aquella época

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finalizado el segundo año de universidad alquilamos una casa de playa con unos amigos (una pareja H-M, una amiga y un amigo que estaban en salidas, pero no lo supe hasta mucho después) donde habían dos habitaciones, una principal y otra con dos camarotes de plaza y media.

el primer día tomamos como vikingos y aprovechando un apagón a medianoche la pareja de amigos se fue a dormir, los demás nos quedamos ordenando un poco la casa. con varios tragos encima, caímos los tres en la primera cama que encontramos de las cuatro disponibles.

los tres acostados, con 19 años en promedio, alcoholizados y en una casa de playa solo para nosotros, tuvimos pensamientos muy malos. sin coordinarlo previamente, mi amigo y yo empezamos a acariciar a nuestra amiga debajo de las sábanas mientras hacíamos juegos tontos de preguntas y respuestas, retos, etc. alternamos zonas para respetar el interés del otro y nos sorprendió que de a pocos ella empezó a hacer lo mismo con nosotros, brazos, pecho, piernas, miembros.

cuando escuchamos a lo lejos los gemidos de nuestros otros amigos, no nos importó nada y dimos rienda suelta a nuestras pasiones. ella se desnudó y nosotros hicimos lo mismo. empezó con un oral a ambos para luego colocarse encima de mi amigo. lo dejó llevar el ritmo de la situación mientras seguía jugando con mi muchacho.

luego de un rato se puso en cuatro y me tocó dirigir la situación. si bien no me considero un experto en el tema, era evidente que ella estaba disfrutando el momento cuando me tocó estar dentro de ella, aún recuerdo lo apretado que se sentía.

mi amigo acercó su muchacho a la boca de ella, quien rápidamente entendió el mensaje. pasaron unos minutos y él le dijo algo al oído a lo cual ella respondió “ya, pero tú atrás”. mi amigo se alejó, ella se puso de pie y me dijo “acuéstate”, le hice caso y se puso encima mío, yo aún procesaba lo que estaba pasando cuando veo que mi amiga se queda quieta como esperando algo, hasta que empiezo a sentir que mi amigo quería hacer una DP.

fue una sensación extraña, pero en esa posición pude ganarme con los gestos y los dos grandes atributos de mi amiga. su mirada tenía una mezcla de odio y lujuria, se sujetaba a mis manos como si no tuviera más a qué aferrarse, me mordía el cuello y el oído, contenía sus gemidos, estaba fuera de sí. en algún momento me susurró al oído “te gusta lo que hago bebé?”, algo que entendí después y quizás cuente en otra historia.

pasaron unos minutos y sentí como mi amigo terminaba dentro de ella. no pasó mucho para que mi amiga tuviera un gran orgasmo y casi al mismo tiempo yo dejaba mis semillas en su vientre.

ella se quedó dormida sobre mi pecho y mi amigo al costado de ambos. tengo el vago recuerdo que nuestros amigos entraron de madrugada al cuarto, vieron la escena y volvieron a su habitación haciendo comentarios sobre lo que acababan de ver.

al día siguiente fui el primero de los tres en despertar, me cambié y salí a correr por la playa. volví y los cuatro estaban preparando el desayuno, nadie hizo comentarios ni preguntas.

esa fue la primera de algunas aventuras que tuve en aquella época. no sé qué te pareció este relato, si deseas conocer otras experiencias que viví con este grupo de amigos.

 

que tal anecdota, muy buena

 

Qué buena experiencia cofrade....

 

que rica anecdota bro! todo sin forro

 

después del almuerzo decidí ir a la playa solo, estuve así media hora hasta que llegó Lucía y se sentó junto a mí.
- ¿vamos a fingir que no pasó nada anoche?
- yo no estoy fingiendo, no he dicho que no pasara nada
- sí, lo siento. solo que, no esperaba que pasara así.
- con Julián y conmigo?
- contigo

hubo un silencio incómodo, cuando la miré ella estaba con sus lentes de sol viendo el horizonte. recién la veía con detalle luego de la noche anterior y noté que sus atributos resaltaban más con el bikini amarillo que llevaba puesto.

Lucía mide 1.60 aprox, de tez blanca con cabello ondulado color castaño oscuro, delgada con un busto generoso y caderas anchas. Yo, por otro lado, mido 1.85, pesaba entonces 85 kilos y ya hace varios años me había acostumbrado a llevar mi cabello negro tipo militar.

sentía que la conversación iba a empezar a subir de nivel por lo que me acomodé para disimular alguna eventual erección.
- Julián y yo ya habíamos… hace unas semanas…
- y lo de anoche fue…
- no sé, por un lado fue lindo sentirte dentro de mi, hace tiempo quería… incluso antes que con Julián
- y por qué no me dijiste nada?
- porque Julián me decía que seguías pensando en tu ex, me calentaba la cabeza y creo que una noche lo calenté de más
- entonces tú quieres…

mientras decía esto, acomodó sus pechos dentro de su bikini, dejándome ver de nuevo sus pequeños pezones color marrón rojizo que estaban despertando, y luego dirigió su otra mano adentro de mi ropa de baño para empezar a masturbarme.

yo miraba a ambos lados para asegurarme que no viniera nadie. me concentré para evitar terminar ahí mismo y le dije que se detuviera. sacó su mano de mi ropa de baño, la llevó a su entrepierna y empezó a estimularse con timidez.

decidí colocar mi mano debajo de su trusa cuando hizo un movimiento rápido para sujetarla con la suya, ponerla en su entrepierna y dirigir la estimulación, estuvo un largo rato así con los ojos cerrados. como no quería que terminara así, le propuse terminar lo que estábamos empezando.
- y si lo hacemos de otra manera
- ¿en el mar?
- a menos que quieras inaugurar una playa nudista

nos levantamos con rapidez, ella acomodó su bikini y yo mi ropa de baño, y entramos al mar. la calentura hizo que prioricemos la búsqueda de un punto donde el agua permita no dejar a la vista pública lo que íbamos a hacer.

dentro del mar nos sacamos la parte de abajo de la ropa de baño, con los cordones asegure ambas prendas a mi brazo, la idea de salir desnudo y semidesnuda estaba descartada. superado esto la cargué para introducir mi miembro dentro de ella, lo hice sin prisa porque lo sentí tan apretado como recordaba la noche anterior, solo que esta vez éramos Lucía y yo.

volví a escuchar sus gemidos mientras mordía mi cuello y mi oído, los movimientos habían aflojado la parte superior de su ropa de baño y podía ver como rebotaban sus pechos. nuevamente me dijo “te gusta bebé” y esta vez me atreví a responderle, dando pie a una mini conversación muy estimulante.
- me encanta, y a ti?
- mucho bebé! más que anoche!
- por qué?
- porque la tienes más grande bebé

esa respuesta me excitó y empecé a embestir con más fuerza. ella llegó al orgasmo en unos minutos, yo seguí dándole para terminar dentro de ella poco después, como la noche anterior.

mientras nos acomodábamos para salir fue inevitable preguntar si estaba cuidándose. me dijo que no me preocupara, que había empezado a cuidarse con pastillas. quizás anticipándose a otra pregunta, también me dijo que la primera vez con Julián lo hizo que usara protección, igual que con un ex del cole con quien solo tuvo relaciones un par de veces.

antes de salir me dio un beso mientras metía su mano en mi ropa de baño para acariciar todo mi paquete. acomodó bien su bikini y antes de salir comentó algo que me hizo el día:
- mi ex del cole, delgada 15 cms. Julián, delgada 15 cms. Sergio, gruesa y ¿20 cms.?

me tomó de la mano y salimos del mar con rumbo a la casa, teníamos hambre y más experiencias por vivir.

 

mientras regresábamos a la casa conversamos sobre cómo tomarían nuestros amigos una eventual relación, especialmente Julián con quien había tenido algo semanas atrás y la noche anterior. preferimos esperar a que acabara el viaje para evitar cualquier tensión en el grupo, sin embargo pasaría algo que cambiaría muchas cosas.

apenas llegamos notamos bastante movimiento en la casa, mientras Julián tonteaba en la casa se torció el pie tenía mucho dolor, Alonso se alistaba para llevarlo de emergencia al centro médico más cercano y Mariana intentaba comunicarse con nosotros, olvidando que habíamos dejado los celulares en casa. como el papá de Lucía era un doctor importante, se ofreció a ir con los chicos para conseguir en el camino algún tipo de atención preferencial a través de su papá porque el centro médico solo ofrecería algún tipo de atención básica, se vistió rápidamente y salieron los tres.

cuando terminó el alboroto y empecé a procesar lo sucedido, solo estábamos Mariana y yo en la casa, suspiramos con algo de alivio y sin decir mucho empezamos a ordenar las cosas y preparar la salida, porque con lo que había pasado la noche anterior y el accidente de Julián, asumimos que lo lógico era volver a casa. Mariana salió a botar la basura y yo entré al baño a darme una ducha. pasan unos minutos y escucho gritar a Mariana, salgo y veo que estaba sobre una silla gritando "una rata, una rata"... cogí una escoba, la ahuyenté y se fue por la puerta que aún estaba abierta, la cual cerré rápidamente.

consciente que aún estaba desnudo de la ducha, entro corriendo a la ducha gritándole a Mariana que ya pasó todo. pero en realidad, aún no pasaba todo, retomaba la ducha y escucho que la puerta del baño se abre, desliza la cortina y aparece Mariana mirándome de pies a cabeza.
- vaya vaya, bien escondido lo tenías
- Mariana por favor, quiero ducharme
- yo también, me ha dado mucho calor

Mariana empezó a desvestirse y aunque me resistía, finalmente la tentación pudo más, entró desnuda a la ducha, me abrazó y me dio un beso en los labios, para luego arrodillarse y empezar a hacerme un oral de película.
- Mariana... por favor... Alonso...
- shhhhh olvídate de él...

Mariana era un año menor que yo, pero quien no la conociera pensaría que era una adolescente. medía un poco menos que Lucía, trigueña de cabello lacio color negro, como era de contextura muy delgada, su busto delgado era lo que más resaltaba en ella.

pasaron unos minutos, se puso de pie y volvió a darme un beso en los labios. cerró la llave del agua, salió de la ducha y agarró la toalla que había llevado para secar el agua de mi cuerpo y luego hacer lo mismo con el suyo. me tomó de la mano y salimos del baño con rumbo a su habitación. me acostó boca arriba en la cama, y volvió a tomar mi miembro para llevarlo a su boca. no recuerdo antes ni después haber vivido una experiencia tan placentera como aquella.

excitado por lo que estaba ocurriendo, la sujetaba de la cabeza para validar lo que hacía con mi miembro, con el cual se ahogó un par de veces, antes de subirse sobre mi e introducirlo lentamente. ella disfrutaba la situación tanto o más que yo, solo que con los ojos cerrados, su gesto por momentos reflejaba dolor, en otros placer. se mordía los labios y sus manos se apoyaron sobre mi pecho, yo me aferré a sus nalgas mientras rebotaban una y otra vez. como llegó un punto en el cual dejó de tomar el control de la situación, decidí ser yo quien dirigiera el asunto.

la levanté y la puse en cuatro, junté sus rodillas y luego de aplicar un poco de saliva, introduje todo mi miembro en ella, lanzó un pequeño grito y empecé a moverme dentro y fuera de ella a un ritmo constante, sin rapidez, buscando que sintiera desde la cabeza hasta el rebote de mis testículos. así estuve un buen rato, todo el tiempo la escuchaba jadear y de cuando en cuando emitir los mismos gemidos que la noche anterior, solo que con otra intensidad, creo que era la primera vez que vivía una experiencia así.

me separé de ella, de manera natural se dio la vuelta y abrió sus piernas para hacerle un misionero, sin embargo, tenía otros planes. acomodé sus piernas en mis hombros y empecé a embestirla con un poco más de rapidez que en la posición anterior. ahora podía ver mejor su cara y los gestos que hacía, aunque siempre estaba con los ojos cerrados, veía cómo se mordía los labios, cómo rebotaban sus pechos, como se movían sus pezones que los noté hinchados y me excitaron aún mucho más.

después de unos minutos en esa posición noté que estaba haciendo un gesto que no había visto antes, sentía que sus piernas me apretaban un poco más y entendí que estaba llegando al orgasmo. aumenté el ritmo y llevé uno de mis dedos a su clítoris, momento en el cual lanzó un grito que con seguridad se escuchó en toda la casa. quité sus piernas de mis hombros, cambié rápidamente de posición y me acomodé sobre ella en posición misionero. me apoyé sobre un brazo mientras llevé los dedos que habían estado en su clítoris minutos antes a su boca, los cuales lamió y mantuvo dentro de su boca como si se tratara de mi miembro.

no tardé mucho y terminé dentro de ella. quizás la experiencia hizo que rápidamente se quedara dormida, salí del cuarto sin hacer ruido, fui al baño a ducharme y luego de alistarme empecé a fumar un cigarro. pasaron unos minutos y escucho a Mariana hablar con alguien, entré y estaba al teléfono con Alonso.
- sí amor... yo le digo... listo... chau
- ¿todo bien?
- sí, ya lo están atendiendo, vienen para volver todos a Lima


(TRES MESES DESPUÉS)


era la primera o segunda semana de clases, apenas había formalizado mi relación con Lucía unas semanas atrás. llegué a la puerta de la biblioteca como habíamos quedado y la veo concentrada en el celular.
- hola amor, ¿como estás?
- hola amor, ¿viste lo que publicó Mariana?
- no, ¿qué cosa?
- está embarazada!!!

 

el camino a su casa fue difícil, ni Mariana ni yo comentamos nada de lo ocurrido aquella noche del accidente, así que Lucía no debía sospechar que estaba asustado sino sorprendido por la noticia del embarazo, del cual quizás era responsable.

llegamos a su casa, me susurró al oído que sus padres estarían en un evento social hasta muy tarde y metió su mano dentro de mi pantalón hasta tocar mi miembro, pero inventé que estaba cansado por las clases y tenía muchas lecturas pendientes que prefería avanzar para tener más tiempo para ella los próximos días.

luego de hacer puchero, me dio un beso en la boca, se alejó de mi y se sacó la blusa dejándome ver sus enormes pechos al natural para luego decirme adiós con la mano y cerrar la puerta. si no fuera porque tenía que salir de dudas, me los hubiera devorado ahí mismo.

fui rápidamente a la casa de Mariana, recuerdo que tomé un taxi sin regatear el precio, el conductor intentaba hacerme la conversa pero solo respondía por compromiso mientras pensaba en que haría yo si resultaba siendo el padre del bebé. más que mi relación con Lucía, me preocupaba mi relación con Alonso y su familia, con quienes había podido compartir una que otra celebración familiar.

llegué al edificio donde vivía Mariana, ella vivía sola en un departamento en una zona acomodada de la ciudad. para no llamar la atención le mandé un mensaje avisando que estaba en la puerta de su casa. pasaron unos minutos y me respondió por el intercomunicador:
- Sergio, pasa y sube.

luego de ingresar, subí por el ascensor cuya puerta daba directo al departamento y me abrió la puerta con un polo suelto que hacía evidente que no llevaba nada debajo:
- hola Sergio! cómo estás?
- cómo estoy? asustado! aterrado!
- por qué?
- cómo que por qué? estás embarazada!
- sí, gracias. Alonso y yo estamos muy felices con la noticia!
- entonces… es de Alonso?
- no lo sé, pero por tu bien y el mío, conviene que crea que sí.

empezamos a discutir los escenarios para ambos, por un lado que Alonso fuera el padre era lo mejor, pero ambos sabíamos que podíamos estar engañando a un buen hombre. los reclamos iban y venían cuando de la nada me planta un beso al cual correspondo sin temor. metí mis manos debajo de su polo y empecé a tocar su torso con intensidad.

pasaron algunos minutos cuando suena su intercomunicador y nos separamos rápidamente, ella para ponerse de nuevo el polo y responder el llamado y yo para ordenarme un poco la ropa.
- Alonso? … ay amor, no te hubieras molestado… listo, sube (cuelga)
- y ahora que hago?
- vete al cuarto! Rápido!

hasta ahora no recuerdo por qué no fue una opción la escalera de evacuación, quizás la sangre demoraba en llegar aún al cerebro, pero esconderme en su cuarto no me pareció mala idea.

luego de unos minutos, Alonso ingresa a la sala con una bolsa de comida que le trajo de sorpresa a Mariana, y empieza a conversar animadamente con ella sobre el bebé y la vida que tendrían juntos, etc. yo me estaba aburriendo un poco pensando cómo acabaría la noche para salir de ahí, cuando dejo de escuchar voces y me doy cuenta que Mariana está de rodillas haciéndole un oral a Alonso.

debo reconocer que tenía mejor herramienta que él, pero no es momento de alardear. le sujetaba la cabeza para guiar los movimientos de ella, al mismo tiempo que se esforzaba por controlar la respiración para no terminar, cerraba los ojos y de cuando en cuando buscaba que ella le hiciera una GP.

aparentemente la emoción pudo más y escucho que ella le ofrece terminar lo que estaban empezando en el cuarto, rápidamente me escondí en el walking clóset de ella. se desvistieron en la sala y entraron desnudos al cuarto, ella se subió a la cama y se puso en cuatro, el se quedó de pie y se ubicó detrás para empezar a penetrarla suavemente.

poco a poco fue tomando más ritmo la situación, ella gemía y él respiraba fuertemente. pasó un buen rato así hasta que Mariana se tumbó sobre la cama, pensé que ambos habían terminado pero apenas era un breve descanso. Alonso se acostó junto a ella, Mariana se acomodó y empezó un 69 donde él veía y disfrutaba una cavidad que ambos compartimos, y ella tenía una ubicación donde disfrutaba el pene y las bolas de Alonso mientras me hacía gestos atrevidos.

aproveché la distracción para salir del cuarto sin que Alonso se diera cuenta, la muy perra cambiaría de posición rápidamente para acomodarse y cabalgar sobre él, porque mientras me dirigía a las escaleras, escuché sus gemidos que, quizás de manera intencional, habían cobrado más fuerza. llegando a casa recibo un mensaje de Mariana con una foto, aparentemente tomada por Alonso, donde se reconocía su torso desnudo (tenia un lunar bajo su pecho izquierdo) sobre la cama con semen en su vientre y un breve mensaje: “aquella noche fue una noche especial para mi y lo llevaré conmigo toda una vida”.

pasaron unas semanas de eso y recibí la invitación al matrimonio de Alonso y Mariana, decidieron casarse en una ceremonia sencilla a la cual fui con Lucía. luego de seis meses nació una bebé sana y nunca volvimos a tocar el tema de la paternidad. la familia de Alonso también tenía una buena posición y les procuraron un departamento nuevo y amplio y un viaje de compras a EEUU con tarjeta de crédito ilimitada.

yo he ido a todos sus cumpleaños como un amigo más de la familia, aunque Mariana siempre me lanza indirectas en privado. ni yo quiero afectar el futuro de la bebé, ni ella quiere perder lo que ha logrado construir.

 

sí, ahora me doy cuenta lo arriesgado que fuimos quienes compartimos esas experiencias. afortunadamente todos éramos limpios y sabíamos el historial que traía cada uno, por ello quizás no le dimo tanta importancia. pero ahora ya no, 100% seguros si no, nada.

 

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la relación entre Lucía y yo seguía avanzando bastante bien, pese a las reservas que me había mostrado su padre en diversas ocasiones. como comenté en uno de los episodios anteriores, él era (falleció hace unos años) un importante médico, y su reputación profesional le hacía mantener una activa vida social y viajar constantemente a conferencias internacionales. sin embargo, algo ocurriría y cambiaría todo, después de ello sería él mismo quien empiece a ser el promotor más entusiasta de la relación entre Lucía y yo.

en el último año de carrera empecé a realizar prácticas en una reconocida cadena hotelera, estuve trabajando ahí un año completo y debido a mi buen desempeño en el último trimestre, como parte de una programa formativa y de reclutamiento, me ofrecieron financiarme dos semanas en un hotel de la cadena en República Dominicana. una experiencia muy relajada, debía realizar actividades "formativas" (en verdad era trabajar con algo más de supervisión y exigencia) durante seis horas al día en un resort con todo incluido. podía disponer del resto del día para lo que quisiera.

si bien el plan era que Lucía me acompañe al menos unos días, estaba en una buena empresa del rubro financiero con horarios variables y poco flexibles, por lo que prefirió no viajar conmigo dado que había entrado hace menos de dos meses a laborar y el programa surgió de manera imprevista. en su casa solo dijo que estaría ausente por una semanas por temas laborales, sin dar mucho relleno, para que sus papás no piensen que se habían separado, y su papá no empiece a presentarle "mejores candidatos" como solía hacerlo cada vez que teníamos alguna discusión, algo que me llenaba de cólera.

durante el tercer día, mi supervisor comentó que se venían cuatro o cinco días intensos porque se llevaría a cabo una conferencia internacional de médicos, agregando luego "así que tendremos mucho movimiento en esos días". no entendí bien a qué se refería por lo que acudí donde un compañero para comprender mejor el comentario. me indicó que algunas empresas farmacéuticas suelen visitar las instalaciones en las mismas fechas, con un personal "especial" que contribuya a estimular las ventas, por lo que es usual que los huéspedes cambien de habitaciones y haya un mayor trabajo por parte del personal de limpieza. vale señalar que no se trataba de un hotel familiar, solo era para mayores de 18 años.

me saltaba la curiosidad de saber si mi "suegro" estaría o no hospedado en el hotel, pero justo cuando iba a hacer la búsqueda en el sistema de reservas, me llega un mensaje de Lucía.
- monito
- hola monita
- qué crees?
- qué pasó?
- mi papá viaja mañana para Punta Cana
- ay no =( (me hice el sorprendido y afectado)
- lo atiendes bien por favor
- cómo sabes que lo voy a ver?
- porque me dijo que estaría en el Hotel XXXXXX
- sabías que la cadena tiene más de un hotel acá ¿? (sí era cierto, pero para despistar)
- ay verdad, yo me había entusiasmado =(
- sería mucha coincidencia que lo vea, encima que nos están rotando (quería despistarla más)
- pensé que sería buen momento para que se amistaran
- uy sí, como si esa fuera su prioridad, y la mía
- pues deberías
- =(
- chau

ahora que sabía que mi suegro estaría en el hotel, hablé con mi supervisor para que me dé menos tareas de cara al público, le comenté brevemente mi situación y lo entendió, había visto mi archivo y le gustaba mi perfil, por lo que me encargó tareas de apoyo en oficina y logística, para exponerme a los huéspedes lo menos posible.

traté de pasar desapercibido la primera noche de alojamiento de mi suegro, cuando lo vi a la distancia en el bar con otros colegas. parece que se habían puesto de acuerdo y estaban con bermudas beige y camisas blancas. al poco rato llegaron unas chicas de 30 o 35 años aproximadamente, con vestidos blancos muy escotados y cuerpos bien formados. saludaron cariñosamente y más de una provocaba una erección solo de verla. yo me mantuve desde mi posición sin llamar la atención, veía que poco a poco iban siendo más cariñosos entre sí.

pasaba el tiempo, y yo mismo me sorprendía de lo que estaba haciendo, espiando a mi suegro sin saber bien qué hacer con lo que podría encotrar. trataba de pensar en ello cuando una de las chicas, alta y blanca con cabello rizado, quizás la que más llamaba la atención del grupo, se pone de pie para ir a la barra por un trago. toma a mi suegro de la mano como para irse con él. no puso mucha resistencia, todo ese rato se veía que babeaba por ella, la chica sin perder tiempo llevó su mano al pecho, donde él se quedó prendido, generando risas en sus amigos y acompañantes de la mesa.

cambié de posición discretamente, no quería llamar la atención pero tampoco quería dejar de ver lo que estaba pasando. en la barra siguieron conversando de manera más íntima, el pasaba sus dedos por el escote del vestido, rozando primero y luego tocando sin descaro la piel de su acompañante, quien empezó a jugar con una cereza de su bebida. me sorprendía ver a mi suegro en esa actitud, siempre había aparentado ser un hombre de familia. ella tomó una cereza que puso en sus labios, se acercó al rostro de él, y mi suegro le dio un beso en la boca donde claramente intercambiaron más que la cereza. ella le dijo algo al oído, él miro su escoteque ella acomodaba para mostrarle al menos uno de sus senos, y salieron del bar tomados de la mano.