Historia con otra chibola de 18

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La siguiente historia sucedió hace algunos años. Por esa época ya tenía algunos problemas con la madre de mi hijo, (a quien llamaré Tania) con la que convivía. Ella tenía una amiga del norte y esta amiga tenía una sobrina que había llegado para buscar chamba. La chica tenía 18 añitos, era delgada, blanca, no bonita bonita, pero simpática como muchas chicas del norte, coqueta, siempre olía rico, bonito cabello, y parece que había tenido algunos problemas con su familia en el norte por su carácter un poco rebelde. Entonces como ellas se frecuentaban, la sobrina también llegaba a la casa donde tuve oportunidad de conocerla. De inmediato congeniamos y mientras su tía y la madre de mi hijo, Tania, chismeaban, fumaban, en fin, nosotros conversábamos, hasta ese momento de manera sana. Me contó sus problemas con su mamá y con el padrastro y yo trataba de aconsejarla. Decía q no pensaba quedarse mucho tiempo con la tía, que en realidad no era un pariente muy cercano, tenía muchas cosas en mente, quería trabajar y estudiar. Ofrecí buscarle algo por mi chamba.
Así fuimos entrando más en confianza, hasta que un día regresando de trabajar la encontré en la puerta de la casa, llorosa, me contó que había discutido fuerte con su tía y agarro sus cosas y se fue sin un destino. Entonces pensó en buscarme porq yo le generaba mucha confianza. Comenzó a llorar y yo no sabía que hacer. La abracé, consolé, le pedí q se calme y la hice pasar. No había nadie en la casa. Pero aunque a estas alturas de la historia, la mayoría de lectores y con razón, podrían pensar en que yo tenía segundas intenciones, les aseguro que no era así. Quería ayudarla, claro empezaba a reconocer en mí cierta atracción pero por una historia q relaté en otro post y sucedió antes q esta, me había quedado medio curado de meterme con chibolas. Luego llegó la mamá de mi hijo, quien también la escuchó y llamó a su amiga pero no la encontró. Entonces le ofrecí a Flor (lógicamente es un nombre ficticio) quedarse esa noche en la casa para al día siguiente con más tranquilidad tomar una decisión. Ella dijo q no quería incomodar, que solo llegó para contarme lo sucedido. A la mamá de mi hijo no le pareció mal, incluso esa noche Flor le ayudó a lavar y ordenar las cosas. Hasta ahí todo bien.
Al día siguiente se fue a trabajar y así sucedió durante varios días. Como dije antes, ella había agarrado mucha confianza con nosotros y se nos fue haciendo habitual tenerla en casa. Aparte a veces Tania se hacía la que estaba muy cansada y Flor se quedaba hasta tarde arreglando todo. Como esta historia sucedió hace casi 10 años, pido a los lectores disculpas si me enredo o se me escapa algo, porq trato de ser detallista.
Pasados casi dos meses en que nos habíamos acostumbrado a su compañía, Tania q era de provincia tenía q viajar a ver a su familia, cosa q hacía a menudo, pero estaba indecisa por la palta de tener q dejarnos solos. Entonces tuve q hablar con Flor y explicarle la situación, lo que no me imaginé es que se fueron a resentir un poco por la desconfianza. Se hizo la que entendía y dijo que le iba a pedir a una amiga del trabajo quedarse con ella hasta que regresara Tania y si no era una carga para nosotros le dijéramos para regresar. Como era chibola se estaba poniendo en plan de pobrecita, buscando que la engrían. Yo sabía que tenía pocas amigas, así que le dije que me avisara donde se iba a quedar por cualquier cosa y me dijo que no preocupara por eso.
Tania viajó por una semana y yo estaba full chamba. A mitad de semana llamé a Flor para ver como y donde estaba y no me contestaba, insistía pero nada. Hasta que por fin me contestó y con un tono de indiferencia me dijo que no me preocupara q estaba bien. Hasta ahí ya notaba actitudes raras hacía mi. Le pedí la dirección de su amiga para ir a buscarla y conversar pero me dijo que me llamaba después para dármela, pero me quedé esperando y nada.
Para no hacerla muy larga, el sábado era cumpleaños de un pata del trabajo y saliendo de la chamba nos fuimos un grupazo a celebrar. De ahí se quisieron ir a bailar a una disco. Como a las 10 todos ya estaban huascas y yo estaba medio movido, claro tomando desde temprano cualquiera. Había una flaca que era nueva en el trabajo que estaba picadaza y se me pegó. No me soltaba, me sacaba a bailar, me decía huevadas insinuándose. Mis patas me decían: “ya, llévatela”, pero a pesar que estaba en algo yo trataba de zafar. Cuando en eso suena mi celu y era Flor en una bomba, llorando. Que había llamado a su tía con la intención de amistarse y pelearon peor. Después se cruzó con su ex que en ese momento estaba con una chica y se le veía feliz. Entonces unas amigas le dijeron para salir a tomar y bailar y tuvo ganas de llamarme porq se sentía muy mal. Primero pensé: “claro, ahora que necesitas si me llamas” puta otra vez a hacerla de paño de lágrimas y la loca seguía acosándome. Así que aproveché y le dije “Flor ¿quieres que te vaya a buscar?” “Si” dijo, entonces me quité porque ya había tenido experiencias anteriores con borrachas y pocas fueron buenas.
Flor estaba en una disco con unas amigas que también estaban movidazas. Como no me conocían ni sabían quien era, aparte que estaban baile y baile, nos quedamos en una mesa apartada del ruido conversando.
Ella hablaba y lloraba, pero seguíamos tomando. Trataba de tranquilizarla, la abrazaba, consolaba hasta que por fin se calmó. Después fuimos a bailar un rato. Para esto, una de sus amigas se había quitado con un patín que había conocido ahí y las otras dos se fueron asadas, más porque creo que no ligaron nada. Entonces le pregunté con cual de ellas se estaba quedando y me dijo que con ninguna. “Entonces con cual” le pregunté y me dijo “ah no te preocupes ahora por eso, estoy en un hostal”. “Puta madre, como te vas a quedar sola en un hostal, no es muy seguro para una chica como tu” dije. Ella dijo “entonces acompáñame pues” lo que me dejó estupido. Luego se cagó de la risa y me sacó a bailar tratando de barajarla.
Ya eran como las dos de la mañana y no se quería ir. En eso pusieron algunas canciones lentas y quiso ir a bailar pero le expliqué que no me gustaban las baladas. Se puso media sentimental otra vez con ganas de llorar. La abracé y le di un beso en la frente. Ella me agarró de sorpresa y me dio un suave beso en la boca. Otra vez me quedé cojudo. Es un instante en que parece que los efectos del alcohol desparecen. Me abrazó y me volvió a besar, un poco más largo. Yo no sabía qué hacer, ni qué decir. Solo atiné a besarla también, embriagado por la suavidad de sus labios y su aliento, a pesar del olor de alcohol y tabaco, que en muchos casos son una especie de afrodisíaco. Su labial tenía sabor, lo que aumentaba el placer de besarla. Habremos estado así, sin decir nada, diez o quince minutos, besándonos y abrazándonos.
Luego de eso me dijo en el oído: “vamonos” y ya estuve seguro de lo que iba a pasar.

Continuará...

 

Muy buen relato de su experiencia cofadre , nos deja en la parte mas interezante pero solo queda esperar a que continue con los sucedido .

 

Muy buen relato cofrade, la verdad que me ah dejado atonito, y si, aplausos...

 

jajaja me suena no creible pero bueno son cuentos y los cuentos son ficticios jeje

 

cuentos ficticios?... terminalo pues cofrade...

 

siguela ps esta bueno

 

men siga con la historia

 

porfa sigue gracias

 

Cofrade tiene que continuar este relato, esta de PTM, aparte parece que la chibola ya le había echado ojo hace tiempo

 

Continuela aunque ya se sabe como acabaria pero los detalles cuentasn

 

Respetados Cofrades mil disculpas por la demora en la segunda parte del relato, real no ficticio como algunos podían pensar, pero se respetan todas las opiniones. Un inconveniente con mi laptop, los días feriados de relax y viaje, fueron la causa del mismo. Aquí sigue y termina la historia.
Saludos

Salimos y tomamos un taxi hacía mi casa. Durante todo el trayecto, que era largo, chapamos y chapamos, pero mientras yo ya estaba a mil, sentía que ella trataba de besarme suavemente, con ternura. Por momentos, me despejaba un poco de la borrachera y me asaltaba el temor de que ella se estuviera templando.
Llegamos y seguimos agarrando, aunque la verdad a esa hora ya estábamos cansados. Nos dirigimos al cuarto que ella había estado ocupando. Nos sentamos en la cama, y mientras la besaba comencé a pasar mis manos por sus senos y culo. Ella intentaba agarrar mis manos sin dejar de besarme. De pronto se paró y me dijo “espérate” y se puso a buscar algo entre las cosas que había dejado. “” pensé “debe estar buscando un condón”. Pero no, agarró un par de prendas, me dio un beso y dijo “no te muevas” y salio para el baño. “Puta madre” pensé “que hice mal” y me recosté cansado sobre la cama. Ahí recién me di cuenta de que había chupado bastante pues todo me daba vueltas.
Ya casi me quedaba dormido cuando sentí que ella se echó a mi lado abrazándome y acurrucándose. “¿Qué haces?” le pregunté. “Voy a dormir, estoy muuuuy cansada”. Puta, dije, me cagó, ahí me di cuenta que se había puesto una pijama, que era un polo y una especie de pantaloneta. Sin darme por vencido comencé a besarla suavemente, aumentando la intensidad hasta chapes con lengua y manoseo. Parecía que a ella se le había pasado un poco la borrachera porque me decía, “vamos a dormir ¿ya?, hasta mañana”. ¡Que hasta mañana ni nada! pensaba, no me va a dejar así.
Entonces comencé a besar su cuello, a acariciarla ya no como lo arrecho que estaba, sino suavemente, a besar sus orejas, una mordida aquí, la pegué contra mí y sentí que ella me abrazaba fuerte. Entonces ya no me detuve. Levanté su polo y vi sus senos, no grandes pero tampoco unos chupones y empecé a besarlos con la misma suavidad. Eran firmes, su pezón se puso duro y comenzó a gemir suavemente. Bajé su pantaloneta con todo y truza y la pegué más hacia mí. En ningún momento se resistió. En una conversación de las tantas que tuvimos, me había dado a entender que hasta ahora no había tirado, pero en ese momento y ya conociéndola más, estaba seguro que ya estaba más que inaugurada.
Puta señores, me corrí un gran riesgo, un doble riesgo. Porque para confirmarles lo que dije antes, que en mi mente no estaba la idea de tirármela, no tenía condones en ese momento. Así que se la metí a pelo. Ya en esa hora, que iba a hacer. Además lo que uno menos hace en ese momento es pensar con la cabeza principal, aparte que la chica no era una ruca, pero en fin.
Volviendo al tema, la penetré despacio, una, dos, tres veces, que sensación, ajustaba, pero estaba húmeda, y yo trataba de durar, ella gemía despacio, con los ojos cerrados, ya entregada. Seguía besando sus lindos pechos, en algún momento los mordí un poco y ella se estremeció. Pero por la arrechura contenida y todos los preámbulos, no duré mucho, solo estuvimos un rato así en misionero y cuando sentí que ya se me venía, la di afuera. Terminamos, se limpió, me abrazó y nos quedamos dormidos.
Al día siguiente me desperté asustado pensando que Tania nos iba a encontrar, pero me di cuenta que ella llegaría todavía al día siguiente. Flor seguía dormida y me sentí palteado al recordar lo que había sucedido. Me dolía la cabeza, por lo que me fui a tomar un café. Luego, más tarde, ella se levantó, estaba recontra palteada, esquiva, se metió a bañar y se fue, solo diciendo que ya regresaba. Pero no lo hizo. Al día siguiente la llamé y no contestaba. También hablé con Tania, y después de pasarnos casi media hora discutiendo ella me dijo que se quedaría unos días más, pues necesitaba estar tranquila para meditar sobre muchas cosas.
En la noche volví a llamar a Flor, e insistí, insistí hasta que contestó. Dijo que estaba avergonzada, que no sabía lo que había hecho. Le pedí para encontrarnos y conversar personalmente. Me di cuenta que en realidad le gustaba pues no se resistió a encontrarse conmigo, más bien pensé que quería verme.
A la noche siguiente, nos encontramos para tomar algo, conversamos de lo típico que se conversa en estas situaciones. Señores, ustedes que tienen harta experiencia en estas lides ya saben, no quiero ser repetitivo. Pero le expliqué que mi situación con Tania iba de mal en peor. Y bla, bla, el ambiente se relajó, bromas, risas, halagos y en un momento la miré fijamente y la besé. Ella sonrió y me pude dar cuenta recién, ¡que huevón!, de su bella sonrisa, de jovencita. Y comenzó de nuevo la historia del vampiro que busca sangre joven.
Al salir nos besamos y me dijo “¿me acompañas?” y la llevé al hostal donde se quedaba. Otra vez en el trayecto fuimos en un agarre, pero ahora si bravo. Lógicamente con toda esa calentura no solo la dejé, subí con ella a su habitación. Mientras la besaba apasionadamente, le sacaba la ropa. Se había puesto una ropa interior roja, muy sexy que resaltaba más con el color de su piel. Le quité el brasiere, aunque no lo quería hacer por lo bien que se le veía. Mientras besaba, lamía y estrujaba sus pechos ella me desvestía. La recosté, le bajé la trusa y le hice una sopita de aquellas. Su conchita tenía un aroma y sabor deliciosos, no sé, combinación de limpio, jabón, perfume, poco uso, etc. Me entretuve un buen rato ahí y ella se retorcía y gemía cada vez más y más fuerte. Cuando ya se estaba por adormecer mi lengua sentí que ella daba unas contracciones y casi lloraba de placer. Me salí pero ella me pedía “más, por favor”. Como me quedé con una cara de “¿y yo?” ella me tomó del brazo, me echó y dijo “te toca”, me sacó el boxer y me sorprendió con una mamada que la delataba como no muy experta. Tuve que guiarla un poco y lo hacía rico, parecía que le gustaba. Ya bien duro, la detuve y comenzamos en misionero, pero como la primera vez solo fue así, pensé q esta vez tenía que sacar todo el repertorio. Un rato en misionero, asu estaba mojada y a la vez su conchita hervía. Luego ella encima, un poquito floja para moverse pero sentía todo el ajuste que casi se me venía, cambiamos a perrito, también harto ajuste, los dos sudábamos, me quedé un buen rato en está pose, ella me pedía “más, no pares” y veía por el espejo sus gestos de placer. Después de un buen rato de darle duro, pero duro en esta pose terminé.
Nos echamos, luego de un rato de chapes, caricias y paleteo otra vez comenzamos. Acá un buen rato en misionero, luego otro rato piernas al hombro que se excitó tanto que se jalaba los pelos y se vino y yo todavía no, por eso me decía sigue, otra vez se volvió a venir, puta empezó a gritar que tenía que taparle la boca porque parecía que le estaba pegando, ahí terminé. Fueron tres polvos esa noche.
Cómo ya la hice bien larga, les diré que estuvimos regular tiempo así. Esa semana tiramos casi todos los días hasta que regresó Tania. Probablemente no me crean pero fue una relación tan caleta que Flor también regresó a la casa y se quedó con nosotros un tiempo más. Las cosas con Tania siguieron igual de frías.
De vez en cuando Flor, como chibola que es, se arriesgaba y me besaba, mientras Tania estaba en el baño u otra habitación. La verdad que por un tiempo me volvió loco. Pudimos haber sido descubiertos, aunque lo de Tania ya fuese solo apariencia y costumbre. Una vez tiramos en el baño, los dos llegamos picados y Tania estaba durmiendo. Otra vez estuvimos haciéndolo durante horas y me atracó intentar el anal, pero no pude, estaba muy cerrado y por más cuidadoso que fui le dolía. Me quedé con las ganas. Hasta que comencé a verla más inquieta, un día me dijo que estaba saliendo con un patín de su chamba, llegaba recontra tarde muy seguido y Tania asada me dijo que le haga el pare y le pida que se vaya. No sabía que hacer, aunque todavía nos veíamos a escondidas era algo menos frecuente. Hasta que un día me dijo que se iba, que las cosas con el chico iban por lo serio y no quería hacerle daño. Se fue y de vez en cuando nos visitaba, me llamaba, me contaba sus cosas. Se puso mal cuando terminó con el pata, pero se le pasó rápido porque conoció a otro. En ese interin salimos y como jugando tiramos, unas tres veces. Me decía que todavía no quería hacerlo con él, que quería estar más segura pues pensaba que los hombre querían ir de frente a eso. Mientras tanto, como amigos, nos hacíamos el favor. Había aprendido mucho sobre sexo, le gustaba que la masturbe primero un buen rato. Ya no la veía tanto como una chiquilla. Lo gracioso es que después me contaba que tiraba con el pata, y se iban al mismo telo donde íbamos. Así fue la historia con esta chica. No sé que fue de ella. Pero ahora escribiendo, recuerdo que fueron momentos muy placenteros.
Espero no haberlos aburrido, cofrades y gracias por dejar que comparta con uds. este relato.

 

muy buenb relato man

 

cofrade.. habras cachado.. pero la germa ta con sueño, osea no tuvo ganas cofrade.. al toke se nota una germa q no quiere nada de nada..jajaja si que te esforzaste pero en vano...

 

Buena historia cofrade, se merece un super Thanks, y que suerte, tuve a la firme y la trampa en la misma casa

 

no hay nada que hacer que siempre es bueno recordar y sobre todo cuando son jovencitas ricas claro con DNI en mano

 

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Buen relato brother, ya me imaginos esas faenas con la chibola, k suerte