El secreto familiar 2

Alguna vez han pensado realmente en las decisiones que toman? Todo en la vida son decisiones y las tomamos constantemente sin siquiera pensarlo. Ni la moral ni la posibilidad del problema en que me metería si alguien descubría que hacia con mi tía cosas "inapropiadas" se hicieron presentes en mi mente los siguientes días. Solo eramos mi tía y yo.

Después de 3 días muy ocupados salí al patio de mi casa cuando el sol ocupaba el lugar más alto del cielo. Era un medio día caluroso. Asfixiante, incluso. Tenía puesto un polo sin mangas que dejaba ver mis brazos tatuados, un short pequeño y unas ojotas. Buscaba tomar un poco de aire luego de estar encerrado con trabajos de la universidad y el sol me recibía como un Rey recibe al ejército enemigo en sus fronteras. Prendí un cigarro y di una calada profunda pensando, recién, en las consecuencias de mis acciones. Iba a aspirar por segunda vez el humo que emitía el tabaco cuando la puerta de la casa de mi tía dió un crujido y salió ella, despampanante, a comerse el mundo.

Estaba preciosa. Les soy sincero cuando les digo que no es una belleza de revista, sin embargo, tiene un aire sexual alrededor que hace que no puedas dejar de admirarla. Su cuerpo flaquito estaba dentro de un top que acentuaba la dureza de sus pezones, que se encontraban erectos a más no poder. Parecía ser su forma habitual ¿se imaginan?. Debajo se encontraba su piel blanca, incólume, que debajo de las caderas cubría una minifalda que dejaba ver las el borde de sus pequeñas nalguitas. Por encima de la falda se notaban claramente las cintas de un hilo muy finito. Con unas sandalias, sin maquillaje y su mirada fija en mi creciente ereccion... Era una diosa.

Fue, lentamente, hacia los cordeles que se hallaban en em patio. Se empino breve ente sobre las puntas de sus pies para colgar la ropa recién lavada que llevaba. Sus nalgas sobresalían, debajo de la falda, casi desnudas. El hilo era tan fino que, supuse, se perdía en su rajita. Mi pene estaba que chorreaba como loco. Una gran mancha se iba extendiendo en la parte delantera de mis shorts. Reaccioné y volví a la realidad cuando el cigarro, abandonado, quemó mis dedos.

- ¡auch! - grité - ¡Maldita sea!

- ¿qué pasó, hijo? ¿Te encuentras bien?

- Si, tía - le respondí... Me encontraba nervioso. Mi pene temblaba por la excitación y mi mano ardía por el dolor. Era una situación abrumante.

- ¿Estás seguro? ¿Qué ha pasado? ¿Qué le pasó a tu mano? ¿Te has quemado? - mientras decía eso, acercó sus delgados dedos hacia mi mano y la tomó entre ellos. Abrió sus ojos ante mis nudillos enrojecidos y los besó suavemente. El tocar mi piel pareció activar algo en ella y, derrepente, comenzó a lamer la quemadura. Su lengua recorría mis dedos como si fuese lo más delicioso del universo. Incluso estaba babeando por la comisura de sus labios. - No te preocupes, bebé. Todo estará mejor. Yo te cuidaré.

- Gracias tía, respondí, mientras bajaba la mirada.

Luego de esa breve conversación se fue caminando lento hacia su casa. Al alejarse de mi lado vi como chorreaba líquido por la cara interna de su muslo izquierdo. Era impresionante la capacidad que tenía esta mujer de excitarme.

Las horas que pasaban eran agobiantes. Cuando el reloj timbró las 2 de la mañana, sentí pequeños pasitos que se acercaban a mi cama. Cuando alumbré con la pantalla de mi celular casi me caigo de la cama. Mi tía estaba ahí, de pie, completamente desnuda y con la vagina chorreando líquidos casi hasta las rodillas. Mi pene, al igual que mi cuerpo desnudo, sintió un calor intenso que lo hizo erectarse como una flecha gorda. La conchita de mi tía era preciosa. Depilada completamente y con los labios chorreantes semiabiertos.

Sentía mi glande a punto de explotar cuando ella subió de espaldas a mi cama y se tiró suavemente sobre mi. Embutió su vagina contra mis labios y se tragó mi pene hasta los huevos. No se sacó la verga de la boca hasta 10 minutos después. Fue una garganta profunda sin un segundo de descanso. Era impresionante. Mientras tanto yo tampoco perdí el tiempo. Agarré las nalguitas de mi tía y la presioné contra mi boca. Lamí su conchita de arriba a abajo y en círculos una y otra vez. Me entretuve mordisqueando su perineo y le lamí el ano. Estaba absolutamente cerrado. Luego de 15 minutos, cuando ella comenzaba a subir y bajar su cabeza rápidamente, atrapé su clitoris con mis dientes y presioné tan solo un poco. Eso hizo que entre espasmos y sacudidas su vagina comenzara a escupir su corrida en toda mi cara. Parecía interminable. Orgasmo tras orgasmo.
Tras eso no pude aguantar más, tomé un calzoncillo de la silla junto a mi y se lo embutí en la boca. Abrió los ojos con sorpresa hasta que la puse de perrito, le tomé las nalgas con fuerza y le penetré la vagina con toda la fuerza que pude. Soltó un gemido amortiguado por la tela. Sonreí al ver que había funcionado y comencé a bombear como si no hubiese mañana.

Sacaba casi todo mi pene y se lo volvía a meter con toda la fuerza y rapidez que podía mientras evitaba hacer ruido. Sentía sus piernas temblando mientras veía como su ano rosadito apretaba y soltaba por la excitación. Presioné mi dedo meñique por su clitoris y lo mojé completamente, así que sin dudarlo se lo metí por el ano hasta el nudillo mientras me corría profusamente en su interior.

Mi leche en su vagina, mi dedo en su ano y el orgasmo que prácticamente la sumió en una convulsión pudieron con ella. Era desgarrador el gemido que salió de su boca al escupir sin remedio el bóxer que puse en ella. Ambos nos quedamos petrificados por si se escuchaba algún ruido...

Nada. Solo un ronquido incómodo y ella cayó deshecha sobre mi cama. Me tumbé sobre ella con mi verga y mi dedo aún dentro de sus orificios. Le lamí suavemente el lóbulo de la oreja. Ella gemí bajito. Yo sentía mi verga crecer nuevamente en su interior. Ella lo notó y la sacó inmediatamente. Antes de irse se detuvo por un momento y me observo en la oscuridad. Casi sentí como se relamía por la noche que habíamos pasado. Luego se fue escurriendo leche entre las piernas y de puntillas hacia su casa a echarse junto a su marido, mi tío, y dormir lo poco que quedaba de la madrugada.

Me tapé con la sabana y dormí inmediatamente. Estaba en un sueño del cual no pensaba despertar hasta que se extinguiera el semen en mis huevos.

 

PD. Si desean cualquier cosa, escríbanme un privado. Siempre estoy atento.

 

Buen relato se agradece

 

Buen relato definitivamente pero falta las otras incursiones faltan capítulos en la historia, si se puede las fotos y los videos

 

Que buen relato man... todo el que se ha comido A si tía sabe lo rico que es y como se disfruta
Buen aporte man

 

tu tia bien arrecha cofra....deberias escribir novelas sexuales

 

Muy buen relato cofrade. Lo pone a uno a volar. Salud!

 

Sube fotos o videos de tu tia, si puedes pasa su numero

 

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¿Por qué haría eso? Ts.