La practicante de mi área

Claro, porque cuando estoy cachando tengo q tomarme una foto para que el cofrade Michaelc me crea

 

Depende, pero ciertamente el autor original ya podría haber compartido algo a estas alturas.

 

y dale con las fotos o videos, manos si quieren eso hay otras páginas aquí es relatos eróticos por favaarrrrrrr no desanimen a la gente a escribir y continuar relatos, si no busquen historietas o mangas que se yo

 

Correcto. La historia es excelente. Es un relato muy bien narrado. Nadie exige que sea real. Eso es todo.

 

Parte 32
Me acomodé entre sus piernas mientras ella seguía concentrada en el ano de Alvaro, yo solo escuchaba los gemidos de todos en la habitación y quería ser parte de tremendo festín.

Acerqué mi boca a la vagina de mi mujer que estaba totalmente expuesta por el agujero de aquel disfraz y totalmente mojada. Me sorprendió que con la forma que la estaban tratando, como una puta esclava literalmente, ella se excitara, pero al parecer le estaba gustando y de hecho esa pastilla estaba cumpliendo su función.
De todas formas, no perdí tiempo y empecé a comerle la concha con muchas ganas, como dije hace un rato, moría de ganas de probar algo y poder participar. Además, comer esa conchita era algo que me encantaba, siempre depilada y con labios apretados.

Yo estaba concentrado disfrutando de Daniela cuando sentí unas manos alrededor de mi pene, no podía ver con detalles lo que estaba pasando, pero me sentí que me ponían algo. Luego una mano se cruzo con mi lengua. Era Carmen quien pasó su mano a lo largo de toda la vagina de Daniela e inclusive le metió un par de dedos sin previo aviso, lo que hice que Daniela diese un pequeño salto.

- “Uuf esta niña ya está lista Alvaro. Toda tuya” dijo Carmen dándole una nalgada a Daniela

Alvaro la jaló hacia él y se empezaron a besar de forma muy intensa, aun sin penetrarla. Yo me incorporé y vi que tenía una especie de jaula colocada alrededor del pene. Como no había tenido mucha acción hasta el momento, mi pene no estaba erecto y aprovecharon eso para ponerme ese dispositivo que iba a impedir que me ponga duro. Nunca lo había usado, pero lo había visto en películas porno.

- Hoy no habrá sexo para ti Alberto, pero si te portas bien… ¿quién sabe? Tal vez puedas disfrutar un poco” dijo Carmen sobándome los huevos y provocándome

Carmen agarró uno de los consoladores que había en la cama, era de tamaño normal. Y se sentó en el piso, al frente del sillón donde Alvaro y Daniela seguían besándome y tocándose por todo lado.

- “Acomódate a mi costado Alberto, vamos a tener vista VIP a la penetración que le van a hacer a tu chica”

Le hice caso sin decir mucho, de todas formas, era excitante tener esas tremendas tetas cerca. Al poco rato Alvaro le susurró algo al oído a Daniela. Ella se puso de pie y se giró mirándonos a nosotros. Sus grandes tetas estaban un poco rojas de toda la manoseada de Alvaro. Éste se acomodó en el sillón sentándose más al borde y abrió las piernas. La gravedad hizo lo suyo y sus huevos junto con su herramienta quedaron colgando con hilos de salida de Daniela por todo lado. Sonará gay, pero desde la posición en la que me encontraba su pene se veía realmente gigante.

Sin decir nada, pero con la mirada fija en mi, Daniela se posicionó entre las piernas de Alvaro, se agachó buscando con una mano su pinga y con la otra se agarraba de su pierna para no perder el equilibrio. Agarró la pinga, se la puso en la entrada de la vagina y empezó a bajar muy lentamente. Desde mi posición, veía todo desde abajo y se podía notar la penetración, pero las piernas de mi flaca estaban semi cerradas así que no podía ver por completo toda la escena.

La cara de Daniela empezó a cambiar a medida que recibía más centímetros del viejo. Su cara era de puro placer, abría la boca pero sin emitir gemido, sus ojos se hacían más pequeños y su mirada seguía fija en mí como queriendo darme un mensaje. Carmen, a mi costado, se empezó a meter el consolador y no tardó en emitir gemidos.

- “Uuuff que rico se siente esta vagina puta madre. Una delicia estar acá adentro” dijo Alvaro disfrutando del pequeño coño de mi joven mujer
- “Ya la tienes toda adentro esclava”
- “Sí amo, ya entró”
- “Dejamos que Alberto te vea totalmente expuesta?”
- “Sí claro”

Sin decir más, se echó un poco hacia atrás colocando su espalda sobre el pecho de Alvaro. Éste le agarró las piernas y la abrió de par en par. La escena era impactante.

La pinga de Alvaro estaba totalmente dentro de Daniela, podía notar como su vagina se expandía hasta su límite para recibir todo ese pedazo de carne. De pronto se empezó a mover, dejando a Daniela inmóvil y agarrada de las piernas. Sus movimientos eran cada vez más fuertes y sus tremendos huevos rebotaban sobre su cuerpo. Mi mujer no tardó en empezar a gemir cada vez más fuerte, al inicio me estaba mirando, pero luego, producto de la excitación, levantó la cabeza y miraba al techo. Estaba totalmente entregaba y se notaba que disfrutaba. Al poco rato, empezó a retorcerse de placer sobre la verga del viejo, se estaba corriendo. Ella no era de venirse a chorros, pero se podía notar un hilo de sus fluidos que bajaban a lo largo de todo el trono de la verga y seguían chorreando hasta los huevos.

Al ver eso, Carmen no tardó en acerarse rápidamente y empezar a lamer el clítoris de Daniela y probar sus fluidos mientras seguía metiéndose el consolador.

- “Ay! no puedo más. Me voy a venir” dijo Daniela entre gemidos
- “Dame toda tu corrida esclava, quiero probar ese elixir de juventud” le contestó Carmen
- “Si si si aaaaahhh” gritó Daniela con una voz que no había escuchado antes
- “Esooo córrete en mi verga niña” le dijo Alvaro apretándole las tetas

La escena era bastante intensa. Yo aproveché la excitación del momento para acercarme un poco a Carmen. Le quité el consolador de la mano y le metí dos dedos sin decirle nada. Ella me contestó separando un poco más las piernas, así que le respondí metiendo un tercer dedo y empezando un mete-saca bien rápido.

De pronto escuché a Alvaro decir:

- “Eso quieres putita?”
- “Siiii por favooor”
- “Dilo más fuerte, que te escuche tu pareja”
- “Alvarooo lléname de tu leche” dijo Daniela mientras continuaba siendo penetrada

Escuchar eso me descuadró. Cuando tuvimos la orgía con los viejos y ellos propusieron llenarla de semen ella no se dejaba y tuvieron que hacerlo por la fuerza al inicio. Acá en cambio, era ella la que estaba pidiendo que aquel viejo la deje llena. No la reconocía. Estaba claro que esa pastilla y la promesa del dinero habían creado a una Daniela distinta, una verdadera puta dispuesta a todo.

 

No tarde mucho Cofra con la continuación

 

Buen relato csm. Siga cofra

 

Hermano, continúa por fa. Muy buen relato!

 

Vamos Cofra, no nos haga espera mucho con la continuación.

 

Parte 33

Escucharla decir eso hizo que el bombeo del viejo se intensifique. Las embestidas eran brutales, pero Daniela las recibía muy bien y con todo el gozo. De pronto, los gemidos de Alvaro se hicieron más fuertes y estaba claro lo que estaba pasando. Estaban llenando de leche a mi mujer.

La cara de Daniela cambió y cerró los ojos para disfrutar del momento.

- “Aaayy la siento toda… siento tu leche caliente entrando en mi”
- “Uuff sí puta, te voy a dejar toda llena”

Las embestidas fueron bajando la velocidad hasta que ambos se quedaron inmóviles. Daniela cayó rendida sobre el pecho de Alvaro, continuaba con las piernas abiertas para la vista de Carmen y yo. Dentro de mi sorpresa dejé de meterle los dedos a Carmen y me alejé un poco.

La escena, para mí, era muy impactante. A pesar de haber hecho cosas más fuertes, como la orgía con los viejos, esta vez se sentía diferente. Esta vez se notaba que realmente estaba gozando. Al inicio se sentía obligada, pero ahora algo había cambiado y era ella la que había pedido que la llenen de leche. No me quedó otra que asumir la realidad y tratar de empezar a disfrutar de esta situación y sacarme de la cabeza lo puta que se había vuelto.

Mientras mi cabeza daba vueltas, Carmen acercó su mano a la verga de Alvaro y se la sacó del coño de Daniela. La cantidad de leche que salió de su vagina era abundante.

- “Tremenda llenada que le has dado a la niña amor. Parece que le tenías ganas” le dijo metiéndose el glande a la boca y limpiando su verga con la lengua
- “Uff diablos, necesito descansar un poco. La he cachado duro”

Daniela seguía sin decir nada, continuaba con los ojos cerrados. ¿Será que se arrepintió y regresó a la normalidad? No había terminado de hacerme esa pregunta cuando abrió los ojos. Bajó la mirada y nos quedando viendo el uno al otro. Carmen seguía dándole un ligero oral a Alvaro y el viejo tenía los ojos cerrados así que fue un breve momento íntimo entre ambos.

Mi mirada era de sorpresa, confusión. En cambio ella me dirigió una breve sonrisa, me mandó un beso volado y volteó su cabeza hacia Alvaro.

- “Amo, ¿puedo ir al baño y darme una ducha?” le pregunta de una manera muy sumisa
- “No esclava, anda échate en la cama y descansa cinco minutos porque esto recién comienza. Ahora me toca a mí divertirme contigo un rato mientras tu amo descansa” interrumpió Carmen

Sin refutar, Daniela se levantó del sillón y caminó hacia la cama. Cuando lo hizo, varias gotas de leche cayeron a la alfombra y manchaban la lycra negra que aun tenía puesta, era increíble la cantidad de semen que le habían metido.

- “Qué rico ver como chorreas leche niña, ahora me voy a comer ese coñito” le dijo Carmen
- “Alberto espero que tu también te estés divirtiendo. La idea es que todos la pasemos bien, hasta ahora veo que estás cumpliendo tu rol a la perfección. Además, me di cuenta que estuviste jugando un poco Carmen. Está bien, mientras ella lo permita”

Yo aun no me estaba divirtiendo. Me excitaba ver a Daniela con esa ropa sumisa, pero aun seguía atónito de lo que había presenciado en ese sillón y me quedaba la duda de qué más pasaría en las siguiente horas… ya nos habían dejado claro que esta sería una larga noche.

- “Ven, siéntate a mi costado y disfrutemos del espectáculo. Creeme que Carmen sabe manejar muy bien a las chicas”

No entendía exactamente a qué se refería, pero me senté a su costado. Ambos mirando hacia la cama y con las vergas flácidas listos para una nueva excitación.
Carmen se dirigió a la cama donde Daniela yacía boca abajo y le dio una nalgada bastante fuerte sin previo aviso que la sorprendió bastante y que seguramente también le dolió.

- “Vamos a sacar ese disfraz, quiero tener un mejor acceso a todo tu cuerpo”

Daniela se incorporó y obedientemente se empezó a quitar el disfraz para lo cual necesitó ayuda de Carmen porque era sumamente apretado. Cuando lo tenía todo afuera me di cuenta que sus tetas estaban bien rojas. El disfraz era apretado y el hueco para las tetas era más pequeño de lo previsto para el cuerpo que tenía.

- “Tienes ricas tetas, más chicas que las mías pero más paraditas por tu edad” le dijo pasando un dedo por sus pezones. “Ahora vamos a amarrarlas”

Daniela se sorprendió con ese comentario.

- “Amarrarlas?!”
- “Así es esclava, vas a tener una buena sesión de BDSM y verás que lo vas a disfrutar”

Sacó del cajón una soguilla y unas esposas. Además se acercó a donde estaban los consoladores y agarró el más grande que había en la sala, uno que realmente no parecía un pene de verdad. Era muy grande y se iba volviendo cada vez más ancho conforme llegaba a la base. Tenía colores que marcaban cada segmento de aquel tremendo dildo.

- “Ama eso es muy grande para mí. Mi conchita aun es apretada”
- “Tranquila esclava esto es para tu conchita” le dijo señalando un dildo más pequeño que la verga de Alvaro

La cara de Daniela pasó de preocupación a alivio. Peo rápidamente Carmen volviendo a hablar.

- “El dildo que tengo acá en la mano (señalando al monstruo) es para tu culito mi amor”

Daniela se horrorizó y se echó para atrás como una reacción natural.

- “No digas nada.. tú confía en tu ama y abre esas piernas que me quiero comer lo que te queda de leche entre las piernas”

Yo no hice ningún comentario, pero no existía manera que algo así pueda entrar en ella.

 

buenisimos los relatos!!!

 

Parte 34
Se echó en la cama y abrió las piernas dejando total acceso a Carmen para que le coma la vagina. De lejos podía observar rastros de semen aun saliendo de su conchita.

Carmen se posicionó en cuatro, justo delante de nuestros ojos y debo decir que la vista era bastante excitante. Tenía un culo gordo y se notaba en mi verga la excitación que me había producido verla.

- “Parece que le tienes ganas a mi esposa eh Alberto?” me dijo Alvaro viendo cómo mi verga estaba semi erecta
- “La tengo pendiente… hasta el momento solo le he podido meter los dedos”
- “Todo a su tiempo… esta será la noche de Daniela, pero si te portas bien tendrás tu oportunidad con Carmen”

Nos interrumpió un gemido de mi mujer que ya estaba disfrutando de las lamidas de su ama… estaba claro que sabía muy bien cómo comer coño.
Luego de un rato, Carmen la ayudó a ponerse de pie frente a nosotros.

- “Muy bien” le dijo. “Tienes un coño delicioso, siente cómo tus labios aprietan mi lengua cuando le meto hasta adentro. Además, es todo rosadito uufff, me encanta”

Carmen le hablaba mientras daba vueltas alrededor de ella y le pasaba un dedo por las tetas, el abdomen, la espalda… la estaba acechando como un tiburón a punto de morder su presa.

Daniela tenía la mirada fija en mí y por momentos me lanzaba una semi sonrisa dándome a entender que todo estaba bien.
Carmen continuó diciéndole cosas mientras le colocaba las esposas con los brazos por delante. Yo nunca había amarrado a Daniela para tirar, pero verlo así, aprisionada y con poca movilidad me gustaba.

Luego sacó una soguilla, bien delgada.

- “Ahora vamos a amarrar estas tetas tan deliciosas” dijo jalándole uno de los pezones y haciéndola saltar

Yo nunca había visto algo así, tal vez en alguna porno, pero nunca en persona. Carmen Empezó a rodear primero una de sus tetas con la soguilla, luego subió por el cuello haciendo que la teta se aprieta más y luego se fue a la otra haciendo una especie de “ocho”. Podía notarse cierta incomodidad en Daniela a medida que seguía amarrando. Cuando terminó, tenía las dos tetas sumamente apretadas y de hecho empezaban a ponerse rojas.

- “Uuff vaya tetas! Es mu excitante ver un buen par de tetas así amarradas” exclamó Alvaro
- “Verdad que sí amor?” le contestó Carmen. “Esta putita está lista para empezar la sesión”

Empezar? Pensé yo. Asumía que esa era la sesión, amarrarle las tetas y hacer que se pongan rojas. Pero al parecer recién estábamos a punto de empezar…
Sin decir más, Alvaro se puso de pie y ambos empezaron a dar vueltas alrededor de Daniela sin decirle nada. Ella los miraba sin entender qué pasaba.

- “Mirada al frente esclava. Mira a los ojos a Alberto” le ordenó Carmen

La mirada de mi flaca se cruzó con la mía. Interpreté que no sentía dolor, pero sí cierta incomodidad. Además, con el pasar de los minutos sus tetas se ponían aun más rojas.

De pronto, Carmen le dio una nalgada que sonó bastante fuerte e hizo que Daniela salté de la sorpresa. Volteó a mirarla.

- “Mirada al frente te hemos ordenado!” gritó Alvaro dándole una nueva nalgada desde el otro lado

Daniela me miraba, pero ahora sus ojos reflejando cierto dolor y temor.

- “Si quitas la mirada de Alberto, reiniciaremos tu castigo” le susurró Carmen al oído

Ambos se pararon, uno a cada lado de ella. Los tres miraban hacia el sillón donde me encontraba yo.

Las nalgadas empezaron a sonar mientras contaban al unísono y Daniela recibía el castigo.

- “Uno!” splashh
- “Dos!” splashh

Cuando estaba en la quinta nalgada los ojos se Daniela estaban un poco hinchados, al parecer le estaba doliendo bastante, pero obedientemente no emitía sonido alguno. Continuaron con las nalgadas hasta diez.

- “Te estás portando muy bien esclava. Otras esclavas han recibido hasta 30 nalgadas porque nos pedían parar.”
- “Mira las nalgas de tu mujer Alberto”

Le dieron media vuelta a Daniela y pude observar sus nalgas. Su culito redondo estaba bastante rojo, sin ninguna herida, pero con nalgas muy rojas.

- “Ahora voltéate nuevamente esclava”

Daniela lo hizo sin decir nada.

- “No quites la mirada de tu pareja” le volvieron a decir

Sin decirle nada, Carmen le metió una palmada en una de las tetas que no solo sorprendió a Daniela sino a mi también.

- “Uno!” gritó nuevamente

Se venía el mismo castigo, ¿pero ahora en sus tetas? No lo va a aguantar, pensé. Sus tetas ya estaban bastante rojas por la presión de la soga. Además… darle palmadas en las nalgas a alguien es algo relativamente normal, no? Pero en las tetas ya parecía demasiado.

De todas formas no dije nada, las reglas eran claras y decir algo en contra podía ser peor para Daniela. Y ella también lo sabía.

- “Dos!” gritó Alvaro dándole una palmada en la otra teta

Los ojos de Daniela habían cambiado. Ahora se notaba que quería gritar de dolor, pero no lo hacía. Cuando se venía la tercera palmada levantó las manos esposadas tratando de evitar el golpe. Grave error.

- “Uy qué pena. Tan bien que ibas esclava. Pues va a tocar empezar de cero con tus tetitas” le dijo Carmen jalándola del pelo
- “No por favor ama, es que me duele mucho porque están amarradas” dijo señalando sus tetas que ahora ya casi lucían moradas
- “Mmm quisieras que las desamarre?”
- “Sí sí por favor” suplicó Daniela
- “OK” dijo Carmen y rápidamente desató el nudo del cuello y la soga por si sola se empezó a desenredar y cayó al suelo

Las tetas de Daniela estaban bastante hinchadas y se veían aún más grandes de lo que ya eran. Más allá del color morado rojizo que tenían, lucían espectaculares.

- “Gracias ama”
- “Mmm no me agradezcas aun esclava. Pon las manos sobre las piernas de Alberto”

Daniela no entendió muy bien, pero se acercó más a mí y colocó sus manos esposadas sobre mis piernas.

- “Inclínate más hacía él y saca el culo” le indicó Carmen

La ayudaron a acomodarse en la posición que querían. Tenía las manos apoyadas sobre mi, el cuerpo inclinado hacia adelante casi con la espalda horizontal y paralela al piso. Las piernas semi abiertas y la cabeza mirando hacía el piso también.

- “Te ves muy rica en esa posición” le dijo Alvaro. “Qué pena que Alberto no te pueda ver, pero te tomaré un par de fotos y se las mando” dijo mientras sacaba el celular y le tomaba dos fotos desde atrás

Yo pensé que la había puesto así para penetrarla. Pero me equivoqué.

- “Sabes qué pasa esclava?” dijo Carmen. “Tenías razón, golpear tus tetas en esa posición no era lo mejor” mientras hablaba se acercaba más hacia donde estaba yo

De pronto, se agachó y se arrodilló en el piso, colocándose un poco por debajo del cuerpo de Daniela.

- “En cambio ahora…” acercó su mano hacia las tetas de Daniela que, dado la posición en la que se encontraba, estaban colgando y con los pezones apuntando al piso. “puedo agarrar mejor estas ricas tetas que tienes” le dijo apretando una de ellas

Tenía razón, ahora sus tetas parecían dos grandes bolsas que estaban totalmente libres y disponibles para Carmen. Alvaro se puso detrás de Daniela y le dio una ligera nalgada en el culo haciendo que sus tetas se muevan al compás de la gravedad.

- “Qué rico se mueven tus tetas ahora que están libres… las voy a poder golpear mejor” dijo Carmen

Daniela volteó a mirarla con mucha preocupación.

- “Alberto, seguro no quieres que Daniela sufra, no? Pues tu misión es agarrarle las manos y no dejar que se mueva. De lo contrario, empezaremos desde cero” dijo Alvaro
- “Por malcriada y resistirte al castigo recibirás diez nalgadas y diez palmadas en las tetas esclava” comunicó Carmen

Yo procedí a agarrarla las muñecas para quitarle movilidad. Ella volteó a mirarme. Tenía su cara a escasos 10cm. Ella sabía que era lo mejor aguantar el castigo.

- “Muy bien, míralo a los ojos y no pierdas su mirada. Quiero que vea cómo aguantas el castigo” dijo Carmen. “Empecemos”
- “Uno!” gritó Carmen dando una palmada desde arriba en su teta

Se escucharon dos palmadas secas. Una en sus nalgas por parte de Alvaro y la otra en su teta derecha por parte de Carmen.

- “Dos!” nuevamente una palmada en ambas zonas. Esta vez en la parte izquierda y desde abajo

Con cada azote las tetas de Daniela se movían de arriba abajo, de izquierda a derecha, similar a cuando cabalga encima de mi polla. Algo que solo las mujeres con tetas grandes te pueden dar.

Los segundos se hacían eternos. Yo agarraba las muñecas de Daniela firmemente porque por momentos ella trataba de moverse, pero yo se lo impedía ya que sabía que sería peor para ella.

- “Seis!”

Ya sus ojos estaban rojos, se mordía los labios para no gritar de dolor.

- “Siete!”

Salían algunas lágrimas. Le di un beso esperando que eso la ayude de cierta forma

- “Ocho!”

Mientras esto pasaba y ella sufría yo sentía una calentura entre las piernas. Estaba excitado y se podía notar en mi verga.

- “Nueve!”

Daniela ya no podía más, parecía que se desmayaría.

- “Diez!”

Le solté las muñecas y Daniela cayó rendida al piso. Estaba sollozando, pero sus amos no le dieron tregua.

- “Párate, queremos ver cómo haz quedado” le dijo Carmen agarrándola del brazo y poniendola de pie
- “Bueno Alberto parece que te ha gustado la sesión” me dijo señalando mi verga

Ni cuenta me había dado. Tenía la verga erecta como un fierro y no había forma de ocultar mi excitación.

Daniela se paró al frente de nosotros, con los ojos rojos e hinchados por el llanto leve. Me miró como reprochando que aquello me haya gustado.

Se exhibió como hacen en las películas antiguas cuando venden esclavos. Se paró al frente nuestro y nos mostró como estaba por delante. Sus tetas estaban bastante rojas, tanto a los costados como arriba y desde abajo. Al voltearse, vimos su culo sumamente rojo por las veinte nalgadas que finalmente recibió.

No tenía ninguna herida, solo hinchazón. Se notaba que los dos amos sabían cómo hacer estos sin dejar heridas en las eslavas. A nadie le gusta que queden así de marcadas.

- “Muy bien esclava. Te mereces cinco minutos de descanso” le dijo Alvaro

Daniela se echó en el piso, de costado. Aun esposada y mirando a la nada. Yo traté de buscarle la mirada, pero no pude. Me sentía culpable de haberme empalmado, pero había descubierto un gusto que no conocía.

Carmen se fue a la cama. Agarró un lubricante que tenía por ahí, los dos consoladores que sacó hacía varios minutos y el famoso pomo negro que ponía a Daniela como una puta.

Ya sabía lo que se venía, pero Daniela no la había visto.

 

Mister, continúe por fa. Está de ptmre el relato

 

Puede que sea mentira como algunos acusan pero qué esperan, entramos a esta sección por RELATOS! La única verdad es la rica paja que me he dado leyendo todo esto así que aplaudo esta historia

 

50 shades of door color

 

hace tiempo no me divertia tanto leyendo un relato; me reí mucho con la anecdota del taxista... lástima que no haya continuación de paracas

 

Parte 35

Alvaro se levantó del sillón y se dirigió a la cama donde se encontraba Carmen acomodando algunas cosas. Nos dejó a Daniela y a mi al otro lado del cuarto. Ella seguía con la mirada perdida como sin asimilar que la había azotado como una buena perra esclava y que además eso me había excitado.

Yo me sentía en cierta forma avergonzado de mi reacción, pero sin saberlo, resulta que me excitaba ver a chicas siendo azotadas y recibiendo castigo. Un check más en una larga lista de fetiches que iba descubriendo con mi chibola y amante, Daniela.

Unas risas que venían del otro lado de la habitación me sacaron de mis pensamientos. Eran Alvaro y Carmen que habían empezado a tocarse y jugar entre ellos. Ella estaba echada boca arriba en la cama y él a su costado besándola y pasándole la mano por todo el cuerpo, desde ese par de montañas gigantes hasta esa cueva húmeda que tanto quería penetrar.

Sentí una mano que me masajeaba las bolas. Era Daniela quien ya se había incorporado y tenía nuevamente una mirada de perra, esa que tuvo cuando entramos a la habitación bajo el efecto de la pastilla. Al parecer ya había salido del pequeño shock que tuvo.

- “Así que te excita ver a tu mujer azotada y humillada ah?” me preguntó mientras se iba incorporando y acercándose cada vez más a mi
- “Pues sí, fue muy excitante verte sometida” le dije sin ningún reparo
- “Mmm al menos estos dos se fueron un rato y nos dejaron a solas. Quiero tu pene adentro mío”

En la intimidad siempre éramos muy vocales y nos decíamos cosas. Pero esa frase “quiero tu pene adentro” no me la había dicho nunca. Además, me miraba fijamente a los ojos, la vergüenza y el pudor ya no existían en ella. El efecto que esa pastilla tenía era realmente duradero y potente.

Entre su masajeada de huevos y esa forma de hablar, me puse al palo en un instante. Ella no perdió tiempo y se sentó encima mio sin sacarme la mirada a los ojos ni por un segundo. Entrar en su vagina fue delicioso, andaba totalmente mojada y caliente.

- “Uuff que rico. Tu pinga es más chica que la de Alvaro, pero me gusta mucho más. Siento que me pertenece y encaja perfecto dentro mio”
- “Es todo tuya amor, disfrútala” le dije y empecé a besarla

Nosotros estábamos en la nuestro y por unos minutos nos olvidamos que había más gente en la habitación. Nos hundimos en un beso apasionado mientras ella movía sus caderas encima de mí. Realmente necesitábamos reconectar luego de haber estado separados por algunas horas.

Al rato, sentí unas manos desde atrás que se ponían sobre mis hombros y que gentilmente me jalaban hacía atrás para recostar mi espalda en el respaldar, separándome de Daniela. Cuando abrí los ojos me di cuenta que Carmen era quien estaba detrás mio y Alvaro se había puesto detrás de Daniela, haciendo el mismo gesto. Yo seguía penetrándola, pero ahora Alvaro jugaba con sus tetas desde atrás, sobándolas lentamente y pasando sus dedos húmedos por las aureolas de mi chica.

De pronto vi la mano de Carmen acercándose a la cara de Daniela con el pomo negro en la mano:

- “Esta será una excelente combinación esclava. Pastilla y poppers… uff vas a volar”

Daniela se agachó y se acercó a mi dándome un beso en la boca y susurrándome al oído:

- “Perdón por lo verás en las próximas horas. Espero que no te disguste”

No me dio tiempo de responderle. Se incorporó nuevamente y aspiró profundamente dos veces aquel pomo. Cerró los ojos y levantó la cabeza en dirección al techo. Se seguía moviendo encima de mi y disfrutando de mi verga mientras yo la agarraba de las nalgas y Alvaro le masajeaba las tetas.

A los pocos minutos, abrió los ojos y buscó con una de sus manos la cabeza de Alvaro. Estiró hacia atrás su brazo y con su mano le buscó el cuello para traerlo hacia sí misma. Él se acercó, ella giró la cabeza y se empezaron a besar de una forma bastante salvaje, mucha lengua y saliva que inclusive caía encima de mi pierna. Las manos de Alvaro pasaron de masajearle las tetas a apretarlas y pellizcar sus pezones, lo cual hacia que de momentos suelte algún que otro gemido.

Carmen seguía detrás mío (detrás del sillón) y decidió inclinarse hacia adelante para acercar su boca a Alvaro y Daniela y unirse a ellos en un beso triple donde claramente yo no podía apreciar nada, pero escuchaba los gemidos y los lengüetazos. Al inclinarse, Carmen había dejado ese par de mega tetas colgando muy cerca de mi cara así que no perdí tiempo. Solté las nalgas de Daniela y con mis manos acerqué sus tetas a mi boca para empezar a chuparlas a mi antojo. Eran tan grandes y caídas que, a pesar de la distancia, podía jalarlas para chuparle los pezones.

Así estuvimos los cuatro por algunos minutos en esa posición semi incómoda, pero, besándonos, intercambiando saliva, penetrando y chupando teta.

Al rato, cambiaron de posición. Alvaro se pasó atrás del sillón mientras Carmen se posicionó detrás de Daniela. También la empezó a besar con lengua y me sorprendió lo receptiva que fue Daniela con aquel beso de una mujer. Ya saben que ella ha tenido en el pasado algunos encuentros con chicas, pero acá había mucha más complicidad y aceptación de ella. Luego de besarla, recogió algo que estaba en el suelo y que al parecer había traído de la cama. Era un plug anal que tenía un diámetro ligeramente grande. Daniela aun no lo había visto porque Carmen estaba detrás de ella. Le untó bastante lubricante.

- “Vas a sentir algo frío y un poco de presión en tu culito mi niña. Solo relájate y no aprietes las nalgas” le dijo Carmen
- “Ok ama” respondió obedientemente Daniela

Ya a estas alturas estaba claro que Daniela no se iba a oponer a nada y estaba totalmente entregada. Si algo de pudor le queda, luego de aspirar el pomo negro se había ido por completo. Yo dejé de moverme para hacer el trabajo de Carmen más fácil. Podía notar cómo Daniela hacia algunas muecas de incomodidad en la medida que el plug entraba en ella.

No habrán sido más de dos minutos cuando Carmen se incorporó y le dio un pico a Daniela diciéndole “listo, ahora lo dejaremos ahí varios minutos para dilatar ese culito tan hermoso que tienes”.

Daniela parecía un poco sorprendida de lo rápido que su culo había aceptado el ingreso de aquel objeto extraño y grueso. Pero esos son algunos de los efectos del popper, la dilatación anal, además de una ola de excitación inexplicable.

Alvaro, quien seguía atrás del sillón, apoyó su verga encima del respaldar. Yo levanté ligeramente la mirada y me di cuenta que la tenía a escasos centímetros. Estaba empalmado al máximo y era sorprendente ver cómo sobresalía del sillón. A pesar de estar duro, no llegaba a tener una erección completa por el largo que tenía.

No tuvo que decir nada, apenas vio eso, Daniela se abalanzó encima de su verga y se la metió a la boca. Empezó a jugar con el glande y luego fue metiéndose la verga hasta lo máximo que pudo, atorándose y salivando encima de mí. Alvaro no tuvo que usar sus manos, ella solita hacia su máximo esfuerzo por meterla todo y atorarse. Esa verga la traía loca y en este momento de la noche no tenía ningún problema en reconocerlo.

Al inclinarse para adelante, Daniela dejó su culo más expuesto así que Carmen no perdió tiempo y se agachó delante de nosotros, pasando su lengua por mis huevos, la concha y el culo de mi mujer. Se escuchaba cómo besaba sus nalgas y mientras lo hacía masajeaba mis huevos.

Sentí una presión en mi pinga y de pronto Daniela soltó algunos quejidos de dolor. Era Carmen, quien se había puesto lubricante en un dedo y procedió a meterlo de a pocos en la vagina de Daniela que ya estaba ocupaba recibiendo mi verga.

- “Sshh aguanta esclava, todo esto es una preparación para lo que se vendrá luego. Lo haré suave, no quiero malograr este dulcecito tan rico que tienes entre las piernas”