La catequista madura I

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por toistois, 20 May 2024.

    toistois

    Cabo

    58%
    Mensajes:
    84
    Me Gusta recibidos:
    78
    Puntos de trofeo:
    10
    Hola cófrades, les comparto un relato que me gustó mucho y lo saco de mi baúl de recuerdos.
    Esto pasó hace dos meses en el pueblo donde yo vivo. Ella tenía treinta y tantos casi pegándole a los cuarenta, una mujer madura bien conservada que fuera de estar acabada tenía una silueta fenomenal. Si bien la edad se había llevado su delgadez juvenil ahora era más maciza y con caderas anchas.
    Su nombre es Norma y era la catequista de la iglesia de la colonia, una mujer blanca y alta de unos 1.75m, ojos verdes claros, su pelo era liso y castaño, labios carnosos, muy bonita de cara, porte aristócrata, unas tetas grandes que siempre cubría con su reboso, que si la mirabas fijo te dabas cuenta de su tamaño. Los domingos cuando ella iba a misa acostumbraba a vestirse de medias de seda negras, tacones de aguja negros y una falda un poco abajo de la rodilla, pero entallada, que marcaba sus piernas carnosas, haciendo ver una cintura breve que hacía resaltar sus caderas anchas y los enormes promontorios de sus nalgas grandes, redondas y carnosas.
    Ella era de una colonia de descendientes europeos que estaba cerca de mi pueblo. Norma al estar casada, con los años se dedicó más a sus dos hijos, uno de 19 dos años mayor que yo y otro de diez. Su esposo era un empresario, viajaba mucho y creo que no la atendía bien, por eso ella estaba iba a la iglesia dedicándose a la ONG de la iglesia a ayudar a la gente de mi pueblo que éramos de bajos recursos.
    Yo los sábados en la mañana iba a la iglesia no a rezar, sino sólo para escuchar su clase con tal de verla, me encantaba ver sus pantorrillas con esas brillosas medias de seda negras o de color carne, sus faldas ajustadas que marcaban la forma carnosa y respingona de sus nalgas hacían ver los bordes de sus calzones que se le marcaban en los cachetes de su culo, y sus blusas escotadas que escondía con sus rebosos; yo me hice miles de pajas en su honor…
    G: ¡Hola señora buenos días!
    N: Hola chico, ¡buen día!
    Era en ese entonces lo único que se me ocurría decir, así que me la pasaba yendo los sábados a la iglesia solo para darme mi taco de ojo ya que muchos hombres habían intentado comérsela y en el intento habían caído, era notorio que un yo escuincle de 1.60m, delgado y cara pálida tendría el mismo resultado. En mi grupo de la clase de catequesis yo era el más joven, pues mis otros compañeros que también deseaban a la señora Norma rondaban por los veinte.
    A diferencia de mis otros amigos, yo solía vestir informal con bermudas anchas y raídas, una remera gastada y con el pelo largo desordenado, algo normal a ser donde vivía, en una barriada de gente de bajos recursos. Mi madre se preocupaba porque no crecía mucho, y cuando llegué a mi adolescencia no crecí mucho, pero si mi pija creció bastante y siendo un poco gruesa, ya casi llegaba a los 20 centímetros más o menos cuando se paraba. Siempre agradeceré aquella preocupación de madre....
    Una tarde de jueves de diciembre, antes de las festividades que celebran en la iglesia, fui a la ONG a ayudar a doña Hermina una señora muy amable que administraba la ONG. Al llegar le pregunté por mis compañeros para ayudar a descargar unos víveres que habían llegado para mi pueblo, y doña Hermina me dijo que se habían ido con el Padre Evelio a ayudar a repartir otros enseres, pero que si quería podría ayudar a la señora Norma que estaba sola en el almacén. Al oír esto, no lo pensé y fui al almacén a buscar a Norma, al llegar ahí vi que ella estaba acomodando unas cajas, el show era fenomenal, verla agacharse y ver su tremendo trasero bien formado me puso dura la verga, vi que le costaba trabajo cargarlas así que como pude me moví y me ofrecí a ayudarle.
    G: ¡Déjeme hacer eso por usted!
    N: ¡Oh, que amable, muchas gracias!
    G: ¡Si! Usté no debería esforzarse tanto con esto!
    N: Lo hago por gusto, ¡así como tú que vienes todos los sábados a oír mi clase!
    G: Jajá, sí, ¡es muy interesante como usté nos adentra más en esto!
    Era lógico que no le iba a decir que iba sólo a verle las nalgas, así que quise me creyera un pan de dios.
    Terminé de ayudarle y simulando que iba por otra caja, me puse atrás de la señora Norma, ahí pude apreciar de cerca su ajustada falda roja que delineaba su culote bien formado y hacía ver los bordes de un calzón bikini que se le marcaba en ( V ) en medio de sus nalgas carnosas. Yo no podía más con mi erección que se empezaba a notar en mis bermudas, ella al voltearse con su sonrisa angelical me agradeció y como gratitud me dijo que tenía unos libros para jóvenes, y que si los quería …, solo que estaban en su casa, al oír eso sin dudar le dije que sí, entonces ella me dijo que fuera a su casa con una mochila ya que eran bastantes, yo solo le decía que si a todo, me dio su dirección, aunque yo sabía dónde vivía y me dijo que fuera a las 4 de la tarde.
    De camino a su casa, me crucé con dos compañeros de mi grupo de catequismo que se burlaron de mí, me dijeron que con mi cara pálida y pelo deshornado parecía un emo vagabundo, pues yo vestía una polera gastada negra, mi pantalón buzo de chándal gris y un tenis blanco que hace un año me habían regalado en la ONG. Ignorando la pregunta de a donde iba los dejé, muchas cosas pasaron por mi cabeza mientras iba a casa de la señora Norma. Llegue como dos minutos antes de las 4, toque la puerta con ansias, ella tardó unos minutos en abrir, no sabía cuál era su demora, pensé que no estaba y casi a punto de irme, abrió la puerta.
    N: ¡Hola, perdón por la tardanza, me agarraste ocupada!
    G: ¡No se preocupe señora, no pasa na…!
    Me quede mudo al verla, la señora Norma estaba hermosa con un peinado de coleta clásica, maquillada y con labios pintados de rojo, ella traía una bata celeste que apenas si cubría sus nalgas y sus tetas, dejaba ver sus medias nylon blancas y alcanzaba a ver sus ligueros del mismo color que se las sujetaban, más sus zapatos blancos de tacón de aguja se veía espectacular, ella ni se inmutó y me invitó a pasar, tapándose con su bata sus ricas tetas.
    Me pasó a su sala mientras me dijo que la esperara, que subiría a su cuarto y estaba conmigo de vuelta. Yo no pude evitar la tentación, así que la seguí sin hacer ruido, vi su puerta abierta y al asomarme, ¡madre mía! Estaba ella sin la bata mostrando su rico cuerpo, sus tetas se veían magnificas en brasier blanco, traía un calzón satín cachetero de encaje blanco que marcaba su tremendo culazo, sus muslos enfundados en medias de seda sujetadas en portaligas con ligueros blancos de satín y zapatos tacón de aguja del mismo color… uhm, inmediatamente se me puso dura la pija de verla así en esa lencería que sólo había visto en una revista porno que hace tiempo se la había robado a un compañero de catequesis.
    Ella escogía su ropa y en lo que lo hacía yo mordía mis labios y acariciaba mi verga por encima de mi chándal que ya tenía una enorme carpa, que rica se veía, no pude más y la saque y empecé a masturbarme viendo cómo se vestía.
    Estaba tan acelerado y metido disfrutando de su show, que al esconderme a un lado de su puerta no me di cuenta cuando terminó hasta que escuché su grito.
    N: ¡¿Qué haces?!!!
    G: ¡Uhm, se…!!!
    No pude hablar ya que en ese momento mi leche empezó a salir de mi verga con mucha potencia, salpicándole su falda y piernas.
    G: ¡Perdón!!
    N: ¡Escuincle del demonio! ¡Vete de mi casa ahora!
    J. Pero señora!! Yo…
    N: ¡Que te vayas, vamos vete, vete!
    Yo guardándome la verga y siendo empujado por ella bajaba las escaleras, me aventó la mochila y me estaba sacando con mucha violencia, traté de calmarla, pero ella no me escuchaba.
    N: ¡Aprovechado, pervertido, lárgate!
    G: ¡Discúlpeme señora, pero no pude evitarlo!
    N: ¡Eres un puerco, pecador igual que todos!
    G: ¡Perdón, es que usted es tan hermosa que no pude evitarlo!
    Una vez dicho eso, me dejó de gritar y me pidió que saliera de su casa, resignado estaba por irme cuando me detuvo para preguntarme.
    N: ¿En serio soy hermosa?
    G: ¡Es muy hermosa, la más hermosa de esta colonia sin duda!
    N: ¡Eres un endemoniado, soy una mujer mayor y casada!
    G: ¡Decirle hermosa no creo que sea un crimen!
    N: Eso no, pero masturbarte viéndome y en mi casa, eso es abuso, te tenía en un concepto Gabriel, pero bueno, ¡al final la carne es débil!
    Nos miramos fijamente, ella me mira de arriba abajo, yo hacía lo mismo, fue entonces que arriesgándome a todo me acerqué y le di un beso en la boca, no de lengua, pero sus labios rojos y los míos rozaron muy bien.
    N: ¿Qué haces?
    G: ¡Si muero hoy, habrá valido la pena, que hermosa boca!
    N: ¡Eres un niño!
    G: ¡Tengo 17 y creo que sería mejor que todos los locos que se le acercan!
    N: ¡Mejor vete, antes de que pase algo más!
    G: ¿Qué? ¿Qué quiere que pase?
    N: ¡Vete niño, aléjate y no quiero verte!
    Estaba resignado y a punto de salir de su casa, creyendo que había hecho muchísimo para mis posibilidades, cuando de pronto algo inesperado pasó. Me tomó del brazo jalándome a ella, y me comenzó a besar, yo no daba crédito a eso, sus manos agarraban mi espalda, su boca devoraba la mía, estaba como poseída, la catequista madura parecía otra.
    N: ¡Hace tiempo no pasaba eso, nadie me había hecho esto!
    G: ¡Que rico besas, eres una diosa!
    N: No, dios solo hay uno y espero me perdone, ¡pero necesito un hombre!
    Sus declaraciones me volvieron loco y ahora yo me lance a besarla, tocándole sus ricas y grandes nalgas, le magreaba todo ese culazo por encima de su ajustada falda beige, besándole el cuello, ella lanzaba pequeños suspiros de placer, finalmente tenía a esa hembra para mí.
    Quise llevarla a su cama, pero me dijo que ahí lo hacía con su esposo que prefería la colchoneta detrás de su buró, pero le pedí que fuéramos al cuarto de su hijo mayor, ella me dijo que era una locura, pero insistiéndole de forma amable ella aceptó. Fui tras de Norma que caminaba con sus tacones contoneando lentamente sus nalgas, ver los bordes de su calzón cachetero marcándole el culote sobre la falda me enfermaba la cabeza, mordía mis labios acariciando mi pija dura sobre mi chándal. Ya en el cuarto de su hijo, no pude resistirme y alzándome un poco le di un ardiente beso en la nuca, al tiempo que mis manos atrapaban sus caderas y le arrimaba en medio de su culazo mi enorme verga que amenazaba con romper mi chándal.
    G: ¿Señora hasta que hora va estar sola?
    N: Mis hijos están haciendo la tarea en casa de sus amigos
    G: Que rico me la voy comer a usté señora
    La señora Norma volvió su cara hacia mí y me obsequió con una sonrisa en la que me daba a entender que eso era lo que esperaba de mí, me empujó hacia atrás y lentamente ella se quitó la falda y la blusa, dejándose con las medias, sus tacones de aguja, el liguero, su calzón cachetero y su brasier que apenas si cubría sus ricas tetas.
    G: ¡Maldición, que buena estas!
    N: ¡Eso no es nada, antes paraba el tráfico!
    G: ¡Usté no solo para el tráfico si no también otra cosa!
    Ella se acomodó en la cama y yo comencé a besarle su hermosa piel blanca empezando por sus pechos y las rosadas aureolas de sus pezones, bajando lentamente a su abdomen un poco graso pero deliciosos, sus carnosos muslos, incluso la sensación de mi lengua encima de sus medias, me tenía durísimo.
    N: ¡Quítate la ropa!
    Obedecí la petición de la hermosa madura y mientras me despojaba de mi ropa ella se quitaba el brasier, le pedí se dejara las medias, sus tacones, su calzón y el liguero, le dije siempre tuve el deseo de cogerme a una señora en medias y tacones, ella con una sonrisa me cumplió mi deseo, yo estaba con mi pija súper firme, ella se acostó abriéndose de piernas y me abrió los brazos, supe que quería mi verga ya.
    N: ¡Que grande la tienes!
    G: ¡Tranquila no te lastimare!
    N: ¡Dale mi niño!
    ¡Guau! su declaración me puso más loco y poniendo a un costado la tela de su calzón empecé a metérsela suave, su peluda vagina devoraba mi verga gracias a su humedad, ella estaba igual de caliente que yo.
    Gracias a su religión, no usamos condón, eso me dio una sensación aún más rica cada vez que la embestía, mordiéndole sus grandes tetas blancas, ella gemía y se movía rico.
    N: ¡Dios, que rico, uhm, ah!
    G: Que buena estas, ¡soñaba con esto!
    N: ¡Más de 5 años sin sexo aah, había olvidado lo rico que era!
    Levanté sus piernotas y besándole los pies la embestía con fuerza haciendo rechinar la cama de su hijo mayor, eso hizo que ella comenzara a gemir riquísimo, pidiéndome que no parara, que continuara dándole mi verga. La empujaba con fuerza, le doblaba las rodillas hasta que chocaban con su cara y yo hincado la metía y sacaba por completo, sintiendo la calidez de su vagina como nunca en mi vida.
    N: ¡Aah, ah, sí, ah, aay!
    G: ¡Uhm, si, que rico, uhm!
    N: ¡Ooh, más, uh, siií, así, aah! ¡que rico!
    G: ¡Valió la pena todos esos sábados señora, agh!
    La acosté de lado colocando sus dos piernas dobladas con sus rodillas juntas, se le veía un trasero descomunal, en la pose de “cucharita” empecé a penétrala mientras mis manos acariciaban sus tetas aplastando sus carnosos pezones y su clítoris que también era acariciado con ansias por mis callosos dedos.
    En la tv apagada se reflejaban nuestra imagen de ella gimiendo, mordiéndome los dedos y siendo cogida por mí. Luego me acosté y ella subió a cabalgarme, que magnifico se veía su cuerpo, sus piernas en medias, sus tetas, era un manjar… yo me estaba comiendo a la señora catequista más deseada de toda la ONG.
    G: ¡Que suerte, uhm, que suerte!
    N: ¡Agradécele a dios, uhm!
    G: ¡Muévete, uhm, si así, que rico, por dios!
    N: ¡Ah, uhm, no use su nombre en vano, ah!
    Cabalgaba delicioso, que rico se movía, era una experta, ahora entendía por qué oí que su esposo era celoso, tenía un tornado como mujer y no quería compartirlo.
    Que rico se levantaba y dejaba caer con sus nalgotas, sus movimientos circulares me tenían a full, le mordía los pezones, ella se mordía los labios y gemía, era una experta en el sexo, me estaba dando la que hasta ahora considero la mejor cogida de mi vida.
    Se dio vuelta empinándose y clavándose solita, que monumentales se le veían sus nalgas, yo le agarraba los cachetes blancos de su culo estrujándole las nalgas como desesperado, y le di un par de nalgasos, yo seguía dándole una buena cogida, o más bien ella me estaba cogiendo a mí.
    G: ¡Que rico, uhm, ah, uhm, si así señora, uf!!
    N: Eso, siii, oohh, uhm, que rica verga, ¡ah!
    G: Uf, muévete mamasota, que nalgas, que piernas eres un manjar, ah, ¡qué suerte tengo!
    N: ¡¡Oh siií!! Aah!! te vas a venir?
    G: ¡Casi, uhm!
    N: ¡Yo también bebé, aaaahhh aay! ¡Oooh sí ooooh!
    Así, ella tuvo su primer orgasmo entre gemidos, temblores, y fuertes sacudidas, me dijo que mi verga era grande para ser un adolescente de mi edad.
    N: ¿Quién te aprendió a hacer estas cosas?
    G: Se aprende mirando películas porno.
    La señora Norma me hizo levantar de la cama y se sentó al filo de ésta, cogió mi verga acariciándola con sus finas manos, ver en su mano su anillo de mujer casada sobándome el pito me hizo sentir morbo haciendo que mi verga se volviera a poner dura, mi verga que ya apuntaba al techo salió bruscamente al encuentro de sus labios, que se apoderaron de él inmediatamente. Besando la cabeza de mi verga con sus carnosos labios pintados de rojo, se la metió despacio en la boca y comenzó a chuparla, la hermosa mujer blanca de la colonia y decente esposa besaba mi falo en toda su longitud y lo acariciaba tiernamente, lamiéndolo continuamente, chupándome el pito con voracidad y mirándome con sus hermosos ojos verdes claros. Cuando vio que me iba a correr, se detuvo y me dijo:
    N: hmmmm! Veo que eres un buen chico
    G: Gracias señora
    N: No entiendo cómo no puedes tener novia
    G: No se moleste por lo que le voy a decir; pero, su esposo tiene todo lo que un hombre desearía. Usté es hermosa, tiene un cuerpo de infarto, unas tetas grandes, un culo perfecto y unas piernas bien torneadas. Si yo fuera su esposo todas las noches la haría mía.
    N: Jajaja Gabriel, que cosas dices, me haces sonrojar
    En eso hice que se ponga en cuatro, tomé los bordes de su calzón cachetero de encaje y se los metí en medio de su blanco culazo dejándoselo como una tanga, ella volteó sorprendida a verme, luego me lancé en pos de sus blancas y carnosas nalgas para besarlas, darle chupetones, mordisquearlas y acariciarlas, metiéndole mi lengua en su ojete sonrosado, lo que la excitaba tremendamente, al sentir mi traviesa lengua moverse en su ojete, y me alentaba para seguir introduciéndola dentro de su ano.
    Con esta sabrosa comida de culo que le di a Norma, mi verga seguía dura y su culazo me miraba desafiante, procedí a meter lentamente mi enorme pito en aquel ansiado ojete, que le dio la bienvenida abriéndose a todo lo que daba, para luego accionar su esfínter y meterlo en su delicioso su culo, que lo atrapó inmediatamente. Después de unos cuantos empujones, mi vigorosa verga se metió hasta lo más profundo de sus entrañas, donde fue acariciado por las ardientes paredes anales, que lo apretaban y sobaban agradecidas de ser llenadas tan completamente.
    Teniendo atravesado totalmente aquel recto con aquellas carnes blancas que se removían delante de mí, me di a la tarea de removerle todo el interior de su intestino, con lo que ella empezó a quejarse cachondamente, expresándome la satisfacción que sentía al sentir rellenadas sus entrañas por una verga joven que colmaba todas sus ansias.
    Yo tomándola de sus caderas le empujaba con fuerza mi enorme verga estrujando con mis manos callosas sus nalgas enormes, hermosas, blancas, ansiosas, que me incitaban a perforarle el culo una y otra vez. La escena era muy morbosa: un escuincle, piel oscura, flaco, cara pálida y poco agraciado, clavando con su verga bien erecta el culazo redondo de una hermosa señora blanca casada de 39. Nadie se imaginaría que a esas horas uno de los chicos de la humilde aldea que acudía a las clases de catequesis le estuviera haciendo sexo anal a una de las señoras de la colonia que hacía voluntariado de caridad en la iglesia. La decente esposa que muchos en el pueblo la respetaban y otros la deseaban le entregaba las nalgas a un mundano escuincle adolescente.
    G: ¡Le gusta señora! Plaf plaf plaaaff plaaff plaaaff
    N: Si, así, que rico, uhm, no la saques, ¡¡ooohh!!
    G: ¡Ruégame puta! Pídeme que te reviente el culo
    N: Por favor no la saques, es pecado, ¡debes terminar dentro!
    G: Póngase frente al espejo señora
    Estando ambos de pie frente al espejo del ropero de su hijo, tenía a la señora más deseada de la colonia en lencería blanca con sus medias nylon sujetados por finos ligueros, su cachetero de encaje hecho tanga en medio de los cachetes de su culo y parada en tacones de aguja que la hacían verse imponente.
    G: Siempre quise cogerme a una señora en lencería
    N: ¡aaahh! ¡Nooo! ¡mocoso degenerado! ¡cómo puedes!
    G: mmmgff! ¡¡Señora nalgona en medias y tacones… mamacita!!
    N: ¡¡¡Oohh nooo!! Soy casada, esto no es correcto ¡aaahh!
    La mamá catequista sólo se agarraba de los bordes del espejo jadeando y gimiendo.
    G: ¡mmmgff que culazo tiene señora, que rico mamacita!
    N: ¡¡aaahh!! Eres un mocoso pervertido ¡¡aaahh!!
    G: siempre quise tenerla así, tan seria y tan puta calienta pijas
    N: ¡¡Oh!! nooo!! Esto no es correcto ¡¡Ooh!! ¡¡aah!!
    En el espejo podía ver el reflejo de nuestros rostros excitados, yo con mi cara pálida al sentir mi pene dentro del culo de ella y como era oprimido y Norma con los ojos cerrados mordiéndose el labio inferior. Ver a la señora Norma ensartada por el culo por un escuincle, flaco, cara pálida, pobre y poco agraciado que recibía ayuda de la ONG impresionaría a cualquiera.
    Con mi verga hinchada fui aumentando el mete y saca a un ritmo desenfrenado hasta hacerle una bomba dentro del culo de la bella señora Norma, que gemía de placer al sentir mi verga pistoneando su ojete entre sus carnosas nalgas blancas.
    G: Desde que usté llegó a la iglesia soñé con tenerla así
    N: Ayyyy ¿Siempre quiso cogerme verdad mi niño?
    G: ¡Si señora Norma, siempre me la quise coger por el culo! Todos mis compañeros de la catequesis sueñan con poseerla
    N: ¡¡¡Aaaaaaah!!! ¡¡¡Oooh!!! Esto no es correcto, soy la coordinadora de catequesis y me estás cogiendo por el culo ¡¡¡Aaaah!!!
    G: ¡Ooh Señora…, aag señora Norma…, ¡qué rico me la estoy cogiendo por el culo, señora…!
    N: ¡¡¡¡Ooohh!!! ¡¡¡noo!!!! esto es un pecado!!! soy tu profesora de catequesis ooh ahh aaahh!!!!
    G: ¡¡¡Toma toma!!! señoora nalgona!!!
    N: ¡¡¡¡Aaaaah!!!! Cógemeee así por Dios, cógemeeee!!! ¡¡¡Que ricooo sentir tu verga dentro de mí!!! Aaaaaaaaaaaah!!! Aaaaaaaah!!! Aaaaaah!!
    G: Le gustaa así señora Norma, le gusta que la cojan así de fuerte, ¿verdad?
    N: Oooh! Siií, siií niño pervertido, cójase a esta señora que tanto quería
    Aquello era digno de una escena porno, una hermosa madura blanca, de porte aristocrático, nalgas grandes, redondas y carnosas, vestida en medias, ligueros y tacones, siendo dominada y poseída por un desconocido escuincle mundano de 1.60m que recibía caridad de una de las señoras de la colonia en la ONG de la iglesia.
    Mis manos tomaban los encajes de las bragas de Norma como queriendo romper las elásticas de su calzón cachetero, el cuarto de su hijo se inundaba con el morboso ruido de sus blancas y carnosas nalgas sonando ¡¡¡¡plaaaaap!!!! ¡¡¡¡plaaaaap!!!! ¡¡¡¡plaaaaap!!!! ¡¡¡¡plaaaaaff!!!! ¡¡¡¡plaaaaaf!!!! que rebotaban deliciosamente y ahora estaban rosadas por las brutales y salvajes embestidas que yo le daba.
    G: ¡¡¡Que rico a la señora Norma por el culo!!! ¡¡¡¡mamacita en medias y portaligas!!!!
    N: ¡¡¡¡Oh Dios!!!! Queeee ricooooo!!! ¡¡¡¡Aaaaah!!!!
    G: ¡¡¡¡mamacita en medias y portaligas!!!!
    N: ¡¡¡¡Oh aaahhh!!!! Te estás cogiendo a una señora de la colonia ¡¡aaaaaah!!
    G: No diga eso señora que me voy a venir
    N: ¡¡¡Oooohh oooohh siiíiii!!! ¡¡¡Que enorme verga!!! Dame tu leche mocoso pervertido!!!
    G: ¡Ay señora! que rico se mueve, uhm, me vengo uhm, ¡me vengoooo!
    N: Si, así, que rico, no la saques es pecado … ¡¡¡¡Córrete en mi culoooo!!! Aaaaaaaah!!!
    Comencé a venirme dentro de ella, con mi verga escupiendo semen a borbotones dentro de sus carnosas nalgas y llenándole el culo de mecos hasta sus intestinos, ella se movía fantástico recibiendo mi semen…
    G: ¡¡¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah señora aaaaaaaaah!!!! ¡¡¡¡Toma mi semen aaaaaaaaah!!!! ¡¡¡¡Toma aaaaaaaaah!!!!
    N: Aaaaaaah¡!! oooH!! Siiiii oooH!! Siiiii mee encantaaaaa!!! Aaaah!!!!!!
    G: ¡¡¡¡Señora Norma aaaaaaaaah!!!! Mamaaciiitaaaaa!!!! aaaaaaaaah!!!!
    N: Que chorro tan fuerte…
    G: ¡¡¡Que rico culo señooraaaa!!!
    Que orgasmo, que placer, que cogida le había dado por el culo a esa mujer blanca y madura de la colonia que todos los domingos iba a misa vestida en medias seda negras, zapatos tacón de aguja, con esas faldas entalladas, que marcaban sus piernas carnosas y hacían resaltar los enormes promontorios de sus nalgas grandes, redondas y carnosas. Que rico morbo saber que muchos hombres habían intentado comérsela y en el intento habían caído, y yo un escuincle de 17 me la había comido.
    Se la saque mi verga del culo y aún con un poco de dureza y escurriendo mecos, ella se agacho y me limpio la verga con un papel especial que tenía cerca, luego me dio una mamada espectacular, de esas que te hacen venirte solo con unos segundos.
    G: ¡Dios que rico chupas, uhm!
    N: ¡Debo limpiarte, que rica semilla expulsa!
    ¡Que mamada! Una vez que terminó de chuparme y sacarme unas gotas más de semen, reposamos unos minutos, luego me vestí y admiré como ella se vestía aún con esa lencería puesta, sólo se cambió los calzones cacheteros por unas bragas bikini.
    N: No le cuentes a nadie, ni a tu mejor amigo ¡cometimos un pecado!
    G: ¡No te preocupes, gracias por dejarme estar contigo! No hago fama contando estas cosas.
    N: ¿Oye vas a querer los libros?
    G: ¿Para qué? usté me ha dado la mejor clase de mi vida!
    Eran casi las seis, después de despedirnos con un beso, me fui sabiendo que era el chico más feliz del mundo y que me la volvería a cachar
     
    toistois, 20 May 2024

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #1
    Manguera, Bisonte1977, Troyano69 y 5 otros les gusta esto.

    luiscontreraxxx

    Oficial

    Golden Provincias Peru
    25%
    Mensajes:
    226
    Me Gusta recibidos:
    472
    Puntos de trofeo:
    74
    Asu cofra vaya experiencia bien ah, cuenta otra experiencia que hayas tenido cuenta más con esta milf
     
    luiscontreraxxx, 21 May 2024

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #2
    A Milfshunter y carlosyami les gusta esto.

    MagodeHieloV2.0

    Recluta

    60%
    Mensajes:
    19
    Me Gusta recibidos:
    19
    Puntos de trofeo:
    3
    Género:
    Masculino
    Jajajaja en serio te has creído esa alucinación. Ya es la segunda que publica medio inverosimil. O sea, cofra, a ti fácil te pueden vender Machu Picchu
     
    MagodeHieloV2.0, 22 May 2024

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #3
    A Bisonte1977 le gusta esto.

    alekil

    Oficial

    63%
    Mensajes:
    264
    Me Gusta recibidos:
    179
    Puntos de trofeo:
    37
    Y si fuera fantasía cual sería el problema
    Porque acá todos tienen la pinga de 17cm para arriba pero el promedio peruano en artículos de prensa dice 13cm
    Y no veo a nadie pidiendo "la verdad"
    Si no te gusta una historia pasa de largo y fin
     
    alekil, 22 May 2024

    ¿Quieres

    Caletitas Reales
    Mejor Contenido
    Más Diversión

    ?

    #4
    A Bisonte1977 y gpepe les gusta esto.
Cargando...
Temas Similares - catequista madura
  1. Clown2345
    Respuestas:
    18
    Visitas:
    3.103
  2. Killava
    Respuestas:
    9
    Visitas:
    3.761

Compartir esta página