Analizando una chibola playera

Continúa cofra que tal te fue con tu ex

 

Yo creo que viene el remember con las dos. Buen relato cofra. Muchas gracias.

 

Man, solo hubo remember con Chio, que estaba separada, con Mell no hubo nada, ni habrá, ella ya está feliz con su esposo y no seré yo quien rompa ese equilibrio. A veces hay que dejar atrás las cosas que a uno le gusta con tal de que la otra persona siga avanzando.
Saludos,

 

Ya luego de la fiesta y continuando con mi quehacer diario, decidí escribirle a Chio: "Hola, ese día era tu fiesta y no la de tu hermana eh" Ella: "Manu, sí, necesitaba despejarme, no te imaginas lo mal que la he pasado este mes". Gente entre conversa y conversa me contó que se había separado de su esposo y que se había venido de Trujillo con sus dos hijos. No quise ahondar más, porque sino eso se iba a tornar en algo incomodo así que cuando me preguntó como estaba yo, le dije la verdad, estaba separado de mi esposa; pero, que si todo iba bien pronto iba a regresar con ella; pues, ya habíamos arreglado muchas de nuestras diferencias.
Ella me animó y me dijo que si yo tenía tiempo para que la acompañe un rato al colegio de sus hijos para recoger un par de rotafolios y otras cosas de una exposición y que en cole ya la habían llamado para que lo retire. Asumí que era algo rápido y acepté sin dudarlo, gente hasta ese momento solo había bailado y conversado con ella en la fiesta de su hermana; pero, nada más porque en esa misma fiesta estaba su papá y no quería dejar una mala imagen de mi persona.
Así enrumbé a recoger a Chio a la casa de sus padres y al esperarla en el carro aproveché en salir a comprarme una botella de agua para mi y otra para invitarle a ella. Justo cuando estaba regresando al carro, la veo salir de la casa y estaba con un jean a la cadera que la marcaba a full y un body que cubría toda la parte superior de su cuerpo, se le veía como todo una MILF. Ella siempre fue guapa, pero luego de sus dos embarazos se torno más gruesa y creo que tampoco hacía mucho ejercicio que digamos, así que si bien tenía un cuerpo voluptuoso no era la figurita que me había comido hace muchos años atrás. Al verla así, la saludé, le abrí la puerta del carro y salimos rumbo al cole de los chibolos, recogimos lo que teníamos que recoger y aproveché en invitarle un jugo en lugar cercano al colegio. En el lugar éramos casi los únicos y eso me jugó a favor porque Chio se mandó con todo, me contó con lujo de detalles como su esposo la había engañado con la empleada de la casa (era una veneca chibola, estas venecas sí o sí van con todo) mientras ella trabajaba; el man tenía sus negocios en Trujillo y casi siempre trabajaba desde la oficina de su casa y solo una o dos veces a la semana iba presencialmente a supervisar todo.
Al final Chio se dio cuenta que la engañaba, cuando un día llegó temprano del trabajo (ella trabajaba como decoradora de interiores y tenía a cargo esa actividad en los negocios de su esposo, claro todo a propuesta de él, justo luego de contratar a la veneca en la casa) y los encontró de casualidad a ambos en la ducha de su habitación, mientras su esposo la tenía clavada a la veneca (al parecer el sonido del agua cayendo no le permitió al esposo darse cuenta que alguien había llegado). Según Chio él se disculpó, boto a la veneca de la casa, quiso arreglar las cosas; pero, ella estaba muy dolida así que decidió regresarse a Lima por un tiempo hasta que decida que hacer. El man la llamaba siempre y nunca le hizo faltar nada a sus hijos, pero aun no venía a Lima porque quería que el tiempo sane un poco su relación. Chio estaba muy dolida, pero también sabía que no podía tirar por la borda todo porque tenían hijos juntos y a pesar de todo ella aun sentía algo por él, yo escuché todo atentamente y le ofrecí mi amistad para lo que necesite; pues a pesar del tiempo yo aun la apreciaba mucho y siempre la recordé con cariño. En ese momento decidí guardar mis colmillos y asumí que nuestra relación solo sería de amigos, la pasé muy bien con Chio y ella me invitó a tomar un desayuno al día siguiente (era sábado) yo le dije que sí y la lleve nuevamente a la casa de sus padres.

 

A la mañana siguiente fui a recoger a Chio, pensando que ibamos a ir a tomar el desayuno a uno de los muchos restaurants que hay por ahí, pero no, ella se subió al carro y me dijo, "quiero que me lleves a tu casa", como vi que traía una especie de maletín asumí que ahí estaban los panqueques o el termo del café y así enrumbamos a mi casa, ya en el camino íbamos conversando de lo más normal. Pero, al entrar a mi casa, la cosa cambió, apenas ingresamos y cerré la puerta Chio se dio la vuelta y mi me metió un beso tan profundo que la pinga se me paró en una. Yo no me hice de rogar y comencé a acariciar ese gran culote que Chio siempre se manejó y para mi sorpresa aun estaba bien proporcionado y suavecito. Ese jean que llevaba estaba a punto de reventar por el culo te de Chio, pero yo igual disfrutaba de amasar nuevamente semejante culo. No sé cuanto duró el beso, pero lo que sí recuerdo es que después de besarnos ella bajó el buzo que llevaba puesto y me mamó la pinga como si fuera su chupete favorito, ella siempre fue buena chupando, pero había olvidado lo rico que movía la lengua cuando succionaba mi pinga.

 

Chio no era Mell y por más caliente que estuviera no me la iba a tirar a pelo, busqué mis condones en mi habitación y cuando regresé a la sala Chio no estaba, carajo donde se había metido, luego escucho "Manu estoy en tu oficina, ven", caminé hasta mi oficina y vi un mantel tendido en el piso y sobre el mantel Chio completamente desnuda echada boca abajo y mostrándome todo su culazo recontra cachetón. Me moría de ganas de meterle su buena chupada de concha; pero, conociendo a Chio fácil desde que se peleó con su esposo habrá tirado con uno o dos patas más, así que mejor pensé con la cabeza de arriba y me aguanté las ganas y solo me conformé con darle sus buenos besos a ese culazo que estaba a mi total disposición. Amasé ese culo cuanto pude, acaricié esa suave espalda y me monté sobre su su espalda para acomodar la punto de mi pinga en la entrada su rica y mojada concha, era una perra riquísima y mientras se la iba metiendo, le iba diciendo al oído que "esa concha siempre será mía y la abriré cada vez que yo quiera", la muy perra gemía de placer y solo balbuceaba "soy tu perrita, quiero que me partas como solo tú lo sabes hacer". Luego de esa penetración inicial, sentí que esa concha aun ajustaba y me moría de ganas por comprobar si ese culo aun tenía el ajuste de cuando era una chibola veinteañera. La acomodé en perrito y ese hermoso culote mostraba un ano marroncito claro, en señal de que sí había sido utilizado en este largo tiempo que no la veía. Le metí sus buenas nalgadas mientras le abría la concha y preparaba el camino para gozar de ese ano lleno de pliegues canelitas, ¡que rica concha! Las cesáreas habían ayudado a conservar esa vagina casi intacta a pesar de los años y yo la estaba disfrutando, cual perro callejero que monta a una perra lunada. Chio gemía, mordía el mantel, intentaba estirar sus manos para arañarme, pero sus intentos eran en vano, la tenía bien controlada y con cada embestida mi pinga abría más y más esa concha de perra en celo, Chio nunca dejó de ser caliente, los años no había mellado su fuego interior, fácil esta puta se habrá comido sus buenas pingas en el norte y el cornudo ni enterado; pero que más daba, yo la tenía a mi disposición y no pensaba dejarla ir sin dejarle bien irritada esa concha y con un hueco ancho y profundo en su culo.

 

Mientras la penetraba le decía al oído "que rica perra eres, tu concha me succiona la pinga como si fuera tu boca" ella estaba recontra caliente y mientras amasaba sus pezones sentía como se quebraba más, ese culo carnoso me hacía ojitos y yo estaba tan loco que le metí un escupitajo al culo y le metí dos dedos para ir abriendo ese rico ano marroncito. Como estaba aguantado, le metí full velocidad y en pleno perro siento como Chio suelta un quejido y empieza a chorrear todos los jugos de su concha, había llegado y poco a poco se fue recostando nuevamente en el mantel. Gente me tiré al piso y con voz firme le dije "Móntame perra, que no vez que aun tengo la pinga dura", para que le dije eso, la flaca se recompuso de inmediato y dándome la espalda se metido poco a poco mi pinga en esa recontra mojada, que buena vista tenía, ese culazo estaba rebotando sobre mi cuerpo y si bien ya no era una chibola, era una cacheraza y tenía un rico culo que muy pocas mujeres a su edad podrían tener. Esa mañana Chio me deslecho tres veces y en el último polvo ella solita se acomodó para que le de un full anal, que rico ajustaba ese culazo y como ella aun no había comido, cuando saqué mi pinga salió limpiecita, esa perra si que que sabía como dejar seco a un hombre. Para terminar el último polvo la puse en pollito tomando agua y estando yo de pie me puse en modo inflador y le di con tanta fuerza que creo hasta mis huevos querían meterse dentro de ese culazo. Que buena vaceada me di, el condón salió repleto y al retirar mi pinga de ese culazo, solo quedó un hueco ancho como mi pinga y profundo como un pozo de placer. Terminamos de cachar a eso del medio día, pero después la hice caminar por mi casa completamente desnuda, para que recordará viejos tiempos y de paso se le haga costumbre el andar así cada vez que venga a visitarme.
Carajo no quería despedirme de esa hembra, era culonaza y cada vez que me hablaba se le notaba que a pesar de los años seguía igual de caliente como cuando era chibola. Pero, ella era casada y sin decirlo con palabras yo podía deducir que ella igual iba a regresar con su esposo; pues, los hijos que tenían juntos era un lazo que no había forma de romper, además Chio siempre fue interesada, siempre estaba buscando la comodidad y que la mantengan como ella quería y eso se lo aseguraba su esposo norteño.
Así me tuve que despedir de Chio y dejarla ir y esta vez sabiendo que se iba a ir al norte a cachar con su esposo para arreglar las cosas entre ellos.

PDTA. Chio me dejó sin leche y me di cuenta que los años no pasan en vano, me metí tres polvos con Chio, pero literalmente ya no daba más, estaba trapo. Pero, estoy seguro que cuando su esposo se la tire notará que ese culo esta recontra más abierto de como lo dejo, fácil ahora Chio puede decir que le rompieron el culo, literalmente. Ah me olvidaba, Mell me llamo para decirme si me gusto el regalo que me preparó por haber aceptado ser padrino de su peque. (el regalo era el culo de su hermana)
Saludos gente