y nadie hace nada por ayudar, de cómo no tenemos buena infraestructura vial, de telecomunicaciones, de agua potable o electricidad porque hay una pléyade de autoridades regionales que se tiran el billete sin el menor remordimiento... y esa, esa si es nuestra realidad nacional. Así pues y para terminar con esta cansina entrega, el sentirse patriota creo, va más allá de haber nacido aquí o en la china, y solo cuando apreciemos las fuerzas vivas que laten en nuestra tierra y nos impliquemos personalmente en su desarrollo, el de todos y no solo del propio, entenderemos que el Perú no es necesariamente mejor o peor que cualquier otro país, ese día, si experimentamos ese despertar colectivo, habremos encontrado autentica identidad nacional, misma que nos pautara uno o más propósitos válidos, ¿cuál, cuáles?, elijan ustedes, sacar adelante al país, terminar con la violencia, acabar con la pobreza, no sé; de momento, al menos y mientras no tengamos identidad real, estas fiestas para lo único que servirán es para hacer una parrillada e invitar a los amigos a tomar unas chelas, quedarse en casa a huevear, irnos de juerga o hacer shopping lamentablemente. Ojo, que no quiero polemizar con nadie ni parecer un autentico desarraigado, así que si por allí genero polémica, lo lamento, sino apunta la placa como dicen. Atte. P.D: desde aquí un breve saludo a la vieja guardia del foro, al tío pájaro bravo, a mi causa el apostol, a turquoise, wateque, tanathos, bakunin, el tío fredo, el caza talentos inxs, verdeo, dart nihilus... y claro a mi otrora nemesis drais... bueno tantos que no se pueden nombrar a todos aquí, resumiendo, esos foristas de la vieja guardia que sabemos quienes somos y desde cuando hemos estado, saludos a todos y estamos en contacto.
Gente saludos, nos reencontramos después de eones. Les comento que hace algunos días pude asistir a varias fiestas y reuniones con motivo de estas dizque fiestas nacionales recién celebradas, en estos encuentros hubo algunas personas, muchas en realidad que con disforzadas posturas se ufanaban de lo muy patriotas que en teoría decían sentirse, solo que en varios, dicha afirmación me pareció más bien fatua pues venia de personas que sé que son más bien de las que ni bien pueden se pasan el semáforo cuando está en rojo o prefieren irse a Miami antes que a Huancayo porque les asquea nuestra serranía, así pues, un tanto sorprendido como digo por ese repentino pero falso orgullo patrio, me permití preguntarles ¿orgullosos de que se puede saber?. De que tenemos la comida más rica del mundo, un acervo cultural, paisajes idílicos como Paracas o Punta sal; una flora y fauna únicas, historia, monumentos, Machu Picchu quizás. Pero caso, no todos los países sin excepción tienen casi lo mismo, México tiene su Acapulco igual que la mayoría de países del caribe que están llenos de las playas más paradisiacas; ¿herencia histórica?, es que acaso no son muchas las naciones que también tienen héroes y fundadores de la patria así como grandes batallas que celebrar; demás está decir también que no solo en el Perú hay lugares de interés o monumentos históricos que visitar así como un acervo cultural que restregarle al resto del mundo con igual de exacerbadas y patrioteras ganas. Ah ya se, el Perú tiene la mejor comida del mundo, pero acaso somos los únicos en este planeta que comemos deliciosamente a la hora del almuerzo, será que no se come rico en México, Italia, o cualquier país de Asia; sinceramente ya estoy aburrido por no decir con los huevos hinchados que cualquiera grite “orgulloso de ser peruano” y me diga que sus razones para estarlo o serlo son algunos de los flácidos motivos arriba mencionados, y que después no sepa cuantos años de vida republicana cumplimos ni quienes fueron nuestros principales mártires. Así pues lo que tenemos, la gran mayoría seguro, es un falso nacionalismo que de cuando en cuando nos brota para entonar canciones patrioteras o recitar proclamas chauvinistas aprendidas de paporreta en el colegio; pero patriotismo que no se manifiesta a la hora de la hora, cuando más se necesita, pues en ese momento en el que coyunturalmente hablando las papas queman, nos hacemos los cojudos como cuando tenemos que reclamar nuestros derechos, hacer valer nuestras libertades o simplemente respetar las leyes. Como diría Zigrino, el virtuoso jamás se ufana de sus cualidades éticas porque nunca está seguro de haber dado todo el bien que fue capaz de dar, en ese sentido puedo afirmar que en este país en vez de patriotas lo que hay es una gran mayoría de hipócritas y me incluyo también que también cojeo de cuando en cuando, como cuando para compensar la virtud de la que somos conscientes no poseer, tratamos de mostrar ante el resto una falsa virtud que se expresa socialmente como un patriotismo falsete o un pseudo nacionalismo (palabra de moda); admitámoslo de una vez, en fiestas patrias todos estamos contentos, pero no por que celebramos el cumple de la patria o estemos inundados de sentimiento nacional, sino porque en realidad tenemos cuatro días de relajo para irnos de juerga, de viaje o quedarnos en casa a rascarnos los huevos. Apelar pues al orgullo patrio funciona cuando es justo y proporcionado, como cuando la gente se une para reclamar por un derecho suspendido o un abuso del poder, pero genera el efecto contrario cuando se usa como cínico recurso mediático que se desmiente a cada segundo con la cruda e implacable realidad de por ejemplo esta nuestra política corrupta que a diario nos escupe en la cara con su grotesco accionar, con el abandono estatal y social que viven nuestros hermanos de los pueblos más alejados de la sierra y la amazonia, que se demuestra cada vez que matan, violan o asaltan con violencia a otro peruano y nadie hace nada por ayudar, de cómo no tenemos buena infraestructura vial, de telecomunicaciones, de agua potable o electricidad porque hay una pléyade de autoridades regionales que se tiran el billete sin el menor remordimiento... y esa, esa si es nuestra realidad nacional. Así pues y para terminar con esta cansina entrega, el sentirse patriota creo, va más allá de haber nacido aquí o en la china, y solo cuando apreciemos las fuerzas vivas que laten en nuestra tierra y nos impliquemos personalmente en su desarrollo, el de todos y no solo del propio, entenderemos que el Perú no es necesariamente mejor o peor que cualquier otro país, ese día, si experimentamos ese despertar colectivo, habremos encontrado autentica identidad nacional, misma que nos pautara uno o más propósitos válidos, ¿cuál, cuáles?, elijan ustedes, sacar adelante al país, terminar con la violencia, acabar con la pobreza, no sé; de momento, al menos y mientras no tengamos identidad real, estas fiestas para lo único que servirán es para hacer una parrillada e invitar a los amigos a tomar unas chelas, quedarse en casa a huevear, irnos de juerga o hacer shopping lamentablemente. Ojo, que no quiero polemizar con nadie ni parecer un autentico desarraigado, así que si por allí genero polémica, lo lamento, sino apunta la placa como dicen. Atte. P.D: desde aquí un breve saludo a la vieja guardia del foro, al tío pájaro bravo, a mi causa el apostol, a turquoise, wateque, tanathos, bakunin, el tío fredo, el caza talentos inxs, verdeo, dart nihilus... y claro a mi otrora nemesis drais... bueno tantos que no se pueden nombrar a todos aquí, resumiendo, esos foristas de la vieja guardia que sabemos quienes somos y desde cuando hemos estado, saludos a todos y estamos en contacto.
Saludos Gilgamesh. Efectivamente tienes toda la razón. Tu comentario me hizo recordar un estúpido programa de radio en Capital en el que el conductor defendía como símbolos de la peruanidad el cebiche y Machu Pichu. Cuando dos oyentes llamaron y le respondieron que tamaña afirmación era una reducción al absurdo, el señor se cerró más y más y se resistía a la creciente muestra que muchas personas se definen o se sienten peruanos desde su propia experiencia, su lugar de vida y costumbres. Dicho de otro modo, así como el Perú nunca fue Lima, y Lima tampoco fue el Jr. de La Unión y éste el Palais Concert, ser peruano no es comer ceviche y llenarse la boca de adjetivos sobre la maravilloso que es Machu Picchu. Quiero a mi país, pero no soy chauvinista. Lamentablemente muchos de nosotros tenemos la tendencia a caer en eso.
Saludos Gilgamesh. Efectivamente tienes toda la razón. Tu comentario me hizo recordar un estúpido programa de radio en Capital en el que el conductor defendía como símbolos de la peruanidad el cebiche y Machu Pichu. Cuando dos oyentes llamaron y le respondieron que tamaña afirmación era una reducción al absurdo, el señor se cerró más y más y se resistía a la creciente muestra que muchas personas se definen o se sienten peruanos desde su propia experiencia, su lugar de vida y costumbres. Dicho de otro modo, así como el Perú nunca fue Lima, y Lima tampoco fue el Jr. de La Unión y éste el Palais Concert, ser peruano no es comer ceviche y llenarse la boca de adjetivos sobre la maravilloso que es Machu Picchu. Quiero a mi país, pero no soy chauvinista. Lamentablemente muchos de nosotros tenemos la tendencia a caer en eso.
En efecto, ¿que se necesitara para que las próximas generaciones realmente se sientan identificadas con sus connacionales y tengamos en común una meta colectiva que realmente nos haga crecer como sociedad y no simplemente decir que Perú es ceviche o las lineas de nazca? Saludos.
En efecto, ¿que se necesitara para que las próximas generaciones realmente se sientan identificadas con sus connacionales y tengamos en común una meta colectiva que realmente nos haga crecer como sociedad y no simplemente decir que Perú es ceviche o las lineas de nazca? Saludos.
Estos años hemos caído en el narcisismo más deplorable, a tal punto de convertir la cuestión de la identidad en una mercancía o una estrategia de marketing.
Estos años hemos caído en el narcisismo más deplorable, a tal punto de convertir la cuestión de la identidad en una mercancía o una estrategia de marketing.
