Solo se vive una vez

Bienvenido y buenos días, tardes o noches para todo el que lo lea.
Pueden llamarme Gino.
Comenzaré por resumir un poco de lo que encontraran en este lugar, mi apartado y lugar de catarsis por las próximas semanas. En este apartado contaré historias personales de lujuria, amor, desamor, traición y demás pasiones que me tocado vivir en mi corta, o quizás no tan corta, vida. Debo decir que siempre he querido compartir mis vivencias con otras personas, pero por mi trabajo siempre he tenido que mantener un perfil bajo. Por lo que desde el anonimato me alegro mucho de poder contarles mis experiencias.
Cada historia tendrá un título en particular en el que hablaré sobre los amoríos y mujeres que marcaron cada capítulo de mi vida tan al detalle cómo me sea posible. Espero que sea de su agrado.

 

CAPITULO 1
Parte 1 - La morena escultural: Disfruta que la vida es corta

Yo estaba pasando por unos momentos muy difíciles pues había terminado hace algunos meses con mi novia, con la que llevaba tres años, también tenía problemas personales que no vienen al caso mencionarlos ahora. En resumen, mi cabeza era un remolino y me sentía algo perdido. Aquella mañana que conocí a Paola recuerdo que me levanté tarde dado que la noche anterior había bebido en el matrimonio de un amigo y me tuve quedar a dormir en mi oficina pues no quise manejar hasta casa en ese estado. Yo terminaba de prepararme un café y me disponía a salir para ir a mi departamento cuando de pronto veo una joven morena escultural en la sala de espera y me quede ciertamente impactado por su figura.

Recuerdo que mi primera impresión fue de una joven morena de cabello largo negro; como de unos 30 años, me pareció; no muy alta como de 1.70 pero con los tacos seguro llegaba al 1.75 o 1.80; sin muchos pechos, pero con contorneadas formas; cadera pronunciada; un trasero exquisito y grande (el mejor de los traseros que había visto), piernas largas y trabajadas, se notaba que se ejercitaba. Usaba unos lentes que le hacían ver muy intelectual, un saco y falda de color negro que no logró ocultar sus formas provocadoras.



Luego de observarla a lo lejos me acerco a ella, ella se levanta a saludarme y yo solo atiné a preguntarle quien era y si estaba esperando a alguien. A lo que ella respondió que su nombre era Paola y que era una de las candidatas para un puesto de asistente en la empresa de mis papas donde mi hermano es el gerente. Luego de ello me presenté como el hermano del gerente, hijo de los dueños de la compañía y jefe de una de las áreas.
Por su acento pude notar que era de Venezuela. Si bien me impactó, traté de no darle tanta importancia. Le dije que le escribiría a mi hermano para que no olvidase esa entrevista y luego pase a despedirme.

Semanas después en uno de los proyectos en donde yo estaba a cargo, me asignaron como asistente a Paola. Ella me reconoció y nos saludamos. Almorzamos junto al equipo muchas veces, éramos cinco personas y todo esto con motivo de conocer más a las personas con las que trabajaría en futuras semanas. Durante esas semanas tuve oportunidad de conocer a todo el equipo y algo de sus vidas. Paola contó que era de Caracas, Venezuela; que tenía 25 años y que ya llevaba un par de años viviendo en Lima. Ella contó que le gustaba ir mucho al gimnasio, pero había dejado de ir porque empezaba a tener nuevos gastos.
Siempre que el trabajo fuese hasta altas horas de la noche yo solía llevar a cada uno a sus casas por cortesía por todo el apoyo. Ella era la que vivía más lejos por lo que siempre era la última a la que dejaba en casa y solíamos hablar un poco más, además siempre era agradable ver una figura tan atractiva.

Finalmente, el proyecto había llegado a su fin y decidí organizar una pequeña reunión en restaurante en Miraflores, dado que nos quedaba muy cerca de la oficina.
Aquella vez Paola asistió con un saco largo negro, que le cubría casi hasta los tobillos, que le hacía ver muy formal sin embargo cuando fue el momento de tomarnos una foto se quitó el saco y lo que llevaba puesto debajo me gustó mucho, aunque pensé que no era muy apropiado para el momento, era un vestido en realidad pequeño, solamente lograba cubrir su perfecto culo, el que dejaba ver que tenía puesto un hilo. En ese momento se robó la atención de toda la oficina, pero decidí no darle tanta importancia y seguir con la actividad.



Cuando termino todo, puesto que habían bebido, decidí llevar a mi equipo a sus casas y cuando llego el momento de dejar a Paola en casa me dijo si quería ir a otro lado, que era viernes, que era buen tiempo que no salía a bailar y yo no suelo salir con gente de mi equipo pues realmente no me gusta mezclar el trabajo con mi vida personal, me gusta creer que soy muy profesional por lo que atiné a decirle que no en ese momento, que tenía que trabajar al día siguiente. Ella no esperaba esa respuesta, me di cuenta por su reacción pues se quedó pensativa.
Decidí estacionarme un momento para comprar una botella de agua y ella bajo del auto conmigo, antes de entrar a la tienda ella me preguntó que, si le parecía una chica atractiva mientras se daba una vuelta entera, yo no pude evitar notar que se le asomaba un poco de sus nalgas y que ella lo había hecho a propósito. Esquive la pregunta, preguntándole si ella quería comprar algo, que yo invitaba a lo que respondió que quería una botella de agua también. Al regresar al auto, cuando ella subía al auto no pude evitar ver sus piernas, la falda se le había subido por tanto culo y se podía ver algo de su ropa interior, realmente tenía curiosidad por saber qué color era ese hilo que marcaba con esa falda tan pequeña, esto era un hilo negro.

En ese momento me dije a mí mismo que era un idiota por rechazar la propuesta de Paola, que la vida era una sola y que nuevamente tenía que empezar a disfrutar un poco, que mejor manera forma que cogiéndome a una escultural morena aunque eventualmente sería un problema tener sexo con ella pero que no era momento de pensar en ello. Ella se dio cuenta que le había estado viendo las piernas y con una sonrisa coqueta me pregunto si me gustaba ver sus piernas, Paola se dio unas palmadas en las piernas y dijo que era la parte favorita de su cuerpo luego de su culo. Me contó que antes era muy delgada pero que con una buena dieta y ejercicios logró cambiar su físico y ahora le gustaba lucir un poco su figura. Luego de eso decidió preguntarme nuevamente, y ahora con más confianza, si quería ir a tomar unas copas a lo que respondí que sí, escuchar el sonido de esa palmada en su cuerpo, su hilo negro y esas piernas ayudaron a aclarar lo que sucedería después.

...... continua en la parte 2

 

Buena historia y de como lo cuentas, y las imágenes ayudan a la imaginación, buen provecho y siga contando como termino ejercitando con la morena

 

Muchas gracias por la recepción . ★★★★★
Es para mi un placer compartir estas experiencias con todos ustedes.
Viene parte 2

 

CAPITULO 1
Parte 2 - La morena escultural: Disfruta que la vida es corta

Continuando con lo anterior mencionado en la parte 1.
Antes de comenzar, no apto para lectores sensibles.

Fuimos a un bar que esta por Barranco, era un bar algo oscuro, pero tenía una pequeña pista de baile cerca de nuestra mesa. Pedí una cerveza, ella un coctel y cuando empezó a sonar una bachata se puso de pie y empezó a bailar delante de la mesa como haciendo un baile para mí y sucedió lo que siempre sucede cuando estas con una mujer de esas que a donde vayan jalan muchas miradas, un tipo se acercó para invitarla a bailar. Yo me quedé callado y esperé a ver su reacción. Paola sin decir una palabra, moviendo solo los dedos y sin mirarlo le dijo que no. Me agradó esa reacción y pedí más cerveza para mí porque distraído con el espectáculo de ver ese culo de revista bailando para mí, había olvidado que tenía el vaso casi vacío.
Decidí ir un momento al baño, regresar sigilosamente para ver si aceptaba coqueteos con otra persona en mi ausencia y al regreso, vi como un tipo más se le acerba a invitarla a bailar y nuevamente rechazando con los dedos y sin mirarlo. Me gusto nuevamente su reacción y no hable al respecto.

Yo debo aclarar que soy de los que piensan que no puedes prohibir nada a tu pareja, que lo mejor es dejar ser libre a las personas y dejar que tomen sus decisiones. Regresando a la mesa sonaba una salsa sensual que se baila pegadito y empezamos a bailar, ella cada vez que podía pegaba todo su culo a mi cuerpo y comencé tocándole las piernas para luego llegar a su trasero, al que no podía sacar de mi mente desde que la conocí.

Al principio, mientras bailábamos, disimuladamente y luego con más descaro le daba nalgadas de rato en rato, luego ya le tocaba completa y podía sentir el relieve de su hilo en mis manos y ella con su mano acariciaba mi pene por encima del pantalón dándole apretones de cuando en cuando, eso me calentaba más. Empezamos a besarnos, era oscuro así que no tuvimos mucha vergüenza y parecía que estábamos cogiendo por la forma que nos besábamos. En ese momento solo pensaba en cogérmela hasta que le duela el coño. Le dije al oído que era mejor salir de ahí, que fuéramos a un hotel, ella accedió, tomamos nuestras cosas y salimos. Trate de buscar un hotel que tuviese algunas amenidades para poder divertirnos un rato. Tomamos un taxi y rápidamente llegamos. No había forma que maneje con copas encima.
De camino al hotel no pude evitar dejar de ver el movimiento de ese exquisito culo al caminar, el cual me lo comería completo, con ese vestido corto no dejaba mucho a mi imaginación.


Llegando pusimos algo de música, ella empezó a bailar y empezó a desvestirse, se quedó ropa interior, confirmaba mi sospecha de un hilo negro muy pequeño por delante que dejaba claro que tenía todo el coño rasurado y por atrás se perdía el hilo entre sus exquisitas nalgas. No hablamos mucho y empezamos a besarnos como degenerados.

Luego Paola interrumpió y dijo:
-Gino, me siento muy extraña con todo esto, pero sé que si no lo hago ahora luego me arrepentiré para siempre, así que quiero que hagamos el amor.

Yo solo asentí cabeza, como diciéndole que le entendía. Me senté en el borde de la cama, ella se arrodilló y me empezó a chupar el pene. Al principio un poco tímida pero luego se fue soltando. La música era muy buena y acompañaba el ambiente.

Me gusta ser juguetón, bromear un poco antes y le dije: ¿Sabes que hasta ahora nadie ha podido metérselo todo en la boca?

Me miró, se río y respondió coquetamente:
-Se lo que tratas de hacer Gino.

Luego de eso sin dejar de verme lo introdujo todo a su boca mientras jugueteaba con mis huevos con su lengua. Empezaba chupándolo poco y luego introduciendo cada vez más profundo. De rato en rato lo sacaba para tomar aire para luego seguir chupándolo. Era una mamada simplemente espectacular y algo sorprendido de que si haya logrado meterlo todo a su boca.

Para no dejar de seguir jugando con ella luego le dije: ¿Eso es todo lo que puedes?

Ella sin quitarme los ojos de encima, introdujo mis huevos en su boca por unos segundos y luego lo saco de su boca con algunas lágrimas en sus ojos. Eso fue algo realmente sorprendente y fue la primera vez que me lo hacían de esa forma.

Paola: Ya vez que si pude. Yo puedo eso y más.
Gino: Ahora lo creo Paola.

En ese momento yo estaba muy excitado. Le pregunte como le gustaba el sexo, duro o suave. Que si le gustaba que le hablasen sucio. Me gusta ser un cavernícola en el sexo, pero siempre he visto valorada mi cortesía de preguntar primero. Ella respondió con una mamada profunda, metiéndose mi pene y bolas a la boca nuevamente. Fue una gran forma de responder y entonces supe que le gustaba el sexo duro.

Le dije que abra la boca y diga la letra “A”. Luego le agarré de la cabeza con fuerza y empecé a follar la garganta brutalmente. Me gustó oír como se ahogaba, eso me calentaba mucho. De rato en rato sacaba mi verga de su boca para golpearla en la cara y note que eso le calentaba más todavía porque hacía unos gemidos y ella lo agarraba para frotarlo en toda su cara.



Le agarré del pelo, la levante, le di una palmada fuerte en el culo y la tiré a la cama.
Le dije: apóyate en la cama puta, quiero ver ese culo moverse.
Paola coloco sus manos en la cama, levantando su culo con el hilo todavía puesto empezó a mover el culo de un lado al otro dándose nalgadas y abriendo su culo.

Paola respondió: "lo tú quieras papi, soy tu puta quiero que me rompas toda"

En ese momento yo ya estaba volando y ella solo lograba provocarme más. Era tal como lo imaginaba, era un culo exquisito, grande, bien formado que daba una curva pronunciada en su cuerpo con una cintura muy pequeña. Le agarré, le comí el coño y el culo un rato. Antes de follar a Paola por el coño, dí un vistazo a el culo que estaba a punto de follar, puse su hilo para un costado y procedí a introducir suavemente la verga, pero al darme cuenta de que Paola ya tenía todo el coño mojado lo metí todo sin dudarlo y escuché ese rico gemido que a todos nos encanta escuchar. Le agarré del cabello con una mano y con la otra le daba nalgadas mientras me la follaba por el coño. Sacaba toda la verga para luego volvérsela a meter y ver como su coño dilatado iba quedando abierto.

Yo como siempre, quise jugar un poco más y probar hasta donde podía llegar e intencionalmente me equivoque y se lo empuje por el culo en una de esas que sacaba toda mi verga para meterla. En ese momento Paola dijo que no lo había tenido nunca sexo anal pero que si lo había intentado con su anterior novio pero que no lo había logrado.

Le agarre del pelo nuevamente, la lleve al suelo para que se arrodille y me la chupe nuevamente. Para ese momento, estábamos teniendo sexo sin condón y yo tenía condones mis únicos tres condones que siempre llevaba en mi auto para emergencias. Procedí a abrir los tres condones, los frote en mi mano y junto a la saliva de Paola, lubriqué mi pene. Por su cara entendí que no sabía lo que iba a suceder y me preguntó qué era lo que tenía planeado.

Le agarré del pelo, la levante y la tiré a la cama.
Le respondí: Las putas no hacen preguntas, pon las manos en la cama y abre el culo para mí. Te voy a reventar el culo como la puta que eres.

En ese momento Paola puso las manos en la cama y no me quito la mirada, tenía una mirada de puta pidiendo verga, no dejaba de morderse los labios. Sabía ahora lo que iba a suceder, le iba a romper el culo. Y así fue, le rompí el culo, sangró. Pero entre sangre, su saliva y lubricante de condones pude probar ese buen culo que no había salido de mi cabeza y ahora lo estaba clavando completo. Un rato después eyaculé todo dentro de su culo, seguí clavándomela sin parar, pero esta vez todo la leche que tenía adentro ayudaba a lubricar por lo que dejo de sangrar y ahora era hora de follarla aún más fuerte. La llevé frente al espejo, y veía su cara, me gusta ver las caras de mis parejas cuando me las cojo. Le agarré de la cintura y con unas fuertes embestidas golpeaba culo hasta hacerlo rebotar cada vez que la clavaba. Me gustaba ver su cara de dolor y placer cuando sacaba toda mi verga de su culo y lo metía todo nuevamente, también me excitaba ver como su ano dilatado iba quedando todo abierto.

De rato en rato, Paola me gritaba: “Gino soy tu puta perra, párteme”. “Hay Gino eres un rustico”
Era la primera vez que alguien me llamaba “Rustico”, pensé que podía referirse a una persona tosca. No pregunté nada al respecto, pero me gustó. Eyaculé nuevamente dentro de su ano y pensé que era momento de una pausa.

Le pedí una pausa. Esa morena, me había hecho eyacular dos veces dentro de su culo. Necesitaba una pausa. Le pregunté si quería pedir algo para tomar puesto que yo iba a pedir agua al servicio de habitación. Ella estaba viéndose el culo en el espejo, había un camino de semen corriendo de su culo a su pierna, y viéndome a la cara se limpió con la mano y se chupo los dedos. Luego camino al baño en busca de algo de papel.
La sensación ver esa diosa venezolana morena de cuerpo perfecto y culo grande, mover las nalgas con marcas de sangre por haberle roto el ano y chorreando mi leche por todas sus piernas, es algo que no olvidaré jamás.

Repetimos lo mismo una vez más por el culo y el coño. Los gritos esta vez eran más fuertes. El culo tenía semen adentro y no fue necesario volver a lubricarlo. Cogimos hasta quedarnos dormidos.



En la mañana siguiente, al despertar yo tenía una reunión de trabajo y tuve que ducharme temprano. Al regresar de la ducha ella seguía durmiendo, la sabana dejaba ver las formas de su escultural culo. Al escuchar que tomaba mis llaves se despertó, le dije que no era necesario que se levante, que debía seguir descansando. Ella me contesto que se quedaría un rato más para descansar, pero antes quería despedirse de mí, luego se arrodillo y comenzó a chuparme el pene como una puta tragándoselo todo, hasta sacarse lágrimas. Le dije que si seguía chupándolo así eyacularía en su boca, ella contesto que esa era la idea. Cuando ya estaba a punto de estallar ella pego con fuerza mi cuerpo hacia ella con sus manos, haciendo que todo mi pene entre hasta su garganta. Eyacule en toda su boca, y luego se lo tragó. Luego Paola se limpió la leche restante de la boca, se puso de pie y me dio un beso dijo: “Ahora ya te puedes ir a trabajar Gino, ¿nos vemos luego verdad?”


....Continuación en parte 3

 

Alaaaaaaaaaa que tal escritura cofrade, la historia, las fotos, todo suma a una buena anecdota. Esperando con ansias la continuacion.

 

Prosiga doc

 

Gracias por los comentarios señores. Disfruto haciendo esto, tanto como ustedes leyendo. Es como volver a vivir. ★★★★★
Viene la tercera y ultima parte.

 

CAPITULO 1
Parte 3.1 - La morena escultural: Disfruta que la vida es corta
Antes de comenzar. Esta ultima parte es un poco larga por lo que lo dividiré en tres partes (3.1 , 3.2 y 3.3)

Retomando lo anterior.....

Asentí con la cabeza y me retiré.
Era la primera vez que alguien se despedía de mi con una mamada. Paso por mi mente que podría acostumbrarme a eso, pensé que ojalá así fuese todos los días porque me logró dar una vibra muy positiva durante todo el día. Me sentía el rey y solo pensaba en verla nuevamente para cogérmela.
Días después, decidí escribirle para almorzar. Pensé que podía ser un buen plan conocerla un poco más así que le invité a un restaurante cerca de la costa verde, quería un lugar sin mucha gente y con mesas separadas como para poder tener una conversación algo privada.

Yo en esa oportunidad quería aclararle a Paola que no podía haber ningún tipo de relación entre los dos mientras que ella siguiese trabajando para la empresa de mis padres, que si quería algo tenía que renunciar. Y que aun así dejase de trabajar para la empresa, no le podía asegurar que tuviésemos una relación de pareja como tal. Dudoso del resultado pues no quería dejar de cogérmela y con cierto temor por recibir una respuesta negativa, se lo diría más tarde en el almuerzo.
Ella asistió a mi invitación con un jean ajustado que dejaba ver las llamativas formas de su cuerpo. Unas piernas, cintura y culo hechos para el sexo. Tan solo verla me generaba erecciones Paola.



En la comida, ella me confeso que se sentía atraída por mí desde que me conoció. Y que el próximo lunes presentaría su carta de renuncia.
Y así fue, renunció.
Sorprendido de su decisión aquel lunes cancelé todas mis reuniones, me tomé el día para descansar y follamos todo el día en un hotel club. Solamente éramos amigos, pero comenzamos a coger primero una vez por semana luego dos, luego tres y luego todos los días cuando empezó a vivir en mi departamento. Siempre se despedía con una mamada y me deseaba suerte antes de ir al trabajo.

Fue mi mujer sin casarnos y sin que nadie supiese lo nuestro. Vi también que se ponga anticonceptivos para evitar sorpresas y la acompañaba a sus controles. Ella no trabajaba y vivía en mi departamento, pero yo procuraba que no le falte nada y ella se encargaba de todo el departamento, siempre me hacía bocadillos para el trabajo, me preparaba el desayuno y se hizo una agradable costumbre que antes de ir al trabajo siempre me chupaba la verga hasta eyacular en su boca. Así, fielmente durante más de un año. Yo no iba tanto al gimnasio honestamente, pero empecé a ir con ella unas semanas. Le inscribí al gimnasio con la idea de mantener el culo de Paola en buena forma para yo poder disfrutarlo cada noche.



...........Continua en Parte 3.2

 

CAPITULO 1
Parte 3.2 - La morena escultural: Disfruta que la vida es corta

Nos fuimos de viaje unas veces a España , nos gustaba porque había muchas playas solitarias donde me la cogía como una puta al aire libre y decía que le gustaba porque podía gritar sin que nadie la pudiese escuchar. También le gustaba tomarse fotos en provocadoras con mensajes calientes donde me adelantaba la lencería que usaría en la noche. Gastar un poco tuvo sus recompensas.

Con el paso de los meses note que ella había empezado a tener cada vez más cariño por mí y ciertamente, yo también. Ambos habíamos hablado mucho al respecto, durante nuestro tiempo a solas y cuando viajábamos nos sentíamos muy cómodos juntos pero el establecer una relación nunca fue un tema. Sin embargo, en algún momento de embriaguez en la alguna playa, me llegó a confesar, en palabras propias de Paola, que ella sentía que se había convertido en una mi puta pero que no le molestaba porque esperaba algún día enamorarme, que se había vuelto adicta a mi leche. Pero que también sabía que todo acabaría eventualmente.

Yo no le creí nada. Ya he vivido lo suficiente para saber leer a las personas. Ella quería coger, le gustaban los viajes y regalos, pero no era algo más. He aprendido con los años que las acciones pesan más que las palabras, que no es lo que dices sino lo que haces. Y yo no creía las palabras de Paola. Ya antes había salido con mujeres como Paola, eso me dio algo de experiencia. En algunas ocasiones la probé y me di cuenta de que ella solo estaba conmigo porque le daba un estilo de vida que le gustaba.

Ambos sabíamos la verdad, pero queríamos vivir de cierta forma en nuestra mentira hasta que alguno encontrase algo mejor o convenciese al otro de enamorarse. Luego de probarla y ver la realidad empecé a tener una visión más clara y en los próximos meses ocasionalmente tenía encuentros con alguna otra mujer puesto que al final de todo yo estaba soltero.

A Paola le gustaba ir al gimnasio los lunes, miércoles y viernes un par de horas. Un jueves cualquiera, yo regresaba temprano del trabajo y tenía la idea de cogerme a Paola antes de que se fuese al gimnasio, me gustaba mucho como le quedaba su ropa de gimnasio, le resaltaba mucho el culo, eso me calentaba mucho y antes de que saliese a entrenar solía echarle algo de leche en el coño.

Sin embargo, esa tarde, recibí una llamada inesperada. Procedo a contestar la llamada y luego de un silencio escucho la voz de Caro. Caro o Carolina era mi exnovia, con la que había tenido una relación de tres años, una historia que amerita su propio capitulo.

Era casi de medio año que no escuchaba su voz. Se me hizo un nudo en la garganta. Como adelanto al próximo capitulo, Carolina es una joven mujer de unos 21 años para ese entonces, cabello negro, de rostro angelical, culo generoso, tetas generosas y caderas anchas.

Carolina me dijo estaba con dirección a su casa cuando de pronto la moto que estaba manejando había dejado de funcionar y quería saber si yo la podía ayudar porque ella no sabía nada de mecánica.
Yo sabía bien que todo eso era una excusa porque ella sabía bien que yo tampoco se nada de mecánica. Supe en ese momento que me buscaba nuevamente por sexo. Ella antes ya había inventado excusas para vernos y finalmente terminábamos teniendo sexo, yo por mi lado sabía bien que todas eran excusas y me la cogía. Nos inventábamos excusas para coger, pero ni hablar de tener una relación de pareja nuevamente. Por un momento pensé en decirle que no, que no estaba cerca y evitar tener contacto con ella. Además, yo quería iniciar una nueva vida y no lo lograría si la seguía viendo.

Sin embargo, finalmente decidí atender su llamada e ir a ayudarla. Realmente tenía en mente ayudarla, luego irme y seguir con mi vida. Pero no fue hasta llegar a verla de frente que había correspondido su excusa nuevamente. Vestía un pantalón negro que resaltaba su cadera y culo, y un escote grande que resaltaba sus tetas.

..... continua parte 3.3 y última parte

 

CAPITULO 1
Parte 3.3 - La morena escultural: Disfruta que la vida es corta

Llame a Paola antes de encontrarme con Caro y le dije que se podía ir al gimnasio, que no me esperase. Me aseguré de que Paola dejase el departamento y entonces salí a buscar a Carolina.

Terminamos cogiendo en mi departamento por un par horas y perdimos la noción del tiempo. Profundizaré en los detalles del encuentro en su propio capitulo. Era hora de mandar a Caro a su casa, Paola podía regresar en cualquier momento y de hecho así fue. Justo cuando estábamos en recepción Paola entraba al edificio y vio a Carolina despedirse de mí, ambas cruzaron miradas, pero Carolina no sabía quién era Paola. Carolina ni nadie sabía lo de Paola y yo. Paola, sin embargo, si conocía a Carolina por alguna foto que le compartió algún trabajador de la empresa cuando trabajaba para mis padres.

Paola algo sería, pero no diría que enojada, me dijo que era yo muy bueno para hacer mis travesuras, pero tenía que ser mejor. Me reí por dentro por su comentario, yo esperaba algo más de enojo de su parte.
Quise responder que, en realidad, soy muy bueno haciendo mis travesuras, solo que no me importaba que Paola me viese, quería de cierta forma que entendiese que solo era sexo lo que había entre los dos, pero preferí guardarme el comentario.

Ella no menciono más el tema, subimos al departamento y me cogí a Paola. Me daba igual lo que pensase no quería perderme ni un solo día de poder follarme ese culo exquisito. Aquel día me cogí a las dos. Fue inolvidable. Sentí que la forma de marcar su territorio era por medio del sexo en ese momento.



Luego de eso, no volví a ver más a Carolina y seguí mi vida con Paola, mi morena de fantástico culo. Ya había transcurrido casi un año desde que Paola empezó a vivir en mi departamento y habíamos logrado disfrutar mucho el uno del otro, viajamos juntos, vivimos muchas experiencias juntos, el sexo era realmente bueno y siempre recordaré que nunca me fui al trabajo sin una de sus buenas mamadas. Pero sentía al igual que ella, que eso terminaría eventualmente.

Para esas fechas empecé a viajar mucho a diferentes provincias del país por temas de trabajo. Esa era mi salida y la tomé. Yo estaba muy contento porque era una gran oportunidad para mi porque representaba un ascenso y además podría conocer nuevos lugares, era una gran oportunidad de probar nuevos sabores. Paola decidió quedarse en Lima, ella ya había empezado a trabajar nuevamente en otra empresa y viviría con una de sus amigas. Ella dijo que nos podíamos seguir viendo los días que me tocase volver a Lima y así fue los dos primeros meses. Luego solo nos encontrábamos ocasionalmente para tener sexo, pero poco a poco se fue perdiendo todo el contacto.

Y así fue como terminó uno de los mejores capítulos de mi vida. Pero también había iniciado simultáneamente uno nuevo, uno que valdría la pena ser relatado.

 

Buen relato cofrade me encantó de principio a fin, algo malandra la forma de vestir de Paola , se entiende por qué no la quizo formalizar .

 

Que buen relato cofra. Muy bien estructurado.

 

Muy buen relato, las fotos ayudan a imaginar todo el sexo qué has disfrutado con la morena. Prosiga con sus experiencias.

 

gracias por los comentarios reyes.

 

Nos regala otra entrega más con la Veneca con fotos ?

 

continue compa... se ve interesante el relato

 

Bien bro. Que buen relato