La prostituta infeliz

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Conocí una colombiana (2015). Camila de 26 abriles, cabello lacio negro azabache, rostro bonito, de piel blanca, operación en los senos que no eran la gran cosa, media 1.65 que para mí era bajita y no era tan exhuberante su cuerpo que me gustaba lo natural que se veía su cuerpo, por eso tomé el servicio.
En ese año yo no pasaba de los 23 años, empezaba a ser parroquiano pero tenía muy claro lo que quería. Si quería sexo tendría que buscarme una puta y pagar por el servicio, ya que no tenía ganas de tirar mi tiempo enamorando a alguien para tener sexo, por que mi cabeza estaba en otras cosas que el placer lo tenía que buscar rápido y sin compromiso. Eso hizo que sea frío y distante con las putas.

Estaba por pueblo libre (11:00 a.m.) cuando me entró el demonio y a toda costa quería tener sexo, saque el teléfono y empecé a buscar anuncios (Siempre con el miedo que algún transeúnte vea mi teléfono y se veas un culo o tetas), llame a números sin ver fotos, ya que solo quería cualquier chica para quitarme las ganas. Llamé a varias sin respuesta positiva, seguía intentando hasta que me contestó una chica con acento típico de Colombia.

Llamada: Precio, servicio y dirección.

Llegué al depa, me recibió Camila en traje de baño hilo con tacos transparentes, la vi y me dije así mismo: “Que bien, parece que no hay silicona”.

Interacción: Hola, pago, sexo y a casa.

Pasaron varios días, volví a estar por la zona (Miércoles casi siendo las 7:00 p.m.) y aproveche para llamar al mismo número con la intención de encontrar otra colombiana (ese departamento parecía de agencia). Llamé y no identifiqué si era la misma, volví a pedir dirección, precio y fui al lugar.

Llegué, la vi y nos reconocimos con la mirada hasta que ella dijo: “Cómo has estado?”, saque mi billetera, saque el monto exacto mientras extendía mi mano con el dinero diciendo: “Todo bien, préstame el baño por favor”. Regresando de asearme en el baño, entre a la habitación y me desvestí.
Camila empieza con sus preguntas que notó que era muy cortante, entonces empezó a atenderme normal hasta terminar, terminé y me vestí, ya preparado para la retirada caminé saliendo de la habitación pasando por una mini sala que daba a la salida (Ella caminaba atrás mío); cuando ella pregunta: “¿Porqué eres frío y distante?” Y atiné a responder: “Por que solo busco sexo, no busco nada más”. A casa.

Pasaron varios meses que en una de mis aventuras y visitas a burdeles (Uno muy conocido), estando en un burdel mientras buscaba una puta no tan plástica, habían muchas habitaciones cerradas y estando en el bar tomando una cerveza podía ver un grupito de putas compartiendo con unos parroquianos, me fui del lugar en busca de alguna puta y ninguna me llamaba la atención ya que no había variedad, entre idas y venidas se pasaba el tiempo y veo una habitación abierta, me acerco y estaba Camila (No la reconocí) con un vestido negro de malla que se podía ver su hilo exponiendo sus pezones, mientras hacía mis preguntas de rutina ella decía: “A ti te conozco de algún lado, pero no recuerdo”, en plena sesión seguía repitiendo que me conocía, sinceramente yo no la recordaba, menos de su cara ya que anteriormente en lo último que me fijé fue si era bonita o tenía algo para recordar. Terminado la sesión mientras me vestía sin decir nada y ella mirándome exclama con euforia: “Eres el chico que atendí en Pueblo Libre, el de pocas palabras” -decía ella mientras sonreía. Entonces recordé y mirándola: “¿Eres a Camila no? Que pequeño es lima” -terminaba de responder acercándome a la puerta para salir “Quédate no te estoy botando y falta tiempo para que termine el servicio, hablemos un poco ”-decía ella sentada. Extrañado y sin ganas de quedarme me quede quieto, Camila sentada en el filo de la cama da unas palmadas delicadas sobre la cama dándome señales de que me siente. Mientras me sentaban pregunté: “¿De qué quieres hablar?” Sonriendo respondió: “No sé, cuéntame algo de ti. ¿A qué te dedicas?”, sin ganas de conversar respondí: “No me gusta hablar de mis cosas, prefiero hablar de otras cosas”; en realidad si me quería ir ya que ya me había quitado las ganas. Entonces ella toma la palabra diciendo: “Bueno amor, te cuento algo de mi si quieres”, sin interés y respondiendo por compromiso: “Dale”
Empezó a contarme un poco de su vida que en lo más mínimo me interesaba, estaba como Homero Simpsons (Un cerdo volando en mi cerebro mientras ella hablaba), hasta que terminó hablándome de su trabajo y sus clientes, paré la oreja cual Lince de las montañas. Lo que resaltó con palabras de cansancio, decía: “Ya estoy cansada de esto”, escuchando eso comenté: “Pues, si tienes metas esto seguro lo dejas pronto” y antes que diga algo hice la pregunta que no podía dejar pasar: “¿Porqué querías que me quede a conversar contigo? Si al entrar había un chico que estaba esperándote para que lo atiendas”. Camila me evadió la pregunta mientras se ponía de pie acercándose a su tocador decía: “Voy a maquillarme”, me quedé mirando en silencio como se quebraba acercándose al espejo mientras se pintaba los labios y algunos otros retoques... El silencio se hacía incómodo, nos mirábamos de casualidad por el espejo que llegó al punto de que ella se dio cuenta que me estaba sintiendo incómodo, se volvió a sentar y a decirme: “La verdad es que no quiero atender al chico que está esperando, es muy pesado que piensa que soy su mujer”, “ah, me estas usando” -le decía en forma de burla. Entre preguntas y respuestas le propongo que atienda al chico, pobrecito debe estar enamorado -le decía burlándome. Por alguna razón ella entendió que quería irme y en la puerta a punto de retirarme y dándome un beso en la mejilla decía: “¿Te voy a volver a ver no?”, riéndome y agarrando la puerta para abrir le respondo: “Puede ser, a Pueblo Libre ya no voy seguido y no sé si sigues trabajando allá, en este lugar (El burdel) normalmente estoy los fines de semana, si coincidimos fácil me atiendo contigo”, entonces ella propone darme su número y avisarle cuando vaya, como en el lugar (El burdel) no dejan entrar con celular le propuse dejarle mi número, anotó mi número y salí. Al salir estaba el chico esperando con cara de pocos amigos, un chico muy bajo de estatura.

Pasaron un día y vi un mensaje en whatsapp, el número no era de Perú. Reviso el mensaje (+57 (320) xxx-xxxx: Hola, cómo estás? Soy Camila, guarda mi número.
Pasaron los días y las conversaciones en whatsapp normales y distantes, me daba igual si me escribía o no.
Entre semana le confirmo el día y hora que iría al burdel, ella propone una hora exacta por que ella quería que sea su primer cliente, acepté y así fue.

Llegó el día y la hora, avisé que estaba en camino...

Chat de whatsapp:
Yo: Hola Camila, estoy en camino al lugar.
Camila: Ok amor. Estoy en la Hab. 8, cuando llegues tocas la puerta y te abriré.
Yo: Listo.

Llegué al lugar, habían 3 parroquianos cerca a su puerta (No estoy seguro si estaban esperándola), me acerque pidiendo permiso y procedo a tocar la puerta mientras los parroquianos me miraban extrañados y uno decía: “Ya tocamos, salió pero dijo que no estaba atendiendo aún”, entonces se abre la puerta y sale Camila en bikini blanco con tacos transparente diciendo: “Pasa”. Cierra la puerta y sale el saludo con beso en la mejilla agarrándola de la cintura, procedo a pagar y me pide que me siente en el mini sofá que me quería bailar, que no había apuro por que era temprano. Espectador de un baile sensual, miradas a los ojos entre baile y sonrisas, se acerca y se sienta dándome la espalda haciendo movimientos en círculos mientras tenía una ereccion, al sentir ese contacto Camila se movía con más entusiasmo, se paró e hizo que me quitara el pantalón y quedándome en bóxer y ella en bikini se volvió a sentar dándome la espalda para empezar a sobarse con tal dureza que hasta me dolió, Camila estaba excitada y metí mi mano haciendo a un costado su bikini, sobaba su clitoris (Estaba empapada y caliente) mientras se movía gimiendo y repetía: “Así amor, ahí, que rico...”, de pronto veo cómo cierra las piernas con fuerza dejando mi mano en medio sin poder sacarlo y empezaba a temblar mientras sonreía susurrando: “Ay, me hiciste llegar”, espere que se calme y procedimos a lo que venía, que me atienda. En ese transcurso del servicio, su atención era muy diferente de las 2 veces que me había atendido, estaba muy entregada al punto que cuando terminé me pidió que no me pare y este acostado un rato con ella. Mientras miraba el techo y ella reposando en mi pecho empezó a contarme un poco de su vida y como llegó a este mundo de sexo a cambio de un pago.

En resumen ella era parte de una trata de personas allá en Panamá, logró salir de eso regresando a su país natal, como no sabía hacer nada y necesitaba dinero rápido por la necesidad de un problema familiar decidió trabajar por su cuenta en el mundo que ya conocía, por algunas conocidas se instaló en Perú y empezó su camino, en ese camino se enamoró de un peruano que no era un cliente, según ella el chico tenía familia y eso le afectó demasiado, en su ingenuidad aceptó la clásica de los que la enamoran ofreciéndole la luna y sol si dejaban la prostitución, lo intento y le fue peor que el anterior. Camila afirmaba con seguridad que todos la buscaban (enamoraban) por sexo, que cuando les hablas que le vas a cobrar misteriosamente cambiaban de actitud.

Escuchando su historia, pensando que eso debe pasar seguido y me era indiferente. Dando señas de querer pararme y así lo entendió, me vestí, nos despedimos y me fui.

Al día siguiente en whatsapp con Camila:
Camila: Hola amor, cómo estás?
Yo: Todo bien, tú qué tal?
Camila: también, te puedo confesar algo?
Yo: Claro, dime
Camila: Ayer la pasé muy rico, nadie me había tocado así y es por que nunca me dejaba tocar ahí.
Yo: Pero si esa es un parte sensible de ustedes, bueno en su mayoría.
Camila: Así? Pues yo no conocía muy bien mi cuerpo.
Yo: Trata de explorar más tu cuerpo, quizás tengas otros puntos sensibles.
Camila: Siii pero ayúdame, igual te repito que me gusto lo qué pasó ayer que le conté a mi amiga.
Yo: Jajaja... no me digas que también le contaste al dueño del local
Camila: Ay nooo
La conversación seguía fluyendo con temas sin resaltar. Pasaron los días y semanas, chats de texto, fotos, videos y notas de voz... Camila por whatsapp insistía de vez en cuando el por que ya no iba a verla, excusándome le escribía: Es que estoy de viaje. En realidad ya no me gustaba mucho el echo de seguir involucrándome con ella, a pesar de que ella había depositado su confianza sin que ella sepa mucho de mi.
En su momento pensé: Es bonita, tiene buen cuerpo, se nota entregada, fácil puedo tener sexo gratis. Sin embargo para lograr eso tenía que ser más atento, tipo un chico enamorado. Descartado ya que eso era perder el tiempo.

En uno de esos días de querer tener sexo a toda costa, decidí ir al local sin avisar y para mi mala suerte en el transcurso de la noche llegamos a vernos, ella pensó que la estaba buscando que se acerco, un beso en la mejilla y me susurra: “Haré un show privado de una despedida de soltero, si me esperas te atiendo”, muy cerca le respondo: “Tranquila, no pasa nada. Otro día será”. Yo no había ido por ella y me daba igual si me atendía con ella o con otra puta, me atendí con una semi milf que me dejó más seco que pasas de paneton. Habrá pasado como 2 horas, fui al baño y mientras me retiraba se acerco uno de seguridad: “Amigo, la chica de allá dice que te olvidaste tus cosas” -El de seguridad señalaba hacía una habitación sin precisión, entonces pregunto: “¿Qué número?”, el de seguridad avanza y señala con precisión diciendo: “La chica que está con botas negras y vestido blanco”, entonces la veo y era a Camila riéndose, no tenía otra opción y me acerqué, me hizo pasar a su habitación y yo no tenía ganas, ya me había atendido y estaba muerto. Antes que Camila diga alguna palabra, le dije: “No tengo dinero, iba a sacar en la mini agencia que tienen montando en este local, pero dicen que tienen problema de conexión por eso me estaba retirando”, obviamente era mentira, pero era para salir de ese momento. Entonces ella propone sonriendo: “Ay amor, si gustas me pagas después”...

Continuará.

 

ganado con la fiada de cache

 

Pocas oportunidades se dan como la que has tenido, hay q aprovecharlas.

 

Así se debe tratarlas, cómo chicas de solo el momento, nadie busca involucrarse con alguien que se la mete medio mundo

 

buen relato cofra, esperamos la continuacion

 

Buen relato, mas las alejas a las flacas, mas se te pegan

 

esperando la siguiente parte

 

Interesante relato cofra estaremos atentos a laa segunda parte

 

Buen relato choche, espero q esto termine en masoquismo

 

Buena historia cofrade, continue con la 2 parte....,exitos.

 

Joy domingo toca la continuación, cifra.

Estamos esperando qué más toca...

 

Interesante prosiga doc !!

 

Siga bro esta muy interesante

 

Interesante el relato, esperando con ansias la continuacion

 

Continúo...
Con una propuesta de quedarme básicamente sin pagar, lamentablemente aquel día estaba seco (Leer el comienzo) y no podía quedarme, hubiese sido una vergüenza quedarme y que no se me pare.
Excusándome: Que no quería compromisos con dinero, mejor otro día regreso. Camila hizo un gesto de disgusto, aceptó y me dejó ir.
Sinceramente me era indiferente lo que ella pensaba.
Pasó cerca de 1 mes y recibí un mensaje de Camila un domingo por la mañana (muy temprano). Para ese entonces el chat de ella se había perdido en la lista que me había olvidado que ella existía, obviamente yo seguía quitándome las ganas con cualquier otra puta.
Chat de whatsapp:
Camila: No regresaste más y tampoco me escribiste.
Yo: Hola Camila ¿cómo te va?. Ya no he estado yendo, he estado ocupado.
Camila: mmmmm.... ya.
Fue un “ya” de; no te escribo más y así fue.
Llegó fin de semana, fui al burdel donde la había encontrado con intención de atenderme con cualquier puta, sin embargo el maldito destino parroquiano quiso juntarnos nuevamente y así fue.
Pagando peaje, revisión de seguridad y al matadero, caminando relajando viendo culos y tetas antes de decidir... estaba ella, parada de espalda (Estaba con una minifalda tipo cuero con un body transparente que se podía ver sus pezones), con otra puta.
Pase por el costado, gire la cabeza para observar, entre mirada y duda Camila me reconoce: “Hola”, no había opción: “Hola”, -decía mientras me acercaba dándole un beso en la mejilla. Camila sonreía: “Jesús, ella es Tania mi amiga”, acercándome a Tania: “Hola Jesús, mucho gusto ¿Porqué tan serio pues?”. Tania tenía 28 (mayor), era casi plástica sin desentonar, piel canelita con bikini hijo de rojo matador. “No estoy serio, para nada” -decía yo. Como había visto a Camila de espalda y me había motivado, le dije que me atienda y nos fuimos a su habitación dejando a Tania.
En la habitación, Camila se sienta en la cama (observándome) mientras yo cerraba la puerta, saqué la billetera para el pago respectivo y ofreciéndole el pago, entonces ella pregunta: “¿Estás apurado?”, confundido y con dinero en la mano: “Para nada ¿porqué?”, Camila recibiéndome el dinero: “Por que se nota, cuando sacaste para pagarme apenas cerraste la puerta, pero bueno”, alejándome y sentándome en la cama: “No Camila, es la costumbre”, Camila guarda su dinero, se para y se quita la minifalda. Se quedó en body negro y transparente (Se podía ver los senos y una línea de bellos en la cuca; que sexy!). De espectador sentado me quito el pantalón y la camisa, quedando en boxer. Camila observándome se va acercando y se sube frente mío, empieza a besarme el cuello mientras frotaba mi espalda y yo le agarraba de la cintura bajando lentamente, estábamos pegados sobándonos y acariciándonos cuando ella va subiendo por cuello, pasa cerca a mis labios, le hago el amague y me voy hacia atrás tirándome en la cama, ella siguiéndome el camino, quedamos frente a frente, ojo a ojo, nariz a nariz, boca a boca... veía las intenciones de Camila, le hice el amague (La de Neymar). “Espera, espera, espera.... me dio calambre, déjame pararme”, funcionó perfectamente. Camila se reía pensando que era verdad (Esa era la idea), ya que me hacía al lesionado. Termino la actuación.
Camila se echa la cama, abre las manos invitando que suba encima y así fue; encima de ella sobándome y sabiendo que no había forma de evadir si ella intentaba besarme, empecé a bajar quitándole el body. Salió la teta derecha, sigamos con la izquierda, unos besos y succionadas en cada pezon... seguía quitándole el body por completo, su cuca pelada con una línea de bellos a disposición, pero hasta ahí llegué. No la iba a sopear! Camila lo notó, me saco el bóxer y me estaba masturbando lentamente cerca a su cuca, muy placentero y antes de ponerme como un animal pregunté por el condon; ella en tono desanimado y sonriendo: “Ah si, me estaba olvidando”, “¿Cómo que olvidando?” -decía yo en tono serio y riéndome sarcásticamente.
Sexo rutinario, poses, miradas, gemidos y placer. Estábamos cansados, Camila estaba inquieta mientras me aseaba y empezaba a ponerme mi bóxer; ella con pena y casi sonriendo: “Ay que malo eres, tú si acabaste y me vas a dejar así”. Entendiendo a que se refería, término de ponerme el bóxer y me siento: “No creo que pueda, estoy un poco cansado”, ella se acerca parándose mientras me sonreía y solo me deje llevar. Se voltea, me lleva las manos a sus senos y pide que agarre mientras ella se movía, baje una mano sobando todo lo que podía tocar buscando su clitoris con el dedo, ella pasaba su mano encima de mi bóxer intentando parar mi falo (Estaba débil, casi erecto), mientras más le pasaba los dedos por el clitoris ella me apretaba más el falo que hacía que se erecte más, empezamos a estar en ese ritmo hasta que empecé a besarle el cuello y me agarro la mano con fuerza, temblaba y se quedó quieta presionado mi mano entre sus piernas: “Ay... no lo quites” -entre suspiros y cansancio. Segundos de silencio, mi mano en libertad, se para a asearse sonriendo, me quedo sentado mirándola y al agachar la cabeza me fijo que mi bóxer tenía rastros de haberle caído líquido en gotas, no se sentía la humedad ya que era visual. No dije nada, empecé a asearme también y a cambiarme; ella estaba entre feliz y nerviosa que podía notar que intentaba decirme algo pero no sabía cómo, ya que estaba por irme. Nos despedimos y a casa (No pasaba de las 9 de la noche que me fui).
Casi a las 3 de la mañana me percato que habían 2 mensajes de Camila:
Entre 10 a 11 de la noche. Camila: (Emoji de una sonrisa)
Entre 2 a 3 de la mañana: Camila: ¿Llegaste a casa?
Yo: Hola. Sí, hace rato.
No demoró en responder. Camila ya había salido del trabajo y estaba en su depa.
Camila: Que bueno, qué haces despierto tan tarde?
Más preguntas y respuestas sin relevancia hasta que ella toca el tema de lo que había pasado en la habitación. Aquella noche por alguna extraña razón cedí con Camila tratándola como si fuese una amiga, dejamos el chat e hicimos una llamada para conversar fluidamente, nos quedamos hablando hasta las 6 de la mañana cual amigos y con más confianza, por que más allá de tocar temas sexuales o bromas ella seguía mostrándose como era y contándome básicamente sus penas, algo que a mi me caía mal escucharla recordando sus malos momentos... que podía hacer, solo escuchar.
En base a lo qué pasó en nuestro último encuentro que fue motivo de conversación y la larga llamada que tuvimos, todos los días se empezaba a hacer costumbre mantener comunicación con Camila. Hubo unos días que deje de escribirle por que había empezado a contarme más de sus penas y a mí eso me aburría.
Pasaron días de no escribir e ignorarla.
Un día de semana muy temprano me llamo y pregunto por que no le respondía más.
Analizando cómo era ella conmigo (Las conversaciones y el último mensaje), pude entender que Camila era una puta infeliz, estaba buscando que alguien la escuche o literalmente, desahogarse para sentirse bien.
Esta vez le respondí con sinceridad: “Pues para ser sincero, no comparto la idea de estar comentando los malos momentos, se supone que si te pasaron cosas malas es para aprender y no para martirizarte”.
Hubo silencio, mucho silencio... “¿Hola?, ¿Aló?... -hacia mis 2 últimas preguntas hasta que Camila cortó la llamada.
Al día siguiente en las mañana me escribe si podíamos hablar un rato antes que se vaya a trabajar.
Llamada en curso (Omitiré el saludo y cosas sin importancia)
Camila: “Discúlpame por cortarte la llamada sin avisar, no me sentía bien”
Yo: “No pasa nada, tranquila”
Camila: “Me gustaría hablar contigo en persona”
Yo: “Emmm... no voy tan seguido y no se cuando vaya a ir”
Camila: “No pues amor, solo quiero hablar contigo. Si gustas puedes venir a mi departamento cuando descanse”
Yo: “Es que vivo muy lejos de Pueblo Libre”
Ella trabajaba en su depa los días lunes, martes y miércoles. Los días que quedaban se iba al burdel, ella llamaba descanso cuando trabajaba en su depa.
Le estaba dando excusas para no verla por qué no tenía nada que hablar con ella, no le encontraba sentido.
Camila: “Ah.... Mmm... pues dime un lugar cerca y nos podemos ver”
Ya no podía darle otra excusa o hubiese sido muy evidente. Cedí.
Yo: “Bueno, pues nos vemos en Javier Prado, me dices que día y nos encontramos” Le había dicho en un parque que está por la positiva seguros, a ver si se desanimaba y a ella no le importo.
Camila: “¿El martes puedes?”
Yo: “Claro, avísame 2 horas antes”
Llamada finalizada, en el transcurso de esos días seguíamos conversando esporádicamente a veces preguntando de que quería hablar conmigo en persona y ella repetía que por teléfono no es lo mismo.
Martes muy temprano, me confirma que estaba casi lista para salir. Confirmándole y enviando la ubicación me encamine al punto de encuentro.
Llegando al parque le escribía mientras ella me esperaba sentada, la pude ver a lo lejos y me acerqué. Camila estaba con un vestido ceñido gris no tan corto, con botas negro de taco aguja, un bolso y llevaba un hilo blanco (Este último lo vi al saludarla, cuando cruzaba sus piernas y lo qué pasó después), preguntas y respuestas sin relevancia hasta que tocamos el motivo del encuentro.
Camila: “Desde que te conozco lo poco que hablamos y por tu forma como eres me da mucha curiosidad de saber más de ti”
Yo: “Pero si solo soy tu cliente, bueno ahora que hablamos un poco igual no dejo de ser tu cliente. No era necesario juntarnos para esto”
Camila: “No pues, déjame terminar. La segunda vez creo fue que hablamos lo mínimo, luego nos volvimos a encontrar y pasó lo que no debería pasar en mi trabajo, pero pasó. El trato que llevas conmigo es extraño, pero me siento bien a pesar que eres distante, me escuchas y no te aprovechas como otros chicos que conocí. La última vez que hablábamos más y dejaste de escribirme, te llame preguntando y me respondiste algo que no esperaba, me hiciste sentir mal y te odie, pero luego entendí que estabas siendo sincero y tenías razón”.
Yo: “Ajá, aún no me dices por que nos teníamos que ver”
Camila estaba nerviosa y un poco seria.
Camila: “Estoy empezando a tenerte cariño”.
Yo: (Risas) “¿Cariño? ¿Qué tipo de cariño?”
Camila: “No sé... a veces te recuerdo con tus cosas, tu trato, me gusta mucho hablar contigo por que me siento bien. Me gustaría conocerte más, que no sea en mi trabajo”.
Yo: “Ah, tipo hacer cosas de amigos”
Camila: “Amigos y lo que pase pues” -Camila se reía cruzando las piernas y podía ver más allá de su vestido.
Yo: “Ah si, pero no era necesario reunirnos para esto”
Camila: “Sí pues, es que también quería verte”
Me quede mirándola, estuve en silencio y lo único que pensaba es que Camila estaba loca. Me cita, me dice cosas que para mí se podía decir por chat y por que estaba buscando amistad con un cliente. Estaba confundido y pensando siempre en cosas malas.
Entonces ella propone ir a comer algo por Lince que tenía hambre. Pensando ahí deduje que esta puta me quería sangrar y no estaba para estar en esa tontería y le explico que no había traído dinero (Obviamente eran excusas, no iba a gastar dinero en una puta que no tenia interés en lo más mínimo)
Camila sonriente sin problema propone: “Ay amor, no te preocupes que yo te invito”
Con este último mi cabeza sé pudrió y no dejaba de preguntarme: ¿Qué querrá esta puta?
No tenía salida, tuve que ir a comer con Camila.
Llegamos a Lince, buscamos algo para comer, nos metimos a un local y en la mesa mientras conversábamos de lo más normal, ella siempre contándome sus cosas y haciéndome sentir bien de alguna forma. Camila me mostraba sus fotos en su teléfono y tenía fotos muy sexys. Ese día no pasó nada, ya que recibió la llamada de uno de sus clientes y ella le estaba dando excusas para no atenderlo pero al final cedió, supongo que tenía que recuperar lo invertido en la comida que pagó. Jajaja.
Nos despedimos, cada uno a su casa.
En la noche empezamos a hablar, decía que me extrañaba y yo ya estaba cansado de tanta basura. Pregunté y si no me respondía con sinceridad iba a dejar de hablar con ella: “¿Qué buscas conmigo? Nos conocemos poco, me citas a un lugar para decirme cosas que tranquilamente se pudo decir por teléfono y ahora me dices que me extrañas”.
Camila en el chat se podía ver que escribía y borraba, ya que salía: Escribiendo..., en línea, escribiendo... hasta que me canse de esperar, fui a bañarme dejando el teléfono cargando.
Pasó casi 1 hora, cuando revisó el teléfono tenía llamadas perdidas Camila con muchos mensajes.
Revisando los mensajes
Camila: Es que me gustas, tienes algo que me atrae y me hace sentir bien.
Camila: ¿Hola?
Camila: ¿No quieres hablar?
Me puse a reírme mirando el teléfono y afirmaba que Camila estaba loca. Tenía que responder.
Yo: ¿Qué? Estuve bañándome, apenas te leo.
Camila: Lo siento, estaba inquieta pensando mal.
Yo: A ver, todos nos podemos gustar pero en este caso se quedará ahí. No es por tu trabajo, no tengo intención de hacer algo más que amigos.
No sé cómo lo tomo Camila y fue mi error decirle que no tenía problema si era puta.
Camila: Pensé que eras distante por mi trabajo.
Yo: Es que me da igual, es tu vida.
Camila: Ay amor, haces que me gustes más.
Yo: Jajaja. Ya te expliqué que no va a pasar nada más.
... El chat seguía amena, yo trabaja de decirle que era no iba a pasar nada, solo sexo previo pago pero esta loca no entendía nada.
Entre más chat entendí que Camila necesitaba a alguien que la escuche, que ella se sienta bien y le den seguridad que no todos la quieren para ponerla en 4, llegó al punto de darme pena y analizar la situación. Empecé a tratarla con más confianza y como una amiga, no como puta.
Así pasaban los días...
A veces me ponía a pensar que así como Camila habrán muchas putas infelices buscando algún tipo de tranquilidad ya sea con dinero o con amor confundido, no podía guardarlo y lo comenté a uno de mis amigos que me había llevado de putas en mi primera vez. Este amigo al escuchar parte de lo que pasaba con Camila (Le había enseñado fotos de Camila), esto fue lo que me dijo: “Brother, eres un huevon. Con esa colocha fácil puedes tener sexo gratis y esta buena”.
Si lo había pensado, pero para mí era involucrarse y quien sabe después no sepa manejarlo. Así que deje fluya nada más, si hay sexo gratis o no me era indiferente ya que podía pagarme una puta.
En una de tantas invitaciones que Camila me hacía (Siempre me agarraba ocupado y no podía), me invita a la playa con su amiga Tania.
Nos fuimos al callao, no entendí por qué eligieron la playa de piedras.
En la playa estuvimos tomando un poco, hablando y cada vez que se paraba Tania era un show ver ese culazo siliconado, al ser evidente Camila se notaba incómoda hasta que llegaron las cervezas, entre tragos, conversaciones y bromas Camila me pide que le eche bronceador, Tania riéndose también dice: “Ay amor, yo también quiero”.
Ver a Tania con bikini hilo de color fucsia me enfermaba y no podía decir que no así Camila no este de acuerdo con sus gestos.
Procedí a poner crema a Camila esparciendo con mis manos por todo su cuerpo. “Abajo también” -Camila me decía señalando sus piernas y su culo. No sé por qué con Camila me reservaba, pero bueno... empecé a sobarle el culo bajando por las piernas hasta terminar. Me tocaba Tania, con Tania si me fui de largo, esa puta me había enfermado y encima estaba con algunos tragos demás. Tania boca abajo empece frotándola toda la espalda y me fui de largo hasta su culo (Era algo duro por la silicona pero agradable al tacto). Tania voltea rápidamente a mirarme y sonríe, disimule bajando por sus piernas y volvía seguido a frotar su culo tratando de expandir mi mano para que mis dedos se pierdan entre la raya de su culo, fue un momento de mucho morbo. En mi mente decía que tenía que ir al lugar donde trabaja Tania para probarla. A todo esto Camila estaba boca abajo con los ojos cerrados.
Terminé el momento de manoseo, perdón... el momento del bronceado. Jajaja.
Terminamos de tomar las últimas cervezas, a Tania le gustaba tomar y se volvía más risueña, Camila se había motivado que estaba con una sonrisa.
Se hacía tarde y teníamos que irnos, Tania propone a Camila seguirla en su depa, Camila acepta y me pregunta agarrandome del brazo: “Vamos a seguir pues o me vas a abandonar”. y si me pepean pensaba y cedí. “Solo un rato que tengo que irme, se hace tarde” -decía mirando la hora.
Fuimos a comprar algo de trago, cada 1 compro y pago lo que quería tomar. Ahí me di cuenta que a Tania le gustaba el trago, había comprado mucho trago.
Llegamos al departamento, ese depa estaba echo un desastre que parecía que Camila y Tania habían echo fiesta. Había botellas vacías, cigarros, vestidos (Esto me pareció raro) y restos de haber inhalado cocaina. Creo que olvidaron de todo ese desastre. Camila se puso a limpiar rápidamente, se le notaba nerviosa y avergonzada al limpiar su mesa de centro donde había visto la nieve. A mi me da igual. A todo esto Tania ponía música (salsa) y se ponía a bailar, se me acercaba y me hacía bailar mientras Camila seguía limpiando. Ya todo en orden, abrimos los primeros tragos mientras conversábamos amenamente entre bromas y anécdotas. A veces sentía que Camila y Tania no disfrutaron su juventud, ya que con las cosas que decían y sus comportamientos parecían chicas de 18 años, para la edad que tienen y en el mundo que viven (Meretriz) no era prudente.
Bailamos, me hicieron hamburguesa y tuve que controlarme ya que entre vuelta y vuelta, sentirlas a tope ya que Tania (Se le notaba el hilo) se había puesto unos leggins y Camila estaba con vestido en A.
Pasaba el tiempo, el alcohol hacía efecto....


Disculpen que no haya escrito antes, estaba recuperando mi cuenta de iCloud donde tengo todo de Camila.
Adjunto foto de Camila en la playa, la foto no es buena ya que en ese tiempo tenía el iPhone 6.




Continuará...

 

tiene q continuar bro

 

va bien, atento a lo que sigue

 

Wow, va bueno el relato. No demore mucho con la continuación dle mismo. Saludos.

 

Continúe con el relato cofrade de seguro el encuentro llegó al tri ...

 

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Bien cofra... Todos queremos mas fotos y que continue el relato... Qué pasó con las colochas?