Hola, está disponible?...mi ángel

Recuerdo que la conocí cuando entró a trabajar en una agencia de Lince. Entró y me miró con recelo, no hablamos nada, pero ya en la cama solo podía dar amor y cariño. No era de esas kines que vive el sexo solamente, o el puro sexo carnal. Más bien su cuerpo expresaba cariño y amor, sin decir una palabra.

Dentro de la habitación a pesar del silencio y la frialdad de las paredes, siempre había un ambiente cálido cuando ella llegaba, era como estar en casa por alguna razón, y cualquier cosa que había afuera en el mundo desaparecía para nosotros. Ella llegaba al orgasmo más que yo siempre, era como su salida, su catársis a un día jodido con clientes que no quería atender. Yo la miraba con ternura cuando me pasaba un papel para limpiarme lo que ella había dejado en mi, al desfogar todo, el amor truncado, la excitación sin climax, el estar en un país donde no quería estar, el anhelo por el futuro bueno, con un hijo a cuestas.

Ahora que lo pienso, todos sus tatuajes evocaban vocación de madre, recuerdos, amor fraternal, todos bien puestos en su cuerpo, pero si tapar la cicatriz de cesárea que lucía orgullosa y feliz porque su hijo era otro angelito para ella. Y escondía su verdadero cabello que era rubio, como para no dejar rastros cuando tenga que escapar de la realidad que le tocó.

Quizás el haberse ido, sin despedirse, con toda la juventud encima, la libertad de vivir y aún la inocencia de creer que la suerte es eterna, la convierte en una criatura bella e intocable ya, con ese espiríritu hermoso que pude sentir y querer, como si fuera una parte de mi, la parte que me faltaba.

 

Falleció? Espero que no.