Micro aventura con una masajista de 19, que aún no acaba (ayuda cofra)

Mientras el microbús avanzaba a paso ligero por el tráfico, cerré los ojos, tratando de soñar despierto, reviviendo en mi mente cada una de las escenas que acababa de experimentar hacía menos de media hora con esta joven de 19 años. No pude evitar acercar mi mano izquierda brevemente hacia mi nariz para atrapar el aroma que aún persistía en mi dedo medio. Sí, ese aroma que una vagina joven, excitada y aparentemente poco usada deja. No me refiero a esos olores fuertes como a pescado que dejan las mujeres un poco mayores, sino a uno más suave y embriagador, propio de una jovencita que no llega a los 20. ¿Lo recuerdas, amigo? Ese mismo. Me recordaba a aquellos tiempos en los que yo tenía 17, 18, 19 años y las chicas me dejaban ese mismo aroma, que hacía años no percibía.

Al llegar a casa, no podía apartar de mi mente a la joven masajista. Para alguien como yo, que ya pasó los 30, no era común deleitarse con una chica tan joven que se ajustara a mis gustos: delgada, cabello lacio, carita bonita y menudita, la típica jovencita de instituto. Por ello, lo ocurrido este miércoles 8 de mayo me dejó gratamente sorprendido y a la vez un poco orgulloso, de haber tenido la audacia de permitir que sucediera. Simplemente con un poco de astucia, juego previo y confianza, aunque no en gran medida, pero creerme en el momento e ir con todo resultó ser acertado. Como dice el refrán, "mejor pedir perdón que pedir permiso". Aunque al final no fue algo extraordinario porque el momento fue bastante breve, me siento parcialmente satisfecho. Esto me llena de confianza para desenvolverme con más soltura en la vida y saber que los 30 podrían ser mi mejor momento.

Advertencia: Este relato no contiene escenas explícitas de sexo. Es más una narración larga sobre cómo un hombre puede encontrarse con cierta suerte al conocer a una chica simplemente desviando su camino. Si lo pusiéramos en porcentaje, sería un 95% anécdota y un 5% sexo. Si prefieres historias más directas y explícitas, este relato quizás no sea para ti. Pero si disfrutas de anécdotas, bienvenido.

Este es mi primer relato en el foro. Nunca me había animado a hacerlo antes (y eso que llevo años aquí), ya que sabía que iba a relatarlo con muchos detalles, como si se lo contara a un amigo cercano o un hermano, ya que al hacerlo me serviría también para revivir todo lo ocurrido en mi mente, y eso es precisamente lo que quiero hacer ahora. Si estás listo, ¡empecemos!

 

el olor a pescado podrido no es por la edad sino por un hongo que puede ser candida u otro, hasta puede ser una blenorragia o una ETS.