La señorita de recursos humanos

• 

En este relato contaré lo que me pasó hace 5 años en el trabajo.

Todo iba bien en mi trabajo, hasta que a los de mi área nos cambiaron de oficina a otro lugar por un tema de remodelación y mantenimiento urgente que requería el ambiente donde estábamos. Éramos un grupo cómo de 15 que tuvimos que hacer el traslado a unas 8 cuadras donde quedaba el otro edificio donde estaban las otras oficinas que también tenían que ver con otras áreas del centro donde laboraba.

Este "nuevo edificio", si lo conocíamos pero al menos yo no tanto con profundidad puesto que llevaba poco tiempo en ese trabajo, en este nuevo edificio estaba la mayor cantidad de áreas y por ende la mayor cantidad de trabajadores que en el otro edificio, donde igual se quedaron unas cuantas áreas.

En este edificio, laboraba una señorita de recursos humanos, que llamaremos Lucía, la oficina que nos asignaron iba a ser provisional pero tenía todo el espacio necesario, era un poco más grande, por ahí surgieron comentarios que nos íbamos a quedar en ese edificio pero no en el ambiente que nos estaban dando, a mi me daba igual a pesar que el lugar estaba mejor. Grande fue mi sorpresa cuando noté que el ambiente que nos asignaron estaba relativamente cerca a donde estaba el área de recursos humanos donde laboraba Lucía.

A Lucía la había visto antes del cambio de edificio unas 4 o 5 veces, sobre todo al inicio cuando ingresé a trabajar, cuando tuve que regularizar algunos documentos propios de cuando uno es "nuevo", si bien el trato había sido meramente laboral, se le notaba, bastante amable y risueña, además por lo que había notado era una de las más jóvenes, puesto que las demás chicas de su área eran algo mayores o al menos eso aparentaban.

Los primeros días en el nuevo edificio fueron tranquilos, el trabajo lo hacíamos normal, no había inconvenientes, durante las primeras dos semanas vi poco a Lucía, la habré visto unas 3 veces pero solo de lejos.

Lucía cómo mencioné se notaba amable, lo que resaltaba de ella era el culazo que se manejaba, medía 1.60 y de cuerpo no desentonaba, eso generaba que siempre la gente la viera.

Un día mientras salía de una reunión que se había dado con gente de otra área, salí algo cansado, se acercaba la hora del almuerzo, me dirigía a mi oficina y en el trayecto me cruzo a Lucía, por amabilidad le digo un simple "hola", y me responde: "hola joven, cómo estás", su respuesta me dejó pensando, pero pasé a responderle y me dice que justo iba a mi oficina a dejar unos documentos, al menos sabía de qué área era yo, el trayecto era corto así que más conversación no hubo. Hasta ese momento yo no había tenido idea de querer algo con ella pero verla en mi oficina, cómo 10 minutos mientras ella hacía su trabajo mostrando los documentos a la persona encargada de recibirlos, me dio tiempo suficiente para contemplarla mejor.

Mientras le veía el culazo empecé a sentir ganas de tirar con ella, así que decidí a partir de ese momento abordarla. A partir de ese día, le empecé a saludar, siempre buscando hacerle una breve conversación, llegó la oportunidad al fin, un día por temas de trabajo había estado fuera de la oficina desde temprano, recién iba a llegar pasando las 2pm, antes de llegar a la oficina bajo del taxi para buscar dónde almorzar, delante mío a unos 20 metros veo que se mueve un culo bien potable, era Lucía, llevaba puesto una falda algo ceñida hasta las rodillas y pantis negros, que rica se veía, aceleré el paso y la alcancé.

Yo: Hola Lucía, ¿A dónde vas tan apurada?
Lucía: Hola "lascivo87" (era la primera vez que me decía por mi nombre) recién voy a almorzar, tuve una reunión en mi área y se me hizo tarde, tenía mucho trabajo y recién salgo ¿Tú para dónde vas?
Yo: Igual voy a almorzar, ¿Almorzamos juntos? (me lancé)
Lucía: ¿De verdad recién vas a almorzar?
Yo: Si, no he estado desde temprano en la oficina.
Lucía: Yo voy aquí cerca..., no sé si has ido antes.

El lugar que hacía referencia si lo conocía pero no me gustaba por qué era pequeño y siempre daba la sensación de estar lleno pero no podía dejar pasar la oportunidad.

Yo: Si conozco ¿Entonces aceptas mi invitación de almorzar?
Lucía: Jajaja, dijiste para almorzar juntos, no que me invitabas.
Yo: Pues ahora te digo que te estoy invitando el almuerzo.
Lucía: (se quedó pensando), ya pero con una condición.

Me sorprendió su respuesta.

Yo: ¿Qué condición?
Lucía: Quiero preguntarte algo pero no te rías.

Bueno, cómo habíamos llegado, y hecho el pedido, la conversación se desvió, una vez ya con nuestro almuerzo en mesa continuamos.

Yo: Lucía ¿Qué me ibas a preguntar?
Lucía: ¿Qué tanto conoces a Jhon?
Yo: (quedé frío con esa pregunta y pensé que quizás ella estaba interesada en Jhon, que era un tipo ya cuarentón de mi oficina, pero fue todo lo contrario, ella no estaba interesada), la verdad muy poco, no suelo hacer trabajo con él. ¿Por qué tú pregunta?
Lucía: Es que me ha dicho desde que se mudaron ustedes aquí, unas 3 veces para salir, y esta semana, me ha estado diciendo lo mismo por correo, y me ha escrito al WhatsApp, yo no quiero salir con él, me han dicho que es casado y tiene hijos y también que anda con una chica de aquí (ese rumor era conocido por mí pero me hice el que no sabía)
Yo: Pero si tú no quieres salir, no le hagas caso, ya se olvidará, sé más firme y dile que no estás interesada.
Lucía: Ya lo hice, espero que no se vuelva un acosador (se comenzó a reír)
Yo: ¿Te gustaría tener un acosador? (ambos nos reímos)
Lucía: No, solo que ya parece molesto, no sé cómo ha conseguido mi número, seguro la señora Rosa le ha dado, muy buena gente es ella y seguro sin desconfiar de las intenciones de Jhon le ha dado.

Yo estaba ya que me aburría y logré cambiar de tema de conversación, a algo más laboral. Ese almuerzo fue rápido, no sé si por la hora, costumbre o tenía hambre que Lucía terminó bien rápido de comer. En el trayecto de regreso salí "ganando".

Lucía: Gracias por invitarme, te debo una invitación ahora.
Yo: Cuando puedas me devuelves
Lucía: Usualmente voy en grupo a almorzar, tu también, no sé cuándo pueda ser.
Yo: (tenía que frenar un poco mis intenciones), no te preocupes no me debes nada.
Lucía: Pero normal por mí, solo que no se cuándo pueda ser.
Yo: (cómo la cosa iba en serio pues accedí a su "pago") Todo es cuestión de quedar, te mando un correo un día que no tenga mucho trabajo y vamos.
Lucía: ¿Correo? (sé comenzó a reír)
Yo: Sino cómo te voy a avisar, casi ni te veo, a pesar de que nuestras oficinas están cerca, ya voy más de un mes aquí y te he visto poco.
Lucía: ¿El viernes puedes?, me vienes a buscar a mi oficina a la 1pm.
Yo: (era martes o miércoles, no recuerdo bien pero no podía asegurar nada) Claro, te escribo a las 12 como haciéndote recordar.
Lucía: Ya, pero no me voy a olvidar, tengo buena memoria, no te olvides.

Continuará....

 

Suena juguetona, siga el relato cofra.

 

Cintinua tu relato estamos esperando

 

Continua esta muy interesante

 

Continúa que se ve interesante el relato

 

Bien con la de recursos humanos, continue cofra.

 

Prosiguiendo con el relato.

El día viernes llegó, en mi chamba los viernes era relax, de igual modo había trabajo que hacer, a las 12 le escribí a Lucía para confirmar el almuerzo, todo quedó bien. A la 1pm, pasé a su oficina, me vió y me hizo una señal para que entre, lo bueno es que estaba casi vacío, la mayoría de su área eran mujeres, no sé por qué me estaba sintiendo palteado. La esperé unos 5 minutos y nos fuimos, esta vez almorzamos en otro lugar.

Ese día Lucía tenía puesto una blusa blanca, un modelo interesante que dejaba ver su interior, noté un brasier blanco, no era tetona, era normal para su talla y cuerpo, llevaba una falda negra igual de ceñida que la vez anterior pero unos centímetros más corta, esta vez sin pantis y con unos tacos normales, se veía bien rica y con el cabello suelto que me gustaba porque es medio ondeado, no rulos.

El almuerzo fue tranquilo, tocamos varios temas, supe su edad, tenía 32, parecía de menos, yo en ese entonces tenía 28, de la información util que le saqué fue que estaba sola como 1 año, su ultima relación duró 5 años, su ex era un abogado, amigo de su hermano, pero que terminó engañándola con otra chica.

La conversación fue interesante y aunque estuvimos toda la hora del almuerzo, sentí que el tiempo voló, antes de que pague la cuenta me la jugué, sentí que ya había confianza.

Yo: ¿Tienes planes después del trabajo?
Lucía: No, ¿Por qué?
Yo: Vamos a tomar unos tragos.
Lucía: ¿Por qué no? Pero solo un rato, ando cansada, ha sido una semana de mucho trabajo.
Yo: Claro, ¿Te gusta el vino?
Lucía: Pensé que ibamos a tomar otro tipo de bebidas.
Yo: ¿No te gusta el vino?
Lucía: Si me gusta, siempre voy a preferir el vino.
Yo: Nos encontramos en el parque "xyz".
Lucía: Ya, dame tu número, no quiero esperar mucho, no vayas a demorar, te escribo cuando estoy saliendo.
Yo: Tu también dame el tuyo.

Tras esa conversación y pagando ella la cuenta volvimos al trabajo, muchos sapos tanto de su área cómo la mía nos vieron llegar juntos.

Llegó la salida, ella me había comentado que quizás iba a demorar en salir, así que yo directo me fui al parque sin avisarle ni esperar su mensaje. El parque quedaba cerca. Ni bien llegué al parque, recibo su mensaje, ya estaba saliendo, eso significaba que no iba a esperar mucho.

Continuará... Se viene el inicio de nuestros encuentros intimos.

 

Demasiado interesante su relato cofrade @lascivo87, esperamos su pronta narración de aquel encuentro.
Saludos!

 

Estamos esperando continua

 

Cofra promete, no la haga tan larga, se le espera.

 

Está interesante el relato. Espero la siguiente parte

 

interesante cofrade @lascivo87 ....esperamos la continuacion de la saga

 

No se tarde .................

 

Agradezco sus comentarios y likes, así mismo me disculpo por el retraso, el trabajo (no el del relato que fue hace 5 años) me ha tenido ocupado, ahora prosigo con el relato.

Lucía llegó al parque donde la esperaba en menos de 10 minutos, conversamos sobre donde ir y cuando notamos algunos conocidos que pasaban a lo lejos tomamos de inmediato un taxi para ir al lugar elegido, al llegar el lugar estaba casi lleno, pedimos una botella de vino para empezar, nos pusimos a tomar y conversar sobre temas del trabajo, el vino la hizo soltarse demasiado rápido, me miró coquetamente para decirme que sentía mucho calor, no íbamos ni media botella y la siento que sudaba, se fue a los servicios, no demoró mucho, tras su regreso continuamos conversando, me contó algunas cosas un tanto irrelevantes, astutamente supe cambiar de tema de conversación a uno más interesante pero justo se termina la botella, me disponía a pedir otra botella cuando Lucía me dice que debe irse por que se sentía cansada por una semana difícil del trabajo, comentario que en el almuerzo me había dicho. Yo como pocas veces me encontraba arrecho y me la jugué.

Yo: Lucía, apenas pasamos las 8pm, es viernes, tendrás dos días para descansar, si gustas te acompaño en un taxi a tu casa.
Lucía: Está bien (quedé algo sorprendido que aceptara rápido y exactamente no sabía si aceptaba también que la acompañe)

Llegó la segunda botella, ahora era yo el que se sentía caluroso, ella también estaba calurosa.

Lucía: Se siente mucho calor, estás rojo de calor.
Yo: Tu también desde que llegamos te he notado calurosa.
Lucía: Hay situaciones que me hacen entrar en calor.
Yo:¿Cómo cuáles?
Lucía: El vino (se río un poco)
Yo: ¿Qué más?
Lucía: El ambiente, está muy lleno, antes no era así.
Yo: Es viernes, debe ser por eso
Lucía: Si, debe ser eso.
Yo: La botella está por terminarse ¿Una más?
Lucía: Me gustaría pero debo irme, ¿de verdad me vas a acompañar?
Yo: Claro, yo cumplo mi palabra.
Lucía:Mira, como estamos, una botella más y estaremos todo sudados.
Yo: Tu lo estás desde hace un rato.
Lucía: Lo notaste y no me dijiste nada.
Yo: Me gusta verte así, toda calurosa.
Lucía: Eres ocurrente, la verdad me gustaría una botella más pero no voy a soportar el lugar, también tengo un poco de hambre.

Aquí le hice una pregunta un tanto ambigüa.

Yo: ¿Quieres calmar el calor o la sensación de hambre para quedarte?
Lucía: Ambas.
Yo: Entonces nos vamos de aquí.
Lucía: ¿A dónde? ¿Qué tienes pensado?
Yo: Irnos a otro lugar para que te sientas cómoda, calmas el calor y comemos algo.
Lucía: Dime, ¿dónde?
Yo: Vamos a un hotel, te das una ducha rápida pedimos algo de comer y seguimos con el vino.

Aquí hubo un silencio de unos 15 segundos pero los sentí eternos.

Lucía: ¿Y tu que vas a hacer mientras me ducho? ¿Ahí mismo vamos a comer o en otro lugar?
Yo: (yo sentía esto como un juego de palabras pero a su vez tenía que ser algo respetuoso con las propuestas) Lucía, con respecto a lo primero me puedo retirar de la habitación unos minutos, en cuanto a lo segundo depende de ti, nos vamos afuera a comer o pedimos algo.
Lucía: Mejor pedimos para comer en la habitación ando cansada y no quiero moverme del lugar.

Salimos del discobar a tomar un taxi, aquí ocurrió algo anecdótico, el taxista nos dijo 10 soles, resulta que al bajar y pagar me dice que no tiene sencillo que recién ha salido a trabajar, Lucía se ofrece a pagar, una vez dentro pago por 6 horas que era lo mínimo.

Una vez en la habitación, Lucía me dice que ya no quiere tomar más vino que solo comer, me dice que se le antojó una pizza, así que mientras se fue a la ducha hice el pedido de una pizza grande, al final lo de salir de la habitación quedó en palabras, no hice nada que la incomodara, tras estar más de 20 minutos en la ducha Lucía salió envuelta en una toalla, se sienta en la cama y me pide de favor que le alcance toda su ropa que ha dejado en el baño, entro al baño agarro toda su ropa y no pude contenerme y me puse a oler su calzoncito, lo noté bien húmedo y no de agua. Tras entregarle su ropa ocurre el siguiente diálogo.

Lucía: ¿Podrías mirar a otro lado mientras me visto?
Yo:No me responsabilizo de una mirada traviesa (aquí ya me sentía confiado, sabía que el cache era un hecho)
Lucía: No creo que lo hagas, confío en ti.
Yo: No te preocupes, yo también me daré una ducha. Puedes vestirte sin preocupaciones.
Lucía: ¿Tu crees que demore la pizza?
Yo: Me dijeron entre 30 a 40 minutos.
Lucía: Está bien, entra a la ducha que ya quiero vestirme

Mientras me daba la ducha, que en mi caso si fue rápida, llegó el pedido de la pizza

Lucía: Llegó la pizza.
Yo: Espera ya salgo a pagar
Lucía: No te preocupes ya pagué.
Yo: (salí con toalla). ¿de verdad ya no deseas vino?
Lucía: No, mejor solo comemos, quiero descansar un rato antes de irme a casa.
Yo: Puedes descansar aquí hasta mañana.
Lucía: ¿Quedarnos?
Yo: Si, normal. No va a pasar nada (la clásica)
Lucía: No es eso, si estamos aquí es por algo, no soy una chiquilla ingenua pero te digo desde ahora que si nos quedamos es por qué me tomarás en serio.

Sus palabras lo decían todo.

Yo: Lucía, somos adultos, vamos a pasarla bien sin etiquetas.
Lucía: ¿Quieres que seamos amigos con derechos o algo así?
Yo:La verdad si, ¿te molesta?
Lucía: Es bueno tenerlo claro pero aun así me gustaría que haya respeto de tu parte hacia mi, no te pido que me trates como tu enamorada ni nada de eso pero si vamos a tener este tipo de relación quiero que seas sincero y yo también lo seré. Cuando quieras terminar esto sea por la razón que fuera me lo dices y si fuera por mi parte también te lo haré saber, así nos evitamos problemas.
Yo: Está bien, me parece un buen acuerdo.

Era la primera vez que me pasaba algo así de tener una especie de acuerdo, no sentí que fuera algo complejo ni nada, por el contrario me pareció bacán que todo quede claro desde el inicio. Mientras ella se ponía ya a comer, me fui al baño a vestirme. Tras salir la acompañé en la mesa a comer la pizza, que con el pasar de los minutos ya se había puesto algo fría pero normal la comí puesto que también me había dado hambre. El tiempo pasó volando entre comer y una conversación de algunas cosas graciosas del trabajo se hizo más de las 11pm. Lucía llamó a su casa y le dijo a su madre que se quedaba en casa de una amiga.

Yo: ¿Tu mamá te creyó?
Lucía: No sé, pero al menos se siente tranquila saber que la he llamado.
Yo: Voy a pagar el hotel, solo pagué 6 horas, mejor de una vez completo las 12 horas, así no van a estar llamando (en la puerta decía el reglamento del hotel que media hora antes de cumplido el tiempo desde recepción llamaban para preguntar la continuidad)
Lucía: Está bien, no demores, no quiero estar sola. (Estábamos en el 7mo piso)

En recepción pagué el monto que faltaba para completar 12 horas y de pasada compré condones y agua que Lucía me había pedido. Al volver a la habitación encontré a Lucía echada en la cama, sin zapatos, estaba cambiando de canales y me dice que no hay nada interesante, me pongo a su costado y le digo que apague la TV.

Lucía: ¿Tu no quieres ver nada? quizás a ti te guste algo.
Yo: Lo que quiero ver está frente a mis ojos.
Lucía: No sé si te guste lo que ves
Yo: Muéstrame.

En ese instante nos abrazamos y nos besamos intensamente, conformen pasaban los minutos nuestra excitación aumentaba, nos fuimos despojando de la ropa hasta quedarnos completamente desnudos, Lucía me pidió que apague la luz, eso hice, pero dejé la luz que estaba sobre la cama encendida. Comencé a recorrer su cuerpo a besos, jugué un rato con sus tetas, sentí que eso la excitaba mucho, metí un dedo a su papita y estaba bien húmeda, metí dos dedos comencé a frotarle un buen rato, eso le gustaba, retiré mis dedos para sopearla, aquí Lucía perdió, estaba bien mojada, gemía como loca, no eran fingidos, eran gemidos reales, de tanto escucharla gemir me puse bien fierro, le propuse hacer el 69, aceptó, que rico chupaba Lucía, no se lo metía todo pero la forma como lo hacía era delicioso, me chupó las bolas hasta que finalmente le dije que quería penetrarla, me pidió un condón para ponérmelo, empezamos en misionero a la par que chupaba sus tetas, que ricos pezones tenía Lucía, se pusieron bien duritos cuando los chupé, su papita estaba bien caliente, mientras más la penetraba más caliente la sentía, además ajustaba bien rico, esto si me sorprendió, yo la verdad tengo la herramienta de tamaño promedio, así que su ajuste era sorprendente por la edad que tenía, cada vez la penetraba más fuerte y ella respondía con gritos de placer.

Tras estar en misionero, ella se ofreció a montarse sobre mi, aquí si demostró lo que sabe, comenzó a brincar bien rico, por ratos se acercaba a mí para chuparle las tetas, eso la vuelve loca, eso aprendí ese día. Tras brincar un buen rato, cambiamos a perrito, esta pose es una de mis favoritas, le di duro y parejo,Lucía estaba loca, gritaba demasiado fuerte, es la flaca que más ha gritado conmigo, mientras la cachaba en perrito noté que su culo estaba cerrado, no sabía si estaba sin uso o tal vez tenía poco, decidí dejar el * para otra ocasión, seguí concentrado en meterle toda la herramienta hasta el fondo, llevábamos más de 40 minutos cachando, así que ya sentía que la avena quería salir, le pregunté si quería que termine en alguna parte de su cuerpo, me dijo que no, que termine dentro, mejor para mí, le seguí cachando hasta más no poder, y sentí como el globo se llenaba de una buena producción de avena 3 ositos.

Tras ese primer polvo nos pusimos a descansar y conversar como una hora, la verdad ambos estábamos bien cansados, me comentó que desde que terminó con su ex no había tenido sexo (casi un año), la verdad por lo arrecha que se puso al cachar le creí.

Pero esa noche no terminó solo con ese polvo.

Continuará.

 

Continua estamos esperando

 

Que buen relato Cofrade
Por favor siga

 

Prosiga con la historia cofrade que está interesante...

 

Prosiguiendo con el relato.

Tras la conversación que tuvimos volví a acercarme a Lucía para besarla, me dijo que se sentía cansada que quería dormir, me dijo que la deje dormir unas horas, bueno accedí, puse la alarma para las 6, se lo hice saber, me dijo que estaba bien, yo tambíen me puse a dormir. Bueno las horas pasaron y la alarma comenzó a sonar, me desperté y la desactivé, Lucía ni se había movido, sin nada que hacer decidí no despertarla al menos por un rato más. Prendí la TV, nada bueno, era sábado, estaba cambiando de canal en canal y de arrecho me puse a ver porno, justo a una flaca la estaban follando por el culo y sentía dolor cuando se la metían, el volumen de la TV no estaba alto pero unos minutos después noto que Lucía se mueve, al toque cambié de canal (he conocido chicas que el porno les genera incomodidad).

Lucía: ¿Ya sonó la alarma?
Yo: Si, ya son 6.30
Lucía: Voy al baño
Yo: ¿Vas a bañarte?
Lucía: Aun no, no demoro

Tras 5 minutos volvió, se echó a la cama y me hizo una propuesta.

Lucía: Mejor apaga la TV y hazme tuya (eso fue música para mis oídos)

Me acerqué a Lucía, al igual que el primer polvo nos besamos, como casi estábamos desnudos quitarnos la ropa fue algo sencillo, comencé a recorrer su cuerpo a besos, al llegar a su papita le di una buena succionada que hizo que se retorciera de placer, tras estar un buen rato ahí me recosté en la cama para que ella me chupe el pene, a diferencia de la primera vez había mejorado con la técnica tanto de meterse el tronco como de chupar la bolas, una vez bien armada la herramienta Lucía me puso un condón y se coloco sobre mi para brincar como loca, esto me gustaba, ella buscaba a cada rato acercar sus tetas hacia mi, tras brincar buen rato pasamos a misionero, aquí desde el inicio le di con todo, su papita caliente era extrema, conforme pasaban los minutos la arrechura de Lucía era inacabable, cambiamos nuevamente de pose, esta vez a piernas al hombro, Lucía tenía buena elasticidad, se dobló bien y resistió todas mis embestidas, sus gritos eran cada vez más fuertes, finalmente para terminar la puse en cuatro, aquí con las últimas fuerzas que quedaban le clavé hasta el fondo al mismo tiempo que Lucía no dejaba de gritar, la cama se movía tanto que parecía que se rompía, era un buen cache, le di sus palmadas a su culo, eso le gustó por que me pidió que le palmee más fuerte, duré más de lo que pensé en esta pose, a iniciativa de ella me dijo que quería recibir la leche en su boca, así que me saqué el condón le puse el pene sobre su boca y se lo tragó todo, tan golosa estaba que me pasó la lengua y me limpió todo el pene.

Tras terminar de cachar nos bañamos juntos, en la ducha solo le metí mano y nos besamos, ambos estábamos cansados y además ella quería ir a su casa, nos vestimos, salimos del hotel y aunque ella no me pidió me ofrecí a acompañarla a su casa, me dijo que no era necesario pero insistí. A pedido de ella bajamos dos cuadras antes de su casa, caminamos una cuadra y me dijo que hasta ahí nada más la acompañe que otro día podía conocer su casa, esto me dejó pensando pero igual, al menos me aseguré que llegara bien.

Tras esto pasaron casi 3 meses de salida con Lucía, los viernes y sábados eran de cache, a veces nos íbamos al hotel en días de semana para meternos un polvo rápido, en la oficina algunos empezaron a sospechar que algo pasaba entre nosotros pero me daba igual, con Lucía habíamos quedado que dado el tipo de relación que teníamos no importaba lo que pensara la gente. Por ahora lo dejo aquí, dejo pendiente un par de caches más con Lucía y la inauguración de su * (así es confirmé por boca de ella que no tenía uso y así fue).

Continuará.

 

Continua no demores continua

 

• 

Fotos de ese asterisco, buen relato